xxxiv. Legally Blonde

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THIRTY-FOUR LEGALLY BLONDE

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EL SOL APARECE y Holly está preparada, se despertó antes de lo habitual para asegurarse de que estaba completamente lista para su primera vista como representante de las juventudes británicas. Ella y el señor Weasley se fueron al Ministerio antes de que los demás se hubieran despertado, con la excepción de la señora Weasley, quien insistió en que Holly tomara un abundante desayuno antes de irse, y para cuando el bonito reloj plateado de Holly marcó las 8:58AM en el ascensor, una agradable sonrisa cruzando sus labios.

Holly espera a que se abran las puertas de la sala. Levanta la carta que recibió hace un par de días y que explica a dónde ir a las once. Aparentemente, va a una sala diferente, pero no se le dice nada más que eso. Cree que es por el secretismo, por supuesto que no quieren decir todos los detalles importantes, ¿qué pasaría si alguien intentara entrometerse en el juicio? No sabe por qué lo harían, pero nunca se sabe hoy en día.

Las puertas se abren, revelando la sala del tribunal. Holly, sintiéndose como si estuviera en un nuevo tipo de Torneo, sale al pasillo y se dirige a la sala a la que le han dicho que vaya.

Esto es maravilloso. Puede ver que la tribuna está casi llena, lo que debe significar que el juicio que vaya a presenciar hoy será importante. Se pregunta qué podría ser. Tal vez sea tan revolucionario, tan cambiante para el mundo, que recordará este largo día en el futuro. Puede verlo ahora: tiene setenta y dos años, su color de cabello apenas cambia ya que es casi blanco, sentada pacíficamente en un lugar soleado y cálido como Hawaii. Y luego recurrirá a su perro o a su esposo, o tal vez si su esposo falleció, vivirá en una linda y pequeña villa con su mejor amiga Pansy, porque obviamente seguirán siendo las mejores amigas, y Holly se dirigirá hacia ella y le dirá: ¡eh, este es el día que vi esa vista!

No puede esperar a ver a su padre otra vez, para contarle todo sobre las emocionantes vistas en las que ha podido escuchar y ser parte de esta increíble oportunidad...

—Holliday Lippincott —llama un mago, una vez que Holly entra en la pequeña sala. Holly se detiene en seco, saliendo rápidamente de su ensueño—. Eres la representante de las juventudes británicas, ¿verdad?

—¡Lo soy! —dice Holly, sonriendo—. Ah, puede llamarme Holly...

—Lo primero que harás es entregar esto a todos los miembros que están ahí afuera —dice el mago. Holly asiente, sonriendo todavía mientras le entrega una pila de carpetas con información dentro. El nombre del juicio es una serie de letras y números, que deben tener algún significado, y luego la fecha de hoy. 13 de julio de 1996.

Se lo esperaba. Obviamente, le van a dar el trabajo más importante en todo el Wizengamot, ese es el motivo por el que va a trabajar en los próximos años. A los treinta y un años ella será la líder, pero por ahora, va a pasar por tareas de poca importancia. Su padre dijo, cuando se lo contó, que podría ser como las prácticas que hacen los muggles mientras están en la universidad. Al menos no le está sirviendo café a la gente... ¿acaso los magos beben café?

—Después vuelves —dice el mago. Holly deseaba que estuviera usando una etiqueta con nombre, sería bueno si al menos supiera el nombre de la persona con quien estaba hablando—. No hables con ninguno, no quieren ser agobiados.

¿Agobiados?

Holly asiente de todos modos y entra en la tribuna, entregando las carpetas. Atraviesa la primera fila de brujas y magos, que mantienen la cabeza baja, absortos en otras cosas, y frunce el ceño. No se dio cuenta de que tanta gente podía odiar tanto su trabajo... Tal vez estén molestos porque es sábado, pero si el juicio es un sábado tiene que ser importante, porque no pueden perder tiempo para posponerlo en la siguiente semana.

