El Aprendiz de Zeus Cap.42

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Al otro día nos quedamos toda la mañana acostados en la cama porque simplemente no queríamos levantarnos, queríamos estar juntos el tiempo posible recobrando el tiempo perdido.

—Estoy feliz de que estés de vuelta —dice Jenissia acostada en mi pecho mientras la abrazo por delante.

—Yo también, pero lo hice por miedo y para buscar ayuda —soy sincero, es tiempo de tocarle el tema sobre la verdadera razón por la que volví.

—¿Ayuda sobre qué? —inquirió.

—Resultó ser que me hice amigo de un dios antiguo inmortal que ahora quiere aniquilar a las Subespecies y a las Facciones; me le hice frente para evitar eso, pero al final acabé derrotado. Fui al Olimpo a pedir ayuda, por ahora deben estar planeando algo para ello, siento que no debo estar aquí sin hacer nada mientras ese dios está ahí afuera amenazando a todos.

—Debemos avisarle a Sebastián —parecía una buena idea pero me negué.

—Zeus dijo que nadie debía enterarse de la situación de él, dijeron que lo harían cosa suya, del Olimpo. Es buena idea tener apoyo pero lo debieron hacer por algo, tal vez para que los Ángeles no se vean involucrados y mueran.

—Tal vez sea eso. Si es como tú dices, entonces no es tarde para decir que tengo miedo —esas palabras me afectaron por dentro, ella tenía miedo, ¿quién no? Todos deberían tener miedo. Pero no por mucho, yo y el Olimpo lo detendremos.

—Tranquila, lo resolveremos y evitaremos que salgan heridos —le aseguré abrazándola más fuerte para seguir sintiéndola —. Todo estará bien.

***

—Te ves muy distraído, colega.

Antes del almuerzo le pedí a Jenissia que me cortara el cabello y casualidad fue que Hurtson llegó a la residencia y me encontró después del mediodía, parecía que le entró un ataque de emoción al verme y nos dimos un fuerte abrazo, me contó de cosas que hizo cuando yo no estaba. Jenissia se había ido y me dijo que despejara mi mente con el viejo y me fui en una aventura con él; sin embargo, mi mente solo estaba inundado con el nombre de alguien.

(Darkius)

—Lo siento, he estado pensativo estos días. Nada importante.

—Ya veo. Ya no han aparecido Demonios Puros en los últimos días, parece que se cansaron de salir de su mundo o algo les dio miedo para que no salieran.

(Definitivamente no es él...)

—¿Es raro?

—Demasiado.

—Tal vez… ya su rey los descubrió y los detuvo, no creo que se hayan enterado de sus exterminios —habían tantas posibilidades y puntos de vista que no sabía cuál creer.

—¿Sabes? Tenía ésa última en el fondo de todo, sin posibilidades de que fuera posible, pero ahora que veo que no soy el único que piensa eso, puedo decir que posiblemente sea esa la razón de que ya no salgan.

Si lidiar con Demonios Puros es una cosa difícil de mantener y hacer, entonces Darkius es otro nivel. Absolutamente debe haber una razón, sería un poco ilusionante creer en que ellos dejaron de salir del Inframundo porque se aburrieron.

—En fin. Dejemos eso para después. Vayamos por algunas misiones.

Hurtson y yo fuimos ahora uno de esos gremios heroicos para buscar algo. Como siempre, había gente con sus armaduras y espadas y diferentes armas. Es raro. En Londres no se ven aventureros o héroes, Inglaterra es un país tranquilo sin tanto alboroto, ¿qué peligro podría haber?

El viejo confiado se acercó a la recepción donde atendía una mujer que se veía amigable y simpática, yo esperé detrás del viejo a una distancia lo que traía. Tenía las miradas fulminantes de todos aquí en mí, en mi cabello, para mí ya era normal ver a gente que miraba con rareza mi cabello rojo. Pero, de repente, Hurtson vino con una gran bolsa un poco más pequeña que la que nos dio el alcalde de aquella ciudad. El viejo y yo salimos, pero yo necesitaba una respuesta, no hicimos nada.

—¿Qué hiciste para que te dieran de una vez la recompensa?

—No creerás lo que pedían. "Un diente de Dragón Elemental", y como habías visto, yo tenía uno. No estoy satisfecho con la paga, quitarle un diente a un Dragón de Tierra no es fácil, pero peor es nada. Ya sabes cómo es esto, mitad y mitad aunque no hayas hecho nada.

—No. Tú mereces todo eso.

—Cuarenta mil reales es demasiado para un viejo cono yo, es malo no compartir. Te daré la mitad y punto.

—Espera, ¿Dragón de Tierra?

El viejo rió entre dientes y empezó a caminar con la bolsa en una de sus manos.

—Como te conté, el Esclavo Mestizo creó las Subespecies y algunas criaturas, yo las llamo "Bestias Fantásticas", aunque hay especies que para mí no son fantásticas, pero los Dragones y otras sí. Dije Dragon de Tierra porque el Esclavo los creó para que se adaptaran a cualquier hábitat, lugar, lo que fuera, ya siendo remoto y cómodo. Le quité un diente a un Dragón que vivía en montañas y tenía forma de tierra y rocas. Los Dragones pueden evolucionar dependiendo del lugar donde estén, ellos nacen siendo simples bebés escupe fuego, pero se adaptan y dotan el poder de todo lo hermoso en este mundo. Aquel Dragón evolucionó y se convirtió en un Dragón de Tierra, no fue fácil quitarle un diente, tenerlo de trofeo y luego dárselo a una mujer por una recompensa.

—O sea, si un Dragón está en el hielo, éste evoluciona y se convierte en un Dragón de Hielo.

—¡Exacto! Y obtiene poderes del Elemento Hielo, puede botar y escupir fuego pero también hielo; son evoluciones, son maravillas. Son criaturas fantásticas.

(Quiero tener un Dragón)

Ya me estoy imaginando la cara de Jenissia cuando le dija "Jenissia, vamos a criar a un Dragón en Londres".

Hurtson no lo expresaba pero le tenía cierta admiración al Esclavo Mestizo. Algunos deben amarlo y respetarlo como lo hicieron en aquellos tiempos, otros deben odiarlo por las Subespecies, como me dijo Darkius. Él es el responsable de todo esto y fue quien le dio magia a la tierra, pero simplemente siguió con las órdenes que le dio Dios.

(En este mundo nadie es culpable)

—¿Sabes? Se me olvidó decirte que en mi tiempo libre iba adonde las Sirenas. Ya parezco un rey para ellas.

—Hades me dijo que buscaban a alguien para que fuera su rey o dios, no importa el género. Buscan a alguien que las quiera…

—¡Genial, puesto libre sin hacer nada! —exclamó al aire riendo al final —. Te he notado diferente, no pareces ser el Tom que le gustaba venir conmigo y escuchar mis historias, estás diferente. ¿Pasó algo en el Olimpo? Jenissia me contó sobre lo sucedido, es normal que te sientas así, que sientas y pienses que puedas dar peligro, pero eso sólo es una mala ilusión que crea tu cerebro. ¿Alguna novedad?

¿Era callar y mentirle o decirle la verdad a un Ángel Caído y desobedecer a Zeus? Tengo la necesidad y sensación de hacerlo, estoy demasiado seguro de que necesitaremos ayuda, por como vi la reacción de los dioses, lo sé.

—Prométeme que no le dirás a nadie...

—Lo prometo —su expresión siempre daba confianza de la pura aunque fuera un viejo de pocas personalidades.

—Cuando me fui, conocí a un dios antiguo, su nombre era Darkius y se hacía llamar el Dios del Caos, parecía buen tipo hasta que me contó su plan: acabar con las creaciones del Esclavo Mestizo y las Facciones. Les tenía rencor a ellos. Odio. Una mala vibra lo recorría, con una armadura negra de obsidiana y un hacha con forma de lobo escupe fuego; de alguna manera es inmortal y no parece Humano por la forma de sus ojos y cabello y de incluso su cuerpo. Me enfrenté a él para detenerlo pero no pude y me derrotó con pocos golpes. Le conté al Olimpo sobre él y entraron en pánico, parecía que no era mentira todo lo que él me dijo, se alteraron y planean algo por ahora. Me dijeron que me avisarían de lo que fuera y que las Facciones y Clanes no debían enterarse de la existencia de Darkius.

Cuando terminé miré a Hurtson, tenía esa mirada fría y fulminante que cargaba de vez en cuando dentro de la acción.

—Sin duda… es algo más complicado que lidiar con Demonios Puros —se lo tomó a la ligera y actuó como si nada, actuó normal, en ese momento pensé que no me había creído o que simplemente no le dio importancia.

—Por favor, no le digas a nadie sobre él, no le digas nada a tu rey y a tu gente, por algo me dijeron que ustedes no debían enterarse, tal vez porque no quieren que corran peligro.

—Está bien. Cálmate, colega. No le diré nada a nadie. Vete a casa y descansa un poco, estás pálido. Nos vemos después.

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Hurtson escuchó después de muchos años el nombre del Dios Masacrador, eso era más importante que unos simples Demonios Puros, debía hacer algo, pero para hacer algo, él debía citar con alguien al respecto.

Hurtson escuchó toda la historia de Darkius y fue algo que lo marcó en su ser desde ese entonces, y escuchar su nombre fue un disparo al pecho, pero como estaba con Tom McFly, no hizo nada y no pudo reaccionar como sintió la necesidad de hacerlo.

Hurtson se aseguró de que Tom fuera al hogarde su amada, Jenissia Magdanol, y que se relajara. Al ver que el chico se calmó se fue al Mundo de los Ángeles Caídos rápido y fue directamente al castillo del Rey Ángel Caído, Azazel.

Hurtson estaba en las dobles puertas de la entrada al castillo, sabía que no debía entrar así como estaba: en pánico por dentro y desesperado por fuera. Éste tocó la puerta y momentos después salió una joven de trece años, vestida de sirvienta, su piel es clara, de cabello gris con ojos azules, linda y tierna como una muñeca.

—Hola, Jerra —Jerra era una niña que aceptó la Inmortalidad de Vida si se quedaba en el castillo sirviéndole a su rey.

—Buenas tardes, señor Hurtson —saludó con una sonrisa carismática y amable —, ¿se le ofrece algo?

—Sí. Debo citar algo... Digamos algo más que importante con tu amo —Hurtson estaba encantado con la joven, era todo un encanto y por un momento llegó a pensar que hubiera sido bueno tener hijos.

—Okey —Jerra, sin buscar más razones, le abrió la puerta y lo dejó entrar.

Hurtson al entrar caminó a un paso relajado para no alterar a Jerra y que empezara a preguntar cosas. Se dirigió al trono donde estaba Azazel al fondo del castillo con una bata negra puesta, y a un lado una botella de ron con una copa.

(Tan relajado como siempre)  reclamó en su mente, pues así era la vida del rey.

—¡Hurtson, mi buen y viejo amigo! Menos mal que viniste —Hurtson llegó a él, Azazel estaba un poco ebrio y de él brotaba el olor a ron —, ¿deseas una copa? —le ofreció un trago pero éste se negó. Azazel era de cabello negro, barba regular, voz encantadora pero con mal uso, ojos oscuros como la noche, bronceado, musculoso, flojo, arrogante y necio, como lo describía Hurtson.

—Alerta roja —esas fueron las dos palabras frías que dijo Hurtson.

—¿Ah?

—Alerta roja, Azazel.

—Muy bien, ¿ahora qué? —pregunta Azazel, ya le habían arruinado su tranquilidad.

—Es Darkius —el rey al escuchar eso sintió una alteración en su ser, un nombre que era popular para él y que sonaba a peligro del puro.

—No puede ser… No. No te creo. Deja de bromear conmigo, ya te estás poniendo viejo —por más que mintiera, Azazel volvió a sentir un miedo que no sentía desde hace muchos años.

—Esto es serio, hablamos de él.

—¿Sigue vivo?

—Siempre lo estuvo y tú sabes que no puede morir con el paso del tiempo, y tú estás aquí tranquilo —eso fue un reclamo muy serio de parte de Hurtson, Darkius no es cosa fácil y ha molestado a las Facciones desde hace tiempo, incluso le había causado problemas a Sebastián.

—¿Cómo lo sabes? —pero para creer en ello necesitaba más pruebas.

Ver para creer.

—Te conté sobre el McFly, el chico del cabello rojo, bueno, lo conoció y me describió perfectamente cómo era. No tengo pruebas pero tengo los detalles que lo describen perfectamente.

—¡Maldición! ¡Ese maldito sigue ahí afuera atormentando a todos! —Azazel tomó la botella de ron y la lanzó lejos estrellándola contra uno de tantos pilares que tenía en su castillo como adorno y soporte de su templo. Sintió rápidamente una desesperación, pero lo peor era que no sabía qué hacer para detener esta situación de años.

—Vine aquí a decirte que seré yo el encargado de detenerlo —dijo Hurtson, dispuesto a dar su vida.

—¡¿Qué?! No. Tú no puedes ir, y menos solo.

—Eso ya lo veremos...

Hurtson se dio la vuelta y empezó a caminar para irse.

—¡Sabes que no podrás contra él! ¡Te matará enseguida! ¡Ni siquiera sabes dónde está!

Era inútil, nadie podía reprimir una decisión de Hurtson,ni siquiera el rey.

—¡Él nunca se enfrentó a alguien como yo! ¡Perdí un brazo, pero no perderé contra él!

—¿Qué pasará con los Demonios Puros? —preguntó angustiado ya que esa era la misión que le otorgó a él.

—Dalo por hecho, ya no molestarán más. Iré y encontraré a Darkius y acabaré con él. No metas a nadie en esto, esto es personal. Adiós.

—¡Espera, no te muevas de aquí! ¡Hurtson! ¡Es una orden de tu rey!

Y en ese momento se presenció un acto de valentía, sacrificio y heroísmo de parte de alguien que ya no está en estado para seguir con su papel importante en una Facción, un ser que debía jubilarse, pero que no lo haría hasta que él muriera.

Como él mismo dijo.

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Viene más leña al fuego, damas y caballeros. Ahora que el viejo volvió se irá en busca de Darkius, esto tiene mala pinta. ¿Tom hizo bien al revelarle lo de Darkius?

Esto no acaba, aún queda poco y estamos ya en la recta final. Voten y comenten, se les quiere mucho y aprecio el apoyo que le dan a la historia.

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