15: Derbi

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Lilith tenía extendida sobre su cama dos prendas de ropa. Un jersey negro liso y su camiseta de Rooney. La segunda llevaba años metida en el armario, escondida entre trapos que ya no quería ni necesitaba. La última vez que se la quitó no pensó que volvería a usarla nunca, no quería hacerlo, sin embargo, esta vez le apetecía, ya que iba a ir a ver el partido para rememorar los buenos momentos de su infancia, sentía que era buena idea hacerlo bien, como Conrad y ella lo hacían en su pasado.

El sonido de la puerta dejó la decisión para más tarde. Lilith abrazó a su hermano. Su camiseta roja con el diez a la espalda disipó las dudas que le quedaban. Dejó a su hermano ojeando el salón y volvió a su habitación.

Se observó en el espejo de hierro forjado que decoraba su habitación. Aún no sabía cómo sentirse al respecto del objeto. Cuando John le dijo que Jack lo había comprado, lo rechazó, le dijo que lo sacara de su casa, que no lo quería. Pero resultaba que su amiga había elegido un novio con una cabeza más dura que una piedra y no aceptó un no por respuesta. La realidad era que el espejo le encantaba, se enamoró de él nada más verlo en aquel puesto y combinaba a la perfección con su cama, pero también era un recordatorio constante de que Jack Grealish podía hacer cosas buenas por los demás, y eso le rompía los esquemas.

Se alejó del objeto, no era el momento de pensar en eso, era el día de disfrutar con su hermano. Se tiró de las mangas de la camiseta térmica negra que llevaba debajo de la del equipo y agarró su abrigo para reunirse con su hermano.

Conrad sonrió emocionado al verla volver al salón. Usar esa camiseta había valido la pena solo por eso. Por ver a Conrad como cuando era un niño.

—No me puedo creer que aún te entre.

—No he crecido mucho desde los catorce —contestó Lilith.

Lilith se sentó en el asiento del copiloto del Mercedes de su hermano. Su padre había sido más generoso con el hijo que siguió sus pasos. El móvil de la mujer vibró, leyó el mensaje de su mejor amiga con una sonrisa. Era extraño para ella saber que Kendall estaría en el Etihad pero en la zona rival.

Ken❤️: Avísame cuando estéis en el estadio, traidora.

Lilith: Técnicamente la traidora eres tú, yo antes siempre iba de rojo.

Ken❤️: Da igual, aquí todos estamos enfadados contigo.

El mensaje estaba acompañado de una foto en la que aparecía su amiga junto a John y Kalvin haciendo muecas exageradas de enfado. Lilith no pudo evitar reírse. Su hermano la miró alzando las cejas.

—Kendall. Quejándose porque vamos con el enemigo.

—Técnicamente es ella la que va con el enemigo.

—Eso le he dicho yo —Lilith sonrió a su hermano con complicidad, arrepintiéndose de los años perdidos y agradeciendo a lo que fuera que su hermano no tuviese su carácter y fuese capaz de olvidar y perdona tan fácilmente.

—¿Está sola? —preguntó Conrad.

—No, Kalvin y John están lesionados y lo ven desde la grada.

—Claro —Conrad volvió a centrarse en la carretera con expresión melancólica. Lilith supo que tenía que hablar con él de sus sentimientos por Kendall, aunque no sería en ese momento —¿Te llevas bien con ellos? —Preguntó tras unos segundos de reflexión.

—Me caen bien, algunos no son como pensaba.

—¿Su novio?

—Es bueno, la quiere, o eso creo. Pero no es el que mejor me cae.

—¿Y cuál es? —A Conrad la respuesta de su hermana lo había alegrado, quería que Kendall fuera feliz con un buen hombre, aunque no fuera él, pero por el momento no quería ser el único que no adorase a esa persona, poder contar con el apoyo de su hermana.

—Kalvin, Erling y Julián, Kalvin tiene unos hoyuelos preciosos, no puede caer mal.

—¿Y Grealish?

Lilith soltó un bufido.

—Siguiente pregunta.

—Ali...—Conrad titubeó ante la mirada expectante de su hermana, nunca hablaban de su amiga, no lo hacía con nadie en realidad, ni siquiera con Kendall —. Supongo que es duro, acordarte de ella cada vez que lo ves —No fue capaz de decir lo que había empezado.

Ese era el problema para Lilith, que cada vez la veía menos cuando estaba junto a Jack y sentía que traicionaba a su amiga.

—Ellos no saben nada de Ali y de mí. Y no quiero que lo sepan.

—¿Por qué? —Se habían unido al resto de camisetas rojas entrando al fondo visitante del estadio.

—No lo sé, es complicado.

Se sentaron en sus asientos de primera fila. Los había comprado Lilith, le habían costado un ojo de la cara, pero se negaba a usar los abonos de su padre.

—¿No te parece raro que nunca le hablara de tí? Eras su mejor amiga.

—Puede que si lo hiciera, pero ella nunca me llamaba Lilith. Quizá le habló de Angie y él no ha atado cabos.

Conrad seguía teniendo sus dudas, no entendía cómo en cuatro años no le presentas a tu mejor amiga a tu novio. Lilith hablaba de Ali continuamente, la traía a Manchester cada dos por tres de visita y la incluyó en todos sus círculos, sin embargo, Alison nunca le presentó a su novio, ni a ningún amigo o amiga de su ciudad. La única persona de la vida de Alison que Lilith conoció fue a su madre.

