10._ El mismo sol

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-¡Mel! ¿Podrías sacar el mobiliario de playa? –pidió la platinada mientras preparaba algunas ensaladas para acompañar la carne al asador.

-¡Como mi reina ordene! –respondió de buen humor.

Aquel sábado la pareja más inesperada del mundo, amaneció con los ánimos agitados, recibirían visitas de sus amigos en su casa de playa, estaban emocionados de compartir aquel lugar especial con sus seres queridos más cercanos. El rubio salió por las puertas corredizas francesas que daban a la terraza trasera, abrió el almacén lateral de la casa; saco las sillas reclinables, tumbonas, sombrillas y mesas plegables que allí estaban, dispuso todo como le pareció más adecuado, por ultimo puso los carbones en la parrillera, dejándola lista para usar.

No pasaron ni quince minutos desde que el rubio se desocupó, cuando se escuchó el avance de llantas por el camino de tierra que conectaba la autopista con la casa, se levantó de su taburete en la isla de la cocina, desde donde veía como idiota a su novia cocinar diversos postres y acompañamientos para la comida, con paso tranquilo fue hasta la entrada, divisando la camioneta Todoterreno de Escanor.

El hombre del bigote y su novia bajaron de vehículo, siendo recibidos por la inconfundible sonrisa del rubio, ataviado con una bermuda carmesí y una camisa abierta manga corta de color blanco, detrás de este se veía a Elizabeth, que lucía una túnica playera tejida de color blanco transparentando un bañador rojo de dos piezas, a juego con su pareja.

-Bienvenidos –saludo la platinada.

-¡Llegaron el león y el jabalí! –exclamo a modo de saludo el rubio mientras se apoyaba en la baranda del pórtico.

Las dos parejas apenas habían intercambiado un par de comentarios, cuando por el camino aparecieron dos vehículos, el sedán de King y el deportivo de Ban, ambos acompañados por sus parejas. El escándalo ocasionado por el inusual saludo de Ban y Meliodas le saco sonrisas a más de uno, el grupo entro a la casa y se dividió, las chicas terminaron en la cocina ayudando a Elizabeth a terminar los preparativos y los hombres con cerveza en mano fueron a comenzar con la ardua tarea de encender las brasas.

Minutos después, un pelimagenta se unió al grupo, todos hablaban de tonterías sin sentido cuando por las puertas francesas atravesó un agitado Zeldris.

-¡Meliodas tenemos un topo! –exclamo.

-¿Qué? –cuestiono con el ceño fruncido- ¿Cómo siquiera es posible?

-¡Debemos revisar el equipo de seguridad!

-¿Cómo lo sabes? –cuestiono el mayor.

Zeldris le paso una revista al rubio, el popular semanario Blonda’s se encontraba ante los ojos del grupo de seis hombres. En la portada de la revista se encontraba una edición de dos fotos del azabache, una tomada de una rueda de prensa, donde su gesto era serio y porte imponente, la otra fue sacada en lo que parecía su cita con Gelda, ambos brindando y sonrientes, el encabezado de la publicación decía: “Las dos caras del verdugo Demon”

-¿A esto llamas un topo, hermanito? –cuestionó el rubio con gesto cansado- Creí que sería algo más serio.

-¿Acaso no te preocupa? –exclamo- ¡Era una cita privada! Nuestros guardias tenían el perímetro asegurado, nuestro anillo de seguridad más cercano fue roto –argumento agitado.

-¿Alguno podría golpearlo por mí? –pregunto más para sí mismo que para sus amigos, Gowther no entendió la connotación irónica en la pregunta y golpeo la espalda del azabache.

-¿¡Qué diablos te pasa!? –exclamo Zeldris al pelimagenta.

-El capitán lo pidió –razono el de lentes.

-¡Ya verás! –amenazo tomando de la camisa al muchacho de exigua musculatura.

-Piedad –llamó el rubio en un tono desprovisto de todo buen humor- Suelta al trapito…. Sate, sate, sate ¿Cómo te explico esto?

-Ve directo al grano, Meliodas.

-Bien, este tipo de cosas siempre se fugan, nunca lograras mantener los aspectos de tu vida amorosa en una total privacidad. Tendrías que limitar cualquier acercamiento con Gelda a un sitio confinado, sin empleados, lejos de la ciudad y mil un protocolos más, que llevarían tu relación al basurero ¿Comprendes?