Así que Holly ignora lo que dijo el mago sin nombre, y mientras reparte las carpetas, sonríe a los miembros del Wizengamot. Da los buenos días a todos a quienes entrega las carpetas, agregando otras cosas pequeñas cuando lo considere oportuno. Cosas como: ¡me encanta tu cabello! o ¡tus gafas son bonitas! Nadie le sonríe, pero está bien, está bien, simplemente no están acostumbrados a la positividad. Pueden pensar que no quieren ser saludados, pero en realidad sí. Lo que quieren es una bruja brillante y emocionada llamada Holly Lippincott para devolverle la vida al Wizengamot.

—¿Hablaste con alguien? —le pregunta al mago cuando regresa a la sala, y ella rápidamente le sonríe, negándole tal cosa—. Bien —no parece estar contento. Tal vez Holly debería llevar café a la vista, o tal vez algún tipo horneado, siempre ha pensado que las mejores impresiones se obtienen a través de galletas sorpresa si se cocinan bien. Y Holly puede hornear pasteles, galletas, lo que sea, le saldría deliciosos. No puede cocinar comida de verdad, pero está bien—. Ahora, quédate aquí mientras esperamos a que empiece. La persona que se encuentra en el juicio también estará presente, estará desarmada y restringida —explica el mago. Y, un poco más tranquilo, agrega—. A veces dicen cosas al representante que sirven para salirse con la suya.

—Oh —dice Holly, sintiéndose un poco menos emocionada.

El mago le hace un último asentimiento, aún sin sonreír, y abandona la sala. Pasan un par de minutos y se abre otra puerta, entran dos magos a cada lado de otro hombre con las manos detrás de la espalda y cadenas alrededor de los tobillos. Se mueve con un ruido fuerte, y Holly lo mira, mientras se sienta.

Su corazón se detiene.

—Espera aquí —le dice uno de los magos a él.

Los dos magos se van. Holly lo mira fijamente, sus cuerdas vocales han sido retiradas. No puede hablar. No está segura de si su corazón sigue latiendo o si el tiempo sigue progresando como lo hace normalmente. Lo único que sabe es que está mirando al mismo hombre que es su mayor temor, el mismo hombre que la obligó a aprender las maldiciones imperdonables la misma semana que sus nuevos amigos estaban, en otro colegio, aprendiendo a levitar plumas.

—¡Mátalo, mátalo! —alenta Susannah.

Holly ignora a Susannah... No tiene estómago para eso, de todos modos.

—Lippincott —dice Karkarov. La última vez que estuvo sola con su antiguo director fue cuando se vio obligada a usar una pluma de sangre, porque se negó a lanzar Crucio en un primer año. Se siente enferma—. Estarás contenta con esto, escuché que empeoraste... También vi en el Profeta cómo te involucraste en el Departamento de Misterios. Me pregunto qué pensará el Señor Tenebroso al respecto cuando se entere de que su sirviente favorita no le dio otro seguidor leal, sino una estúpida chica sin lealtades...

Y entonces Holly ya no se siente enferma. En cambio, puede sentir su sangre hirviendo. Este es el hombre que arruinó su expectativa de magia cuando tenía once años, algo que le tomó mucho tiempo invertir. Este es el hombre que se aseguró de que pudiera usar la magia oscura sin mover un dedo. Este es el hombre que se ha arruinado ahora que ha escapado de Voldemort. Y aún así, está aquí y trata de tener autoridad sobre ella.

—Me pregunto qué hará cuando sepan dónde está —dice Holly, hablando con una sonrisa burlona. Desprecia a este hombre. Cree que nunca ha odiado tanto a alguien. Ni siquiera Umbridge puede compararse con este monstruo—. En realidad, me alegra que esté aquí, porque en cuanto le lleven a esa sala, les contaré todo lo que sucedió en Durmstrang.

—Tal vez sea esa la razón por la que estoy aquí.

—No, la razón por la que está aquí es porque desapareció inmediatamente después del Torneo, y supongo que la gente piensa que fuiste a ayudar a Voldemort...

¿Te atreves a pronunciar su nombre?

Holly asiente. Todavía tiene la sonrisa en su cara.

