🎪Circo 10🎪

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El pequeño momento de tranquilidad había desaparecido tras la escalofriante interrogante del alfa Kim.

El alfa peligris permanecía en silencio, su mirada observando a cada persona presente, a la espera de una respuesta. No había visto a su esposo en las últimas horas, y era sumamente extraño para él ya que ni siquiera por el lazo podía sentirlo.

Era como si no existiese.

La tensión que se creó no ayudó en absoluto, absolutamente todos se sentían culpables porque, ¿Cómo era posible que no hayan notado la ausencia de SeokJin? Ninguno de ellos podría explicar el manojo de sensaciones que los cubrieron, todo había sucedido de una manera tan sigilosa y rápida que casi parecía un plan macabro creado por algo o alguien con deseos de perjudicarlos.

Quizá así era.

—¿Dónde está mi esposo? —volvió a preguntar Namjoon, esta vez denotando toda la molestia que sentía en su voz.

—Kim, cálmate —pidió Hoseok con voz tranquila.

—¡No me pidas que me calme! —exclamó furioso—. ¡Mi esposo está perdido en este lugar!, ¡¿Sabes el peligro que puede estar sufriendo en estos momentos?!

—Lo sabemos —dijo Yoongi con seriedad—. Como tú también debes saber que no es nuestra culpa lo que ha pasado —puntualizó, Namjoon gruñó—; vamos a organizar una búsqueda, pero no podemos perder la calma, ¿Entiendes? No te dejes controlar.

Como si le hubieran quitado una venda de los ojos, Namjoon parpadeó repetidamente mientras en su mente se repetía una y otra vez que debía calmarse. Su esposo lo necesitaba y el mero conocimiento de ello le hizo derramar amargas lágrimas; se sentía un mal alfa, uno que había fallado en su principal deber. Cuidar de su omega.

Un delicado toque en su hombro derecho le hizo voltear, encontrándose con la mirada cálida del omega Min.

—No te preocupes —sonrió el omega, dejando fluir su aroma para poder calmar al angustiado alfa—. Lo encontraremos.

El peligris asintió queriendo creer con plenitud las palabras dichas por el omega. Le regaló una pequeña sonrisa; la cual fue correspondida de manera encantadora, y cuando se sintió un poco mejor observó a los demás.

—¿Cuál es el plan? —preguntó cuando se sintió lo suficientemente calmado como para poder tener una conversación tranquila.

—Esto es lo que haremos —Yoongi tomó la palabra—. Hoseok, Jungkook y yo revisaremos el lado derecho del circo, mientras que Jimin, Chanyeol y tú —apuntó al moreno—, irán por el lado izquierdo hasta rodear todo el terreno. Los demás se quedarán para recoger el equipo y nos encontraremos en la entrada de la carpa principal en tres horas, ¿Les parece bien?

Todos asintieron en acuerdo.

—Si alguien lo encuentra, avisa al resto del grupo por medio del walkie-talkie de manera inmediata —volvió a hablar el pelinegro—. Así acudiremos a la mayor brevedad posible por si SeokJin necesita de ayuda urgente.

Namjoon se inquietó ante la última indicación del pelinegro, pero decidió permanecer en silencio para no crear más tensión en el ambiente.

SeokJin tenía que estar bien.

—A mi se me hace que el omega de NamJoon está muerto.

Los tres omegas presentes le observaron con reproche, todos estaban llenos de tensión y nerviosismo debido al reciente suceso; la desaparición de SeokJin era algo que los tenía ansiosos al no saber lo que sería de él. Es por eso que consideraban que el comentario del alfa estaba de más.

—Cállate, Jackson —gruñó Lisa.

El alfa rió divertido mientras acomodaba la comida que había sobrado en una de las mochilas.

—Solo digo la verdad —siguió hablando—. Lo más probable es que se lo haya comido algún oso, o se lo haya chupado el demonio —estalló en carcajadas.

—No es gracioso —comentó Baekhyun con fiereza.

—Para mí lo es —sonrió el alfa—. Pierden su tiempo, el tipo es un caso perdido.

Taehyung, quien había permanecido en silencio encaró al alfa con una mirada tan profunda que, por breves segundos logró intimidarlo.

—Tú no crees en estos temas —aseguró, el alfa cerró la boca sin saber que decir—. Y esa es la razón por la que despotricas estupideces —rugió con molestia, su mirada excavando en lo más profundo de Jackson—. Te daré un consejo; nunca te burles de la desdicha ajena, tampoco minimices los sucesos que han pasado sin explicación aparente porque quizá tú seas el siguiente y, a diferencia de SeokJin, nadie quiera ayudarte.

Apenas dijo esas palabras la mirada de Taehyung volvió a ser tranquila, regalándole una amplia sonrisa cuadrada al alfa que solo sirvió para aumentar sus escalofríos.

Baekhyun y Lisa observaron con atención el cambio tan radical que el castaño había tenido, sin saber con exactitud lo que había pasado. Aunque, debían agradecer que el bufón de Jackson por fin se había callado.

Se sumergieron en un silencio tranquilo, todos estaban concentrados en ordenar el equipo y llevarlo al próximo punto de estudio, sintiéndose nerviosos cuando la realidad de la situación golpeó nuevamente en sus mentes.

Cada vez estaban más cerca de ingresar al circo, donde la luz solar no estaría para brindarles consuelo; teniendo tan solo la escalofriante y densa oscuridad que pacientemente aguardaba por ellos.

—¿Quiénes son ellos?

La pregunta de Lisa les obligó a detener sus obligaciones, la pelinaranja tenía la vista fija hacia el frente con el ceño levemente fruncido en confusión. El alfa y ambos omegas siguieron el curso de la mirada, frunciendo el ceño ante la extraña escena que pudieron captar.

¿Qué hacían dos niños jugando en medio de la nada?

—Parece que son dos niños —murmuró Jackson.

—Son dos niños —dijo Baekhyun con obviedad—. Pero, ¿Qué hacen aquí?

—No parece que haya casas cerca —mencionó Taehyung, observando como los pequeños corrían libremente sin percatarse de su presencia.

—Como sea que fuera, es peligroso —aseguró la omega—. Pueden perderse, tal y como pasó con SeokJin.

—¿Y qué? No es nuestro problema —agregó Jackson, recibiendo miradas de muerte por parte de los omegas.

—Opino que debemos ayudarles —propuso Lisa—. No quiero ni imaginar que algo malo llegue a pasarles cuando nosotros estamos aquí para impedirlo.

—¿Y qué piensas hacer con dos mocosos? —interrogó el alfa con irritación.

La omega se lo pensó un poco. —Esperar a que sus padres vengan por ellos —respondió dudosa—, no lo sé; pero debemos hacer algo, este lugar no es seguro.

—No cuenten conmigo.

—No te necesitamos —bufó Taehyung, mientras le regalaba una sonrisa amistosa a la omega—. Vamos por ellos.

Los tres omegas se sonrieron y decidieron ayudar a aquellos cachorros perdidos; pensaron en hablar con ellos y explicarles de manera amable que aquel lugar no era apropiado para jugar, y que lo mejor era que volviesen con sus padres. Era un buen plan, y consideraban que su accionar era justo y noble, aunque sabían que no podían confiarse del todo; es por eso que no pudieron evitar el escalofrío que recorrió cada uno de sus cuerpos cuando voltearon, dispuestos a ir hacia donde estaban los niños.

Ahí no había nada.

¿Dónde estaban ellos?

—¡SeokJin!

—¡¡SeokJin!!

—¡¡¡SEOKJIN!!!

—Jungkook no grites —pidió Yoongi.

El menor hizo un puchero, pero obedeció a su padre. Los tres alfas estaban revisando de manera minuciosa la porción de terreno que les había tocado, frustrándose la mayor parte del tiempo al no obtener resultados.

No había ninguna señal de SeokJin, trataron de captar el aroma del mayor y fue un intento inútil; no existía el mínimo rastro de él, parecía que el viento lo había arrastrado hasta llevarlo lejos, tal y como la presencia del omega.

—Esto no me gusta para nada —susurró Yoongi.

Todo lo que veían era un terreno baldío; las proximidades del circo no ofrecían información alguna acerca del paradero del omega, y los alfas empezaban a sentir verdadero temor por lo que pudo haber pasado.

De pronto, una tela de color púrpura ondeó en la lejanía, llamando la atención del alfa pelirrojo.

Corrió hasta allí, escuchando los gritos de sus compañeros a sus espaldas. Los pasos de Hoseok eran veloces, y su mirada se negaba a abandonar el objeto que había reconocido, temiendo que desapareciera en cualquier momento.

Cuando llegó, lo tomó entre sus manos y un atisbo de alivio se formó en su expresión.

—¿Qué encontraste, Hobi Hyung? —preguntó Jungkook con la respiración entrecortada.

—Lo que nos ayudará a encontrar a Jin Hyung —reveló el pelirrojo, mostrando a sus compañeros el pedazo de tela—. Es la chalina de SeokJin.

—Con ella podremos rastrearlo —comentó Yoongi, captando la idea de su amigo.

—Nosotros no —dijo el pelirrojo, haciendo fruncir el ceño a padre e hijo—. Tú Yoongi tienes un lazo, y yo formé parte de uno —explicó—; nuestros lobos no tienen total libertad para rastrear un aroma, solo Jungkook puede hacerlo.