-Sí

-Puedes cortar las cabezas que quieras del equipo de seguridad, pero tú te encargaras de buscar los reemplazos, personalmente y sin ayuda –propuso con un deje de amenaza- Te lo digo por experiencia, déjalo fluir… Aunque por otra parte –comento poniendo a su hermano tenso.

-¿Por otra parte?

-¡No es justo! ¡Me quitaste mi primera plana en Blonda’s! –exclamo sacando una expresión incrédula de sus amigos y hermano.

-¿Realmente eso le preocupa, capitán? –pregunto Escanor.

-¡Claro! Le hice una apuesta a Ellie de que lograría tener la portada un mes –comento abatido, encontrándose con la apuesta perdida.

-¿Te gusta ser el centro de la prensa rosa, capi~? –cuestiono Ban.

-No, pero sinceramente me divierte ver qué clase de tonterías se les ocurren.

-¿A este le llaman el más digno heredero del conglomerado Demon? –pregunto Zeldris al cielo entre suspiros.

-También le dicen príncipe Demon o el sucesor del rey Demon –acoto innecesariamente Gowther.

-Cabrita, todos sabemos los apodos que le tienen al capitán, no necesitas remarcarlo –intervino King.

-De todos modos aun tienes un amplio artículo en la revista –argumento Zeldris.

-Sí, pero no es la portada –refuto el rubio haciendo pucheros.

-¿Sucede algo rubio? –pregunto Elizabeth saliendo al encuentro del grupo.

-¡Zeldris me quito la portada! –exclamo haciendo un berrinche infantil- ¡Consuélame! –escondiéndose en el escote femenino.

Los brazos de la platinada se anclaron al cuello de su pareja atrayéndolo más hacia sí, recorrió las hebras de oro con gentileza, realizando un lento masaje con sus uñas al cuero cabelludo ajeno. Elizabeth saco el rostro de Meliodas de su escote, alzo el rostro de su novio, dedicándole una dulce sonrisa, posteriormente deposito un apasionado beso en los labios masculinos, siendo correspondida.

-El universo volvió a balance natural –acoto Meliodas al separarse del beso- ¡Ya no me importa esto! –exclamo lanzando la revista al aire.

-De verdad que eres un niño mimado –murmuro Zeldris.

-¿Qué murmuras, Zel? –cuestiono Gelda abrazando al azabache por la espalda, quedando la nuca de este entre los voluptuosos senos de su novia.

-Estas cómodo allí ¿Verdad, hermanito? Nishishi–pregunto Meliodas con doble intención.

-¡N-no! –exclamo el menor tratando de esconder su sonrojo, a lo que Gelda cubrió el rostro sonrojado con sus manos dejando los dedos levemente separados, por donde Zeldris apreciaba el gesto burlón de su hermano mayor.

-¿Y si mejor comenzamos a celebrar? –abogo por la paz Elizabeth.

-¡Apoyo la moción, prima! –exclamo Nadja.

-Diane, enciende el estéreo –indico Elizabeth- Yo voy por las bebidas a la cocina.

-Te sigo –dijo el rubio- Voy por la carne.

-Le pongo el cronometro, capi~ –bromeo Ban- Cinco minutos y de regreso.

-No me retes zorro, bien puedo cumplir ¿Verdad, Ellie?

-¡Meliodas! –exclamo la platinada sonrojada ante la mención de sus creativos encuentros sexuales a sus amigos.

-¡Vamos, preciosa! –animo dándole una nalgada frente a todos.

Elizabeth avergonzada correteo al rubio por la casa, ante la mirada divertida de sus amigos.

La mañana paso de manera bastante activa; Diane quien se durmió mientras se bronceaba, fue enterrada en la arena por Elizabeth y Elaine; Meliodas y Ban iniciaron una competencia de natación en la que obligaron a unirse a Zeldris y Escanor; Gowther leía en voz alta para Nadja recostados en la misma tumbona con la rubia recostada en el pecho del pelimagenta; King prefirió encargarse de vigilar la carne en la parrillera, mientras el chef Ban tonteaba con Meliodas; Gelda y Merlin prefirieron jugar a quien ponía más rojo a su novio ante la visión de sus cuerpos en bikini, gano la ojicarmesí ya que Escanor se desmayó antes de llegar a ponerse rojo.

