Capítulo 3

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Detective Sofía Rymer:

¿Quién mató a Callie Morgan?

—Policía de Liverpool, díganos cual es su emergencia. 

—Escuché un estruendo de bala en casa de la señorita Morgan... Fue... fue solo uno y... creo que... creo que se acaba de quitar la vida... 

—¿Cuál es su dirección? 

—Matthew Street, casa cuarenta y dos... 

—Okey, vamos de inmediato para allá. 

(**)

Antes de contarte la escena del crimen, déjame advertirte que soy solo una pobre practicante a la que nadie toma en cuenta.

Bueno, menos el detective Gastrell que era un cuarentón con características muy peculiares y sexys. Un Dios nórdico vestido de terno.

¡Estás trabajando, no mirando a hombres mayores, Sofía!

Disculpa.

—Quiero que hoy observes a la detective Amelia y que le ayudes a ordenar todos los archivos —dijo él colocando ambas manos en mi escritorio, desplazando consigo un aroma digno de un perfume distinguido—. Ella es buena, necesito que le saques provecho.

A ti te puedo sacar provecho.

Doble disculpa.

Amelia Gómez y sus borcegos negros caminaron a paso rápido por la oficina. Su cabellera castaña, enormemente rizada y su piel trigueña se movía directamente hacia los subordinados que debían estar listos para acatar órdenes. No opinión, no sugerencias. Órdenes.

Y los internos para recibir uno que otro regaño a propósito.

Si a un pintor le hubiera apetecido mostrarle ese momento al mundo, nos habría dibujado como unas pequeñas suricatas esperando el tan anhelado chisme.

—Equipo, atención —dijo Gastrell—, nos acaban de informar que la famosa cantante Callie Morgan fue encontrada muerta en la habitación de su hogar. La información es reciente, por lo que necesitamos que estén firmes y atentos hoy, ¿bien? Amelia, Rick y Tina irán conmigo.

¿Como que Callie Morgan había muerto...?

¡Solo tenía 19 años!

¡Y era famosísima!

—Detective Rymer —interrumpió el cuarentón delicioso tomándome por sorpresa—. Tú vienes con nosotros.

Claro, ya me iban a regañar.

De todas formas, aún no asimilaba la muerte de aquella chica.

(**)

Veamos: 

7 vidas

12 letras

1 lugar donde se guarda la evidencia.

Callie Morgan falleció por una herida de bala en el lóbulo frontal que la llevó a una hemorragia cerebral. Su cuerpo descansaba en su cama, con la espalda afirmada en el edredón manchado de sangre. El vecino del lado reportó el fuerte estruendo a las tres treinta de la madrugada, seguido por otros llamados que también comentaron lo sucedido.

Sus pies tocaban el piso de cerámica negra y la pared color verde pálido que estaba apegada al lado izquierdo de la cama tenía un charco de sangre que goteaba hacia abajo. Una Glock 17 se albergaba en la mano derecha de Callie. En el velador había tres bolsas llenas de cocaína y tres botellas de vodka. ¿Aquello era un suicidio o un asesinato? Me cuestioné, antes de seguir observando.

—¿Tiene familia? —preguntó el Dr. Frank, examinando el cuerpo.

—Sí, un hermano: Marcos Morgan —respondió Amelia—. Tina necesito que vayas a comunicarle la noticia antes de que pase por la prensa.

Me percaté de que había un cuaderno en el centro que dejaba una nota, una lampara de escritorio amarilla al lado izquierdo junto con lápices de todos colores y un cigarrillo, aparentemente de marihuana. De inmediato se sacó la muestra.

Pero había un lápiz color rojo a la derecha, al lado del cuaderno y un florero con azaleas moradas en buen estado.

Eso era extraño...

La carta del cuaderno decía así:

Si caigo, tú caes conmigo. Y créeme que será pronto. Voy a quitarme la vida ahora mismo.

Arriba del escritorio había un cuadro de la Mona Lisa que estaba algo ladeado. Me hizo ruido.

