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❝Feliz Cumpleaños❞

































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Daia suspiró al abrir sus ojos y encontrarse sola en su habitación, en su departamento en Londres. Sabía que Percy y Oliver ya debieron de partir a su viaje por lo cuál estaba totalmente sola.


-Feliz cumpleaños a mi- Murmuró extendiendo sus brazos por la cama.


Pocos minutos después se levantó para bajar a la cocina y comenzar a preparar su desayuno en silencio, con los años se había acostumbrado a pasar su cumpleaños sola, siempre era así.

Años atrás lo pasaba en Hogwarts con sus amigos, pero Holly tenía partido ese día, Oliver y Percy no podían posponer su viaje, su madre estaría ahora mismo en la reunión semanal de su padre en París y ella estaba bien con eso.


El timbre resonó por todo el departamento mientras ella servía su café, esto la hizo fruncir el ceño, nadie la visitaba tan temprano y sobre todo nadie interrumpe su café.

Suspiró y caminó hasta la puerta revolviendo su cabello con la intención de que si era el necio cartero que no aceptaba un "No" por respuesta, se asuste y corra, pero no era el cartero.


-Merlín...- Murmuró al abrir la puerta.


James Potter le sonrió lo más amable que pudo, llevaba puesto un chándal para hacer deportes color gris, una camisa roja y tenis del mismo color.

Daia se quedó ahí viéndolo como si tratara de decidir si era una broma, alucinación o se había vuelto loca.


-Feliz cumpleaños- Habló el mayor mostrando un pastel.


Se lo veía algo avergonzado, pero aún así sostuvo frente a ella un pastel con decoraciones rojas y doradas que tenía la inscripción "Feliz cumpleaños Daia" en letras verde esmeralda.


-¿Me trajo un pastel?- Contestó finalmente la pelirroja aturdida.

-Sí, pero si crees que es muy raro entonces no-


Daia no respondió, simplemente sonrió y se acercó a las velas encendidas sobre el pastel, cerró sus ojos y sopló para luego sonreír de nuevo.


-No es raro, es lindo, muchas gracias señor Potter...-

-¿Ya no seré Potty?- Se alegró el mayor entregándole su pastel a la chica.

-Lo seguirá siendo mientras yo exista-Ella bajó la mirada por un segundo para ocultar la sonrisa que aún tenía.


Se dedicó a observar el pastel con sus ojos brillantes cuál estrellas, jamás en su vida le habían llevado un pastel, sus amigos le cantaban cumpleaños, pero jamás tuvo un pastel al despertar.


-¿Quiere pasar a desayunar?- Preguntó sin levantar la vista y haciéndose a un lado en su puerta para dejar pasar al hombre.

-Esto... Sí, gracias-


Una vez James entró ella cerró la puerta con rapidez y le hizo una señal para que la siguiera a la cocina, colocó el pastel en la mesa y se volteó para ver al mayor.

El Potter se dedicaba a observar todo con gran curiosidad, rápidamente se acercó a la cafetera que hacía ruido y humeaba preparando el café.


-¿Qué es? ¿Cómo funciona?-

-Se llama cafetera y como el nombre dice es para el café, lo prepara- Explicó Daia acercándose a él.

-¿Cómo la conseguiste? Quisiera una, siempre me quemo tratando de hacer café-

-Es un aparato muggle, me lo regaló la madre de Oliver hace un par de meses-


El azabache asintió y se acercó más al aparato con una sonrisa hasta que se acercó tanto que el humo lo quemó.


-Mejor aléjese de eso ¿Si?- Pidió la Malfoy tomando su brazo y llevándolo a una silla.

-Que maravillosa cosa, debo preguntar a mi ex donde conseguir uno- Siguió el mayor sin dejar de sonreír.

-En las tiendas de electrónicos, no es tan difícil-


Daia hizo un movimiento con su mano y una taza voló hasta ella, sirvió el café para el Potter sin preguntarle si lo quería o no, supuso que le gustaba puesto que estaba tan feliz con su cafetera.


-¿Quiere que le prepare algo de desayunar?- Propuso dejándo la bebida caliente frente a él.

-¿Para qué? Tenemos pastel-

-Desayunar pastel no suena algo muy saludable, Potter-

-Llámame James, Potter suena a regaño, ¿A quién le importa lo saludable? Es tú cumpleaños-

-Bien, pero ya verás que te dolerá el estómago-


James hizo una señal con su mano para restarle importancia a lo dicho por la pelirroja y esperó ansioso a que le dieran su rebanada de pastel.


-Chocolate- Examinó Daia sentándose frente a él en la mesa- Mi favorito... ¿Cómo lo...?-

-Un mago jamás revela sus trucos- Interrumpió el azabache sonriendo.

-El mago me debe de decir ¿Cómo sabía dónde vivo?-


El ojiavellana se sonrojó un poco, como si lo hubieran descubierto en la peor de las travesuras.