—Sonríes, Lippincott, pero se te olvida —dice Karkarov, sus ojos oscuros la miran. Ella trata de parecer que no está enfadada, como que parte de ella no está un poco asustada. Piensa que siempre va a estar un poco asustada de él—. ¿Piensas que ser representante de las juventudes británicas es una buena posición? No lo es. No lo ha sido durante décadas. ¿Pensaste que realmente te darían algún tipo de poder? Te consideras muy buena, Lippincott, siempre lo has sido. Siempre pensando que eres mejor que el resto de nosotros. No lo eres. Te quedas ahí, y crees que eres mejor que yo porque no eres parte de los mortífagos, pero ¿qué eres exactamente? Alguien que consiguió gloria después de ganar el torneo a los catorce con otro más.

Holly no responde. En el interior está ardiendo, el fuego arde en sus venas. Quiere gritarle, demostrarle que está equivocado, pero sabe que no vale la pena. Lo odia un montón, durante meses espera que lo encuentren muerto y que el Profeta lo anuncie en la página diez, porque no será tan importante. Quiere golpearlo, quiere usar Cruciatus con él, ver cómo le gusta, demostrar que es más que el torneo. Su mayor gloria no será algo que hizo cuando era adolescente; ayudará a Harry a derrotar a Voldemort y, después de eso, seguirá adelante. Será Jefa Suprema del Wizengamot, regresará a Durmstrang y remendará años de horror. No será solo un duelo contra un par de mortífagos.

—Pero supongo que crees que eres mejor que yo, porque no tienes la Marca en tu brazo —continúa Karkarov. Holly no responde. No lo mira, mantiene sus ojos fijos en una parte de la pared donde se encuentra el retrato de un viejo brujo—. Cuando llegue el momento, no elegirás oponerte. Me di cuenta cuando escuché lo que sucedió en el cementerio: quieres oponerte, pero nunca lo harás, no cuando tu vida esté en peligro. Ignorarás a cualquiera que esté sufriendo. Siempre has sido débil.

La puerta se abre y entra un mago. Karkarov tose.

—Vaya, Scrimgeour, no sabía que el ministro tenía que cuidar a los mocosos —comenta Karkarov. Holly no lo mira, no responde, pero sabe que cuando llegue a casa estará pensando en esto una y otra vez. Quieres oponerte, pero nunca lo harás, no cuando tu vida esté en peligro... Siempre has sido débil.

—La señorita Lippincott fue bastante heroica durante el acontecimiento del Departamento de Misterios —dice Scrimgeour, y Holly no está de acuerdo, en lo más mínimo. Dejó que su padrastro la alejara del peligro y, cuando trató de liberarse, la golpearon en la cabeza y se desmayó. No era más que una cobarde, era débil. Tal vez Karkarov tenga razón...

Karkarov hace un sonido parecido al de un bufido. Dos magos aparecen y lo sacan de la sala para llevarlo a la principal. Holly sigue sin mirarlo.

—Escuché una vez que fuiste a Durmstrang —dice Scrimgeour.

Holly asiente—Sí.

—Discúlpame por preguntar, pero estoy muy intrigado, sabes lo extraño que es pero ¿por qué te fuiste?

Y aquí Holly entra en una encrucijada. Si dice la verdad, ¿ella y todos los demás niños que han asistido a Durmstrang se meten en problemas por usar las maldiciones imperdonables? ¿Serán vistos de manera diferente, como si fueran monstruos?

Pero entonces, si no lo hace, ¿qué pasa con los de primero de este próximo septiembre? Si se queda callada, habrá un nuevo grupo de estudiantes entusiasmados por aprender sobre la magia, y dentro de dos semanas se les dirá que van a practicar la maldición asesina con las arañas. No puede permitir que eso suceda, si la miran de manera diferente debido a lo que hizo ese colegio, que así sea. No puede dejar que más niños pasen por lo que ella.

—Te enseñan las maldiciones imperdonables —responde Holly, cruzándose de brazos. No mira a Scrimgeour, porque no quiere ver cómo reacciona—. Y en Hogwarts no fue así, fue solo una descripción general para saber cuáles eran. En Durmstrang, en cambio, las practicamos dos semanas después de entrar en primero, todos las usamos con arañas e insectos.

Y lo explica todo. A mitad de camino lo mira y no puede leer su rostro, pero continúa de todos modos. El problema con la explicación de Durmstrang es que una vez que comienza, no puede detenerse. Solo hablará y hablará y olvidará las pequeñas historias que sucedieron y tendrá que agregarlas, porque cada detalle es importante cuando se muestra lo terrible que fue.

Al final, toma aire. Scrimgeour está tranquilo.

—Tendremos aquí a Karkarov hasta nuevo aviso —dice Scrimgeour—. Este caso sería internacional, pero tenemos que hacer algo al respecto: no hay muchos magos británicos que vayan a Durmstrang, pero en lo que respecta a algunos de ellos, tenemos la responsabilidad de iniciar una investigación sobre el colegio. Gracias por contarlo.

Holly sonríe ligeramente, sintiéndose un poco temblorosa.

Lo hizo. ¡Lo hizo!

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KARKAROV ESTÁ MUERTO los tres minutos después sacarlo de la sala. Una mortífaga enmascarada aparece de la nada y pone una daga en su garganta, cortando profundamente, la sangre rezuma sobre la plata. Y luego, cuando aparece otra mortífago cubriendo el terreno, creando terror, Karkarov se estrella contra el suelo. Bellatrix Lestrange es vista por unos pocos miembros del Wizengamot, y un trabajador de bajo nivel del Departamento de Mantenimiento cae en sus manos.

Pero nadie sabe quién era la mortífaga enmascarada. Nadie sabe que era la misma gata blanca que merodeaba en la sala del tribunal, escuchando a Karkarov hablando con una ex-alumna. Nadie sabe que no se suponía que ella debía matarlo, pero tan pronto como supo lo que le había hecho a su hija, sacó la daga de su bolsillo y lo dejó sangrar.

Buen viaje.

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¡OH, SEÑORITA MARGO! —exclama Bellatrix, de pie en la sala de estar, esa que da a los jardines de la Casa Valen. Margo está sentada en uno de los sillones, sosteniendo una taza y un platillo en sus manos. Un fantasma tenue ha sido ilustrado en el set, la plata esboza el espíritu y la hiedra verde encadena el fantasma a la porcelana blanca. Sus dedos habían estado trazando el contorno de la hiedra, la forma en que mantiene al fantasma en línea. Tuvo que limpiarse las manos desde que regresaron del Ministerio, algo de sangre se metió debajo de las uñas.

Mira hacia arriba Bellatrix está de pie junto a una de las ventanas, sosteniendo una carta. Tira el sobre al suelo, y Margo se levanta, dejando el té junto a la taza y el platillo que tenía antes Narcissa. Margo recoge el sobre.

HOLLIDAY LIPPINCOTT

—¿Ahora hurgas en el correo de mi hija? —pregunta Margo torciendo los labios. Recuerda lo que escuchó decir a ese monstruo a Holliday. Siempre has sido débil. Margo estaba allí, tanto para matar a Karkarov por su traición como para ver a su hija sobresalir, pero ese hombre. Ella hizo lo que cualquier padre o madre hubiera hecho. Y disfrutó cada segundo viendo a ese bastardo retorcerse y morir.

—Aquí tienes una personita inteligente —dice Bellatrix con una sonrisa burlona. Le entrega la carta a Margo, detallando los resultados de los TIMOS de Holliday. Margo olvidó que las notas eran hoy. Oh.

Resultados de Holliday Hazel Lippincott:

Astronomía — E

Cuidado de Criaturas Mágicas — E

Encantamientos — E

Defensa Contra las Artes Oscuras — E

Adivinación — A

Herbología — E

Historia de la Magia — E

Pociones — E

Transformaciones — E

—Ocho Extraordinarios y un Aceptable —dice Margo, con una pequeña sonrisa en su rostro. Eso es muy ella, lo sabe. Su hija es como ella, una maravilla inteligente. Incluso si no estuvo allí viéndola crecer, estuvo en espíritu, ¿lo puedes creer? Su notable inteligencia lo demuestra, demuestra que su hija es la cosa maravillosa por la que sacrificó su vida—. Ya dije que es increíble.

—Muy inteligente —dice Bellatrix, mientras Narcissa regresa. No estaba allí en el Ministerio; iban a matar a Karkarov de todos modos, pero cuando Margo escuchó lo que le había hecho a su hija tenía que ser la que acabara con su vida. Y regresaron a la Casa Valen, agitando la daga ensangrentada, salieron victoriosas y le dijeron a Narcissa a dónde habían ido durante media hora. Entonces salió de la sala, probablemente para hablar con Atticus sobre Lucius en Azkaban, y ahora ha vuelto.

Las cejas de Margo se fruncen—No se unirá a los mortífagos —dice. Piensa en la daga. Buttercup, la elfina doméstica, podría haberla limpiado a estas alturas—. El Señor Tenebroso estuvo de acuerdo. Cuando termine el colegio se unirá.

Será más seguro así. Mientras ella esté en el colegio sería un problema tener la Marca. ¿Y si su manga quedara atrapada y se moviera? ¿Y si alguien la ve accidentalmente? Sería encarcelada. Ella no está haciendo todo esto para que su hija vaya a Azkaban. Ese no será el final de esta historia.

—No, no me refiero a eso —dice Bellatrix. Mira hacia la puerta, y Margo sigue su mirada. Atticus se sienta en la sala. Está más pálido de lo que suele ser, ella se ha dado cuenta desde que volvió—. Lo que estoy diciendo es que podría ayudar a Draco.

—Definitivamente no —dice Atticus.

Margo se da vuelta—Yo decido por mi hija.

—Holly no se involucrará —dice Atticus, poniéndose de pie.

Margo piensa en la daga—Holliday lo hará si yo creo que es lo mejor.

—Creo que debería ayudar a su primo —interviene Bellatrix, pareciendo complacida consigo misma. Margo se aleja de Atticus, sus dedos se enroscan en puños. Ella observa el cambio de cara de Bellatrix, solo un poco, a un aspecto amargo—. Sé que puede realizar Cruciatus bastante bien.

—¡Qué no...!

Atticus —dice Margo.

Atticus se queda en silencio, sorprendido. Ella siempre lo ha llamado At desde que tenían once años. Desde que se sentaron juntos en el tren, Margo se rió por lo largo que era su nombre, y él también se rió y dijo que Margo era un nombre raro. A partir de entonces, fueron At y Mar. Pero ahora... ahora no es el momento para un apodo hecho por niños. Él no puede tomar decisiones sobre su hija, su Holliday cuando ella piensa diferente. ¿Como se atreve?

—No sé si deberíamos involucrarla —comenta Narcissa, y ella también se pone de pie. Atticus parece agradecido y Margo quiere gritarle. ¿Como se atreve? Es su Holliday—. Draco es solo un niño, igual que Holly, es injusto involucrarla... ¿sabemos acaso si quiere participar?

—Lo haría si supiera que eso ayudaría a Draco —contesta Margo.

Bellatrix resopla—A la pequeña Holliday le encanta ser una heroína —dice, poniendo la voz aguda Margo desea poder matarla—. Ese pequeño novio suyo debe estar cansado...

—Olvidas a quién prefiere el Señor Tenebroso —dice Margo rápidamente. Bellatrix toma aire por la nariz, pero no responde. Margo se aleja de ella.

El hecho es cierto. El Señor Tenebroso prefiere a Margo. Desde que le pidieron que ocultara algo para él —no recuerda qué, se hizo olvidar a sí misma para que estuviera a salvo—, fue la primera al mando. Y ahora que su pequeña Holliday es cercana a Potter, todo es perfecto...

—Margo —llama Atticus—, ¿puedo hablar en privado contigo?

—Supongo —responde Margo.

Salen de la sala. Le lanzaron un hechizo a la cocina para que no se pudiera escuchar nada, por lo que Atticus camina en esa dirección, cerrando la puerta detrás de Margo. Él se vuelve hacia ella.

—¿Qué estás haciendo? —él pregunta—. Pensé que estabas en contra de esto, ¿por qué estás dispuesta a involucrar a Holly?

—Holliday —corrige ella.

—Prefiere que la llamen Holly —dice Atticus, frunciendo el ceño.

—Lo he pensado —dice Margo. Cruza los brazos y ve a Atticus retroceder un poco, observándola con cautela—, mientras estuve en Azkaban. Muchas de las cosas que hará el Señor Tenebroso servirán para proteger a Holliday.

Su padre es muggle —dice Atticus, y él la mira fijamente. La está mirando como si se hubiera vuelto loca—. ¿Qué crees que harán cuando lo descubran? ¿Permitirlo? No, la matarán y a ti también. ¿Por qué estás de acuerdo ahora?

