—¡Niño malo!, ¡me has dado el susto de mi vida!

Conocía al Seokjin amable, siempre mostrando una sonrisa a todos y ayudando en lo que puede como aquel día que le dio azúcar a la señora Choi o el día en que ayudo a la señora Park con las bolsas del mandado.

Conocía al Seokjin respetuoso que hacía reverencias a toda persona mayor que encontraba y saludaba a los conocidos.

Conocía al Seokjin que era bueno en la cocina y en el cuidado de la casa. Conocía al Seokjin nervioso, aquel que llegó a mi restaurante asustado por creer que había perdido a su hijo.

Pero el Seokjin enojado era algo digno de apreciar.

—¡No vuelvas a hacer eso!— dijo mientras nalgueaba al pequeño Taehyung quien se quejaba pero no lloraba, Seokjin debía tener la mano bien dura. Se veía chistoso con la orejas rojas y todo su rostro en general, su frente se frunció y sus expresiones eran divertidas, mientras hablaba, parecía que estaba diciendo trabalenguas.

Si fuera él, yo hubiera hecho lo mismo, él niño nos había pegado un susto bien grande, había hecho preocupar a Seokjin y a mi tambien.

Por lo mientras yo disfrutaba de ver el rostro rojo de Seokjin.

Después de unas cuantas explicaciones y lágrimas ambos se fueron a la cama y yo me metí a mi propio departamento.