5._ Ciudad mágica

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La tarde de lunes del día del trabajo avanzaba, mientras el sol recorría lentamente el firmamento, la temperatura iba subiendo haciendo más bochornoso el ambiente, más aun para una pareja que luego del abundante almuerzo decidió descansar en una hamaca bajo la sombra de las palmeras. El suave viento cambio de dirección moviendo con insistencia un mechón de cabello rubio contra la nariz masculina, consiguiendo que su portador despertara.

Meliodas apretó un poco los ojos ante la sensación de su cabello rozando contra su nariz, se llevó la mano derecha a la cara y la subió hasta su cabello para apartarlo de su rostro. Los ojos esmeralda terminaron por abrirse, encontrándose con la tierna visión de su novia recostada contra su pectoral izquierdo, justo sobre su corazón.

Una sonrisa curvo los labios masculinos, sintiéndose pleno como nunca antes, recorrió con la mirada las facciones de la mujer en su regazo, levanto un poco la mano izquierda para recorrer las hebras platinadas en una suave caricia. Con satisfacción rememoro el fin de semana; los bailes en la cocina y salón, cocinar juntos aun cuando ciertas cosas quedaban con sabores inesperados, guerras de agua en el mar, bañarse juntos para sacarse el agua salada, ver series de comedia en la tarde o películas de terror a medianoche y disfrutar de un par de copas de vino antes de hacer el amor entre las olas o las sabanas frescas de algodón. Perfección; era lo que podía definir ese fin de semana y el mismo nunca espero disfrutar de tanto romanticismo en su vida, mucho menos ser el precursor de alguna de esas actividades.

Fue un cambio del cielo al infierno, el rubio quien pasaba de mujer en mujer cada fin de semana, a lo mucho salía con una misma mujer cuatro semanas seguidas, solo si era alguien famosa o importante en el mundo empresarial y debía tener tacto en como “terminaba” las cosas. Era diferente con Elizabeth, ya no podía imaginarse un fin de semana que no la involucrara.

Elizabeth comenzó a removerse y Meliodas sintió el leve cosquilleo que le produjeron sus pestañas cuando ella parpadeo contra su piel. Él detuvo sus caricias en cuanto sus ojos chocaron con los orbes celestes.

-¿Te desperté? –cuestiono él con la voz ronca.

-No –respondió en un susurro- Solo que, no suelo dormir mucho en las tardes –se explicó reposando sus labios sobre el pectoral masculino depositando un leve beso sobre su corazón.

Meliodas miro enternecido la acción de la platinada, su ritmo cardiaco se desboco y una pequeña curva se posó en sus labios; deposito un beso sobre la frente femenina antes de que Elizabeth empezara a moverse para levantarse de la hamaca.

-Eres maravillosa ¿Lo sabias? –interrogo desde la hamaca mientras Elizabeth se estiraba en la punta de los pies a todo lo que daba el largo de su cuerpo.

-No, pero es bueno saberlo –contesto- ¿Pudiste descansar? –cuestiono ella.

- Como nunca en la vida –admitió Meliodas saliendo enérgico de la hamaca estirándose y haciendo sonar algunas de sus articulaciones.

- Tus huesos no suenan como si lo hubieras hecho –contradijo.

-De toda la vida me han sonado las articulaciones, no te preocupes, Ellie –repuso esbozando una enorme sonrisa de confianza para la platinada, que lucía preocupada y algo culpable – Si quieres puedes adelantarte, yo me quedare a recoger y guardar todo esto antes de irnos –comento mientras descolgaba la hamaca.

Elizabeth permaneció en silencio a un lado de Meliodas, con la mirada fija en la playa.

-Es una lástima –comento ella.

- ¿De qué hablas? –volteando a verla por la entonación triste en sus palabras.

-Que el fin de semana se acabara, tener que regresar y aparentar para un público –reflexiono Elizabeth con la mirada en las olas rompiendo contra la arena.

- Pareces creer que al salir de aquí terminaremos y jamás volveremos a vernos – comento un poco disgustado.

- Sé que no es así, y que es tonto sentirme como si así fuera a ser, pero aquí… -haciendo una gesto con los brazos abarcando todo a su alrededor- Fuimos tan felices, tan… Libres. No quisiera que eso cambie.

- Ellie… -llamo para luego tomarla de la derecha y llevarla consigo a una de las sillas playeras, sentándose con ella en su regazo- Recuerda que esta casa es nuestra… -asevero pero el ceño fruncido de la platinada le hizo reformular su argumento- El documento de propiedad dirá mi nombre, pero esto es NUESTRO –recalco- Este lugar es parte de nuestra relación, somos dos, por lo tanto es nuestro; además no es como si no pudiéramos venir todas las veces que quisiéramos, es un poco alejado de la ciudad pero siempre que necesitemos escapar de todo lo demás nos encontraremos aquí ¿Bien?

-Bien… -acepto con las mejillas rojas.

