+ EXTRA (04)

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Ian Bernasconi Kopelioff

Los últimos meses del embarazo habían sido los más difíciles para Carolina y Agustín.
Él solía tener mucho trabajo y llegaba tarde a casa, justo después de que Sofía y Gastón ya estuvieran dormidos, lo cuál a veces, y aún más por las hormonas, molestaba a Carolina, creando inseguridades en ella, creyendo que realmente Agustín la engañaba.

Era de noche y Sofía ya se encontraba durmiendo en su habitación, mientras Carolina terminaba de arropar a Gastón. Le dio un beso en la frente, apagó la luz dejando encendida la lámpara de su mesa de noche.

Se sentía tan cansada, Agustín últimamente no hacia mucho por sus hijos y eso solo hacía que sacara de quicio a ella. Se había estado aguantando todos aquellos reproches solo para que sus hijos no escucharan, sabía que comenzar a discutir también le causaría daño al pequeño que aún estaba en su estómago, esperando en cualquier momento nacer.

Llegó hasta el living y se sentó en el sofá a esperar que Agustín llegara del trabajo, como solía hacerlo cada día, situación que agobiaba a su esposo. Estaban llegando a una etapa en la que ninguno creyó llegar, donde ambos sentía que el amor que antes tenían se había acabado.

Dieron las 12 en punto cuando las llaves sonaron en la cerradura de la puerta, Carolina llevaba una hora tratando de controlar su sueño y mantenerse despierta con una película que pasaban en la televisión. Apagó el televisor y se puso de pie para recibir a Agustín. Él entró y al verla aún despierta solo rodó los ojos, realmente le molestaba que ella desconfiara tanto de él.

- Te estaba esperando - le comentó Carolina mientras él cerraba la puerta con llave.

- Te he dicho que no lo hagas - le reprochó. No pasó lo que meses antes solía hacer; darle un beso en los labios y decirle cuanto la amaba, ahora solo la esquivaba.

- ¿Y por qué no debería hacerlo? - inquirió siguiéndolo hasta la cocina.

- Carolina no insistas con el tema - estaba segura que era el momento, sentía que si se guardaba un poco más todo lo que tenía que decirle le haría mas daño.

- Agustín, Sofía te extraña, ni siquiera fuiste a sus dos últimas presentaciones de ballet, no la viste llorar porque no estabas presente. Gastón esta decaído porque no juegas con él desde hace meses - Agustín se sintió mal por el hecho de haber desaparecido los últimos meses, no imaginaba que había descuidado su familia de esa manera.

- Caro, yo... - Carolina negó con la cabeza y antes de que él pudiera decir algo salió de ahí directo hacia la habitación que había decorado sola para el nuevo bebé. Inclusive el distanciamiento lo había sufrido el pequeño, Agustín no tenia ni idea de que sería varón, no se lo había preguntado.

Carolina tomó asiento en un pequeño sofá que había colocado ahí mientras unas lágrimas rebeldes salían de sus ojos. Le desconsolaba el hecho de que él se comportara de esa forma, sí, aceptaba que había tenido sus momentos donde sus celos la dominaban y tal vez le haya reclamado sin razones, pero tanto Gastón como Sofía y el nuevo bebé no tenían la culpa.
Sabía que ambos llegarían a ese momento, pero creía que faltarían más años.

Agustín llegó hasta la habitación de Sofía, solo se asomó un poco para mirar que ella estaba dormida. Cerró la puerta y miró como un pequeño se encontraba en medio del pasillo.
Gastón tenía puesta su pijama del capitán américa, frotaba sus ojos mientras miraba a su padre.

- ¿Mamá y tú se van a separar? - Agustín miró con tristeza a su hijo, Gastón estaba realmente triste. Él le sonrió débilmente y lo cargó para llevarlo a su habitación.

- ¿Por qué la pregunta? - Gastón se sujetó del cuello de su padre.

- Mamá y tú ya no están juntos como antes, ¿ya no nos quieres? - las palabras de su hijo le rompieron el corazón, se maldijo una y mil veces su indiferencia.

- No, no, no digas eso, yo los amo - lo abrazó para demostrarle que realmente aún los amaba.

- ¿Aún quieres a mamá?

- La amo como siempre lo he hecho.

(...)

Eran alrededor de las cinco de la mañana del 15 de Enero cuando unos fuertes dolores en su estómago hicieron que Carolina se despertara. Se sentó y estiró creyendo que había sido la mala postura en la que se había quedado dormida. Un nuevo dolor se apoderó de ella. Se sujetó con ambas manos su estomago tratando de reprimir un grito.

Tomó su celular y marcó el número de Ruggero.

- ¿Rugge? - preguntó después del tercer tono.

- ¿Sucede algo Caro? - preguntó Ruggero algo adormilado, pero aún así preocupado. Estaba al tanto de los problemas que tenían ella y Agustín.

- ¿Podrías hacer un favor? - un pequeño gritó salió de sus labios, no creía que le doliera tan fuerte.

- ¿Qué pasa?

- Creo que el bebé ya va a nacer.

- ¿Y Agus?

- No está - mintió, pero no quería verlo por unas horas más al menos.

- Idiota - le dijo a su amigo - Voy para allá - habló antes de colgar.