-¡A comer pandilla! –exclamo Meliodas.

-Ni que fuéramos los de Scooby Doo –comento King.

-No creo que exista una camioneta lo suficientemente grande para transportarnos a todos –tercio Zeldris.

-Sí las hay, hermanito.

-¡Ni se le ocurra, capi~! –exclamo Ban.

-¡Consuélame! –dijo Meliodas escondiéndose entre las piernas de su novia, fingiendo tristeza.

-¡Hasta cuando seguirás con eso, capitán pervertido! –exclamo Diane halando a Meliodas de un hombro para alejarlo de Elizabeth.

-Mejor comamos… -dijo Elizabeth.

-¡Yo no sé qué le pasa al capitán hoy! –argumento King.

-Seguramente en este lugar está acostumbrado a ser más desinhibido de lo normal –analizo Gowther.

-Si me pongo a imaginar el tipo de guarradas que se lo ocurrieron a mi hermano aquí, voy a querer irme –repuso Zeldris.

-Esa es una imagen mental que nadie necesitaba, Zeldris Demon –puntualizo Merlin.

-Tengo una idea –dijo Diane- ¿Y si hacemos una fogata al anochecer?

-¿Hay algo que no quieras cocinar en la parrilla? –cuestiono Gelda lógicamente.

-¡No! Es para contar historias de terror al anochecer y asar malvaviscos –propuso- También podemos jugar a la botella.

-¡Me gusta la idea! –dijo Elaine animada.

Meliodas observo con preocupación como el mayor del grupo no participo en ningún momento de la conversación, Escanor solía ser tímido, pero aquello era demasiado.

-¡Hey, león! –llamo Meliodas- Voy por mas alcohol a la cocina, acompáñame –invito en son de orden.

-S-sí capitán

Una vez en la cocina, Meliodas comenzó a moverse por está sacando hielo del congelador, algunas botellas de licor y frutas. Escanor solo miraba extrañado las acciones de su capitán, le pareció que no necesitaba de su ayuda…

-Dime –intervino el rubio el hilo de pensamientos del mayor.

-¿A qué se refiere capitán?

-Estás más tímido de lo usual –aclaro- Desembucha y no me hagas insistir –advirtió.

-Bueno… -suspiro- Quiero avanzar a la siguiente etapa con Merlín –confeso.

-¿Cuál? –pregunto a lo tonto- Ya viven juntos… -la idea hizo click en su cabeza- ¡No! –exclamo estupefacto.

-Sí, quiero pedirle matrimonio –concreto la idea más impensable para el rubio.

-Estás loco… ¿Realmente es necesario?

-Capitán, si sueno descortés discúlpeme. Pero… -la voz le cambio a una más decidida y arrogante como si fuera de una persona distinta- Yo no soy como tú, yo quiero el mundo con la mujer que amo, no solo tontear por allí. No le temo al compromiso.

-¡Yo no le temo a nada!

-Quiero pensar que es porque llevas poco con la señorita Elizabeth, pero no puedes ir por la vida jugando como un niño, si tu relación no tiene un propósito firme, solo estás jugando igual que en el pasado –aclaro.

-¡No juego con Elizabeth! Pero ¿Matrimonio? –cuestionó con gesto aterrado- Es demasiado.

-Entonces es mejor que la dejes libre, para que un hombre de verdad llegue a su vida – comento con firmeza.

-¡Ni fumado! ¡Ella es mía! –exclamo el rubio enojado.

-No se trata de poseer, Meliodas –“regaño” Escanor- Míralo desde mi perspectiva, quiero ser el esposo de Merlín para poner el mundo a sus pies, para que mi mundo siga completo con sus sonrisas; es difícil de explicar, pero llega un momento en que deseas que su apellido sea el tuyo, donde ambos orbiten el mismo planeta y que sus metas sean las tuyas, donde sepas que el camino que recorren el uno y el otro es el mismo, en la misma dirección, tiempo y paso –poetizo.