-Y respecto a lo de mantener “secretos” u “ocultarnos”… –haciendo comillas en el aire con los dedos- Las personas que realmente importan lo sabrán, estoy ansioso por contárselo a los muchachos, a mi hermano, incluso a Mirana. Podríamos hacer una reunión informal en la mansión y pasar un rato agradable todos juntos; e invita a tu amiga ¿Gelma? –comento inseguro de lo último- Estoy seguro de que a Zeldris le gusta, nishishi.

-Gelda –corrigió- Por mansión te refieres a… ¿La mansión Demon?

-Si ¿No te gusta la idea?

-¿Significa que le dirás pronto a tu padre? –cuestiono nerviosa.

-El viejo no se la pasa allí nunca, estará en Alemania las próximas dos semanas, le hablaremos a nuestros padres de esto cuando ambos estemos listos.

- ¿Y si tú nunca estás listo? –pregunto con una evidente expresión de estar bromeando.

-¿Estás loca? Si lo que más quiero es gritarle al mundo, que la mujer más hermosa del universo es mi novia –contesto sonriente- Así tendré permiso de sacarle los ojos a cualquier infeliz que se atreva a mirarte –devolvió la broma.

-Eres incorregible –susurro Elizabeth para luego depositar un beso apasionado sobre la boca masculina.

-Incorregible y tuyo, preciosa –argumento con una sonrisa arrogante.

-Arreglare un poco la casa antes de irnos –comento levantándose de las piernas del rubio.

-Nos vemos en la ducha, preciosa –propuso coqueto dándole una leve nalgada a su pareja- Por cierto… -llamo en cuanto ella se alejó un par de pasos- Recuerda que esta es mi semana de aparecer en Blonda’s, nishishi.

Elizabeth se adentró en la casa con las mejillas coloreadas de carmesí, para calmar su acelerado corazón inhalo profundamente y dejo salir el aire con lentitud, una sonrisa se plasmó en el rostro femenino. El firmamento ya se coloreaba con el crepúsculo cuando Meliodas y Elizabeth se disponían a salir de casa, atrasados por una demasiado larga “ducha” juntos, aunado a ello se acordaron algo tarde de recoger todos los alimentos que sobraron en la nevera para que el rubio se los llevara a su casa y no se vieran desperdiciados.

La platinada lucia el vestido blanco que llevo el viernes en la tarde a la oficina, combinado con un par de tacones negros cerrados y la chaqueta de cuero corta que uso en la Torre Demon;  su típico maquillaje de ojos ahumados, labial rojo cereza y la llamativa peluca roja. Meliodas sonrió con arrogancia cuando la fémina se colgó de su brazo; él llevaba los pantalones de vestir, corbata negra y zapatos de cuero italiano que uso el viernes en la oficina, solo que con una camisa de vestir limpia color blanco el cuello desabrochado, la corbata floja y las mangas dobladas hasta los codos, sin saco, pero si con el chaleco bicolor negro adelante y rojo vino atrás.

El rubio solo podía pensar en que lucían exactamente como una pareja tan enamorada que decidió combinar sus atuendos y de cierta manera Elizabeth también se sentía feliz por aquella coincidencia. Meliodas abrió la puerta del copiloto para ella y la cerro después de que ingresara, subió al asiento del conductor de un salto debido a que el techo estaba sin subir, en cuanto el motor rugió ahogadamente, cerro el techo y conecto su celular al reproductor; emprendiendo de forma animada el camino de vuelta a la ciudad.

Un par de horas más tarde, el vehículo reflejaba en su brillante pintura las luces de la activa ciudad, apenas iban a dar las ocho de la noche cuando Meliodas tuvo la idea de llevar a su novia a cenar.

-¿Tienes hambre, preciosa? –comento.

-Aun es algo temprano para pensar en comer… Aunque ¿Qué sugieres? –pregunto coqueta.

-¿Te gustaría cenar fuera?

-¡Sí! –dijo emocionada.

Meliodas tomo su celular y realizo una rápida llamada que concluyo medio minuto después. Elizabeth apenas pudo entender algo de lo que dijo Meliodas ya que hablo en un fluido español, solo reconocía breves palabras que se le quedaron grabadas en la memoria por la forma tan sensual en que el rubio le enseño un poco del idioma durante el fin de semana; nuevamente los colores subieron a sus mejillas.

Quince minutos después ambos se estacionaban frente a un lujoso restaurant en el que ella había estado antes con sus amigas, era famoso en la ciudad por servir autentica comida Española, además de ser muy solicitado por la alta sociedad de la localidad, lo que hacía casi imposible conseguir una mesa sin mucha influencia social o una reservación hecha con semanas de anticipación.

-¿Un restaurante de lujo? –pregunto algo incomoda cuando Meliodas le tendió su mano para ayudarle a bajar del auto.

-Lo mejor para mi princesa –se explicó.

-No me gusta que me digan así… -murmuro tratando de disimular la mueca que se formó en su rostro- Demasiados años burlándose de mi llamándome “La princesa Goddess”, haciéndome ver como una consentida superficial.

