Capítulo 1. Christian

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

2 años después.

.
.
.

—Ah, ¡vamos Christian! Tienes que estar ahí, es importante. —Elliot dice mientras hablamos por teléfono.

No acostumbro tomar sus llamadas en medio de una junta, pero me marcó al menos 10 veces y sabía que seguiría marcando hasta que contestara.

O peor, se pasaría por mi oficina.

—¿Por qué? ¿Finalmente estás sacando tu lamentable culo de la casa de los Grey?

Resopla tan fuerte que lo escucho.

—Me estaré mudando pronto, pero no es por eso. Tengo un anuncio importante qué hacer.

Eso capta mi atención.

Como inversionista mayoritario en la empresa de contrucción de Elliot, me interesa saber si el negocio está prosperando. Me hará más rico de lo que ya soy.

—Bien, bien. Tal vez pueda pasar por ahí después del trabajo.

—¿Lo prometes?

Me resisto a prometer cosas que no tengo intención de cumplir.

—¿Tengo alguna jodida opción?

—No.

Por el tono alegre de su voz, es algo que ha estado planeando o con lo cual cree que obtendrá una ventaja sobre mi.

—Estaré ahí. Ahora déjame en paz mientras le agrego algunos ceros a mi cuenta.

Elliot se ríe, pero termina la llamada inmediatamente. Ha logrado lo que se proponía, debe dejar de presionarme por el momento.

Las juntas de la tarde son aún más tediosas, tal vez porque es viernes o el hecho de que comenzamos muy temprano en la mañana.

De cualquier forma, para las 5:40 de la tarde todos mis jefes de departamento lucen cansados, así que damos por terminada la reunión.

Ross se encargará de todo lo demás a primera hora del lunes y yo tendré el fin de semana libre para navegar en mi catamarán.

Me dirijo a Escala, tomo una ducha y me cambio por algo menos formal antes de dirigirme a Bellevue. La casa de Grace y Carrick será el punto de reunión en esta ocasión.

—¿Señor? ¿Llevará el r8? —pregunta Taylor desde su posición junto a la puerta.

—Si. Necesito conducir para despejarme la cabeza. Demasiado trabajo últimamente.

Y él lo sabe. Hemos tenido reuniones de última hora hasta muy tarde por lo de la nueva adquisición de la empresa de tecnología.

Barney se ha hecho cargo de supervisar los proyectos, pero aún es mi responsabilidad encargarme de la parte administrativa del asunto.

Bajo hasta el garaje y subo al auto, poniéndolo en marcha a toda velocidad sobre la avenida para sentir el aire fresco y húmedo. Si tuviera tiempo, tomaría la autopista y conduciría lo más lejos posible.

Pero hoy no. Estaciono en la entrada de mis padres apenas 30 minutos después, el lugar atestado de autos desconocidos.

—¿Qué mierda? ¿Es una puta fiesta?

Considero irme porque no me gustan las fiestas, la atención y las personas en general, pero supongo que es el día de Lelliot. Necesita que las personas lo alaguen para sentirse mejor.

Toco la puerta y espero.

Gretchen abre la puerta con una gran sonrisa que se ilumina más cuando nota que soy yo. Al menos hoy no bate las pestañas de esa forma tan forzada.

—Señor Grey. —se aparta para que yo pase—. ¿Gusta algo de beber?

¿Tan pronto? Apenas di tres pasos dentro de la casa.

—Así de mal, ¿Eh?

La rubia sonríe y sus mejillas se ponen rojas, pero lo ignoro porque en realidad no es mi tipo. Estoy seguro que podría ser el de Elliot, le encantan las rubias.

Me acerco a la sala, saludando a las pocas personas que conozco aquí y allá, amigos de Grace y Carrick sobre todo. Ellos no parecen estar cerca, así que escaneo la habitación buscando a mi hermano.

Nada de él tampoco. Gretchen me ofrece un vaso de whisky que tomo rápidamente, dando un ligero sorbo. El vaso se detiene a medio camino de mis labios, interrumpido por una visión en blanco.

Una mujer de cabello largo y castaño atrae a mis ojos, recorriendo lentamente el traje sastre en color blanco a la medida. Las zapatillas del mismo color la hacen lucir más alta de lo que parece ser.

Pero es cuando ella gira que puedo apreciar su figura. El profundo escote de su saco me permite ver la tersa piel entre sus tetas. Carraspeo un poco y obligo a mis ojos a subir a un nivel más decente.

Sus labios son rosas y suaves, la perfecta combinación de sus ojos azules claros. Su expresión me resulta familiar.

Cuando ella sonríe, el recuerdo me golpea con todas sus fuerzas.

—¿Ana? —la chica que conocí en ese bar de Portland me regresa la mirada curiosa—. ¿Ana de Portland?

—¿Christian?

Es un alivio saber que ella me recuerda, pero ¿Qué carajos hace aquí? ¿Está buscándome? ¿Sabía que yo estaría aquí?

—Ana. —me acerco a ella y el impulso de acariciar su sedoso cabello me desconcierta.

—Si, ¿Cómo estás? Cuánto tiempo sin verte. —Ana sonríe y el simple gesto me hace querer besarla.

Mis recuerdos de aquella noche son agradables, llenos de pasión y una primera vez que atesoro. Ella se fue sin que yo tuviera forma de contactarla, pero renuncié a buscarla cuando me di cuenta que en realidad no le podía ofrecer lo que ella quería.

Una relación.

—Te fuiste. —le reclamo—. No me diste oportunidad de despedirme.

Sé que sabe a qué me refiero porque sus mejillas se tornan rojas. Dios, tengo tantas preguntas.

—Yo... —comienza a decir, pero se interrumpe. Su lengua sale y humedece sus labios.

—Espera, aquí no. —tomo su mano y echo un vistazo hacia el pasillo que lleva a la cocina—. Ven conmigo.

Estoy tirando de ella para escaparnos cuando Grace sale de la cocina, interponiéndose en mi camino.

—¡Christian, cariño! —me abraza y besa mi mejilla—. Ana, aquí estás. Te estaba buscando.

Antes de que pueda decir algo, Grace tira de ella en la dirección contraria y Ana suelta mi mano para seguirla. Todavía tengo demasiadas preguntas y no podré descansar hasta que obtenga una respuesta.

Voy detrás de ellas para saber qué es lo que está pasando aquí.

Veo a Grace detenerse al centro de la sala donde Carrick y Elliot ya están reunidos. Mi madre le pregunta algo a Ana y ella asiente.

—Buenas noches a todos, y bienvenidos. —comienza Carrick—. Estamos tan felices de tenerlos aquí para compartir con nosotros las buenas noticias.

Papá levanta su copa de cristal y señala a Elliot, que sonríe a la multitud.

—Esta noche estamos celebrando la expansión de Construcciones Grey, y su nueva alianza con Diseños Steele. —Dejo de respirar cuando veo a mi jodido hermano tomar la mano de Ana, le dedica una gran sonrisa—. ¡Que sea tan exitosa como nuestro futuro matrimonio!

Levantan sus manos enlazadas en el aire y los vítores suenan por toda la sala. Grace y Carrick aplauden, mi madre limpiando lágrimas con un pañuelo.

¿Qué carajos está pasando?

.
.
.

Estreno 🎉🎉🎉

💙✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro