☪️:23' Planes macabros y conciencias sucias

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Jungkook se encontraba sumergido en su tarea a la medianoche, luego de haber cortado el llamado con SeokJin. Estaba demasiado enterrado en sus pensamientos en el momento en que Jimin entraba por la puerta de su ahora—compartido—departamento.

Ambos se habían evitado con éxito debido al trabajo del rubio y las clases de Jungkook, pero eventualmente este encuentro iba a suceder y Jimin se quedaba congelado sobre la puerta luego de cerrarla. Llevaba una sombra color durazno muy delicada en sus párpados. Él había hecho una actuación en el Illecebra esa noche, pero Jungkook había tenido que ceder su puesto debido a sus compromisos universitarios y al hecho de que estaba evitando a Jimin y pensando demasiado en SeokJin.

—Creí que dormías ya —decía el rubio, dejando su bolso a un lado junto con sus zapatos y moviéndose con cierta vulnerabilidad hacia el refrigerador para tomar una botella de agua fría.

Llevaba un suéter blanco de Chanel—original, regalo de un ex amante—skinnys negros y sus botas en punta. Su pelo estaba hacia atrás, con fijador. Sus labios aún tenía gloss sobre ellos, pero Jungkook se prohibía a sí mismo a mirarlo demasiado.

Aclarando su garganta, tipeaba en su laptop mientras exclamaba—. Tengo que entregar esto mañana y estoy jodidamente atrasado, no estaba cómodo en mi cuarto sobre la cama.

Jimin se giraba y tarareaba en acuerdo, sabía que Jungkook se dormía con el aparato encima de sus piernas antes de estudiar como era debido.

Tomando su agua se paraba frente al pelinegro y lo observaba, teniendo el líquido en su boca un momento hasta tragarlo, cruzando sus piernas y estudiando a su amigo.

Jungkook le daba miradas rápidas e incómodas.

—Los chicos te extrañaron en el club —decía el rubio.

Jungkook asentía—. Noona me permitió cambiar fecha por este trabajo. Haré doble función, los veré mañana —decía sin ver a Jimin.

El rubio rodaba los ojos y suspiraba sonoramente.

—Cómo sea, come algo Jeon —ordenaba hastiado de la actitud evasiva de su único amigo—. Me voy a la cama.

Jungkook no decía nada, solo movía su pierna derecha de arriba hacia abajo, pero llamaba a Jimin antes de que se fuera del todo:

—Hyung... —exclamaba con inseguridad.

Jimin se detenía de inmediato, sus pequeños hombros se tensaban, pero giraba levantando su mentón en dirección a su amigo quien ahora, sí lo estaba mirando.

— ¿Qué pasa?

Jungkook relamía sus labios—. ¿Has hablado o visto a TaeHyung hoy?

El rubio lo miraba atentamente y se incomodaba un poco ante su pregunta, recordando minutos atrás cuando había llamado a TaeHyung.

—No, bueno sí —decía rascando su nuca—. Lo llamé, tenía mi número en privado por lo que no sabía que yo estaba llamando

— ¿Por qué tienes tu número en privado? —preguntaba Jungkook curioso.

Jimin se sonrojaba un poco—. Es para cuando hago llamados a hombres que no deberían recibir llamados de un hombre joven y gay —admitía encogiéndose de hombros.

Jungkook apretaba sus dientes, apartaba su mirada para no fulminar a Jimin con esta y el rubio sabía lo que estaba pensando.

—Sí, soy una puta. Pero no es mi culpa que se obsesionen conmigo —exclamaba, restando importancia y alzando su mentón—. Yo no tengo un matrimonio que cuidar.

Jungkook fruncía su ceño—. No, no tienes un matrimonio que cuidar, pero tampoco tienes que contribuir a destruirlo —decía el pelinegro serio.

Jimin se enrojecía de la furia, no era la primera vez que lo llamaban rompe hogares—. Ellos deberían elegir mejor. Yo soy un hombre libre —y con eso siempre daba por terminada y ganada la discusión.

Pero Jungkook no se callaba ahí—. Exacto —le daba la razón—. Tú eres libre de todo pecado, por eso deberías de arrojar la piedra y mirar a otro lado, buscar por mejores opciones. No te hace mejor que ellos no ser el casado, de hecho considero que en cierta forma, eres igual de mierda porque el casado a fin de cuentas si quiere engañar hace lo que puede buscando donde tener suerte, Pero tú, las personas solteras pueden elegir algo mejor... Deberían dejar de engañarse con eso de que tienen cero responsabilidad sólo porque no se la deben a una pareja, te hace una persona de mierda y podrías ser mejor que eso, elegir mejor que simples migajas. No dejarte usar.

Y Jimin sentía que no tenía más munición para esa batalla verbal, se sentía sucio y derrotado con la última frase, pero si Jungkook buscaba herirlo, el campo de batalla era peligroso y el suelo inestable.

—Lo dice el hombre que engañó a su novio casado —su voz era amarga, irónica y su mirada sombría.

Jungkook parpadeaba con letargo y miraba hacia otro lado.

—Lo siento... —susurraba sin fuerzas.

Y Jimin era débil cuando Jungkook tenía esa mirada en sus ojos y su voz sonaba frágil. Chasqueando su lengua se acercaba a la mesa dónde Jungkook estaba y se apoyaba sobre esta.

— ¿Vamos a seguir así? Ambos lo lamentamos, ya basta de alejarte y alejarme —suplicaba.

Jungkook sentía un escalofrío en su cuerpo y miraba en dirección a Jimin. Era tan hermoso, quería dejar de tener esos pensamientos cada vez que lo veía y lo pensaba. Pensaba lo mismo de SeokJin, tan hermoso. Ambos.

Suspirando apretaba sus dientes y preguntaba—. ¿Qué pasó con Tae?

Jimin se había olvidado que le había preguntado si lo había visto o contactado.

—Nada, al parecer llamé en un mal momento porque me dijo que no podía verme. Lo dijo bastante cortante. ¿Él sabe? —susurraba.

Jungkook suspiraba—. Creo que sí —luego miraba a Jimin, sus ojos se perdían un momento en el rostro ovalado y precioso frente a él.

La sombra color durazno, hacía de la mirada de Jimin una tan sensual, sin importar con que ojos te mirara y el gloss en sus labios brillosos, carnosos y rojos, eran... Jungkook se había perdido medio segundo. Pero se encontraba a si mismo, relamía sus labios y soltaba algo que dejaba a Jimin más que sorprendido.

—Necesito que hagas lo que sea necesario para alejarlo de SeokJin —pedía.

El rubio parpadeaba—. ¿Qué estás insinuando?

—No insinuo, fui directo. Quiero que me ayudes a separarlos —aclaraba.

Jimin abría sus ojos y reía tardíamente, sin aliento. Incrédulo y tomaba asiento junto a Jungkook.

—Kook, no puedes separar a dos personas que no tienen una relación —le repetía como la noche en la que habían cometido su error—. Sabes, que dijeras esto ebrio, podría dejarlo pasar. Los peores deseos salen cuando uno está borracho, pero ahora no huelo el alcohol en tu aliento, cariño.

Cuando Jimin decía aquello, ambos se dejaban de ver para sentarse mejor, pero Jimin chasqueaba su lengua y golpeaba la mesa.

—Basta de estupideces ¿No hablaste con él ya?

—No realmente, no como hubiese querido... Y lo entiendo, lo herí

—Puedo hablar con él y decirle que estabas demasiado ebrio para controlarte o distinguir, pero no hagas planes de telenovela —decía el rubio—. No entiendo igual por qué no hablaron ¿Te cerró la puerta en la cara esta mañana o qué? Fuiste a recogerlo ¿O no?

Chasqueando su lengua, Jungkook negaba,

—Apenas y quiso hablar conmigo y pobre, su madre tuvo un accidente —decía agachando la mirada.

— ¿Qué sucedió? —preguntaba Jimin alarmado.

—Intentaron robarle el teléfono en la calle y tuvo un ataque serio de asma, pero ella está bien... Intenté quedarme con él en el hospital, pero no quiere estar conmigo.

Jimin suspiraba—. Dale tiempo, exageras. Deja de estar obsesionado con TaeHyung y su falso matrimo-...

—Él se alejó de mí —le cortaba Jungkook—. Esta mañana, estaba besandolo o intentándolo y cuando TaeHyung entró por la puerta él saltó lejos de mí cómo si yo fuera su amante y sucio secreto y no su pareja —decía con su garganta pesada y sus ojos ardiendo—. Cómo si TaeHyung fuera realmente más que un simple falso esposo.

Jimin conectaba su mirada con la de su amigo y su estómago se volvía un nudo extraño. Ahora que lo miraba en detalle, los ojos de Jungkook estaban hinchados.

Suspirando, miraba hacia otro lado porque sentía la loca necesidad de besarlo ¿Qué estaba mal con él? Nunca había tenido esa necesidad tan alejada de un hermano mayor. Coger con un Jungkook le había freído el cerebro y su polla ahora reaccionaba ante su amigo como reaccionaria ante cualquier hombre caliente allá afuera.

—Creí que esta mañana se había ido a verte. Él no vino con nosotros en el auto, Jin le pidió que no lo dejara sólo —decía más bajo—. Pero ¿Qué sucedió cuando lo llamaste?

Jimin recordaba que no había terminado de contarle nada porque su discusión pasivo-agresiva había comenzado.

—Lo llamé cuando terminé mi número esta noche. Dije que quería verlo y me dijo que no podía que, estaba ocupado.

Jungkook tensaba su mandíbula, Jimin lo notaba—. ¿Sabes por qué te rechazó? —cuestionaba Jungkook.

—No lo sé, tiene una vida. No lo tomo personal-...

—Estaba con Jin —decía Jungkook—. No me dejó acompañarlo en el hospital, pero TaeHyung se quedó con él. Algo no está bien y necesito que lo alejes. Él lo sabe.

Jimin fruncia el ceño, cada vez se hacía más imposible decirle a Jungkook que ahí no había nada, pero si de verdad TaeHyung había estado y estaba con SeokJin, distraerlo y alejarlo, no parecía tarea fácil.

— ¿Estás seguro? Ciertamente no fue tan relajado y juguetón conmigo cómo en otras ocasiones, pero quizás tu culo sucio está imaginando de más —mencionaba.

—Él lo sabe, estoy seguro. La forma de actuar de ambos, conmigo... Sé que él me detesta, pero parecía detestarme aún más. Por favor Jimin-ssi —susurraba—. Dijiste que todos se obsesionan contigo. Haz que él también se obsesione, solo entretenlo, haz lo que sea... Amo a Jin y mi cagada del año arruinó todo entre nosotros, pero sé que algo pasó con ellos este fin de semana también. Quizás antes o después de mi error, pero algo pasó.

Jimin apretaba sus dientes, su estómago sintiendose pesado y su pecho oprimido ante la desfachatez con la que Jungkook mencionaba que su encuentro había sido una equivocacion. Que él lo era.

Bueno carajo, ciertamente no le importaba que otros hombres pensaran así, pero viniendo de Jungkook, dios. Estaba jodiendo su cabeza. Suspirando se ponía de pie, Jungkook lo miraba suplicante, pero no le nacía decir nada, solo se daba media vuelta.

—Jimin... —susurraba Jungkook.

La cabeza del rubio caía hacia adelante derrotado, luego se erguía y giraba para ver a su amigo—. Haré lo que pueda. Ciertamente los hombres sí se obsesionan conmigo, pero cuando se trata de Kim SeokJin, al parecer no tengo el poder suficiente para ser relevante o competencia. Si TaeHyung tiene una fijación con él, no haré mucha diferencia, Jeon —decía hiriendo su propio ego y luego añadía algo más—. Los hombres se obsesionan fácilmente con él o se enamoran ¿No? —cuestionaba tirando dobles dardos.

Jungkook posaba su mirada en él y no entendía la repentina reprimenda ¿Sé refería a TaeHyung simplemente o lo había incluído a él?

—Haz lo que sea necesario y te estaré eternamente agradecido —mencionaba Jungkook.

Jimin reía sin gracia—. Tú haz lo que sea necesario para conseguir su perdón, de TaeHyung me encargaré yo y haré lo que esté a mi alcance, aunque me parezca ridícula tu paranoia. Créeme, tener el culo sucio por una infidelidad te hace dudar de hasta si tu gato te es fiel o deja de comer tu comida para comer la de tu vecino.

Y con esa comparativa Jimin se iba a su habitación, había intentando con todas sus fuerzas no azotar la puerta detrás de él. Se sentía demasiado vulnerable con Jungkook alrededor y claramente se sentía un maldito hipócrita porque detestaba que Jungkook se sintiera igual. No era la primera vez que follaba con un amigo, sólo que Jungkook siempre había sido demasiado especial para él. Sabía que había sido un terrible error haberse dejado llevar por todo el aire de alfa y sexo duro que Jungkook había emanado esa noche.

Él tendría que haberlo detenido, tendría que haberse hecho a un lado como lo había hecho todos esos años. Jimin no era tan estúpido como parecía, ni tan ajeno a los sentimientos de Jungkook. Pero para el momento en que había notado el enamoramiento del adolescente pelinegro, años atrás, Jimin tenía dos opciones:

Una era: Sucumbir a su oscuro deseo de poseer a Jungkook en toda su inocencia para arrebatarle más que solo su primer beso gay. Consumirlo y satisfacer al coqueto, sucio e insaciable joven dentro de él y luego de que Jungkook cumpliera con sus expectativas y lo aburriera, simplemente dejarlo para continuar como amigos, cómo si nada hubiese pasado, pero Jimin sabía que si hacía eso, rompería su corazón.