El ojiazul observó atentamente a su hijo; el alfa menor estaba tan pálido como una hoja de papel.

—¿Crees poder hacerlo, cachorro? —preguntó con tono sutil, tratando de tranquilizar al menor.

Jungkook asintió con movimientos robóticos.

—Eso creo —murmuró, sus ojos observando la delicada tela.

Hoseok le sonrió con confianza. —Estoy seguro que puedes hacerlo, no te pongas nervioso y solo déjate guiar por tu alfa.

Jungkook hizo caso a lo pedido, y con premura empezó a olfatear la delicada prenda que se le estaba siendo ofrecida; su agudo olfato robaba fuertes inhalaciones, tratando de detectar la mínima señal. Los mayores permanecían en silencio, observando el esfuerzo que el menor de los Min estaba haciendo para encontrar al omega perdido.

—¿Cuál es el aroma de Jin Hyung? —preguntó el menor, mientras seguía concentrado en olfatear.

—Caramelo y fresas —respondió su padre.

Jungkook frunció el ceño extrañado, en todo el tiempo que había llevado olfateando no pudo encontrar la mínima señal de esos aromas. Sin embargo, sí había señales de otros; deliciosos y adictivos, que eran la principal causa de que no haya soltado la chalina.

Las Lilas y cerezas yacían concentradas a montones en la prenda, y Jungkook se preguntaba el cómo era posible que su padre y Hoseok no los hayan detectado.

Era extraño.

—¿Lograste captar algo?

"Miente"

La voz delicada y demandante retumbó en su cabeza, llevándole a obedecer de manera inmediata y sin saber la razón.

—No.

Los mayores fruncieron el ceño a la vez.

—Esa chalina es de SeokJin —dijo Hoseok—. Estoy seguro de ello.

"Adentro"

—Quizá haya decidido ingresar al interior del circo —las palabras salían de la boca del menor de manera automática—. Deberíamos aplazar la búsqueda y ver ahí.

Pero Yoongi no se confiaba. —No lo creo, SeokJin era lo suficientemente listo como para saber que el interior del circo no puede explorarse de manera individual.

—¿Qué sugieres entonces? —el tono de voz de Jungkook llegaba a rozar lo hostil.

La mirada que el pelinegro le dio a su hijo le hizo bajar la cabeza, arrepentido.

—Seguiremos buscando —fue la respuesta del mayor—. Hoseok, pregunta a los demás si han encontrado resultados —el mencionado asintió—, diles que llevaremos la chalina de SeokJin, tal vez alguien más pueda encontrar algo.

—¡Yo la llevaré! —se ofreció Jungkook, estrujando la delicada tela en su pecho.

—No —fue la respuesta de Yoongi, para luego arrebatarle la prenda y guardarla en el interior de una bolsa plástica.

—Pero, ¿¡Por qué!? —insistió Jungkook con desesperación.

—Si hay algún rastro del aroma de SeokJin, debe mantenerse concentrado —explicó el mayor con la mayor calma posible—. Así que no insistas.

El menor no objetó palabra. Los alfas mayores retomaron la búsqueda sin hacer comentario alguno acerca del extraño comportamiento de Jungkook. Yoongi estaba preocupado, su cachorro era una persona muy sensible y eso era una clara desventaja; si quería mantenerlo seguro al igual que su omega, debía tener mucho más cuidado con lo que sea que su hijo vaya encontrando.

Jungkook había quedado estático en su lugar; su mente la tenía confusa y la maraña de emociones que lo habían envuelto se iban disolviendo en compañía del aire. Observó a su padre a un par de metros y nuevamente la culpa lo envolvió, se había comportado como un niño malcriado que había hablado sin pensar en consecuencias futuras; sabía que tenía una disculpa que ofrecer, pero no se atrevía por temor a ser rechazado.

—Creo que ya hemos cubierto todo —habló Hoseok con una mueca inconforme estampada en su rígido rostro—. Deberíamos reunirnos con los demás y esperar que ellos hayan tenido una mejor suerte.

Yoongi asintió en acuerdo y ambos empezaron a caminar hacia el lugar que habían indicado para reunirse. Jungkook se había quedado atrás con la mirada perdida y respiración acelerada.

"Mal hecho, cachorro"

Una oleada de terror envolvió el cuerpo del alfa menor; aquella voz resonó nuevamente en su cabeza, pero en esa ocasión ya no era delicada, mucho menos hermosa.

Aquella voz era la más horrible que había escuchado en su vida, en ella iba impreso todo el odio, muerte y resentimiento existente; capaz de podrir hasta el alma más pura e inocente.

Aquella era la voz del mal, la voz de un demonio.














¿Dónde está SeokJin?

¿Qué le ocurre a Jungkook?














YOONGLH🎪

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