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"Ella se sacudió y se recordó a si misma, lo mejor está por venir"

"Cori"

Odio que todos digan que sigo siendo una niña, que necesito que me cuiden. Pero tienen razón y eso es lo que más me molesta. Necesito de gente a mi lado, que no me dejen sola nunca. Creo que eso no está mal, dice que soy humana, que siento, que me importa.

-Sí mamá, estoy bien... si comí- Esta era la tercera vez en el día que me llamaba para saber si me estaba alimentando bien o si estaba durmiendo las horas correspondientes- También te quiero, adiós-

Mi familia es grande, la ciudad en la que vivía... pequeña. He sido la primera de mis hermanos en salir del lado de mi madre para ser alguien en la vida, se podría decir que soy su orgullo y tengo tanta presión encima que ni se imaginan. No quiero defraudarla, quiero que esté orgullosa, quiero salir adelante y ayudarlos en todo lo que pueda. Somos mi madre y mis hermanos, yo soy la mayor de 4. Mi padre falleció hace dos años y nos afectó tanto que pensamos que no podríamos seguir, pero creo que eso nos hizo tan fuertes que salimos adelante y ahora mi madre tiene un pequeño negocio que nos alcanza para vivir. Y bueno, yo estoy con becas en la universidad. Apenas terminé la escuela me fui de su lado y es tan triste, los extraño tanto que duele, pero lo hago por todos ellos.

Cuando estudiaba era la chica tímida, que andaba sola por los pasillos, que no hablaba con nadie y al final nadie sabía que existía. Nunca tuve amigos y menos un novio. Mi vida era la escuela y llegar a casa a ayudar a mi madre en todo lo que pudiera. Ahora no tengo tiempo para nada más aparte de estudiar, pero me es difícil cuando tengo a Matilda de amiga. La conocí a ella y Adela el primer día de clases y agradezco a todos los astros por eso, porque si no estuvieran conmigo no sé dónde estaría ahora. Somos tan distintas que ni siquiera sé cómo empezamos a hablar, creo que fue en una actividad de primer día cuando nos juntaron para realizar un trabajo y sorpresivamente nos llevamos tan bien que así quedamos. Matilda es tan buena conmigo, siempre me ayuda, nunca me deja sola. Adela por otro lado, sé que nos quiere pero con ella es más difícil, sé que cuando esté lista se acercará más.

Mi vida es tan normal, tan rutinaria que necesitaba una salida de todo esto y ahora estoy preparándome para salir de fiesta con las chicas. Me cuesta tanto salir con ellas, pero llega un punto en mi vida en el que necesito distraerme y esta es la mejor forma de hacerlo. Nunca pasa nada fuera de lo normal cuando salimos, siempre es Adela la que nos cuida, Matilda la que se emborracha y yo pues sólo bailo tímidamente con ellas, sonriendo y tratando de olvidar toda la carga que tengo encima. Hay veces que pienso que necesito que me pase algo que me haga salir de mi zona de confort, que me haga vivir la vida al 100, pero al segundo que pienso eso me arrepiento completamente y sigo igual que siempre.

Y acá estamos y no he bebido nada, no porque no quiera, sino porque me da miedo. No quiero que me pase nada malo y tampoco quiero ser una carga para las chicas. Adela nos dijo que esta noche no nos cuidaría, así que el plan de Matilda de emborracharse se truncó, para mi es mejor así ya que podemos pasarla bien sin pensar en consecuencias.

Estábamos bailando cuando Matilda me dice que Adela salió disparada por la puerta con un chico y que iría a ver qué había pasado. Yo me quedé parada en el centro de la pista no sabiendo que hacer, así que me fui a un rincón a observar a mi alrededor. Me di cuenta que al otro lado de la pista estaba Teo, mi amor platónico desde que entré a la universidad. La parte que no es tímida de mi cuerpo me decía que fuera y le hablara, pero mi otra parte me decía que sólo lo admirara desde lejos. Él era uno de los más inteligentes de la clase, muy respetuoso con todos, muy educado y hay que decirlo, con novia, que debo decir es la persona más tonta de toda la universidad. Es la típica chica hueca, que no sabe hacer nada, que está estudiando porque sus padres tienen dinero, que le pide a alguien que haga sus trabajos, en este caso Teo, ¡AH! Y además creo que me odia. Siempre me mira horrible, me ha empujado algunas veces, pero no le he dicho a las chicas porque sé que si lo hago Adela la matará y no quiero problemas. Ella era mi mayor impedimento para hablarle además de mi timidez exagerada.

Me di media vuelta hacia el bar y me pedí una primavera sin alcohol, me encanta lo dulce.

-Hola, me das una cerveza, por favor- dice una voz masculina. Era Teo, que se había acercado a la barra y estaba justo al lado mío.

No sabía qué hacer, si quedarme ahí o salir disparada detrás de Matilda.

-Hola, te he visto en algunas de mis clases, eres Cori ¿cierto?- me dijo sonriéndome con una seguridad desbordante.

-Eh... sí, ese es mi nombre. Así me llamo- dije triunfante, eso no había salido tan mal.

-Que tierna- me dijo con una carcajada y eso encendió mi cara- Te he visto y eres muy inteligente-

-Gracias- Dije demasiado nerviosa. Mi mente empezó a imaginarse nuestra boda.

-Antes que me olvide, he tenido algunos problemas con el trabajo del Sr. Condell, ¿podrías ayudarme? Estás en su clase ¿no?-

-Claro- Esto no me lo esperaba.

-Dame tu número para que nos pongamos de acuerdo- dijo sonriéndome y yo cada vez me derretía más y más.

Sé lo di, y cuando terminé escuchamos a la estúpida de Vanessa (su novia) llamándolo desde la puerta.

-Me tengo que ir. Nos vemos y muchas gracias, Cori- dijo dándome un beso en la mejilla.

Esta pequeña situación hizo que mi estómago diera mil volteretas y que mi cara estuviera roja como un tomate, menos mal estaba oscuro y nadie podía verme. O eso creía.

-Para la próxima te aconsejo que disimules más- me dijo riéndose otro chico que había llegado en ese momento a preparar los tragos. Lo miro y me di cuenta que era Siro, uno de mis compañeros de clase.

-Cállate- le dije mirándolo feo. A él no lo soportaba, era el típico chico que no le importa nada, que hace lo que se le da la gana y no piensa en las consecuencias. Además es súper irresponsable y le va mal.

-¡LO VI TODO!- Dijo Matilda gritando y saltando a mi lado- Es un súper buen chico Cori, ¡estoy tan feliz por ti!-

-Ay Mati, no pasó nada. Vamos a bailar- dije tratando de restarle importancia a todo lo que había pasado, pero en el fondo mi corazón estaba bailando una salsa bien fuerte.

-De verdad no pasó nada- dijo Siro riéndose una vez más.

-Cállate Siro- dijo Matilda arrastrándome hacia la pista.

-¿Qué pasó con Adela?- dije preguntándole, recordando que había salido detrás de ella.

-Se fue con ese chico que vimos en la fiesta la otra vez, creo que se conocen. Le mandé un mensaje y me respondió que estaba bien, así que bailamos la ultima canción y nos vamos señorita- dijo en tono de mamá.

No pensando en nada más que en este mismo momento siento que la vida no puede ser más hermosa. Tengo una familia que me quiere, dos amigas maravillosas y tiempo, tiempo para hacer grandes cosas. Y estoy esperando con ansias todo lo que la vida tenga para ofrecerme. 

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