☪️:22' Criaturas salvajes

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TaeHyung se encontraba frente a su padre, demasiado irritado al respecto. El hombre lo miraba con una disculpa pintada en su rostro. Pero no podía importarle menos ahora, solo quería que despotricara todo lo que quería oír.

— ¿Qué tan cierta es la historia de SeokJin viniendo a casa cada día para intentar disculparse conmigo? —susurraba.

Parte de él quería que fuera mentira porque no sabría cómo avanzar si todo lo que SeokJin había dicho era verdad.

Su padre suspiraba—. Tú no querías verlo-...

— ¿Qué tan cierta? —repetía.

— ¡Fué cada día, maldita sea! Yo solo estaba cuidando de ti —añadía su padre un tono más alto—. No querías verlo, estabas dolido y avergonzado y dijiste que no querías saber más nada con él y yo sólo seguí tus órdenes

—Oh, no, no, no... No vengas con esa maldita mentira. No te pongas en el papel de padre protector —exclamaba TaeHyung—. Tú creíste que si me alejabas de mi novio automáticamente dejaría de gustarme la polla

—Eras un adolescente, no sabías lo que querías

—Lo quería a él, quería a SeokJin. Quería a mi novio —aquello sonaba tan extraño y a la vez desgarrador para TaeHyung.

—Te cansaste de decir que él te había manipulado y presionado...

—No fue exactamente así —susurraba TaeHyung.

—Fueron tus palabras en ese entonces, no mías, hijo —añadía su padre, con tono mordaz—. Y sí, creí que alejándote de SeokJin serías normal-...

— ¿Normal? —repetía TaeHyung un tono más agudo—. Eso fue jodidamente ofensivo, pero no me sorprende... Lo que me sorprende es saber que viste lo miserable que fui cuando me alejé de SeokJin y pudiendo evitar eso, no lo hiciste

—Estabas destrozado

— ¡Porque creí que a él no le importaba lo suficiente para luchar por mí! —TaeHyung sentía tanta rabia que sus ojos se humedecian, quería arrancarse el cabello de la frustración—. Cuando me diste la habitación donde tenías tu gimnasio, no lo hiciste porque era más grande que la mía y querías levantarme el ánimo con el cambio, fue porque SeokJin llamaba cada noche a mi ventana y evitaste que supiera eso... —su padre apretaba sus dientes mientras limpiaba el sudor de su frente, TaeHyung mordia su belfo inferior —. Cuando cambiaste mi número diciendo que era para tu nueva flota empresarial lo hiciste para que no pudiera enviarme mensajes y ciertamente él también había cambiado el suyo porque seguramente su padre te ayudó en eso y así evitar que tuviéramos comunicación

—Tae, basta. Ya está hecho, me equivoqué, pero lo hice con las mejores intenciones

—Tu hijo adolescente era un maldito fantasma con el corazón roto y tú pudiste evitar eso... ¡Si soy como soy ahora, puedes quedarte con todo el maldito crédito por haber sido tan jodidamente homofóbico conmigo! 

Su padre apretaba sus dientes y sus ojos, jamás había sido un hombre violento, solo era distante y frío, para nada feliz con la sexualidad de su hijo, pero no lo suficientemente mierda para dejar de amarlo. Solo demasiado incómodo con la decisiones tomadas por este—. Yo sólo... ¿Qué importa ahora, TaeHyung? Estás casado con él ¿O no?

TaeHyung entrecerraba sus ojos y negaba lentamente—. Él me detesta

—El crédito es todo tuyo, no me culpes por eso

—No me avergüenzo de cómo soy y lo que hice... —Taehyung no estaba siendo completamente sincero en esa parte, había cosas que le gustaría borrar de su historial—. Pero sí me da rabia que me hayas quitado la chance de tener algo bueno con él

—Tú te dejaste envenenar por ese chico que estaba enamorado de SeokJin y luego yo simplemente quise cuidarte. Sí, me equivoqué, pero el primer error fue tuyo —decía su padre—. Y me arrepiento, lamento mucho haberte alejado de él, tendría que haberlo dejado explicarse y ver qué decidías en ese entonces para que dejes de culparme por tus decisiones

—Mis decisiones son mías, mi estilo de vida también, pero tienes jodidamente la culpa de que parte de mi relación inexistente con SeokJin este manchada porque tú no podías lidiar con el hecho de que a tu hijo le gusta tomar por culo y disfrutarlo

—TaeHyung... No hay necesidad de ser tan vulgar.

El azabache reía secamente, ciertamente no había necesidad de más nada. Ya sabía cómo había sido todo. SeokJin no había perdido el interés, su padre simplemente había hecho un trabajo sigiloso para alejarlo de él sin necesidad de ser el típico padre arrogante que amenazaba al novio con palabras banales. Un trabajo de hormiga que había manchado su escaso vínculo con SeokJin. Y lo que más odio le causaba era no saber cómo recuperarlo. Porque si bien su padre había puesto de su parte para separarlos, sus decisiones de adulto y los diferentes hombres pasando por su cuerpo y su cama, su reputación manchada, todo eso había sido pura y exclusivamente su propio trabajo.

Todo mérito suyo, odiaba que su padre tuviera razón en eso. TaeHyung no se avergonzaba de todas sus andanzas e historial, pero el hecho de que el motor de ellas hubiera sido un amor que había creído no correspondido, en cierta forma, le molestaba. Y le gustaría poder borrar algunos encuentros vergonzosos que no habían sido ni la mitad de placenteros o divertidos de lo que había sido un simple fin de semana con SeokJin dónde habían tenido peleas, pero también había degustado lo que era estar en el extremo receptor de las caricias y los besos de un hombre que inevitablemente, TaeHyung consideraba cariñoso y cálido.

SeokJin era el novio perfecto, pero no era el suyo y ni siquiera podía odiarlo o verle algún defecto porque había caído en sus redes a causa de su corazón roto y maltratado por el infiel de su novio. Sin el error de ese tipo, TaeHyung no hubiera podido obtener un poco de lo que SeokJin era capaz de dar en un encuentro, en una relación.

TaeHyung apretaba sus puños y se dirigía a la salida, no sin antes añadir:

—Aunenta un veinticinco por ciento mis ganancias o buscaré la forma de arruinar algo para ti... Y sabes que lo digo en serio —exclamaba viendo a su padre con suma seriedad y luego salía de allí.

Ya no tenía ganas de saber más nada. Su estómago estaba revuelto y no estaba seguro a dónde ir luego de haber tenido esa charla reveladora y amarga. Se sentía muy solo y lo más irónico, tenía unas ganas desesperadas de estar con SeokJin.

Es ridículo, él no te pertenece, no tienen nada. Solo fue sexo. Solo eso fuiste para él, un premio consuelo.

SeokJin había pasado por su trabajo para buscar su nuevo itinerario y hablar personalmente sobre unos cambios que haría con algunos programas actualmente al aire. No había hablado nada con Jungkook, solo lo tenía sentado a su lado, en sumo silencio y con su ansiedad a flor de piel. Aplicar la ley de hielo no sería la primera vez, ellos habían tenido discusiones como cualquier pareja, pero no se puede comparar un desacuerdo con una infidelidad.

Jungkook no podía respirar, tampoco podía moverse y apenas podía mirarlo. Todavía le sabía amargo la forma en que SeokJin quería desesperadamente a TaeHyung en el auto con ellos. Seguramente se debía a qué no quería estar solo con él y no se debía a nada más, ¿Cierto?

De todas formas no tienes derecho a que te duela, pensaba Jungkook para si mismo cuando de repente saltaba porque la puerta del auto se abría y SeokJin volvía a inundar el escaso espacio con su aroma. Deseaba con todas sus fuerzas meter su rostro en el hueco de su cuello. Jungkook lo amaba y lo deseaba como un demente. Pero su corazón estaba mareado y confundido.

— ¿Te llevo a algún lado? —preguntaba SeokJin secamente.

No era el único con la cabeza y el corazón revolucionado. Parte de él quería comerse a Jungkook y parte de él lo necesitaba lejos. Era tan contradictorio, tan complejo, porque aún había un pedazo de él que no había superado para nada a Kim TaeHyung y pensar en ellos juntos, pensar en el cuerpo de TaeHyung desnudo y sudado y como fue la mismísima gloria estar dentro de él otra vez, era apabullante, lo volvia un animal de puro instinto.

—Contigo —decía Jungkook—. A dónde vayas, hasta que podamos hablar —susurraba.

SeokJin tenía que admitir que admiraba las bolas del hombre más joven y parte de él sentía un consuelo al ver que Jungkook todavía estaba ahí. Suspiraba apretaba sus dientes por culpa del lío en su cabeza y Jungkook se volvía más pequeño en su asiento a causa de ese suspiro.

No tenía idea que el hombre a su lado estaba tan confundido como él.

Cuando SeokJin no decía nada y se limitaba a conducir, Jungkook rogaba interiormente que por favor lo llevará con él y no quisiera dejarlo en algún sitio conocido. Pero para su suerte, minutos más tarde, SeokJin estaba entrando el garage, sumido en un silencio mortal y bajando del auto sin dirigirle la palabra a su "aún" novio. Jungkook le imitaba saliendo de allí y lo veía bajar su valija y la de TaeHyung, luego lo seguía por el pasillo que conectaba el garage con la sala de los Kim. SeokJin dejaba las maletas, abría su chaqueta y se la quitaba, dejandola sobre el respaldar del sofá, era todo movimiento brusco, suspiros sonoros y Jungkook sentía la necesidad de simplemente abrazarlo fuerte.

Y lo hacía.

Tomaba por completo de sorpresa a SeokJin cuando los brazos del pelinegro le rodeaban desde atrás, no permitiéndole moverse. Sentía el rostro de Jungkook apoyado en su hombro y como respiraba inestable. Su corazón latía con rapidez y estaba seguro que podía sentir el de Jungkook también acelerado y golpeando su espalda.

Un nudo en su garganta aparecía al igual que en la de Jungkook.

— ¿Qué haces? —susurraba.

Jungkook sorbia su nariz—. Solo necesito que me perdones, por favor perdóname, perdóname —susurraba con desesperación.

SeokJin miraba a cualquier parte de su casa sin realmente mirar.

—Cuando pides perdón por algo que hiciste, se supone que no lo vuelves a hacer... —decía sin ganas.

Sin siquiera ánimos de pelear.

Jungkook lo soltaba y lo giraba para tenerlo de frente.

—No lo volveré a hacer. Yo-yo estaba ebrio...

—No culpes al alcohol porque cuando uno está ebrio dice la verdad y hace lo que realmente siente —susurraba SeokJin con ojos tristes fijos en Jungkook—. Por favor no lo hagas y no me mires así —susurraba sin fuerza. Apoyandose contra el respaldar del sillón tras él.

Jungkook tenía sus ojos ya húmedos con lágrimas cayendo lentamente, relamía sus labios y negaba con su cabeza.

—Fue un error, no volverá a suceder... Yo estaba mal y Jimin-...

—Te consoló

—Jin...

—No logro entender porque estabas mal, tú y yo estábamos bien —susurraba.

Jungkook se acercaba conteniendo el aliento y apoyaba sus manos en las caderas de SeokJin mientras ocupaba su espacio personal.

—No me gusta todo esto

— ¿Qué es esto?

—Tu estúpido matrimonio falso, toda esta actuación del matrimonio perfecto. No me gustó saber que estarías a solas con él fingiendo...

—Tú vives con Jimin ahora, nunca me lo dijiste y si no lo hiciste fue porque-...

—Porque no quería que gastaras tu dinero en mí sabiendo que tengo problemas... Yo- a mí no me gusta ser un mantenido... No me gusta recibir ayuda si sé que puedo sólo

—Claramente no podías, esta vez... Y no viniste a mí por ayuda —exclamaba con calma—. Fuiste con Jimin y no me interesan las excusas que estabas enojado o ebrio... Te acostaste con Jimin, con el hombre a quien me aseguraste que ya no veías como algo más que un buen amigo...

Jungkook sentía la desesperación recorrerle, este era el fin y no lo queria, no quería que fuera el fin.

—No, no... Él es solo eso, yo a ti te amo.

SeokJin, quien hasta entonces tenía sus ojos llorosos, finalmente largaba las primeras lágrimas mientras exhalaba y soltaba el aire suprimiendo un gemido de frustración.

—Tú no puedes decirme eso ahora cuando te follaste a tu mejor amigo —añadía, quitando las manos de Jungkook de su cadera, estaba comenzando a reemplazar la tristeza con enojo.

¿Quién se creía Jungkook para decirle eso justo ahora? Carecía totalmente de sentido. Sabía que en el fondo Jungkook si lo amaba, lo había visto en sus acciones, en sus ojos en todo ese tiempo juntos, pero Jungkook tambien sentía algo fuerte por Jimin y no había competencia en eso. Jimin había sido su primer amor, correspondido o no y si Jungkook estaba en negación con eso, su amor hacia él no tenía mucho sentido.

El primer amor siempre deja una marca grande. SeokJin lo sabía tan bien o mejor que Jungkook y nuevamente sus sentimientos eran un huracán dentro de su pecho, haciendo estragos con su cabeza y su corazón. Agachando la mirada, fregaba su rostro con ambas manos y estaba a punto de pedirle a Jungkook que se fuera.

—Necesito no verte en este momento

—No, no, no, por favor no me pidas que me vayas —rogaba Jungkook, metiéndose en todo su espacio personal, abrazándolo y buscando el rostro de SeokJin con el suyo propio—. Te lo pido, por favor...

Rogaba el pelinegro con sus labios sobre la mejilla de un SeokJin que corría su rostro porque conocía lo dulce que esos labios sabían. Conocía el efecto de los besos de Jungkook en él. Conocía el efecto de Jungkook en él, pero otro hombre también estaba teniendo un gran efecto sobre él.

Ese mismo hombre se sentía perdido, la ira ardiendo en su interior. La impotencia de no poder hacer nada para cambiar sus acciones del pasado y los acontecimientos de ello. Por más que no había querido pensar en SeokJin y en como sería su vida si no hubiera sido un adolescente tan susceptible y manipulable, estaba seguro que aún seguirían juntos. Él nunca se hubiese cansado de besar y tocar a SeokJin, él nunca hubiera tenido suficiente.

Él no tenía suficiente.

El viaje en el taxi había sido agobiante y el conductor un verdadero caballero que había ignorado como TaeHyung derramaba un par de lágrimas que no se había dignado a limpiar y el sonido de su nariz sorbiendo el agua, era el único sonido fuera del sonido exterior. TaeHyung había estado demasiado sumido en los "¿Y que tal sí?" Que había pedido al conductor llevarlo directo a su casa, para cuando pagaba su viaje el taxista le había extendido un pañuelo en silencio y TaeHyung le estaba agradecido.

Para cuando bajaba y se sentía decente, pero en realidad sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, TaeHyung maldecia, porque no había tenido en cuenta de que podía cruzarse con SeokJin y Jungkook.

Cuando la puerta se abría, TaeHyung encontraba a Jungkook intentando besar a SeokJin desesperadamente y no había podido evitar que aquella imagen fuera más shockeantes de lo que debería haber sido. Lo más extraordinario era la forma en que SeokJin había saltado lejos de Jungkook al verlo.

—Tae... —su voz ronca y llena de sorpresa. Lucían como un matrimonio real y SeokJin parecía haber sido agarrado infraganti en pleno acto de infidelidad.

TaeHyung había notado a través de la nueva humedad segregada en sus ojos que Jungkook también tenía los suyos rojos y SeokJin había llorado otro poco porque los de él brillaban como dos galaxias. El nudo en el estómago de TaeHyung se asentaba y sentía una sensación horrible. No debería sentirse así, su cabeza lujuriosa usualmente disfrutaba de ver a esos dos uno contra otro de forma libidonosa, y pese a que no era un fan de las demostraciones románticas entre ellos, no lo habían hecho sentir así.

Tan vulnerable y emocionalmente desequilibrado.

Cuando notaba que sus pies estaban pegados al suelo, reaccionaba cuando escuchaba a SeokJin a unos pasos de él.

— ¿Tae, estás bien? —preguntaba el castaño preocupado.

TaeHyung había llorado ¿Por qué? SeokJin necesitaba saber y estaba a punto de caminar hacia el azabache cuando este se recomponía al notar la mirada ceñuda de Jungkook sobre él y sobre SeokJin. Él no tenía ganas de lidiar con más drama del que ya estaba manejando por su cuenta, así que sus pies se despegaban del suelo y se ponía en marcha, ignorando con todas sus fuerzas la voz preocupada de SeokJin que le volvía a llamar y preguntar que le sucedía.

Con cabeza gacha, salía de la sala a paso veloz, escuchando que el móvil de SeokJin sonaba a la distancia y este no tenía más remedio que atender.

En cierta forma, Jin agradecía el llamado desconocido porque Jungkook lo estaba quemando con su mirada y sus pies estaban extrañamente desesperados por correr detrás de TaeHyung y no debería sentirse así.

— ¿Hola? —atendía—. Sí, él habla —TaeHyung aceleraba el paso, aprovechando la distracción—. ¿Mi madre, qué? —preguntaba SeokJin de repente.

Jungkook fruncia su ceño con una preocupación diferente ahora y TaeHyung giraba, deteniendo su andar, cuando notaba que SeokJin tomaba su chaqueta y ya no miraba a ninguno de los dos.

— ¿En qué hospital? —preguntaba nervioso, tomando sus llaves. Tanto TaeHyung como Jungkook lo seguían de cerca, mirándose de reojo entre ellos—. Sí, si. De acuerdo, voy en camino.

SeokJin cortaba el llamado y fregaba su rostro.

— ¿Qué sucedió? ¿Qué pasó? —preguntaba Jungkook.

— ¿Es tu mamá? ¿Está bien?  ¿Que le pasó? —preguntaba TaeHyung por su cuenta.

SeokJin iba de un lado a otro, tomando su billetera y luego las llaves que se le caían de su mano y automáticamente TaeHyung y Jungkook se inclinaban para tomarla, pero Jungkook había sido más rápido.

— Cálmate ¿Qué pasó? —preguntaba.

SeokJin inhalaba y exhalaba—. Mi madre tuvo un ataque intenso de asma, ella-ella está hospitalizada ahora-...

—Voy contigo —decía TaeHyung.

SeokJin lo miraba algo perdido—. También yo, vamos —decía Jungkook, guiandolo por el pasillo que conectaba al garage.

SeokJin tenía su cabeza demasiado revuelta para notar la tensión entre Jungkook y TaeHyung en ese momento. Estaba enfocado en subir al auto y ver a su madre, tan encimismado en eso que no veía cuando los otros dos chocaban hombro con hombro por intentar subir en el copiloto, una mala mirada era la que inevitablemente se daban.

Pero nuevamente el sonido de llaves cayendo al suelo, los interrumpía. SeokJin era un manojo de nervios y TaeHyung era más rápido que Jungkook esta vez.

—Dame eso —exclamaba, tomando el juego de llaves de la mano de SeokJin.

—Tranquilo, yo puedo —balbuceaba SeokJin.

—No, no puedes. No discutas y sube al auto, yo manejo —le ordenaba y SeokJin se le quedaba viendo fijamente unos momentos—. Vamos, sube —susurraba TaeHyung, sintiéndose expuesto de alguna forma.

SeokJin se movía automáticamente y cuando llegaba al lado de un Jungkook que no había perdido de vista su mirada a su falso esposo, le decía suavemente:

— ¿Quieres ir atrás conm-...?

Jungkook quedaba con la pregunta a mitad de camino, porque SeokJin solo se metia en el asiento copiloto. TaeHyung y él se miraban por un segundo.

—Sube de una vez —ordenaba TaeHyung, metiéndose él mismo al auto. Jungkook apretaba sus dientes y obedecía, yendo inevitablemente atrás.

Suerte para ellos, el aire de tensión era reemplazado por la preocupación de un SeokJin que solo guiaba a TaeHyung por dónde ir más rápido.

— ¿Te dijeron que le sucedió? ¿Donde estaba? —preguntaba Jungkook, inclinado hacia adelante.

SeokJin lo miraba y de repente notaba la preocupación en sus ojos negros. Jungkook le tenía mucho cariño a su madre y viceversa, especialmente por la ausencia de la suya propia hacía ya un tiempo, debido a la escasa relación.

