Extra: Lo que ella hubiera sentido

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- Vaya, eres mucho más pequeño que el Tim de mi tierra -mencionó viendo al joven en frente de ella, incluso el peinado era diferente, este Tim era y se veía más joven que el de su tierra.

Aún más importante, este Tim aún no conocía a Stephanie, y no quería hacerle spoiler, irónicamente, así que rápidamente siguió moviéndose por el lugar, casi babeando en cada pared en la que se inclinaba mientras el Tim de esa tierra la seguía por todos lados diciéndole que se detenga, pero ella solo decía su código de su tierra y cada puerta en esa base se abría para ella.

Era como un sueño hecho realidad, nunca en la vida pensó que en esta tierra ella era parte de la Liga de la Justicia, agradecía al Bart de su tierra que le dijo como reactivar un código.

- ¡Espera un momento! -hizo una pirueta más y terminó en frente de ella- no puedes simplemente ir por ahí porque-

Sus palabras fueron cortadas por el sonido de ella usando su poderes y tomando la soda que cayó de las manos de uno de los superhéroes que los habían visto, (...), con una gran sonrisa, se acercó con la bebida en mano, regresandola a su dueño que la veía como quien ve un fantasma.

- ¡Usted es el Shazam de esta tierra! -Tim trató de alejarlos, porque parecía que al héroe le iba a dar algo- pregunta, ¿es usted Billy? Yo conozco al Billy de mi tierra, pero ya no sé, ¿tienes 12 o eres mayor? Aunque tu cabello es negro como el de Billy.

- Pasando -la tomó por los hombros y la llevó a otra parte.

De preferencia, en donde no hubiera gente que conoció a la (...) de esta tierra y menos que supieran que estaba en baja, ya se notaba que era demasiado perturbador ver a una (...) más joven y más viva que nunca corriendo por los pasillos del Atalaya viendo cada rincón como si estuviera en el paraíso.

Bien, admitía que ya había estado en la Atalaya antes en su tierra, pero nunca de esta manera.

- Reconocida, Fury, reactivado -ni idea de la razón por la que su código estaba desactivado, pero era una pasada el poder moverse libremente.

- Por favor, espera un momento -Tim por fin volvió a atraparla, tomándola de la mano para evitar que fuera más lejos- tengo que llevarte con Batman, maldición, ¿cómo voy a explicar esto?

¿Cómo iba a explicarle a ella? Eso para empezar, que, en esta tierra, ella ya no estaba pero sí su cuerpo andando por ahí y comiendo gente, eso además de que había gente que la conocía.

Y Shazam había sido solo uno de ellos.

Si bien Tim no la conocía del todo, ni a esta (...) ni la otra, podía decir que eran muy parecidas físicamente, debido al holograma en su memoria en uno de los salones junto a otros que perdieron, al punto que daba miedo, unos centímetros y la edad eran lo que las diferenciaban.

Pero solo verla podría hacer que más de uno se asuste.

Y pensó que nunca vería a Batman exaltarse, claro, no cambió su expresión pero dejó lo que estaba haciendo para ir a verla de cerca.

- Tenemos que llamar al Doctor Destino y que traiga el mapa de las diferentes tierras -fue lo que dijo mientras veía a la chica usar los mismos poderes de la versión de esta tierra, solo que este parásito no tenía fuego alrededor, solo era su cuerpo viscoso que salía de ella, las muestras rápidas indicaban que no era el mismo por lo cual se descartó el posible hecho de que esta fuese un clon.

- ¿También tienen un Doctor Destino? Bueno, que me envié a mi planeta, por favor, la última vez terminé en la peor tierra posible.

Parecía extrañamente calmada con el tema, como si ya estuviese acostumbrada a perderse entre las diferentes partes del multiverso.

- ¿Esto te pasó antes? -Tim volvió a acercarse a ella, mirándola con curiosidad o así lo interpretó ella, el Tim de su tierra era mucho más expresivo con la máscara puesta que este.

- No son gratas memorias.

Al igual que no era grato saber que el Doctor Destino no podría enviarla a casa de inmediato.

Aparentemente no podía ir donde Batman, había alguien ahí que supuestamente no podía encontrarse así como así, tampoco en la Atalaya, parecía que ya le había dado un buen susto a Shazam y otro héroe con un traje azul y negro encima, sin mencionar al chico que la vio y se cayó en la tierra, literal se hundió entre un montón de magma en cuanto la vio al poner pie en la casa a la que la estaban llevando.

