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Ir desde el pueblo hasta la colina vecina era un tramo que a pie tomaba al menos 20 minutos, otros 15 para adentrarse en la creciente ciudad y llegar a la casa de su amiga.

Por supuesto, con un dragón por pareja la cosa se reducía a dos minutos, 5 si es que Ryo de verdad no quería ir.

-Es, de verdad, muy cansino estar visitando cada dos o 3 días.

-Ryo, no venimos desde hace un mes, recuerda.

Avergonzado por darse cuenta de que tenía razón, miró a otro lado, tratando de encontrar algo para cambiar de tema- cierto, pues, ¿llevamos comida? -señaló un pequeño local de comida a un lado del camino, (...) entre cerró los ojos- ¿Qué?

-Ryo, tu familia tiene un restaurante.

-¡Bueno! Es decir, por si quieren probar algo nuevo, ¡no lo sé! -estaba rojo de la vergüenza y (...) tuvo que contenerse de reírse en su cara.

Ya se olía qué es lo que pasaba, pero no podía creer que aún no pudiera pasar página, o al menos en el tema que ella creía.

-Ryo, sé que no eres un hermano moderno, pero al menos vamos a ver a tu sobrino por primera vez sin tantos problemas, ¿si?

Le saltó una vena en la frente y otra en el cuello.

Mierda, pensó (...) al verlo arder de celos de hermano mayor, iba a empezar su tragedia de nuevo.

Era así desde que Yuri mandó una carta diciendo que estaba embarazada y Ryo lloró por 5 días seguidos hasta que (...) le tuvo que dar una buena cachetada para devolverlo a sus sentidos, claro, casi se rompe todos los huesos chiquitos de la mano.

-Mi hermana, mi pequeña y dulce y tonta hermana -a la distancia, (...) escuchó algo parecido a un estornudo, debió haber sido monumental para que ella pudiese escucharlo- yo mismo la crié por mi cuenta, ¿para qué, (...), para qué? ¡¿para que quede embarazada de un desgraciado cualquiera?!

-En primera, Yuri ya tiene la edad para decidir qué hacer con su vida -tuvo que abrazarlo para tratar de consolarlo, aunque no era la primera vez que pasaban por esto y ya se estaba hartando- en segunda, ¿Qué desgraciado cualquiera? El padre es Robert, tu mejor amigo desde siempre, santo cielo.

-¡Ni siquiera están casados! -lo gritó al aire como si fuera una gran tragedia, ella se contuvo de darle un buen golpe porque no quería romperse la mano.

-¡Porque tú y tu padre no dejaron que se casen! Además, ¡¿Cómo puedes hablar de hijos fuera del matrimonio cuando-?! -así, en medio de gritos y luego de que Ryo entrase en un raro cuadro de vergüenza por estar tan cerca de ella, siguieron su camino.

Tantos años de relación y a Ryo aun le daba pena tocarla demasiado.

A veces, (...) de verdad estaba tentada a darle un buen golpe.

En cuanto llegaron, quien los recibió, no fue nada más ni nada menos que Mai, ambas se miraron con ira pero luego dejaron pasar sus diferencias por la alegre ocasión, Ryo no leyó el ambiente, como de costumbre, y solo saludó como si entrase en un Dojo.

-¡Robert, felicidades! -ella fue la primera en arrastrar a su novio mientras felicitaba al nuevo padre, el cual llevaba una cara cansada.

Ni modo, los dragones son bastante temperamentales con sus huevos, eso era algo que ella como humana debía aprender al igual que él siendo un poseedor del linaje del tigre.

-Robert, ¡¿Cómo pudiste?! -Ryo volvió a chillar indignado, ambos tuvieron ganas de gritarle en cara de nuevo las razones.

Ryo era, simplemente, demasiado cabeza dura.

-Ah -alguien llamó su atención, siendo que (...) ya se conocía esa voz y esa larga y rubia- (...), hace mucho que no te veo.

-Andy, hola -ambos tenían obvias razones de, al menos, hablar un poco más, o al menos darse las manos o un abrazo, pero cada uno fue atajado por sus respectivas nuevas parejas.

-Cambie de opinión, vamos a ver al mocoso, muévete Robert -se movieron hasta estar cerca de la habitación de Yuri, pero un fuerte gruñido los detuvo- yo me encargo, esperen aquí -todo campante lo vio realizar un movimiento raro antes de abrir la puerta para cerrarla inmediatamente después de entrar, se escucharon sonidos de bestias feroces allí dentro.

-Oye -(...) llamó a Robert, cansada de ese tipo de escenario- tu lo conoces desde hace mucho, dime, ¿por qué está así?

-Bueno -casi se ríe en su cara, explicar a Ryo y sus maneras de ser con ella le iban a tomar un tiempo- es, obviamente, por Andy.

-¿Por Andy? Han pasado 84 años...

-¿Qué más puedo decirte? Incluso otros 84 años más pasarán y él seguirá siendo una amenaza ante sus ojos -esta vez no se contuvo de reír ante su referencia- sólo dejalo ser.

- Será -fue todo lo que dijo para tratar de despejar su mente -ah, King, dejame ayudarte con eso -fue a socorrer a la rubia que llevaba varios platos en sus manos.

Para cuando finalmente Ryo pudo sacar a Yuri de su "cunil", esta venía con un huevo entre sus brazos, (...) aun no se tragaba que los dragones pusieran huevos.

Temía por su vida en un futuro.

-Yuri, muchas felicidades -se acercó a su amiga, al menos hasta donde pudo porque le gruñó ferozmente y hasta pareció que quiso morderla- santa virgen del coral.

-Perdón, no puedo evitarlo -gimoteo realmente afectada.

Los detalles de la maternidad, pensaron todos.

-¿Dónde está tu padre? -preguntó a su pareja cuando se dio cuenta de la falta del patriarca de la familia.

-Aun se está haciendo la idea -murmuró por lo bajo, algo rojo.

-¿Qué? ¿Por qué me miras así? -su mirada marrón era muy intensa, su pupila estaba dilata y se había puesto rojo de la nada- ¿Ryo?

-Te... -se trabó con sus palabras, tan rojo que ya parecía al punto del colapso- yo te...

-Ryo, no tienes que-

-Te amo -por fin logró soltar, (...) sonrió con ganas.

-Yo también te amo.

-¡¿Cómo puedes decirlo sin ningún problema?! -le gritó en un susurro, no quería que nadie supiera, se moriría de la vergüenza.

-¿Cómo es que tú, después de tantos años juntos, no puedes decirlo bien aún? No es normal -replicó, mientras la puerta de la casa volvía a abrirse.

-¡Tía Yuri, tío Robert! -un chico de unos 10 años entró corriendo, apenas sacándose los zapatos y poniéndose los otros- ¡felicidades! -tenía un ramo de flores entre las manos que era obvio había recogido en el camino, su cabello castaño desordenado y sus ojos marrones brillantes por su alergia al polen.

-¡Koi! -gritó Ryo, viéndose molesto- ¡¿Qué te he dicho de tener modales al entrar y salir de una casa?!

-¡Pero pa~!

-¡Nada de peros, muchacho!

-¡Mamá, tía Yuri, tía King, papá Andy! ¡padre esta siendo malo conmigo!

-¡¿Qué parte de que él no es tu padre no entiendes?! -tanto Ryo como Mai saltaron como fieras.

-Koi-kun -el rubio tomó por los hombros al menor, tratando, una vez más, de hacerlo entender- yo solo soy tu tío, no está bien que me sigas diciendo padre, ya estas grande.

-¡Pero yo quiero que seas mi padre! ¡¿por qué terminaste con mi madre?! -y siguió su lloriqueo.

-Bien, ahí van de nuevo -musitó Robert, viendo a su sobrino pelear con su padre como de costumbre y usando al ex de su madre como escudo mientras lloriqueaba.

-Terrible, oremos -dijo (...) mientras tomaba la mitad de los platos de las manos de King y movían a Yuri de ahí, porque parecía que le daría un ataque de nervios por tanta gente cerca de su bebé.

Sus días como parte de esa familia nunca serían aburridos, recordando que al igual que como estaba Yuri ahora, Ryo también se puso igual, gruñendo a cualquiera que se acercase demasiado a ella y Koi.

De verdad daba gracias a todos los santos que Koi naciera sin un huevo, a pesar de ser un dragón había nacido como humano, pero el doctor ya le dijo que no se repetiría su suerte en su siguiente embarazo.

Aun así, estaba feliz con esos dos cabeza dura en su vida.

-¡Mamá, papá Andy! ¡Padre es malo conmigo!

-¡Koi, deja de decir que él es tu padre! ¡YO SOY TU PADRE!

Claro, en ocasiones de verdad les quería dar un buen golpe a ambos.

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