🎪Circo 14🎪

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Jimin caminaba al lado de Yoongi, el aroma de su alfa se encargaba de darle aquella pequeña dosis de tranquilidad que era necesaria para que sus pasos recobraran fuerza y no se detuviera a medio camino.

Sus ojos se fijaban en su cachorro de vez en cuando. Jungkook iba al lado de Chanyeol, atento a los movimientos y revisando cada vez que podía los guantes que cubrían sus manos para verificar que no hubiese nada fuera de lugar.

—Cinco de Octubre del dos mil veintiuno —la voz de Yoongi se dejó escuchar—. Grabación número uno: a las ocho de la mañana el grupo de investigación hace su ingreso a las instalaciones de Circo sonrisas.

Cuando terminó guardó la grabadora en su bolso de mano e indicó al grupo que avanzara. A los pocos metros pudieron ver un túnel de aspecto extraño y recubierto de madera podrida, la estructura lucía engañosa y peligrosa, provocando que sus pasos se viesen entorpecidos.

—¿No hay otra manera para ingresar al Circo? —preguntó Hoseok, mirando con ojos sospechosos el túnel.

—Me temo que no —respondió NamJoon, a la vez que le daba una hojeada al mapa.

—Avancemos —indicó Yoongi, mientras retomaba sus pasos en compañía de su esposo.

El grupo completo ingresó al túnel que yacía completamente solitario y con aire tenebroso. Los hermanos Kim se colocaron entre Hoseok y Chanyeol, mientras que Yoongi tomaba la cabeza para mantener un ojo encima de su cachorro.

SeokJin frunció el ceño. En el momento que sus pies lo llevaron a través del túnel sintió una sensación pesada y angustiante alojarse con fuerza en su pecho; el lamento y la desdicha le gritaban en augurios muertos, mirando a través de su don el fin miserable que aquel alfa cavó, para dar inicio con el verdadero sufrimiento.

Los ojos de Jimin permanecieron estáticos en aquel punto donde Jackson fue consumido por la oscuridad. El hedor de la peste se combinó con la humedad de la madera arruinada; sangre negra entremezclada con la tierra del lugar, al mismo tiempo que notaba la inocencia e indiferencia de todos los demás.

—No pueden verlo —susurró para sí, aunque llegó a ser escuchado por alguien más.

SeokJin se colocó al lado del omega rubio para poder susurrar. —Finge que no lo has visto.

—Pueden tropezar con él —mencionó Jimin, con la mirada fija en el cadáver que estaba siendo consumido.

El mayor tomó una de las manos contrarias y le dió un fuerte apretón. —No dejes que te afecte y sigue avanzando.

Jimin se esforzó en hacer lo pedido por el omega mayor. Sus pasos adquirieron un poco de seguridad, el temblor en su cuerpo era leve y sus oídos decidieron permanecer sordos mientras atravesaban en silencio aquel escenario de muerte.

Pudo respirar tranquilo cuando al cabo de los minutos el cuerpo muerto quedó atrás; incluso aquella sensación pesada y angustiante desapareció del cuerpo de SeokJin, dándoles a ambos una pequeña dosis de paz, la cual era necesaria para no flaquear.

Al final del túnel una pequeña sala de bienvenida les esperaba; todo lo que había ahí no podía diferenciarse debido al polvo espeso que cubría a cada objeto. Telarañas esparcidas por doquier, y un par de murciélagos sobresaltados al percibir movimiento en un punto que llevaba años estando muerto.

Y en medio de todo aquello, una llamativa cartelera estaba, la cual aún conservaba aquel rojo ambivalente que centelleó en aquellos años dorados con el título encantador del famoso circo.

—No puedo creer que hayamos entrado —susurró Taehyung, y gracias al silencio del lugar aquellas palabras fueron escuchadas por el resto del equipo.

SeokJin dió un paso al frente, las emociones impresas en aquel lugar eran melancólicas con un sentimiento añorante que no pudo descifrar. Sin embargo, no había rastro de amenaza.

—Él no está aquí —habló fuerte y alto.

—Excelente —asintió Yoongi, fijando su mirada azul en el alfa moreno—. ¿Hacia donde, NamJoon?

El mencionado miró el mapa que tenía en sus manos. —A la izquierda y luego recto, en pocos minutos deberíamos ver nuevamente él área de la feria.

—Sigamos —dijo Min, mientras tomaba la mano que su omega le ofreció.

Jimin siguió el ritmo seguro que su esposo marcaba con cada paso que daba; sus ojos veían todo lo que se encontraba, haciendo una mueca cada vez que un sentimiento de reconocimiento le atacaba. El latir de su angustiado corazón podía reconocer emociones ajenas que fueron entrelazadas sin explicación alguna, más aquella era la misma razón por la que el omega se sentía tan atado a aquellas sucias paredes.

De alguna manera se sentía como una más de todas aquellas almas que rendían tributo al mal que nació bajo esas luces brillantes. Un peón, un sumiso y un débil servidor que en ocasiones odiaba lo que desde años le torturó, pero que también amaba una pequeña fracción de todo aquel sentimiento confuso que guardaba en lo profundo de su corazón.

Una línea divisoria que fue dibujada por el filo de la garra podrida, disfrazada en un encanto superficial que poco a poco desangraba la jovialidad misma de un corazón que prometía sentires blancos y humanidad.

—Estás muy callado —observó Yoongi, pues su esposo no había mencionado palabra alguna desde que ingresaron al lugar.

Jimin abandonó la profundidad de sus pensamientos para darle una sonrisa al alfa preocupado que tomaba su mano.

—Simplemente pensaba —y era verdad.

