Capítulo 45

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De acuerdo, todavía estaba resolviendo en su cabeza muchas cosas. Pensó que sería fácil simplemente desligarse a una gran parte de esa hipócrita moral suya y perderse en toda esa mierda, pero no resultaba así. Con el fantasmal recuerdo de los labios de Taehyung sobre los suyos, Jungkook se dirigió al ascensor del edificio que lo llevaría a su oficina para finalmente poder recoger todo y largarse a descansar. Poner sus ideas en orden después de los días juntos era el camino más obvio a tomar.

Todavía estaba a tiempo, podía echarse hacia atrás aunque era absurdo, nada cambiaba el hecho de haberse enredado con el esposo de su padre en más de una ocasión y de diferentes maneras desde hacía un tiempo. Ya no podía escudarse en que no tenía ni puta idea de lo que ellos tenían como lo hizo por años. El desprecio y culpa que lo embargó al darse cuenta de que se había follado al prometido de su padre aquella vez en su casa durante el desayuno, parecía haber caducado en algún punto durante todos esos años.

La comprobación fue quizás ese momento en el que correspondió el segundo beso robado cuando el mayor se coló en su habitación. El modo en que mentalmente se veía afectado por sus insinuaciones. El punto de inflexión llegó cuando permitió que su relación entrara en pausa, cuando en aquel bar terminó perdiéndose de forma cruda en su interior, en un cutre baño. De ahí en adelante, continuaba siendo difícil, pero comenzaba a caer más fácil y ya había perdido el penúltimo eslabón que lo podría retener, Jaehyun. Sin pareja en su vida, las cosas se facilitaban un poco, al menos así hubiese sido si Taehyung no estuviese casado con su jodido padre. Si ese matrimonio no se consumara constantemente. No se trataba ya de si ellos tenían pareja o no, el quid de la cuestión radicaba en que su progenitor, su familia se vería involucrada ahí.

Estaba tan mal y aun así, su pecho había estado agitado cuando se separó de ese indiscreto beso en un sitio en donde podían ser atrapados. Sí, había una retorcida adrenalina en toda aquella situación que le hacía tomar decisiones lideradas por instintos que desencadenaban errores como la noche del evento. Porque había momentos en donde la pasión era fuete, pero insuficiente. Si fuera solo eso, todavía no estuviera enredándose con Taehyung. Una parte de él debería estar muy jodida para ser tan blando y caer ante la vulnerabilidad atestiguada por parte del peligris.

Verlo llorar, romperse e intentar armarse pretendiendo que nada ocurrió, escondiendo todo tras un velo que aunque resistente por momentos se tornaba traslúcido, tocaban fibras en su interior que nunca pudo arreglar. Esa fue una de las razones por las que su hyung desde muy temprana edad se puso a la defensiva, volviéndose una muralla para todas las cosas negativas, dolores, decepciones, heridas.

Seokjin recibía todo eso y procuraba que no lo pasara ninguna, que nada llegase a él y, en caso de ocurrir, de igual forma se apresuraba a hacerse cargo. De cierta forma, siempre se sintió cuidado y respaldado por un hermano que veía a la distancia la falsedad y los engaños que él con la estúpida inocencia, esa que Yoongi a veces le recriminaba, terminaba embargándolo. Tan avispado para algunas cosas y estúpidamente débil para otras, simplemente se desarmaba frente al sufrimiento ajeno, más si era de algún conocido.

Pensaba en todo eso cuando se dirigía al ascensor, pero antes de que este cerrara sus puertas, una mano se coló impidiendo que esto ocurriera. Pudo ver a Taehyung y con una disimulada mirada a las cámaras, volvió a descender. Ambos caminaron en silencio a la terraza de ese piso, sintiendo al llegar a ella las pequeñas piedras que componían el camino hasta llegar al único punto ciego.

— Lo siento. — Musitó Taehyung llamando la atención del menor. — Estoy acostumbrado a dejarme llevar, pero eso no quita que sea tan cuidadoso como tú. Créeme, no estuviese aquí de ser diferente, pero supongo que la emoción de estos últimos días y nuestro acuerdo hicieron mella en mí. Sabía que Hobi estaba presente, pero él sabe absolutamente todo lo que hago, es quien a regañadientes me cubre hasta cuando no está de acuerdo en algo. Entonces no estoy acostumbrado a fingir o pretender cuando solo somos los dos. Olvidé que este no era el caso y, a pesar de tener conocimiento de lo nuestro, estábamos en un lugar peligroso. En verdad lo lamento.

Tan extraño le resultaba ver al peligris pidiendo perdón por algo que Jungkook no supo muy bien cómo procesarlo. Por un instante solo se miraron con el resplandor de una luz fría de alguna farola llegando a ellos. Solo dos personas que sabían cuán infame eran esos comportamientos y que pese a todo se contemplaban de ese modo.

Vio al mayor relamerse los labios, notó como este disminuía la distancia una vez más sabiendo que allí era muy poco probable que fuesen vistos a esa hora. Pudo sentir la proximidad y ese pedido silencioso para besarlo. Calló, pero supo que su silencio otorgaba la autorización. Pensó en negarse, jamás lo hizo.

Ahí estaba nuevamente, ese falta de pensamiento lógico cuando Taehyung lo besa, lo arrastra a un falso beso tranquilo que termina volviéndose sucio con sus bocas abiertas casi exageradamente. Cuando el mayor se pone demasiado ansioso, Jungkook tira de su cabello hacia atrás para que este lo mirase con un destello cristalizado de sus salvajes ojos. Eso era lo que quería Taehyung y por un momento, cualquier estúpido juego, cualquier estúpida mierda que pudiese estar haciendo con su padre no le importó porque el resultado era obvio. Ese hombre que estaba frente a él, le gustaba muchísimo y hay una victoria retorcida un poco masoquista oculta.

Estaba junto a un hombre que sabía era un oportunista haciendo lo que mejor sabía hacer.

En el pasado era diferente, por mucho tiempo lo fue, pero últimamente había espinas incrustándose en el interior del pelinegro. Al principio le repugnó toda la situación, pero se encontraba con que ahora, la imagen de su padre no le daba tanto asco. El peligris le hacía trampa a su progenitor, lo engañaba y aunque él odiaba las traiciones, ahí estaba, aceptándolo porque justamente ese hombre, le gustaba.

Por mucho tiempo esa atracción desapareció, realmente lo vio infinidades de veces por años y el contrario solo despertó asqueados pensamientos hasta que simplemente no sintió nada, ni molesto, ni incomodidad, nada. Taehyung estuvo delante de él, pero no existía. Tuvo que haberlo sabido mejor, que a veces las atracciones son como el mar y mientras más tse retraen, con más fuerza atacan cuando retoman el terreno perdido.

Le atraía la lucha, la persecución. Le gustaba la causa y efecto de sus acciones; en su pasado, tanto con hombres como las mujeres con las que estuvo debía admitir que fue la emoción de la caza, líneas casi practicadas en su cerebro diseñadas para facilitarle una captura fácil lo que muchas veces lo impulsó. Ahora, cuando se trataba de Taehyung sus gustos podían ser enormemente diferentes. Porque incluso si había una caza entre ambos,  el mayor tejía en una red en la cual él se dejaba caer sabiendo que podía romperla, pero a su vez, todo era impredecible.

Tal parecía que no era únicamente su padrastro quien evolucionaba de forma irreversible, de manera infame. No sabe cómo tratar con esta realización, si la comprensión debía consolarlo más de lo que tenía derecho de estarlo sabiendo que podrían estar jodiendo a alguien. Ver a Kim ahí, entregada a él, encendía su sangre en llamas y despertaba algo en su interior que ni siquiera él mismo había podido ver antes, esa profunda oscuridad interna que todos los seres humanos tenían, pero le rehuían, peleaban con ella, esa a la que algunos temían y otros anhelaban.

Un ataque, un pecado demasiado fuerte y Jungkook temía que esto se convirtiera en una de esas drogas que enganchaban, diseñadas para borrar y olvidar la sensación de una euforia tan jodidamente buena como la que los azotaba cuando se dejaban ir.

