2. Up in flames

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«Salimos cuando el día ha acabado, siguiendo las siluetas, cuando todo arda en llamas, seremos los últimos de pie» Ruelle.

Después de que Jungkook se fuera de su casa, Taehyung por alguna inexplicable razón no pudo sacárselo de la cabeza, había estado con hombres muy atractivos, pero había algo en la mirada de Jungkook que le resultaba intrigante, en su forma de caminar y hasta en como habla. No había tenido tiempo de apreciar tanto como quería el cuerpo del pelinegro que para su perdición también tenía el cabello largo, una de sus tantas debilidades, por las que se derretía por completo.

Aquella noche tenía en su cama al chico con el que había estado desde hace semanas, después de haber tenido una de las peores experiencias sentimentalmente, no acostumbraba a estar siempre con la misma persona, pero era su forma de entretenerse y cumplir con sus fantasías, además, Minjae parecía ser el único en aguantar su intensidad. Era un dominante bastante exigente y eso lo reconocía.

Sin darse cuenta Taehyung imaginó que tenía debajo de él al hombre de cabello negro con el que había hablado recientemente, aunque sabía lo irritable e insoportable que era Jungkook y dejando fuera todas las cosas que detestaba de su rival, éste tenía cada una de las cualidades que le atraían de un hombre.

En sus pensamientos tenía debajo de su cuerpo a Jungkook, no el que conocía por fastidiarle la existencia, sino el que conoció ese día. Deseó tenerlo como tenía a Minjae, gritando su nombre, tirando de su cabello negro, llevándolo a la desesperación por el placer, necesitaba desquitárselas con él, pero su manera y en su cama.

—Parece que hoy lo disfrutaste más que nunca —susurró Minjae recostándose boca abajo en la cama. Taehyung se sentó pegando su cabeza en la pared detrás de la cama, con la respiración agitada.

No dijo nada por el comentario de su amante y solo se limitó a cerrar los ojos mientras recuperaba el aliento. Sintió las manos de Minjae abrazarlo por las piernas, éste recostó su cabeza en el abdomen del rubio y lo miró sonriente.

—Minjae —masculló Taehyung presionando los hoyuelos en la mejilla del menor para luego empujar su cabello hacia atrás y tirar de él obligándolo a levantar el mentón—. No te confundas, apártate.

Le ordenó Taehyung borrando por completo la sonrisa del chico que terminó sentándose en la orilla de la cama dejando salir un suspiro. Taehyung no era cariñoso o afectuoso con quienes se acostaba, al ver que Minjae estaba empeñado a ser cariñoso, la mejor opción era mantenerlo alejado antes de que se hiciera una idea equivocada de la relación que mantenían.

—Hacemos esto casi todas las noches, ¿cómo puedes ser tan frío conmigo? —cuestionó Minjae mientras se vestía.

—Siquiera sé para qué preguntas eso si sabes muy bien que no tenemos nada, es solo sexo Minjae, lo sabes muy bien —replicó Taehyung.

—Por cómo me trataste hoy pensé...

—¿Qué? Que sentía algo por ti, sabes que no soy así, ¿acaso prefieres que te amordace, torture con los anillos y te lleve al límite de lo que puedes soportar? —cuestionó Taehyung con las cejas levantadas mientras se colocaba su bata de baño.

—Al menos eso me da una razón para no quererte —susurró Minjae. Antes de que Taehyung pudiese responder escuchó a unos de sus escoltas llamar a la puerta, quien terminó entrando con la mirada en el piso.

—Señor, ocurrió un problema, se trata del clan Geum —informó desde la puerta y sin levantar su mirada.

—¿Qué pasó y por qué me importa? —preguntó con desdén, mientras se servía un vaso de whisky.

—Fueron atacados, el jefe de seguridad pidió refuerzos. —Taehyung levantó la mirada sorprendido e inmediatamente llegaron a su cabeza los recuerdos de aquellos días en los que tuvo que mantenerse escondido para evitar ser aniquilado por los Yakuza. Taehyung sabía lo despiadados que eran, por eso se preocupó por Jungkook, después de todo ahora era su socio y si quería conservarlo debía brindarle protección si lo necesitaba.

