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Una vez pasada las primeras clases, los chicos se juntaba para el almuerzo, pero uno de ellos estaba retrasado.

—¿Vieron a Kook? —preguntaba Holland que depositaba su bandeja en la mesa mirando a todos lados buscando por el chico atractivo de cabello azabache.

—No, supongo que estará en camino —respondía Chery.

—¿Alguien le volvió a preguntar sobre sí fue cierto que el tal profesor guapo lo vió? —preguntaba Jae con cierta preocupación.

—Espero que sea mentira, le mandé mensajes, pero no me contestó —replicaba el peliverde.

—¡Allí está! —gritaba Chery.

Un Jungkook desconcertado venía sosteniendo su bandeja algo perdido entre la multitud en las mesas, seguramente venía buscando a su grupo.

—¡Jungkook! —gritaba el peliverde llamando la atención de muchos.

El menor se había puesto rojo como un tomate caminando a toda velocidad y haciendo ademanes para que se detuviera y dejará de aletear sus brazos.

—Oye, detente —una vez cerca el menor le bajaba los brazos al peliverde que reía a más no poder—. La próxima me llamas y me guías por teléfono, ahora todo el mundo me está mirando

—Ay, eso es por qué eres bonito —contestaba Holland apretando una de sus mejillas.

—¡Aish, Holland! —lo reprendia. El jóven se sentaba a comer en silencioso mientras que los otros tres lo observaban expectantes—. ¿Porqué me están viendo así?

—¿Te descubrió? —preguntaba Jae rompiendo el silencio.

—Creo que no va a olvidar mi nombre por el resto del maldito año —replicaba mordiendo la manzana.

—Creo que ya sé cómo llamar su atención —decía Holland dando palmaditas.

—Estaba pensando en lo mismo —replicaba Chery.

—Oigan, oigan —decía Jae calmando a los amigos extra hormonales—. ¿Es ese de ahí, cierto?.

Todos giraban en dirección a dónde ésta apuntaba.

—¡Ay, por dios! —decía Chery apretando sus mejillas—. Por su culpa no podré ligarme a nadie en esta universidad, es hermoso

—No entiendo... —decía Holland bastante calmado para tener al profesor Kim a un par de metros—, como saliste vivo de esa clase, él es verdaderamente intimidante.

El jóven se había quedado viendo al susodicho que se sentaba en una de las mesas junto con otros profesores y de repente una mirada fugaz se posaba en Jungkook haciéndolo voltear de nuevo a su almuerzo.

—¡Mierda! —el azabache se maldijo apretando sus dientes y cerrando sus ojos.

Todos—no solo él—se habían volteado cuando el profesor había mirado de manera rápida hacia su mesa.

—Definitivamente te recuerda —exclamaba Jae intentando no reír.

—Como quisiera ser hombre, maldición —replicaba Chery comiendo con rabia sus papas y Holland riendo ante su comentario.

Jungkook tardaba en entender y su rostro de confusión se hacía presente con los otros tres riendo silenciosamente de él, esto era para no volver a llamar la atención del profesor.

—¿Porqué quisieras ser hombre? —preguntaba haciendo un puchero.

—El profesor es gay, todos lo saben y muchos se sorprenden —decía una Chery más seria y no tan exaltada como hacía unos momentos.

Jungkook se ahogaba con el pedazo de manzana que se había atorado en la vía aérea superior y le estaba obstaculizando poder respirar con normalidad.

—¿Jungkook? —decía con cierta preocupación Chery al ver que éste no dejaba de abrir sus ojos y se estaba poniendo más y más colorado.

—¿Kook? —Holland comenzaba a horrorizarse.

El menor comenzaba a golpear la mesa mirando a sus compañeros con desesperación.

—¡Se está ahogando, maldición! ¡Holland haz algo! —gritaba Jae tan fuerte llamando la atención de todos—. ¡Haz la maldita maniobra de Heimlich! —ordenaba Jae golpeando la mesa.

La gente comenzaba a preocuparse alrededor, Holland se levantaba y consigo a Jungkook, pero no conseguía hacer la maniobra de manera correcta.

—¡Respira ..no lo-... demonios! —volvia a golpear su espalda—. ¡¿Alguien que sep-...?!

—¡Quítate! —exclamaba una voz grave haciendo a Holland, de manera suave, a un lado—. ¿Puedes respirar? —preguntaba al menor para asegurarse que realmente se estuviera ahogando o sería contradictorio hacer la maniobra si el menor podía toser, hablar y respirar.

Jungkook negó con desesperación tocando su garganta como respuesta.

Para llevar a cabo la maniobra de Heimlich, el mayor se paraba detrás del menor que se asfixiaba y rodeando su tronco con los brazos, cerraba un puño para colocarlo a mitad de camino entre el ombligo y la apófisis xifoides, la otra mano sostenía el puño.

Luego aplicaba un impulso firme hacia adentro y hacia arriba, tirando con ambos brazos hacia estás direcciones, el rescatador del menor repitió una seis veces más hasta que el pedazo de manzana salía impulsado fuera de la boca del jóven.

Éste se dejaba caer en el piso, pero de inmediato su rescatador se agachaba a la par de él para verificar que estuviese bien.

—Respira, intenta respirar —repetía con una voz tan pacífica que había calmado los nervios tanto del joven como el de sus compañeros y el resto de las personas que hacía minutos almorzaban en paz—. ¿Estás mejor?.

Jungkook levantaba la vista avergonzado y se alejaba tomando su mochila con desesperación y repetía con reiteradas reverencias a sus compañeros y la gente de alrededor—. Lo siento, estoy bien, lo siento.

Y salía disparado fuera del establecimiento con el profesor Kim Seok Jin gritándole detras—. ¡Deberías hacer que te vean...! —bajando el tono de voz agregaba—, en enfermería.

Holland y Chery lo miraban atónitos y agradecidos, de hecho Holland estaba muy pegado a su lado observándolo en babea, el profesor era apenas más alto que él.

—¿Tú eres su amigo? —preguntaba volteando a ver al peliverde.

—Eso, es-...en un futuro podré llamarme así, pero ahora solo somos compañeros de cuarto —replicaba nervioso por la intimidante mirada del ahora dueño de sus sueños húmedos.

Luego el jóven se había puesto peor cuando el profesor posicionaba su mano derecha en su cintura y acercándose un poco exclamaba—. Mi salón es el 526, por favor antes de irte pasa y avísame si se encuentra bien —el profesor regalaba una reverencia a él y a las chicas quienes respondían rápidamente, pero Holland seguía embobado.

Sin más que añadir, se retiraba—. Soy...Holland —decía éste una vez que el profesor ya se había ido y era imposible que lo hubiera escuchado.

Jae y Chery se sentaban mientras que todo el establecimiento volvía a la normalidad.

—¡Holland, siéntate! —reprendía Jae.

Holland volvía a la realidad y Chery lo atacaba con preguntas—. ¿Qué te dijo?

—¡Basta! —interrumpía nuevamente la chica de cabello negro—. Jungkook casi muere atragantado y ustedes babeando ¿Porque no vas a buscarlo? —reclamaba a Holland.

—Lo haría, pero no tengo ese derecho, se fue avergonzado, seguramente no querrá ver a nadie, si para la hora de salida no sabemos nada de él, vamos a buscarlo —se giraba a ver al profesor nuevamente y volvía a las chicas—. Él quiere saber de Kook antes de irnos.

Jae y Chery se miraron con algo de sorpresa en sus rostros, de todas formas los mensajes al menor no se hicieron esperar.

Jungkook había salido del patio de comidas para volver al edificio y subir a la terraza, si es que ésta se encontraba habilitada para estudiantes.

Al llegar notaba que estaba cerrada la puerta, pero sacando sus malas mañas lograba abrirla y tomar el aire que corría por encima del gran edificio.

Se sentaba en una parte en particular donde la brisa era perfecta y el sol golpeaba con rayos cálidos su pálida piel. Su garganta dolía, solo un poco, pero de a poco iba cayendo en la realidad de que casi no vive para contarlo, o que casi arruina su primer día de clases.

Aunque ya sentía que lo había hecho, primero la foto y ahora esto, si el profesor Kim no hubiera estado ahí definitivamente hubiera perdido el conocimiento.

Se despeinaba su cabellera azabache y su celular sonaba con una llamada entrante de un número desconocido, con algo de pesadez atendía esperando que no fuera G-dragon con algún número alternativo.

—¿Hola? —respondía dudoso.

—¿Jungkookie? —decía una voz familiar, pero que no oía hacía ya mucho tiempo.

—¿Kai? —exclamaba con grata sorpresa.

—El mismo —el menor comenzaba a saltar y a reír en el teléfono acompañado de las risas de su amigo del otro lado.

—¿Como obtuviste mi número? —preguntaba más calmado.

—Tu hermana —respondía y añadía—. Estuvo trabajando en un caso del hospital y me la encontré, fue increíble cuando me contó que habías entrado a la universidad

—No lo puedo creer —el corazón del jóven se estrujaba dentro y sus ojos se habían aguado un poco.

Realmente apreciaba a Kai y había necesitado de él, de sus consejos y apoyo.

—No tienes idea lo que te extrañe, hermano —decía el jóven haciendo su cabello hacía atrás para quitarlo de su frente.

—Yo también, te debo una disculpa

—¿Qué? ¿Porqué? —preguntaba  confundido.

—Me fui sin más, realmente quería despedirme de una mejor manera contigo

—Oye, lo entiendo, yo hice lo mismo —Jungkook ahora comprendía la repentina ida de Kai sin mucha despedida—. Yo también salí corriendo

—¿Te obligo a hacer algo?

—Delitos menores, como sea... —decía el jóven—, es historia pasada

—Cierto, quiero verte hermanito —decía con un tono más alegre el mayor.

—Dime cuando —agregaba feliz el jóven.

—La semana siguiente tengo dos días libres y no estoy de guardia, iré a verte ¿a qué hora estás libre?

—A las seis me considero realmente libre a menos que tenga que cursar de más tarde alguna materia —respondía feliz—. ¿Cuándo vienes?

—El próximo lunes ¿Te parece?

—Perfecto —el jóven sonreía achinando sus  ojitos y mostrando sus dientes.

—Oye, tengo que volver con un paciente y seguramente, tu debes volver a clase —exclamaba y largaba un sonoro suspiro—. Estoy tan feliz por tí

—Yo estoy feliz de volver a saber de ti, cuídate Kai

—Hasta el próximo lunes, no te metas en líos —decía éste. Solía tener frases muy similares a las de su Padre, a las de un hermano mayor, entre risas la llamada era finalizada.

Jungkook sonreía de la felicidad, realmente se sentía alegre y toda la vergüenza de recién se había ido, ahora revisaba su teléfono en el cual su nuevo grupo estaba hablándole.


«¿Quiere verme?», pensaba el menor.

Tomando su mochila salía por la puerta y la cerraba nuevamente mirando y verificando que nadie la haya visto subir ahí.

—Eso por haber corrido como imbécil —murmuraba una vez abajo caminando en los pasillos de la universidad.

Recordando su itinerario lo siguió a la perfección para asistir a sus últimas clases, la hora de volver a su habitación había llegado.

Se sentía tan exhausto, tanta información que le habían tirado como cascotes en el primer día, muchas materias que cursar y habían comenzando con lo teórico—y era demasiado—pero como el profesor había dicho, era tedioso al principio luego se volvería más interesante al poner sus manos en diferentes instrumentos, comenzar a comprender las partituras, poner por obra lo enseñado y comenzar a divertirse y recordar porque eligió la carrera que eligió.

Paseando por los corredores con pocos alumnos llegaba al aula 526—otra vez—en el mismo día.

Rogaba, realmente rogaba que el profesor no estuviese allí, pero debía intentarlo al menos, el tipo había salvado su vida, se lo debía.

Con paso dudoso, pero pasando a firme llegaba a la puerta que se encontraba cerrada, había dado tres tímidos golpecitos con sus nudillos.

—Quizas no esté —murmuraba para sí mismo.

Estaba a punto de irse, pero su subconsciente le insistía en dar otro golpe.

«Mierda», y otro intento se le escapaba de las manos, estaba apoyado en el marco de la puerta.

Luego de unos segundos la misma se abría y el jóven se paraba recto alejándose un poco al ver el atractivo rostro del profesor Kim, una vez más.

Esta vez, no llevaba lentes y se veía más cansado y no tan fresco como a la media mañana, pero igual seguía siento guapo.

—Sr. Jeon —decía de forma dulce—. Pasa por favor.

Jungkook asentía y entraba, apenas si le había mirado a los ojos, ya que los de él estaban concentrados en el piso hasta que una mano rodeando sus hombros se posicionaba haciendo presión y tensando todos los músculos de su cuerpo.

El jóven no pudo evitar levantar la cabeza al mismo tiempo que sentía aquella mano en su hombro y todo su antebrazo en la espalda.

El profesor lo había guiado hasta el lugar donde él se había sentado esa mañana en su clase, solo que esta vez se había sentado o más bien apoyado en el borde de la mesa y no en la silla.

—¿Como te sientes? —el profesor Kim se había parado frente a él tomando sus hombros con ambas manos y analizandolo con sus ojos rasgados.

Estaba cerca, no tanto, pero lo suficiente para que Jungkook riera nervioso y lo mirará con timidez.

—Estoy bien, profesor Kim —contestaba con igual dulzura.

—¿Fuiste a enfermería? ¿No te quedó sentida la garganta? —preguntaba revisando con sus ojos la zona y llevando su mano hacía el cuello del menor para pasar dulcemente el pulgar por la zona afectada.

Jungkook tragaba duro y añadía—. Gracias —exclamaba poniéndo su mano encima de la muñeca del profesor y finalmente lo miraba sin escaparse de su mirada.

El profesor había hecho lo mismo al escuchar la dulce voz del jóven agradeciéndole y sentir su mano sobre su muñeca. Él seguía con una en el hombro del menor y la otra en su cuello, mientras que sus ojos se habían quedado prendidos de los de su acompañante.

Se habían mirado en silencio un tiempo largo, y sin querer Jungkook se perdía en los labios de su profesor cuando éste los había relamido frente a él.

El jóven sintió un calor arder en sus mejillas ante la extraña tensión de ese momento, el profesor se recomponía soltandolo y sonriendo dulcemente.

—¿Qué fue lo que hizo que se ahogara de esa manera? —preguntaba poniéndose frente a Jungkook, pero tomando distancia y sentándose en su propio escritorio.

El jóven abría sus ojos detonando tanta sorpresa cuando recordaba el porqué se había ahogado. Había notado que no había pensado en eso, en el motivo que había hecho que se atragantara con el pedazo de manzana que estaba comiendo.

"El profesor es gay, todos lo saben y muchos se sorprenden".

—Ah, y-...nada fu-...un comentario al azar —respondía rápidamente cambiando su actitud semi relajada a una completamente diferente, exaltada y llena de nervios.

El profesor Kim alzaba sus cejas y sonreía entrecerrando sus ojos—: Que jóven tan peculiar es usted, Sr. Jeon

—No, ni tanto, como cree... —respondía nervioso.

El profesor acortaba la distancia nuevamente y Jungkook retrocedía, éste había fruncido un poco su entrecejo y se detuvo al instante al notar la acción del jóven.

—Gracias por venir a reportarte, supongo que tu amigo te aviso que deseaba saber de tu estado

—Si, él...me avisó y bueno, debía de agradecerle también —respondía con risitas nerviosas.

—Era mi responsabilidad —exclamaba cruzándose de brazos—. No me olvidaré de usted por el resto del año, casi se muere el primer día de clases —soltaba divertido.

Jungkook había reído para luego pensar que si, podría haber pasado.

—Ay, que imbécil soy —murmuraba.

El profesor aprovechaba a acercarse ante el descuido del jóven—. ¿Porque dice eso? —volvía a poner su mano en el hombro de Jungkook.

—Porque casi muero por atragantarme con un comentario —las mejillas del menor se habían bañado de un colorado adorable.

«Casi muero ahogado porque me enteré que usted es gay», pensaba mirando los pies del profesor y luego notaba que de nuevo tenía la mano en su hombro.

—Cosas que pasan, Sr. Jeon —el profesor quitaba la mano y palmeaba su antebrazo de manera dulce y acompañado de una sonrisa—. Aprecié la segunda oportunidad que se le dió y exprima este año para sacar lo mejor de usted —le guiñaba un ojo y sonreía de oreja a oreja.

Repentinamente entendió aquella frase de Chery donde había dicho que muchos alumnos terminaba inspirados por él, se veía positivo y definitivamente era atento con sus alumnos.

Jungkook devolvía la sonrisa algo perdido en su profesor—otra vez—sin darse cuenta le había sonreído de manera tan amplia y tan dulce, como si secretamente estuviera coqueteando con su Sr. Kim mediante sonrisitas tímidas e inocentes.

—¿Kook? —desde la puerta Holland interrumpía aquel momento.

El profesor había notado como el jóven aclaraba su garganta y se recomponía mordiendo sus labios de los nervios y evitando todo contacto visual nuevamente.

—Holland, vine...vine a agredecerle al profesor —Jungkook señalaba al señor Kim—, como me avisaste

—Te estabas tardando y nos preocupamos —decía el peliverde entrando al aula y parándose en medio de ambos—. Soy Holland —decía con aire enamorado al profesor.

Éste sonreía y estrechaba la mano del jóven, había notado la forma en que el peliverde lo miraba—. Un gusto Jóven, Holland ¿lo tendré en mi clase?

—Si, pero recién el viernes —respondía sonriendo, moviéndose de manera coqueta y descarada.

Holland tenía bien en claro para que lado pateaba y no le interesaba ocultarlo, y menos con el profesor Kim Seok Jin.

—Será un gusto tenerlo —respondía tan dulce como solo él podía llegar a ser y ponía una mano en el hombro de Holland.

Jungkook comenzaba a sentir una opresión en su estómago y añadía con voz grave—. Holland, es el primer día ¿podrías comportarte? —el susodicho hacía un puchero ante la reprensión de su compañero.

—Mientras no me tome una foto como el Sr. Jeon aquí —añadía divertido el profesor.

Jungkook rodaba sus ojos y Holland reía exagerado celebrando el chiste del Sr. Kim y la incomodidad de jóven.

—Le dije que fue a la pizarra — respondía con timidez.

El profesor quitaba su mano del hombro de Holland y acercando un poco su rostro a Jungkook, con mano en la cintura del menor añadía—. Claro, la pizarra —el jóven no sabía si quería salir corriendo o quedarse bajo la mirada del profesor un rato más—. Tenga humor, sr. Jeon —el susodicho palmeaba su espalda de forma amistosa y masculina, más fuerte que la vez anterior.

Luego se alejaba y continuaba con lo que estaba haciendo.

—¿Vamos? —decía Holland a un Jungkook algo ido.

—Si, claro —afirmaba éste.

Holland iba directo a hacer una reverencia al profesor y estrechar otra vez su mano.

—Si quieren, puedo hacer un espacio los días lunes o viernes para que vengan juntos —añadía saludando ahora a Jungkook.

Éste miraba a Holland que comenzaba a saltar feliz ante la noticia.

—No sé si quiero que me vean contigo —decía en forma de broma.

—Tarde —replicaba el peliverde.

—Lo tendré en cuenta y nuevamente gracias —exclamaba al profesor Kim.

Inconcientemente Jungkook había estrechado su mano y no la soltaba, el dueño de la mano le sonreía dulce y el jóven se perdía peor.

—Kook, devuelvele la mano al profesor —decía Holland con un brazo sobre su abdomen y el codo sobre este tapando su boca para evitar reír.

—Carajo...digo- ... Adiós —de nuevo se iba atolondrado haciendo reverencia.

El profesor le devolvía la misma y sonreía dulcemente.

Una vez fuera Holland debía de correr para alcanzarlo.

—¡¿De quién huyes, Kook?! —preguntaba divertido.

—De nadie —respondía en seco—. No viniste por mi ¿cierto? —preguntaba.

—Por supuesto que sí —respondía con risa socarrona—. De paso para ver al profesor —le guiñaba un ojo al jóven.

—Eres un baboso —decía negando.

—¿Te gusta, cierto? —preguntaba haciendo que Jungkook se detuviera antes de llegar a la salida y él continuará caminando solo—. Oh, por dios...

—¿Porqué preguntaste eso? —exclamaba en seco.

Holland cubría su boca con ambas manos—. ¡Kookieee!

—Basta, basta... —el reclamado comenzaba a golpearlo—. No seas estúpido

—¡Golpeas como niña! —decía el peliverde corriendo para escaparse del azabache.

—¡No es eso! —Jungkook lo perseguía—.¡Solo no quiero lastimarte, idiota!.

El peliverde se reía socarron escapando, el primer día había sido exhaustivo y alarmante, salir vivos y de pie de allí era un verdadero milagro.

Actualizando ando, les gustaría que haga edits tipo BD—Taejin, pero obviamente del Jinkook?
Hubo errores en el chat 🤦pero ya está publicado, sepan disculpar.

Besitos.

Con amor, Niñita Nany 💜

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