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Te perdí












Dos semanas antes






-¿Puedes por favor por un puto momento dejar de ser tan terco? -Seokjin resoplaba con fastidio, estaba cansado y no precisamente por las razones que denotaban su inconformidad. Estaba herido al ver a su pequeño y obstinado primo con aquellas ojeras adornando la parte de abajo de sus pequeños y bonitos ojos, su semblante pálido y su ánimo en los suelos cada día.
-Sólo búscalo, Jimin - suspiró ya cansado de repetirle lo mismo por el último mes que llevaba metido en su casa.

El señor Park había planeado un viaje familiar, incluso había invitado a su ex esposa y su pareja para que compartiesen juntos. Claro, con el motivo principal de hacer que su hijo se sintiera mejor aunque fuese un reto pues su hermana también estaría allí, sin embargo, en el fondo su padre sólo deseaba verles a ambos felices, siendo tan unidos como cuando eran apenas unos niños que se ensuciaban hasta el alma de lodo jugando en el jardín después de un lago día de lluvia.

Y vaya que había sido un verdadero reto para Jimin pero, a veces la vida da sorpresas.

Su hermana, por quien se había sentido tan dolido por años le había contado tantas cosas en aquel viaje y se sintió por un momento peor aún porque el nunca le dió la oportunidad de contar su parte de la historia.

Nunca supo que ella pasó por lo mismo, que aquel hombre le había amenazado con mostrar los videos íntimos de su pequeño hermanito y ella, sabiendo que estaba enamorado, nunca quiso hacerle daño, quiso salvarlo de sentir dolor más las cosas no resultaron como las calculó.

Tuvo que mentir, tuvo que fingir haber estado enamorada, cosa por la que Jimin se juró no perdonarla.
¿Cómo saber que su hermana cargaba también con las mismas cicatrices en su cuerpo producto de los abusos?
¿Cómo sabría ella que su sacrificio fue en vano?
¿Cómo saber ambos que sus pesadillas eran protagonizadas por el mismo monstruo?

El silencio es la mejor opción, pero no en todas las circunstancias. A veces, puede ser el peor error.

Resistir es de valientes y a veces también es de cobardes.

Ambos lo entendieron cuando por fin se sentaron a conversar y dejar a un lado los rencores. Esos que nunca debieron existir porque nunca hubo un verdadero motivo.

Lloraron, se abrazaron y volvieron a llorar, por el tiempo perdido, por las veces que ella quiso hablarle y no la escuchó, por las veces que él calló. Por los malos tratos que quisieron detener y no supieron cómo. Por las mentiras blancas que causaron más dolores que alivios.

YongSun nunca tuvo la culpa.

Jimin se sentía más miserable y no sabía siquiera si eso era posible. El viaje familiar que debía ayudarle a sanar le hizo sentir peor pero no se arrepintió, era un alivio saber que realmente era amado por su hermana, que realmente nunca estuvo tan sólo.

Y allí, llegó el caos.
Qué tan despistado o tan estúpido habrá sido, no valía culparse ahora. Es imposible recuperar el tiempo perdido de hecho, esa frase siempre le aborrecía. No se recupera lo que ya no está, más, si podía crear nuevos momentos, nuevos recuerdos, nuevas vivencias. Se juró amar a su hermana y demostrarlo como tanto y más que como se había reprimido a hacerlo por los años que malgastó.

Aún así, el dolor y peso en su pecho no se iba. Seguía haciendo mal las cosas una y otra vez. Su hermana le aceptó con lágrimas en los ojos aunque quizá no lo merecía, ella era un ángel y ahora que sabía la verdad no entendía como se había auto cegado por tanto. Ella era su sangre y fue como devolver el alma a su cuerpo cuando ella le abrazo con tanta añoranza pero ella no era él...

Jeongguk.

Se preguntaba si él también querría volver a verlo, si él abriría sus brazos para recibirle, si él, estaría dispuesto a perdonarle sin rencores.

Se preguntaba si realmente lo amaba.

<<Sabes ser perfectamente estúpido cuando te lo propones>> le había dicho Seokjin y él, sonrió en total acuerdo.