Y estaba cien por ciento segura de que la mujer en frente de ella también la conocía, porque tenía las manos sobre su boca y parecía que estaba por llorar, antes de eso se recompuso y la invitó a pasar.

- Bonita casa -no tenía nada con ella, maldiciendo nuevamente su suerte de haber caído ahí por un error tan tonto.

- Siéntete como en casa, cariño -Megan veía a ese versión mucho más joven de su amiga, mirando hacia todos lados de manera disimulada, eran tan parecidas, pero debía recordarse que no eran la misma persona del todo.

Las palabras de su tío John aún le pesaban, en especial porque él tenía razón, quizás no debió haber aceptado, pero sentía que eran los más preparados aunque Conner estuviese reacio a verla y hubiese tomado la esfera para dar un paseo de, bueno, todo el día; la otra opción era llamar a Tornado rojo, quien fue el tutor de la (...) de ese mundo, pero no sabían cómo reaccionarían su esposa y Traya, la hermana pequeña de la (...) de esa tierra que aún no superaba lo que había pasado.

Sería un shock demasiado grande, solo debía verse a sí misma al espejo, de la nada su piel humana se convirtió en la pálida de su forma original.

- Ay, ¿se siente bien? -la muchacha también lo notó, al instante Megan volvió a la forma en la que la recibió- momento, ¿acaso es usted la Señorita Marciana? -por un momento vio emoción en su mirada, luego pareció calmarse a la fuerza mientras aparentaba toser para evitar raras miradas- perdón, se me escapó.

Eran tan parecidas que dolía.

- Sí, esa soy yo, ¿hay una yo en tu tierra también?

- Oh, sí, sí hay una pero no la conozco mucho pero la admiro bastante, me parece cool -obviamente no la conocía, la chica era mucho mayor que ella aunque se veía más joven.

Quizás eran cosas de los visitantes de otros mundos.

Irónico que eso viniera de ella mientras sentía a su parásito removerse con algo de molestia en su interior a modo de represalia mientras notaba a un perro bien grande dormido en plena sala que la miró y levantó ambas orejas para acercarse a ella, olerla y empezar a lamer su mano, buscando caricias.

Horas más tarde ya se había hecho su lugar en lo que había entendido como un ser biológico combinado con tecnología marciana, en forma de casa rodante o algo así, y había conocido a otro ser de otro mundo, no entendía del todo su manera de hablar pero se llegaba a hacer una idea de lo que quería expresar.

Hasta le pareció curioso que Forager le hablase como si la conociera de siempre.

Y luego lo pudo entender.

- Forager piensa que Forager no debió decirlo -bueno, ahora todo le cuadraba, también la razón de la que su parásito estuviese tan histérico mirando a todos lados de esa casa, ambos sintiendo esa extraña sensación.

Había otro como ellos, obviamente, pero ahora gracias a sus palabras entendía unas cuantas cosas gracias a su nuevo amigo insecto espacial.

1. La (...) de esta tierra estaba bien muerta.

2. El parásito de esta (...) estaba bien vivo y tenía su cadáver.

3. Tal parece que hasta en esta tierra la (...) de esta tierra era buena amiga del Superboy de ahí.

Y si se conocía bien a sí misma significaba que eso se debía a que esta (...) gustaba de este Superboy.

¿Es que no había tierra en donde no tuviera al tipo puesto entre ojo y ojo?

Y de nuevo volvía a pensar en su novio que de seguro estaba buscándola, dándole otro dolor de cabeza que la apuraba a regresar a su realidad.

- Por un momento Forager se emocionó -hizo ese peculiar sonido suyo, moviendo sus dedos entre ellos al estar ahora en su versión humana antes de acariciar la cabeza apenas formada de su pequeño compañero con cariño- pero Forager entiende, son (...) y Fury, son diferentes, sus pequeños son diferentes.

Wow, nunca pensó ver a alguien tan cariñoso con su compañero de masa oscura, claro, aparte de ella.

Mientras veía su expresión algo triste, comprendió la mirada del resto, y llegó a sentirse mal al haberse prácticamente lanzado a cada uno de ellos, quizás llegó a ser traumático hasta cierto punto para algunos; más tarde esa noche se despertó asustada, escuchando el siseo que venía fuera de la nave, parecía que solo ella y su parásito podían oírlo ya que su compañero de cuarto estaba profundamente dormido.

En cuanto abrió la puerta, se llevó tremendo susto.

Era ella, bueno, la ella de esa tierra, debía serlo, de otra manera sería imposible verse más alta y hasta se veía como una adulta o al menos veía mucho más probable que se viese así en un futuro cercano.

No supo qué le ganó, ni de dónde rayos sacó esas alas membranosas que no tenía idea de que tenía o que podía generar al mismo tiempo que desaparecía en mitad de la noche, no supo por qué se fue de manera tan intempestiva, hasta que escuchó el rugido del motor de lo que parecía una moto unos metros más adelante de ella.

Por un momento pensó que alucinaba, pero se dio cuenta que no era así, quien estaba frente a ella, bajando de esa moto enorme y quitándose el casco, no era otro más que Conner, o al menos el Conner de esa tierra; podía decir desde ya que se parecían bastante, quizás demasiado, en realidad se lo esperaba con unos años más, porque ni indicio de barba le veía y ella siempre le recordaba al suyo de rasurar su incipiente barba porque luego se quejaba de que le picaba.

El Conner de su realidad la veía con cariño y una usual sonrisa.

Este Conner la miraba como si tuviera un conflicto consigo mismo al tenerla en su presencia, tenía el ceño fruncido pero no como si estuviese enfadado, parecía más bien contrariado.

- Buenas noches -prácticamente había susurrando esas palabras, mientras que el contrario solo habría la puerta del garaje de la casa, la moto se convirtió en un tipo de bola de metal que lo siguió dentro.

- Duerme, ya es tarde -no se hizo esperar y a paso rápido se volvió a meter a la casa rodante en la que se había convertido la bio nave para después cerrar la puerta, dejándolo solo mirando hacia ese lugar mientras se cerraba la puerta; por un momento recordó que, cuando la (...) de su tierra estaba viva en el sentido correcto de la palabra, aún por el tiempo en que ella no tuvo contacto con el parásito y era una chica normal, en una de esas noches, ella volvía a quedarse levantada hasta tarde tratando de hacer sus pequeños robots o haciendo algún tipo de prototipo menor para ayudar a Tornado rojo.

"Duerme, ya es tarde".

Eso le había dicho en esa ocasión al verla ahí en plena madrugada, notando el plato de galletas ya vacío que Megan le había dado hace horas.

- Ah, ya casi termino -le dijo con una sonrisa cansada, con sus herramientas tirando algo de humo en su mano y con sus viejos lentes de protección- en un momento más termino, te lo juro SB.

Al final, esa noche, tuvo que quedarse a su lado hasta que ella se rindió, la acompaño en su cuarto, asegurándose que iba a dormir antes de ir al propio.

Cuidaba de ella en ese entonces, pero se seguía preguntando por qué no pudo hacerlo cuando de verdad importaba.

- El desayuno está delicioso -ya en la mañana ella se mantenía cerca de la bio nave en su forma de casa rodante, sentado en la mesa de jardín que tenían, comiendo un sándwich y galletas.

- Me alegra oírlo -Megan ríe con auténtica alegría, sintiéndose en calma y con igual sorpresa al ver que ambas (...) tenían el mismo gusto en cuanto a comida, dio una mirada disimulada al garaje, donde Conner se encontraba arreglando una moto que entregaría en unas semanas, recordando que le pidió que al menos hablase con la niña, porque era obvio asentir esa tensión entre ellos.

Pero se llevó una sorpresa al ver que fue ella la primera en acercarse, tímidamente y mirando por sobre su hombro para ver qué estaba haciendo con curiosidad.

- Es curioso -le escucharon decir, tratando de bajar la incomodidad del momento- en mi tierra, Conner, digo, al Superboy de mi tierra también le gustan las motocicletas y trabajar en ellas.

Megan vio a Conner tensarse, quizás ante la mención de él o su contraparte en otra realidad, temió por un momento que de verdad se hubiera equivocado al traer a la chica con ellos y haber empeorado el estado de su prometido, pero, fuera de ello, Conner le sonrió a la menor mientras se limpiaba el aceite de las manos con un trapo que tenía cerca.

- ¿Quieres dar una vuelta?

No tuvo que preguntarle dos veces antes de verla afirmar con ganas, saliendo ambos en una de sus motos, (...) no sabía mucho de ellas pero podía decir que era increíble solo viéndola.

Dieron vueltas por el puerto, a Conner le pareció inusual que no se agarrarse de él directamente, pero la veía bien sujeta de la moto así que no le dije nada.

