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SeokJin no había perdido el tiempo.

Tenía a Jungkook completamente desnudo sobre su cama mientras besaba el interior de sus muslos y dos de sus dedos urgaban dentro de Jungkook, para estirarlo y prepararlo para él.

—Jin... —soltaba su dulce voz entrecortada.

—Dime, cariño —susurraba el mayor, llevando esa boca a la erección de Jungkook y pasando su lengua de forma perezosa por la extensión, para luego chupar la punta que ya había derramado de su esencia.

—Oh, ya... Demasiada espera por hoy —mencionaba, enredando sus dedos en las hebras del castaño y tirando de él.

Una risa grave resonaba por parte de SeokJin quien quitaba sus dedos del interior de Kook y tomaba el lubricante y condón que yacían en la mesa de noche para ponerse el segundo, y derramar el primero sobre sus dedos, sobre su polla y entre los glúteos de un Jungkook que sonreía de forma tan libidinosa. Sus ojos negros brillosos eran lujuria pura y todo lo que existía para él en ese momento era Kim Seokjin, alineándose en su entrada, con sus brazos a los lados de su cabeza y empujando suavemente.

—Mmm... Hyung ¿por qué estás tan lento? —preguntaba Jungkook, aferrándose con sus musculosas piernas a la cadera de SeokJin y empujándolo más, para que lo jodiera de una vez.

SeokJin podía sentir lo apretado que estaba Jungkook y eso lo hacía delirar. Este momento, justo aquí era donde no quería ni debía pensar en nadie más que el bonito hombre bajo su cuerpo. Y Jungkook era malditamente precioso, con sus ojos negros brillosos y sus finos labios en forma de "O" debido al placer que le quemaba.

Sus ojos recorrían lo que alcanzaban a ver en esa posición y Jungkook se marcaba en los lugares correctos. Se marcaban sus pectorales, sus abdominales debido a la fuerza al levantar sus piernas y luego sus brazos que se aferraban a los hombros de Jin y lo tiraban cuesta abajo para unir sus bocas en un beso apasionado, mientras este comenzaba a pentrarlo, lentamente y luego, así como el beso subía de tono, la intensidad en las embestidas de SeokJin también lo hacían.

Olvidándose si los escuchaban desde afuera o no. Los dedos de Jungkook se aferraban a los hombros de SeokJin y dejaba su boca para comenzar a gemir dulcemente, mientras lo apretaba más para que lo embistiera sin compasión alguna. Todo el cuerpo de Jungkook vibraba por los escalofríos que le recorrían debido a la atención de SeokJin.

Debido a la forma en que estaba jodiendolo y eso incluía su cabeza. La forma en que los besos en su cuello eran intensos y algo dolorosos, pero un dolor placentero que lo hacía decir incoherencias que eran alentadoras para el castaño.

—Más duro... Hazlo más duro —rogaba, tirando a SeokJin del pelo para sacar su el rostro de este de su cuello y ver su rostro enrojecido, para luego raspar con sus dientes el mentón del castaño.

—Ah, mierda... —susurraba SeokJin, moviendo su pelvis más desenfrenado para joderlo con la rudeza que Jungkook pedía.

Había esperado demasiado por tener a Jungkook finalmente con él. Ese chico lo volvía loco. En todas sus facetas Jungkook era precioso. Dulce, fogoso, necesitado, amoroso, atento, maduro.

«Todo lo que TaeHyung jamás volvería a ser» pensaba SeokJin.

Ay, no. Eso no era bueno, por segunda vez el azabache se inmiscuia en un momento privado con Jungkook. Eso estaba mal, no tenía que dejar que TaeHyung jugará con su cabeza. Ya había arruinado el momento íntimo cuando tenía a Kook de rodillas chupando su polla. No iba a arruinar este momento.

—Mierda, mierda, mierda... —susurraba ronco el mayor, tomando el rostro de Jungkook con firmeza, sin dejar de follarlo—. Mírame —rogaba, al ver que el chico tenía sus ojos apretados mientas gemía dulcemente—. Kook, mírame.

Jungkook sonreía extasiado mientras se aferrababa más a la ancha espalda de su Hyung y con su cabello sudado pegado a su frente, abría sus ojos. Negros, brillantes y llenos de vida.

—Joder... —soltaba SeokJin, embelesado.

— ¿Qué? —cuestionaba el menor.

—Eres precioso —halagaba con dulzura, ralentizando sus movimientos.

Jungkook mordía su labio inferior y se movía sorpresivamente de repente, cambiando la posición, dejando el cuerpo de SeokJin debajo del suyo y gimiendo por la forma en que aquel ángulo le hacía ver las estrellas, mientras su cabeza caía hacia atrás y sus piernas temblaban por la sensación de estar empalado encima del mayor.

—Jin, oh, Jin..

Las manos del castaño iban a los muslos de Jungkook y apretaba. Sus dedos se clavaban y ambos sabían que habría hematomas luego. Jungkook se marcaba con tanta rapidez que era un bello lienzo lleno del arte que la boca y manos de SeokJin creaban sobre él después de cada momento íntimo.

—Jin, te extrañé... —soltaba sin aliento y luego se apoyaba sobre los pectorales del mayor para comenzar a saltar sobre su polla—. Mmm, oh joder...

—Si, también te extra- ¡Oh, Jungkook! —sus palabras se atoraban en su garganta debido a la desesperación con la que Jungkook lo montaba, metiendo su rostro en su cuello y mordiendo parte de la piel y succionando con ganas.

—No voy a... Ah, joder —Jungkook sollozaba, volviendo sus movimientos más lentos para no correrse, pero SeokJin hacía caso omiso a eso y lo tomaba fuerte de la cadera y comenzaba a golpear dentro de Jungkook sin pausa alguna—. Ah, hyung~... Más duro, más duro.

Jungkook clavaba sus dedos en los hombros del castaño, otro de piel sensible que quedaría marcado luego, lo sabía, Jungkook estaba clavando sus uñas mientras se mantenía quieto recibiendo todo lo que SeokJin le estaba dando, aún desde abajo, él tenía el control. Con sus piernas abiertas y sus pies haciendo presión sobre la cama, su pelvis se movía una y otra y otra vez hacia arriba. Golpeando a Jungkook en el lugar correcto que lo hacía venirse como un hijo de perra y gritos desgarradores que llevaban el nombre del mayor.

Toda la esencia blanquecina de Jungkook había manchado el pecho de SeokJin mientras el chico de piernas musculosas y abdominales marcados temblaba visiblemente encima del mayor y lo apretaba de forma exquisita que, hacía a SeokJin perder la cabeza, buscando un último cambio que dejaba a Jungkook sobre su espalda. Sus piernas eran levantadas sobre los hombros de Jin y comenzaba a ser algo así como, taladrado sin respiro. Sobre estimulado y sollozando dulcemente mientras se saciaba de la imagen de SeokJin, supremo encima de él, tomándolo como si no hubiera un mañana, su mandíbula afilada relucía en el bonito rostro enrojecido y su labio inferior estaba atrapado entre sus dientes.

—Jin, yo~... —Jungkook hablaba, SeokJin lo miraba.

— ¿Qué? —soltaba sin aliento y más lento en sus movimientos.

Pero el pelinegro se tragaba sus palabras—. Correte encima de mí —pedía a cambio.

Y Seokjin sentía un nudo en su garganta, Jungkook otra vez se quedaba callado o decía algo diferente en ese momento. Así que con toda las ganas, lo jodía rápido, intenso y cuando sentía el tirón en su bolas, calor fuerte en su bajo vientre, salía se quitaba el condón y terminaba justo como el pelinegro lo deseaba, encima de él.

Por otro lado, TaeHyung estaba literalmente empotrando el cuerpo de Jimin contra la puerta de su habitación. Escuchando débilmente los gemidos de un Jungkook quebrado que solo podía repetir dos palabras y un nombre:

"Jin. Oh, Jin" y la otra había sido "Más duro, más duro" en ocasiones y mierda que el chico gemía descaradamente sin importarle que pudieran llegar a pensar los otros dos.

Pero estos estaban muy ocupados, manoseandose camino a su propia nube de lujuria y perdición. Habían tardado más que los otros dos debido a que Jimin había deseado retrasar las cosas con la excusa de "limpiemos la sala", para ver si podía repensar sobre si entregarse en la primera noche, pero perdía la batalla cuando el dedo de TaeHyung se metía dentro de sus pantalones y empujaba en su agujero con suavidad.

—Joder... —gemía Jimin, abriendo sus piernas y colgándose de TaeHyung—. De acuerdo, si, si...

— ¿Si qué? —replicaba TaeHyung divertido y con voz grave.

—Follame —susurraba—. Al diablo si me tomas en serio o no.

TaeHyung fruncía su ceño, pero no le daba mucho importancia porque luego de más besos, manoseos y ropa despilfarrada por el suelo de su habitación, Jimin y él estaban desnudos. Se encontraban sobre la cama de TaeHyung, en la famosa pose 69, comiéndose la polla del otro sin tapujos, entre gemidos ahogados y escalofríos deliciosos.

Aunque Jimin estaba siendo doblemente atendido, ya que TaeHyung estaba metiendo sus dedos en su bonito trasero y estirandolo para él.

—Oh, mierda... Tus dedos —sollozaba Jimin, perdido.

—Mi polla es mejor... —se burlaba ronco TaeHyung, dando un chirlo al glúteo del rubio y ordenando—. Ya no mas perdida de tiempo.

Salía de debajo de Jimin y ponía la almohada sobre el estómago del muchacho para tenerlo boca abajo y tomaba una botella de lubricante, más vacía que la que SeokJin tenía y bañaba sus dedos y polla. Jimin lo observaba con deseo, pero cuando veía a TaeHyung subirse a la cama y acomodarse entre sus piernas y embadurnando su entrada, listo para poner los punta de su polla dura en él, Jimin se enderzaba y ponía un párate.

—Woah, cariño... ¿y el condón? —preguntaba el rubio.

TaeHyung apretaba sus labios—. Estoy limpio

—Yo igual, pero no dejo que me follen, ni follo sin un maldito condón ¿no tienes? —preguntaba, duro y deseoso. Igual que TaeHyung, pero límites, carajo.

—Hace unos días no salgo y... Lo siento no estoy abastecido, no creí que tendría sexo debido a que rechace a muchos desde el matrimonio falso, ya sabes... Para apaciguar las aguas —respondía tenso y ansioso—. Tranquilo, no pasa nada —exclamaba, intentando tomar de nuevo a Jimin.

— ¡Ah, no!. No vas a meterme tu espada desenfundada, cariño —replicaba el rubio—. Me caliento, pero tengo límites. No puedes ir por la vida follando sin condón

TaeHyung resoplaba y se ponía de pie, joder... Su polla dolía.

— ¿A dónde vas? —preguntaba Jimin, viendo cómo abría la puerta desnudo.

—A pedirle unos condones a Jin

— ¡¿Estás loco?! —se horrorizaba Jimin.

—No, estoy caliente —respondía TaeHyung, saliendo de la habitación.

Jimin se hiperventilaba—. Aish, carajo. Jungkook me va a matar.

Mientas Park Jimin se imaginaba cavando su propia tumba, Kim TaeHyung caminaba en todo su esplendor hacia la habitación de Kim SeokJin, quien por cierto se encontraba también desnudo, de piernas abiertas y con Jeon Jungkook apoyado sobre él, entremedio de estas y bebiendo una copa de vino, mientras la música sonaba suavemente.

Jungkook tenía su pecho encima de su pelvis y sus manos sobre el abdomen de SeokJin, quien estaba peinando su cabello sudado y ondulado mientras mantenían una conversación que, se había retrasado por tener que mantener las apariencias.

— ¿Cuánto tiempo deben estar casados? —preguntaba el pelinegro. También desnudo y estirado sobre la cama y el cuerpo de SeokJin.

—Por contrato, dos años —resoplaba el castaño. Jungkook suspiraba—. Oye, sabes porque lo hago y el rencor que le guardo a mi padre.

El pelinegro relamia sus labios—. ¿Cómo está tu mamá? ¿Sigue mejorando?

SeokJin entrecerraba sus ojos y sonreía dulcemente—. Lo está, quiere verte. Te extraña desde la última cena juntos

—Extraño su gimbap, también quiero verla... Cuando se pueda —murmuraba.

SeokJin suspiraba—. Haré un arreglo y en serio, dos años pasan volando.

Jungkook hacía un puchero—. Dos años es mucho tiempo —susurraba.

SeokJin sentía que su corazón se encogía en su pecho, ciertamente no era esto lo que le había prometido a Jungkook. Ellos tenían una buena relación, normal. Saludable, reforzándose a paso lento. Pero esto era todo lo contrario y lo último que deseaba era esconderlo.

—Dos años pasan rápido —repetía SeokJin.

Jungkook alzaba la vista, esos ojitos negros brillosos lo veían con cierta duda.

—Pueden pasar muchas cosas en dos años —añadía con seriedad.

SeokJin mantenía la vista fija en él y no quería preguntar a qué se refería. Pero era como si en el silencio de la habitación se sabía de antemano que Jungkook podría no confiar en TaeHyung, más sabiendo el historial de ambos.

Y había mucho silencio entre ambos, adornado por música suave hasta que, la puerta sonaba y ambos saltaban del susto.

— ¡Jin! —se escuchaban los golpes y la voz de TaeHyung.

SeokJin abría sus ojos y apretaba sus dientes—. Debe ser una maldita broma —musitaba entre dientes.

Jungkook rodaba sus ojos—. Déjalo, no le contestes

— ¡Angelito cretino! —insistía.

SeokJin se removía dejando la copa en la mesa de noche y Jungkook se veía obligado a levantarse de su regazo.

—Ya se irá, no le des chance de que te moleste otra vez —pedía Jungkook, tomando el rostro de SeokJin entre sus manos—. Ya se irá —susurraba en sus labios, intentando que SeokJin no se enojara al respecto.

— ¡Sé que estás despierto! ¡Tu noviecito gemía como puta hace cinco minutos!

Jungkook abría sus ojos y su boca formaba una perfecta "O" y su ceño estaba fruncido. Luego sus dientes se apretaban con rabia.

— ¡Hijo de una gran...! —SeokJin tapaba su boca y le siseaba con dulzura.

—Sssh... Ya, no se cansara. Lo pondré en su lugar —mencionaba el mayor con dulzura.

"¡Jin, es una urgencia!"

— ¡Ya voy, carajo! ¡Ya voy! —respondía hartado.

Bajando de la cama, buscaba su pantalón de chándal, tirado en alguna parte del piso, se giraba y miraba a Jungkook una última vez, abría la puerta con calma, pero cuando sus ojos veían a TaeHyung totalmente desnudo, se apresuraba a salir y cerrar la puerta desesperado tras él.

— ¡¿Qué carajos estás haciendo desnudo en mi puerta?! —cuestionaba en un susurro histérico, intentando no desviar sus ojos a la polla erecta que se cernía orgullosa sobre el vientre de TaeHyung.

Quien ahora apoyaba sus brazos sobre los lados de su cintura y sonreía malditamente sensual.

— ¿Qué pasa, angelito? —preguntaba provocativo, mientras veía a SeokJin apretar sus dientes. Reía de nuevo y se inclinaba—. No hay nada que no hayas visto antes.

El castaño largaba todo el aire por su nariz, intentando no lucir perturbado al respecto, fijaba sus ojos negros a los de TaeHyung y lo miraba, aparentemente "aburrido".

—Puedes bajar lo vista, angelito —se mofaba con voz sensual, y dejando entrever su lengua fuera de sus labios.

— ¿Qué es lo quieres? —preguntaba SeokJin, intentando mantenerse cuerdo

—Un favor... —añadía con puchero.

—Deberías estar follando a Park Jimin —añadía el castaño, luego bajaba su mirada para ver sin tapujos el cuerpo de TaeHyung. Piel canela, brazos más trabajados que el TaeHyung adolescente que recordaba, piernas más gruesa y esa polla seguía viéndose exquisita. TaeHyung sentía que se ponía más duro por los ojos negros de SeokJin, fijos sobre él—. Estás muy duro, pestañas. Eso debe doler.

TaeHyung relamia sus labios y sonreía, no se iba a dejar intimidar. Avanzaba un poco más y lograba notar la tensa mandíbula de SeokJin—. ¿Quieres tocar?

SeokJin soltaba una risa irónica y seca.

— ¿Qué te hace creer que me interesa tocarte? —cuestionaba. Debía de seguir pareciendo indiferente para el azabache, pero la mera imagen desnuda de aquel hombre y la sonrisa sensual y socarrona que tenía pintada en su rostro, lo estaban poniendo duro de nuevo y eso, lo hacía removerse incómodo.

—Estás babeando, angelito... —susurraba  juguetón, olvidando por completo a lo que había ido en primer lugar—. Vamos, puedes tocarme... —provocaba, un poco más cerca—. Tuviste sexo ¿por qué me recibiste vestido? —cuestionaba, llevando su mano al elástico del pantalón ajeno, pero recibiendo un párate por parte de SeokJin. Un fuerte agarre en su muñeca—. Ah~... —y SeokJin tiraba de él, más cerca.

—Dijiste que era una maldita emergencia —susurraba, mirándolo fijamente.

TaeHyung abría su boca, relamiendo su labio inferior con desfachatez y acercando su rostro al cuello largo del SeokJin para aspirar cuesta arriba. El castaño estaba petrificado por aquello y solo podía apretar más la muñeca de TaeHyung, quien se había detenido justo en su oreja, para susurrar sobre esta:

—Joder, hueles a sexo... —y aquello era una descarga eléctrica que explotaba en pura sensación escalofriante y deliciosa. Desde la nuca de SeokJin, bajaba por su espina dorsal, y terminaba acentuándose cuesta abajo, en su zona sur.

—TaeHyung... ¿Qué mierda quieres de mí? —cuestionaba.

Una pregunta que hacía cortocircuito en la cabeza de TaeHyung y lo hacía reaccionar. Alejándose lentamente, con ojos llenos de lujuria y cuerpo deseoso, de algo qué, no tendría nunca jamás, pasaba saliva y exclamaba—: Necesito condones.

SeokJin aflojaba el agarre de su muñeca y entrecerraba sus ojos.

—Dime que es una maldita broma —replicaba.

—Park Jimin no me dejara follarlo sin protección

—No deberías follar sin protección —soltaba SeokJin y luego abría sus ojos grandemente, suspirando—. Mierda ¿así de estúpido eres?

—No sé que conclusiones estás sacando —respondía, elevando su mentón, pero no pudiendo mantenerle la mirada a SeokJin.

— ¿Cuantas cosas te agarraste por follar en caliente?

—No es de tu maldita incumbencia y no hay forma de no follar sin este caliente —respondía sacado y acercándose amenazante a SeokJin.

El castaño apretaba sus dientes para disimular la furia que le había despertado al notar que TaeHyung era tan malditamente irresponsable. Se acercaba el poco que quedaba, su nariz rozando a la ajena y apenas rozando los labios contrarios, replicaba:

—Tienes razón, no es mi asunto. Así que suerte comprando condones así de duro.

Se alejaba para volver a su habitación, pero TaeHyung se tragaba su orgullo y se interponía entre la puerta y el castaño.

—Por favor, por favor... —rogaba desesperado—. Solo prestame uno

—Los condones no se prestan —decía SeokJin, arrugando su nariz.

—Sabés a que me refiero, estúpido —soltaba—. Vamos, tu eres responsable, seguro tienes un par ¿o ya están en esa etapa de no usar condones? —soltaba preocupado.

SeokJin apretaba  sus dientes y es que, a pesar de que llevaba año y medio con Jungkook, el pelinegro siempre se sentía dudoso al respecto. El inicio de su relación había tenido muchas idas y vueltas. Luego habían tenido un tiempo juntos otro separado debido a diferentes compromisos de cada uno y una cosa arrastraba otra y el condón aún no había sido dejado de lado, pero sabía que a la primera que dijera algo, TaeHyung se burlaría.

—Eres tan molesto —replicaba SeokJin a cambio.

—Y aún así, tus ojos se siguen desviando a mi polla —mencionaba el azabache, juguetón y descarado.

— ¡Es porque la tienes dura y eso desconcentra a cualquiera! —susurraba SeokJin, histerico otra vez.

—Bueno, tienes dos opciones —replicaba—. Me das un par de tus condones para follarme a Jimin o me la jalas en el pasillo mientras tu noviecito sigue recostado en tu cam-...

SeokJin tapaba sus boca, tal y como había hecho con Jungkook.

—Te daré un par y olvidarás que existo por el resto de la maldita noche —susurraba. Tenía fuego saliendo de sus ojos y TaeHyung solo podía asentir obediente.

SeokJin dejaba escapar todo el aire por su nariz y empujaba al azabache de la puerta para entrar. Sus mejillas estaban rojas y no podía mirar a Jungkook mientras se acercaba a rebuscar en su mesa de noche.

— ¿Qué quería? ¿Por qué tardaste?

—Porque estoy a nada de asesinarlo en el pasillo —mencionaba, tomando una tira de sus preservativos favoritos.

— ¿Qué harás con eso?

— ¿Adivina cual era su maldita emergencia? —exclamaba, mirando al pelinegro.

Jungkook abría sus ojos de forma enorme—. ¿No tiene condones?

—Voy a matarlo y terminaré en la cárcel por su culpa —suspiraba—. Ya vuelvo.

Cuando salía nuevamente, veía a TaeHyung apoyado sobre la pared y manoseandose a él mismo de forma perezosa.

—Aish, eres en serio un maldito pervertido —exclamaba el castaño.

TaeHyung lo veía con rostro sonriente y libidinoso.

—Puedes hacerlo por mi, si eso quieres

—No lo quiero —se apresuraba a responder, extendiendo la tira de condones.

—Oh, hombre... Eres mi salvador y que lástima que aún folles con condón —añadía, evitando reír.

SeokJin se sacaba de sus casillas y empotraba a TaeHyung contra la pared, su pierna entra las piernas del chico y este, se tragaba un gemido, mientras los dedos de SeokJin apretaban su mentón.

—Te dije que no voy a soportar ninguna provocación tuya. No me busques de esa forma, no juegues conmigo...

—Es tu forma de tocarme ¿cierto? —respondía, valiéndole mierda lo que SeokJin había dicho.

—No, no y no. No quiero tocarte, ni besarte y no quiero verte por las próximas horas, si es jodidamente posible  —soltaba con seriedad, no solo en su voz sino también en su mirada dura.

TaeHyung apretaba sus labios y asentía lentamente. Aún seguía duro, pero cuando veía ese brillo y ruego en los ojos del castaño, no podía seguir su juego.

—De acuerdo —exclamaba sin fuerzas.

SeokJin exhalaba el aire retenido, lo soltaba y se metía de inmediato a su habitación. TaeHyung, volvía descolocado a su habitación por culpa de su propio juego, otra vez.

UPS, les dejé el Vmin para la próxima... ¿Será o no será?

Con amor niñita Nany 💜

Si ven errores avisen con amorcito 💕

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