-Escúchame, Escanor. Supongo que me tomaste por sorpresa y son demasiados años huyendo de esa idea, estoy cambiando de a poco, no pienso poner en palabras como esas mi relación con Elizabeth. Quiero que vivamos el ahora, estamos bien así… -comento- Pero volviendo al punto inicial, si quieres proponerle matrimonio, yo te apoyo… ¿Quieres que sea hoy? –cuestiono más relajado lanzando ingredientes a la licuadora.

-¿Q-qué? ¿H-hoy? –aquel hombre confiado se esfumo por un segundo producto de los nervios- Sí –respondió decidido, apartando todas sus dudas y temores.

-Bien, ahora ayúdame aquí.

Meliodas y Escanor regresaron con el grupo cargados con una bandeja de cocteles para las damas y para los hombres más cervezas. La tarde avanzo mientras seguían divirtiéndose, antes de que el sol se ocultara, Zeldris y King fueron los designados para buscar la madera que se usaría en la fogata.

 Las chicas pronto sintieron la imperiosa necesidad de ducharse para sacarse el agua salada y vestir ropas un poco más abrigadas para la noche, en la casa solo habían tres baños y uno de ellos era el que se encontraba en la habitación de Elizabeth y Meliodas, las primeras en subir fueron Elizabeth, Gelda y Diane, además de Zeldris quien fue tras la albina luego de una propuesta descarada.

-¡Eso es, hermanito! –pincho Meliodas al menor.

Para las seis, todos habían pasado por la ducha y la última que faltaba por bajar era Merlín; Meliodas aprovecho de comentarles a todos de la propuesta de Escanor. El plan era sencillo, dejarlos solos dentro de la casa para que el de bigote hiciera la gran pregunta. El rubio se movió rápido por la casa apagando todas las luces de la planta superior, Elizabeth puso música instrumental para que sonara de fondo en el estéreo, por último, el grupo de amigos cerro las puertas francesas, dejando a Escanor dentro, no sin antes susurrarle un: “¡Ánimo bigotón!”

La azabache bajo por las escaleras, encontrando todo muy silencioso para su gusto, miro a su novio sentado con la cabeza baja en el sofá, estuvo por hablarle pero el hombre se le adelanto.

-Merlín –llamo el hombre- Necesitamos hablar.

-Y-yo –tartamudeo- ¿Es realmente necesario? –pregunto fingiendo seguridad.

-Sí. Yo quiero… -trago fuerte- Quiero pedirte que…

-Ya lo sé –interrumpió- Quieres que terminemos –susurro escondiendo los ojos tras su flequillo aun húmedo.

-¿Qué?

-Sé que llevas mucho tiempo inseguro respecto a Arthur –se apresuró a explicar- Pero él es solo un niño para mí, es casi como un hermanito menor, yo… No hay nadie en este mundo que… -se interrumpió para secar una gota que bajaba por uno de sus ojos- ¡Diablos! Llevo desde la universidad sin llorar –comento con rabia.

-Merlín… -susurro.

-Lo he notado, has estado distante y pensativo, sinceramente no sé qué cambio, siempre creí que te daba las señales correctas para que entendieras que no hay nadie más… No soy de decir palabras cursis, pero te juro que…

-¡Merlín! –exclamo interrumpiéndola- ¿Cómo puedes siquiera pensar en que ya no quiero estar contigo?

-¿Entonces? –cuestiono confundida.

-Merlín Belialuin –pronuncio, poniéndose de rodillas- ¿Quisieras convertirte en mi esposa? –pregunto mostrando el soberbio anillo dorado con una amatista cuadrada rodeada por pequeños diamantes.

-Ahm –murmuro, poniendo a Escanor nervioso- ¿S-sí?

-¿Es una pregunta o una respuesta, mi Lady? –insistió.

-Una respuesta –dijo segura, extendiendo su mano para que el hombre deslizara la joya en su anular, observo a la luz aquel anillo y se lanzó a los brazos de su prometido logrando que cayeran juntos al suelo, él de espaldas y ella sobre su pecho, besándolo apasionadamente- Ahora, Escanor… ¿A quién demonios se lo ocurre iniciar una propuesta de matrimonio con un: Necesitamos hablar? –pregunto notablemente enfadada con un ligerísimo ceño fruncido y propinándole un golpe en el pecho.

-¿A a-alguien nervioso? –intento excusarse.