Por un momento pareció tener de vuelta a (...).

Esa misma noche, tras haber cerrado las puertas y haber apagado las luces hace varias horas, escuchó como tocaban la puerta seguidas veces, para cuando se levantó y se dirigió a la puerta al mismo tiempo que se ponía una camiseta pudo escuchar el usual sonido que hacía Forager.

- ¿Forager? Son la una de la madrugada -se cubrió la boca con una mano en cuanto no contuvo su bostezo.

- No está -jugaba con sus dedos, mirando hacia la dirección en que se veía el horizonte del puerto.

- ¿Sabes si sólo fue al baño? -por un momento quiso dar la explicación más óptima, sabía que era extraño pero no imposible.

- Forager cree que Fury se llevó a (...), huele a Fury cerca de donde (...) y Forager se quedan con la bio nave -ante sus palabras solo pudo darse cuenta de la situación en la que estaba, tomando su chaqueta a velocidad y poniéndose sus botas mientras le decía a Forager que él se encargaría de esto cuand tomó a la esfera y ambos salieron en la dirección en que le había indicado.

Por un momento no quería pensar en el peor escenario pero uno tras otro los peores finales posibles seguían apareciendo en su mente como si fuera un detective de homicidios, la esfera trató de consolarlo al sentirlo tan agitado, pero no podía evitarlo, el parásito de la tierra a la que pertenecían ya había demostrado ser hostil con otros seres parasitarios como el de Escarabajo azul.

¿Qué podría hacerle a algo que consideraba una posible competencia?, ¿cómo podría un espécimen más joven defenderse de un adulto?, de solo pensarlo le dieron escalofríos.

Para cuando le encontró, ya en tierra firme, en una zona de embarque y desembarque de contenedores, estaba solo.

Sólo estaba ahí, parado, con esas alas aterradoras fuera, distorsionando por completo la espalda de su anfitrión, estaba ligeramente encorvado y su cabello ya largo le cubría la parte de la cara cuando volteó a verlo.

¿Conner?

- ¿Semilla de Kripton?

Por un segundo dudó, al ver su rostro, teniendo una alucinación del pasado cuando le llamaba, hasta despertar por completo y con brusquedad al ver que no era ella, que era esa cosa que tomaba lo quedaba de ella.

Pero no dudó más, saltó de la esfera con todas las intenciones de dar un golpe directo a Fury, siendo esquivado al último minuto, escuchó sus huesos romperse entre el polvo que se levantó al impactar su cuerpo contra el piso, luego la figura fantasmal volvió a aparecer una vez todo se disipó.

- ¡¿Dónde la tienes?! -hace mucho había aprendido a manejar su ira, se sentía hasta algo hipócrita al enseñarle a Brion sobre manejo de ira cuando se escuchaba así, tomando impulso para finalmente atajar del cuello de la ropa al ser, sin ningún deseo de dejarlo ir, las facciones que había tomado de (...) seguían ahí, y por un momento dudó al pensar que le estaba haciendo daño.

- ¡Señor Conner! -la otra (...) había aparecido a unos contenedores más atrás, tenía esa mochila con la que había caído a esa tierra al hombro y en los brazo un par de chocolates y hamburguesas.

Nunca pensó que le traería tamaña paz el verla ahí, parada con una expresión de espanto.

Quizás lo que le dio tanto alivio fue ver que estaba bien.

Dejó ir al ser para poder acercarse a comprobar que estaba bien, que no tenía nada malo mientras la revisaba a simple vista haciéndola soltar algunas de las cosas que traía consigo debido a que había sigo algo brusco ante lo apurado que estaba de comprobar que estaba bien, (...) no pudo negar que se sintió algo incómoda ante ello, pero no pudo decir nada al ver cómo suspiraba de puro alivio al notar que estaba bien, teniendo mayor atención a su ceño fruncido y sus ojos acuosos, ligeramente rojos, la había tomado ahora por los hombros, dejando caer su cabeza hacia adelante como si ese subidón de adrenalina que le vio hace un momento se hubiera desplomado de pronto.

Su contraparte de esta tierra les observaba en especial a las cosas que ella tenía.

- Señor Conner -le verdad era que se le hacía algo raro decirle solo por su nombre, pero aún más raro decirle señor, aunque no tenía de otra, llamando su atención para que pudiese soltarla.

Pareció entender, dejando caer su agarre poco a poco antes de terminar por liberarla, en cuanto se vio libre lo rodeó para llegar a su contraparte, pero a menos de un metro volvió a sentir su mano sobre ella, volteó a verlo, viendo su expresión afligida y preocupada, decidiendo por quedarse ahí y esperar a que su contraparte se acercase.

- Debes comer estos también, no sólo personas -le entregaba todo lo que llevaba encima, poniéndolo en el morral que tenía colgado de un hombro- las hamburguesas te darán grasa suficiente y los chocolates te ayudarán a mitigar el hambre -al final, sacó de su mochila unos tubos de vidrio- estos son los nutrientes y las hormonas hechas sintéticamente de las industrias Wayne, ya le he enviado la receta al Bruce Wayne de tu mundo para que te ayude -puso todo en el morral, para luego dirigir su mirada al rostro de la ella de esta tierra, sus ojos sin vida, que apenas y veía pestañear- estos te ayudarán a no tener hambre por mucho tiempo, puedes tomarlo como un batido, yo le pongo mis frutas favoritas.

El ser le escuchó cada palabra e indicación con interés antes de asegurar todo y tomar vuelo, (...) se preguntó cuando su propio pequeño sería lo suficientemente grande como para poder volar de esa forma, sus alas podían mantenerla en vuelo pero las de su contraparte eran mucho más increíbles.

Volvió a darse la vuelta, notando que el Superboy de esa tierra seguía teniendo un firme agarre sobre ella, pero siendo lo suficientemente cuidadoso para no dañarla.

- Ya está -hizo un tarán con sus manos frente a él, que solo pudo sentarse de lo agotado que estaba- lamento haberle preocupado, pero tenía hambre y no podía ignorarlo.

- No importa -sintiendo su estado, la esfera se volvió a acercar a él, porque sabía que a él sí le importaba, la figura de ese ser lo seguía hasta en sus pesadillas y era lo que le venía a la mente cuando pensaba en su más profundo resentimiento.

- Yo creo que sí le importa -le respondió de vuelta, poniéndose a su altura para poder verlo- señor Conner, ¿puede decirme qué pasó?

Quizás sería duro el decirlo, y entendía si no quería hacerlo, pero todo este embrollo ya le estaba dejando en claro que la situación era mucho más profunda de lo que pensaba.

- Tengo que llevarte a casa primero -se detuvo al reconsiderar sus palabras, de nuevo teniéndola como la (...) que él conoció cuando en realidad no era así.

- Comprendo -vio a la esfera volver a hacerse una moto, subiendo con cuidado sobre ella, no tenía de dónde agarrarse del todo así que finalmente tomó apoyo en él, cosa que lo tomó por sorpresa a la par que le brindaba cierta nostalgia.

No sabía ni por dónde empezar cuando llegaron a Puerto Feliz, sentándose en la mesa de la cocina, aún era de madrugada y aunque (...) le dijo que estaba bien con que le dijese en la mañana era obvio que Conner quería decirle todo de una vez.

Y lo tomó por el hecho de que de verdad quería hablar sobre ello con alguien, o más bien, con alguien que sintiera que era ella, la (...) de esa tierra, su (...).

- Ella era mi amiga -así había empezado, y conforme más hablaba de ella más se hacía la idea de que ellos en verdad habían sido cercanos, que se habían querido mucho- ella quería conservarlo aunque yo siempre pensé que era incorrecto, ella no lo necesitaba, ella no necesitaba tener poderes.

El hecho de no poder decírselo de frente, de no querer quitarle su felicidad momentánea al ver las cosas que podía hacer, dejando atrás sus robots, sus herramientas y sus gafas de protección.

Dejaba de ser la (...) que había conocido.

Pero pudo entenderlo, el hecho que ella quería ser más, que quería ayudar a otros, estando en su total derecho.

Sabía que la muerte de Jason la había descolocado de gran manera, solo atrayendo más rápido lo inevitable, recordando su rostro asustado y su boca manchada de sangre y tejidos.

Conner.

- Quise ayudarla, pero al final, cuando más me necesitaba, no pude hacer nada.

Su mirada confiada ante su presencia, con esperanza ante la mínima posibilidad de que podría parar la masacre a la que estaba atada por el hambre.

¿De verdad?

Lo miró con esperanza sólo a él, ensimismada con sus palabras, por esa oportunidad, que no logró notar el peligro latente en frente de ella.

- Ella murió porque no pude ayudarla a tiempo, porque no fui lo suficientemente rápido.

Si hubiera tenido los poderes de Superman, lo habría logrado

Hasta cierto punto que ya no recordaba tenía el rostro escondido tras sus manos, con los codos apoyados en la mesa, sintiéndo sus ojos arder por las lágrimas contenidas.

Se veía derrotado.

- Y esa cosa se llevó lo que quedó de ella -por un momento casi dice con lo le quedaba a él de ella, lo último que dejaría atrás, su cuerpo físico, quería darle un lugar para descansar al menos, en donde pudiera estar tranquila.

(...) ya ni sabía qué decir, la verdad es que le hacía pensar, porque esto podría pasarle a ella, y se ponía a pensar en la Káiser que era en la tierra de los locos.

¿Por qué Káiser no seguía moviéndose por ahí? Puede que Ultraman también matase a su parásito, de una manera en la que no estaba segura.

- Aún así, ¿no crees que ella lo hubiese querido así?

Era obvio que esas no eran las palabras que el contrario quería oír, se lo decía su mirada herida, pero si se ponía a pensar en ello, ella misma no querría herir a otros por más cosas terribles que hiciera, pero de igual manera no estaba segura ya que si la cosa era contra ella.

Puede que yo sí...

Luego se ponía a pensar en los regalos de Tim, sin el preparado de industrias Wayne, ella podría haber terminado igual, comiéndose a la gente que fuera medianamente agresiva sin pasar más filtro.

- Puede que, por el final, ella lo hubiese querido así, ¿no? -trataba de sonar calmada, si es que pudiese, amable en su medida, repitiendo sus palabras para hacerlo entender algo de li que ni siquiera ella estaba segura

Porque ella no era la (...) que este Conner conocía, sin embargo, pudo ver el silencioso anhelo que este llevaba sobre sus hombros, por un momento ella temió que le pidiese quedarse más tiempo cuando el Doctor Destino hizo acto de presencia, ambos se encontraban en el taller en donde ella había encontrado unas viejas herramientas que se le hicieron extrañamente conocidas, Conner no puso ninguna objeción al verla usarlas.

Megan pensó que estaba viendo hacia el pasado o a un recuerdo recurrente, ambos sentados sobre sus rodillas en el suelo, arreglando la moto que Conner tenía en ese tiempo.

Pero eran simples recuerdos, en donde una persona nueva entraba, y a pesar del parecido, distaba demasiado de lo que atesoraba.

- Prometo que puedo venir en mejores condiciones, vendré a visitarlos -estaba con los brazos llenos de postres que Megan le había dado, supuestamente para el camino, aunque le repitió mil veces que no era necesario, pero luego recordaba el hambre monstruoso que sufrió en Gemworld y se le pasaba- traeré regalos, lo juro, pero espero que no sea muy pronto para no alterar nada.

Sólo se despedía de Megan y Forager, no viendo en ningún lado a Conner, pero se tenía que hacer la idea, para él, teniendo en cuenta todo lo que había pasado y los miedos que le había ocasionado, sería difícil despedirse de ella.

Porque sentiría que se despedía de la (...) que conocía.

Cruzando hacia su realidad, decidió que no miraría atrás, porque podría hacer más mal que bien, esas personas habían perdido a alguien querido, y por mas que diese una esperanza al mirar a verlos por última vez, no sería más que una esperanza vana.

La amabilidad que no llega es igual a nada.

Pero no sabía que en ese momento, mientras desaparecía hacia su mundo, mientras Megan derramaba unas lágrimas, mientras las personas del equipo al que no pertenecía pensaban en los que habían perdido, mientras Conner se cubría el rostro con ambas manos, recreando miles de veces en su cabeza ese fatídico momento...

Algo con forma humana se hacía paso en la base Ra's al Ghul, devorando a todo asesino que se metía en el camino, sanando sus heridas en su intento por aniquilar lo que quedaba.

No sabía que pasaría, pero con la aparición de esa niña y lo que le había dado, le había brindado las fuerzas que necesitaba, mientras se movía a penas con la vaga idea del resultado que obtendría, no estando muy seguro de lo que ocurriría con un ser vivo en cuanto tocase ese líquido extraño.

Quizás se disolverá.

Pero regresaría a la vida.

- (...) viva...

Fue lo último que se escuchó de ese cuerpo antes del continuo sonar de armas de fuego, de cuchillas cortando el viento y el sonido de un objeto al caer sin el menor cuidado en el líquido verde.

El sonido de ese cuerpo al lanzarse de cabeza en el pozo de Lázaro.

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