SeokJin suspiraba y dejaba de ver esos ojos.

—Una amiga está con ella, me dijo que intentaron asaltarla en el mercado —Seokjin suspiraba.

—Que pedazo de mierdas —susurraba TaeHyung sin verlo.

SeokJin asentía con el rostro consternado y la mano de Jungkook se cernía repentinamente en su hombro. SeokJin la miraba, en pausa.

Jungkook sentía solo un poco de incomodidad porque incluso TaeHyung había tirado una leve mirada en su dirección. No era la primera vez que él demostraba su cariño a SeokJin frente a TaeHyung, pero esta vez lo notaba muchísimo más tenso. Ambos lo estaban, pero Jungkook se sentía tan culpable que estaba seguro que TaeHyung lo detestaba en parte, por haberse follado a su chico. Porque estaba seguro que TaeHyung sabía de su infidelidad, había cierto borde sobreprotector o posesivo en él para con SeokJin. Más que de costumbre y Jimin no se hallaba en ninguna parte para ser el motivo de las dagas frías y asesinas que salían de los ojos de TaeHyung.

Cuando llegaban al hospital, SeokJin se presentaba rápidamente y preguntaba dónde estaba la habitación de su madre. Suerte para ellos, era horario de visita por lo que dejaban a los tres entrar al mismo tiempo. En el elevador, había algo de gente por lo que terminaban los tres solo un poco mucho, cerca del otro. SeokJin estaba claramente en el medio y se sentía demasiado extraño. En parte su cabeza solo pensaba en su madre y por otro lado, el aroma de TaeHyung se mezclaba con el de Jungkook e inundaban sus fosas nasales.

Dios, estaba demasiado estresado para seguir en esa maldita caja cuadrada, pero daba gracias cuando llegaban al piso de su madre. SeokJin no esperaba por ninguno, pero sabía que ambos lo seguían. Cuando llegaba a la habitación un doctor salía de ella.

— ¿Sí? —preguntaba el mismo al ver la mirada preocupada de SeokJin—. Oh ¿Kim SeokJin hijo de la señora Song Eun-Yeong?

—Sí ¿Cómo está? ¿Puedo verla?

El doctor sonreía pacíficamente, era un hombre de unos cincuenta y tantos, por seguro.

—Tranquilo, ella está muy bien. Fue un susto —el doctor alzaba sus cejas—. Bueno, un susto intenso, pero se encuentra mejor. Ahora muchísimo mejor, de hecho. Entra, aquí está.

SeokJin seguía al doctor adentro de la habitación, pegado atrás, lo seguían TaeHyung y Jungkook en silencio. Cuándo veía su madre sobre la cama comiendo una gelatina de fresa, un suspiro de alivio lo dejaba.

—Oh, mi niño —exclamaba la mujer con dulzura.

—Tu niño casi se muere de un infarto —exclamaba  SeokJin.

La mujer dejaba la gelatina de fresa un lado y estiraba sus brazos para poder recibir a su hijo. SeokJin era inmenso al lado de la mujer que yacía sobre la cama de hospital, pero aún así al inclinarse para abrazarla, se veía adorablemente pequeño para los hombres que presenciaban tal muestra de cariño.

La mujer se sorprendía complacida al notar que detrás de SeokJin se encontraban Jungkook y TaeHyung, mirandola con preocupación y a la vez un borde de ternura en los ojos de ambos hombres. La preocupación se debía a su estado, la ternura era pura y exclusivamente debido al abrazo que SeokJin le estaba dando, mientras besaba su mejilla.

—Jungkook cariño, hace tanto que no te veo —decía la mujer apartando a SeokJin y estirando sus brazos para recibir al pelinegro quién de inmediato la abrazaba también con ternura.

Los ojos del castaño se dirigían a la figura de TaeHyung aún cerca la puerta, miraba la escena extrañado, hacía mucho que este no veía a su madre.

—Oh por Dios, mira lo que algo malo hizo que sucediera hoy. Extraordinario verte de nuevo querido TaeTae —decía la mujer con gran dulzura en su voz.

Jungkook se apartaba con un nudo en el estómago, al parecer la madre de SeokJin, aún tenía mucho aprecio por el primer novio de su hijo.

TaeHyung abría sus ojos con sorpresa, pero una dulce sonrisa se dibujada en su rostro cuando la mujer extendía sus brazos y movía sus dedos haciendo seña de que se acercara para saludarla. El azabache no podía resistirse a tanta ternura, esa mujer siempre había sido tan dulce con él, pero se había desacostumbrado a ciertas muestras de afecto, no la esperaba ciertamente porque hacía mucho que no veía la madre de SeokJin, pero esta seguía tratándolo con gran ternura, como si el tiempo no hubiera pasado.

—Señora Song, es un gusto verte. Es bueno saber que estás bien —exclamaba el azabache, inclinándose para abrazarla.

El abrazo era tan fraternal, tan cálido que TaeHyung no quería exactamente alejarse, pero lo hacía.

—Estás hermoso, TaeTae, me alegra mucho que hayas venido, cariño.

—Tu hijo era un asco, un manojo de nervios horrible... —respondía.

—Oh, cállate —decia SeokJin con un tono suave—. ¿Podrías explicarme que pasó? ¿Y por qué no querías llamarme? El doctor en el llamado dijo que prácticamente tuvo que obligarte a qué le dieras mi número.

SeokJin se aproximaba a la cama, Dios, verlo con su madre siempre enviaba una oleada de ternura a Jungkook y TaeHyung había olvidado que era tan devoto de ella, era ciertamente una debilidad ver al grandote tan dulce con la mujer que le dió la vida. SeokJin era bastante "mamero" y era una cualidad preciosa para ambos hombres.

—Porque ya estoy bien y no estaba segura si ya habían vuelto de su fin de semana —decía mirando al falso matrimonio y a la distancia notaba como Jungkook bajaba la mirada.—. Supuse que ya estarías trabajando o algo así.

— ¿Cómo sucedió? ¿Le apuntaron o algo? ¿Fue violento? —preguntaba TaeHyung antes que SeokJin.

La mujer chasqueaba su lengua y ondeaba su mano restándole importancia—. Solo fue un bravucon probando suerte con una mujer mayor. Tenía mi teléfono en la oreja, estaba hablando con la señora Moon y quiso arrebatarlo...

— ¿Qué te dije de sacar el teléfono en la calle? —exclamaba SeokJin.

La mujer chasqueaba su lengua, tanto TaeHyung como Jungkook reían—. Era un buen chisme y era un mal intencionado conocido del vecindario, ya fue atrapado

—Tuviste un ataque de asma grave a causa de eso ¿Qué tal si se ponía realmente, realmente mal? ¿Pretendes dejarme huérfano, mujer?

Su madre sonreía y tomaba su mano—. No exageres cariño, aún tengo mi teléfono y estoy viva y coleando. Yerba mala, nunca muere

—Usted no es eso señora Song —decía Jungkook con ternura—. Tenga más cuidado, también me dejaría huérfano —mencionaba Jungkook.

TaeHyung rodaba sus ojos y la mujer lo veía.

—Bueno, ya muchachos. Vayan a hacer sus que haceres, el doctor me dejara un día más y luego seré dada de alta, pero estoy más que bien —exclamaba palmeando el brazo de TaeHyung y el hombro de SeokJin—. Kook, hijo ¿No tienes clases?

SeokJin miraba al pelinegro y se ponía de pie—. Es cierto, no pierdas un día. Hablaremos luego —susurraba lo último solo para él y Jungkook.

El chico lo miraba con el ruego pintado en sus ojos negros—. No, digo... Si, podemos hablar luego, pero quiero quedarme contigo —susurraba Jungkook.

No lo suficientemente bajo, porque tanto TaeHyung como la madre de SeokJin lo escuchaban. TaeHyung sonreía de forma incómoda.

—Oye, ve. No perderás un día

—Tú tampoco, cariño —decía su madre—. Se ve que tienes muchos asuntos que resolver —decía sonriendo dulcemente, mirando entre TaeHyung y Jungkook—. Ven mañana por mí cuando me den el alta.

SeokJin la miraba fijamente—. Esto no es negociable, eomma. Me quedaré —girando nuevamente hacia Jungkook exclamaba—. Si quieres, puedo llevarte. 

Jungkook fruncia su ceño y pasaba el nudo en su garganta—. No, está bien. Tomaré el autobús sino me quieres aquí

—No quiero que pierdas un día de clases —respondía tenso SeokJin, luego tomaba su billetera y sacaba dinero, bastante—. Toma, ve en taxi, ya vas tarde.

Jungkook le alejaba la mano—. Tengo dinero-...

SeokJin empujaba suavemente la mano de Jungkook, se acercaba demasiado, mucho. Jungkook creía que lo iba a besar, pero solo lo miraba fijo mientras dejaba el dinero en su bolsillo trasero. TaeHyung los había visto, sus dientes apretados... Incluso su puño. La señora Song, lo veía todo.

—Ve, hablaremos mañana —susurraba SeokJin.

Jungkook lo miraba con hambre. Con tanto deseo y anhelo, tan cerca y tan lejos. Luego pintaba una bonita sonrisa y se aproximaba a la madre de SeokJin, dándole un suave beso en su mejilla—. La veré pronto

—Eso espero, cariño. Ve con cuidado —decía la mujer dulcemente.

Jungkook asentía con dulzura y luego miraba brevemente a TaeHyung—. Adiós.

TaeHyung sacudía si cabeza, su ceño duro. SeokJin suspiraba cuando Jungkook llegaba a él—. Llámame, por favor.

—Lo haré, mañana. Ten un buen día —susurraba—. ¿Quieres que te acompañe abajo?

Era la primera vez que SeokJin preguntaba algo así, si no estuvieran en tensos términos, lo habría acompañado directamente, así que Jungkook aceptaba que no quería tener que estar tolerandolo un minuto más. Dibujaba una sonrisa falsa y negaba, luego se acercaba y sentía lo tenso que se ponía SeokJin, pero no besaba sus labios aunque lo deseara, besaba la comisura de sus labios deseando poder comerse a SeokJin, ardía de deseo y anhelo. SeokJin se sentía extraño, pero aún, deseaba los labios de jungkook, pero no así.

Se alejaba sutilmente y acariciaba la mejilla del pelinegro con suavidad, luego de eso, Jungkook salia corriendo conteniendo sus lágrimas, SeokJin se quedaba mirando la puerta y suspirando.

Su madre se aclaraba la garganta y SeokJin la miraba—. No digas nada, no necesitas más drama, come tu gelatina. Me quedaré aquí... —luego miraba a TaeHyung—. Gracias por traerme, puedes volver. Llevate mi auto si quieres —decía extendiendo su mano con la llave.

TaeHyung lo quitaba de su rostro y chasqueaba su lengua—. No has comido aún, iré por comida. No me voy a ningún lado —luego de eso sonreía a la madre de SeokJin—. Tendrás que lidiar con nosotros, cariño. Ninguno se irá.

Cuando TaeHyung salía de la habitación, SeokJin se quedaba viendo en esa dirección, otra vez y suspiraba, no había sido sonoro, pero su madre lo había visto.

— ¿Qué pasa contigo y esos chicos? —preguntaba.

SeokJin la miraba atónito, pero decidía evadir la pregunta mientras se quitaba su chaqueta.

— ¿Qué pasa contigo y eso de no dejar al médico que me notificará?

Su madre hacía una mueca—. TaeHyung sigue tan hermoso como siempre, incluso más que antes, diría...

—Mujer, no vayas por ahí. Estoy con jungkook ¿Recuerdas? —ni siquiera había sonado convincente mientras limpiaba el espacio de su madre, quitándole la mesa dónde había estado comiendo la gelatina.

— ¿Lo están? Jungkook estaba raro, tú también lo estás y Tae

—Por favor, eomma —pedía SeokJin suspirando—. Una cosa a la vez. Necesito manejar una cosa a la vez y ahora estoy centrado en tí —decía con su voz espesa.

Su madre asentía y no decía más nada, se ponían a conversar sobre su incidente y de cómo un hombre detuvo al delicuente y le devolvió su celular mientras otro llamaba a la ambulancia, TaeHyung llegaba con la comida justo cuando SeokJin volvía a rogarle a su madre que un chisme o lo que fuera, podía esperar si estaba en la calle. Y que no debía sacar el aparato si iba sola. El castaño tenía la mano de su madre entre las suyas y TaeHyung sentía una oleada de amor eufórico que lo golpeaba sin previo aviso.

—Mantente completo, TaeHyung —se reprendía.

Luego de que su corazón dejará de latir como el de un adolescente—el adolescente TaeHyung que había estado perdidamente enamorado de SeokJin—entraba finalmente.

SeokJin se sorprendía cuando lo veía sonriente con las bolsas en su mano, ya no parecía tan tenso, no parecía que había vuelto a llorar. Aún se preguntaba que le había sucedido y a dónde había ido para volver así, pero no era el momento ni el lugar de hablar de ello. Solo le agradecía por la comida y se acomodaban para almorzar junto a la madre de SeokJin que recibía minutos después su almuerzo de hospital.

—Por dios, eso se ve deprimente ¿Quieres de mi pollo? —preguntaba TaeHyung con una sonrisa cuadrada.

La señora Song reía y asentía—. Me encantaría

—Si no te lo dan en tu almuerzo, no deberías comerlo —exclamaba SeokJin.

Su madre le restaba importancia—. Estoy por mera observación hasta mañana, la comida no tiene nada que ver con mi estado, cariño.

—En tu cara, aguafiestas —decía TaeHyung, compartiendo de su comida.

Parecía una escena irreal y el tiempo no había afectado la relación de esos dos. Su madre seguía tan cálida y TaeHyung tan adorable y cómplice con ella.

—Deberías estar de mi lado, no del de ella... Es una desobediente —decía SeokJin con un puchero.

TaeHyung lo miraba y estaba seguro que su corazón repiqueteaba por ese puchero y el rostro de SeokJin. Carajo, estaba descontrolado.

—Mmm, lo siento, algunas cosas no cambian, cariño —decía TaeHyung divertido.

Su madre reía y SeokJin rodaba los ojos.

—Y dime, hijo. ¿Qué es de tu vida? —preguntaba Eun-Yeong a TaeHyung.

— ¿Qué decirte? —Taehyung se encogía de hombros—. Pese a que tu hijo aquí sentado, creé que estoy todo el día haciéndome la paja, de hecho hago pinturas por comisión y me va muy bien —decía orgulloso.

—Oye, no le hables así a mi madre

—Ay, SeokJinnie... Es totalmente sano que uno se autoatienda, aunque estoy grande para utilizar esa palabra —decía la mujer divertida, contagiando a TaeHyung con su risa.

—Tú siempre serás joven y hermosa —exclamaba TaeHyung.

—Adulador —soltaba SeokJin de brazos cruzados.

—Amargado —respondía TaeHyung de inmediato.

SeokJin reía—. Eres un traídor, eres mi esposo, estás casado conmigo no con ella.

TaeHyung reía brillantemente ante aquello, dejaba a SeokJin con una sonrisa estúpida en respuesta.

—Pero Eun-Yeong siempre fue mi favorita —respondía el azabache, sin aclarar mordazmente que era falso su matrimonio o que realmente no era su esposo, pero sólo le seguia la corriente a un SeokJin que no debería haberse sentido tan satisfecho e inquieto al mismo tiempo.

Las horas habían sido así, TaeHyung y Eun-Yeong poniéndose al día. TaeHyung criticando junto a SeokJin a la nueva mujer de su padre. SeokJin viendo como estúpido las sonrisas de TaeHyung. Cristo, le inquietaba lo mucho que veía del viejo TaeHyung en él. Tan agradable, tan hermoso-... Su teléfono cortaba el hilo de sus pensamientos, cuando lo miraba era Jungkook quien llamaba.

Ya era tarde, SeokJin se ponía de pie y los presentes notaban el cambio en sus rasgos.

—Tae, puedo llevarte a casa si quieres. Es tarde ya, prepárate, voy a atender esto —decía, saliendo de la habitación.

Eun-Yeong veía ahora como  TaeHyung quedaba viendo en su dirección. La mujer suspiraba, negando con su cabeza.

«Par de idiotas, los dos» pensaba.

— ¿Te irás? —preguntaba a TaeHyung en voz alta.

—Para nada, no tengo mucho que hacer hasta mañana de todas formas. Iré al baño de afuera —mencionaba el azabache.

Lo único que quería era seguir a SeokJin, lo había visto ir en dirección a una habitación que había estado vacía todo el día, no podía con su genio, necesitaba escuchar esa conversación.

— ¿Aún soy irritante para ti? —susurraba Jungkook con voz triste.

SeokJin suspiraba, TaeHyung veía su espalda y sus hombros estaban tensos—. Te pedí que habláramos mañana, solo quiero tener cabeza para mi madre en este momento.

TaeHyung no sabía que decía Jungkook, pero veía a SeokJin tener una lucha interna, claramente le costaba rechazar a Jungkook. TaeHyung suspiraba, pero su propio teléfono sonaba y por primera vez se lamentaba por no tenerlo en vibrador.

SeokJin giraba asustado de otro sonido repentino y TaeHyung estaba helado por ser atrapado. Se sentía en muchos sentidos como el adolescente que SeokJin había enamorado con simples sonrisas y miradas. El castaño le fruncia el ceño, claramente cuestionandose que hacía allí. TaeHyung se enojaba con el otro hombre por esa mirada de pura reprendida que le daba y entonces volvía a su "yo" normal de la actualidad, levantaba su mano y le mostraba el dedo medio mientras respondía su propio teléfono.

— ¿Quién habla? —soltaba con voz enojada.

Al otro lado de la línea de SeokJin Jungkook contenía la respiración—. ¿TaeHyung sigue allí? —susurraba bajo.

SeokJin apretaba sus dientes—. TaeHyung ya se va —decía SeokJin con voz tensa, mirando al susodicho.

TaeHyung volvía a mostrarle el dedo medio, aún no hablaban al otro lado de su linea—. Hable, carajo...

Soy Jimin... —exclamaba un rubio muy conocido para TaeHyung.

Su rostro de sorpresa hacía que SeokJin lo mirara curioso, ambos olvidando hablar por teléfono.

—Jimin... Que sorpresa —exclamaba TaeHyung.

— ¿Jin? —llamaba Jungkook al castaño mediante su propio llamado.

SeokJin no entendía porque le había sonado tan desagradable la forma en que TaeHyung habia dicho el nombre del rubio—.  Tengo que volver con mi madre. Yo te llamaré ¿De acuerdo? —decía el castaño y luego cortaba la llamada.

— ¿Estás ocupado? Ya que volviste ¿Podemos vernos esta noche? —preguntaba Jimin al otro lado de la línea.

Seokjin caminaba en dirección a TaeHyung y este por su parte relamía sus labios, los ojos de SeokJin se desviaban un momento, pero se quedaba parado frente a TaeHyung, a una distancia prudencial.

— ¿Vernos esta noche? —repetía TaeHyung.

SeokJin apretaba sus dientes, haciendo una cara extraña para TaeHyung, difícil de leer o fácil de hacerlo y engañarse a si mismo. SeokJin lo miraba con seriedad y se echaba a andar fuera de la habitación, pero era interceptado por TaeHyung, justo frente a él, muy cerca.

Los ojos negros de TaeHyung tenían como objetivo sus labios, SeokJin conocía esa mirada. Una mirada hambrienta que había detenido sus pasos y que sacudía su polla dentro de sus pantalones.

Su cuerpo no había recibido el memo de que lo de ellos había sido cosa de una vez. Un consuelo que TaeHyung le había proporcionado mientras se sacaba las extrañas ganas que tenía, como el hombre lujurioso que era.

—Lo siento, cariño. No tengo tiempo para ti hoy. Adiós —decía la voz melodiosamente engañosa de TaeHyung.

SeokJin sentía su pulso acelerarse.

— ¿Por qué dijiste que no? Te dije que podías irte, yo te llevo —repetía SeokJin.

TaeHyung alzaba su mentón, solo un poco de rabia en sus orbes negras.

—Y yo vine a decirte que voy a quedarme —susurraba TaeHyung, casi rozando su nariz a la ajena.