-Tienes razón –acepto atravesando la entrada con Elizabeth enganchada a su brazo y una sonrisa arrogante en sus facciones cuando empleados y algunos comensales le vieron entrar- Tu eres una reina, mi reina. ¿La reina Demon? –consulto medio en broma.

El estómago de Elizabeth dio un vuelco ante las palabras del rubio, conmovida por ellas, aunque también excitada por la forma sensual y arrogante como las pronuncio. Meliodas hablo apenas treinta segundos con el recepcionista en español y este les guio hasta una mesa en un altillo del restaurante, alejados lo suficiente para que el bullicio no los molestara, pero lo suficientemente a la vista de cualquier curioso que estirara un poco el cuello lejos de su compañía o comida.

Luego de apartar la silla para que Elizabeth se sentara cómodamente y sentarse a su lado en lugar de frente a ella, pidió una botella de vino tinto en lo que revisaban el menú. El recepcionista y camarero parecían desvivirse por servir adecuadamente al rubio, aunque también se notaba en exceso su intriga por su acompañante.

-¿No se supone que es muy difícil conseguir mesa aquí sin reservación? –cuestiono Elizabeth.

-Nadie le dice que no a un Demon.

-¿Amenazaste al pobre recepcionista? –pregunto con burla.

-El apellido Demon es suficiente amenaza, generaciones de hombres haciendo temible el apellido. Casi somos una historia de terror a los Stephen King –bromeo.

-Se nota que disfrutas esto… -le siguió el juego.

-Cada instante, aunque lo que más complacido me tiene, es la compañía.

-Estás loco al traerme aquí, es demasiado… -murmuro.

-¿Estas incomoda? –pregunto desconcertado- Podemos irnos si quieres –propuso con voz y gesto decaído.

-Mel… -llamo- Estoy encantada de tener esta cita contigo –confeso- Lo único que me preocupa es que no estoy tan bien vestida como me gustaría –bromeo.

-Para mí estas preciosa, siempre lo estás –confeso tomando la diestra de Elizabeth y llevándola a sus labios para depositar un delicado beso en esta- Ahora dime ¿Qué es lo que verdaderamente te preocupa?

-Es que… Has salido con tantas mujeres, tan increíblemente bellas y perfectas que yo… -trato de exteriorizar su ilógica inseguridad- Solo quiero hacer las cosas bien, ser digna de ti –susurro.

-En primera, eres un encanto… Y yo soy el que no soy digno de ti –pronuncio la palara con algo de irritación- En segunda, este es mi restaurante favorito, no he compartido esto con nadie más, eres la primera y la única. Y para mí, no hay nadie en el universo más perfecta que tú, desde que llegaste a mi vida no hay nadie antes de ti que me interese recordar y no habrá un después de ti, eres LA UNICA –diciendo lo último con una entonación grave y una mirada de completa sinceridad dedicada a la ojiazul.

-Te amo… -susurro.

-Y yo a ti –correspondió dándole un beso que le transmitió toda la seguridad que ella necesitaba, impresionando a los chismosos comensales que presenciaron la escena.

Al repararse Elizabeth miro enternecida a su novio y sonrió ampliamente, pero unos segundos después dejo escapar una risa, llevo a los labios del rubio una servilleta de papel para limpiar el resto de rojo en los labios ajenos.

-Creo que no mas besos hasta salir de aquí –propuso ella entre sonrisas.

-¡Sate, sate, sate! Y yo que quería hacer de mi semana en Blonda’s digna de una primera plana –bromeo.

La pareja ceno como si todos a su alrededor no existieran, compartieron bocados de su comida como si estuvieran en su casa de playa, incluso se tomaron algunas selfies como una pareja de adolescentes enamorados y para agregarle más al chisme Meliodas se divirtió pidiéndole a uno de los camareros que le tomara una foto con su novia, el rubio de verdad quería hacer de su artículo en la revista de chismes una primera plana. Al salir del restaurante Meliodas advirtió que su estrategia de subir una foto a sus redes sociales besando la mano de Elizabeth pero sin que ella saliera en la foto, llamándola su novia y mencionando su ubicación había dado sus frutos, un grupo de al menos tres reporteros y seis camarógrafos los abordaron.

-¿Es ella su novia sr. Demon? –cuestiono uno.

-¿Señorita, donde conoció al joven Demon? –secundo otro.

-¿Algún comentario sobre su relación? ¿Fue esta una cena de negocios?

-Disculpen, pero mi novia y yo tenemos que regresar a casa –contesto Meliodas con una sonrisa resplandeciente -¿Nos vamos, preciosa? –pregunto a Elizabeth.

-Sí, cariño –contesto Elizabeth colgándose del brazo masculino que le ofrecían, caminando juntos hasta el carro que el valet parking trajo desde el estacionamiento.

