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— ¡Nos vemos luego! — Se despidió Hanna sonriente, su cuerpo sobresalía por la ventana de la limusina y saludaba frenéticamente a los dos mayores.

La limusina arrancó y Jason suspiro aún medio dormido.

— ¿No te parece que es demasiado alegre? — Le preguntó a su hermanastro mientras ponía ambos brazos atrás de su nuca y cerraba los ojos para sentir la brisa gélida de la mañana.

— Demasiado, aunque tiene sus ventajas.

— ¿Cómo cuál? — Volvió a cuestionar abriendo un ojo.

— A esta familia le hace falta alguien que la mantenga unida, alguien haga los lazos más fuertes ¿sabes?, ese es el trabajo de Hanna.

— ¿Todo el tiempo es así?

Dick asintió.

— Cuando la veas con una cara larga, allí sí preocupate por su estado.

Y ambos hermanos entraron a la mansión, Todd dirigiéndose directamente al cuarto de Bruce, tal y cómo éste le había indicado la noche anterior.

Tocó la puerta, la volvió a tocar, repitió la acción unas tres veces más y cuando se hartó dispuesto a tumbar la puerta, ésta se abrió rápidamente dejando al chico con el puño en el aire.

— Buenos días Jason. — Saludó Bruce sin inmutarse.

— Ey Batsy. — Devolvió el saludo, desviando la mirada.

— Necesito pedirte en un favor.

— ¿Más de todos los que ya he hecho?

El dueño de las empresas se limitó a asentir.

— Necesito que la protejas a ella...

— Para ello la estoy entrenando — contraatacó rodando los ojos —, para que no necesite protección.

— Jason, escucha, si tu último trato es tan peligroso como lo hemos estado investigando, incluso ella con toda nuestra compañía corre peligro.

El nombrado sintió una punzada en el pecho.

— ¿A qué grado quieres que la proteja? — Preguntó sin renegar de nuevo.

— En los entrenamientos, en las noches, durante el día... A todas horas — Bruce bajó la mirada y el antihéroe sintió que se hacia pequeño al ver al murciélago derrotado —. Necesito que ella este bien.

Dudando, Jason acercó su brazo hasta el hombro de su antiguo mentor.

— Ey, tranquilo, apenas vamos a iniciar esto y ni siquiera tienen por qué ayudarme, fue y es mi trabajo, no el suyo.

— Pero el trato fue...

— El trato fue que yo dejaría de hacerlo y me uniría a ustedes si me ayudaban con este último encargo, pero si crees que la vida de Hanna corre peligro, entonces prefiero hacerlo solo. — Contestó firme.

— Aún así, te pido que la cuides.

Jason se rió de una manera algo amarga.

— ¿Y qué crees que hago desde que volví a poner un puto pie aquí?

Y se fue sin voltear hacia atrás. 

..

Hanna cerró su casillero minutos antes de que la campana indicara el inicio de clases, caminó hacia su salón si prestar atención en el trayecto mientras miraba sus notas y al doblar un esquina un cuerpo que venia a mucha velocidad chocó con ella, se quejó y ambos terminaron el piso con un montón de hojas volando por todas partes.

Lentamente, abrió sus ojos grises y chocó contra unos púrpura bastantes lindos, parpadeó y su vista se enfocó en la sonrisa apenada que le mostraba un chico de cabello anaranjado y algo despeinado.

— Lo siento — Se disculpó el muchacho, levantándose de un brinco y comenzando a recoger las hojas.

— N-No te preocupes. — Contestó ella algo desorientada, meneó la cabeza y se levantó sola.

— Soy Axel — Se presentó el muchacho, cerrando por completo sus ojos mientras sonreía abiertamente.

— Hanna — Recibió sus libros, libretas y apuntes en brazos y tras un pequeño saludó con la mano el muchacho reanudó su carrera por los pasillos.

La campana sonó y la castaña corrió a clases.



— ¡Ey! ¡Tonta! ¡Despierta! — Wayne sintió una mano meneando su cuerpo con fuerza, dio un pequeño gemido en forma de queja y se obligó a abrir los ojos para encontrarse con su mejor amiga, Nirvana, una muchacha de ojos verdes, bastante alta y de cabello corto pintando de azul celeste.

— ¿Qué hora es? — Preguntó sin importarle la clase en realidad, total, solo iba por obligación al igual que su hermano ya que ambos ya sabían todo.

— Es hora del almuerzo — canturreo la otra, hizo que su amiga se levantara de golpe y a brincos se la llevó hasta el comedor —. ¡Ven a mí, postre!

Ambas llegaron al lugar, mirando fijamente la inmensa fila de alumnos formándose por una bandeja de almuerzo y a los pocos que ya habían conseguido lugar en las grandes mesas redondas.

— Plan B. — Susurró Nirvana y Hanna asintió, ambas se separaron y la castaña corrió directo a la fila mientras que su amiga buscaba algún lugar disponible lejos de todos.

Al llegar a la cola de la fila, ella divisó una cabellera anaranjada delante, esperando que se tratara de Axel le apretó de forma amistosa el hombro y el muchacho se volteó con el ceño fruncido.

— ¡Hola! — Saludó con su sonrisa característica al querer conocer extraños.

El chico no dijo nada, siguió con su ceño fruncido y simplemente se dio la media vuelta.

La castaña se quedó atónita y confundida, sintiendo que su corazón se hacia pequeño al sentir el rechazo.

Una mano tocó su hombro y ella se giró cabizbaja.

— Disculpalo, Alexander no suele hablarle a las personas. — Y allí estaba Axel sonriendo como siempre, Hanna abrió los ojos de para en par y tras dar miradas repetitivas a ambos muchachos, sonrió.

— ¿Gemelos?

Y el chico asintió.

— ¿Necesitabas algo?

— Solo pensé que sería bueno hablar con alguien durante la fila — Contestó negando con la cabeza.

— Entonces hablemos.

El extraño pero cálido comportamiento que el muchacho de ojos púrpura emanaba rápidamente contagió a Hanna y la hizo sentirse alegre.

— ¿Años?

— Dieciocho, a punto de los diecinueve ¿y tú?

— Diecisiete, a punto de los dieciocho. — Contestó repitiendo el tono de voz acelerado de Axel.

— ¿Hermanos? — Preguntó el chico tomando una bandeja, al ver que la castaña intentó tomar dos decidió ayudarla con una mientras que su hermano gemelo parecía ignorar la existencia de ambos.

— Uno, soy la mayor por dos años — Contestó sonriendo mientras les iban sirviendo.

— Bueno, yo soy el mayor por dos minutos — Contestó orgulloso.

Ambos siguieron con lo que se convirtió en un juego de pregunta y respuesta durante el trayecto hacia la mesa dónde Nirvana, Damian y Tim esperaban a la chica. Los tres intercambiaron miradas frunciendo el ceño al verla llegar acompañada del chico.

— ¡Halo! — Saludó ella dejando la bandeja de su amiga en la mesa, Axel los saludó con una sonrisa y tras intercambiar unas palabras con Hanna, desapareció de la vista de todos.

— ¿Quién es? — Preguntaron Tim y Damian a unísono con un pequeño toque de recelo en su voz.

— Bip, bip, bip bip bip ¡BOM! ¿Escucharon eso? Fue el sonido de mi detector de celos rompiéndose. 

Nirvana soltó una carcajada ante su propia burla y se cruzó de brazos.

— Solo es ... ¿Un conocido? — Se preguntó a sí misma tras meditar un poco qué clase de relación había entablado con uno de los gemelos.

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