SeokJin contenía el aliento—. Es mi madre, no la tuya.

—Pero tú eres mi esposo —le respondía el azabache seguro, acercándose un poco más, ya rozando su nariz.

El aliento de SeokJin acariciaba sus labios. Lo hacía desear.

SeokJin apretaba sus ojos—. Por favor, quítate del camino —susurraba con voz grave. Ronca.

Su cuerpo estaba anhelando el calor de TaeHyung.

—Quítame tú —desafiaba TaeHyung, rozando sus labios y acariciando con su nariz la de SeokJin.

El castaño apretaba sus puños, no quería tocarlo o no podría detenerse.

—Por favor —susurraba SeokJin—. Mi cabeza es un desastre...

TaeHyung alzaba sus manos y acunaba el rostro de SeokJin, el primer toque íntimo en horas—. La mía igual.

SeokJin lo miraba sorprendido, pero sus manos no se mantenían quietas cuando tomaban las caderas de TaeHyung.

—Aún estoy con Jungkook

—No te pregunté —decía TaeHyung, besando la comisura de sus labios, justo donde Jungkook había besado horas atrás, pero ya se había desvanecido.

SeokJin entreabria sus labios, cerraba sus ojos y las sensaciones que TaeHyung provocaba en su cuerpo —y corazón —lo inundaban.

—No deberíamos... —susurraba, sintiendo otro beso en lado contrario de sus labios.

—Ya lo hicimos —susurraba TaeHyung, pasando suavemente sus dientes por el mentón perfilado de SeokJin, hasta llegar al centro de su boca y exclamar—. Y necesito más.

Y SeokJin se abalanzaba sobre su boca, comiendo y bebiendo de los labios de TaeHyung, cerrando en una rápida maniobra la puerta de la habitación vacía en la que se encontraban y estampando a TaeHyung entre la misma y su cuerpo.

TaeHyung gemia dulcemente en su boca, recibiendo su lengua, dejandolo poseerlo. No estaba peleando por gobernar su boca, estaba abriéndola más para dejarlo hacer y deshacer y degustarlo con su lengua. Sus manos iban de las caderas de TaeHyung a su culo y allí empujaba hacia arriba, TaeHyung abría sus piernas y dejaba que SeokJin lo alzará, luego enroscaba sus piernas en la cintura del castaño, y el beso jamás se cortó en esas maniobras.

Sentía la polla de SeokJin dura como hierro, frotándose a la suya mientras lo besaba. La habitación solo contenía el sonido de sus besos y sus respiraciones agitadas y amortiguadas por la boca del otro. Hasta que SeokJin mordia su belfo y tiraba de él, haciendo gemir a TaeHyung de forma aguda y luego llevando sus carnosos labios al cuello trigueño de TaeHyung.

Los ojos de este casi rodaban por detrás de su cabeza, una sonrisa sucia pintada en su rostro mientras SeokJin se molia contra él y pintaba su cuello de chupones.

— Folláme —gemía.

SeokJin gruñía, salía de su cuello y lo miraba—. No podemos hacerlo aquí.

TaeHyung desenredaba sus piernas y tocaba el piso.

—Sí, si podemos —respondía, abriendo con manos temblorosas la bragueta del pantalón de SeokJin, este debería de haberlo detenido, pero contrario a eso se encontraba acunando el rostro de TaeHyung, besando su mejilla, mordiendo y luego besando su lóbulo, tirando de él. Ponía a TaeHyung más caliente.

—Jodido que eres, ah... —gemía SeokJin, cuando la gran mano de TaeHyung tomaba su polla y comenzaba a masturbarlo.

Nuevamente se miraban y se besaban entre cortadamente mientras el movimiento sucio de sacudida  que TaeHyung le daba a su polla lo hacía temblar entre besos. SeokJin enroscaba los dedos de sus pies, estaba duro y deseoso, no podía detener a TaeHyung.

No quería hacerlo, quería darle lo que ambos deseaban.

—Te voy a lastimar sin lubricante —susurraba sobre los labios ajenos.

TaeHyung sonreía mientras que con su otra habilidosa mano, abría su propio pantalón, le daba otro beso devorador a SeokJin y caía sobre sus rodillas.

—No lo necesitamos... Házmelo así, yo te lubrico —exclamaba mirando hacia arriba.

SeokJin estaba embobado y quedaba peor cuando esa boca de ensueño, sacaba su lengua y pasaba la misma por su glande, llevándose los primeras fugaz de semen derramado. TaeHyung gemia por el sabor y luego chupaba la punta roja, SeokJin sentía sus piernas temblar, pero agarraba el cabello ondulado de TaeHyung y enredaba sus dedos ahí.

El azabache se sentía condenadamente satisfecho por esos dedos en su pelo y comenzaba a chupar como un demente, ayudándose con sus manos sobre la larga polla de SeokJin, comenzaba a desparramar la saliva y el pre semen por toda la longitud. El sonido era sucio y excitante. SeokJin estaba intentando con todas sus fuerzas no gemir.

Estaba mordiendo su labio inferior mientras movía sus caderas de forma controlada, TaeHyung estaba caliente por la vista prominente sobre él y por los ojos oscuros llenos de lujuria que lo miraban desde arriba. TaeHyung continuaba su labor, continuaba chupando esa polla de ensueño, la quería dentro de él, quería sentir hacer a SeokJin estirando sus paredes musculares y follandole como un demente.

Lo necesito. Lo necesito.

Era todo lo que su cabeza repetía mientras escupía sobre la polla de SeokJin, lo miraba por debajo de sus pestañas, con labios entreabiertos, hinchados y rojos, mientras continuaba embadurnando el falo erecto.

SeokJin siseaba, mientras sus manos acariciaban a TaeHyung, estaba perdido—. Eres tan hermoso —susurraba, mientras el hombre de rodillas le sonreía de forma sucia y provocativa, con sus manos masajeando y bañando su polla de su saliva.

Luego de eso, TaeHyung besaba su polla. Él lo hacía, le daba un beso y una succión suave que calentaba toda la piel de SeokJin. Eso había sido tan sexy.

Luego TaeHyung se ponía de pie, tomaba la nuca de SeokJin y lo besaba, ponía como un demente al otro hombre sentir su propio sabor en esos labios. Costaba dejarlo, pero TaeHyung lo soltaba, se daba la vuelta y bajaba sus pantalones exhibiendo su bonito culo. SeokJin no lo pensaba dos veces, su manos se dirigían a esos glúteos redondos e inevitablemente caía de rodillas y separaba los dos globos para pasar su lengua por el agujero de TaeHyung.

—Joder, Jin... —quedaba sin aliento. No esperaba un beso negro, solo quería ser follado de una maldita vez, pero SeokJin quería que sufriera lo menos posible.

