Epílogo

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DOS AÑOS DESPUÉS
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JENISSIA
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Melissa estaba llorando en su habitación, eran las dos de la madrugada y, rápidamente, aun así estando con sueño y cansada, me levanté para ir a atenderla, pero Tom se adelantó.

—Yo voy, quédate y descansa —se levantó de la cama rápido para ir.

—Vamos los dos, quiero verla —ambos nos levantamos y fuimos a ver a Melissa en la cuna en su habitación.

Es mejor empezar desde mucho antes de todo esto.

Tom y yo nos mudamos de mi residencia a una casa que él compró, nos mudamos y nos quedamos aquí con un espacio el doble de grande y totalmente cálido y acogedor, aunque me costó un poco adaptarme a algo diferente. Amaba demasiado a Tom, siempre estaba para él y él para mí, sentía muchas cosas y se las expresaba mediante besos y caricias, me gustaba hacerlo, besarlo con fuerza y hacerlo sólo mío, él pensaba que era una tortura pero no, hasta se tomó las cosas con calma pero yo no, quise seguir teniendo cosas con él, sintiendo cosas y seguir amándolo.

Medio año después me propuso matrimonio, cosa que me hizo llorar y aceptar con todo gusto y emoción, fue un momento demasiado hermoso, esperé eso desde hace tiempo cuando le dije por primera vez "te amo, Tom" pero pasó mucho después, el primer chico que amé. Un griego con una inglesa, peculiares y diferentes, rara combinación pero perfecta.

Nos casamos en Grecia, Sebastián fue el encargado como el padre que nos iba a bendecir, y fue mucha gente, fueron los dioses de incógnita, algunos Ángeles, entre ellos Santiago, los hermanos de Tom y mucha otra gente. Después de todo, Tom lloró porque Hurtson no pudo vivir para estar en ese momento, y eso me rompió el corazón.

Siempre quería besarlo, lo hacía pero salía de control y por mi mente pasaba el momento de querer tener algo más allá que solo besos y caricia. Hasta que lo hicimos, dentro del matrimonio. Perdimos nuestra virginidad y fue algo indescriptible, pude sentir cómo Tom se llegó a conectar conmigo en ese momento. Y decidí tener un hijo y lo hicimos de nuevo, y de ahí nació Melissa McFly, una niña afortunada que salió de mí, ya tenía los nombres y si hubiese sido un barón lo hubiera llamado Jaén McFly en vez de Tomás, cambiado a último momento.

Melissa Katarina McFly Magdanol. Ese fue el nombre que le pusimos a nuestra hija, Tom pensó el segundo nombre ya que tener cuatro "M" en una persona sería mucho. Sus padrinos son Hefesto y Atenea, yo no conocía a más nadie en el Cielo que no fuera Sebastián o Santiago y los Mandamientos, tenía amigos pero eran pocos. Nació el 4 de Febrero del Año 216 y es ahora algo especial, es mi consentida, mi niña, mi hija.

Nació con el cabello de su padre y con mis ojos, esperábamos que al menos uno de nuestros hijos naciera con eso, todo rojo, y la verdad es se ve hermosa.

Tom y yo caminamos a la cuna de Melissa, estaba llorando pero Tom la tomó y se sentó en un mecedor cerca para calmarla, a Tom le gustaba tener mucho a Melissa, en especial para calmarla porque yo siempre la tenía en mis manos y no la dejaba para nadie.

—¿Crees que haya heredado mis poderes? —preguntó mi esposo sentado mientras calmaba a Melissa entre sus brazos, yo lo estaba viendo de pie apoyando mi espalda de la cuna.

—Con el tiempo lo sabremos, yo también quiero saber si tiene las alas de un Ángel o no, pero debería tenerlas —digo.

—Es hermosa, al igual que su madre —Tom es el hombre perfecto, por eso me quedé con él.

—He ahí nuestro resultado.

***

—Mírate, eres la perfección —le decía a Melissa mostrándola en un espejo grande que estaba en la sala.

—Una perfección peculiar —corrigió Tom detrás de mí.

