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Fueron tan sólo alrededor de veinte minutos los que transcurrieron antes de llegar al inmenso edificio donde residía Jimin, quizá menos, quizá más, ninguno de los dos se percató.

El incómodo silencio les había tragado, el menor no sabiendo si reclamar algo, no tenía esa potestad pensó pero tampoco sabiendo si decir algo al azar sólo para mermar el fastidioso hueco entre ellos.

Al llegar a su destino ya dentro del departamento, esta vez en el Penthouse, lo que Jeongguk aún no entendía el cambio de lugares pero decidió no enfocarse en ello, el mayor le había brindado esta vez una botella de cerveza la cual no dudó en aceptar, estaba nervioso por lo que le diría así que algo de alcohol le relajaría, ni siquiera se percató en que el licor en sus manos tan sólo el envase de vidrio valía más que dos meses de su salario.
Se le invitó a tomar asiento y por alguna razón se negó, se quedó de pie en su lugar como si estos estuviesen adheridos con cemento al elegante piso , Jimin le miró con una de sus finas cejas arriba, el menor tragó seco.

-¿Por.. Por qué no me buscaste más? - su voz salió más débil de lo que había planeado, sus dedos apretaban el duro cristal mientras sentía la humedad resbalar entre ellos.

Jimin suspiró antes de pintar una curvilínea sonrisa en sus labios.

-Sobre pasaste los límites, te tomaste atribuciones que no te correspondían- rodeó el cuerpo del menor y se limitó a sentarse en el sillón en una esquina al lado del ventanal.

-Sin embargo, leí cada mensaje tuyo -llevó la botella a sus labios dando un largo sorbo de esta, no se embriagaria con alcohol fuerte esa noche, lo había decidido desde temprano en el día.
-Pensé anular el contrato - el menor casí se atragantó con el reciente sorbo que había tragado pero logró detenerlo, su mirada bajó hacia sus zapatos sin realmente enfocarse en ellos.

Fue divertido lo poco que duró.

Jimin quien había estado mirando las luces de la dormida ciudad a través del ventanal, se enfocó en aquella carita cabizbaja, sonrió.

-No he terminado - caminó hacia él luego de analizarle de pies a cabeza y llegar una vez más a la conclusión de que el chico era muy tierno.

-No lo haré.. - levantó con su dedo el mentón de Jeongguk, este le miró con ojitos grandes no entendiendo del todo a que se refería.
-Prometi mostrarte cómo es el mundo real, prometi explotar todo de ti y fui muy estúpido en desperdiciar todo un mes - su voz sonaba en un tono muy bajo a lo habitual, su dedo había escalado hasta tocar sus labios, aquellos que le encantaban, estaban rojos quizá porque los había estado mordiendo ante el nerviosismo de no querer escuchar la respuesta que creyó al principio.

-Aún me falta mucho por corromper de ti,bebé- Jeongguk suspiró, rápidamente y aunque sonara absurdo se sintió felíz al volver a escuchar llamarle de aquella manera con voz tan seductora y envolvente.

Cerró los ojos, aquellos labios como seda se apoderaban de su cuello, su zona débil, sin ni siquiera darse cuenta había ladeado su rostro sólo para darle más acceso. Sus propios labios entre abiertos y Jimin pensó que era un pecado deleitar sus ojos con una imagen tan erótica y angelical.

Jadeó junto a un pequeño lamento cuando el mayor mordió con algo de fuerza en la curva donde hacían unión su cuello y su clavícula.

Jimin prontamente se sintió duro.

-Quiero que hagas algo por mi- se separó, admirando la marca que se tornaría color púrpura dentro de unas horas.
-Más bien por ti.. - el pelinegro le miró curioso, intrigado.

- Deja tu trabajo- Jeongguk sintió el aire escaparse de su pecho más luego pensando que era un chiste de mal gusto desistiendo de la idea cuando vió su rostro serio.

-No puedo hacer eso - aún con una sonrisa incrédula en su rostro, no creyendo del todo lo que había escuchado.
-Es.. ¿estás hablando en serio? .

Jimin asintió tranquilamente.

-Estás loco- le acusó, sin embargo él seguía con semblante duro.
-No puedo hacer eso, me tomaría tiempo buscar otro y...

Fue interrumpido por la risita juguetona del mayor.

-Realmente eres demasiado tonto, bebé no te he dicho que busques otro trabajo.

-Entonces ¿de qué piensas que voy a vivir? - empezó a sentirse algo enojado al seguir viendo una sonrisa plasmada en su rostro.
-Tengo ahorros para mis estudios pero debo trabajar para ayudar a Yoongi hyung con los gastos, no puedo darme el lujo de quedarme sin trabajo Jimin.

El mencionado rodaba los ojos de forma cómica, le dejó hablar hasta que le vió algo frustrado sólo para volver a reír.

-No me dejas hablar niño, trabajarás para mi padre - Jeongguk le miró más atónito aún.
-Sabes de baile ¿no? ,trabajarás en la compañia ayudando a los nuevos trainees, ganarás más en un mes de lo que ganas en tu mediocre trabajo, además arreglaré todo para que puedas mantener el mismo horario y puedas cumplir con tus clases.

El menor trató de decir algo, mas sólo abrió la boca sin que sonido alguno saliera de ella.

-Comenzarás en dos semanas, te daré tiempo para que renuncies y tomes algunos días de vacaciones - guiñó un ojito hacia él con coquetería mientras llevaba otro sorbo de cerveza a su boca.

-No puedo aceptar esto Jimin.. Es, yo, incluso aún guardo el dinero que me diste la última vez.

Jimin se golpeó la frente en señal de que estaba perdiendo la paciencia, trató de controlarse, no quería arruinar la lo que restaba de la noche.

Aveces pensaba que fingía, es que carajo, no podía existir aún alguien como el. Había algo más con Jeon Jeongguk, debía haber algo más, sin embargo cuando volvió su visita hacia a él aquellos ojitos le observaban con inocencia, curiosos, con dudas y entonces se cuestionó lo que le había dicho Seokjin... Quizá Jeongguk si era diferente, tal vez si era la excepción entre tanto desastre.

-No te lo estoy preguntando, ya todo está arreglado, mañana mismo pedirás la renuncia y no quiero hablar de ello por lo que resta de la madrugada.

Si, porque dormir era lo último en su lista.

Jimin trató de dirigirle una dura mirada sólo para imponerse pero no podía, no cuando le seguía mirando de aquella manera tan peculiar.
Sus ojos eran como dos esferas, podías perderte en ellos, dos luceros con demasiado brillo.
De pronto se sintió celoso, él mismo alguna vez también tuvo esos destellos, los que se apagaron y no volvieron a resplandecer.

-¿Por qué? - le preguntó bajito no hallando algo más que agregar.

-No te quiero volver a ver allí - soltó el aire retenido - He visto como te trata la vieja puta esa.

Por primera vez en la noche Jeongguk río un poco, relajando despacio sus hombros.

-He visto incluso como te toquetea, también muchas personas más supuestamente clientes pero que al final ni siquiera salen con alguna compra, sólo van por ti- Jeongguk nunca esperó ver sus mejillas adornadas con un sutil tono coral en ellas pero lo hizo luego de las siguientes palabras que soltó más luego.

-Además, te he visto bailar, tienes demasiado talento para desperdiciar tiempo en ese lugar.

El menor se cruzó de brazos con una curva en sus labios.

-¿De verdad te has tomado tanto tiempo para espiarme?- Jimin le asesinó con la mirada consiguiendo que el chico frente a el arrugara la nariz y mostrara sus tiernos dientes delanteros, apartó la mirada, enserio no podía con él, le empalagaba aveces.

Eso no evitó que volviera a mirarle.

-Me topé contigo varias veces por casualidad en el parque mientras ensayabas con ese chico que se convulsiona cuando ríe.

Volvió a su lugar al sofá de la esquina, hablando desde allí como si no tuviese mucho interés.

-Lo de tu trabajo lo noté cuando te fui a buscar y te juro que quise golpearte porque simplemente no hiciste nada por detener los coqueteos a pesar que estabas incómodo.

-Jimin, cuando fuiste por mi ya era noche y mi jefa muy rara vez se encuentra en el local a la hora de mi salida, ¿cuantás horas más o menos me vigilaste?- era su turno de molestarle, se veía adorable cuando estaba enojado.

-Unas cuantas - la respuesta le sorprendió, Jimin sonrió.
-Dejemos el tema para otra ocasión y ven aquí bebé.

Movió su mano invitándole a acercarse, el menor dió uno que otro paso hasta llegar a su lado.
Jimin haló de su abrigo, ejerciendo la fuerza necesaria para obligarle a doblar su cintura y bajar hasta la estatura baja en la que se encontraba en ese momento gracias a que aún estaba sentado, Jeongguk apoyó sus manos en el posa brazos mirándole desde arriba, ambos conectando miradas.

-¿Me follarías esta noche? - relamió sus labios sin apartar su felina mirada de aquellos fanales con hermosos destellos.

Jeongguk quien estaba embobado en sus preciosos belfos luego de apartar sus ojos de los ajenos,alzó su mirada hasta conectar nuevamente.

-¿Y qué tal si te hago el amor? .

De momento no supo que responder, acarició el lunar bajo su labio inferior  con devoción y delicadeza antes de emitir una respuesta.

-Yo no sé lo que es eso Jeongguk- sus dedos fueron recorriendo cada facción suya, su voz escuchándose bajita y melancólica.

-Además tenemos un contrato, lo tuyo y lo mío sólo es sexo y... - nunca se esperó ser callado de aquella manera.

Jeongguk había tomado sus labios entre los suyos en un beso tan suave que pareció irreal, él no estaba acostumbrado a ese tipo de toque, todo lo que conocía conllevaba algún tipo de fuerza por más mínima que fuese.

Incluso un ligero toque de dolor, así le habían enseñado a querer.

Se sintió fuera de lugar pero no le apartó, no le desagradó, fue cuando se preguntó qué rayos estaba haciendo, no era esto lo que conocía, este no era él.

-Por favor.. - suplicó en un susurro sin romper por completo el beso, con ojos cerrados como si le estuviese orando a algún ser divino para que concedieran su petición.

Se puso de pié de un tirón como si aquel acto le hubiese quemado.

-Esto es estúpido Jeongguk, ni siquiera has hecho eso alguna vez.

-No se necesita experiencia para amar.

Jimin le volteó a ver como si lo que hubiese dicho fuera una blasfemia.

-No mal interpretes lo que digo, no quiero romper ninguna regla, sólo te pido que por esta única vez lo hagamos a mi manera.

Respiró profundo apartando la mirada de una suplicante, no es como si se esforzara mucho por parecer un cachorrito ya de por sí.

De pronto se dió cuenta de que incluso estaba pensando la respuesta!

No debía ni siquiera tomarlo en cuenta, nunca lo había hecho.

Nunca alguien se había atrevido a hacerle tal propuesta, nunca alguien había logrado descolocarle, nunca alguien le había sugerido romper sus propias barreras porque exactamente eso era lo que sabía que intentaba el menor.

Luego de un largo suspiro llegó a la conclusión de que, realmente Jeongguk era distinto, inusual, diferente y joder que no debió fijarse en él pero allí estaban, el momento pareciendo ideal.

-Bien, tu ganas.

Esbozó una sonrisa cuando le vió nervioso y es que le había llevado por sorpresa, que va, si él mismo no se esperó soltar una afirmativa.

Jimin siempre fui testarudo aún antes de que su manera de ver la vida cambiara años atrás.
Interponía sus argumentos por encima de todo y todos aún estuviese errando, exactamente por ello su primo tendía a ser algo brusco al aconsejarle, lo que el pensaba era lo que era y nada más.

Así que fue más testarudo aún al crear una nueva regla : Rompería todas sus propias reglas sólo por aquella noche.

O quizá era demasiado testarudo para reconocer que el pelinegro le gustaba aún más.. mucho más de lo que él demostraba.

Jeongguk caminó hacia él hasta llegar a sus labios donde besó sin aliento pero con la misma suavidad que le caracterizaba.

-Me gustan las cuerdas y las ataduras, incluso los castigos- Jimin sonrió ladino sobre su boca.
-Pero hoy quiero desnudarte no sólo el cuerpo, también el alma.

No le gustaban aquellas palabras, significaban volver a recordar demasiadas cosas, pero al mismo tiempo se sentía diferente tal vez porque ahora era su voz suave quien las recitaba.

-Te extrañé Jimin.




Maldito Jeongguk! ...este no era el trato!!



















































Ya sé, ya sé, les daré los detalles 😏 no se me alteren pecadoras ❤


















💕Denle mucho amor a los bebés siempre 💕




























❄BigBabe_Jeon

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