—Porque nunca lo sabrán —dice Margo—. Pero si tiene éxito, toda bestia será exterminada, todo el mundo estará a salvo y perfecto para ella.

—El mundo no es perfecto —señala Atticus.

—Lo será para ella —asegura Margo, con los ojos entrecerrados.

Atticus mira a Margo, aparentemente se ha dado por vencido.

—El mundo no es perfecto —dice Margo, continuando—, es por eso que Reg ya no está aquí. Murió porque el mundo no era lo suficientemente bueno, así que me aseguraré de que el mundo sea perfecto para Holliday.

—Murió porque no te diste cuenta de lo que es correcto —dice Atticus, frunciéndole el ceño. Ella odia la preocupación en su rostro. Él no merece estar preocupado por Holliday, no sabe qué es lo mejor para ella—. ¿Se lo contarás a Holly?

—Todavía no —responde Margo—, el momento no es el adecuado.

Atticus la mira. Ella ya no sabe lo que él está sintiendo, ya no. Solía poder mirar su cara y pensar está preocupado. Solían estar en sintonía. Ya no.

—Te odiará si Potter muere y se entera que has estado al lado de Voldemort todo este tiempo —dice Atticus, con voz baja. Margo lo mira fijamente. No la conoce—. No te das cuenta, Mar. No la viste en el Departamento de Misterios.

Margo levanta una ceja—¿Qué, él es su Regulus?

—No —niega Atticus—. Los dos son buenos.

Con eso, Atticus se va. Margo retiene su ira, la empuja hacia abajo. Él solo está amargado, ella sabe que lo está, porque Sirius Black está muerto y ella apuesta que todavía había una pequeña parte de Atticus aferrada a ese crush adolescente.

Vuelve a la sala de estar, Narcissa y Bellatrix están hablando en voz baja, de pie junto a la ventana.

—Estaba pensando —dice Narcissa—. No quiero que Holly se involucre...

—Holliday —corrige Margo.

—Draco la llama Holly, y yo también —dice Narcissa frunciendo el ceño. Bellatrix sonríe—. Estaba pensando: Holly no puede involucrarse en la tarea de Draco. Lo dijo él mismo, no quiere que ella tenga nada que ver con esto —Narcissa se detiene. Las cejas de Margo se fruncen—. Pero me preguntaba si podrían prometer protegerse mutuamente.

Margo levanta las cejas—¿El juramento inquebrantable?

Narcissa asiente—Para que los dos estén a salvo.

Los labios de Margo se curvan, muy ligeramente. Hm...

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¡ADIVINAD QUIÉN MURIÓ! —exclama Holly, cuando vuelve a la Madriguera. Una brillante sonrisa se dibuja en su rostro cuando sale de la chimenea, abre los brazos y se regocija con la buena noticia.

Harry, Ron y Hermione, quienes están esperando algo por la ventana, le fruncen el ceño. Tiene sentido, porque normalmente es algo malo cuando alguien muere. Pero, cuando su miedo más grande es asesinado sin piedad, según un preocupado trabajador del Ministerio que pasó, es una gran noticia.

—¡Karkarov! —Holly suelta finalmente, sonriendo aún. Camina hacia sus amigos y los abraza a todos, porque este es un día para celebrar. ¡Está muerto! ¡No puede hacer daño nunca más, se ha ido para siempre! ¡El mundo es un poco menos malvado ahora que se ha ido!—. ¡Y la vista fue increíble! ¡Todos saben sobre Durmstrang, van a investigar todo el colegio! ¡Oh, este día es increíble!

—¿Has recibido los resultados de los TIMOS? —pregunta Hermione.

Los ojos de Holly se ensanchan—¿Son hoy?

—Son hoy —responde Hermione, asintiendo con gravedad.

—Oh, santo cielo —dice Holly. Ya puede sentir las mariposas apareciendo en su estómago, nadando alrededor y haciendo que se contraiga con preocupación. Lo hizo bien. Debe, estudió mucho... Seguramente lo hizo bien. Claro que sí.

Susannah aparece, girando alrededor del aire—Vuelve a celebrar que ese capullo ha muerto —dice ella, sonando aburrida—. ¿A quién le importa el colegio? No te enseña nada importante, eso es lo que Alphonse —(el líder del culto)— nos contaba.

Holly le da a Susannah una mirada. Susannah le devuelve la sonrisa.

—¡Seguro que lo he suspendido todo! —escucha a Hermione soltar, poniendo sus manos sobre su cara. Holly frunce el ceño y pasa a Ron para quedar junto a Hermione. Toma sus manos.

—¡Claro que no! —dice Holly, aunque sus propias manos tiemblan ligeramente.

—¡Que ! —dice Hermione.

Holly la mira con incredulidad—¡Eres la persona más inteligente de nuestro año, idiota! —dice, haciendo todo lo posible por tranquilizarla, incluso si levanta la voz con la esperanza de que las palabras entren al cerebro de Hermione—. ¡Habrás aprobado!

—¿Y qué pasa si suspendemos? —pregunta Harry.

—Nos unimos a los mortífagos —dice Holly, mientras se encoge de hombros—. Explica por qué están siguiendo a un hombre-serpiente.

—Analizamos nuestras opciones con el jefe de nuestra casa —dice Hermione. Aparentemente nadie pensó que lo de hombre-serpiente fuera gracioso. Está bien. Están estresados. Holly también lo está, es solo que tiene que esperar hasta que se vaya a casa, así que por ahora no se lo va a pensar. Sabe que sus exámenes salieron bien. Estará bien—. Se lo pregunté a la profesora McGonagall a final de curso.

Fleur comienza a hablar sobre Beauxbatons, pero Hermione la interrumpe y grita cuando finalmente aparecen las tres lechuzas, dejando caer los sobres por la ventana. La señora Weasley la abrió frenéticamente el minuto anterior. Harry, Ron y Hermione se acercan un poco más y reciben sus cartas, tomándolas y alejándose una de la otra. Todos se callaron.

Holly mira a la señora Weasley, que parece que está esperando a que uno de los tres finalmente diga algo, que alguno comparta los resultados.

—Pues, ¿fueron bien? —pregunta Holly, levantando una ceja.

—Sólo he suspendido Adivinación e Historia de la Magia, las que menos me importan —responde Ron, y le muestra sus resultados a Holly, quien le sonríe y le da un abrazo. No menciona que planea continuar con Historia de la Magia. Esperará un par de semanas para dejar caer esa bomba, realmente espera con ansias la asignatura más aburrida que se haya enseñado en Hogwarts.

Holly se vuelve hacia Harry, quien le muestra la suya.

—¡Tienes un Extraordinario! —dice, y lanza sus brazos alrededor de Harry, abrazándolo con fuerza. Lo besa en la mejilla y él se ríe—. ¡Es increíble!

—¡Enhorabuena! —dice la señora Weasley, dándole un abrazo a su hijo—. ¡Siete TIMOS ! ¡Más de los que consiguieron Fred y George juntos!

—¿Y a ti, Hermione, cómo te ha ido? —pregunta Ginny.

—No está mal —responde en voz baja.

—No digas tonterías —dice Ron. Se libera de las garras de su madre y cruza la sala hacia donde Hermione está mirando los resultados. Antes de que ella pueda reaccionar, él se los quita de las manos—. Aja, nueve Extraordinarios, y un Supera las Expectativas en Defensa Contra las Artes Oscuras. Y estás decepcionada, ¿no?

Hermione sacude la cabeza, viéndose poco convincente. Suspira y se encoge de hombros, sonriendo suavemente—Un poco.

Holly le sonríe, dándole un abrazo—¡Eres una genio, chica!

Golpean la puerta trasera. Antes de que la señora Weasley pueda preguntar quién es, la puerta se abre y la madre de Holly entra en la cocina. Margo Valen no sonríe.

El resto de la gente se queda callada. La felicidad del minuto anterior ya había desaparecido, y Susannah llegó de nuevo, solo que ahora está cantando una canción de los Beatles.

Holly mira a su alrededor. Todos se ven nerviosos al ver a su madre.