—Querrás decir "perfección especial"
—eso quedaba mejor —, ¿no es así, pequeña Melissa?

—Jamás me imaginé mi versión como padre y menos a ti. ¿Qué hubieran dicho nuestros padres? —eso era una gran pregunta, ¿estarían orgullosos y felices? Nadie lo sabe ni nadie sabe la respuesta.

—Sólo espero que le enseñes todo lo que Zeus te enseñó si llega a despertar sus poderes.

—Claro. Será muy divertido.

Claro que sí, es mi propia reencarnación, pero esta vez completa.

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TOM

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Bueno, es la hora de hacer el papel de padre para una hermosa hija y futura generación, Jenissia me tomó por sorpresa aquella vez cuando dijo que quería tener hijos, me sentí muy pesado, pero por otro lado me sentí superior a Hefesto ya que tuve hijos primero que él con Afrodita.

Zeus me dijo que se haría una reunión de emergencia en el Consejo Mundial, me vestí al igual que Jenissia ya que teníamos que asistir, Jenissia por parte del Cielo ya que era importante ahora en la Facción y yo como parte del Olimpo con Melissa en un portabebés delante de mí.

Estaba emocionado ya que todos los Clanes, Facciones y Legiones estarían en un mismo lugar y yo podría verlos, iban a discutir algo importante, era mi oportunidad para ver al Rey Azazel en persona y a los líderes de los Clanes y Legiones, ¡hasta creo que Lucifer estará! Jenissia tampoco aguantaba la emoción.

Pero todo cambió cuando el presentador empezó a hablar muy fuerte para que toda la sala escuchara y eso asustó a Melissa y me tuve que salir del lugar con los árboles de cerezo en todos lados, eran árboles bonitos y daban tranquilidad.

—¿Es en serio? Bueno, te entiendo, te asustaste por el ruido, no puedo reclamarte por nada —le decía a Melissa, me arruinó la oportunidad. Ah, son labores como padre, pero lo bueno será que Jenissia estará adentro para informarme de todo.

La reunión duró dos horas, dos horas esperando a que Melissa se calmara afuera conmigo, le dí un pétalo de un cerezo pero eso no la tranquilizaba,  tal vez quiere estar con su madre.

—Si vas a sacar tu poder, hazlo ahora, te espero —pensaba que Melissa heredaría mi poder robado de Zeus pero no ha dado señales, bueno, es una bebé, debo darle tiempo, tal vez años, al igual que sus alas de Ángel. Sebastián nos confirmó que ella es mitad Humana y mitad Ángel.

Jugaba, hacía de todo mientras pasaban los minutos hasta que todo acabó. Tuve la oportunidad de ver Elfos, Anihumanos, Vampiros, Hadas y Ángeles Caídos descender del cielo y a mucha gente, según eran importantes y relevantes en sus lugares y mundos.

De la gran sala salieron todos de las dobles puertas de entrada, yo estaba en el largo e inmenso camino de adoquín que dirigían a la sala, estaba muy lejos esperando a que Jenissia o alguien del Cielo o del Olimpo saliera y me informara.

Melissa raramente empezó a reírse, tal vez vio algo gracioso que yo no había visto, a ella le gustaba tocar cosas y reírse con burla, cosa que yo y Jenissia no logramos sacar de ella aunque lo intentáramos.

De lejos vi a una Elfo, era alta, casi de mi tamaño, llevaba tacones altos y un vestido negro, sus orejas eran puntiagudas y su color de piel blanca y pálida con un toque gris, su cabello era liso y suelto hasta sus hombros, era de color gris plateado con puntas moradas. Sus ojos daban escalofríos, eran azul celestes, pero brillaban como un sol, parecen ojos mágicos, venía acompañada con unos cuantos elfos detrás de ella a mi dirección.

—Debe ser alguien importante. Prepárate, pequeña —le dije a Melissa acariciando su cabeza delante de mí en el portabebés.

La mujer pasó de largo, me sentí ignorado por un momento pero después no me importó, debe estar apresurada, pero mientras seguía esperando ella raramente dio pasos lunares hacia atrás, retrocediendo, fue algo extraño, dio otros pasos al lado quedando frente a nosotros, su mirada era de una muy fría sin expresión.

Se quedó mirando mi cabello con curiosidad y también mis ojos, tener contacto visual con ella fue extraño, muy extraño. Dobló un poco su cabeza a un lado mirando aún mi cabello; Melissa hizo un ruido extraño y eso llamó la atención de la mujer. Ella se quedó viendo a Melissa y luego se inclinó mirándola muy de cerca, estaba al frente de Melissa sin decir nada, al igual que yo, pero yo estaba incómodo.

Melissa rió un poco, de seguro fue por la expresión fría de ella, y puso su mano en el rostro de la mujer pero ésta seguía inclinada sin hacer nada.

—L-Lo siento, a ella le gusta tocar mucho, creo que es por curiosidad —le dije con incomodidad a la Elfo.

—Qué... curiosa y bonita es. Interesante.

Su voz era la de una mujer adulta y superior para quien la escuchara, se acomodó y miró por última vez a Melissa y le dijo algo impresionante antes de irse.

—Explota tu curiosidad, pequeña —eso fue lo último antes de que ella se fuera dejándome con muchas dudas y preguntas. Me sorprendió escuchar esas palabras de una Elfo dirigida a mi hija.

—Parece que le agradaste a alguien. Bien hecho —le dije a Melissa, la cargué y le dí un beso en su mejilla derecha.

De lejos vi a Jenissia saliendo con Sebastián, Santiago, unos Arcángeles y los Mandamientos, pero por alguna razón ella venía triste y cabizbaja, Sebastián tenía una mirada preocupante y ambos vinieron a mí, pero yo caminé rápido a ellos dos para saber el problema, aquella Elfo parecía tranquila.

Todos llegaron a mí, Rael parecía decepcionado al igual que todos, pero Sebastián mantenía su neutralidad, todos me ignoraron excepto Jenissia que se acercó a mí y me pidió que le pusiera el portabebés con Melissa y se lo dí.

—¿Qué ha pasado? —pregunté.

—Es mejor que ellos te lo digan —me señaló a los Dioses del Olimpo, todos se veían decepcionados, la mayoría se fueron enseguida, pero Zeus me presenció y se acercó rápido con sus rayos, Jenissia se largó con Melissa para atenderla y jugar con la pequeña.

—¿Qué pasó? Me perdí todo y no sé na…

—Perdóname, Tom, retiré el puesto de los Dioses del Olimpo del Consejo Mundial.

Fue un disparo al corazón, pude saber e informarme del consejo por ellos, ¿era esa la emergencia?

—¿Qué? ¿Por qué? —me alteré enseguida, lleno de preguntas.

—¿Recuerdas tu combate de hace dos años contra Darkius, en Grecia? Bueno, causó líos dentro del Consejo, la Legión de Magos, en colaboración con los representantes Humanos y los Asesinos, exigían respuestas de dicho desastre enterados y por lo que hiciste, pero no te nombré ni culpé, acepté y tomé la culpa a cambio y retiré nuestro puesto de ahí. Los Elfos, Ángeles y Ángeles Caídos intentaron cubrirnos pero ya todos enterados de la situación querían saberlo. No tuve más opción de decir algo diferente y retirarme.

—¿Por eso lo hiciste? ¿Esperaron dos años para que les mintieras de mi combate y de mi culpa por haber destruido la mitad de una ciudad? ¡Sólo fue lo necesario, y lo hice por la vida de muchos!

—Lo entiendo y lo sé, dos años después reclamaron dentro del Consejo, era mucha presión y lo hice para no causarle más problemas a mi gente y a mi reino.

—¿No será para que yo no pueda causarle más problemas a ustedes? —le corregí enojado, no podía creer que Zeus haya tomado la culpa de ser el responsable de una destrucción que luego fue reconstruida. Pasaron dos malditos años después de eso, ¿y ahora nos reclaman por ello? —¡Eso es estúpido! ¡No puedo creerlo, ya todo está arreglado! Todo es mi culpa. Retira tu decisión, vuelve al Consejo.

—Ya no puedo hacerlo, es una decisión personal, y algo bueno para todos.

