o c h o

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Querido Alan:

Me pediste perdón.

Te ignoré. Estaba muy molesta.

Me llamaste, no te contesté.

Aunque todo eso me dolía más a mí que a ti. Irónico.

Idiota, idiota, idiota... repetía cada vez que tu nombre aparecía en mi teléfono.

En la escuela pasé de ti muchas veces. Hasta que dejaste de insistir.

Solo para confirmar que no te importaba tanto. Me sentí peor.

Te llamé esa misma noche. Fui débil lo sé.

Pero, simplemente no podía estar enojada contigo toda la vida.
No quería estarlo.

Respondiste aliviado y repetiste las mismas palabras de toda la semana. Pero a diferencia de que aquella vez acepté tus disculpas.

Propusiste salir esa noche, estaba desconfiada, ¿y si me dejabas plantada de nuevo?

Me arriesgué.

Lo hiciste de nuevo. ¡Demonios!

¿Qué ocurría contigo?

Decidí no llorar, al contrario. Salí directo a tu casa.

No me lo harías de nuevo no. Iba a aclarar las cosas, reclamarte por ser tan idiota.

Llegué un rato después, todo estaba silencioso pero no me frené.

Tu madre abrió y me miró ceñuda.

¿Alguna vez te dije que ella me asustaba? Es intimidante.

Me acobardé de pronto pero le pregunté por ti.

Se sorprendió y me dijo que debería estar conmigo.

Te llamé y no contestaste. Quería gritar.

Hasta que ella y yo vimos patrullas de policía y una ambulacia pasando frente a tu casa para seguir su camino...

Mi corazón se detuvo.

Sabía que algo andaba mal.

No me equivoqué.

Tuya:

Amelia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro