┍ Capítulo 68: El odio y amor saben a lo mismo┚

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¡Hola! Ha pasado bastante tiempo, ¿eh? Pues, lo prometido es deuda, y aquí les traigo una actualización :D
No sé cuando vuelva a actualizar, pero trataré de hacerlo lo más pronto posible.

Gracias por esperar <3

¡Disfruten el cap!


SeokJin 


SeokJin estaba seguro de que NamJoon no lo dejaría ir a buscar a JiMin. Lo conocía, y sabía que en su mente, el menor ya había asumido que Jin le haría caso. 

Pero Kim SeokJin no era exactamente conocido por seguir las reglas. 

No era un muy buen ejemplo para los niños, estaba al tanto, sin embargo, todo lo que había hecho, rompiendo reglas y cánones, lo habían mantenido tan vivo como estaba ahora. Por lo que suponía que funcionaba. 

Así que haría lo mismo esta vez, y ni su querido esposo podría detenerlo. 

Sentía su resolución en llamas, quemandole el centro del pecho. Le decía que buscara a su hijo costara lo que costara. 

Ya estaba decidido. 

Igual dejó a NamJoon mimarle un poco, y le dejó seguir creyendo aquello, mientras este lo bajaba por las escaleras al estilo nupcial para leer lo que Jackson había conseguido.

SeokJin tenía la cabeza recostada contra el pecho de NamJoon, cerrando los ojos ligeramente porque le picaban por el llanto. 

No los dejó mucho tiempo así, sin embargo, porque las voces en su cabeza eran demasiado ruidosas. 

HoSeok los vio bajarse desde la sala. Tenía al bebé entre sus brazos, y este tenía los ojitos abiertos, pero a leguas notaba que lo hacía simplemente porque no era SeokJin o NamJoon los que lo estaban sosteniendo. 

YoonGi no estaba en ningún lado visible. 

—Hyung...— dijo HoSeok una vez que bajaron todo, apretando el entrecejo.—¿Cómo te sientes? 

SeokJin miró a NamJoon con una ceja levantada, y este lo dejó en el sillón. 

—Ahora mismo, limpio. Psicológicamente es otra cosa. — HoSeok continuó con la misma expresión y SeokJin sonrió al bebé, quien lo miraba fijamente pero no decía nada.—¿Quieres venir con Appa, bebé? 

JungKook asintió, y HoSeok se lo pasó. El castaño se sentó sobre el regazo de Jin, con las piernas colgando a cada lado de las caderas de este, y su rostro metido en el hueco de su hombro. 

—Se despertó en cuanto llegué... Dios, Hyung, ¿que te pasó ahí?— el pelirrojo señaló el cuello de Jin, y este se lo cubrió con una mano. 

NamJoon dejó los papeles sobre la mesa ratona. 

El rubio se remojó los labios, mirando entre HoSeok y NamJoon. Estaba seguro de que Namjoon ya lo había visto, si incluso le había besado el cuello en ese lugar. 

Tal vez no se lo había preguntado por ver a SeokJin tan sensible, mas esa pregunta eventualmente llegaría. 

—Creo... que me apreté el cuello con algo.—se tensó al notar que se oyó peor de lo que pensaba.

NamJoon frunció el ceño desde su lugar y HoSeok sólo se vio más preocupado. 

—¿Con qué? 

—No lo sé. Solo... Apareció.

HoSeok acercó sus dedos hasta unos centímetros cerca del cardenal. 

—¿Puedo?— SeokJin asintió, suspirando. HoSeok rozó las yemas de sus dedos con habilidad contra la herida, examinandola.— Esto... se ve demasiado grave como para ser accidental, Hyung.— el pelirrojo se dio la vuelta para mirar a NamJoon, como esperando que este dijera algo. 

El moreno tensó la mandíbula en su gesto usual. 

—¿Que crees tú, HoSeok?— preguntó su esposo, mirando inquisitivo a Jin. HoSeok lo notó, rascándose la nuca. 

—No podría decirlo a ciencia cierta. Pero he visto esta clase de heridas en supervivientes de... ahorcamientos. 

—Estoy diciendo la verdad, chicos.— insistió Jin, viendo la expresión de su esposo y la de HoSeok. —Solamente apareció. Me la habré hecho durante la noche ayer. 

—Yo estuve contigo toda la noche, Jin. Intenta de nuevo. 

—No es posible que te la hayas hecho de noche, Hyung. Esto tiene pinta de que tiene días. 

—¿Días?— preguntó su esposo, incrédulo. SeokJin se pasó una mano por el rostro, inconscientemente apretando a Kookie contra él. 

—¡Es que no sé!— exclamó un poco más alto.—¿Pero no creen que hay cosas más importantes por las que preocuparnos ahora? 

—Hyung, esto es importante.— replicó HoSeok automáticamente.—En el caso de que solamente haya aparecido como si nada, ¿has tenido otros síntomas? 

SeokJin bajó la mirada hasta el pelo del bebé. No quería ver la cara de decepción de su esposo. 

—Tal vez... ¿vomitar y toser sangre? 

—¿¡Qué!?— HoSeok sonó alarmado, y estuvo seguro de que NamJoon se acercó hasta ellos como un rayo.—Hyung, ¿qué? ¿Desde... Desde cuándo? 

—Hace como una semana.— El rubio rememoró.—Todo lo que olía me daban náuseas, y luego empeoró. 

—Esto es grave, Hyung ¿por qué nunca se lo dijiste a YoonGi? 

—¿Por qué nunca me lo dijiste, SeokJin?— agregó NamJoon, y SeokJin alzó la mirada hasta él.

—No quería preocuparte. 

—¿Y no crees que esto me es más preocupante? ¿Que tal si es algo irreversible? ¿Que tal si es algo... De lo que no puedas recuperarte? 

—Lo siento, Joon.— susurró más para sí mismo.

NamJoon sacudió la cabeza y miró a HoSeok. 

—¿Que podemos hacer? 

—Puedo darle unas medicinas para calmar el sangrado si es algo interno de su estómago. ¿Te sientes mal ahora, Hyung?— negó con la cabeza.—Eso es buena señal. Bien, te los daré. Pero quiero que me respondas algo, Hyung. 

—¿S-sí? 

—¿No sientes nada más... extraño, verdad? 

SeokJin negó, aunque no sabía exactamente a qué se refería.

HoSeok suspiró, y asintió, como resignándose. Este caminó hasta el otro lado de la sala, quitando un botiquín de la maleta que al parecer habían traído consigo del auto. 

—¿YoonGi?— preguntó Jin, y NamJoon se sentó a su lado. 

HoSeok contestó desde su lugar. 

—Está como loco. Fue al centro en el auto de NamJoon, con la excusa de buscar una forma de hallar a JiMin. Jackson lo llamó a él también, y pues... solo puedo decirles que está cabreado. Muy. 

SeokJin miró a NamJoon aunque este aún se viera receloso. 

—¿Y que es lo que espera encontrar en el centro que nos ayude? ¿Un sabueso? 

HoSeok se encogió de hombros, volviendo con unas pastillas en la mano. 

—No sé como piensa YoonGi, Hyung. Solo espero que no haga ninguna estupidez. Ya lo tengo marcado como llamada rápida, por si acaso.— HoSeok apretó los labios, pasándole a Jin las pastillas. 

NamJoon tomó la palabra entonces, resoplando. 

—Esto es un jodido desastre. 

—El bebé, Joon.

 —Claro. Lo siento. — NamJoon se rascó la barbilla, y agarró las hojas que estaban en frente.—Bien. Esto es lo que Jackson me dio. Me dijo que apenas pudo conseguirlo. ¿Lo leemos? 

SeokJin asintió y tomó una de las hojas. Así también HoSeok, y otra NamJoon. 

Era un registro de desaparición, tenía varios términos que no entendía, pero quedaba más que claro que era sobre eso. Buscó el lugar de donde se trataba, esperando ver el Hiseolyl impreso. 

Encontró otra cosa. 

—Esto no es de Hiseolyl, amor.— se dirigió a su esposo y este levantó su vista de su hoja.—Es... Seouljogag. 1990. 

—Tiene razón, NamJoon. Este también es de Seouljogag, del año 1991.

—No entiendo.—Soltó NamJoon, bajando la hoja.—Este también es de Seouljogag.— hojeo el documento, leyendo rápidamente el lugar que tenían. Llegó al final, y soltó las hojas sobre la mesa. —Todas son de Seouljogag. ¡Carajo! 

—NamJoon.— dijo Jin, con un tono de advertencia.

—¿Por qué demonios estos están registrados como Seouljogag cuando es Hiseolyl, eso no...— NamJoon dejó la pregunta al aire, abriendo los ojos ligeramente más grandes.—¿1990 dijeron? 

—Y 1991.— Agregó HoSeok.

—Hiseolyl fue asentado hace quince años, según la placa junto al cartel. Entonces es lógico que no pertenezcan aquí.

—¿Pero por qué entonces Jackson nos los dio como si fueran de Hiseolyl? 

—¿Un error, tal vez?— propuso el pelirrojo. 

—Es probable, pero aún...—NamJoon achicó los ojos, mirando las hojas.—Algo no cuadra. Dios. 

NamJoon colocó su cabeza entre sus manos, y SeokJin sintió tanto por su esposo que se inclinó a posar su cabeza contra su hombro. 

—Está bien, cielo.—reconfortó, hablándole al oído.—Llegaremos al fondo de esto. 

NamJoon se masajeó las sienes con ambas manos. 

—... Deberías odiarme, Jin.— dijo con voz ahogada, y SeokJin ya sentía como si pecho se comprimía.

—¿Por qué lo haría, Joonie? Eres mi esposo, mi...—

NamJoon levantó el rostro, revelando las tímidas lágrimas que caían hasta su mentón. 

SeokJin sacudió la cabeza, con el corazón pesandole al ver el dolor de su esposo.

—Porque te traje a este pueblo, a este... este infierno; porque no estuve cuando me necesitabas; y porque...— NamJoon tragó duro.—Porque hice miserable a las personas que más amo en este mundo. Y ahora no sé cómo arreglarlo.— sé limpió las lágrimas con los dedos, y SeokJin soltó un lado a Jungkook para poder limpiarlas él mismo.—Perdóname, Jinnie. Perdóname por quitarte la paz que querías, por quitarte a tu bebé, por...—

 —Basta, Joon.— graznó Jin, dejando las lágrimas ya por su rostro.—Por favor, Joonie. No deberías pedirme perdón por nada. Nadie podía haber sabido que esto iba a pasar, y definitivamente no es tu culpa.— acunó su rostro con una mano.—Tú no me quitaste la paz, y tampoco me quitaste a JiMin. Nos los quitaron a ambos, por alguna horrible razón. Pero estamos juntos en esto ¿recuerdas? Y juntos vamos a recuperar ambos. Lo haremos. ¿Okay, Joonie?

NamJoon lo miró fijamente, con los ojos cristalinos y trazos de lágrimas en sus mejillas. Unos momentos duraron en silencio. 

Luego lo único que Jin supo fue que estaba acunando los labios de su marido por encima de la cabeza de JungKook, acariciando su rostro con una mano.

NamJoon acarició la mano de SeokJin atajando a Jungkook, y siguió moviendo sus labios tiernamente contra los del mayor. 

Sellaron esa promesa con ese mismo beso, y SeokJin no lo tendría de ninguna otra forma. 

Se separaron cuando HoSeok carraspeó, recordándoles que no estaban solos. 

—Uh, siento interrumpir su momento.— buscó en su celular.—Pero YoonGi encontró algo. Me ha enviado la foto ahora. 




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