El Aprendiz de Zeus Cap.54

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TRES MESES DESPUÉS
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Tres meses pasaron desde aquella noche en la que Jenissia aceptó tener una casa propia conmigo, le mostré la casa que quería días después y sin pensarlo la quiso, ella jamás había visto una casa con tanto espacio; al entrar te encontrabas con un pasillo un tanto estrecho hasta una gran sala con varios sillones incluyendo un sofá, con televisor y mucho más con una suave alfombra en el suelo y todas las paredes de color blanco. El comedor estaba a mano derecha de la entrada y más allá del comedor estaba la cocina con una entrada cerrada como puerta pero sin una, con una gran habitación para ambos y dos cuartos para huéspedes con un baño integrado a cada habitación y uno en general en el pasillo de las habitaciones que estaba entre el comedor y la sala de estar, al mismo nivel del pasillo estrecho inicial. Tuve los reales y la compré, llamamos a mudanzas y nos ayudaron con las cosas de la residencia, lo demás lo hice con el dinero.

(Dinero, mucho dinero)

Llegamos a esta casa dos semanas después de ese día, por fin lo había logrado y Hurtson de seguro debe estar orgulloso de mí. Un día le dije a Jenissia que una de las habitaciones para huéspedes sería para nuestro hijo o hija, y ella se sonrojó como nunca y también aceptó eso.

No me olvidé de mis hermanos y de los dioses, de vez en cuando los visitaba, duraba mucho tiempo con ellos y a veces le pedía a Zeus que me entrenara y lo hacía con ansias.

Jenissia no estaba acostumbrada a la nueva casa, se confundió mucho al principio y se sintió perdida cuando salía a las calles. La casa por suerte quedaba a dos calles de una escuela, perfecto para nuestro futuro. ¿Sería muy apresurado pensar sobre proponerle matrimonio a Jenissia? Digo, hemos dicho que íbamos a tener hijos y cosas como esa, se nota que estaremos para siempre y está destinado que yo me quede con ella. Lo hemos dicho en broma pero también en serio.

No, mejor espero, estamos avanzando muy rápido y proponerle matrimonio sería algo muy apresurado. El invierno estaba llegando, el mes de noviembre estaba acabando, ya se notaba el frío más intenso cuando salíamos de casa. ¿Qué pasó con Jenissia y su trabajo? Ella ahora renunció, lamentablemente. Lo extraño es que lo quiso hacer así como si nada, simplemente, ella nunca me dijo por qué y yo no me atreví a preguntarle. Para hacer algo yo seguí como un cazarrecompensas; cómo quise tener a mi lado a Hurtson para hacer estas cosas, solo no podía, pero me acostumbraré y traeré cosas buenas a casa, y gano muy bien, y más que lo que ganaba Jenissia.

Normalmente iba a los gremios de Londres y Atenas para buscar misiones con recompensas, era un pasatiempo productivo y beneficiario.

—¡Ya volví! —llegaba a casa después de una misión en Atenas, con cansancio después de tener un día largo pero con unas bolsas llenas de reales.

Jenissia salió de nuestra habitación y me recibió abrazándome, no siempre tenía que ir todos los días a hacer mi papel de cazarrecompensas, podía hacerlo una vez a la semana o cuando quisiera, quiero tener más tiempo a solas con ella y nunca me ha dicho que se aburre estando aquí sola, siempre busca algo por hacer, sale de la casa a veces y va para el Cielo y a diferentes partes, siempre que va allá se trae algunos libros para leer de una biblioteca que tiene Sebastián en su castillo.

—Bienvenido de vuelta —saludó mediante nuestro abrazo.

—Estoy cansado, ¿puedes cargar este cuerpo muerto? —pregunté en broma.

—No puedo curar o cargar tu cansancio, pero sé algo que sí lo hará —siempre me esperaba para que placticáramos, y esas pláticas finalizaban entre besos por la simple razón de que Jenissia no "aguanta" sus ganas de "expresar su amor".

Jeni tomó mi mano y me llevó a la habitación lentamente con cuidado como si yo estuviera realmente débil sin poder caminar correctamente, pero antes me quité lo zapatos en la entrada porque sé lo que viene enseguida.

—Estoy medio muerto para recibir tu amor —le avisé, tenía ganas pero a la vez no.

—No haremos eso —negó y eso me puso atento.

—¿Entonces qué? —pasamos a la habitación y ella cerró la puerta dejándome en pie.

—Vamos a jugar.

—No, sé cómo terminan los juegos entre nosotros. Sólo ve al punto —pedí.

