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❝ PEQUEÑO GRAN PASO ❞


LIV SORBIÓ SONORAMENTE EL TIBIO CAFÉ de su taza, atenta a las muecas que expresaba efusivamente Torres frente a ella y las demás, acerca de la nueva chica que había conocido, que, al parecer, estaba conquistando su corazón.

Todos se encontraban reunidos en la sala de titulares aquella mañana, esperando la llegada de Bailey, la cual sería una fiesta sorpresa para la nueva jefa, planeada por Webber.

—Entonces... lo investigué—murmuró Arizona acercándose—. Bailey es la primera mujer jefa de cirugía en este hospital. Antes de eso, solo hombres.

—Ya era hora, ¿no creen? —cuestionó Avery con la boca llena de fruta, junto a Hunt.

—Todas aquí somos jefas de departamento—indicó Amelia—. Neuro, Cardio, Trauma, Fetal...

—Plástica aquí—balbuceó Jackson.

—Oh, somos un lugar de chicas, no... esto ahora es lugar de mujeres—aclaró Torres.

—No—negó Pierce efusivamente—. No lo llamen lugar de mujeres, así es como mi abuela llamaba a su vagina, lo cual es inapropiado, ante todo aquel que tenga la mala suerte de oírla, así que no llamaremos a esto lugar de mujeres. No tengo deseos de pensar en esa ancianita y su vagina cada vez que entre por esa puerta.

—Nos acabas de dejar una imagen mental muy vivida de por vida, Maggie Pierce—dijo Liv.

—Permanente—secundó Karev, con una mueca—. Muchas gracias.

—¡Es hora!, ahí viene...

Todos voltearon hacia Webber y se movieron a sus lugares para darle la apropiada bienvenida a la doctora Bailey como jefa de cirugía.

La puerta se abrió y Mer le dio la entrada.

—¡Oh!, que bueno que están todos aquí—saludó—. Pero si hubiesen leído mi e-mail, sabrían que una de las ya muchas cosas que cambiaré, en mi posición como jefa, es que las reuniones semanales de titulares se acabaron.

—Ah... Bailey...

—Menos charlas sobre salvar vidas y más vidas ya salvadas—interrumpió con autoridad.

Liv, Jackson y Alex reprimieron una risa ante la expresión del doctor Webber y caminaron hacia la salida, dando indirectamente por finalizada la "celebración"

—Pero... ¿y el pastel? —boqueó Torres, quedando de pie en la sala.

—Era un bonito pastel—murmuró Karev, quitando un trozo con la cuchara y huyendo de la escena ante el bufido de ella.



─────※─────



Liv abandonó el ascensor, tomando su celular, camino a urgencias. Leyó el nombre de Jackson en las notificaciones, antes de tocarla fue interceptada silenciosamente por la doctora Bailey.

—¿Hoy estás en urgencias? —quiso saber.

—Como siempre, doctora.

—Bien, vienes conmigo.

Liv simplemente la siguió en silencio.

Buscó con mirada de halcón entre los puestos de camillas y se dirigió hacia las voces de los internos murmurando en voz baja, que llegaba desde detrás de las cortinas.

DeLuca y Cross, se encontraban discutiendo un hipotético diagnóstico.

—... entonces dala de alta—refunfuñó Andrew.

—¿A quién darán de alta? —interrumpió Bailey.

Ambos voltearon hacia la jefa y DeLuca dirigió su vista a la joven a pasos de ella.

—Hola jefa... doctora Russo—saludó.

Bailey exigió la tableta con los datos de la paciente, les dio una mirada a los internos y luego a Liv, ella se acercó, visualizando a la paciente mientras deslizaba la cortina.

—Jade Bell, hola, soy la doctora Bailey, ella es la doctora Russo...

—Grandioso, justo lo que necesitaba, más doctores.

—La paciente presentó jaqueca y visión borrosa antes de desmayarse y golpearse la cabeza—habló DeLuca hacia las doctoras—... Así que hice estudios de síncope y dieron negativo...

—¿Entonces qué? —cuestionó Bailey—. Eso te llevó a...

—Suturar la laceración...

—Su diagnóstico—corrigió Liv.

—¿Hipoglucemia? Tal vez olvidó desayunar.