-Anoche...- Comenzó avergonzado- Luego de tú fiesta me fui a casa solo porque Sirius se ligó a alguien...-

-No me sorprende- Murmuró la menor antes de tomar un trozo de su pastel y comer.

-Pasé la noche viendo al techo y recordando a mis padres, mi madre jamás dejó que alguien pase su cumpleaños solo-Siguió sin levantar su mirada-Así fuera el vecino molesto, ella siempre le hacía un pastel-


La ojigris bajó su mirada hacia el plato con el pastel y de pronto comprendió porque las decoraciones parecían estar hechas por un niño.


-Decidí que, aunque eres una molestia en mi trasero, no dejaría que pases tú cumpleaños sola cuando yo tenía el día libre- James sacó algo de su bolsillo y lo dejó en la mesa- Fui al ministerio y recibí tú expediente, ahí estaba tú dirección-

-De acuerdo, esto es acoso laboral-Bromeó la pelirroja frente a él.

-No lo hice con esa intención- Se defendió el azabache riendo- Una vez tuve tú dirección volví a mi casa y como eran las 4 am y nada estaba abierto te hice un pastel así que me disculpo por el sabor- Terminó divertido su historia.


La Malfoy sonrió, sonrió como nunca lo había hecho en presencia del Potter que ahora la veía fascinado, nunca había visto una sonrisa tan hermosa en otra persona.


-¿Me hizo un pastel? Después de todo lo que le dije en el almacén-

-Tenias razón en ese momento, no tenía porqué gritarte y me sobrepasé, lo siento mucho-

-Y yo lo siento por gritarle...- Fue cuando la pelirroja recordó algo y sonrió- Y lo siento por colocar polvo pica pica en la silla de su oficina-

-¿Pusiste polvo pica pica en la silla de mi oficina?-


Ella asintió esperando un regaño, pero en su lugar solo escuchó la sonora risa de James Potter recorrer todo el departamento.


-¡Cambie de oficina con Sirius ayer!- Confesó el mayor sin dejar de reír.

- Ay no, que vergüenza-

-¡Es el mejor karma del mundo!-Aseguró el Potter-Eso le pasa por abandonarme ayer-

-Eres malo James, esa cosa dejará cicatrices-

-¡Nunca te había apreciado tanto como ahora niña!-


Finalmente Daia no se resistió y comenzó a reír junto a James, ambos golpeando la mesa tratando de contener su risa al imaginar a Sirius Black cubierto de polvo pica pica.








































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Una hora después Daia Malfoy sonreía triunfadora al declarar su victoria sobre James Potter en el juego de mesa que habían tomado prestado de la habitación de Percy Weasley.


-¡Paga! ¡Esa es mi propiedad!- Exigió la Malfoy sin dejar de sonreír.

-¡No! Estás en la cárcel, no le daré mi dinero a una criminal-

-¡Así no es el juego!- Daia se levantó y extendió su mano hacia el ojiavellana-¡Dame mi dinero James!-

-¡No!- El Potter comenzó a gatear por el suelo riendo- ¡Alcanza MI dinero, Daia!-

-¡Ahora sí!-


La pelirroja se dispuso a correr tras el azabache que gateaba con agilidad por toda la sala escondiéndose de ella.

Pero finalmente logró alcanzarlo cerca del sofá y saltó con rapidez sobre él dominado la situación al sentarse de horcajadas en su torso y encerrar sus manos alrededor de las muñecas del mayor para apresarlo.


-Mi dinero Potty- Pidió sin dejar de sonreír burlona.

-Eso fue suerte, no cuenta niña-

-Claro, suerte o tus rodillas ya no son las mismas-

-¡Me las vas a pagar niña!-


El Potter liberó sus muñecas del agarre de Daia y una vez sus manos estuvieron libres la rodeó por la cintura apresado los brazos de la pelirroja y dando un giro a la situación quedando ella debajo de él totalmente apresada.


-¡Toma tú dinero! Tómalo- Se burló pasando su mano con el dinero cerca de su cara sin que ella pudiera tomarlo.

-¡Déjame! ¡James, no es gracioso!- Se quejaba la chica revolviendo su cuerpo como si fuera un gusano.

-Experiencia niña, experiencia-


Daia suspiró y dejó de luchar quedándose presa bajo el cuerpo del mayor que aún sonría viéndola con burla.


-Me voy a vengar James Potter- Aseguró en tono de queja.


Él sonrió acercándose al oído de la menor preparándose para la mayor de sus burlas.


-Adelante, te estaré esperando- Murmuró antes de alejarse.


Por unos segundos se dedicó a ver a los ojos grises de la chica frente a él, ella no desvió su mirada, él sabía que jamás lo haría porque sería como perder para ella.