—Uh, madre, estos son mis amigos —dice Holly, sonriendo suavemente. Mira hacia un lado, donde Ron y Ginny se han movido lentamente frente a Hermione. Como si su madre fuera a matar a Hermione en el acto por su sangre—. Y esta es la señora Weasley, es muy amable...

—Un placer —dice Margo, pero no parece que le guste conocer a estas personas. Holly mira a Harry, que parece no saber qué hacer con su madre. Ella ya puede ver la diferencia entre esto y cuando todos conocieron a su padre—. Tiene una casa preciosa...

Holly hace una mueca—Mi mochila está arriba...

—¿No puede el elfo doméstico...? —su madre comienza, y se detiene. Holly observa a su madre detenerse y fruncir el ceño. Mira a la señora Weasley con desaprobación—. Ah, sí, ya recuerdo.

Holly mira a su madre con horror. ¿Por qué está siendo tan horrible?

Su madre levanta la mano y aparece la mochila de Holly, con una correa colgando de la palma. Oh. Holly no se dio cuenta de que su madre podía hacer magia no verbal tan bien.

—Te eché de menos, Holliday —dice Margo.

Holly fuerza una sonrisa—Fue un día... —comenta, pero por la expresión de su madre se da cuenta de que esta observación no es apreciada—. Ah, madre, Karkarov murió hoy, ¿no es...?

—Lo sé —Margo la corta.

—¿Cómo...?

—Porque lo maté yo —responde Margo.

Holly se colega. Su corazón se detiene. Una pregunta oscura aparece en su cerebro. ¿A cuántas personas ha asesinado su madre?

—Oh —se las arregla para decir. Mira a Harry, que está frunciendo el ceño a su madre. Se hará daño, piensa ella, así que se dirige a la señora Weasley—. Gracias por permitir que pudiera quedarme, fue muy amable de su parte y del señor Weasley por mostrarme el Ministerio esta mañana.

—No tienes que agradecerles —dice Margo en voz baja.

Holly se congela de nuevo. No puede forzar una sonrisa esta vez, mientras se mueve para abrazar a sus amigos, para despedirse. Hermione, Ron y Ginny continúan lanzando miradas cautelosas a Margo, quien examina la sala como un cuarto de baño en algún sitio en mitad de la carretera.

(¿A cuántas personas ha asesinado su madre?)

Finalmente, Holly va a abrazar a Harry, quien por un par de segundos se niega a dejarla ir—Estaré bien —le dice en voz baja—, no es malvada.

—Lo parece —dice Harry.

Holly le frunce el ceño y lo obliga a alejarse. Le agradece nuevamente a la señora Weasley por dejarla quedarse. Margo resopla ante esto, como si los Weasley no fueran dignos de ser agradecidos.

—No tienes qué...

¡Mi padre es muggle! ¡Ellos son muy puros!

Margo mira a Holly sorprendida. En disgusto. Y Holly se da cuenta, cuando ve que Harry se acerca más a ella, que no debería haber dicho eso. Dijo la única cosa que su madre debe odiar es su mención; recuerda la forma en que su madre miró alrededor de la casa de sus padres en Londres.

Rápidamente, la señora Weasley le dice a Holly que puede quedarse en cualquier momento que quiera—Los TIMOS han terminado, no tenemos tarea, ¡así que quizás puedas quedarte dos o tres noches la próxima vez! —Ron agrega, y la señora Weasley asiente a la buena idea.

Pero a Margo no parece gustarle esa idea, ni las otras ideas que Ginny, Hermione y Harry mencionan, como ir al callejón Diagon para ver la tienda de bromas, pero no hace comentarios al respecto. En cambio, le da la mochila a Holly para que la lleve, y se van por la puerta trasera, la cocina sigue en silencio.

—Tendremos unas palabras cuando lleguemos a casa —dice Margo en voz baja, y Holly se siente enferma. Su estómago está atado en nudos—. Pero primero, debes saber que tu tía y tu primo están allí.

Toma la mano de su madre y aparecen en la sala de estar de la Casa Valen. Holly ve a Draco, que parece más pálido que él la última vez que lo vio, y Margo sonríe.

—Ahora, Holliday, tú y tu primo debéis jurar que os cuidaréis el uno al otro, pase lo que pase, el próximo curso en el colegio...

Ya quiere volver a la Madriguera.

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