—Error, tú—señaló Liv a Cross—su diagnóstico.

—Beta HGC, ¿posible embarazo? —balbuceó él.

—No, no, no—negó Jade—. Sin embarazo, escuchen, estaba en una reunión, me mareé y desperté aquí, pero ya me siento mucho mejor, ¿ya puedo irme?

—Lo siento, pero no— negó Bailey— ustedes, ¿Qué están omitiendo? —volteó nuevamente a su lado.

Se miraron entre ellos y luego a Liv y de vuelta a ellos mismos, con ojos llenos de duda.

—Migraña...

—Disfunción autonómica...

Ambas respuestas atropelladas hicieron suspirar a Bailey y a la paciente.

—Dios... esto es muy divertido, pero debo irme...

—Jade—interrumpió Liv—. Podría colocarse de pie, por favor.

—¿Qué?...

—Por favor—ordenó esta vez—póngase de pie.

Ella soltó un suspiro e hizo una mueca de disgusto ante las atentas miradas.

—No omitimos nada—reiteró DeLuca, con su vista en la doctora Russo, ella elevó sus cejas.

La paciente dificultosamente se colocó sobre sus pies fuera de la camilla y con un impulso, ya estaba de pie frente a ellos y a un lado de Russo. Los internos, quienes atónitos elevaron la mirada ante su inusual altura quedaron sin palabras que decir.

—Bien, se terminó el show de fenómenos, ¿me puedo ir?

—Eso es lo que omitieron—aclaró Bailey, como si no fuera lo suficientemente obvio ya.

La mirada de victoria de la doctora Bailey hizo sonreír a Liv.

Ante el disgusto notorio de la paciente, la doctora ordenó más estudios.



─────※─────



Liv continuaba recibiendo notificaciones incesantes de la enfermera a cargo de monitorear a April, la cual enviaba mensajes en nombre de ella. A lo cual no le quedaba más opción que ir, a riesgo de que explotara su celular en el bolsillo.

—Si es April, la niña de la burbuja...—se burló Liv entrando a la habitación, guardando el aparato en su bata.

April se encontraba tumbada en la cama y se levantó rápidamente.

—Gracias a Dios viniste... no sabes cómo es aquí.

—Sí, recibí tus... miles de mensajes. Puedo imaginar cómo es aquí. Veo que tu viaje fue bien... dentro de lo que cabe.

—Estoy segura de que de solo exageran y no es nada...

Liv acercó un banquillo frente al cristal y tomó asiento.

—Entonces... ¿Encontraste lo que buscabas? —cuestionó Liv, dando paso a la conversación que apremiaba.

April suspiró pesadamente y se sentó recta en la cama.

—¿Hablas de la adrenalina?, ¿tierra en tu cara y zapatos veinticuatro siete?...

—April...

—Jackson ya no quiere hablar conmigo... él solo... me ignora y se aleja y se molesta por todo lo que digo, yo...

—¿Y puedes culparlo? —quiso saber.

April volvió a suspirar, abrió la boca, pero nada salió de sus labios.

—April, él te esperó... se preocupó... me hizo contactar a cada director medico de los grupos de oriente con tal de saber si seguías con vida. Jamás creí que no serías apta para ese trabajo... pero no se trata de estar o no preparado para el, las bombas solo caen, la gente solo dispara y hace preguntas después, así es como funciona... no importa como luzcas, o vistas o hables, nada de eso importa... Y no sabes cómo me alegro verte al fin en casa.

Liv le dio una sonrisa de medio lado, la cual April devolvió.

—Y él también lo hace—continuó—... pero debes darle tiempo. Hablará, eventualmente.

—¿Crees que mi matrimonio peligre? —preguntó con pesar e inseguridad.

—Escapaste de tu propia boda para casarte con ese hombre—rio Liv—. Sí eso no te impidió estar con él, dudo un poco que algo más lo haga.

—¿Tú crees?

—Y eres persistente como un grano en el culo, April...

Ambas estallaron en una risa y continuaron hablando de su viaje.

Pero algo dentro de Liv le hacía querer decir más, mucho más al respecto, pero ese no era su trabajo.