Aunque las declaraciones fueron pocas lo reporteros enloquecieron con las corteses palabras de Meliodas, quien usualmente trataba a los periodistas con frialdad, les respondía con arrogancia y sarcasmo o les enviaba a sus guardias para apartarles por la fuerza. Las fotos de su expresión enamorada y del sonrojo en las mejillas de su acompañante serian el encabezado de la sección de sociales al día siguiente.

El rubio acompaño a su novia hasta la puerta de su departamento, se despidió con un beso, a pesar de su insistencia hasta el último minuto de que durmieran esa noche juntos, por mucho que juro tener las manos quietas, Elizabeth se negó ya que la última semana comprobó en carne propia lo incapaz que era su novio de cumplir esa promesa, por lo que tuvo que rechazar su compañía en la cama, más aun si ella deseaba poder mantenerse despierta en la oficina.

Meliodas abandono el edificio fingiendo estar deprimido en caso de que Elizabeth se arrepintiera de rechazarlo y bajara tras él, y aunque no sucedió, en cuanto llego al vehículo una sonrisa de imbécil adorno su cara, se removió en el asiento de conductor y dio un par de golpes de felicidad contra el volante, recreando un imaginario baile de la victoria, las carcajadas y exclamaciones de pura felicidad escaparon sin filtro de su boca ¡La había encontrado! Aquello que busco durante media vida, ese “je ne sais quoi”* que hacía que una vida de lujos y excesos perdiera sentido; al fin se completó a sí mismo.

Condujo sin rumbo y canto a todo pulmón algunas canciones de rock hasta que sintió la adrenalina bajar un poco. Al acabar la explosión de felicidad se encontró capaz de conciliar el sueño, se dirigió hasta su departamento, al estar en su hogar, este le pareció un poco solitario, acomodo la comida que sobro en la casa de playa en sus respectivos lugares y se preparó para acostarse, en cuanto toco la cama cayo profundamente dormido.

La mañana llego y los rayos del sol aun eran demasiado sutiles como para despertar a Meliodas, una tonada tranquila se escuchó por la habitación, era demasiado tranquila como para despertarlo, pero luego una voz se escuchó en la habitación:

-"Mel...Amor, deberías despertar”

Esa oración se escuchó dos veces seguidas hasta que el rubio se levantó y busco el lugar de donde provenía la voz, encontrándose con su celular, una alarma: "Buenos días, amor ♥", decía en la descripción.

El corazón del rubio se agito dentro de su pecho, en definitiva ella era perfecta, era lo que necesitaba en su vida. Meliodas abrió sus notificaciones encontrándose con un mensaje de Whatsapp de Elizabeth:

“Buenos días, aún es temprano y sé que puedes llegar a la hora que quieras, pero creí que te gustaría esta manera de despertar”

“Te amo”

Meliodas estaba por contestar cuando una videollamada de la platinada lo interrumpió.

-¿Cómo dormiste rubio? –pregunto mientras caminaba por su cocina.

-Muy bien, aunque…mejor fue como desperté –confeso. 

-Espero que no fuera, demasiado… -comento con las mejillas arreboladas. 

-Fue perfecto, igual que tú.

-Te amo, Mel. Quise que algunas cosas siguieran igual que en la playa y eso fue lo que se me ocurrió –argumento Elizabeth. 

-Me encanto –dijo sonriente y algo ruborizado- Por cierto ¿Qué haces despierta tan temprano? –pregunto Meliodas. 

-Quiero llegar temprano para ponerme al día con lo que pude perderme, así no le daré motivos a mamá para ponerse intensa –bromeo.

-Eres una hija tan buena ¿Cómo puede quejarse de ti? –cuestionó divertido.

-Salgo a bailar más de lo que una señorita decente debería –respondió imitando la voz chillona de su madre al final.

-Nishishi, las Goddess son unos personajes –comento- Hablando de bailar…

-Sí, hablare hoy con las chicas cuando llegue del trabajo para acordar todo entre nosotras.

-El miércoles hay clásico; los chicos y yo lo veremos en la mansión con Zeldris, se los comentare ese día. No se pueden negar, la vez pasada me obligaron a ir aunque estaba modo zombie –bromeo.

-Pues ese zombie bailaba excelente –comento entre risas- En fin, mejor cuelgo o ninguno de los dos llegara a ninguna parte por lo pronto ¿Nos vemos para almorzar? ¿O prefieres cena?

-Es mejor cena, no creo haber acumulado trabajo pero seguramente hoy será como un lunes y es tan agotador que apenas puedo pensar en comer –argumento con la cara contrariada al pensar en su largo día.

-Más te vale almorzar, o iré allí a obligarte –”amenazo” fingiendo molestia. 

-Preciosa, eso sonó como una provocación en vez de una amenaza –comento con una sonrisa pervertida.

-Me asegurare de que almuerces, no lo olvides y espero disfrutes el partido de fútbol –comento sonriente.

-Eres perfecta ¿Lo sabias? –comento algo sorprendido.

-No soy fanática, tampoco ignorante, Mel. Te amo, nos vemos en la cena –lanzo un beso a la cámara antes de colgar.

El rubio se preparó con un inusual ánimo para ir a trabajar, decidió no arriesgarse a quemar media cocina, por lo tanto salió sin desayunar. Condujo por las calles con tranquilidad, llegando a la Torre Demon una hora antes de lo acostumbrado ya que no fue víctima del tráfico. Se estaciono en su lugar designado en el estacionamiento subterráneo de la torre, inesperadamente coincido con su hermano, que venía bajando de su propio deportivo.

-¡Vaya! Esto sí que es una sorpresa… ¿Temprano en la oficina? –cuestiono Zeldris burlón.

-Me levantaron de manera muy placentera, hermano –respondió con satisfacción.

-¡Asco! No quiero esas imágenes en mi mente tan temprano –reprendió con sorna mientras se encaminaban al elevador.

-Nishishi, tu solo pensaste mal. Yo no dije nada –argumento burlándose del leve sonrojo en las mejillas contrarias –Elizabeth me programo una alarma y hablamos unos minutos por videollamada antes de venir –conto.

-¡Vaya! Yo la creí mas… -comento dudoso de continuar.

-¿Ruda? ¿Caprichosa o mimada, tal vez? –sondeo ingresando al cubículo metálico.  

-Ahora que lo pienso no encuentro como describirla –analizo el azabache- En el mundo empresarial se muestra como una persona totalmente diferente de la que conocimos en la discoteca.

-Esas dos facetas son apenas la cumbre del iceberg, hermanito –respondió el rubio con complacencia.

-Por cierto, debo comentarte algo –recordó Zeldris una vez llegaron al piso de sus oficinas.

-Buenos días, Señora Roberts –saludo Meliodas a su secretaria antes de ingresar a su despacho, encontrándola abierta, lo cual le hizo fruncir el ceño

-Buenos días, joven Meliodas ¿Quiere algo de café? –ofreció la mujer.

-Te agradecería enormemente que compraras algo de desayunar para mí en la cafetería–pidió, volteándose en dirección de su hermano- ¿Tú quieres algo Zeldris?

-Sabes que Mirana jamás de los jamases me dejaría salir sin desayunar, solo té para mí, Señora Roberts, gracias –contesto el azabache.

-Mirana nunca cambia –dijo en un suspiro Meliodas- Se lo encargo Sra. Roberts –dijo indicándole a la secretaria que se retirara- ¿Y bien? –pregunto a Zeldris en cuanto se encontraron solos en la oficina.

-Es justamente sobre Mirana que quería hablarte.

-¿Papá la cambio nuevamente de puesto? –pregunto con el ceño fruncido, con la preocupación asentándose en sus entrañas de que tan malo podía ser esa vez.

-Nuestro padre no es el problema esta vez –tranquilizo al rubio- Estarossa fue a la mansión el sábado, insulto a Mirana le dijo cuanta asquerosidad maquino su mente, provoco que llorara durante horas…

-¿Dónde estabas tú? –cuestiono molesto.

-Partiéndole la cara, pero ni escupiendo sangre mantiene la boca cerrada –contesto de brazos cruzados cerrando con más fuerza de la necesaria las manos en torno a sus bíceps- Mirana me detuvo de mandarlo unas semanas al hospital –completo.

-Hablare con él –dijo luego de mantener silencio por largos minutos.

Un sonido proveniente de la puerta los saco de su conversación actual, la secretaria entro con una bandeja entre sus manos, deposito un plato con un abundante desayuno frente a Meliodas, aunado a un vaso de jugo y una taza de café; por ultimo le entrego una taza de té a Zeldris y abandono la estancia.

-Hermano –llamo Zeldris- No quiero ser el mensajero de ese imbécil, pero… Dejo esto en la mansión –pasándole la tarjeta de presentación de Elizabeth.

-Así que lo sabe… -sonrió con arrogancia con la tarjeta entre sus dedos, recordando la puerta de su oficina abierta- ¿Te dijo a que fue a la mansión?

-Llego buscando a papá, Mirana lo recibió diciendo que no estaba y Estarossa comenzó a insultarla, allí intervine.

-Entonces ese era su plan… -susurro con diversión- Tendré que poner en su lugar a ese Demon de quinta categoría nuevamente –comento con los ojos oscurecidos y una sonrisa ladeada que causaba miedo en sus labios.

-Es lo conveniente –acepto Zeldris- Entonces… ¿Tú y Elizabeth? –pregunto ocultando la sonrisa traviesa tras la taza.

-Somos novios –dictamino cambiando totalmente su gesto anterior, una sonrisa sincera y los ojos de un verde comparable a las esmeraldas bajo el sol.

-Felicidades –deseo con sinceridad.

Ambos hermanos continuaron platicando algunos temas de trabajo mientras esperaban que iniciara el horario laboral oficial de la empresa, luego cada uno se concentró en sus obligaciones en sus respectivas oficinas, a media mañana se volvieron a encontrar en el salón de juntas, los directivos de cada ramo de la empresa conocidos como los Diez mandamientos tomaron asiento a lo largo de la mesa; Galand, Melascula, Gloxina, Drole, Monspeet, Deriere, Grayroad, Fraudrin, Estarossa y dirigiéndolos a todos Zeldris, quien estaba sentado a la izquierda de Meliodas.

La reunión se basó en los números positivos de la empresa y los balances a mejorar en algunos sectores de producción, todo concluyo con calma y los directivos se levantaron de sus asientos dispuestos a abandonar la sala.

-Estarossa, quédate –dijo Meliodas con tranquilidad.

-¿Sucede algo primito? –cuestiono con tono altanero y voz innecesariamente alta ocasionando que los demás prestaran atención a la escena.

-Quiero hablar contigo a solas –propuso con una sonrisa que más que inspirar tranquilidad ponía nerviosos a los presentes.

-¿Acaso tienes algo que nuestros más cercanos socios no puedan saber? –dijo con sorna.

-No, pero tú tal vez no deberías dejar que esto se haga muy público –argumento.

-Yo no soy el que tiene cosas que ocultar ¡Tú eres el que teme que se sepa la identidad de tu nueva zorra! –acuso.

-Debiste aceptar mi gesto de buena voluntad –repuso levantándose de su silla.

Nadie se percató de la rapidez con la que se movió Meliodas, pero si fueron conscientes de cuando el rubio someto al más alto pegando con fuerza el rostro del cenizo contra la superficie de vidrio de la mesa de juntas, manteniendo un agarre firme en los brazos contrarios. Estarossa se removía con furia para liberarse.

-Solo me amenazas porque sientes que tu posición peligra por tu puta –mascullo de forma audible para todos.

-No, esto se debe a la forma en la que trataste a Mirana en MI casa –dijo manteniendo su tono normal, pero entonando las palabras como si fueran amenazas.

-¿Esa oportunista? ¡Esta demente, no dije algo que no fuera cierto!

Meliodas cambio la posición del cuerpo de Estarossa para impactarle repetidamente rodillazos en el abdomen, hasta dejarlo jadeando. Lanzo a su pariente al piso, dejando que su frente se estrellara contra un borde de la mesa en su caída, dio un potente puntapié en las costillas contrarias y permitió que el cenizo se levantara apoyándose en la pared más lejana a él.

-Esto no puede ser por tu niñera… Es demasiado –argumento- ¡Sé sincero! ¡No quieres que hable sobre tu zorra!

-Tres veces… -susurro.

-¿Qué?

-¡Tres veces has insultado a MI NOVIA! Sí esto no fuera solo por Mirana ya estuvieras inconsciente, pero atrévete a insultarla otra vez y despertaras en terapia intensiva –reto, asombrando a todos con tus palabras.

-¡Eres un imbécil! ¡Atacarme para defender a una desgraciada Goddess! Esta te costara caro, primo. Tomare tu lugar, al igual que tome tu puesto en los Diez mandamientos. Nadie perdonara esta traición.

-No me hagas reír –dijo sin abandonar su pose de confianza- Nadie tomo mi lugar, me dieron el cargo de Presidente interino cuando mi padre decidió encargarse solo de los tratos internacionales, Zeldris fue quien suplió mi mando sobre los directivos, te dieron el nombre que yo deje atrás para no dejar una vacante abierta, para que la competencia no encontrara una falla en nuestra administración que pudieran aprovechar, solo “heredaste” la Dirección Ejecutiva apenas te graduaste. No te has ganado nada en esta empresa, eres solo para rellenar los espacios vacíos que yo u otro mejor dejo, eres el Demon mas mediocre de todos –se burló.

-¿Por cuánto tiempo tendrás esa certeza? ¿Hasta que mi tío se entere de tus juegos inmaduros? ¿Hasta que esa perra y tu involucren generaciones de trabajo en un escándalo?

-Te lo advertí –susurro para asestarle un gancho devastador a la mandíbula del cenizo haciéndole escupir sangre, seguido de algunos golpes al plexo solar que lo dejaron nuevamente en el suelo, Meliodas poso su pie sobre el pecho de Estarossa –Que busques ascender con mi caída solo comprueba mi teoría, eres el Demon mas mediocre de la historia –apartándose de él con un puntapié.

>> Bien. Dejemos esto en claro –hablo el rubio para los directivos- Mi novia es una Goddess ¿Algún problema? –cuestiono con el ceño fruncido y los brazos cruzados, nadie se atrevió a decir algo- Tomare ese silencio como un no, con quien comparta mi vida no es decisión de la empresa, siempre y cuando me asegure que esta va a seguir siendo la máxima empresa, incluso sobre la Goddess Company ¿Entendido?

Los directivos sintieron una nueva ola de respeto por su actual líder interino, y aunque algunos tenían sus reservas con el asunto, fueron convencidos por las palabras y determinación en los ojos del rubio.