—Okey —dijo sin más y cayó a la cama conmigo, la suave y relajadora cama, pero todo cambió cuando Jenissia se subió encima de mí.

—¿Por qué te gusta subirte así? —le pregunté, ella siempre hacía esto cuando estaba desprevenido, y sabe muy bien que es una tortura.

—Porque me hace ver superior en todos los sentidos —contestó con una sonrisa de oreja a oreja.

—Pues a mí me haces daño estando así —repliqué con cansancio.

—Entonces descansa, cariño —se acostó en mi pecho sin siquiera bajarse.

***

Jeni y yo salimos de casa a pasear un rato, recobré energías con un descanso y necesitaba salir un rato con ella. Ambos nos pusimos antes chaquetas para el fuerte frío, era demasiado el frío que creo que hasta un gran mechón de fuego se apagaría al instante.

—Si esto es así, no me imagino cuando esté nevando —le decía a Jenissia intentando hacer un poco de calor soplando mis manos.

—Cuando era niña, a veces venía en los días nevados y volaba por los cielos en la noche para que nadie me viera, era una mala y loca idea pero divertida a la vez. Casi me caigo al suelo un día por el frío viento, me estaba congelando.

Reí a carcajadas fuertes por eso, hasta me imaginé una Jenissia niña volando sin nada contra el frío por los cielos congelándose y cayendo al suelo por eso, hasta me la imaginé estrellándose contra el suelo como un meteorito.

—¿Y si lo hicieras de nuevo?

—¡Juré por Dios no hacer eso otra vez! —volví a reír. También daba risa ver cómo el cabello suelto de Jenissia chocaba contra su cara cada vez que el viento nos soplaba a ambos de frente al igual que la gente alrededor.

—¿Qué crees que pase si toco un poste de luz? —estaba aburrido pero eso que me contó me dieron ganas de hacer algo malo y loco pero divertido.

Ella pensó por unos momentos su respuesta y luego la soltó.

—Probablemente le quites la luz o la energía eléctrica al foco. Tal vez. O quizá el foco explote.

(No era lo que me esperaba)

—Vamos a ver —me acerqué por suerte a un poste de luz, estaba oscureciendo y ya casi no había gente a los alrededores y las noches te congelan más que el mismo polo norte.

Toqué el poste con mi mano derecha y me concentré por unos momentos mientras Jenissia miraba detrás de mí el foco. El foco se apagó repentinamente y sentí una vibración dentro de mi mano.

—¡Lo hiciste! —me dijo animada como una niña.

—Mira esto —le devolví la energía al poste y éste se encendió de nuevo, pero ahora jugaba con él, tenía el control y podía apagarlo y encenderlo. Lo apagaba y lo encendía todo el rato y en un momento el foco explotó —. Oh, no. ¡Corre! —Jenissia y yo corrimos lejos de ahí antes de que alguien nos viera y nos reclamara algo.

Corrimos hasta separarnos totalmente del poste que estaba en todo el medio de una acera y mientras tomaba fuertemente aire me eché a reír a carcajadas al igual que ella.

—¡Eso estuvo muy mal! —dijo ella entre risas en el buen sentido.

—Eso no es nada —delante de nosotros habían otros postes de luz y diferentes luces de edificios y departamentos y residencias. Alcé mi mano apuntando a los postes y todos empezaron a parpadear diferentes veces, apagándose y encendiéndose todo el rato.

—¡¿Por qué siempre tienen que haber bajones de luz cada vez que veo mi serie?! ¡Nooo! —gritó un señor de uno de los departamentos.

—Muy bien, hora de irnos —Jenissia bajó mi mano y nos fuimos rápidamente de ahí antes de que nos descubrieran.

—¡Saca tus alas y vámonos a casa!

—¡Ni loca lo haré otra vez! —se negó mientras corría detrás de mí y yo no pude contener mis carcajadas, hasta casi me caigo al suelo por reírme tanto.

Llegamos a otra calle, pero estábamos cerca de la casa, Jenissia estaba exhausta y no podía más. La tomé y la cargué en mi espalda hasta la casa.

—Si yo quisiera, podría quitarle toda la energía eléctrica a Londres —le comenté a ella mientras descansaba en mi espalda.

—No lo hagas —pidió con una voz suave.

—Tampoco iba a hacerlo, solo lo decía.

Llegamos a casa e hice la cena, del resto nos quedamos descansando en la cama mientras Jenissia veía sus películas románticas y yo pensaba y me imaginaba estupideces mirando el nuevo techo de nuestro nuevo hogar

—¿En qué piensas? —volteé a ver a Jenissia, me estaba mirando con curiosidad.

—En nada importante —respondí con una sonrisa.

—No estarás burlándote de lo que te conté, ¿verdad? —me miró con reproche en ese momento.

Ahora que me lo recordó no pude aguantar más las risas.

—Cielos, hubiera querido estar ahí para verlo —dije entre risas, pero Jenissia frunció el ceño y eso era una clara mala señal —, claro, para evitar que te pasara algo, hubiera querido estar ahí para evitar eso —cambié las cosas pero pareció inútil, seguía mirándome con enojo —. Eh… Buenas noches —me despedí y le dí la espalda para evitar su enojo, esto es malo.

(Es muy malo ver a Jenissia enojada)

Fue demasiado tarde, Jenissia me volteó para que la viera pero ahora quedé cerca de su rostro, montó una de sus piernas a mí y me miró con una sonrisa ahora.

(¿Nos salvamos?)

—Ay, amor, no puedo enojarme contigo, mi dulce cabello de tomate.

Ese final no me gustó.

—¡Hey!

—¿Ves cómo se siente? No importa. Ahora por ello recibirás un castigo —no estoy salvado —, pero, si no cooperas, será peor para ti.

—¡Sí, señora! —soltó una risa entre dientes y luego me besó.

Para estar igual puse una mano en la pierna que estaba arriba de las mías, y la separé un momento nada más para decirle algo.

—¿Te he dicho alguna vez que superas a Afrodita?

Creo que sí.

—No.

Mierda.

—Pues entonces tú superas a Afrodita —lo último lo decía palabra por palabra ya que ella besaba la comisura de mis labios y algunas veces mi cuello.

—¿Tú, comparándome con una diosa? ¿O acaso tú te veías con ella a escondidas de mí?

(Oh, rayos)

—¿Qué? No, no, eso no. Me refiero a que tú le ganas a Afrodita en muchas cosas en mi opinión, no que yo me veía con ella y... ya sabes...

Ella sonrió.

—Bien. Tú debes estar solamente junto a mí, ¿bien?

—Okey, sí, comprendo.

Ambos nos volvimos a besar, ya era hora de dejar de hablar. Parecía una rutina, siempre nos besábamos, creo que ninguna pareja hace esto más que nosotros dos; esta vez me me dejó tener el control y nos besábamos como me gustaba: lento, suave de una manera sensual y efectiva entre nosotros. Puso sus manos en mi espalda y me presionó más a ella, más a sus labios.

—Tom —llamó y me separé para atenderla, estaba con sus ojos entrecerrados y jadeaba un poco fuerte —, quiero más.

—¿Más qué?

—Amor —Jenissia era una Ángel, pero verla así me hace pensar que no parece ser una, y siempre que llegábamos hasta aquí ella quería y pedía más.

—¿Estás segura? —me prometí respetarla a ella y necesitaba su permiso para ir más allá.

—Sí —afirmó entre un jadeo suave. Dejé sus labios y me deslicé a su cuello empezando a dejarle besos en el camino para que los sintiera y para que sintiera placer como ella quiere, no soy experto en esto pero hago lo posible para complacerla.

Estaba funcionando, me presionaba más y sus piernas se enrollaron con las mías aunque estuviéramos de lado, sus jadeos pasaban a ser pequeños e inofensivos gemidos. El sonido del televisor me estorbaba así que la apagué con mis propios rayos, así es.

—Sigue conmigo, por favor. Ámame, por favor, yo te amo —susurró.

Luego de una ronda de suaves besos en su suave cuello me acerqué a su oído para responderle.

—Por ti daría todo, claro que me quedaré, tú eres mi Ángel.

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Pos bueno, este es el penúltimo capítulo de la secuela e inicio de toda una historia dentro de un mundo totalmente distorsionado y diferente en el que acostumbramos a vivir. Bueno, es como nuestro mundo pero con magia y seres no humanos con diferentes cosas que conocemos cambiadas (ignorando la existencia verdadera de los seres celestiales y dioses), y con muchas leyes y un propio Consejo.

Y ahora me doy cuenta de que me he desviado del tema :|

Lo que viene será el último recorrido de todo lo que vivieron en esta historia, y dejaré una pequeña aclaración a parte en el final de todo. Te agradezco todo el apoyo y el haberte quedado hasta el final, les agradezco de corazón que lo hayan hecho y hayan sido parte de mi mundo raro, pero sí. Se les quiere, gente, y no olviden estar al tanto de cosas nuevas, siempre dejo algo demás ;)

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