♟CAPÍTULO DIEZ♟

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"Kiss"


La mañana regresó y el sol radiante iluminaba las calles mojadas de Wildwood. Aixa se despertó en la habitación que una vez fue uno de sus lugares favoritos y al recordar la noche anterior se giró para observar a su paciente misterioso, pero a su lado ya no había nadie, solo el bulto de almohadas que había utilizado como barrera protectora.

Su mente imaginó el peor de los escenarios y corrió a la habitación de su amiga, pero todo estaba bien y Sofie ya la esperaba lista para volver al psiquiátrico.

Al contarle lo ocurrido la noche anterior ambas fueron a la habitación de invitados donde la puerta estaba abierta y no había rastro del Monstruo de Wildwood. Asustadas y confudidas terminaron de arreglarse y se marcharon a iniciar un nuevo día de trabajo.

Aixa debía de denunciar la desaparición de Dax, estaba libre, en las calles nuevamente, sabía que eso significaba un número incontable de muertes, todo por haber sido tan estúpida como para ayudarlo y bajar la guardia ante un psicópata como él.

Cuando Sofie estacionó su auto en el psiquiátrico vieron allí también varias patrullas de policía.

-Ya lo saben -le dijo Sofie bajando del coche y Aixa la siguió.

Ambas caminaron a la recepción donde un policía platicaba con una enfermera, su mejor amiga le hizo señas para que le preguntara porque estaban allí.

-Buenos días -tanto el oficial como la enfermera de recepción ponen su atención en Aixa y Sofie, esta última le entrega a la enfermera la credenciales de ambas, las que la enfermera pasa por el sensor y una luz verde se enciende permitiéndoles entrar a la instalación.

-¿Ha pasado algo? -le pregunta Aixa al oficial y antes de que este responda la enfermera se adelanta.

-Asesinato en la Sección Este.

Sofie mira a Aixa asustada, ambas salen de la recepción y se encaminan rápidamente a la Sección Este. En cuanto entran al pasillo que lleva a la sala de médicos el cuerpo de Aixa se tensa y se lleva un mano a su rostro recordando lo vivido en ese pasillo.

-¿Estás bien? -le pregunta su amiga cuando se detiente y ella asiente volviendo a caminar.

Cuando por fin llegan a la sala, las recibe todo el caos. Hay policías y forenses por todo lados, el doctor Lorenz está conversando con el que parece el detective encargado del caso y sus compañeros estudiantes conversando en un rincón, mientras Paola, la otra chica del grupo esta llorando en los brazos de Josh.

Mike las observa, las saluda con la mano para luego caminar entre los policías y acercarse a ellas. El cuerpo de la persona está en el suelo de la sala cubierto por una tela negra.

-Hola -saluda Mike con un intento de sonrisa.

-Hola -le responde Sofie pero Aixa sigue mirando hacia el cuerpo.

-¿Quién es? -le pregunta a Mike.

-Stephan, el que estaba de guardia anoche -Sofie suelta un chillido que es apenas audible cuando cubre sus labios mientras un escalofrió recorre el cuerpo de Aixa.

Fue él -pensó-. Lo mató para huir del psiquiátrico, era la primera de muchas muertes.

-Josh lo encontró esta mañana en el pasillo del ala A -explica-. Al parecer tiene múltiples heridas con arma blanca.

-¿Un cuchillo? -preguntó ella y Mike asintió.

No había dudas, la sangre en el cuerpo de Dax pertenecía a Stephan y seguro él lo hirió intentando defenderse.

Ella sintió repulsión por si misma al saber que había ayudado al asesino de su compañero y apretó sus puños para aguantar la impotencia y la rabia que le estaba causando toda esa situación. Estaba siedo débil, ingenua, y estúpida.

¡¿Qué rayos pensó cuando lo ayudo?!

-La muerte fue a las 3 de la madrugada -escuchó decir al forense.

-¡Joder! -exclamó Sofie y Aixa supo que ella también se dio cuenta.

No había sido él, a las 3 de la madrugada Dax estaba con ellas en el departamento, encerrado en la habitación o bien podría haber estado en su cuarto con ella, recordaba haber visto por última vez el reloj a las 3:45 antes de quedar dormida, era imposible que hubiese estado en ambos lugares a la misma vez.

Sin pensarlo dos veces y sin decir palabra se alejó de Sofie y Mike. Caminó al ala A, tenía algo rondando su cabeza y esperaba que no fuese cierto, porque eso significaría que había caído en su juego y que Dax estaría un paso por encima suyo.