Habían llegado al estadio con tiempo antes del pitido inicial. Los jugadores de ambos equipos estaban calentando en el campo. Lilith oteó el campo sin buscar a nadie en especial, o eso se decía a sí misma. Sin embargo, no tardó en fijarse en un jugador en especial. Daba toques con Erling y un jugador pelirrojo cerca de ellos.

Como si algo lo hubiera avisado, Jack dirigió su mirada al rincón donde se encontraba Lilith. Al verla allí, vestida de rojo, frunció el ceño y avisó a su amigo que respondió de la misma forma. Ella se besó el escudo del pecho, provocando que los dos futbolistas negaran con la cabeza antes de volver al trabajo.

El ambiente y los cánticos no tardaron en impregnar a los hermanos. Casi sin darse cuenta, Lilith se encontró coreando unida al resto de aficionados de su equipo, como si los años no hubieran pasado y siguiera siendo esa niña que visitaba Old Trafford. Aunque a diferencia de en aquellos años Lilith había subido al bar a beberse unas cervezas antes del inicio, eso podría tener también algo que ver en sus efusivos cánticos.

Los jugadores volvieron al terreno de juego, listos para el comienzo del partido. Lilith silbó con fuerza cuando los jugadores rivales fueron anunciados, en un intento vano por contrarrestar a los aficionados locales. Y aplaudió y chilló a los de su equipo, aunque no conociese a casi ninguno y llevase años jurando odiar a ese equipo.

La alegría y los cánticos de los aficionados del Manchester United duraron poco. En el minuto ocho Phil Foden marcó el primer gol, justo en la portería que ellos tenían enfrente. No contento con eso lo celebró mandando callar a la grada, lo que le acarreó insultos, Lilith escuchó algunos de ellos muy cerca, provenientes de su hermano. Ella no pudo insultar porque estaba demasiado ocupada observando como Jack, que celebraba el gol con sus compañeros, se tocaba la cinta del pelo y le guiñaba un ojo.

La primera parte trascurrió de un modo similar, con un gol tras otro de Phil Foden y Haaland. El silbato anunciando el descanso fue un alivio para los hermanos y el resto de aficionados rojos. Cuatro-cero. En una parte. Lilith estaba tentada de decirle a su hermano que se fueran a casa, no había nada bueno que ver, sin embargo, sabía que el no aceptaría, creía eso de que había que estar con el equipo en las buenas y en las malas.

Ken❤️: ¿Venís a vernos?

—¿Es Ken? —preguntó Conrad mirando de reojo el móvil de su hermana.

—Quiere que vayamos a verlos, pero le voy a decir que no.

—¿Por mí?

—Es nuestro día de hermanos, ya la veo todos los días.

—Vamos a verlos, es el día, no puede ser peor que esto —Conrad señaló el terreno de juego ahora vacío.

Se pusieron sus chaquetas, tapando las camisetas rojas, y guardaron sus bufandas en el bolsillo. No era buena idea intentar entrar en los palcos citizens con los símbolos del United a la vista.

Kendall y Kalvin los estaban esperando en la entrada, junto a los guardias de seguridad, permitiendo que les dejaran acceder.

Kalvin envolvió a Lilith en sus brazos y la levantó en volandas. Una vez en tierra firme subió del todo la cremallera del chaquetón de la chica, que dejaba ver algo del cuello rojo de su camiseta.

—De pensar que llevas eso debajo quiero vomitar. No me hagas verlo.

—El drama —contestó Lilith riendo, ante la expresión de asco del hombre —Llevas tres meses en este equipo, no puedes odiarlos tanto.

—¿Has oído hablar del derbi de las rosas? —preguntó Kalvin —. Se supone que eres fan del United, deberías conocerlo.

—Bueno, fan es mucho decir. Yo iba a algunos partidos. Me gusta la parte de gritar e insultar en el campo, pero poco más.

—Eso hace que esto sea menos duro —Kalvin volvió a abrazarla.

Lilith presentó a Conrad, el verdadero fan del Manchester United, que sí conocía del derbi de las rosas. Eso no impidió que Kalvin le mostrase su enorme sonrisa con hoyuelos.

Kendall abrazó a sus dos amigos. Les regañó de nuevo por estar en el bando contrario. Charlaron de todo y de nada durante los casi diez minutos que estuvieron allí. A Lilith todavía le sorprendía encontrarse en esa situación. Hablando y bromeando con un futbolista, como lo haría con cualquier persona, sin ver ese ego desmedido que ella creía que todos poseían.

Se despidieron para volver cada uno a sus asientos. Lilith le agradeció en un susurro a Kendall haber venido sin John y Kalvin les deseó que siguieran pasándolo igual de mal en la segunda parte que en la primera.

Los deseos del de Leeds no distaron mucho de la realidad. En los siguientes cuarenta y cinco minutos los hermanos pudieron celebrar goles de su equipo, pero también vieron como el rival marcaba dos más, para acabar con un seis a tres bastante humillante.

Pese al resultado, que si era sincera, solo le daba pena por su hermano. Lilith pasó una tarde increíble, volvió a sentirse una niña sin preocupaciones, disfrutando y riendo como hacía mucho que no podía hacer con Conrad. Se prometió a sí misma que no volvería a dejar pasar tanto tiempo antes de volver a tener días de hermanos.

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Nota: No voy a poder ver hoy la final de Copa porque voy de boda jaja pero espero que acabe más o menos como este partido. O al menos con la victoria para los mismos.

Espero que os guste😊 Y muchísimas gracias por leer. Por votar, por comentar y por todo.

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