—¿Y todos estuvieron de acuerdo? —me enojé, no podía creer nada, quería llorar de la furia. Maldita sea.

—Lo hice por los míos, pude arreglar las cosas, pero esto fue lo mejor.

—¡No es justo! —me arrodillé y unas lágrimas cayeron por mi coraje, quiero desquitarme con algo, por suerte Jenissia está lejos con Melissa, no quería que mi hija me viera así de enojado.

—No es culpa de nadie. La vida es injusta a veces, Tom, yo también estoy enojado, al igual que los otros dioses. No les conté sobre Darkius, tampoco puedo creer que esperaron dos años para pedir respuestas sobre aquel día, la reacción en los magos fue desesperante, y nadie me agradeció.

Zeus me dejó entre lágrimas ahí mientras que una multitud me veía mientras se iban en los alrededores. Pero antes de irse me dijo una última cosa.

—Pero hay otro problema peor que el mío, algo que relacionaba a tu amigo de las Facciones y también a ti. Lucifer no asistió.

***

—Lamento lo que pasó —dormimos un rato a Melissa en su cuna, pensé que todo estaría bien, pero la noticia de ese retiro me mató por dentro.

—¿Cuál es la situación? —le pregunté sin rodeos a ella que estaba a mi lado mientras veía a Melissa dormir.

—Lucifer no vino a la reunión, se ausentó. El Rey Azazel informó que hay más ataques y reportes de Demonios Puros en la zona de Europa y Asia, dieron un aviso y advertencia. Sebastián planea hacer guardia y lo mejor para evitar que esas cosas hagan líos, al igual que los Ángeles Caídos. Los Clanes se resguardarán por ahora hasta nuevo aviso, y el Representante de los Humanos dará un aviso a todas las personas incluyendo en América, pero no piensa decirles al aire la situación, sólo avisos referentes para los suyos. Tengo un mal presentimiento.

Listo. Con toda la información de Jenissia ya estaba más que listo, siempre negué aquella advertencia y profecía de Hurtson, pero ahora todo cambió, me decepcioné un poco de los Dioses del Olimpo y de mí mismo, pero ese ya es otro tema. Algo grande se acerca, una promesa que ahora parece que se hará posible, no le hice caso a Hurtson sobre ésto, pero ahora es importante, y vendrá más adelante.

Ojalá que no pase en estos momentos, no cuando Melissa está con nosotros. No puedo creer que todo acabe así.

—Yo también tengo un mal presentimiento. Se acerca una guerra.

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La casa estaba en su oscuridad, Jenissia Magdanol y Tom McFly estaban dormidos, se podía decir que dormían como ovejas en un rebaño.

Sin esperar a que un lobo se los comieran desprevenidos.

Había alguien en la casa, algo denominado «sobrenatural» e incluso un «mito», algo maligno que los veía dormir a ambos en su habitación, un ser lleno de misterio y, ¿por qué no? Maldad también, surgiendo y apareciendo a través de la sombra más oscura de un rincón.

La Muerte.

Estaba en esa casa por algo, pero no era por ellos, no aún, pensaba y creía el ser.

Estaba ahí por algo diferente, por algo nuevo y curioso que surgió de ellos dos y que se resguardaba en otra habitación. Estaba ahí por la niña llamada Melissa McFly.

El ser sobrenatural observó a la pareja, con su silueta jorobada y su cuerpo cubierto por una túnica grande y oscura, con sus pies, manos y cráneo esquelético, sujetando una gran guadaña más larga que él mismo.

Caminó sin hacer ruido a la habitación de la pequeña, sobrepasando las puertas y paredes como un fantasma. Por fin había llegado lo que él había esperado del Ángel y el Humano, y por fin fue a ella.

—Melissa… —susurró la Muerte con una voz afónica y tenebrosa traspasando las paredes para entrar a la habitación de la pequeña niña; ella se había despertado en ese momento y iba a llorar, pero él llegó —No vengo a hacerte daño, pequeña —le dijo acercando su cráneo blanquecino a la niña. Era toda una enigma, su cabello y sus ojos color sangre, su peculiaridad —. Mírate, eres una hermosura. Eres la elegida y la digna —la pequeña Melissa posó su mano en el cráneo de aquel que se llevaba las vidas y las almas de los difuntos —. Tu padre tiene razón, tocas todo por curiosidad. Te entiendo.

