06

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— ¡Vamos! ¡No seas una niña y ven! — Le gritó Hanna mientras daba una vuelta en patines, animaba a Jason quién solo la observaba con la sonrisa en el rostro.

— Prefiero gastar mi esfuerzo en algo más productivo.

— ¡Esto es productivo! ¡Y divertido! — Le contestó ella alzando las manos con una sonrisa en el rostro.

— Tu gorro puede salir volando en cualquier momento.

— Sé que estarás allí para atraparlo — La castaña le sonrió y se alejó patinando hacia Damian sin esperar una respuesta.

Todd bajó la mirada con un leve rubor que no pudo notar. Ella tenia razón.

Levantó la vista nuevamente y se encontró con el menor de los Wayne intentando patinar mientras se gritaba con Hanna.

— ¡Yo puedo solo! — Chilló con sus manos echas puños.

— ¡Cuidado Damian, la señora gorda de la vez pasada! — Dick se horrorizó  y el nombrado giró rápidamente su cabeza, desequilibrandose y cayendo de boca.

No había nada.

Jason, al igual que los demás, soltaron una carcajada mientras el héroe intentaba pararse. Al lograrlo, empezó a gritarle a todo el mundo y Jason juró haber visto salir fuego de su boca mientras agitaba sus manos intentado alcanzar a Grayson.

— Te divertirás más si entras — Lo animó Hanna apareciendo a su lado.

— No es lo mio — Contestó negando con la cabeza y arrugando la nariz.

— Puedo enseñarte, así estaremos a mano, yo te enseño a divertirte y tú me enseñas a ser un un puto Robín con traje de niña — Su sonrisa no se desvaneció en ningún momento y sus manos viajaron hasta encontrarse con las del antihéroe, las entrelazó a través de los guantes de lana y lo jaló delicadamente hacia adentro.

Jason se fue hacia adelante y la castaña rápidamente lo atrapó.

— Yo tengo que ser la damisela en en peligro. — Reprochó levantándolo.

Él se limitó a sonreír de lado mientras Hanna lo ayudaba.

Pasaron dos horas y ya el muchacho parecía todo un profesional, patinando de aquí para allá con Hanna mientras se burlaban de Damian.

— Suertudo — Murmuró Tim desviando la vista.

Dick lo miró con una sonrisa compresiva.

— ¿Qué esperabas? Sabes que Hanna siempre es así, acercándose con quien menos la pasa bien, haciendo lazos fuertes con gente que aún no conoce.

— ¡Yo soy su mejor amigo! Yo debería estar así con ella... — Anheló mirando a la pareja.

— Ey, por un día que pase junto Jaybird el mundo no se va acabar. — Le dio unas palmaditas en la espalda y se fue patinando hacia un grupo de chicas que ya tenían rato observando al acróbata.

— Mi mundo sí...



Tras dar una pequeña vuelta, Hanna casi resbaló pero ahora fue su compañero quien la sostuvo, quedando frente a frente, él agarrándola por la cintura y ella pasando sus brazos por su nuca.

— Ey lindura, al parecer ahora eres la damisela en apuros. — Se burló haciéndola reír.

— Así lo prefiero.

Y siguieron patinando como si no hubiera otra cosa más interesante en el mundo.

....

— Estoy hasta la madre de nieve — comentó Jason en la entrada de la mansión, sacudiéndose con fuerza mientras su característico ceño fruncido se hacia presente.

— Lo dices tú, que no te diste contra el hielo como seis veces. — Le reprochó Damian quitándose el abrigo, sus mejillas estaban cubiertas con uno que otro parche y su nariz seguía goteando, llenando de manchitas de sangre la alfombra de la entrada.

— No sean chillonas — Regañó Hanna repitiendo la acción de su hermano, sus mejillas estaban rosadas en exceso por el frío y sus labios, en cambio, habían perdido su color y parecían congelados.

Todos pasaron directo hacia la cocina como si fueran una manada, y cada quién agarró algo sin esperar a que Alfred les cocinara.

Jason tomó leche directo del cartón, Dick agarró la ultima manzana, Tim se limitó a tomarse un vaso de agua, Hanna robó el ultimo pedazo de pizza que había y Damian le gritó.

— ¡Yo quería el pedazo!

— Te doy la mitad. — Le contestó ella feliz e ignorando su actitud de idiota, partió la pizza con las manos y le entregó el pedazo más grande.

El muchacho se quedó atónito, agarró el pedazo sonrojado y quiso ocultar una sonrisa que se asomaba.

En cambio, Todd sonrió orgulloso.

La chica se despidió de todos con un beso en la mejilla.

— ¡Buenas noches!

Y subió saltando las escaleras de dos en dos sin saber que Jason la seguía. La castaña llegó  al cuarto compartido que tenia con su hermano, abrió la puerta pero un carraspeo hizo que se detuviera en seco antes de entrar.

— Supongo que el entrenamiento de hoy queda cancelado — Murmuró recargándose en la pared, acorralando levemente a Hanna.

— ¿No te cansé lo suficiente en el hielo? — Preguntó ella sin sentirse incómoda y cruzándose de brazos con una sonrisa algo fanfarrona.

— Tsk, soy imposible de cansar cariño. — Respondió revolviendo su cabello.

— Lo dice el chico que sudó como tres litros de agua cuando dio su primer vuelta — la chica se dio la vuelta librándose de Todd, agarró la orilla de la puerta dispuesta a cerrarla y le sonrió por ultima vez —. Matame esa.

Y tras guiñarle un ojo a Jason, le cerró la puerta.

— Dios... Esa chica es... — Susurró sonriendo, meneó la cabeza y se fue a su cuarto.





— Parecías estas muy cariñosa con el pendejo hoy — Murmuró Damian cerrando la puerta, su voz parecía estar calmada pero sus ojos eran todo lo contrario, eran como dos tigres intentando cazarte hasta acabar con tus entrañas.

— Solo lo enseñé a patinar — contestó ella negando levemente con la cabeza, su hermano se acercó a su cama y se recostó en el regazo de su hermana —, ¿celoso?

El negó con la cabeza, sintiendo los dedos de su hermana enredarse entre sus cabellos.

— Solo... No estoy acostumbrado a verte junto a él, me siento hecho a un lado.

Ella soltó una pequeña risa.

— Nunca te dejaría de lado a ti, no dejaría de lado a mi hermano favorito.

Y después de un rato, cada uno ya en su respectiva cama, cayeron dormidos y listos para ir mañana a la academia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro