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No se puede regresar en el tiempo.

Mientras corre por su vida, al menos en una alterada situación, las piernas se cansan y poco a poco siente que va a caer del susto.

Ni pensar en cómo se desgarra la garganta mientras grita, viendo toda su vida pasar ante sus ojos, podía ver la escena una y otra vez, como disco rayado su grito no se detiene si no que grita, vuelve a tomar aire sin dejar de hacer ruido y luego sigue gritando.

Todo ante la mirada cansada, y algo irritada del supuesto ente que la "asustó" viendo como ahora respira rápido tratando de oxigenarse apropiadamente.

Aunque digamos que la presencia que daba, más la manera en que se presentaba ante uno, no ayudaba, era capaz de remarcarse cuando (...) perdió el aire y terminó por desmayarse debido a la hiperventilación, siendo atrapada por una masa de sombras, era algo muy común que las energías de los muertos lo siguieran, y eran muy convenientes en ocasiones al igual que algo molestos en otros.

No podía salir a plena luz del día por las sombras que trataban de seguirlo se quemaban, tenía que usar un paraguas o un saco, el usual de siempre, al igual que pasaba que asustaba a la gente.

Como por ejemplo: su pareja, que aún caía en los sustos de las sombras, después de tanto tiempo.

Quizás era debido a que como (...) era humana, era común que ella viviera bajo las horas del sol, prefiriendo quedarse en casa en la noche, llevándole a salir en el día para encontrarse con ella aunque le insistía por verse a la hora crepuscular para facilitarle las cosas.

Otro factor eran sus espectros, las artes familiares se los habían pegado por tradición, y también tenían ciertos "sentimientos".

Como aparecerse de la nada frente a su pareja con un aspecto mucho más monstruoso de lo normal para que tenga un ataque de pánico, desmayarse y atraparla.

Un extraño juego de "salvar a la princesa".

Ya acostumbrado a esto solo pudo suspirar, su dedo se posó por segundos en la frente de su pareja en una rápido maniobra y en tiempo aún menor ella ya estaba con los ojos abiertos.

Si podía levantar a los muertos en cuestión de segundos, sería un insulto al legado familiar si no podía levantar a un vivo.

- ¿Quieres ir a un lugar en particular? -le preguntó al ayudarla a pararse, estaba pálida del susto y sus ojos estaban bien abiertos, claro, no estaba tan pálida como él, de otra forma estaría realmente preocupado.

- Podemos ver esa película que querías -se podía adaptar, después de un rato, del tremendo susto, tratando de sonar lo más normal posible.

Pero entonces entraba otro problema.

(...) podía hacer muchas cosas, pero era lógico decir quee no podía hacer las cosas que a él se le hacían fáciles.

Para ponerlo simple, digamos que (...) no podía descomponer su cuerpo a voluntad propia y aparecer en otro lugar recomponiendo su antes cadáver.

Al igual que ella no podía ver el mundo de la misma manera que él.

- Vaya, hace viento hoy -mencionó al sentir una brisa fuerte despeinarla.

Por otro lado Duo Lon miraba sin expresión al espectro menor que le rugía en la cara a su pareja, siendo esa la fuente del supuesto viento, hasta que se cansó y fue a rugir en la cara a otros.

- Sí, mucho viento.

- ¿Por qué tienes esa cara?

Esos demonios menores, antes deidades menores, aunque todos los otros seres sobrenaturales podían verlos, no tenían el suficiente poder para mostrarse del todo a los humanos, ni mencionar que esta zona de la ciudad en el pasado fue una zona de adoración.

Era complicado para los demonios tratar con ellos, debido a que aún buscaban adoración.

Lo bueno es que no eran peligro para los humanos, o ya hubiera tomado cartas en el asunto al verlo tan cerca de (...).

- No, en serio, ¿por qué esa cara? Parece que viste algo feo.

- Nada que ver.

Si ella se desmayó tantas veces con sus pequeños fantasmas y sombras, no quería ni imaginar cómo se pondría al saber lo que acababa de vivir.

- Vaya, de verdad que sí hay viento hoy.

Mucho menos pensaba decirle que le había pasado más de una vez.

Por un momento (...) pensó que algo estaba rondando la cabeza de Duo Lon, descartando de inmediato que algo le llegase a preocupar al punto de mantenerlo tan absorto.

Lo conocía bien, si algo le causaba problemas más allá de los esperados solo iba y se "encargaba" de ello.

Por supuesto que estaba bien enterada  del negocio familiar que se cargaba, era entendible hasta cierto punto, que hasta en el folclore salían historias de tal punto; aunque claro, nunca se imaginó en una relación sentimental seria con un espectro nigromante cuya tradición familiar era cultivar asesinos.

Uy, su yo del pasado estaría llorando en las faldas de su madre si le hubieran dicho que este sería su futuro.

Hubiera negado y pataleado hasta el final, tratando de negar tal destino que sería muy diferente a su sueño de príncipes sobre caballos blancos y rostro perfecto.

Pero su realidad era diferente, mucho mejor de lo que alguna vez soñó.

Fuera de ello, habían problemas que debían pasar, porque sabía que Duo Lon veía cosas que ella no, lo cual parecía que era muy normal según le dijo Xiao Lon, su autodenominada cuñada, y que lo más común en su familia era que entablen relación con médiums o chamanes para seguir con la línea de sangre.

(...) no veía a los fantasmas ni a otros espíritus no corpóreos, ni deseaba hacerlo la verdad, por ello tenía preguntas sobre su relación como cualquier otra persona.

Por supuesto, lo de ellos no iba a un desacuerdo en quien pagaba la comida o si la dividían a la mitad, por favor, que ni siquiera podía mantenerse compuesta cuando veía a las sombras que eran parte de él.

Sin querer aceptarlo, le tenía miedo a Duo Lon.

Era algo que cualquier persona en su sano juicio podría sentir, era algo sumamente normal como le había dicho el mismo Duo Lon y que no debía presionarse mucho.

Sus diferencias eran como un gran abismo.

Ni siquiera podía estar segura de ayudarlo a curar sus heridas, cuando lo intento él mismo se apartó.

- Es venenosa, puede hacerte mucho daño -en ese momento, no iba a mentir, sintió un escalofrío por la espalda, siendo que estuvo a pocos centímetros de tocar la sangre oscura que salía de la pequeña cortada que tenía en un dedo.

Sus diferencia la hacían preguntarse de si en verdad esa relación podría continuar.

- ¿Quieres ir a comer algo? -preguntó con su usual calma, una que podía transmitirle a ella con gran facilidad al igual que ese sonrisa amable, en un inicio solía estar preocupada, su piel tan pálida, sus labios de un tono casi azulado, como si tuviera frío.

- Sí, escuché que hay buenos lugares por aquí -sonrió de nueva cuenta, uniendo su mano con la contraria, sintiendo la fria al tacto como siempre- creo que me alcanza para un lugar con buffet.

- Yo pagaré por los dos -su voz ligeramente monótona describía sus palabras como si fuera lo más común del mundo.

- Eso sería injusto para ti, apenas comes, pago por mi parte, ¿o quieres ir a un restaurante diferente? -su duda estaba centrada en que, al estar semi muerto, su pareja no comía como ella.

- No me refería a eso.

Quizás también tenían desacuerdos comunes y propios de cualquier otra pareja.

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