—¿Puedo pasar?— pregunté. Seokjin tal vez no había usado las mejores palabras y yo quería hablar con Tae, hacerle entender que el amor no es un juego.

Taehyung asintió haciéndome espacio en su cama, llena de libros, no, álbumes.

Tomé una entre mis manos y sonreí.

—No eres un mal chico, es sólo que no quieres dar el paso correcto— mencioné.

Me miró sin entender, le mostré la foto donde Taehyung sonreí mientras tenía la vista fija en Hobi con su rostro manchado de pastel dietético.

Yo había tomado esa foto en el cumpleaños número trece de Hobi, habíamos sido demasiado felices ese día.

—No, no es lo que crees, a mi no me gusta Hoseok— dijo inmediatamente más para sí mismo que para mí —él es como mi pequeño hermano lindo y bonito.

—Él es mayor que tú — le aclaré.

Taehyung se encogió de hombros —Seokjin tiene razón soy como mi madre, terminaré lastimandolo— dijo preocupado.

—Eso no es verdad— su madre que tuvo un montón de novios hasta que se embarazó y después se fue con un hombre abandonando a su hijo, no Taetae no era así —sólo tienes miedo de intentarlo, pero sí no lo haces tú alguien más lo hará, el pequeño Hobi es tan bonito.

Sonreí después de lograr lo que quería, sus ojos se abrieron grandes y asustados.

—NO.