Su recuerdo le carcomía cada noche, no podía dormir sólo. Las cinco noches que permaneció en aquel hotel, se coló hacia la cama de su hermana mayor, ella le abrazo y acurrucó entre sus brazos cuando le sintió sollozar. Agradeció que no le preguntara la razón y amó aún más cuando la escuchó murmurar con su suave voz que podía contar con ella, que si algún día se sintiera preparado que no dudara en soltar todo lo que le aquejaba. Durmió por quizá una hora en todas aquellas interminables noches.

Pero no eran los brazos fuertes que siempre sostenían su cuerpo como si le rogara en silencio que no se fuera.

Se sintió protegido en los brazos femeninos y delicados de su Noona, así como cuando eran pequeños, fue lindo volver a recordar.

Aún así, no era lo mismo. Lo necesitaba a él.

Cinco días y cinco noches fue todo lo que logró soportar. Regresó a Seúl sólo, su familia había decidido quedarse a disfrutar de la playa y el calor caribeño. Era hermoso, pero todo lo que su mente hacia era torturarlo pasando imágenes tan vívidas de aquel pelinegro jugando en la arena. Su mente alucinaba o quizá era la necesidad de tenerlo a su lado. Verlo creando castillos de arena para luego gritar su nombre y mostrarle su creación, porque así era él, un alma inocente.

Tan tarde se arrepintió de en algún momento querer cambiar su esencia y corromperlo. Tuvo que durar sólo algunos días lejos de él para darse cuenta, de que extrañaba tanto su risa aniñada, su sonrisa tímida cuando su labio superior se estiraba y dejaba al descubierto sus tiernos dientes delanteros algo desnivelados hacia adelante. Sus mejillas ligeramente abultadas y sus ojitos grandes perderse creando pequeñas arrugas a los costados, todo en una hermosa combinación tras esa sonrisa luego de despertar en las mañanas y musitar un suave "Buenos días, Minie", un beso en su frente y luego...

Lágrimas, le dolía recordar cada mínima cosa.

Nuevamente se martirizaba y oprimía.

Cada instante en el que tuvo el placer y honor de recorrer su piel virgen le decía que era hermoso. Lo hizo al principio, cuando todo comenzó pero ahora, se daba cuenta que estaba equivocado.

Porque si, en esos días, Jimin sólo apreciaba su físico, su piel algo trigueña gracias al sol, desviándole de lo realmente pálida que era su tono natural. Su pelo fino y lacio como miles de hilos de seda cubriendo su cabeza, suaves, obligándole a crear un adictivo hábito de enterrar sus dedos en ellos cada vez que dormía. Sus ojos grandes, podía perderse en ellos, hundirse en ese mar negro pero él era tan tímido que en esas primeras veces nunca logró sostenerle la mirada.
Sus muslos fuertes, las venas marcadas en sus brazos, sus abdominales bien definidos.

Su hombría exquisita, longitud perfecta que le hacía delirar a la hora de intimar.

Y sin embargo, todo aquello no era lo que le hacía hermoso. Era su paciencia por soportar sus cambios de humor, su honestidad al contarle hasta el más mínimo suceso de su vida, sus detalles, le masajeaba la espalda cuando le sentía estresado, le preparaba comida cuando Jimin no se sentía de ánimos para hacerlo él. Le despertaba siempre con aquel beso y cuando hubo más confianza y pudo abrirse con él, le consoló en sus momentos de quiebre.

Le dijo "Estaré aquí para ti siempre".
Pero no estaba.

Y fue su culpa.

Jeon Jeongguk nunca fue perfecto y hermoso por su físico. Jimin descubrió que él era hermoso en cada maldito ámbito de aquella tan común palabra y muy tarde supo lo complejo de ella.

-Tengo miedo de que me rechace, hyung - suspiró, desviando su mirada hacía algún punto en la pared decorada con un bonito tono rosa.
-No es tan fácil. Realmente, lo hice mal, le traté mal y, supongo que debo pagar por ello.

-Lo que supongo yo es que has pagado a tus 24 años más de lo que alguien ha debido en 100 - el menor sonrió.
-¿Piensas seguir escondido en mi departamento de por vida? Por Dios tú no eres esto Jimin, arreglate, salgamos de compras, a tomar unos tragos, a conocer otros chicos si es que no quieres algo con él, ¡no sé! pero no puedes quedarte encerrado aquí.

-Ya sé que interrumpo tus sesiones de sexo bestia con Nam - le molestó un poco.

-¿Ves por qué me enojo contigo? No lo digo por eso, si no porque no me gusta verte así Minie.. - suavizó su tono de voz y tomó la mano del menor que mezclaba con su tenedor el desayuno de su plato sin deseos realmente de comer bocado.
- Jeongguk también te extraña, aunque no lo diga y tampoco lo dirá porque sufre al recordarte. El chico ni siquiera ha hecho el intento de salir con alguien más, inconscientemente está esperando por ti - Jimin le miró sin expresión alguna pero con el corazón palpitando casi en la punta de su lengua.
-No pierdas más tiempo, sé que si el pudiera te buscaría pero ni siquiera sabe que has estado aquí todo este tiempo y no sabes cuanto ha luchado Joonie para no contarle porque a el tampoco le gusta verlo decaído.

-Pero se besó con él..

-Dios, no sé para que Namjoon te contó eso, lo dejaré sin sexo por un mes - Jimin rió y el mayor esbozó una sonrisa por haber logrado aquel milagro esa mañana luego de varios días sin escuchar su bonita risa.
- No significó nada para él ya te lo dije, Jeongguk no se guarda nada cuando se siente culpable, ambos nos contaron el suceso - marcó con sus dedos comillas al aire en la última palabra - Y sólo quedó en..bueno, un experimento de amigos, nada más.

-¿El mismo Yoongi habló sobre eso? - el mayor asintió, divertido ante su expresión.
-¿Delante de ustedes?

-Si, bromeó incluso diciendo que al final hubiese sido un error si hubieran llegado a más porque juraba que al "mocoso ese" sólo se le paraba contigo - Jimin explotó en risas, sintiéndose en el fondo orgulloso de la influencia que dejó en él.

-Igual no es justo, él ha besado a dos personas..

-Y dale con lo mismo. Tú te habías cogido a medio Seúl cuando lo conociste y él nunca siquiera pensó en eso, además, yo opino que no cuentan, lo de Taehyung no fue su culpa y con Yoongi pues, la verdad es que tal vez lo hizo por impulso y ya ves, se arrepintió al final. Si yo hubiera estado en su lugar si me lo hubiera cogido.

-No me ayudas mucho - achicó sus ojos fingiendo amenazarle. Lo único que logró fue un apretón de mejillas juguetón de Seokjin.
-Pero tienes razón, nunca me juzgó, al contrario - sonrió con la nostalgia pintada en aquella rota sonrisa.
-El idiota tenía miedo porque pensaba que yo era un asesino que lo secuestraría y no sé que tantas pendejadas más.. Se veía tan adorable - Seokjin volvió a tomar y apretar sus manos cuando vió la melancolía hacerse dueña de su rostro afligido.
-¡Y no me he cogido a media capital!

-¿Sabes lo que me dijo luego de que los demás chicos se fueran ese día? - Jimin levantó su cabeza, poniendo atención en la sonrisa curvada en los labios del mayor quien le miraba con cariño.
-Luego del beso, ambos estuvieron de acuerdo en que no funcionaría. Jeongguk le dijo a Yoongi que aún te amaba - bajó la cabeza, soltó sus manos encogiendose en su lugar.
-Deja de hacer eso, vamos a ponerte bello y quitar esa cara de culo que te cargas. Saldrás de aquí valiente y decidido como siempre lo has hecho. Si fuiste valiente para echarlo entonces debes serlo también para recuperarlo ¡Lucha por tu hombre!

Jimin sonrió un poco más al mirar la euforia en su primo, amaba cuando se ponía en plan justiciero.

Se puso de pie, tomando una de las tostadas ya frías en su plato que no había tocado en toda la mañana, mirando con una típica sonrisa ladeada a su primo y el brillo en sus ojos le dió aún más ánimos.

-Él ama el color natural en mi cabello. Vamos a la peluquería hyung.

-Ese es mi chico.

Sí, amaba demasiado a Seokjin.






















Actualidad






-Estoy en el trabajo ahora mamá no puedo.. Bien, bien te lo explicaré todo pero no grites así.. No, bueno si tomé anoche y...

-Te quiero aquí ahora Jeon Jeongguk.

Colgó.

El dolor de cabeza se había calmado aunque aún quedaban los residuos. Había vomitado luego de llegar al trabajo, no supo si fue por la resaca aunque lo más probable era que el detonante haya sido la impresión de verlo de nuevo.

No quiso pensar tanto, tenía a sus aprendices en la sala 12 esperando por él cuando el sonido de su celular interrumpió su camino indicando la llamada entrante de su madre.