Pensaba en el delicado equilibrio que tenía su alma, donde un pozo oscuro y desconocido le esperaba; así como la seguridad de una luz cegadora que siempre servía de manta e iluminaba para que nunca cayera en aquella perdición.

—¿Estás bien, amor? —el tono preocupado de Yoongi le hizo reprocharse.

Jimin había aprendido a controlarse, pero los sentimientos que aquel circo despertaban en él parecían nunca detenerse, aumentando de fuerza con cada paso que daba y cada vez que respiraba.

—Estoy nervioso —decidió ser sincero—. No sé cómo reaccionaré una vez iniciemos con todo esto.

El pelinegro le regaló una sonrisa comprensiva. —Prometo que me esforzaré para que todo sea de lo más fácil para ti.

—Ya lo haces, alfa —respondió el menor—. Solo me basta tenerte a mi lado para saber que tengo las fuerzas suficientes.

—Siempre —una única palabra que fue susurrada en un secreto, esa misma que causó un sentimiento reconfortante que logró menguar la tormenta interior en el omega.

Pocos segundos pasaron para que una nueva duda apareciera en la mente de Jimin. El cuerpo sin vida de Jackson fue un hecho que no le sorprendió, una parte de él está lista para saber que en el camino las almas débiles perecerán; sin embargo, el encanto oculto que impidió ese conocimiento para los demás fue un detalle que no pudo ignorar.

—Yoongi... —carraspeó y sus ojos no hicieron contacto con los de su alfa cuando preguntó—. ¿Qué ocurrió con Jackson?

El mayor bufó. —Al final decidió esperarnos con los demás en las afueras del circo.

Y aquella respuesta le confirmó a Jimin lo que todo ese tiempo estuvo tratando de negar.

Ahora sabía que el haber visto con claridad el cuerpo desgarrado y podrido del que fue su compañero de trabajo, fue el vil método que el demonio utilizó para darle la bienvenida.

Una que solamente SeokJin y él pudieron ver.

Jennie permanecía con un profundo puchero que representaba el descontento que sentía desde que su pareja le dijo que no ingresaría al circo.

—No te entiendo —uno de sus compañeros fue el que habló, llevaba viéndola por los últimos veinte minutos y no terminaba de procesar el comportamiento en la omega—. Tú misma mencionaste que no querías ingresar al circo porque sentías miedo.

—Sí, pero tampoco quería que Lisa lo hiciera —respondió, encargándose de mantener el puchero.

—Lisa es una de las mejores en interpretación —comentó Sehun—. Que no haya ido supondría una clara desventaja para el equipo.

La omega se cruzó de brazos. —No importa, ella me prometió que no se pondría en peligro.

—Todos estamos en peligro —afirmó el alfa con seriedad—. El hecho de que estemos aquí afuera y no adentro, no es sinónimo de seguridad.

El animó en la omega decayó de manera considerable. —Pero no estamos juntas.

—Deja de deprimirte, hay cosas más importantes que hacer —Sehun odiaba ser rudo, pero no tenía otra opción—. En media hora debo dar una vuelta por los juegos para verificar que las cámaras estén funcionando bien, ¿Te gustaría acompañarme?

Ella sonrió, agradecida de que el alfa estuviera ahí acompañándola. Aunque había más miembros del equipo, Jennie no se sentía cómoda con ninguno de ellos; a su parecer eran demasiado serios y extraños, llegando a ocasionarle escalofríos desagradables con el mínimo contacto.

—Me encantaría —asintió, con una tenue sonrisa para tranquilizar el ambiente extraño.

La mirada del alfa recorrió la extensión del terreno que había quedado al cuidado de ellos, mientras su mente luchaba para mantener la calma.

Las indicaciones de Yoongi fueron claras desde un principio. No interferir en las señales y pasar un reporte diario, destacando los puntos que se crean relevantes, y en caso de que la situación se torne demasiado difícil recurrir por ayuda; o en su defecto, salir por completo de los alrededores del circo.

—Deberíamos ir caminando para estar a tiempo —propuso Jennie, poniéndose de pie.

Sehun asintió. —Vamos.

Los dos caminaron el largo tramo que los dividía de su objetivo; el silencio se hizo presente y ninguno de ellos quiso espantarlo, cada quién concentrado en sus propios problemas hasta que una presencia familiar y a la vez extraña ganó la atención de Jennie.

—¿Jackson?

El alfa que la acompañaba giró para verla. —¿Dijiste algo?

—Jackson no está con los demás —comentó extrañada, mirando fijamente al alfa mencionado el cual estaba en una de las esquinas del carrusel.

Sehun detuvo sus pasos para observar en la misma dirección que la omega lo hacía, no pudiendo evitar sorprenderse al descubrir que Jennie tenía razón.

—Que extraño —musitó con el ceño fruncido—. Jackson estaba bastante seguro de querer ingresar al circo.

—Pues no lo hizo —dijo la omega—. ¿Vamos con él?

Sehun asintió y ambos retomaron el camino, esta vez en la dirección donde Jackson se encontraba. Sin embargo, no pudieron evitar extrañarse al ver que a medida ellos se iban acercando, su compañero se alejaba cada vez más y más.

—¡Hey, Jackson! —gritó la omega, sorprendida al ver como el mencionado corría hacia una parte que todavía no podían explorar.

Y cuando llegaron al carrusel no pudieron encontrar el mínimo indicio de que su amigo hubiese estado ahí.

No quedaba algo que les diera una señal, ni siquiera el aroma que una vez compuso la esencia de Jackson.





















F por Jackson 😂

En el próximo capítulo nuevamente volveremos al pasado, así que estén atentos porque solamente ahí se verá la vida de Ange.

Muchas gracias por leer.
















YOONGLH🎪

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