Él podía ver los adentros de la niña, lo que siente, lo que piensa apenas, pero logró ver una gran distorsión en su vida, una gran intervención y un futuro no tan claro y muy borroso, pero algo sí pudo ver.

Un futuro catastrófico.

—Tienes un futuro distorsionado, niña, te falta mucho. Pero, como eres una peculiaridad, tendrás de ahora en adelante tu propio Ángel Guardián. Regocíjate ante mí.

Melissa se rió extrañamente ante él, ese fue su regocijo.

—Tienes una vida que recorrer, pero tranquila, yo me encargaré de eso.

¿Qué estaba haciendo? ¿Estaba encantando a la niña o solo jugaba con ella?

La puerta de la habitación se abrió, la Muerte se camufló y se hizo invisible con su magia. Era el joven Tom que vino a ver a su hija.

—Vaya, vine a verte y te encontré así. ¿Qué haces despierta a éstas horas, jovencita? —Tom alza al aire a su hija.

La Muerte lo observó, los observó con curiosidad teniendo un momento familiar estando a un lado de Tom sin que se diera cuenta de su presencia o incluso su energía oculta; se le hizo extraño estar ahí y verlos ya que él solamente veía y presentía la muerte de todos.

El ser tenebroso se mantuvo de pie mirando a Tom dormir a su pequeña niña. Tom durmió a la niña y salió de la habitación después, era toda una ternura ver a la pequeña dormir.

La Muerte volvió a acercarse, colocando sus dedos esqueléticos sobre la cuna, mirando de cerca a una Melissa dormida, sin saber absolutamente lo que tuvo enfrente por unos segundos.

—Ten paz por ahora, Melissa, te espera una larga vida.

La Muerte se alejó de la cuna, riendo tenebrosamente por lo bajo, acercándose a uno de los rincones de la habitación para irse.

—La guerra se acerca, y tú pelearás por mí...

Continuará...

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Bueno, lo prometido es hecho. ¡Mi gente, han llegado al final de esta historia y la secuela de Imperfectos! Muchas, pero muchas gracias por haber llegado hasta aquí y haberme dado todo su apoyo, no saben lo feliz que me pongo al ver sus apoyos, de verdad.

Bueno, dejaré una BREVE explicación, como lo hice en la primera historia.

Como verán, y pasaron dos años después de los sucesos en Grecia y, como era de esperarse, trajo problemas mierda, en general porque el poder de Tom alertó a la Legión sin importarle los desastres, solo requirieron aclaraciones de tal poder y el Olimpo se hizo responsable del problema, además del desastre causado que ya fue arreglado sin mencionar el por qué de todo. ¡Pero el lado bueno es que teníamos a la pequeña Melissa McFly!

Zeus si sacó a su gente de la reunión para no tener más problemas, cualquiera diría que pudieron seguir pero no :/, pero queda la escena final.

La Muerte se encuentra con Melissa, y le echa sus bendiciones, pero no, seriedad. Imagino que ustedes lo descubrieron, lo descubrieron sin fueron detallistas al leer, que la profecía de Hurtson podría hacerse realidad, cosa que realidad es, pero que, después de todo, sí era verdad y fue más que confirmada por la Muerte, quien tuvo ojos sobre Melissa, ¿pero por qué? ¿Logran saberlo o... recordarlo si te leíste el primer libro?

Eso no es todo, gente, está más que claro y totalmente confirmado la a continuación de esto, sí, habrá una tercera parte, ¿te gusta el drama? Pues ahí tienes tu dramita. Prepara tus ojos y pantalones porque hay una tercera parte, *risas malévolas*

Hasta aquí llego, nuevamente te agradezco todo y por haber llegado hasta aquí y ver cómo pude desarrollar una historia en orden al revés y ser testigo de este mundo y la historia. Muchas gracias, por todo.

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