─────※─────



Una hora más tarde el mensaje directo de Bailey, pidiendo a todos presente en la sala de titulares llegó a su celular, dando por finalizada la visita a su amiga.

Y... las cosas no iban saliendo como esperaba...

—¿Cuatro horas? —murmuró Avery, sin poder creer lo que estaba oyendo.

El resto de los presentes en las mismas condiciones.

—Y en ese tiempo, necesito un plan quirúrgico completo—ordenó—. Para de esa forma extirpar el tumor directo de la pituitaria y reparar la fractura espinal, que incluya una recuperación no mayor a una semana.

—Claro, yo solamente tengo un reemplazo de rodilla—añadió Torres con sarcasmo.

—Yo tengo pacientes...

—Pues pospón eso, delega... necesitamos movernos rápido, a esa mujer no le interesa ser tratada... y, de hecho, es un riesgo de fuga, Wilson encárgate de que ella permanezca aquí.

Ella asintió velozmente y se dirigió a la salida, junto a los internos.

—Bailey—intercedió Liv—. Se necesitan más de cuatro horas para esto, su tumor no es algo sencillo, Amelia lo dijo—ella asintió ante eso—. Hay que hacer estudios completos, elegir un abordaje apropiado a los riesgos...

—Exacto—secundó Shepherd—. Para esto, necesitaremos más de cuatro horas...

—De hecho, tienen tres horas y treinta y seis minutos...

Russo y Shepherd se miraron entre ellas ante el poco razonamiento de la nueva jefa.

—Necesitamos como mínimo hasta el final del día—agregó Liv—. Lo que nos pides es imposible y poco razonable...

—¿Qué? —exclamó Bailey, señalando con el dedo—, sé que no dijiste imposible, nada es imposible. Ustedes son inteligentes, buenos... buenos cirujanos, y esta paciente tiene cosas importantes que hacer, y yo tengo toda la confianza en que ustedes harán esto posible.

—Bailey...

—Háganlo posible.

Ella se retiró dejando a todos boquiabiertos y mirándose entre ellos.

Los presentes sin mayor opción se dirigieron al cuarto de rayos x.

Todas las miradas puestas y concentradas en el tumor de Jade. Los minutos pasaban, el tiempo continuaba corriendo, las respuestas seguían siendo las mismas y llegando a ... nada.

—¿Crees que puedas realizar un abordaje de invasión mínima? — consulta Warren a Torres.

—Es imposible, sus vertebras son demasiado grandes. Habría que entrar por el pecho.

—Yo puedo realizar una toracotomía—agrega Pierce.

—Ninguna opción suena como una buena opción—habló Liv, detrás de la pantalla de la computadora—. Al menos no de acuerdo con lo que Bailey quiere...

—Esto no acabará bien—murmuró Torres—¿Tienen la sensación de que esto no acabará bien? Porque yo sí.

—Esto definitivamente no acabará bien—murmuró Liv asintiendo y colocándose de pie.

—¿A dónde vas? —cuestionó Avery.

—Necesito hablar con la paciente.

Liv salió de la habitación dejando atrás un grupo de murmullos incesantes, necesitaba razonar con la fuente principal del problema. Jade.

Russo con una mala sensación recorriendo su cuerpo se apresuró a la habitación de la señorita Bell.

Al doblar por el corredor se dirigió a ella, viendo como los internos estaban en el pasillo mirándose entre sí. Liv hecho un vistazo a la habitación vacía y luego a ellos.

—¿Qué sucedió?

—Ah... Jade acaba de irse...—murmuró Cross.

—¿Irse? Ella no puede irse...

—No podemos mantenerla contra su voluntad—explicó DeLuca.

—Ella se encuentra en una condición de riesgo, no puede irse, ¡vayan a buscarla! —ordenó.

Un "si doctora" salió de Wilson, quien apresuradamente fue en busca de la paciente.

Liv volvió a correr por el pasillo, directo a la sala de rayos x, seguida por Cross y DeLuca. Al entrar Bailey estaba con el grupo.

—Jade se fue—avisó en un jadeo, ante la mirada de todos.

—¿Qué? Ella no puede irse —negó Bailey.

—La doctora Wilson está tratando de convencerla, pero legalmente no puede detenerla por mucho tiempo—dijo DeLuca.