-Una cosa más –hablo el rubio- Una palabra de confirmación de la identidad de mi novia, fuera de este círculo y rodaran cabezas, metafóricamente –volteando en dirección al cenizo- Creo –susurro.

-Ese no es mi asunto –hablo Melascula- Pero bajamos en rendimiento medio punto por debajo de los Goddess e iré a torturarte.

-¡Totalmente de acuerdo! –dijo Galand.

-Ni pensarlo… Mi meta es hacer de este negocio un coloso insuperable –comento Meliodas.

-¡Bien dicho! –apoyo Zeldris.

-Felicidades por tu novia, Meliodas –comento con felicidad Drole.

-¡Oye, Gloxinia! Haz que vengan unos paramédicos por este tarado de alli –dijo el rubio con tranquilidad señalando a Estarossa.

Todos regresaron a sus puestos de trabajo; los demás empleados, acostumbrados al temperamento de su presidente, aunado a la actitud que ellos mismos conocían de primera mano en Estarossa como buscapleitos al rubio, decidieron apartar la mirada cuando los paramédicos recorrieron los pasillos de la empresa con el pelicenizo en una camilla; se lo había ganado a pulso.

Las horas transcurrieron en la empresa Demon con lentitud, pero cuando el rubio presidente se percató de la hora fue a eso de las tres de la tarde, cuando por la puerta de su oficina entro un repartidor de pizza seguido por su hermano. El muchacho dejo la caja caliente sobre la mesa baja de la oficina, seguido de una bolsa con cuatro botellas de Bernia Ale frías, para luego retirarse con una inclinación demasiado profunda para la percepción de ambos hermanos.

-¿Pediste pizza? –cuestiono Meliodas.

-No, Elizabeth me envió un mensaje diciendo que recibiera al repartidor en la recepción –mostrándole el celular al rubio.

-¿Cómo tiene tu nuero? –cuestiono.

-También me lo pregunto.

Meliodas se acercó a la caja y sobre esta había un sobre pegado a la tapa, lo abrió encontrándose con una breve tarjeta:

 “Sabia que te saltarías el almuerzo. Buen provecho a ambos.

E ♥”

El rubio mostro la cartulina con las breves palabras de puño de Elizabeth a su hermano, ambos se despojaron de los sacos y subieron sus mangas hasta los codos, se sentaron en el sofá para disfrutar de la pizza y las cervezas.

-Empiezo a adorar a mi cuñada –murmuro Zeldris

Luego de la pausa para comer, la tarde corrió rápidamente y pronto el crepúsculo se hizo presente, el rubio trabajo una hora más hasta que la noche cayó, guardo y cerro todo en sus respectivos lugares, además de asegurarse de al salir dejar su oficina con llave. Reviso su teléfono para asegurarse del lugar donde pasaría a recoger a Elizabeth. Al salir del aparcamiento pudo ver a un grupo de periodistas en la entrada de la torre, seguramente esperándolo para entrevistarlo, las imágenes de su cita dieron la vuelta al mundo por las redes sociales y en algunos periódicos en la sección de sociales. Llego al centro comercial donde Elizabeth le dijo que se verían, en la entrada del cine, apenas pasaron dos minutos cuando unos brazos le rodearon por la espalda y una cascada de cabello rojo cayó por su hombro izquierdo, seguido de un beso contra su mejilla.

-¿Esperaste mucho? –pregunto la platinada disfrazada.

-Nada –contesto volteándose para besarle los labios.

Marchándose para disfrutar de su cena en un restaurant elegido por el rubio. El miércoles en la mañana Elizabeth recibió un ramo de flores en su oficina cortesía del rubio con una provocadora nota firmada por su “admirador secreto”. La chica salió de compras esa tarde con sus amigas para prepararse para la noche del viernes, en especial, preparar a Diane. Meliodas por otro lado paso la tarde con sus amigos y hermano en la mansión Demon tomando cerveza y viendo el futbol. Durante el jueves y viernes, siguieron los obsequios enviados con repartidores, más flores y un dragón de peluche por parte del rubio, y un Rolex y una corbata de seda de parte de la platinada. Aunque la mayor impresión se la llevo el Demon cuando al final de la tarde del viernes Elizabeth le envió una caja pequeña de color negro con un listón verde, dentro contenía una pieza de encaje rosa pálido que apenas podía considerarse lencería y una breve nota:

“Nos vemos en la noche, rubio

E ♥”

-Por todos los… -soltó un juramento el rubio apretando la delicada tanga en su puño, tratando de controlar sus impulsos.

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Holaaaa mi angelitos, casi alcanzo la cantidad de palabras del capítulo pasado, no era mi intención que solo llegara hasta aquí,  pero al parecer el próximo capítulo será casi en su totalidad de para la salida a Taizai de nuestro grupo predilecto, sabremos que sucedera con nuestro querido Kiane.

Por cierto linduras, hace poco releí la obra de una super escritora que sigue esta historia y note que mi argumento se parece mucho a sus primeros capítulos, y aunque hay coincidencias e el hilo les prometo que en ningún momento me basé en su trabajo, no me han acusado de esto y tampoco ella me ha dicho algo parecido.

