10. La confesión del vampiro

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"No te vayas"

"No me dejes"

"Te lo ruego, Tae..."

"Lo mataste, lo hiciste. ¡Te odio, te odio, te...!"

-¡Jungkook!

Taehyung despertó de golpe, la respiración agitada le dificultaba llevar oxígeno adecuadamente y el corazón le latía con rapidez como si quisiera intentar escapar de su cuerpo.

Una angustia horrible le estrujaba el pecho.

¿Qué estaba pasando? ¿Esas palabras en su cabeza de quién eran? ¿Por qué quería llorar?

La oscuridad de la habitación lo envolvió, denso y opresivo, pero había algo diferente en el ambiente; un peso que lo hacía sentir inquieto, como si un torbellino demoledor se estuviera gestando en su interior.

Giró la cabeza, buscando un ancla en la penumbra, y encontró a Jimin dormido a su lado. Su rostro, sereno y angelical, estaba iluminado por la tenue luz de la luna que se filtraba a través de la ventana.

-Jimin... -susurró Taehyung, sintiendo un alivio inmediato al verlo allí, tan tranquilo y real-. ¿Qué ha pasado?

La imagen de Jungkook, atrapado en la oscuridad que los había rodeado, volvió a su mente como una sombra inquietante que se negaba a desvanecerse. Se incorporó rápidamente, el sudor perlado en su frente y una ansiedad creciente en su pecho. Buscó respuestas en el rostro de su amigo, esperando que su presencia pudiera ahuyentar los fantasmas que lo acosaban.

Jimin abrió los ojos lentamente, parpadeando contra la suave luz lunar que iluminaba la habitación. Al ver la expresión angustiada de Taehyung, se sentó de inmediato, su voz llena de preocupación.

-¿Qué sucede? -preguntó, alarmado-. ¿Estás bien?

Taehyung sintió que las palabras se agolpaban en su garganta, pero no podía encontrar el valor para articularlas. En su mente, las imágenes de lo ocurrido se entrelazaban con una sensación de desasosiego; había algo más grande que ellos acechando en las sombras.

La amistad con Jimin era su único refugio en ese momento, y aunque sabía que debía compartir sus temores, el miedo lo mantenía cautivo.

-No lo sé... -respondió finalmente, su voz temblando ligeramente-. Solo... sentí que algo no estaba bien. Como si nos estuvieran observando.

Jimin frunció el ceño, su mirada intensificándose mientras intentaba descifrar el estado de Taehyung. En un gesto instintivo, tomó su mano y la apretó con firmeza.

-Estamos solos, Taehyung. No hay nada que temer mientras estemos aquí. Pero necesitamos hablar de lo que pasó con Jungkook.

La mención del nombre de su pelinegro hizo que el corazón de Taehyung se hundiera aún más. Sabía que no podían ignorar lo ocurrido; había un hilo oscuro que los unía a todos y que amenazaba con desatarse si no actuaban pronto.

Con un suspiro hondo, Taehyung asintió, sintiendo cómo la angustia se instalaba en su pecho. Lo que había sucedido en aquel sótano no era normal. ¿Dos Jungkook? Su mente se agitaba, repleta de preguntas sin respuesta, cada una más inquietante que la anterior. Necesitaba entender lo que había ocurrido, y más aún, por qué.

-¿Recuerdas la hechicera de la que te hablé cuando llegamos a Aetherwyn? -cuestionó Jimin, su rostro transformándose en una máscara de seriedad.

Taehyung frunció el ceño, sintiéndose atrapado entre la incredulidad y la necesidad de respuestas.

-Jimin, este no es el momento de hacer cuentos. Así que...

-Ella era la madre de Jungkook -interrumpió Jimin, su voz grave y a la vez sentimental.

Taehyung se quedó a medio terminar, su boca entreabierta titubeando ante la revelación. El aire parecía volverse denso, las palabras de Jimin habían creado una atmósfera cargada de tensión.

-¿Qué? -murmuró, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar.

-Toda la historia de amor entre ella y ese vampiro era real. Ellos son los padres de Jungkook -explicó Jimin, su mirada fija en Taehyung, buscando que comprendiera la gravedad del asunto.

-No, eso es imposible. Estoy seguro de que la mujer que me dio a Jungkook era un vampiro, no una hechicera -replicó Taehyung, sintiendo cómo la incredulidad se apoderaba de él.

-Eso es lo que les sucede a los que pisan tierras de vampiros -continuó Jimin, su tono ahora más sombrío-. Con el tiempo, su verdadero yo se va desvaneciendo y terminan adquiriendo las características de aquellos que los rodean.

Taehyung parpadeó, tratando de entender la magnitud de lo que Jimin estaba sugiriendo.

-No entiendo -respondió finalmente, su voz destilando confusión.

-El padre de Jungkook la convirtió en un vampiro en un intento de someterla o manipular sus poderes -dijo Jimin, su expresión oscura e insondable.

Las palabras resonaron en la mente de Taehyung como un eco distante. La imagen de Jungkook se entrelazaba con la figura de una madre atrapada en un juego mortal. Todo parecía tener sentido y, al mismo tiempo, nada lo tenía.

-¿Manipular? ¿Pero con qué objetivo hacerlo si ella ya lo amaba? -preguntó Taehyung, sintiéndose atrapado entre la lógica y el caos emocional.

Jimin negó amargamente, su mirada tornándose más sombría.

-Yujin era descendiente de los hijos del Sol, una generación de hechiceros muy poderosos -especificó Jimin. Se detuvo un momento, como si las palabras pesaran más de lo que podía soportar-. Años más tarde, ella se integró al grupo de los Cinco Círculos.

Taehyung frunció el ceño, sintiendo cómo la historia se desplegaba ante él, llena de matices oscuros y secretos.

-¿Cinco Círculos? -interrogó, intentando conectar los puntos-. ¿Qué significa eso exactamente?

Jimin inspiró forzosamente, su mirada fija en el paisaje fuera de la ventana, parecía buscar respuestas en el vacío.

-Los Cinco Círculos eran un consejo de poderosos hechiceros que gobernaban sobre las fuerzas de la magia en Aetherwyn. Cada círculo representaba un aspecto del mundo: la Tierra, el Agua, el Fuego, el Aire y el Sol. Yujin pertenecía al Círculo del Sol, que simbolizaba la luz, la vida y la creación -explicó, su voz cargada de reverencia-. Su poder era inmenso; no solo podía manipular la luz, sino que también tenía la capacidad de curar y proteger.

Taehyung sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral al imaginar a una mujer con tal fuerza.

-¿Y el vampiro? ¿Qué quería de ella? -inquirió, sintiendo cómo la tensión crecía entre ellos.

-El vampiro vio en Yujin una oportunidad para aumentar su propia fuerza -continuó Jimin, su tono tornándose sombrío-. Ella era un faro de poder puro, algo que él deseaba controlar. Pero no entendía completamente lo que eso implicaba. Al intentar manipularla, no solo desató su ira, sino que también provocó una serie de eventos que llevaron a su caída.

Taehyung se quedó en silencio, asimilando las palabras de Jimin. La imagen de Jungkook se entrelazaba con la de su madre, atrapados en una lucha ancestral que parecía no tener fin.

-¿Y qué pasó después? -preguntó Taehyung, ansioso por conocer el desenlace de esa historia trágica.

-La historia se oscurece aún más -respondió Jimin, su voz baja como un susurro-. Yujin intentó liberarse del control del vampiro, pero él había sellado su destino. En un intento desesperado por escapar, desató un poder tan devastador que ambos fueron arrastrados a un abismo de sombras y secretos. La magia que usó para liberarse dejó cicatrices en el tejido mismo de Aetherwyn.

Taehyung sintió cómo la angustia se apoderaba de él al pensar en las consecuencias de aquella lucha.

-Entonces, Jungkook... ¿es producto de ese conflicto? -dijo, su voz temblando con la revelación.

-Sí -concordó Jimin-. Jungkook lleva en su sangre tanto la luz como la oscuridad, un legado de amor y traición. Si hay dos Jungkook, uno de ellos podría ser una manifestación de su verdadero ser, un reflejo del conflicto interno que lleva dentro.

Taehyung se sintió abrumado por la complejidad de la situación. La lucha por la identidad y el amor perdido se entrelazaban en un hilo delicado y peligroso.

-Aunque hay algo más... -especuló el hechicero, su mirada cargada de preocupación.

Taehyung sintió cómo la tensión se acumulaba en su pecho. ¿Qué más podría haber?

-¿Cómo? -preguntó, ansioso por entender.

Jimin apretó la mandíbula, su expresión reflejando una lucha interna.

-Minsoo, el padre de Jungkook, era el rey oscuro, el principal miembro del clan de las sombras. Lo único que sabemos hasta ahora es que murió a manos de los cazadores de vampiros.

-¿Entonces... Jungkook es... es...?

-El príncipe y futuro rey de los vampiros, pero, sobre todo, un híbrido capaz de gobernar el mundo si así lo desea.

Taehyung percibió que su alrededor se desmoronaba.

-¿Él dónde... dónde está ahora?

La desesperación hizo estragos en su cordura. Taehyung necesitaba ver a Jungkook con sus propios ojos, comprobar que lo que Jimin había dicho era cierto. La revelación lo había dejado aturdido, pero su instinto le decía que debía actuar.

-En las aguas termales, tratando de purificar su cuerpo. Sufrió durante el hechizo de protección, tiene que recuperarse -dijo Jimin, su voz grave y seria.