—... o físicamente al menos—agregó Cross.

—¡Pues convénzanla! Les di solo un trabajo, uno... ¡Vayan!

DeLuca y Cross se separaron y corrieron en busca de Jade. Bailey estaba muy molesta, considerando que el tiempo ya se había acabado, y no había conclusiones o propuestas sobre la mesa que pudieran utilizar.

Ella se retiró y Liv la siguió junto a un par más, para buscar a Jade. Una conmoción se hizo presente en la salida del hospital, por lo que intuyeron se trataba de la paciente. Liv corrió hacia la escena.

Jade se encontraba tirada sobre Wilson, la cual había en parte, amortiguado la caída. DeLuca y Cross tratando de levantarla.

—¡No la muevan! —ordenó—. ¿Wilson te encuentras bien?

—Sí... me encuentro bien, revisen a Jade.

DeLuca y Cross se levantaron en busca de algo que pudieran utilizar para el traslado. Amelia se acercó junto a Bailey.

—Es probable que haya empeorado su lesión cervical.

—Jade, ¿puedes moverte? —consultó Liv.

—No... no puedo moverme, mis piernas están adormecidas—murmuró ella.

Cross se acercó con el collarín el cual Liv tomó rápidamente, colocándolo en Jade. DeLuca quien tuvo la idea de quitar la puerta, lo cual fue una buena idea, se acercó junto a ellas, para poder posicionarla y moverla.

—Bien, lentamente, cuidado con su cuello—instruyó Liv— ... cuidado.

Una vez que Jade estuvo sobre la puerta, el resto del personal ayudó a levantarla.

Wilson sin mayor dificultad se levantó del piso.

—¿Te encuentras bien? —quiso saber Russo.

—Sí, doctora, gracias.

—Buen trabajo con la puerta, DeLuca—felicitó.

—Gracias doctora.

—Sí, buen trabajo, deberías ser contratista—murmuró Cross.

—Wilson prepara el quirófano—pidió Russo.

—Enseguida doctora.



─────※─────



Después de largas horas en el quirófano, bastante sangre y muchos gritos, las manos de Liv estaban acalambradas. Pero la paciente estaba estable... por ahora. Bailey les agradeció, sintiendo y tomando el peso de los resultados sobre sus hombros.

Con el ambiente aún tenso, y sin saber que esperar exactamente, se reunieron alrededor de Jade. Expectantes, y un tanto esperanzados.

Bailey le hablaba suavemente, sacándola lentamente de la anestesia y el profundo sueño que la albergaba. Hasta que finalmente lo hizo, los ojos de Jade se comenzaron a abrir y acostumbrarse a la luz de su entorno, parpadeando un par de veces.

Lo que fue un claro murmullo salir de sus labios, llenó a todos de gozo en aquel momento, Liv sonrió, chocando miradas con Bailey, Amelia, Jackson y finalmente... DeLuca.

Bailey y los demás se quedaron explicándole a Jade todo su proceso quirúrgico y lo que sería la recuperación, mientras Liv tomaba la tableta y se dirigía al puesto de enfermeras, sin percatarse que Andrew estaba a su lado.

—¿Cuánto tiempo más planeas seguir haciendo eso? —cuestionó sin mirarlo aún.

—¿Haciendo qué?

—Cada vez que nos topamos me miras con esos ojos expectantes y de cachorro atropellado.

Él soltó una risa nerviosa y negó con la cabeza.

—Yo no...

—Sí, lo haces—aseveró, volteando hacia él—. Te dije que hablaríamos, y lo haremos, pero ahora estamos trabajando... te prometí una charla, pienso cumplirla.

Ella se acercó dejando la tableta y susurrando por lo bajo.

—Pero debes dejar de darme esas miradas de niño regañado cada vez que estás en mi presencia.

—Sí, doctora.

—Bien, ahora vete, no vaya a ser que se te escape otro paciente.

Andrew dio media vuelta y Liv también, continuando sus caminos por lados contrarios, ambos soltando una risa infantil.




Andrew y sus miraditas furtivas a Liv 😂


Y... por la demora de este capitulo, les dejo un pequeño adelanto de lo que se viene... 🙊🙊


Espero les haya gustado <3

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