Sus padres estaban en Seúl.

En la universidad donde se suponía él estaría recibiendo clases, mejor dicho, preparándose para culminar su carrera de Derecho cuando sus padres llegaron al recinto para darle una sorpresa y en los registros no aparecía el nombre de ningún Jeon Jeongguk.

Había llegado el momento por el que tanto temió y sin embargo no tenía ganas de enfrentarse a ello.

Daría sus razones, soportaría los sermones y rabietas de sus progenitores y seguiría su vida.
Nunca se arrepintió de su decisión y no lo haría de buenas a primeras.

Pidió permiso para tomar el día libre por una emergencia familiar.

Y vaya que lo era.

Escribió en un mensaje la dirección de su departamento a sus padres y allí les esperaría.

Se cambió su ropa cómoda con la que usualmente trabajaba y se paró de brazos cruzados frente a la ventana, esperando la sentencia y sonrió al pensar de esa manera.

Meses antes se hubiera puesto tan nervioso y juraría que se pondría su llorar, porque ciertamente había traicionado la confianza de las personas que lo trajeron al mundo pero llegado el momento fue.. simplemente nada.

Suspiró cuando los toques en la puerta avisaron la llegada y caminó calmado.

-Antes de que me maten y echen mi cuerpo al desagüe por favor denme un abrazo - dijo cuando vió el rostro de sus padres detrás de la puerta.

A pesar de las circunstancias, fue bien recibido, tenían mucho sin verse, la seguridad que le brindaban la había necesitado por tanto tiempo que aquel largo abrazo nunca podría devolverle el más mísero tercio.

-¿Puedes explicarnos ahora que carajos está pasando muchacho? - su padre interrogó firme luego de invitarles a pasar. Su madre le miraba con preocupación porque su niño no era ya el mismo que ella había visto partir de casa. La última vez que le vió personal fueron meses atrás e incluso con poco tiempo luego se veía tan distinto que su enojo se evaporó de a poco.

Respiró profundo por segunda vez, comenzando el discurso que guardó por tanto y que ahora diría con palabras improvisadas porque estaba más que seguro de que se sentía orgulloso de lo que había logrado, felíz por no desistir y hacer lo que amaba.

-Asistí a ese lugar si, pero no aguanté más de un mes. Les pido perdón, mamá, papá, de verdad lo siento por no llenar las expectativas que tenían de mí pero por favor entiendan.. - el rostro de su padre estaba contraído en enojo pero no le interrumpió, su madre en cambio apretaba el bolso en su mano mientras escuchaba con atención.
-.. era el sueño que ustedes querían, no el mío. Ustedes han sido los mejores padres del mundo y siempre les agradeceré por ello y tal vez por eso, cometí el error de mentirles, no me atreví a decepcionarles y revelarme diciendo que no cuando insistieron en que debía tomar esa carrera - su padre abrió la boca pero su hijo se adelantó, deteniéndole a tiempo.
-Sé lo que dirás y tienes razón, les he decepcionado mucho más ahora que han descubierto todo esto y créanme que me siento mal por ello. Tomé con tanta seguridad la decisión de estudiar leyes pero lo hice por ustedes, nunca fue lo que quise yo y lo saben - su pecho se estrujó cuando vió a su madre bajar la mirada.
-Pero no es su culpa, es mía, no luché por lo que quería en ese tiempo y cuando entonces tomé valor para hacerlo ya era tarde para darles la cara a ustedes y tuve miedo, de que se enojaran y para serles del todo sincero también tuve miedo de que retiraran el dinero de la cuenta y que no pudiera terminar mis nuevos estudios -suspiró - Perdón.

Su padre se puso de pie, caminó de un lado a otro peinando su pelo aún negro sin rastro de canas y miró a su hijo cabizbajo sentado en el sofá frente a su esposa quien se mantenía en silencio.
-¿Qué has estado haciendo todo este tiempo entonces, Jeongguk?

El tono con el que pronunció su nombre no salió tan tosco como pensó y por alguna tonta razón se alegró.

-Hace no mucho terminé mis estudios, ¡oh! Tengo varios reconocimientos por ser el más destacado de mi generación, hice muchos proyectos y participé en muchos eventos mientras estuve en la Academia, algunos de los eventos en los que estuve fueron televisados y no saben cuanto rogué para que ustedes no lo vieran - su madre sonrió por primera vez, escuchando las anécdotas de su hijo.

-Siempre has sido tan bueno en todo, eso lo sabemos - habló ella con voz casi gangosa avisando quizá algunas lágrimas que estaba luchando por retener.

-¿Valió la pena? - preguntó su padre con los brazos cruzados sobre su pecho y se dirigió a su esposa con una mirada cómplice.

-¡Cada gota de sudor lo valió! - dijo con emoción.
-Tampoco les conté porque si sabían esto se darían cuenta de todo lo demás...

-Muchacho, más secretos no - la señora Jeon acarició el muslo de su esposo luego de que este volviera a su sitio pidiéndole en silencio que le dejara hablar.

-Tienen en frente a uno de los coreógrafos de Park Star Entertainment- la quijada de su padre casi tocó al suelo ante la sorpresa y su madre abrió los ojos como plato, tapando su boca y mirando a su esposo con igual sorpresa.

-Nos estás tomando el pelo ¿cierto?

-¿Cómo pasó? ¿Cómo lograste entrar a una empresa tan grande?

-¿Dudas de mis dotes, madre? - jugó un poco y hubiese querido enmarcar el momento para guardarlo por siempre.

-¡No! Es decir, es una de las empresas más prestigiosas del país y todos saben lo difícil que es entrar, se necesita un resorte aparte del talento y.. Espera - Jeongguk sonrió - ¡Sabía que Jimin se me hacía conocido de algún lado y no dijiste nada!

-No preguntaste - se encogió de hombros y su madre le lanzó el bolso de forma juguetona, sacando risas en los dos hombres más importantes de su vida.
-Él, me presentó con su padre, me hicieron una prueba, como una audición privada y desde ese día el señor Park ha reconocido mi trabajo - hablaba pausado, hablar de él le causaba sensaciones que no quería demostrar ante sus padres y su madre se percató de ello, limitándose a no seguir preguntando sobre el chico bonito que su hijo le había presentado a través de las videollamadas.

La señora Jeon se sentó en el mismo sofá que Jeongguk, era delgada y pequeña por lo que cabría en cualquier lugar. Conservaba aún sus hermosos atributos, aquellos que a primera vista habían enamorado a su ahora esposo y que hasta el día presente seguía elogiando.

-Estoy orgullosa de ti, mi pequeño. Somos nosotros quien debemos pedir tu perdón por no haberte escuchado, supongo que nos dejamos llevar por el estereotipo de que una profesión que incluya vestirte con traje y zapatos elegantes siempre te dará mejores condiciones de vida- el señor Jeon negó ante aquello más se unió luego al abrazo que su esposa le brindó a su hijo.

-Supongo que llevan mucho tiempo sin checar su cuenta de banco, sé que papá tampoco toma nunca las llamadas si son por lo de las deudas - los tres rieron, sabiendo que lo último era cierto.
-No deben nada y he estado depositando en su cuenta desde que empecé a trabajar y.. ¡No llores mamá! - le abrazó con una sonrisa - Quería que fuera una sorpresa para tu cumpleaños pero pues, creo que el momento lo amerita - volvieron los tres a fundirse en un abrazo hasta que la explosión de las emociones redujo un poco.
-Vamos a salir y comer,conozco un restaurante excelente, no quiero que se vayan hoy, los he extrañado mucho.

-Mi pequeño.. - su madre acarició su mejilla con cariño. Su dedos pequeños y delicados le transmitían tanta calma.
-¡Vamos!, hay que celebrar tus logros bebé, y esta vez quiero Ron con cola.

-Me enamora más cuando habla así - el señor Jeon codeó a su hijo conforme alzaba las cejas.

Quería un amor como el de ellos.

Pasaron el resto de la tarde entre risas y compartiendo recuerdos de su hijo tras su vida como adulto.

Regañaron a Yoongi cuando llegaron a casa y supieron que el había sido el autor intelectual del cambio de carrera de su hijo. Luego le felicitaron por haberle incitado a seguir sus sueños.

Jeongguk terminó borracho dormido en el sofá, el señor Jeon en igual condiciones pero acostado en la cama de su hijo.

Y la señora Jeon... Ella se burló de sus dos hombres mientras siguió bebiendo su Ron con cola junto a Yoongi.

Era una mujer fuerte y admirable.

Delicada.
Y también podía beber como camionero.