-Tengo que ir -respondió Taehyung, levantándose de un salto y arrojándose una bata sobre los hombros, listo para salir de la habitación.

Jimin lo interceptó, bloqueando su camino.

-Taehyung...

Lo cortó con una mirada helada.

-No intentes detenerme, Jimin. Esto es entre él y yo.

El silencio se extendió entre ellos. Jimin lo observó entre preocupado y resignado, antes de finalmente asentir con la cabeza.

-Ten cuidado.

Sin mirar atrás, Taehyung salió disparado, guiado por una fuerza que parecía más allá de su control. Aquella conexión entre ellos lo impulsaba hacia Jungkook como si fueran imanes atraídos por un destino inevitable.

A medida que corría, los pensamientos se agolpaban en su cabeza. Quería entender los sentimientos que cruzaban por la mente de Jungkook, pero no pudo descifrarlos. Tal parecía que Jungkook se los ocultaba a propósito.

La frialdad de la noche lo envolvió, pero eso no lo detendría.

<<¿Por qué? ¿Por qué haces esto?>>

Esa pregunta resonaba en su mente mientras apuraba el paso. Las aguas termales no estaban lejos; sabía que Jungkook estaba cerca, podía sentirlo. Se adentró en el sendero iluminado por farolas que parpadeaban débilmente, rodeado de arbustos.

Y luego, allí estaba él.

Jungkook se encontraba sumido en el agua caliente, la cabeza echada hacia atrás, recostada en el borde de la pequeña piscina natural. Sus ojos estaban cerrados y su semblante lucía inexpresivo, como si estuviera atrapado en un trance. Taehyung sintió un nudo en el estómago; sabía que había algo más detrás de esa fachada.

Se metió lentamente, cada paso calculado para no perturbar la serenidad del momento. Pero a pesar de sus esfuerzos, el suave movimiento del agua alertó a Jungkook. Abrió los ojos lentamente y giró la cabeza hacia él, su mirada profunda y penetrante.

No había sorpresa en sus ojos. Era como si hubiera estado esperando ese encuentro.

-¿Por qué has venido? -preguntó Jungkook.

Taehyung sintió que su corazón latía con fuerza. Se quedó parado unos momentos, incapaz de articular una respuesta. La intensidad de la mirada de Jungkook lo envolvió de pies a cabeza.

-Porque... -comenzó a decir, pero las palabras se atoraron en su garganta-. Porque necesito saber si estás bien.

Jungkook desvió la mirada, el dolor oculto detrás de su expresión era evidente.

-No estoy bien -contestó finalmente, su voz apenas audible sobre el murmullo del agua.

Taehyung se percató de cómo una punzada le atravesaba el pecho. Se acercó un poco más, el vapor del agua caliente envolviendo su cuerpo como un abrazo cálido.

-Jungkook... -dijo con suavidad-. Jimin me dijo quién eres. Sé lo que has estado enfrentando.

Jungkook cerró los ojos nuevamente, como si quisiera bloquear el mundo exterior.

-No quiero que te involucres en esto -murmuró, casi como una súplica.

-Pero ya estoy involucrado -replicó Taehyung, acercándose aún más hasta estar a nada de tocarlo-. No puedo quedarme al margen cuando sé que estás sufriendo.

Un silencio pesado se instaló entre ellos, cargado de emociones no expresadas. Jungkook finalmente abrió los ojos y lo miró con una mezcla de vulnerabilidad y determinación.

-No entiendes lo que está en juego -declaró Jungkook con firmeza-. Mi vida no es solo mía; hay más cosas de lo que imaginas.

Taehyung notó que el aire se le escapaba. Sabía que había algo más profundo detrás de las palabras de Jungkook, algo que podría cambiarlo todo. Pero también sabía que no podía dejarlo solo en esa lucha.

-Entonces déjame ayudarte -dijo Taehyung, su tono lleno de convicción-. No tienes que enfrentar esto solo.

Taehyung tomó la mano de Jungkook bajo el agua y la colocó en su pecho.

-¿Lo sientes?

Jungkook se sonrojó, y Taehyung no pudo evitar admirarlo. Era tan hermoso bajo las luces artificiales, su pelo largo y húmedo, sus ojos brillando como estrellas. Le robó el aire.

-Tu corazón está acelerado, p-pero... ¿por qué?

Taehyung sonrió.

-Por ti.

-¿Yo? -Se asustó-. ¿Qué hice?

-Ser tan adorable y actuar como si no me tuvieras solo para ti. Estaba tan preocupado que...

La mirada de Jungkook se transformó en una de completa vulnerabilidad, y se aferró al cuello de Taehyung en un impulso que lo dejó sin palabras. Taehyung soltó una risa suave y envolvió al chico entre su cuerpo y su calor.

Sin embargo, la voz de Jungkook en sus sueños vino a su mente, cómo le suplicaba que no se alejara.

-Tranquilo, aquí estoy. No me iré.

-Te quiero.

Taehyung se sorprendió un poco y, sonriendo, se separó para acariciar la cima de su cabeza.

-Yo también te quiero.

Había una intensidad en la mirada de Jungkook que le robó el aliento.

-No, Tae. Yo te quiero.

Jungkook tomó el rostro de Taehyung y lo miró a los ojos con una determinación y algo más que lo puso alerta.

-Jungkook...

Pero el pelinegro selló sus labios con los de él antes de que pudiera completar la oración.

Fue un instante electrizante, una chispa que encendió algo dentro de él.

Al principio, Taehyung se quedó paralizado, sorprendido por la audacia de Jungkook. Su mente estaba en un torbellino, luchando entre el deseo y la razón. Pero cuando sintió la suavidad de los labios de Jungkook, su resistencia comenzó a desvanecerse. La forma en que Jungkook lo miraba, lleno de determinación y vulnerabilidad, lo hizo cuestionar todo lo que creía saber.

-Jungkook... -logró murmurar, intentando despegarse un poco para recuperar la compostura. Pero Jungkook no se lo permitió.

Con un movimiento rápido y certero, envolvió sus piernas alrededor de Taehyung, sus cuerpos casi fusionándose en el cálido abrazo del agua. Jungkook lo miró a los ojos con una intensidad que le robó el aliento, y Taehyung sintió que su corazón latía con fuerza al ver esa mezcla de anhelo y necesidad en su mirada.

-No te resistas -suplicó Jungkook, acercándose nuevamente, esta vez con un fuego que lo hizo temblar. Luego tomó su labio inferior entre los suyos y lo chupó juguetonamente.

Taehyung gruñó y unió sus bocas de nuevo, pero fue diferente; había una urgencia palpable en cada roce.

El castaño notó que su mente se nublaba mientras Jungkook lo besaba con una pasión que parecía haber estado reprimida durante demasiado tiempo. Era un beso tierno pero ardiente, lleno de promesas no dichas y emociones desbordantes. Jungkook exploraba su boca con una delicadeza que contrastaba con la intensidad de su deseo, como si estuviera tratando de desentrañar cada rincón de su ser.

A medida que sus lenguas comenzaron a chocar, un estremecimiento recorrió a Taehyung. La calidez del beso se intensificó, y él sintió que su cuerpo respondía a cada movimiento de Jungkook. Los gemidos suaves que escapaban de los labios del pelinegro resonaban en su mente como una melodía embriagadora, llenando el aire con una mezcla de deseo y vulnerabilidad.

-Tae... -susurró Jungkook entre besos, sus ojos cerrados en un estado de pura entrega-. Esto es perfecto.

Taehyung se perdió en la profundidad del momento, sintiendo cómo cada roce de sus lenguas encendía un fuego aún más intenso entre ellos. La conexión era palpable, parecía que todo el universo se había alineado para permitirles experimentar ese instante juntos. Cada gemido suave que escapaba de Jungkook lo llevaba más allá, a un lugar donde solo existían ellos dos.

Finalmente, cuando se separaron para recuperar el aliento, sus frentes se tocaron y ambos sonrieron.

Taehyung acarició la mejilla de Jungkook y este se apoyó en su mano, mirándolo con un amor tan crudo que el corazón de Taehyung se aceleró.

Después, los ojos de Jungkook decayeron visiblemente. Taehyung buscó su mirada.

-¿Qué sucede?

-Tae, hay algo que debes saber. -Los hombros del pelinegro se estremecieron-. Mientras estuve inconsciente vi algo y quiero creer que es mentira, pero tú...

De improvisto, alguien se acercó corriendo.

Era Jimin.

-¡Chicos, tienen que venir conmigo! -gritó, sus ojos desorbitados y su respiración entrecortada.

-¿Jimin, qué pasa? -preguntó Taehyung, frunciendo el ceño. Jimin se veía muy alterado.

-Es el pueblo... ellos han entrado... ya están aquí. -Jimin se pasó la mano por el cabello, notoriamente agitado, mientras miraba por encima del hombro, como si esperara que algo lo siguiera.

-¿Quiénes? -inquirió Taehyung, su preocupación creciendo al ver la expresión de terror en su rostro..

La palabra salió de los labios de Jimin como un susurro aterrador:

-Los vampiros.

El silencio que siguió fue ensordecedor.

Pero antes de que pudieran reaccionar, un grito retumbó en la distancia.

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N/A: Mucho para digerir, lo séee.

De verdad espero que les esté gustando la historia. A partir de este punto, todo tomará un giro muy inesperado, créanme ≽^•⩊•^≼

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