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Su mano tamborileaba en la mesa, impaciente porque el mentado timbre sonara de una vez por todas para escapar de ese infierno al cual le denominaban academia. Miraba con necesidad el reloj que colgaba de las paredes blancas del aula, justo encima del pizarrón, tal vez colocado allí para que el sufrimiento de los alumnos fuera mayor.

Tres. El sonido de las manecillas del reloj la aturdió por un segundo.

Dos. Su corazón se aceleró y sonrió.

Uno.

La campana sonó y toda la clase comenzó a guardar sus cosas con prisa, sin esperar a alguna indicación del maestro, Hanna hizo lo mismo que todos, terminando antes que su mejor amigo y esperándolo en la entrada.

— Eres más lento que yo. — Le reprochó al de ojos azules una vez caminando por los pasillos con dirección a los jardines de atrás, lugar donde siempre se encontraban con Damian.

— No es mi culpa que lo que más añores en tu vida sea un toque de timbre los viernes.

— No solo añoro eso... — Murmuró, sabiendo que si la conversación se hacia debate, como de costumbre, no tendría ningún argumento.

— ¿En serio? — Preguntó Tim divertido mientras alzaba una ceja y miraba con fascinación el rostro de su amiga. Cada una de sus reacciones simplemente lo volvían loco.

— Sí... — Volvió a susurrar, desviando la vista y agachando la cabeza, a sabiendas de que el azabache diría algo que la acabaría se apresuró a caminar hasta los jardines, donde plantas de todas formas y tamaños predominaban en el lugar y le daban un aspecto pintoresco a la academia muy a pesar del clima tan tempestuoso de Gotham. Al entrar a los jardines, rápidamente buscó a Damian con la mirada y lo encontró sentado en la fuente, con la mirada algo perdida.

Desde ayer tenia esa mirada.

— Oye Drake... — Susurró la castaña sin despegar la vista de su hermano — ¿Damian ha hablado con la familia acerca de algún nuevo criminal o lago por el estilo?

El interlocutor fruncio  el ceño y negó con la cabeza.

— ¿Sucede algo? — Ambos empezaron a caminar a un paso lento, asegurándose de que debían dar por terminado la conversación antes de llegar hasta el menor.

— Ayer por la noche, Alfy llegó tarde por nosotros y minutos antes de que se apareciera, un tipo raro con casco rojo pasó en una motocicleta junto a una camioneta negra blindada, ambos intentándose matar a tiroteos, no había visto a Damian tan alterado por crimen como ayer. No lo quería demostrar pero lo pude ver en su rostro.

Y a Drake se le bajaron los colores del rostro. Ahora sabía por qué esa pequeña bolita de odio no le había dicho nada a su hermana.

Ella misma lo descubriría hoy en casa.

— Realmente no es nada importante. — Respondió negando con la cabeza.

— ¿Seguro?

Y el muchacho asintió justo cuando llegaron con Wayne.

— ¡Hey! ¿Qué tal tu día? — Preguntó Red Robín de forma animada mientras agitaba su mano. Damian se levantó de su lugar, se colgó la mochila en los hombros y comenzó a caminar siendo seguido por los mayores.

— No me puedo quejar de lo mismo todos los días así que estuvo bien. — Contestó mirando hacia el frente.

— Damian... ¿Habrá visitas en casa hoy? — Cuestionó Tim, adelantándose hasta alcanzar al muchacho.

Y entendiendo perfectamente a lo que se refería, el nombrado asintió.

Una oleada de intranquilidad invadió al de pelo largo y tragó en seco dándole una mirada disimulada a la pequeña Hanna que se encontraba mirando los pájaros.  Si Damian no mentía, Jason iría a la mansión hoy, por los problemas recientes y mas porque el chico maravilla lo había visto pero ese no era el verdadero problema.

El verdadero problema constaba y giraba alrededor de Hanna. Ella no conocía a Todd, no sabia de su pasado ni de su presente, no tenia idea de que existía y en cuanto se diera cuenta de quién era y lo importante que era para la Batfamily armaría un escándalo por haberle ocultado algo.

