🎐 : 17

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Seungmin reposó su mejilla contra su puño, observando con preocupación a Hyunjin mientras terminaban de revisar su brazo. Salieron del departamento tan pronto como pudieron y al llegar al hospital habían sido atendidos sin esperar mucho; el doctor actuó rápido y con una rápida revisión, se apartó. 

—Está todo bien, pero para que todos estemos tranquilos me gustaría hacer un chequeo en la máquina. Una enfermera vendrá para cambiarlos de habitación y así podemos ver con mayor certeza que no haya alguna herida interna, ¿Tienen alguna duda?

—No, doctor.—El castaño se apresuró a decir, levántandose de su lugar.—Agradecemos que haya venido a revisarlo.

—Es mi deber, me alegra que hayan actuado rápido. Iré a preparar la habitación, puede descansar mientras, joven.—Con una última mirada, se dirigió a la puerta antes de salir. 

Un silencio se instaló en la habitación, dejándolos sin hablar por un rato y sin siquiera verse. El azabache se sentía demasiado nervioso y avergonzado, cuando el dolor disminuyó y pudo recordar aquella hazaña de haber siquiera besado a Seungmin, sus mejillas se pusieron tan rojas como la luz roja del semáforo, queriendo que la tierra se lo tragara en ese momento. Maldición, ¿Cómo había llegado a eso? En primer lugar, si tan solo no lo hubiera hecho no tuviera que haber terminado en el hospital ante su descuido, prefería haberse quedado con la duda antes de pasar por todo ello. 

—¿Cómo te sientes? ¿Sigues sintiendo mucho dolor?—La voz de Seungmin lo sacó de sus pensamientos, haciéndole brincar de donde estaba sentado. 

—N-no, estoy mejor.—Respondió, tragando en seco. 

Esperando un par de minutos más, decidió preguntar.—¿Quieres hablar de lo que sucedió? 

—Seungmin, si eso te molestó entonces te pido perdón, n-no quería incomodarte ni mucho menos molestarte, solo fue un impulso.—Se apresuró a explicar, su expresión era afligida. 

—¿Un impulso?—Una pequeña sonrisa se instaló sobre su rostro.—¿Sabes qué he notado?

Hyunjin no contestó de manera inmediata, tratando de entender su pregunta y si había algo detrás de ello. Tardó demasiado en contestar, por lo que Seungmin siguió hablando. 

—Tú y yo juntos es un peligro.—Sentenció, dejándolo confundido. 

—¿Por qué?

—¿Debo de explicarlo?—Cuando lo señaló, siguió sin entender.—Intentamos volvernos a encontrar y tuviste un accidente, tenemos esto... un beso, y terminamos de igual manera en el hospital. De una u otra manera, sales lastimado. 

Comprendió sus palabras y soltó una pequeña carcajada sin evitarlo, demasiado avergonzado como para siquiera pensar que podría sentirse más humillado que eso. 

—Sin embargo, por lo menos hace que pasemos tiempo juntos. No como lo teníamos planeado, pero se cumple el objetivo.—Trató de animarlo.

Hyunjin no creía que pudiera sentirse más apenado a como se sentía en ese momento. Ni siquiera estaba bajo los efectos de haber sido sedado o tener un tipo de gas "de la verdad", pero creyó que a esas alturas podría rematar la poca dignidad que le quedaba siendo sincero con Seungmin. Sintió su pulso resonar contra sus oídos, aturdiendolo por un segundo antes de apretar las manos contra su pantalón, levantando la vista al mismo tiempo que se encontró con la del castaño.

Bien, podría hacerlo.

—Seungmin, seré sincero contigo y solo espero que no te sientas incómodo con lo que diré, solo quiero ser sincero contigo.—Antes de que Seungmin pudiera hablar, siguió.—Me gustas, tanto como no tienes idea y al principio era algo que me asustaba porque suelo actuar muy tonto alrededor tuyo, pero también sacaste la parte de mí dónde quería que me vieras como alguien de interés para ti. Quería impresionante, y lo seguiría haciendo si no fuera porque ya me siento demasiado humillado contigo que todo esto lo digo como una forma de rematar la situación, solo quiero decirte que mis sentimientos son sinceros y eres la persona más magnífica que haya podido conocer en toda mi existencia. Eres inteligente, eres hermoso y aunque a veces puedes ser algo distraído o demasiado tímido cuando estamos los dos, cada gesto y cada palabra que dices haces que me enamore más de ti. Kim Seungmin, me gustas desde el momento en que pediste disculpas, aquella segunda vez que nos vimos y entendí desde ese momento que no podría sacarte de mi cabeza nunca más, vives en mí sin siquiera proponertelo, solo con verte haces de mis días mejores.

El azabache terminó de manera abrupta, sintiendo su corazón latiendo de manera acelerada contra su pecho al confesarse. Maldición, cada segundo que pasaba y que Seungmin no le decía nada le provocaban más nervios, lo había arruinado, podía ver al castaño salir de ahí y dejarlo abandonado por tan confesión tan mediocre, ¿Quién se le declaraba a alguien en un hospital? Ni siquiera tenía un detalle consigo, estaba en unas apariencias horribles y casi se echó a llorar de no ser porque escuchó la risa del contrario inundar la habitación.

¿Acaso se estaba riendo de él?

—Oh, Hyunjin. A esto me refiero precisamente que nada de nosotros es normal, solo confirmas mi teoría.—Pasando sus manos sobre sus mejillas, asintió convencido.—No sé cómo hacer esto, pero si puedo serte sincero, también me gustas, pero lo hiciste desde el primer momento en que te vi, por eso aquel día te cerré la puerta porque no podía estar viéndote por más tiempo porque solo significa que podría decir algo malo o fuera de lugar. Nuestras primeras impresiones no fueron las mejores, pero por ello quise disculparme y querer conocerte, a pesar de que eso significara pedir lo mismo todo el tiempo.

Ambos rieron ante lo último, estando de acuerdo con la declaración. Seungmin posó sus manos sobre sus mejillas, logrando que sus miradas se encontraran antes de seguir hablando.

—Me alegra poder escuchar todo ello, aunque no sea el lugar más adecuado, ni un escenario que haya podido imaginar, pero nada aquí es normal o como lo planeamos.—Con una última mirada, se inclinó lo suficiente para encontrar sus labios.

A diferencia de lo ocurrido en su último intento, Seungmin se sostuvo bien contra su rostro, evitando lastimarlo una segunda vez en el mismo día. Hyunjin por su parte se sentía mareado ante todas las emociones que estaba sintiendo en ese momento, pero también solo tenía su mente enfocada en sentir lo suave que se movían los labios del castaño sobre los suyos. Con su mano libre lo sujetó por la parte trasera del cuello, guiando el beso de una revoltosa maraña de besos esparcidos sobre las comisuras, coordinando tan mal como lo imaginó.

A mitad del beso, Seungmin carcajeo al sentir el desorden que eran y se separó lo suficiente, acariciando sus mejillas.

—Entonces, ¿Estamos bien?

El azabache asintió, contento.—Estamos mejor que nunca.

Cuando la enfermera se asomó para cambiarlos de habitación, el castaño ayudó al menor a trasladarse, demasiado felices como para borrar las sonrisas que adornaban sus rostros.

—Vamos, salgamos rápido de aquí para poder ir a casa.

Sintiéndolo como una buena promesa, Hyunjin jamás deseó llegar tanto al departamento como aquel día.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro