Capítulo 12

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Para quien acostumbraba pestañear lento, Valentina lo hacía demasiado lento. Sus ojos estaban totalmente presos en la piel desnuda de Juliana, quien usaba un traje de baño blanco y simple. Por alguna razón desconocida a sus ojos les gustaba lo que veían.

Los orbes marrones, por su parte, intentaban huir, pero no lo lograron y aterrizaron en Valentina. La chica usaba un traje de baño negro, abierto por la espalda, su madre se lo había comprado específicamente para la fisioterapia. Juliana suspiró y negó con la cabeza; Valentina, de hecho, era muy atractiva, pero era Valentina y, bueno, además de eso, era su paciente.

-Ven, te ayudo - Juliana estiro los brazos hacia la rubia, apenas Brown la colocó en la piscina junto a la morena, quien colocó sus brazos al rededor de cuerpo de Valentina, la cual ya tenía todo su cuerpo dentro del agua.

-¡Esta calientita! - Valentina exclamó sonriente, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Juliana.

-Te lo dijo- respondió la morena mientras sujetaba delicadamente a la chica. Valentina tenía algunas lesiones en la piel, rozaduras que eran normales en personas que pasaban demasiado tiempo en la cama. Ya estaban casi curadas, pues ahora que podía moverse ya dormía en otras posiciones. -¿Te duele? - preguntó Juliana apuntando hacia las lesiones en la espalda de Valentina.

-Me incomodan - confesó la ojiazul.

-Bueno, si hago algo que te lastime, por favor, necesito que me lo digas en ese momento para detenerme, ¿está bien? - Valentina asintió - ¿Aprendiste a nadar de perrito?

-Papá me enseñó - Dijo Valentina bastante orgullosa de sí misma.

-¿Crees que puedas intentarlo ahora? Yo te sujetaré para que no te hundas, ya que tus brazos aun estas débiles.

-¿Por qué necesito hacer eso? - Cuestiono un poco confundida.

-Porque los movimientos que hacemos en el agua exigen más fuerza de nosotros, aunque no lo parezca - Juliana le explicaba con maestría mientras Valentina, distraída, hundía su mano dentro del agua. - eso ayudará a que tus piernas estén más fuertes.

-¿Juls? - Valentina sacó la mano que había hundido en el agua y deslizo su dedo mojado por el vértice de la nariz de Juliana, riendo después de hacerlo.

-¿Por qué haces eso? - preguntó la morena riendo.

-No sé. Tu nariz es muy linda.

-Valdés, no tenemos tiempo para jugar - La voz grave y llena de malestar de Brown interrumpió el momento. Elena las estaba observando de lejos, sentada en una de las sillas de descanso.

-Disculpe - Le respondió - Nada de perrito para que pueda verte ¿Sí, princesa? - pidió en voz baja, viendo que Valentina miraba feo a Brown antes de volver a mirar a Juliana y comenzar a mover las piernas. - ¡Eso! ¡Muy bien! No dejes de hacerlo.

-¿Hasta cuando? Es que me duele un poquito - reveló Valentina, no conseguía realizar debidamente los movimientos.

-Hazlo despacio y mantén el ritmo para mí- Le pidio Juliana, sujetando su cintura. Valentina apoyo sus manos en los hombros de la morena e hizo los movimientos que Juliana le pedía por largos minutos.

-Juls, estoy cansada - reclamó Valentina, sintiendo como Juliana la jalaba hacia ella mientras sonreía.

-Haremos una pausa - Dijo Juliana sonriendo, viendo a Valentina volver a meter la mano al agua, sacarla, pero ahora su objetivo no era su nariz, sino sus labios.

-¿Mis labios también son bonitos? - Jugueteo la morena.

-Sí, lo son - Respondió Valentina, mirándolos sin siquiera pestañear. - muy bonitos - la intensidad de los ojos de la chica hizo que Juliana se aclarara la garganta.

¿En qué estaba pensando al imaginar aquella sensación de los labios de Valentina contra los suyos?

-Agárrate fuerte - Dijo Juliana animada, tomando las piernas de Valentina para enrollarlas en su cintura. - Siguiente parada: Tierra firme - Bromeo, caminando rápido hasta la orilla de la piscina, haciendo a Valentina reír.

Brown presenciaba la escena quieta y cruzado de brazos, al fin de cuentas Juliana había hecho todo correctamente y con el plus de saber convencer a Valentina de hacer las cosas que le pedía. El hombre ayudó a la rubia a sentarse en la orilla, mientras Juliana seguía en el agua, colocó los brazos en la orilla y de un salto salió de la piscina y con ayuda de su jefe colocaron a Valentina en una silla cómoda.

-Te haré un masaje en las piernas, ¿Está bien? - Brown le preguntó a Valentina, agachándose ente sus piernas y abriéndolas - Avísame si sientes molestia.

-No - protesto la ojiazul, viendo la cara de sorpresa del hombre.

-No dolerá. Lo máximo que va a pasar es que sientas alguna molestia, pero nada fuera de lo común.

-No. - Valentina repitió, sintiendo como Juliana la rodeaba con una toalla.

-Juliana nos irá a comprar el desayuno. ¿Verdad que es increíble? - Dijo él sonriendo y Valentina miro a Juliana.

-No me dejas aquí, por favor - Ella le pidio; sus parpados comenzaron a moverse de manera rápida y Juliana la abrazo rápidamente.

-¿Val? Tranquila - le pidió, viendo a Brown resoplar un poco preocupado.

-Tengo una sugerencia - se oyó la voz de Elena, que estaba al otro lado de la piscina, pero como todo estaba en silencio podía escucharse perfectamente - ¿Por qué no va Brown a comprar el desayuno mientras Juliana hace el masaje? En todo caso, ella es la que está a cargo de la fisioterapia de mi hija ¿No es cierto?

-Yo tengo más experiencia en esto - Él afirmó.

-Las piernas de mi hija no se van a caer por un poco menos de experiencia - Respondió Elena con vehemencia - Le garantizo que la chica es buena en esto, ella me contó que fue una de las primeras cosas que aprendió este año - Brown contuvo la rabia, asintió y se retiró.

-Gracias - Juliana le susurro a Elena - Bueno, me voy a poner en donde él estaba - Dijo Juliana, agachándose delante de Valentina y pasando la toalla delicadamente a lo largo de las piernas de la chica para secarlas.

-Él es muy molesto - Dijo Valentina girando los ojos, pero sonrió al escuchar la risa de Juliana.

-Voy a aplicar esto sobre tu piel, está un poquito frío, pero pasará rápido - Le informó a la rubia, quien asintió y miro hacia abajo, en dirección a Juliana. La chica sintió que su corazón se disparó cuando Juliana abrió sus piernas igual que Brown lo había hecho, depositando un gel a lo largo de sus piernas.

Las suaves manos comenzaron a masajear su piel, ayudando a despertar a sus músculos. Ellas subían hasta su ingle en un movimiento suave y descendían hasta su tobillo.

-¿Valentina? ¿Estás bien? - Juliana le preguntó al darse cuenta de que el parpadeo era mucho más rápido que todas las veces anteriores. Pero por alguna razón Valentina no lograba parar de mirar a Juliana; la chicha está concentrada en sus movimientos y eso hacía que atraer la atención de Valentina fuera una misión imposible.

-Sí - Respondió, siendo totalmente sincera. A Valentina le gustaba la sensación de las manos de Juliana sobre su piel, incluso aunque su corazón y su respiración se aceleraran - El agua me dejo muy cansada - dijo con su respiración entrecortada.

-¿Estás incómoda? - Le preguntó Juliana viendo a la chica parpadear rápidamente, pero ella negó. -¿Algo está mal? - Las manos de la morena eran tan suaves, Valentina solo podía enfocarse en eso, su cerebro estaba confundido.

Demasiado confundido.

Ella tenía una sensación de hormigueo en partes de su cuerpo y un calor repentino inundo cada partícula de sí. Las manos de la morena trabajaban con practicidad y delicadeza sobre su piel, masajeando primero fuerte y después suave, pero sin lastimarla en ningún momento.

-¿Juls? - Valentina la llamó en voz baja, en casi un gemido cuando la mano de la morena volvió a rozar su ingle.

-¿Sí? - Juliana dijo mirándola a los ojos que ya no parpadeaban.

-Necesito... - Dijo cerrando los ojos y respirando profundo - necesito hacer pipí.

-Déjame terminar rapi...

-¡NO PUEDO! Me anda mucho - Dijo cerrando las piernas, rápidamente poniéndose las manos en el rostro.

- Está bien - le dijo Juliana notando el rostro enrojecido de Valentina.

-Yo la llevo - Dijo Elena, atravesando el lugar y ayudando a Juliana a acomodar a Valentina en la silla de ruedas. - Volvemos en un segundo - y madre e hija salieron del área de la alberca.

Juliana hizo una mueca y se rio. ¿Acababa de pasar lo que ella estaba creyendo? ¿O solo era su mente pervertida alucinando?

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Esta historia NO me pertenece, es una traducción y adaptación realizada con la autorización de su autora JULIETEBS.

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