Por un momento, tiene a su padrastro justo donde lo quiere sin intentarlo, después de ignorarlo y huirle porque todo estaba mal, mas el poder en sus manos comenzaba a metérsele hasta el pensamiento. No podía decir que su pasado fue el más santo, si utilizaba un apodo de moda, sería fuckboy el que por aquel entonces le combinara aunque jamás fue tan hijo de puta.

Estaba consciente de que él sabía jugar ese juego peligroso y podría dañarlos demasiado. Si quisiera, tal cual como le dijo al mayor tiempo atrás lo tendría en su mano con el chasquido de sus dedos porque también sabía el efecto que causaba en el peligris. Escuchó de sus amistades como Jimin y Yoongui que Taehyung andaba averiguando y preguntando por su persona.

Jungkook ignoraba esas cosas porque no le apetecía juegos escolares e infantiles como esos, ya había dejado la secundaria hacía muchísimos años. Ellos ya estaban muy viejos para eso. En verdad podría quebrarlo si se lo proponía con facilidad, pero él simplemente no era así, no se comportaba de esa manera aunque podía porque odiaba hacerle daño a las personas, porque ya tenía suficiente con haber hecho miserable a su madre, hermano y de paso padre. Pero no puede negar una cosa, ese poder que le entregaban inundaba su mente y le agradaba.

— Quiero aclarártelo una vez más para que en el futuro no haya malos entendidos. — Interrumpió sus besos embargado por sus pensamientos porque sabía que Taehyung era un hombre atrevido en más de un sentido. — Sé que obtienes lo que quieres y cuando lo quieres, pero te encontraste con alguien idéntico o peor que tú en ese y muchos aspectos, con mis ojos cerrados.

Frente a sus palabras, Taehyung sonrió, de alguna forma complacido de saber que junto a él tenía un hombre de carácter que con solo una orden podía hacerlo venir en sus pantalones aunque después él hiciera lo que le viniese en gana una vez que el menor se diera la vuelta. Sabía que Jungkook no era solo palabras en algún lugar remoto de su cerebro.

— Te convertiré en mi perra como se te ocurra virar las reglas de este juego sin decírmelo. — Abrazando el momento, Jungkook dijo esto en un susurro, atrayéndolo para besar el caparazón de su oreja antes de volverlo a alejar. Lamiendo obscenamente desde el mentón hasta sus labios, rozando en el proceso la punta de la nariz, Jungkook lo separó algo brusco. — No te atrevas a querer jugar conmigo como lo haces con mi padre, Taehyung, no te gustará el resultado y no quiero que después digas que soy un cabrón hijo de puta. Llevemos la fiesta en paz.

— ¿Te digo un secreto? — Preguntó Taehyung divertido, sonriendo sintiendo la presión en sus cabellos mientras sus ojos miraban fijamente los contrarios, estirando su mano para apresar la entrepierna ajena, ampliando solo más su sonrisa al ver el ceño de Jungkook fruncido por la acción. — Ya soy tu perra, pero tú también eres mío.

¿Cómo llegaron a esto? Jungkook se preguntaba mientras asaltaba la boca contraria, pegándolo contra la pared sobre su espalda con firmeza para disfrutar del gemido divertido que Taehyung dejó escapar. ¿Quién es ese Jungkook que se estaba metiendo con algo que podía dañar directamente a su padre con toda la intención? El menor se preguntaba esto mientras se hundían en demandantes besos y movimientos que interrumpió cuando Taehyung hizo el intento de llevarlo todo más allá agarrando su circunferencia para arrodillarse y tragarlo con avidez.

¿Qué le estaba pasando?

— Es suficiente, ya dije que todo con control. — Musitó elevándolo, acariciando ahora su mejilla con una suavidad extrema que sacudió a Taehyung como vendaval por el repentino cambio.

Eso sexual que entre ellos siempre explotaba no se parecía en nada a algo que haya tenido nunca y debería ser preocupante, alarmante como en otras ocasiones en que se percató de esto. Debería preocuparle esa hambre con la cual se volvieron a besar luego de mirarse varios segundos, como ambos tiraban de sus cabellos con fuerza y el hombre junto a él se excitaba. Mientras más rudo era Jungkook, mientras más le negaba lo que quería, más se enloquecía el mayor y ya lo había notado con anterioridad, solo que no sabía qué tan bueno o malo eso podría ser en su caso.