-¡Ahora quien no entendió fui yo! –exclamo Meliodas abriendo las puertas francesas repentinamente, cayendo el resto del grupo al suelo como los evidentes chismosos que eran- ¿Le dijiste que sí o que no?

-Capitán… -susurro la azabache en un tono de advertencia, el rubio sintió una gota de sudor frio bajar por su nuca- Le dije que sí.

Las chicas dejaron escapar un grito de euforia y corrieron hasta su amiga que recién se levantaba del suelo con ayuda de su prometido, ahogando a la azabache en un asfixiante abrazo, convirtiéndose en un amasijo de piernas y brazos indivisible. Los muchachos prefirieron empujar a Escanor hasta la terraza donde brindaron con una botella de Whiskey que Meliodas saco para la ocasión.

-¡Por la Mostacho boda! –exclamo Meliodas alzando su vaso.

-¡Salud! –corearon el resto de los chicos.

-¡Se nos adelantó el del bigote! –bromeo Ban.

-Felicidades Escanor –dijo Zeldris con sobriedad.

-Ya parecía antinatural que lograras tener una relación de ocho años con Merlín, pero al parecer las minorías estadísticas también encuentran el amor –argumento Gowther.

-¡Tú cállate, trapo! –exclamo King dándole un golpe por la espalda al de lentes- A ver si Nadja logra arreglarte.

-Ve a buscar a las chicas, cabra –pidió Zeldris viendo la expresión vacía de Gowther.

El muchacho entro a la casa con vaso en mano. Una vez solos miro con gesto reprobatorio a los demás.

-Deberían dejar de molestarlo –dijo el azabache.

-¿A qué te refieres? –cuestiono King- Él sabe que bromeamos.

-Lo sabe, pero no tiene la suficiente madurez emocional para procesarlo –argumento.

-¿Y cuándo diablos se supone que la tendrá? –cuestiono Ban.

-Eso es algo que depende de cada quien, por el momento es mejor que dejemos de insultarlo. Tal vez ahora que anda de novio, pueda entender mejor los sentimientos y las bromas pesadas.

-Apoyo la idea de Zeldris –intervino Escanor.

-Está bien, pero es una costumbre desde la preparatoria, será algo difícil –argumento Meliodas.

-Pero no imposible –secundo King.

En la cocina las chicas cuchicheaban emocionadas sobre vestidos blancos, arreglos florales y festejos; Gowther estaba dispuesto a interrumpir cuando la conversación capto su atención lo suficiente como para decidir ocultarse tras una pared.

-¡Que envidia me das, Merlín! –exclamo Nadja.

-Algún día todas tendrán un pedrusco en la mano –bromeo la azabache a lo que casi todas rieron encantadas con la idea.

-No lo creo, al menos no por mi parte –comento Nadja triste.

-¿Problemas por casa? –indago Diane.

-No sé, si clasificarlo como un problema –repuso- Pero, es que las cosas con Gowther no van bien.

-Sé más específica –pidió Gelda.

-Verán, siento que seguimos en el mismo punto, vecinos que se gustan… Pasamos horas al día juntos, nos besamos; y por supuesto el sexo es muy bueno, pero no lo siento allí conmigo, emocionalmente no está, me preocupa que solo aceptara ser mi novio por la presión… Creo que debería replantearme esto, el me gusta mucho, pero no es el tipo de relación en la que vale la pena estar…

★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★★

Me costo la vida este breve Escarlin!

Pero lo prometido es deuda, feliz inicio de semana, feliz lunes de Nanatsu no taizai para los que leen el manga y para los que no, también.

Muchas gracias a todos los angelitos que han votado, comentado, agregado a listas y seguido mi perfil, siempre lo digo y lo mantengo, son el corazón de este proyecto

MartynaPadilla Vivianariosclaros SanjaJokic0 wolffriki Lopito-Kawaii randompersonX3 HannaKarime15 Giullia_07 ariannaloor77 kagome1315 Lucero14pinto JoanaNegron Michelparrales jeams92 Oriana_GQ SoyMisel mlatru

Agradecimientos especiales, a los fantasmitas que adoro con todo mi corazón.

Y una calida bienvenida a estas tres personitas nuevas o eso creo yo..

elizabet109 Elizabethcamelot170 CristalDemon12746

Besos y abrazos
Mia_Gnzlz♥


Les dejo un meme, créditos a su autor (a)

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