Solo que lo note y quise compartir con ustedes esta coincidencia, nada más,  mi argumento se fundamenta en tres canciones que tocaron mi corazon hace meses pero para darle mayor desarrollo a la historia tuve que agregar mas canciones de mi propio playlist para escribir, cada capitulo lleva el nombre de alguna canción. 

¡Cierto la super autora que les mencioné es la belleza de HannaKarime15 quién escribe la saga 50 sombras de Meliodas y NO no es una adaptación del bestseller de 50 sombras de Grey, la recomiendo ampliamente como escritora!

Pudiera pasar mil vidas recomendando gente de geniales ideas pero para eso organizo las listas de lectura en mi perfil.

Ahora los agradecimientos, recuerdenme nunca juntar los agradecimientos de mas de un capítulo tuve que bajar mis notificaciones hasta el mes de julio para sentir que no olvido a nadie, angeles ustedes hacen grandes a mis delirantes ideas:

AnaCarol0507 gracias por tenerme en tu lista
Lopito-Kawaii tus comentarios son mi combustible y tu comprensión respecto a mi trabajo y vida privada me reconforta y ayuda a seguir.
HannaKarime15 yo amo tus comentarios y tus historias, gracias por estar aquí y disfrutar de mis ideas.
kagome1315 tus votos me llenan el corazón, mientras escribía escuchaba los opening de inuyasha y te recordé.
satzuki22 te agradezco por seguirme y agregar la historia a tu lista, tu nombre se me hace nuevo, asi que bienvenida
Vivianariosclaros mi chica del starco tus comentarios son mis baterías
nerieml te invoco de regreso a la baticueva, gracias por el apoyo ¿cuál es tu Robin favorito?
SilviaRamirez245 se que te debo un tag y esta botado en alguna parte de mi laptop, solo debo encontrarlo.
Oriana_GQ tus estrellas me completan el cielo de las musas.
YoSoyElizabethLiones Bienvenida y pregunta cuanto quieras, encantada te respondo. Y tú comprensión es enormemente agradecida.
otakux1000 tu voto me inspira, por tus estrellas soy capaz de continuar,  tu nombre me es nuevo, bienvenido.
ValyW13 mi diosa, no escribo para que me leas, pero quiero saber si aun vives, tienes mi al, a colgando con la Diosa oscura 《《 Esta chica es otra super escritora.
Daiana220 gracias por tu lista, bienvenida.
AiramAlvarado460 Bienvenida, si tu nombre esta al revés tenemos el mismo nombre :)
Vilmafaviolanekochan AMO tu imagen de Mel, gracias por seguirme, asumo que si me sigues es porque lees esta historia ya que es mi único trabajo hasta la fecha de NNT
pixeltommy vi tu perfil, fanfics de NNT... mis dones detectivescos dicen que es probable que leas esta historia.  Si no es así,  yo leeré las tuyas.
Michelparrales me encanta tu entusiasmo, comentar, estrellas y seguir, espero que te este gustando la historia.
meliodad el DAD mel, bienvenido! Gracias por votar en todos los capítulos.
jeams92 gracias por tus estrellas y seguirme,  vi tu perfil y tienes fanfics de Ladybug, me pasaré por allí.
keniaygr tu estrella es aliento para la historia, gracias
EsmeraldadelCarmenRi tu nombre es nuevo, bienvenida y gracias por tu apoyo.
AzucenaRodriguez9736 tu lista ayuda a eta historia a crecer, gracias.
JoanaNegron Lo presiento, eres nueva y andas por este fic, bienvenida.
MartynaPadilla gracias agregar a tu lista, espero disfrutes las historia y bienvenida
soyzeldris2009 tengo ya dos famosos entre nosotros ¡Hola Zeldris! Bienvenido y gracias por leer ¿Con Geldris o sin Geldris? ¿Que opinas? Por cierto he visto varios usuarios con Soy... ¿Son un grupo o fue casualidad?
wolffriki gracias por tu voto y bienvenido, ese apoyo le da fuerza a la historia
kiarasalvatierra7 tu estrellita me hace continuar,  gracias, bienvenida y disfruta la historia
Lucero14pinto bienvenida, tu apoyo es importante,  disfruta de mis delirantes ideas.
mlatru bienvenida, gracias por votar en todos los capítulos, este capítulo espero compense la espera
elizabet109 bienvenida y gracias por tu apoyo, disfruta el capitulo
ariannaloor77 bienvenida,  disfruta el capítulo. 

Okay, noto que este fanfic crece, y es gracias a las listas de lectura, comentarios y estrellas de todos usedes, gracias desde lo mas profundo de mi corazón. Son el motor de este fanfic, este espacio es de todos y para que todos lo disfruten

¿Comentarios, estrellita, tomatazos, sugerencia?

Besos y abrazos
Mia_Gnzlzr♥

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