Notó por primera vez lo bella que es Daia Malfoy, en otros momentos ya lo había notado, no es como estuviera oculta su belleza, pero en ese momento se dio cuenta de que nunca había visto a nadie tan bella.


No tuvo control sobre él en ese segundo en el que decidió acercarse a ella, no sabía para qué, pero quiso hacerlo.

Mentía, sabía para qué, no dejaba de ver sus labios como si fueran un deseo oculto que no sabía que tenía.


Aún así se detuvo en el momento en que ella desvió su mirada, algo que creyó que nunca haría, pero lo hizo.

Se regañó internamente por llegar a pensar en besar a Daia Malfoy, alguien que no solo es su compañera de misiones sino que también es menor que él por varios años.


-¡Mira James!- Alertó la pelirroja sonriendo-Es mi película favorita-


Daia Malfoy no se describiría a si misma como una persona cobarde, pero en ese momento sabía que había sido más que eso.

Cuando lo vio acercarse y ese sentido en su estómago apareció, esa calidez en su pecho que no había sentido nunca y ese mar de pensamientos que ciertamente no debía tener hacia su compañero de misiones, supo que tenía que apartarse.


Sentir todo eso por primera vez en su vida no le pareció algo hermoso, las personas como ella no sentían esas cosas, no sentían cosas como las que debían sentir Percy y Oliver al estar juntos, las personas como ella no se enamoran.

Pero aún así, en lugar de pedirle a James que se fuera de su casa, ella simplemente lo quitó de encima y lo jaló de la camisa hacia el sofá para ver la película que sí, le gustaba, pero a la que en otra situación no le prestaría atención.


-La veremos juntos, se llama 10 cosas que odio de ti- Siguió ella tratando de desviar la atención del Potter de su rostro sonrojado.

-Yo creo que es hora de yo me...- Comenzó un notablemente avergonzado James.

-Quédate aquí, voy a traer palomitas, refresco y una manta- Interrumpió la pelirroja levantándose.


No esperó una respuesta por parte del azabache, simplemente se levantó y corrió escaleras arriba con la excusa de traer la manta.

Una vez estuvo en su habitación suspiró tratando de calmar lo acelerado de su corazón mientras repetía una y otra vez la escena que vivió hace un minuto.


-El no trató de besarme- Se dijo luego de unos segundos- Probablemente se burlaba de mí y yo aquí como una tonta con el corazón acelerado- Se regañó a si misma.


Pasó sus manos por su rostro en un intento de quitar su vergüenza y sonrojo a la vez que intentaba calmar su corazón respirando con tranquilidad. Una vez se calmó se dio cuenta que la sensación de mariposas en su estómago no desaparecía, se trató de convencer que era por el pastel.

Se acercó a su cama y tomó una manta de color verde esmeralda luego bajó de nuevo y se dirigió a la cocina donde encontró al Potter sacando dos refrescos.


-Quise ayudar- Explicó lo más tranquilamente que pudo el mayor- Hice las palomitas, pero no sabía que refresco te gusta-

-Té de melocotón y limón, es el verde de la esquina superior- Contestó ella sonriendo y tomando las palomitas- Vamos, no quiero que te pierdas más de la cuenta-

-Como diga la dama-


Al volver a la sala James tomó asiento en el sillón más grande y esperó ver a Daia sentarse en uno de los pequeños para hacerlo sentir más idiota, pero en su lugar ella tomó asiento a su lado.

La pelirroja le entregó las palomitas y los cubrió con la manta que había traído, una vez estuvo segura de que todo estaba perfecto y sorprendente para ambos ella decidió colocar su cabeza en el pecho del Potter tranquilamente.


-Creo que te perdiste las presentaciones así que te explico, la rubia mayor es Kat, mi amor por ella no tiene límites, luego esta su hermana...- Comenzó la Malfoy señalando a cada personaje en la pantalla.


No se dio cuenta de que el azabache a su lado simplemente la veía con una sonrisa y asentía a todo lo que decía mientras se armaba de valor para abrazarla, después de unos minutos lo hizo y aún no dejaba de sonreír por alguna razón.


-Yo saldría con Kat y sin que me paguen- Terminó la ojigris su explicación- No te comas todas las palomitas-

-Lo siento, es que no dejabas de hablar-

-Pon atención o no vas a entender-


































Nota:

Buenasssss. ❤️

¿Qué les pareció este nuevo capítulo? 🥺🥰

¿Qué piensan de James y su gesto con Daia? 🥺❤️

¿Qué les parece la relación que están formando Daia y James? 💚❤️

¿Qué les parece hasta ahora esta historia? 🤔❤️

¿Tienen alguna teoría o aún no? 😶

¡SE VIENE BRASIL!!!! 🤫❤️

¿Qué piensan de Daia hasta ahora? 🥺💚

Bye. 💚❤️

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