Jungkook siempre lo había mirando diferente, siempre le sonreía más brillante que cualquier otro hombre. Siempre lo hacía sentirse hermoso e irresistible. Pero sabía y podía oler a kilómetros de distancia que Jungkook tenía miedo a ser rechazado, sabía que era inseguro. Si Jimin lo complacía al corresponder por un breve periodo de tiempo para no "quedarse con las ganas de él" lo destruiría luego. Y Jungkook era demasiado joven para romperlo.

Así que la segunda opción, era seguir siendo su mejor amigo. Su Hyung de confianza y un total y completo desentendido de sus sentimientos. Con el tiempo se había vuelto más fácil ser indiferente, le salía tan natural. Y cuando Jungkook había conocido a SeokJin hacía ya año y medio atrás, él había sentido el pinchazo de los celos. En parte porque nadie en el club lo había mirado como SeokJin miraba a Jungkook, más allá de su cuerpo y su bonito rostro, SeokJin realmente se interesaba en Jungkook y en sus hobbies.

SeokJin era perfecto y tambien sentía celos porque Jungkook lo miraba, como solía mirarlo a él. Así que eventualmente lidio con ambos sentimientos e hizo las pases hasta que realmente llegó a olvidarse en algún punto que Jungkook había estado mucho tiempo interesado en él. Y en el presente tenía muchas distracciones que le habían permitido no darle vuelta al asunto y no pensar en Jungkook y en él como algo más.

Hasta hacía un par de noches atrás, cuando repentinamente el pelinegro le había recordado lo que era que lo miraran de esa forma tan intensa, cómo si fueras el todo de alguien. Jungkook aún le podía, tenía una debilidad que había estado dormida y había sido despertada repentinamente cómo un jodido volcán a punto de hacer erupción y terminar... Bueno, erupcionando.

Así que sí, ahora tenía un conflicto con sus sentimientos y Jimin odiaba ser la clase de hombre que se guiaba por estos. Lo peor de todo, es que mientras más pensaba en el pedido de Kook, una parte de él quería complacerlo, otra parte quería totalmente a TaeHyung obsesionado con él porque estaba acostumbrado a eso y ellos estaban teniendo algo interesante.

Pero definitivamente no podía hacer mucho si ambos, TaeHyung y Jungkook, estaban enamorados del mismo hombre y ese no era él. Ese era Kim SeokJin, bien, quizás la cabeza salvaje de Park Jimin encontraría la forma de hacer que los cuatro dejarán la maldita tensión y terminará poniendo a SeokJin en la posición en la que fuera obviamente forzado a ver a quien su corazón seguiría. O a este paso se involucraría él con el castaño para ver qué mierda tenía entre las piernas para tener a Jungkook y a TaeHyung tan enamorados.

—Ay dios, que jodidamente descabellado eres Park Jimin —se odiaba a sí mismo en ocasiones.

Ya cambiado, o más bien devestido y sobre la cama, Jimin volvía a tomar su teléfono, pero esta vez intentaba una video llamada. No sería la primera vez que hacía esto con TaeHyung. Tenían la misma mente sucia y un gran apetito sexual.

Cuando el teléfono sonaba y sonaba y nadie atendía, el rubio se impacientaba, hasta que el llamado era atendido. Su ceño se fruncía cuando TaeHyung estaba en lo que parecía ser ¿Un baño público?

—Jimin... Umm, no es buen momento ¿Por qué vuelves a llamar? —su voz no era coqueta, sus rasgos eran duros y su mirada era fría.

Sí, TaeHyung sabía.

—Perdón que haya insistido, yo sólo quería hablar contigo... —decía con voz dulce.

Como una mosquita muerta que no se había abierto de piernas para su amigo quien estaba en una relación a largo plazo. O al menos así se suponía que eran SeokJin y Jungkook.

—Y te dije que no podía

— ¿Por qué, a dónde estás? —cuestionaba con esa voz dulce y sus ojos de cachorros.

TaeHyung apretaba sus dientes y lo miraba por la pantalla.

—Seguramente tu amigo sepa en dónde estoy ¿Por qué vuelves a llamar? —preguntaba TaeHyung otra vez.

Jimin se sentaba en su cama y acomodaba su cabello—. Solo quería verte, intentar de nuevo y preguntarte cuando podíamos vernos, te extrañé el fin de semana.

TaeHyung entrecerraba sus ojos—. Pero cariño —fingía dulzura—. Estuviste muy entretenido el fin de semana, al menos eso tengo entendido.

Y TaeHyung podía incluso, ser mucho más venenoso que él. Esa lengua era filosa y peligrosa.

Jimin se removía—. Fue un error, está más que claro

—Un error placentero me imagino ¿No? —exclamaba al otro lado, sonriendo ladino.

— ¡Ya! Cómo si alguien como tú no se hubiese metido con alguien comprometido —soltaba Jimin en respuesta, girando sus ojos.

TaeHyung dejaba incluso la sardonica risa de lado y enseriaba sus rasgos—. SeokJin y Jungkook no están comprometidos —aclaraba.

Jimin notaba el cambio en su rostro y en su voz, así que presionaba.

—No, no lo están. Pero si es una relación a largo plazo, se aman —mencionaba—. Quizás pronto si sea con anillo y todo.

Y TaeHyung comenzaba a reír, era una risa grave, algo tosca. A decir verdad, sonaba horrible para los oídos de Jimin.

—Si tú lo dices, dulzura —exclamaba finalmente—. Debería divorciarse antes... Y eso no sucederá dentro de los próximos dos años.

Jimin suspiraba—. ¿Cuándo te veré? Quiero que me folles —decía con esa voz dulce y suave.

Usualmente era melodía para los oídos de TaeHyung, pero no en ese momento, aunque admitía que haber atendido el llamado le servía para dejar pasar el tiempo, lavar su rostro, dar por sentado que se había dejado follar por SeokJin otra vez, le había encantado y en vez de poner un párate, estaba pensando en hacerlo de nuevo y de nuevo y... Otra vez.

Suspirando pesadamente, rascaba su nuca y luego fregaba su rostro con su mano libre. Haber follado con SeokJin lo había dejado con un sentimiento de querer ser jodidamente exclusivos. Solo de SeokJin, pero ¿Qué si este volvía con Jungkook? No le debía fidelidad... Tampoco se trataba de eso. TaeHyung estaba un poco inestable y sabía que SeokJin también, sino no hubiera sido tan fácil bajar sus pantalones y lograr ser follado en una habitación vacía de hospital.

—Te diré cuando, tengo que irme —mencionaba.

Jimin fruncía su ceño y entrecerraba sus ojos.

—Espero que lo sucedido no sea un problema entre nosotros, no me dijiste que éramos exactamente exclusivos antes de irte —decía rodando los ojos, pero luego lo intentaba—. Pero podemos cambiar eso, si tú quieres.

TaeHyung aspiraba fuertemente y se quedaba viendo a Jimin al otro lado. Para ser honestos, la soltería y libertinaje de TaeHyung no sólo se debía a qué él estaba más que bien consigo mismo, sino que también era cierto el hecho de que nadie jamás le había pedido ser exclusivos. Su lista tenía ligues de una noche, como amigos con beneficios y sin compromisos, pero nadie que haya volado su cabeza y removido su corazón.

Ahora con Jimin al otro lado, TaeHyung se preguntaba si era buena idea considerarlo. No iba a ayudar que sólo quisiera ser exclusivo con SeokJin, necesitaba a alguien más y Park Jimin parecía muy disponible.

—Te enviaré un mensaje para vernos —respondía—. Hablaremos de eso luego.

Cuando cortaba el teléfono Jimin suspiraba. Dios, él no le rogaba a nadie, a él le rogaban que, era diferente. Tener que estar detrás de TaeHyung y conseguir su atención o estar disimuladamente detrás de Jungkook para recuperar la normalidad en su amistad lo hacía sentirse ansioso y quería golpearse.

Detestaba sentirse vulnerable y por sobre todas las cosas, se sentía dejado de lado. ¿Qué carajos había hecho SeokJin con la cabeza de esos hombres? Si seguía repasando y preguntándose a este punto, él mismo intentaría meterse con el tipo para saber cuál era su maldita magia bajo las sábanas.

Aunque...

— Quizás Kook tiene razón y estos dos si se acostaron.

Bien iba a tener que indagar un poco en eso y ver con sus propios ojos si efectivamente era así. El problema es que eso lastimaría a Jungkook—aunque él se equivocó primero—y si TaeHyung realmente deseaba a SeokJin más allá del sexo, no había esperanza alguna de complacer los deseos de su único amigo.

Aunque para este punto, Jimin estaba comenzando a preguntarse que era lo que él mismo quería.

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Dedicado a LetiJin

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