Jeongguk se sintió feliz al estar junto a ellos. Pudo olvidar muchas cosas por unas horas.

Muchas, pero él nunca estaba incluido en ellas.































Gracias a la sopa y pastillas que le había dado su madre antes de volver a Busán, Jeongguk pudo trabajar sin la misma resaca del día anterior.

Sentado frente a su laptop personal sobre su escritorio en el estudio se encontraba revisando los videos que no pudo verificar el día antes. Observando minuciosamente cada movimiento y paso que no era ejecutado a la perfección dentro de la coreografía y anotando en su libreta lo que debía mejorar.

Tan concentrado, que no sintió la puerta ser abierta, pero si la escuchó cerrarse, quedándose inmóvil cuando dirigió su vista hacia atrás y Jimin le miraba con una expresión neutra.

Que le estaba costando demasiado mantener.

-Quiero hablar contigo - su voz le delató, pues tembló cuando musitó aquello.

Hubo pausa por algunos segundos en los que se replanteó el salir huyendo de allí. Desistió al final, no sería cobarde otra vez.

-Estoy ocupado ahora Jimin y si lo que tienes para decir no es de trabajo entonces no creo que haya algo de que hablar.

Una estaca en el medio de su pecho habría dolido menos. Jeongguk sonó distante y odioso como nunca creyó escucharle.

Pero no le vió apretar los ojos y tragar ahogado antes de decir aquello.

Jimin sonrió y ni siquiera supo por qué, los nervios controlando su sistema quizá. Colocó su mano en la manilla dispuesto a salir corriendo cuando no le vió intenciones de voltear la maldita silla y mirarlo de frente.

-Supongo.. que te perdí.

Dijo antes de salir y como si hubiese sido un interruptor al que presionaron para ello, Jeongguk se volteó, mirándolo con el ceño fruncido.

-Nunca quisiste tenerme Jimin y no se puede perder lo que nunca se tuvo ¿No es así?

Asintió, cabizbajo frente a él por segunda vez. Sintiéndose nada.

Dió la vuelta hasta encarar la puerta. Se rendiría tan fácil y era patético pero, no creía soportar ver su propia creación. Si él había cambiado había sido por su culpa, porque eso había deseado y cuando se arrepintió fue ya muy tarde.

Pero se había dado cuenta de algo en todos los meses que pasó a su lado.
Lo primero, solía equivocarse mucho, era un hecho.
Lo segundo, Jeongguk nunca fue predecible.

-Y si nunca perdiste algo porque nunca lo tuviste, entonces la oportunidad de conseguirlo es la mejor opción - su voz le había frenado.

Jimin sonrió esta vez diferente pero no se movió, porque cuando quiso hacerlo, unos dedos largos y fuertes estaban clavados a su minúscula cintura, respiración caliente detrás de su cuello y sonrió aún más. Ese, era su hogar.

-Entonces, ten por seguro que lucharé por tenerte de vuelta, Jeongguk.

-Eso no fue lo que dije.

-Soy el único que puede hablar tu mismo idioma, entendí lo que dijiste y aún dijeras que no, tu cuerpo restregándose al mío me dice lo contrario.

Jeongguk cerró los ojos, llevado por su dulce aroma. Sus dedos apresaban fuerte y descendieron hasta sus caderas para tratar de detener el contoneo de la pelvis de Jimin contra su bajo vientre más su instinto le falló y pronto se halló apretando allí para enmarcar más aquel lento roce.

-¿Por qué vuelves? ¿Por qué me haces esto, Jimin? - susurró en el escape de un jadeo tras su oído.

-Porque también te extrañé, porque.. - se giró, tomando en sus manos pequeñas la mezcla de facciones aniñadas y varoniles en su rostro. Trató de tomar todo el valor que había estado reuniendo para mirarle a los ojos y aunque su voz se quebró, no se detuvo.
-.. Porque en el tiempo de tu ausencia tuve que darme cuenta de la manera más dolorosa, que te amo. Te amo Jeongguk.

"Hazlo, ámame a tu manera. Has lo tuyo conmigo ahora... "




"Do your thing with me now"







No quiero ponerles a sufrir pero, se acerca el final 👀





No puse acá el trío porque quedaría muuuy largo, pero ya les alboroté las hormonas, debo cumplir 😂












💕Denle mucho amor a los bebés siempre💕















See u soon💜



















❄BigBabe_Jeon

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