Seokjin se mudó a mi departamento después de varios meses de relación en los que me esforcé para conquistarlo, hasta que llegó el momento de vivir juntos, mi hogar era lo suficientemente grande para ambos, además de que él se ahorraba pagarme la renta, por lo que volví a rentar el que ocupaba antes a una señora de la tercera edad, me agradaban esas personas, eran amables y poco molestas.

Seokjin había empezado a ayudarme en el restaurante y la cartilla del menú se había vuelto más variada y extensa con sus platillos y postres, también habían más personas alrededor.

Mientras Seokjin se encontraba en la cocina yo siempre aprovechaba para robarle un beso y él se sonrojaba ligeramente.

Taehyung era alguien difícil de controlar, con sus seis años, estaba apunto de entrar a la primaria y ya me había declarado su enemigo.

Me aventaba la comida cuando Seokjin no nos veía, me daba de patadas en los pies, me mostraba la lengua, repetía mis palabras de forma burlona, rayaba mi cara con plumones cuando dormía, simplemente me hacía unas cuantas bromas.

¿Cómo si yo fuera a alejarme de Seokjin sólo por eso?

Terminamos de acomodar la ropa de Seokjin en mi armario y cuando me di cuenta Taehyung ya dormía en nuestra cama.

Miré a Seokjin y el mayor se encogió de hombros.

—Él siempre duerme conmigo.

Mi mandíbula se desencajó.

—Osea que no habrá cuchichuchi.

Seokjin sonrió y luego afirmó.

—No habrá cuchichichi Nam, al menos no hoy.