Capítulo 19

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Lo saben EunChae, estoy segura de que lo saben. —Le dije a mi amiga mientras ambas caminábamos hacía nuestras taquillas. —Mis padres tienen que estar planeando como asesinarme.

—Deja de imaginarte cosas HeeJin, creo que estas exagerando. —Dijo EunChae intentando tranquilizarme. —Nos habrían dicho algo. Y tus padres no te han castigado otra vez, ¿cierto?

Yo negué con la cabeza mientras murmuraba un pequeño: —No... Pero sigo pensando que saben algo.

—Bueno, dejemos eso para otro momento. —Dijo EunChae pasando su brazo por mis hombros. —Vamos a ver el partido de JiWoong.

[ . . . ]

—¡Vamos JiWoong!

—¡Venga SungChan!

Todos gritaban animando a los miembros del equipo de baloncesto de nuestro año, quienes jugaban contra los de primero.

Todos estaban absortos en el partido, por lo que aproveche para tomar el brazo de HanBin, quien me miró confundido.

—¿Qué sucede?

—Tú y yo tenemos que hablar. —Le dije a HanBin seriamente sin mirarlo.

—Soy inocente de lo que sea que me acuses. —Dijo el chico mientras levantaba las manos.

Le miré de reojo y suspiré. —Lo que sea, camina. —Dije mientras me ponía de pie y salía como podía de entre toda la gente. Supuse que HanBin me seguiría.

Cuando conseguí salir del gimnasio y vi a HanBin a pocos metros de mí, le tomé del brazo y le guíe hasta una de las esquinas del instituto, donde me solía ver con Ricky.

—¿Te me vas a confesar o algo? —Preguntó mirando a nuestro alrededor. —¿Por qué quieres que estemos solos?

—Es para matarte. —Dije con simpleza. Pude oír como HanBin contenía la respiración. —Es broma Han.

—Bueno... ¿Qué pasa?

—¿Puedo saber por qué te has besado con EunChae? —Le pregunté sin rodeos mientras me cruzaba de brazos.

Tras escuchar mis palabras la cara de HanBin se tiñó por completo de rojo.

—Mierda... —Susurró. —¿EunChae te lo ha contado? —HanBin me miró tímidamente y yo asentí con la cabeza. —No sé qué pasó HeeJin... Fuimos a tomar algo después de la carrera y cuando me quise dar cuenta la besé.

Tome las manos de HanBin entre las mías.

—Te gusta EunChae, ¿Verdad? —HanBin me miró por unos segundos antes de apartar la mirada tímidamente. Noté cómo apretó suavemente mis manos.

—¿Tanto... ¿Tanto se nota?

Yo solté una pequeña risa. —He visto como la miras. Además de eso te conozco.

—No puedo hacerlo, yo... No puedo decírselo... —Murmuró HanBin mientras miraba a su alrededor intentando retener las lágrimas. —No puedo exponerla más de lo que ya hago...

Sabía que se refería a las carreras ilegales. Había gente algo chunga en esos sitios.

—No puedo permitirme perder a EunChae también... —Cuando noté que la voz de HanBin estaba por romperse le abracé con fuerza sin dudarlo.

—No vas a perder a nadie más HanBin... Te lo prometo. —Le susurré mientras le apretaba entre mis brazos.

Le abrace durante bastante tiempo. No tenía intención de soltarlo hasta que estuviera completamente bien, pero el sonido sordo de alguien chocando con los cubos de basura hizo que ambos nos separaremos.

—¿Shin YuNa? —Dijo HanBin al ver a la pelirroja.

—¡Uy! Lo siento... Es que había quedado en verme aquí con un chico de primero y... ¡Perdón! —La chica salió corriendo del lugar.

—¿Por qué es tan rara? —Pregunté para mí misma. HanBin levantó los hombros sin saber que responder.

[ . . . ]

—Buenos días, Lee. —Me saludó Jung SungChan al día siguiente.

—Hola Jung, ¿Qué pasa? ¿Se te ha olvidado hacer los deberes? —Pregunté confusa, SungChan me caía bien y era gracioso, pero casi no hablábamos.

—Para tu información, esta vez lo he hecho todos. —Se burló sacándome la lengua. —No es eso, es... ¿Felicidades?

Miré confundida al chico. —¿Qué?

«¿Y este que se ha fumado?» Pensé.

—Felicidades... Por tu relación con HanBin, quiero decir. —Corrigió SungChan. —No sabía que estabais saliendo. Es raro que salgas con el mejor amigo de tu mejor amiga.

—¿De qué mierda estás hablando, Jung? —Pregunté frunciendo el ceño.

—Uhm... Lo he oído esta mañana. —SungChan parpadeo un par de veces seguidas.

—¿Quién te ha dicho esa tontería?

—Shin YuNa. Dijo que os pillo besándoos ayer.

—¡¿Qué?! —Me levanté de mi asiento bruscamente. —Esa puta perra...

Salí rápidamente del aula en busca de YuNa cuando sonó el timbre que anunciaba el inicio de las clases.

—Mierda... —Pensé en volver a clase cuando vi a EunChae en su taquilla. —¡EunChae! —La llamé, pero ella me ignoró.