La habitación se encontraba desordenada, su cuerpo reposaba encima de un ilustre vestido dorado; también había una carta en el suelo donde una tal "Mía" invitaba a Callie a una fiesta. No había forcejeo en la puerta principal, la cual no emanaba ni un atisbo de luz hacia afuera de la habitación y la única ventana de doble vidrio que estaba ubicada al lado del escritorio en la pared derecha, estaba cerrada. No obstante, la manilla que solo se cierra por dentro, permanecía abierta. La junta de estanqueidad y el desagüe del marco de la ventana tenían pequeñas manchas de lodo, como si alguien hubiera pasado su pie por ahí y luego cerrara por fuera.

—Detective Rymer: ¿Qué nota de raro en este caso?

—Yo... Bueno...

—Mire donde estoy sentado. Es un escritorio, ¿verdad? Ahora mire la lampara. Hay muchas cosas. Concéntrate.

Entonces le comenté todo lo que me pareció extraño:

1) El arma homicida está ubicada en su mano derecha, sin embargo, todos los elementos en su escritorio nos indica que ella era zurda. No obstante, el lápiz rojo con el cual escribió la carta suicida estaba ubicada en el lado derecho.

¿El asesino era diestro?

2) Las azaleas se encontraban en buen estado, su habitación estaba desordenada y tenía un lujoso vestido bajo su cuerpo manchado de sangre. ¿Por qué un suicida tendría su habitación desordenada, sus flores hidratadas y un carísimo vestido que se quería probar?

3) La única doble ventana de vidrio que daba hacia el bosque junto al río, tenía tierra, como si alguien después de asesinar a la chica, escapara por ahí. Eso explicaría por qué está cerrado por fuera, pero no por dentro.

5) Si la carta estaba escrita por el asesino... ¿Era un mensaje para alguien?

—Perfecto.

—Señor, hay algo que me parece extraño: Ella se disparó en el lóbulo frontal; dudo que un suicida haga eso. Por lo general no se atreven a dispararse de esa manera. Además de que no creo que haya tenido la fortaleza ni la coherencia de dispararse con todo el alcohol que aparentemente bebió.

—¿Entonces fue suicidio o asesinato? —pensó en voz baja— Definitivamente fue asesinato.

Me quedé en un punto fijo mirando el cuadro de la Mona Lisa. Me causaba curiosidad que estuviera algo ladeado hacia la izquierda, era extraño..., como si hubiera sido intencional dejarlo así. Me acerqué y lo corrí para un lado.

—Miren lo que tenemos... Al parecer, la chica ocultaba una caja fuerte.

La caja de acero era de un color negruzco ¿Qué había? ¿Dinero?, ¿drogas? ¿Y por qué había un papel pegado con cinta adhesiva que decía 7-08-D?

7-08-D

Si no puedo contarlo yo, esto te dirige a la clave de esta caja.

—Gastrell —apareció Amelia dirigiéndose hacia nosotros con una voz demandante, cruzando ambos brazos a la altura de su pecho—, las cámaras de seguridad del condominio están desactivadas. No funcionan desde las 3:15 de la madrugada.

—O sea que la ama de llaves no sintió el disparo y el guardia apagó las cámaras.

—Además, la lluvia borró todo registro de huellas en el perímetro. Esta ventana da hacia el rio y no hay ninguna pista de quién pudo haber pasado por ahí ni tampoco hay presencia de huellas dactilares. El asesino usó guantes.

—Bien, entonces comenzaremos con los interrogatorios. Mas vale que tengan un papel a mano y creen sus teorías.

Había algo muy turbio oculto que debíamos descifrar, ya que esto fue planificado.

Pensé por un momento: ¿habría sido alguien de la banda o estaba involucrado alguien más? Supongo que era hora de comenzar a descubrir quién estaba detrás de algo así. 


Nota de autora: no siempre narrará la detective, pero se contarán estas dos narraciones en paralelo con Callie. La detective está medio loca, pero bueno akasjd 

Estaré tratando de actualizar en estos días el capítulo siguiente donde John le dice a su chofer que lleve a Callie a casa. 💅

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