Y es que ella no soportaba las mentiras.

.....

— ¡Llegamos! — Gritó la castaña entrando a la mansión mientras la puerta se cerraba tras ella. Sus cosas salieron volando hasta una esquina del recibidor, donde ahora usualmente se quedaban y corrió escaleras arriba para quitarse el estúpido uniforme.

Bajó pensando en cualquier tontería mientras terminaba de enredar la venda en sus nudillos. Sonrió feliz de saber que por fin hoy podría practicar toda la tarde y bajó hasta la planta inferior, sí, la que estaba después del sótano, donde se encontraba la habitación designada para el entrenamiento. 

— Estoy lista Dick. — Avisó distraía mientras entraba en aquel lugar, las luces estaban encendidas y se sentía una presencia allí, la castaña levantó la vista distraía pensando que era el acróbata pero para su sorpresa, se encontró con un tipo de ojos azules como el hielo y cabello azabache con un mechón de pelo blanco. De su cuello colgaba una toalla roja y el sudor hacia que el pelo se le pegara en la frente, ella al verlo fruncio  el ceño y éste sonrió.

— Qué tal, linda. — Saludó mientras la toalla viajaba por su torso, limpiando cualquier rastro de sudor.

Ella confundida decidió estrechar su mano y de pronto, ante esos potentes ojos, se sintió expuesta con su ropa deportiva.

Y de pronto, Grayson entró en escena algo agitado.

— ¿Jason? — Susurro confundido — Pensé que vendrías en la tarde...

— Tú sabes cómo soy, un entrenamiento de los viejos tiempos antes de que me regañen no me viene mal — tronó sus dedos y una sonrisa apareció en su rostro —, el área está libre, yo ya me iba.

Hanna estaba estática, confundida y distraía por ese cabello que tanto le llamaba la atención. Tal vez, como cualquier chica, vería su abdomen o sus brazos pero la castaña ya taba acostumbrada a ver buenos cuerpos así que técnicamente no le afectaba. Se acercó a Dick y tocó su hombro.

— ¿Quién es? — Murmuró mirando a aquel extraño.

— Eh... — Dudando  decirle la verdad para luego esperar una escena, Dick se quedó sin palabras y buscó ayuda en la mirada de Todd, éste rodó los ojos entendiendo la situación.

— Soy Jason Todd, un viejo compinche de Batman que viene para una misión. — Sonrió sacando la lengua. El pronunciar esas palabras le dio algo de asco, tal vez porque aún tenia ese pequeño resentimiento guardado hacia Bruce o por el hecho de que no le gustaba mentir. Pero por la expresión de Dick, parecía ser necesario.

— ¿Por qué papá no me aviso? — Red Hood, levantó una ceja al oír que esa preciosidad fuera primogénita del murciélago y sintió intrigada, sin embargo se quedó callado.

— Hanna... — llamó el primer Robín — ¿Crees que podamos suspender el entrenamiento de hoy?

La chica se llevó un dedo a los labios.

_ No, jodete, yo quiero entrenar aunque no sea una heroína, tú ve a hacer lo que tengas que hacer. Entrenare  sola. — Y no lo decía molesta ni nada por estilo, pero su estilo rudo la hacia oír así.

Jason soltó una carcajada satisfecho con la respuesta, saludo a ambos con la vista y salió de aquella habitación.

— ¿Estas segura? — Preguntó Grayson. Ella asintió, le dio un beso en la mejilla y eso fue suficiente para que el acróbata sonriera y la dejara sola. 

Hanna agarró su katana favorita, programó la habitación en modo solitario y pronto ésta se tornó negra, un humo algo espeso se comenzó a esparcir por la habitación y figuras surgieron de todos lados, dispuestas a atacar a la muchacha.

Ella sonrió y la fiesta comenzó.

.....

¡Primer capítulo!

Este hermoso y beio capitulo va dedicado para -DoNotDisturb con todo mi corazón por la hermosa portada que ella me hizo 😭❤❤❤
En serio woman, es la mejor cosa que he visto en mi pinshi vida 🌚❤

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