Lo encendía demasiado, muchísimo más cuando sentía como SeokJin separaba sus glúteos para abrirlo bien, escupía dentro un par de veces y luego, sentía su lengua entrando. Su polla dura, estaba contra la puerta de la habitación, no sabía si apoyarse desesperado para la fricción sobre esta, o tirarse encima de la cara de SeokJin para que esa lengua lo follara profundo.

—Mmm...  Más, más —sollozaba, llevando su mano detrás y agarrando la cabeza de SeokJin para hundirlo en él, el sonido sucio de la boca de SeokJin lamiendo su bonito culo y estirandolo con dos de sus dedos, lo tenían al borde—. Tu polla, dame tu polla. Por favor, por favor, hazlo ya.

SeokJin, lo complacía, no sin antes morder uno de sus glúteos y hacerlo gemir de deseo. Cuando sentía a SeokJin tras él, bajando un poco más sus pantalones, miraba hacia atrás de reojo y veía como SeokJin escupía en su mano, bañaba su polla una vez más y luego se alienaba.

—Oh, dios... Joder, sí... —TaeHyung tenía la voz rota, estaba desesperado y no le interesaba ocultarlo, mientras se empujaba hacia atrás y el ardor de esa polla abriéndose paso por su anillo muscular, lo tenían temblando. Su mejilla se pegaba a la puerta, sus ojos apretándose, sus sentidos todos enfocados en el hombre tras él y en esa gloriosa polla abriéndolo.

SeokJin apretaba sus dientes, pero respiraba con dificultad, TaeHyung estaba tan deliciosamente apretado y a la vez necesitado.

—Carajo-... —soltaba sobre la oreja de TaeHyung, besando allí, su lóbulo luego mordiendo. TaeHyung adoraba escuchar lo inestable de su respiración y su voz—. Tan apretado...

—Es porque tu polla es inmensa —respondía con voz sensual y rota.

—Pero tú eres una total puta por ella ¿No es así, mi amor? —decía SeokJin, clavando sus dedos en las caderas ajenas, habría hematomas allí, a TaeHyung no le desagradaba la idea.

Una risa sensual y ronca le abandonaba—. Por ti, cariño... Seré lo que tú quieras —endulzaba TaeHyung, mirando hacia atrás y mordiendo su propio labio inferior cuando SeokJin se clavaba por completo en él—. Seré tu puta si lo pides amablemente —provocaba con esa sonrisa lasciva.

SeokJin perdía los estribos, se perdía en TaeHyung, en ellos, en su cuerpos juntos y unidos a través de su polla y tomaba el mentón de TaeHyung con fuerza y saqueaba su boca mientras sus caderas se impulsaban hacia atrás, salía solo hasta quedar su glande dentro de TaeHyung y luego empujaba con fuerza, mientras amortiguaba el gemido de TaeHyung con su lengua.

El azabache solo servía para recibir. Recibir esa polla, recibir esa lengua, sentir el apretón de los dedos de SeokJin sobre sus mejillas.

—Mmm, ah... Más duro, por favor... Hazlo más duro

—Maldito masoquista —decía SeokJin con voz ronca, pero inevitablemente, complacía a TaeHyung y luego le seguían estocadas fuertes.

Piel con piel, olor a sexo y sudor inundando la habitación. TaeHyung gimiendo suave y bajo, mientras él apretaba sus dientes, pero estaba cerca. Ambos los estaban y encontraban el ritmo perfecto, juntos. Uno empujando dentro y el otro hacia afuera, encontrándose en un estruendo de piel y sudor.

—Me voy a correr, Jin... Amor —susurraba TaeHyung entre las embestidas rudas de SeokJin.

—Te tengo, mi vida... Córrete para mí mientras te lleno por completo —decía SeokJin, aún sosteniendo el mentón de TaeHyung y hablándole pegado a su mejilla. Tan sensual.

Taehyung daba un último gemido con esas palabras y se venía sobre la pulcra blanca puerta.

Sus piernas eran de gelatina mientras Jin daba las últimas estocadas a través de su orgasmo y luego se corría con un gemido ronco y amortiguado por los labios en su nuca. Sentía la esencia de Jin descargarse dentro de él y escurrirse por sus piernas.

Sucio, pero bien follado y lleno de los fluidos de SeokJin.

El mismo estaba sin aliento, besando ahora el cuello de TaeHyung con dulces besos, este se dejaba, corriendo su cabeza y dejándole ese espacio en su cuello. Gimiendo de placer.

— ¿Estás bien? —preguntaba SeokJin, acariciando con sus pulgares la cadera de TaeHyung.

—Demasiado bien... —respondía casi ronroneando, pero casi lloraba cuando SeokJin salía y lo dejaba vacío—. No-...

SeokJin le chistaba y buscaba algo para limpiarlos a ambos, TaeHyung se quedaba sumamente quiero mientras sentía un paño pasar por entre sus piernas, luego escuchaba como SeokJin se limpiaba a si mismo y luego subía los pantalones de TaeHyung. Este estaba con el cerebro frito, aún flotando en una nube post orgasmica.

Pero cuando sentía a Jin presionar un beso en su mejilla y apretar sus caderas mientras inhalaba su aroma, TaeHyung no podía evitar sonreír.

— ¿Qué hicimos? —susurraba SeokJin en su oreja, besando allí y jugando dulcemente.

TaeHyung sentía una opresión en su pecho, pero luego suspiraba y giraba con cuerpo y todo, nuevamente estaba entre la puerta y SeokJin. Lo miraba y silenciaba poniendo su dedo sobre sus propios labios.

— Cállate, angelito —exclamaba, atrayendo a SeokJin para un beso más tranquilo. Intenso, pero dado con más calma.

SeokJin no luchaba, se dejaba hacer y eso ponía a TaeHyung tan deseoso, pero luego el beso intenso llegaba a su fin y el aire poco en sus pulmones. SeokJin lo miraba expectante, TaeHyung lo había besado con ojos cerrados, tan entregado. Cuando creía que el azabache diría algo, se encargaba de abrir la puerta y salir primero.

No decía nada, solo relamía sus labios mirando los de SeokJin con ganas de más, acariciando y limpiando la saliva de su boca y salía, dejando al otro hombre solo con sus pensamientos y su cuerpo drenado.

TaeHyung era tan peligroso para su salud.

Cómo verán el capítulo salió largo y anoche corrigiendo me estaba durmiendo y lo dejé así porque si presiono algo mal y se borra, la app que uso no tiene opción de ir para atrás y recuperar lo borrado y me ha pasado de apretar la pantalla y elegir párrafos largos para "cortar, copiar, pegar, deshacer" y me asusto dormida.

Bueno, no estoy soportando la partida de mi hombre. Pero TaeHyung me ha complacido con sus historias y sus post mirando la luna. Mi chiquitos extrañarán a su Hyung 😭

¿Qué les pareció este cap? ¿Esperaban lo ocurrido?

Con amorcito, niñita NanyKoo 💜

Perdón si hay errores de deditos salvajes. Nanyta fuera.

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