- Tratemos de llegar a la puerta - susurró tratando de decírselo a su bebé. Se levantó y nuevamente gritó de dolor.

Como era de esperarse, y por la cercanía que tenía con la habitación de ella y Agustín, logró que él chico escuchara sus gritos despertándolo.
Alarmado salió de la habitación y fue hasta donde ella estaba.

- ¿Qué sucede? - le preguntó alarmado al ver su cara de dolor y sus manos sujetando su panza.

- Creo que ya va a nacer - un nuevo gritó salió de sus labios. Agustín no sabía que hacer, jamás había pasado por eso, y el nerviosismo de que por fin podría ver el nacimiento de uno de sus hijos lo consumieron.

- ¿Qué hago? - le preguntó mientras la ayudaba a sujetarse.

- Tú nada, ya le hablé a Ruggero - Carolina se sacó de su agarre y continuó caminando

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Jamás me preguntaste nada del bebé. No vengas a preocuparte por él ahora - y una segunda bofetada había recibido.

- ¿Él? ¿Será varón? - dijo ilusionado.

- Eso no importa ahora, debo de irme - trató de volver a dar unos pasos pero nuevamente el dolor hizo que retrocediera. Agustín se volvió acercar par sujetarla y ayudarla a bajar.

- Amor escuchame, sé que hice mal en alejarme, pero por favor dejame ayudarte, no soportaría el hecho de perderme el nacimiento de otro de nuestros hijos - Carolina lo miró directo a los ojos, sabia que aún no merecía darle su perdón, realmente le había dolido y se había comportado como un idiota, pero era cierto que él merecía estar en ese momento.

- Solo apresurate, en serio me duele - el sonrió en agradecimiento. La bajó con cuidado. La ayudó a subir al auto y mientras manejaba marcó el número de Ruggero.

- Eres un idiota, ¿cómo se te ocurre dejar a Carolina sabiendo que le quedaban solo días para que tú hijo naciera? - lo reprochó si siquiera dejarle hablar.

- Lo sé, lo sé, soy el más idiota; escucha, ya llevo a Carolina, ¿podrías cuidar a Sofía y Gastón? Están dormidos, cuando vuelva a llamarte será cuando ya podrás traerlos.

- Esta bien, nos vemos al rato.

Unos treinta minutos después Agustín ya se encontraba sujetando la mano de su amada mientras ella trataba de mantener las contracciones.

- Prometeme que será el último - le dijo en un grito Carolina tratando de apretar con mayor fuerza la mano de Agustín.

- Pero apenas es el segundo.

- Y el último, por favor prometelo, duele demasiado - Agustín rio y asintió, él mejor que nadie sabía que no sería el último, quería tener una gran familia y la conseguiría. Al menos unos cuatro hijos quería.

- Bueno, creo que es momento - habló el doctor a cargo del parto. Carolina asintió, no estaba segura si aguantaría el dolor por unos minutos más.

Y no fueron solo unos minutos, fueron al menos unas dos horas en la sala de partos, minutos en los que Agustín se mantuvo sujetando la mano de Carolina y animadola aún siendo ella la que respondía sarcásticamente todos los comentarios.

- El tercero - le dijo Agustín a Ruggero cuando ya había llegado. Gastón estaba siendo cargado por su padre mientras Sofía se mantenía al lado sujetando unas flores y un globo, para su madre y nuevo hermano.
- Tenemos una charla pendiente, ni creas que te salvas el explicarme lo que pasaba en los últimos meses - Agustín asintió. No quería conversar del tema en esos momentos, había estado a punto de perder el pequeño imperio que su empresa le había generado, ese había sido el motivo de su ausencia, aunque claro, también el hecho que Carolina desconfiara de él, pero eso podía justificarse.

- Quiero ver a mamá - habló Sofía.

- Vamos - Agustín le extendió su mano y los tres entraron a la habitación donde Carolina cargaba en sus brazos al pequeño nuevo integrante.

- Nos vemos luego - le dijo Karol a su amiga para dejarla con su familia.

- Es súper pequeño - dijo asombrada Sofía mientras se acercaba para mirarlo de más cerca. Caro soltó un risa.

- ¿Podremos jugar juntos? - preguntó Gastón a su padre.

- Claro campeón, pero cuando crezca un poco más, ahora deberás de cuidarlo porque eres su hermano mayor - Gastón asintió y al igual que Sofía miró atento al bebé. Agustín lo sentó al lado de la cama para que pudiera verlo mas de cerca.

- ¿Me perdonas? - le dijo en un susurro Agustín a Carolina. Se sentó a su lado para que pudiera tener un poco de espacio para hablar.

- ¿Me dirás que fue lo que paso?

- Te prometo contarte todo.

- ¿Aun me amas?

- Como siempre lo he hecho.

(...)

¿Qué creían? Que todo iba ser feliz en su vida, pues no. No quería que Agustín le pusiera los cuernos, así que solo por cuestiones de trabajo de alejo de su familia, lo que hizo que Carolina confundiera todo y ambos comenzaran a cansarse de la actitud del otro.

Me he quedado sin nada que leer, así que en este espacio pueden comentar sus historias para que vaya a leerlas, si hay Gastina o Aguslina para mi mejor 😊😅.

Espero que les guste el capítulo. Pronto vamos a explicarle a Sofía los sonidos extraños 🌚. Pobre Agustín.

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