La puerta del ala se abrió en cuanto introdujo su credencial en el identificador, todo estaba en silencio como siempre y sus tacones resonaron por todo el lugar.

Caminó hasta la puerta tres y asomó su cabeza por la ventanilla, estaba vacía, introdujo su credencial en la puerta y entró buscando pistas sobre ese chico que se estaba ganando toda su curiosidad. De repente la puerta se cerró de un tirón y unas manos cubrieron su boca evitando que gritara.

-Bienvenida al juego mi dama -le susurró Dax en el oído.

Había regresado al psiquiátrico y eso confirmó la hipótesis de Aixa, todo lo pasado la noche anterior había sido parte de su estúpido juego. Intentó forcejear para soltarse pero Dax era muy fuerte y sus intentos eran en vano.

-Vamos a conversar un rato doctora, voy a soltarla, no grite.

El chico quitó sus manos y se alejó de ella.
Aixa tomó una larga respiración, gritar no era una opción lo sabía, solo lo enfadaría, tenía que cumplir sus órdenes y tal vez la dejaría marcharse.

-¿Qué quieres? -le preguntó

Dax sonrió, esa maldita sonrisa siniestra que siempre mostraba y que le ponía los pelos de punta. Caminó hasta su cama y se sentó, le señaló la silla que estaba al frente de él para que tomara asiento y ella lo hizo.

-Quiero hacerle unas preguntas Doctora.

-¿Por qué ahora me hablas? -le preguntó ella.

-Si no se ha dado cuenta solo hablo cuando quiero -respondió-. Es usted psiquiatra pudo haberlo deducido, me decepciona.

Aixa rueda los ojos y calla, porque sabe que es cierto, ahora que lo pensaban Dax siempre le dirigía la palabra cuando necesitaba hablar con ella, no cuando ella le hacía una de sus miles de preguntas hacia él.

-¿Qué quiere preguntarme?

-¿Qué oculta doctora? -le preguntó y Aixa se tensó-. ¿Por qué siempre está en este lugar tan siniestro?

Se pone de pie y camina ubicándose detrás de ella.

-¿Por qué no me teme?

El cuerpo de Aixa amenaza con temblar y ella intenta controlar su respiración,
él no puede saberlo.

-¿Por qué debería temerle?

-Porque soy un asesino -le susurra en el oído-. Pero no doctora, sé la respuesta a esa pregunta.

-¿Cuál es la respuesta?

-Usted no me teme porque es como yo -toma su mano y el tacto hace que Aixa puegue un pequeño salto, su piel es fría y suave-. Estas manos, Aixa, están manchadas de sangre.

Rápidamente aleja su mano de la él y se pone de pie de la silla. Su pecho sube y baja de forma veloz y él la mira sonriendo, una mirada intensa llena de algo que Aixa no logra decifrar pero que la llena de adrenalina, solo bastan dos segundos para que se acerque hacia él y haga que sus labios choquen con los suyos.

Dax la toma de la cintura respondiendo el beso, y ella siente que cae lentamente por un precipicio directo a la oscuridad y sin fecha de retorno. Estaba besando a un paciente, a un asesino, a un psicópata. Pero este sin dudas estaba siendo el mejor beso de su vida.

Los labios de aquel chico se amoldaban a los suyos mientras sus respiraciones eran desastrosas, su lengua se adentró en su boca y todo el interior de Aixa se removió, llevaba dos meses sin ningún tipo de contacto sexsual.

Sintió que el mundo le daba vueltas cuando Dax la tomó del pelo y la apresó contra la pared. Sus manos impacientes por tocarlo entraron por debajo de la sudadera y tocó la piel de aquel asesino, su cuerpo firme se sentía tan cálido al contario de aquellas manos frías que sostenían su rostro mientras él la besaba salvajemente.

Cuando ya no podían soportar más, él separó sus labios y le dio un mordisco como el primer día que se vieron, solo que esta vez, no hubo sangre.

-Acabas de firmar tu sentencia mi dama, ahora me perteneces.

Ni siquiera pudo procesar lo que aquel psicópata había dicho, la realidad la afrontó de golpe. Lo había hecho de nuevo, había dejado que su lado oscuro saliese, y sabía que ahora tendría que pagar las consecuencias de sus actos.










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Sin palabras...

En el próximo capitulo daremos un viaje al pasado

Os quiero

Nos leemos!!!

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