—¡EunChae!

«¿Me está vacilando?»

—Hong EunChae. —Llame a mi mejor amiga mientras ella cerraba su taquilla. Pero me ignoró por completo y comenzó a caminar. Sin dudarlo fui detrás de ella.

—EunChae, tengo que hablar contigo

La chica siguió ignorándome. Caminé más rápido que ella y me puse en frente suya. EunChae miró de arriba a abajo antes de rodearme.

Suspire frustrada y la agarre del brazo antes de llevármelo a una clase vacía.

EunChae suspiro y rodo los ojos. —Lee tengo clase, ¿Sabes?

«¿Lee? EunChae nunca me había llamado por mi apellido.»

—¿Qué te pasa? —Pregunté confundida.

—Nada.

—Ya claro. —Dije con sarcasmo. —Está claro que estas molesta conmigo por algo.

—No, no lo estoy.

—Sí, sí lo estás.

—Estoy hablando contigo, ¿no? Así que no estoy molesta contigo. —EunChae iba a salir de aula, pero yo me puse delante de la puerta para impedírselo. —No me mires así HeeJin.

—Hong EunChae, no pienso dejarte salir hasta que me digas porque me estás hablando así.

La chica suspiro y dio media vuelta paseando por el aula, antes de girarse nuevamente hacia mí. —¿Por qué te has besado con HanBin?

«Pienso matar a Shin.»

—EunChae eso no...

—Te dije que nos habíamos besado el otro día...

—EunChae. HanBin y yo no nos hemos besado.

—Shin YuNa me ha enseñado unas fotos que me hacen pensar lo contrario.

—¡EunChae por dios! ¿Vas a creer a Shin YuNa antes que a mí? —EunChae me miró durante unos momentos antes de apartar la mirada. Aquello realmente me dolió. —Mira, vete a la mierda. —Dije molesta y sin pensar antes de salir del aula dando un portazo.

Fui corriendo hasta la azotea del instituto intentando retener las lágrimas.
Me dolía muchísimo que EunChae no quisiera escucharme, pero que en cambio creyera todo lo que decía Shin YuNa.

Saqué el móvil del bolsillo de mi pantalón y marqué rápidamente el número de Ricky. Rezaba porque me contestara.

"Hola princesita, ¿Ya me extrañas?"

"¿Puedo verte?" —Dije intentando no llorar.

"¿Estás llorando?"

"Ricky, por favor..." —Murmuré.

"Tengo clase a las doce, pero creo que puedo faltar. ¿Estás en el instituto?"

"S-sí..."

"No te muevas, ¿Entendido? Iré a buscarte ahora mismo."

[ . . . ]

Me quedé varios minutos más en la azotea secándome las lágrimas, pero tuve que volver a clase a recoger mi mochila, puse la excusa de que me encontraba mal y afortunadamente la profesora Jeon no me dijo nada y dejó que me fuera.

Cuando salí al recinto pude ver como Ricky aparcaba su moto y vi claramente como Shin YuNa se acercaba a él corriendo.
Sentí como la rabia subía por todo mi cuerpo y fui hacia ella sujetándola por el pelo.

—Me llamo YuNa, ¿Lo recuer... ¡Ay! ¡¿Qué haces puta loca?!

—¿Cómo se puede ser tan perra como para ir diciendo por ahí que me he besado con Sung HanBin?

—¡Ay! ¿Acaso estoy mintiendo? Os vi... —YuNa sujeto mis muñecas.

—Perra mentirosa, nos viste abrazados, en ningún momento nos besamos.

—Ricky, ayúdame... —Lloriqueo YuNa.

El chico de pelo blanco la miró de reojo antes de acercarse a mí y dejar un beso en mi cuello y abrazar mi cintura.

—¿Te ayudo a darle una patada en el culo, amor? —Me preguntó mientras su nariz hacia cosquillas en mi cuello.

—No te preocupes cachorrito. —Le dije con burla antes de tomar a YuNa por el cuello con mi otra mano —Escúchame perra, tienes hasta mañana por la mañana para decirle a todo el puto mundo que está es otra de tus mentiras.

—¿Y si no lo hago?

—Oh, entonces puede que queme tu precioso pelo teñido. —Respondí emocionada como si fuera una completa psicópata. —Amor, ¿Me pasas el mechero de mi mochila?

—¡Vale! ¡Vale! Lo haré, pero por favor suéltame. —Dijo la chica llorando a moco tendido. En ese momento la solté de inmediato de un empujón y ella se fue corriendo al interior del instituto.

—Estúpida... —Masculle entre dientes.

—Me has puesto a mil. —Me susurró Ricky en el oído mientras pegaba mi trasero a su cadera.

—¿Podemos tener otra cita? —Pregunté mientras me giraba y hacía un puchero. —El día acaba de empezar y ya es una completa mierda.

—Le he pedido a un compañero que tome apuntes por mí, así que tengo toda la mañana para ti. —Me dijo mientras acariciaba mi cintura.

Me acerqué a él, tome sus mejillas entre mis manos mientras las espachurraba y bese sus labios. 

—¿Quieres venir a mi casa? —Le pregunté. —Estaremos solos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro