♟CAPÍTULO NUEVE♟

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"Sleep"


Sofie llevaba toda la noche acostada en su sofá con una gran cacerola repleta de palomitas mientras veía por décimo tercera vez Los Juegos del Hambre, era su película favorita y por mucho que la repitiese nunca se cansaba.

De vez en cuando miraba el reloj de la pared preocupada por Aixa, llevaba un mes sin salir del psiquiátrico y esperaba no recibir una llamada con malas noticias.

Aixa y ella se conocían desde la universidad, cuando todas las chicas se alejaban por que pensaban que ella era una creída Aixa se mantuvo a su lado. Por ello la quería como una hermana.

El timbre de su departamento sonó y una sonrisa se le dibujó en el rostro, ya no tendría que preocuparse más. Se levantó del sofá y caminó descalza a la puerta para abrir.

-¡¿Qué diablos?! -exclamó al ver a su mejor amiga con un chico todo mojado y con rastros de sangre recargado al hombro.

-¿Me ayudas? -le preguntó ella mirando al chico con preocupación.

En ese instante el sujeto levantó su rostro y Sofie tembló al reconocerlo.

-Dime que no es quien creo que es -le dijo y Aixa la miró apenada-. ¡¿Te has traído al mismísimo Monstruo de Wildwood a mi casa?!

Aixa sabía que estaba abusando de la hospitalidad de su mejor amiga, pero sobre todo que estaba poniéndolas a ambas en riesgo al tener a ese chico ahí.

¿Pero qué podía hacer?

Algo en su interior le gritaba que lo ayudara y que no lo dejara abandonado.

-Lo sé, lo sé -soltó un suspiro-. Es una locura pero quiero ayudarlo.

-¡¿Pero te has vuelto loca?! -gritó Sofie alterada por toda la situación, aún tenía muchas cosas que hacer antes de morir en manos de un asesino-. ¡Ni siquiera se supone que esté aqui! ¡¿Cómo diablos salió del psiquiátrico?!

-No tengo ni idea -respondió Aixa, el hombro ya le dolía de sostener a Dax-. Pero no creo que en su estado pueda hacernos algo Sof.

La peli negra observó al chico con detenimiento, seguramente debía de tener la edad de ella o ser unos años mayor, estaba golpeado y tenía una herida en el abdomen de sangraba, nada grave, pero estaba débil, seguramente podría noquearlo con su sartén, o en todo caso ella y Aixa tendrían tiempo de correr antes de que la descuartizara con uno de los cuchillos de la cocina.

Miro a su amiga, miró al chico que mantenía sus ojos cerrados y hacía muecas de dolor, sabía que problabemente se arrepentiría luego.

-Vale -Aixa sonrió-. A la habitación de invitados, mi sofá es sagrado.

Se acercó a ellos y ayudó a su amiga a llevar al chico hasta la habitación de invitados donde lo dejaron recostado y Sofie fue a por el botiquín de primeros auxilios.

Aixa se sentó en la esquina de la cama observando a Dax, su respiración era lenta y tenía sus ojos cubiertos con el antebrazo.

¿Qué hacía ahí?

¿Qué había pasado?

¿Cómo salió del psiquiátrico?

Todo alrededor de Dax eran interrogantes que no tenían respuestas porque él solo hablaba selectivamente cuando se le antojaba. Aixa se dio cuenta de que estaba creando demasiado interés en él, en descubrir que hay detrás de toda esa fachada de asesino. Siempre hay un detonante para personas así y ella quería saber cual había sido el de Dax.

-Lo vas a gastar con la mirada -le dijo Sofie llegando con el botiquín-. Ten, todo tuyo, yo sigo con mis pelis de Juegos del Hambre.

Aixa ríe, su amiga como siempre repitiendo esa película una y otra vez. Sofie también le entrega unas llaves y ella la mira confundida.

-¿Qué? -se pone las manos en la cintura -. Te piensas que voy a dormir en paz sabiendo que este tío está aquí, cierras la puerta con llave cuando termines, mañana temprano llamamos al psiquiátrico para que vengan por él, no sabemos sus intenciones.

Ella asiente y su amiga sale de la habitación. Dax seguía en la misma posición, parecía dormido. Se acercó con cautela, abrió el botiquín tomando un pedazo de algodón para limpiar la sangre y una vez el algodón hizo contacto con el cuerpo del chico, él agarró su muñeca con la mano que cubría sus ojos y la miró.

-Solo estoy curándote -le dijo.

-Baño -le dijo aquella voz y Aixa sintió un escalofrío, era tan profunda que escucharla le ponía los pelos de punta.

Ella le señaló la puerta del baño y el chico se puso de pie y se fue hacia ella. Pasaron varios minutos cuando Dax salió del baño envuelto con una toalla en su parte baja, ya no estaba sucio, su cuerpo definido hizo que Aixa se sonrojara y mirara hacía otra dirección. Era atractivo, muy atractivo y todo ese aire de misterio hacía que Aixa se interesara cada vez más en él.

¿Qué le estaba pasando? -se preguntó a si misma. Era un psicópata que en el menor descuido intentaría matarla solo por placer, debía alejarse de personas así, pero en lugar de ello, se estaba acercando cada vez más.

La cama se hundió a su lado y observó a Dax que la miraba confundido.

-¿Estás bien? -le preguntó y ella asintió nerviosa.

-¿Puedo curarte? -él se inclinó un poco hacia atrás y Aixa limpió el pequeño rastro de sangre que había quedado en la herida después del baño.

Una vez realizado el vendaje ella se levantó, dispuesta a marcharse.

-¿Me vas a explicar como saliste del psiquiátrico? -intentó obtener respuestas antes de irse.

Él ni siquiera respondió se acostó en la cama y volvió a la posición que había tenido rato antes. Aixa soltó un bufido frustrada y salió de la habitación cerrando con llave.

Al salir al pasillo se encontró a Sofie con un sartén en la mano y ambas echaron a reír.

-Un solo grito tuyo y le volaba la cabeza a base de sartenazos -le dijo su amiga riendo.

-Ya veo -rió ella-. Recuérdame alejar los sartenes de ti.

La noche transcurrió tranquila, Dax no había dado problemas y ambas estuvieron viendo la televisión hasta que el sueño las venció y se fueron a sus habitaciones. Aixa mantenía una habitación en el departamento de Sofie desde el tiempo de la universidad cuando estuvieron convieviendo juntas.

Una vez en pijama y lista para dormir se aventó a la cama de un tirón y soltó un suspiro. Su vida era un sube y baja desde que ese chico llegó al psiquiátrico. Su celular sonó en la mesa de noche y lo tomó en sus manos. Era un mensaje de Lorenz.

Te extraño, por favor volvamos a intentarlo.

Lo ignoró por completo y apagó el teléfono porque sabía que intentaría llamarla, se cubrió con su manta y una vez cómoda cerró sus ojos y al cabo de unos minutos quedó sumida en un profundo sueño.

El sonido de la puerta de su habitación abriéndose la despertó de repente, la luz que entraba por la ventana iluminó una figura que caminaba hacia ella y justo cuando iba a gritar se acercó corriendo y tapó su boca.

-No grite -le dijo Dax, su corazón latía tan fuerte que pensaba que iba a explotar.

-¡¿Qué haces aquí?! -le preguntó asustada-. Yo...yo cerré tu puerta.

Él le mostró esa sonrisa tan siniestra y ella se asustó aún más. Entonces recordó a su amiga y se puso de pie de inmediato. Él la sujeto por el brazo impidiendo que saliera.

-Ella está bien -le dijo.

-¿Qué quieres? -le preguntó-. ¿Qué haces aquí?

Miró el reloj de su mesita, eran las tres de la madrugada.

-¿Puedo dormir aquí? -le preguntó.

-¿Conmigo? -cuestionó ella y él asintió.

¿Que iba a hacer? -pensó, si se negaba el podría enfadarse y matarla, y si aceptaba tal vez había venido a su habitación con la intensión de matarla, en cualquiera de las situaciones ella terminaba igual.

-Vale -cedió-. Pero pondré las almohadas como barreras.

El se encogió de hombros y ella acomodó las almohadas para separar ambos lados. Una vez listo, Dax se acostó en el lado derecho y ella se quedó parada mirándolo.

-¿Qué espera?

-No me mates por favor.

El chico soltó una carcajada que resonó por toda la habitación.

-Doctora, si quisiera matarla, no estaría usted aquí ahora.

Ella asintió no muy convencida y se acostó en su lado frente al chico. No iba a dormir planeaba vigilarlo toda la noche, no importaba si mañana no tenía fuerzas para trabajar. No pensaba dejar a su amiga en peligro.

El chico cerró sus ojos y poco a poco su respiración se fue calmando. Aixa mantenía su mirada en él y pensó que viéndolo así no parecía un asesino, seguramente si fuese un chico normal se habría fijado en él. Cuando el reloj marcó las 3:45 Aixa no aguantaba más y sin darse cuenta sus ojos se cerraron quedando totalmente dormida al lado del chico al que todos llamaban el Monstruo de Wildwood.









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Holisss

Opiniones sobre el capítulo.

Yo ni loca duermo con Dax
(Obvio es mentira jajaja)

OS quiero!!!
Nos leemos

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