—Salimos en cinco, preparen todo —ordenó.

—¿Puedo quedarme a dormir? —le preguntó Minjae al rubio que se dirigió al baño dejando la puerta abierta. Vio como este se limpiaba rápidamente y aprovechó que Taehyung no cerró la puerta para hacerlo y con la mirada gacha entró junto a él, en silencio imitó su acción esperando una respuesta de su parte. Pero en cambio el rubio salió del cuarto de baño, dejándolo solo mientras terminaba de limpiarse.

—¿Desde cuándo tú y yo dormimos juntos? —cuestionó Taehyung mientras se colocaba los pantalones.

—Nunca quieres.

—Ahí está tu respuesta —contestó Taehyung—. ¿Quieres que te lleve?

Minjae lo miró incrédulo para luego chasquear la lengua dedicándole una mirada fulminante a Taehyung mientras pasaba por su lado indignado.

—De verdad que no te entiendo —musitó entre dientes caminando delante de Taehyung, quien lo miró con una sonrisa de lado. Dejó al chico con uno de sus choferes para que lo llevaran a casa y Taehyung se preparó en el auto de camino a casa de Jungkook, misma que estaba a algunos 20 minutos de la suya, se encontraba en una alta colina en la que solo se encontraba su casa y la de quienes trabajaban para él. No había vecinos entrometidos estorbando.

En cuanto llegaron presenciaron la casa en llamas y el bullicio de los disparos. Taehyung acomodó su chaleco antibalas y solo por si acaso llevó otro con él, revisó sus navajas en sus botas, las pistolas y municiones en su correa para armas.

Era todo un desastre allí dentro, salió del auto con su ametralladora M93R de 9 mm, sus hombres dejaron los coches a una cuadra de la zona de combate, y Taehyung se desplazó en medio de sus guardaespaldas, con las rodillas flexionadas.

—Ustedes vayan por la parte trasera —ordenó Taehyung al grupo delante de él, quienes se movieron en fila rodeando los muros que rodeaban la casa, mientras que éste se apresuró a ir por la parte delantera, al entrar lo primero que presenció fue a Jungkook siendo acorralado por uno de los invasores mientras otro le apuntaba con el arma, como primera reacción Taehyung solo le bastó con apuntar y tirar del gatillo para derribarlo con un disparo en la cabeza, algo de lo que sintió orgulloso porque no estaba tan cerca para lograr un tiro así de preciso.

Su mirada se encontró con la de Jungkook quien parecía estar herido, vio como este se arrastró hasta el coche que tenía cerca, mismo que usó como barrera.

Atento a su alrededor y con algunos obstáculos en el camino se acercó a Jungkook, cuando estaba a punto de inclinarse junto al pelinegro, sintió el puño de alguien impactar contra su mejilla Taehyung guardó su arma, le lanzo el chaleco antibalas a Jungkook y contraatacó a su atacante con otro puñetazo. Se agachó y en un pestañeo tenía sus dos navajas karambit en manos, estiró sus brazos de un lado a otro tratando de cortar a su contrincante, pero éste era bueno esquivando, ambos parecían danzar de un lado a otro. Su atacante le lanzó una patada en el pecho y en ese momento de debilidad lo tomó por el cuello de su chaqueta arrojándolo lejos; por los segundos que Taehyung estuvo de espalda sintió como lo tomaron por el cuello pero el rubio maniobró para girar sobre sus talones con su mano extendida, logrando cortar la garganta de su atacante, lo que provocó que sus manos terminaran sucias de sangre.

Taehyung vio como como otro de ellos se acercaban esta vez armados y listos para disparar, el rubio debilitó a uno de ellos al dispararle en las piernas, al mismo tiempo que le lanzaba una de sus armas a Jungkook y con la ayuda de éste lograron deshacerse de ellos. Finalmente, Taehyung se arrodilló junto a Jungkook y éste lo primero hizo fue arrebatarle la ametralladora de las manos, se arrodilló y apuntó al francotirador que seguía de espaldas, aguantó la respiración y cuando dejó salir el suspiro apretó el gatillo haciendo que la bala viajara a gran velocidad al hombre lejano a él y con ese solo disparo logró acabar con él.

Jungkook dejó reposar su espalda del coche dejando ir la pistola, por alguna razón se sentía débil pero no tenían ningún dolor, solo no tenía las fuerzas necesarias.

—¿Estás bien? —preguntó Taehyung.

—¿Muy preocupado por tu rival?

—Deja de ser un imbécil por un segundo estás herido—comentó—. Y ya no somos rivales, somos socios.

Sin permiso del pelinegro Taehyung levantó su camiseta y vio que su costado estaba lleno de sangre, no pudo evitar ver lo increíblemente trabajado que estaba su abdomen. Jungkook limpió un poco la sangre y se dio cuenta de que solo fue un roce y por eso tanta sangre, pero poco dolor.

—¡Señor, tiene que salir de aquí, esto explotará! —vociferó el encargado de los escoltas. Jungkook se levantó con ayuda de Taehyung y todos salieron hasta los vehículos del rubio y mientras salían el pelinegro llegó a ver a uno de sus enemigos del otro lado de la calle, observándolos, quién pronto desapareció de su vista.

Los jefes fueron en el mismo auto y salieron de allí disparados a pocas cuadras de la casa se cruzaron con los bomberos y la policía, de todos modos, el asesor de Jungkook ya se estaba encargando de la policía y no debían temer de lo que sucederá, después de todo ellos solo respondieron a un ataque, no fueron los causantes.

—Avísale a tu doctor para te revise en mi casa —sugirió Taehyung mirando al pelinegro de reojo mientras se limpiaba la sangre de las manos.

—¿Me estás invitando a quedarme en tu casa? —preguntó incrédulo Jungkook en un tono de voz divertido, haciendo que Taehyung rodara sus ojos.

—¿Acaso tienes a dónde ir? —preguntó.

—Lo que más tengo es a dónde ir —respondió sin prestarle mucha atención al asunto—. Pero también creo que la mejor opción es estar cerca para evitar este tipo de ataques, si lo hacen, estaremos juntos y seremos más fuertes.

—¿Quiere que lo lleve a otro lugar señor? —preguntó el chofer mirando a Taehyung por el retrovisor, el rubio señaló a Jungkook esperando que éste respondiera.

—Sí, necesito ropa y otras cosas —contestó Jungkook para luego darle la dirección de la cabaña que usaba precisamente para emergencias, donde guardaba sus cosas más importantes. Caminó por algunos cinco minutos dejando a Taehyung en el auto, no quería que supiera mucho de él o de dónde refugiaba todo su dinero y armas, cosas que empacó en una maleta de mano y en otra la ropa que se llevaría a casa de su socio, no sabía cuánto se quedaría así que empacó suficiente.

El camino de vuelta fue silencioso, Taehyung se mantuvo pensando en cómo se haría para tolerar la presencia de Jungkook en su casa, se convenció que solo era cosas de negocios, si querían acabar con los japoneses debían mantenerse en alerta y unidos, ambos sabían que eso sería lo difícil, mantenerse unidos.

Al llegar a la casa de hermosos jardines frontales y altos ventanales que dan una vista frontal de la casa, el diseño del interior era bastante moderno y limpio, a Jungkook le pareció que parecía muy del estilo de Taehyung. Baldosas de porcelanato blanco, repisas con artesanías lujosas, sofás grises y sillones beige en combinación con el blanco de las paredes con el fondo gris en la sala de estar cerca de la cocina abierta. Jungkook fue atendido por su doctor y éste no volvió a ver a Taehyung en lo que quedaba de la noche.

***
Durante la primera semana estando bajo el mismo techo, Taehyung y Jungkook mantuvieron una relación solo de negocios, tenían reuniones con su equipo para dar con la persona que se infiltró en la casa de Jungkook, a veces solo eran ellos dos ideando un plan para encontrar el paradero del clan que estaba colaborando con los japoneses o cuando entrenaban juntos sus técnicas de combate y tiro al blanco.

A medida que pasaba el tiempo y no sabían nada de sus atacantes, las cosas se volvieron difíciles. Empezaron a estar más tiempo en la casa y las peleas fueron inevitables, ambos eran muy diferentes y no soportaban estar cerca del otro por más de un minuto. Taehyung no toleraba lo mandón que era Jungkook y este no aguantaba la arrogancia del rubio.

No podían siquiera podían comer tranquilos, como dos personas civilizadas, siempre que estaban juntos en la mesa terminaban insultándose y apuntándose con sus pistolas sin razón alguna. Casi siempre lo que motivaba esas discusiones era el hecho de que Jungkook quería ir directo a atacar mientras que Taehyung prefería observar los movimientos del enemigo y luego atacar, con lo que Jungkook estaba en desacuerdo, para el hacer eso les daría tiempo a sus enemigos de atacarlos. Por más que querían llegar a un acuerdo, siempre terminaban amenazándose y gritándose uno al otro.

Después de que finalmente se pusieron de acuerdo en cómo iban a proceder, fue menos tedioso para ambos trabajar juntos, en prepararse juntos para lo que sea que llegara. Jungkook sintió curiosidad por lo que decía la gente sobre que Taehyung se acostaba con otros hombres, confirmó aquellos rumores sobre la sexualidad de Taehyung cuando en varias ocasiones vio a un hombre de cabello largo y oscuro, entrar y salir de la casa, en los últimos días vio al mismo chico que vio la primera vez saludando íntimamente a Taehyung, casi siempre llegaba en la noche cuando Jungkook salía de casa.

Una de esas noches se quedó a revisar algunos papeles que tenían pendiente, se encontraba en la sala de estar que se encontraba al final de planta baja, sentado en uno de los sillones en forma de media luna que se encuentran a la izquierda de la sala, teniendo una hermosa vista del patio exterior y la larga piscina iluminada. Solo estaban ellos y los escoltas alrededor de las afuera de la gran casa.

Mientras revisaba expedientes, escuchó por primera vez sonidos, parecían sollozos, aunque la recámara de Taehyung se encontraba en el segundo piso, Jungkook pudo escuchar con claridad unos gemidos acompañados de quejidos, no podría decir si se trataba de Taehyung, pero quién fuera, no la estaba pasando tan bien como debería.

—¡Minjae, espera! —escuchó la voz profunda de Taehyung.

—No me vuelvas a buscar, ¿pensabas matarme? Te dije que no lo soportaba, pero tú seguías y seguías —Jungkook no podía ver por la pared que lo ocultaba, pero supuso que se trataba del mismo chico, fue en ese momento que comprendió de quien era los gemidos.

—Perdón, crucé la línea, no era mi intención. —Jungkook se preguntó si eran novios, nunca escuchó a Taehyung mencionar a alguna pareja, pero le parecía muy considerado por parte del rubio disculparse. Tenían una percepción más ruda e incluso más fría por parte de Taehyung.

—¿Qué no fue tu intención? Yo nunca te he importado un poco, no sé qué te tiene tan enojado, pero no dejaré que descargues tu rabia en mi —demandó Minjae al pie de las escaleras.

—Agh no debí llamarte otra vez —se quejó el rubio peinando su cabello húmedo en las puntas por el sudor.

Taehyung solo había contactado a Minjae una vez después de la noche del atentado en la casa de Jungkook y una de las principales razones era porque sabía que debía alejarse del chico antes de que éste se encaprichara con él, le resultaba extrañamente raro que el último hombre con el que estuvo no lo complació ni un poco. No tenía sentimientos hacia Minjae, pero la forma en la que este soportaba casi cualquier cosa que le hiciera fue lo que hizo que lo llamara una vez más.

Esa noche lo hizo por enojo, porque no soportaba tener a Jungkook prácticamente viviendo con él y verlo con ojos deseoso, se regañaba tanto cada vez que lo miraba de esa manera, cuando discutían más de lo que hablaban como personas civilizadas y además se supone que solo era negocios, no podía involucrarse con el de otra manera y tampoco sabía sus preferencias sexuales como para siquiera pensar en ello. Se sentía sucio, como un depravado, odiaba que el pelinegro causara esos sentimientos en él, por lo que terminó llamando a Minjae a quien terminó usando de la peor manera.

—Tú mismo lo dijiste, no somos nada, así que no vuelvas a llamarme.

Jungkook escuchó la puerta de entrada cerrarse y luego otro portazo que resonó por toda la casa, el pelinegro consideró que aquello había sido muy intenso. Taehyung debió hacerle algo muy feo como para que reaccionara de esa forma.

Después de aquella discusión Taehyung se mantuvo distanciando de Jungkook, algo que el pelinegro no llegó a entender. Es como si el rubio estuviese enojado con él por alguna razón que desconocía. En las reuniones que tenían en común siquiera lo miraba, fue en ese momento que Jungkook se dio cuenta de que lo estaba evitando a toda costa, incluso dentro de la casa. Ya ni siquiera peleaban por estupideces y eso ya le pareció el colmo.

Pasó una semana con Taehyung en ese estado. Este intentaba convencerse de que no deseaba a Jungkook, por eso lo evitó por dos semanas, aunque en ocasiones simplemente no podía evitar quitarle la mirada de encima. Durante una celebración de apertura a la que fueron invitados ambos llegaron por separado y Taehyung no pudo quitarle los ojos encima cuando lucia demasiado atractivo como para resistirse. Seguía teniendo esa mirada intrigante y cada vez que el azabache ataba parte de su cabello en un moño o una coleta baja, se imaginaba un montón de cosas sucias que al final terminaba arrepintiéndose y reprendiéndose a sí mismo por tener esa clase de pensamientos con quien antes detestaba y ahora era su socio.

Esa mañana Taehyung decidió quedarse en casa y esperaba que Jungkook no estuviese allí, pero si lo estaba y era más ruidoso que lo habitual. Desde el ventanal de su recámara observó a Jungkook nadar en la piscina, Taehyung tenía una vista completa desde allí. El pelinegro solo llevaba un pantalón corto, su pecho estaba al descubierto, por lo que podía apreciar con más con más claridad sus tatuajes, notó la serpiente tatuada en su hombro derecho que llegaba a parte de la espalda. Taehyung vio como sus músculos se contraían en cada brazada y eso solo lo hizo suspirar.

—Si no fuese un idiota irracional, bien que dejaría que me estrujara con esos brazos —masculló para sí mismo. Negó con la cabeza al escucharse y bajó hasta la cocina en busca de desayuno, tratando de escapar de sus pensamientos tan impuros con aquel hombre que apenas conocía y por el que ya se encontraba suspirando.

Mientras comía su desayuno Taehyung vio a Jungkook entrar a la casa aún con el pecho descubierto y secando su cabello con una toalla.

—Estas mojando el piso grandísimo idiota —se quejó el rubio y Jungkook no le prestó mucha atención.

—Tienes servidumbre de más para que lo limpien, no veo cuál es el problema. —Taehyung bufó antes de meterse a la boca un trozo de kimchi. Intentó concentrarse en su desayuno mientras veía a Jungkook prepararse el jugo verde que bebía todas las mañanas, pero no pudo, comía pero toda su atención estaba en el cuerpo del tatuado.

—Taehyung —lo llamó por tercera vez Jungkook.

Mmm —contestó quitándole la mirada de encima para que éste no se diera cuenta, lo que no sirvió para nada ya que Jungkook había visto como lo miraba y ya no era un secreto el gusto tan especifico en hombres que tenía. Le gustaban tan alto como él para sentirse más poderoso al dominarlos, con buenas proporciones corporales y preferiblemente sumisos, que era lo único que Jungkook no tenía.

—Han encontrado al infiltrado y culpable del atentado —informó apoyando su peso en un pie, con una mano en la encimera y la otra sosteniendo el vaso que contenía su bebida verde.

—Me cambio y lo interrogamos —señaló Taehyung poniéndose de pie.

Se acercó al zafacón que estaba justo frente a Jungkook, Taehyung se inclinó levemente para limpiar su plato quedando frente a frente con la entrepierna del pelinegro, misma que tenía bastante cerca de su rostro. Por más que lo intentó, Taehyung no pudo evitar mirar de reojo y Jungkook notó la tensión en el momento.

—Te veo en la entrada en cinco —ordenó Taehyung dejando el plato en el fregadero y a Jungkook en la cocina, quien no apartó la mirada de Taehyung mientras se alejaba, eso había sido para él una señal bastante evidente. Sonrió de lado cuando desapareció de su vista y terminó su bebida de un trago.

Ambos se dirigieron al almacén de Jungkook al norte de Busan, donde tenían amarrado al tipo que ellos tanto habían buscado, al instante que el pelinegro lo vio supo que se trataba del mismo hombre que había visto cuando salieron de la casa. Jungkook no esperó un segundo en lanzarle puñetazos a la cara, mientras que éste solo se reía con burla. Taehyung se masajeó la sien tratando de no explotar por la bestialidad del azabache.

—¡Animal! Al menos pregúntale algo —gritó desesperado mientras tiraba con fuerza del brazo de Jungkook haciendo que este se apartara del hombre amarrado en la silla—. ¿Ya?, ¿te calmaste bestia? Ahora haz las cosas bien.

Jungkook sonrió maliciosamente, lo que casi desconcentró al castaño de su misión, rápidamente se dio la vuelta encarando al infiltrado y lo miró fulminante mientras Jungkook se acercó a la mesa llena de cuchillos y armas que el usaba para torturar.

—¿Quién te envió? —cuestionó Jungkook colocando un cuchillo sobre la cara del tipo mientras Taehyung lo obligaba a mantener la cabeza hacía atrás.

Váyanse a la mierda —articuló en japonés.

—¿De verdad crees que no sabemos japonés? —se mofó Taehyung hablándole en el mismo idioma. Miró a Jungkook con complicidad mientras sacaba un pañuelo de su bolsillo y con el cubrió el rostro del hombre atado. Jungkook con la misma sonrisa ladina derramó el agua que sostenía en sus manos, dándole al hombre una sensación de ahogo.

—Si no dices a qué clan perteneces, lo siguiente que perderás será tu dedo inicial, sin él no podrás disparar —demandó Taehyung tirando del cabello de su enemigo.

—Siempre puedo acabarlos con cualquier arma de filo —se burló. Taehyung no respondió nada y con ademanes le pidió al pelinegro el balde de agua que sostenía y acto seguido dejó caer el agua sobre su rostro hasta que se terminó y cuando lo hizo volvió a ser llenado para una vez darle esa sensación de asfixia.

En aquella habitación mientras los gemidos de dolor y puro sufrimiento eran los protagonistas. Taehyung y Jungkook había usado de todo para sacarle información al hombre, pero éste mantuvo la regla del silencio y no dijo una sola palabra. Mientras torturaban al hombre frente a ellos, los líderes se dieron cuenta de que, aunque no se llevaban del todo bien, eran buenos compañeros del crimen.

—Me harté —se quejó Jungkook con desdén, sacó su pistola y le disparó en la cabeza al japonés. Al ver aquello Taehyung giró su cabeza y lo miró con los ojos abiertos.

—¡Imbécil! Estaba a punto de soltar la lengua, ¿es que acaso no piensas? —le gritó al pelinegro a su lado que guardaba su pistola con el ceño fruncido.

—No iba a hablar Taehyung, eres muy fácil de convencer —se quejó Jungkook lo que enojó a Taehyung.

—¡Agh! Eres un bruto, es importante saber quién envió esa bomba y porqué quieren hacerte daño —señaló Taehyung tratando de calmarse y no entrarle a golpes. Aunque sabía que no sería una pelea justa por las proporciones corporales de Jungkook, aun así no salió de su mente la posibilidad de entrarle a puñetazos por no pensar las cosas antes de hacerlas.

—¿Por qué te preocupa tanto? Tu y yo tenemos enemigos hasta por respirar, además, lo hice porque me dio una pista de quién pudo haber sido —explicó Jungkook.

—Es cierto, no debería importarme tanto, termina tus asuntos, yo me largo de aquí —indicó exasperado levantando sus manos al aire en señal de rendición.

—¿Me dejarás solo con éste desastre? —preguntó Jungkook indignado.

—Tú fuiste quien tiró del gatillo, no yo.

¡Holaaa!De verdad espero que les esté gustando esta historia y que hayan disfrutado los primeros capítulos.

Nos seguimos leyendo😎❤️

Salió Butter, a hacerle stream🧈

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