Capítulo Trigésimo Segundo

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Helery

Al parecer despertar con dolor de cabeza y en lugares desconocidos, se había convertido en mi día a día, pues nuevamente me encontraba en un bosque el cual no distinguía y al frente de mí se encontraban las dos personas que más me amaban, Mónica y Sammer ¿Se habrá notado el sarcasmo? Realmente no lo sé. Ésta vez no trataron de lastimarme, solo me miraban fijamente mientras sostenían un libro en sus manos, traté de moverme, pero nuevamente tenía mis manos atadas al igual que mis pies, suspiré frustrada mientras observaba cada movimiento de esas dos arpías, esperando a que hicieran algo, en cualquier momento.

Las horas seguían pasando y al parecer, Mónica y Sammer habían encontrado lo que buscaban en aquel libro viejo, que parecía que tenía más años que el mismísimo universo. Sammer empezó a dibujar cosas en el suelo, mientras que Mónica comenzó a leer algo en el libro en un idioma completamente desconocido para mí. Mientras ambas hacían lo suyo, Mónica empezó a transformarse en lo que más odiaba en esta vida, luego cerró el libro y comenzó a caminar hacia mí.

—Tanto tiempo sin verte Helery. —murmuró— ¿O debería llamarte Shalley?

—Creí que te había mandado al otro mundo junto con tu hija. —contraataque con enojo.

—Yerba mala nunca muere, querida. —dijo con una sonrisa— ¿Cómo está Jeison?

—Ser chismosa no se te da bien. —susurré con una sonrisa falsa.

La bruja rápidamente dejó sonreír para luego mirarme seriamente, yo me reí internamente al darme cuenta que había logrado molestarla. Mientras me veía envuelta en mis pensamientos ridículos, la bruja me tomó en sus brazos y me lanzó al círculo que Sammer había hecho, empecé a quejarme debido al golpe de la caída, pues la bruja me había lanzado con todas sus fuerzas, logrando lastimarme debido al impacto.

Sammer me miraba fijamente, con una sonrisa vanidosa y falsa, yo la miré de vuelta sin expresión alguna, ahora me daba cuenta que hasta tu propia familia te podía traicionar. Mientras Sammer y yo compartíamos miradas, la bruja se paró detrás de Sammer para luego cortar su cuello de un solo movimiento, yo me quedé en shock mientras miraba la escena con horror ¿Qué había ocurrido? ¿Acaso no eran amigas? Esas y más preguntas rondaban por mi cabeza, hasta que la bruja lanzó la sangre de Sammer sobre mi cuerpo, haciéndome salir de mis pensamientos.

—¡¿Qué estás haciendo maldita bruja?! —grité mientras trataba de liberarme.

—Tú y tu hermana eran un sacrificio, al igual que Karolyn, la cual fue un excelente banquete para después apoderarme del cuerpo de Mónica. —dijo la bruja con alegría.

—¿Sacrificio para qué? —pregunté con temor a la respuesta.

—Para revivir a mi hija. —respondió.

—Ariel... —susurré suavemente recordando todo lo que había vivido con ella.

La bruja empezó a leer nuevamente el libro, me sentía impotente al no poder entender lo que estaba leyendo, así que en ese preciso momento estaba inmune y la disposición de esa maldita bruja. Mientras más leía, podía sentir mis ojos pesados y somnolientos, como si no hubiera dormido en mucho tiempo, mi cabeza daba vueltas y me sentía cansada, la lluvia fría empezó a convertirse en sangre y el círculo en el que me encontraba empezó a brillar, después, solo pude sentir un dolor insoportable en todo mi cuerpo, hasta el punto de hacerme gritar.

—¡Ya basta! —grité.

—Tranquila Helery, muy pronto ya no sentirás nada. —dijo.

—¡Ah! ¡Detente! —exclamé logrando quitarme el lazo que estaba amarrado en mis pies y muñecas— ¡Te dije que bastaaa!

En ese momento sentí como mis poderes volvían a mi cuerpo, logrando salir del círculo, la bruja empezó a gritar dándose cuenta que el ritual no había funcionado y todo gracias a mí, así que rápidamente empezó a atacarme con sus poderes, yo los esquivaba con facilidad, pero entre más se enojaba, más rápido eran sus ataques. Tomé toda mi fuerza logrando hacer el destello mágico con el que la había derrotado la primera vez y empecé a lanzarlo hacia la bruja, pero ésta seguía avanzando hacia mí como si mis poderes no le hicieran nada, yo seguía lanzando el rayo, pero el poder de la bruja hacia que retrocediera, enterrando mis pies en la tierra, tratando de no retroceder.

Mis brazos temblaban y las palmas de mis manos empezaban a quemarse por el calor del poder que estaba lanzando, estaba a punto de rendirme, pero vi como un gato blanco se lanzaba del árbol cerca de mí y empezaba a caminar hacia donde me encontraba, luego se pasó por mis piernas mientras ronroneaba, después se paró al lado mío convirtiendose en Lecuim, su cabello blanco empezaba a mancharse con la lluvia roja, haciéndolo lucir como un chico malo.

—¿Me extrañaste? —preguntó con una sonrisa pícara.

—Mas de lo que crees. —respondí.

—Lo sé. —susurró.

Lecuim empezó a lanzar el mismo poder que yo hacia la bruja, sus ojos azules empezaron a brillar y su cabello empezó a elevarse, logrando que esta vez la bruja sí se lastimara. La bruja empezó a gritar al sentir como se quemaba lentamente, hasta que al final se convirtió en humo, dejando el cuerpo de Mónica tirando en el suelo con heridas graves. Una vez más lo habíamos logrado.
  

Gracias por leer.

Para los que me han preguntado.

La personalidad de Lance es tímida, pero le gusta mostrarse rudo ante los demás.

La personalidad de Lecuim es como la de Chat noir en Lady bug. 

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