Resulta que Seokjin, mi nuevo inquilino no era el padre biológico del pequeño diablillo, era su tío y su custodio legal. La desgarradora historia que me contó me hizo fruncir el entrecejo y apretar los puños.

¿Qué clase de madre abandonaba a su hijo por un hombre?, Ni las hienas eran capaces de algo como eso, Taehyung debió sufrir mucho y Seokjin también con una hermana como la que tenía.

Un hijo era una responsabilidad demasiado grande para una sola persona, más para un joven como Seokjin que apenas había terminado la universidad y no contaba con un trabajo estable.

—Taehyung, ¿por qué no vamos a jugar y conocernos mejor?— pregunte de forma amable, tratando de hacerme amigo del nene, sin embargo el mocoso frunció el entrecejo y me volvió a dar una patada en la espinilla.

—¡No!, ¡feo!, ¡feo!— dijo una y otra vez —¡quieres quitarme a mi papá!

Me mostró su lengua y se encerró en el departamento que el mayor me rentaba, Seokjin se cruzó de brazos y negó.

—Le cuesta hacer amigos y entablar conversaciones, él sólo tiene mucho miedo de querer a alguien y perderlo, tiene miedo de que lo abandone pero eso jamás pasará— aseguró más para si mismo que para mi.