Se encuentra preguntando la forma en que ellos abordan esa sexualidad y todo lo que estaba en peligro si se rebasaban los niveles. Si estar expuestos a esa atracción por Taehyung antes de saberlo con su padre lo moldeó de algún modo en el que a día de hoy le hacía confundirse y creer que él había llegado primero cuando su padre no solo lo conoció meses antes, sino que se formalizó y dio a conocer su relación también con prontitud.

— ¿Cuándo nos veremos otra vez? — La pregunta del mayor lo trae a la realidad y casi maldijo por la sorpresa. — Tu padre regresa la próxima semana y me gustaría aprovechar ese tiempo.

— Yo también viajaré mañana por cuestiones de trabajo, así que no podremos vernos, pero en cuanto regrese hablaremos con mayor detenimiento.

— ¿Viajarás? Eso es un poco repentino.

— Sí, de hecho lo supe hace quizás una o dos horas cuando Somi fue a buscarme al estudio. No era algo con lo que contara, pero debo de ir.

— Lo sé, eres el CEO de esta empresa después de todo. — Murmuró procurando otro beso, no podía tener suficiente de Jungkook. — Estaré esperando tu llamada, ahora me voy porque Hobi debe estar esperando ya molesto en mi auto.

Sin pensarlo mucho, se inclinó y dio un último beso sin intensificar o profundizar y se marchó, dejando al menor acariciándose de la forma más cliché sus propios labios por un fugaz segundo antes de arrugar el entrecejo algo sorprendido por ese tono diferente en su besar.

— Somi, asegúrate que todo el viaje de mañana esté en orden. — Musitó llegando a su piso para recoger sus pertenencias. — Perdona por tenerte hasta tarde trabajando, pero sabes que te compensaré, puedes tomarte dos días a partir de pasado mañana. — Dándole un guiño a su secretaria, Jungkook entró a su oficina antes de que esta pudiera advertirle de la visita. — ¿Hyung?

Permaneció en la puerta momentáneamente antes de cerrar la puerta para mayor privacidad y acercarse. Como de costumbre iba a darle un inocente pico, pero por algún motivo el recuerdo del incidente en la mansión cuando el mayor se emborrachó lo golpeó, prefiriendo entonces saludarlo solo con un abrazo.

— ¿Qué te trae por aquí? No me avisaste.

— Oh, estoy seguro de que lo hice, pero me pregunto dónde habrá quedado tu celular privado. — Jungkook metió la mano en su bolsillo para sacarlo, notando que se había quedado sin batería. Torpemente, se lo mostró a su hermano mayor y lo guardo. — No me iré por las ramas, así que iré directamente a lo que me trae por tu oficina. Me gustaría preguntarte desde cuándo llevas a nuestro padrastro a mi apartamento.

— ¿Qué? ¿Cuándo? Yo no...

— No estás en la secundaria tartamudeando mientras ves porno y yo te sorprendo. — Lo amonestó el mayor con la mirada a pesar de que la única vez que se dio este suceso correctamente él prefirió no mirar y huir a su habitación. — Nunca voy, pero da la casualidad que necesitaba escaparme del mundo un rato por lo que no fui a mi casa o a mi antiguo departamento de soltero. Cuando fui al único sitio del que solo Min y tú tienen conocimiento la otra noche, me encuentro que como en Ricitos y los tres osos, alguien había invadido mi cama. Tuve que irme sin despertarlos después de verlos dormir desnudos. ¿Qué demonios haces enredándote ahora de manera consciente con Taehyung? Comprendo que tuviesen un pasado, pero él ahora es el esposo de padre aunque no nos agrade y hay líneas que no se deben cruzar. ¿Dejaste una relación próspera, segura y tan bonita con Jaehyun para meterte en esta mierda?

— ¿Desde cuándo tan fan tú de Jae?

— Desde que demostró su madurez y cambio, desde que regresó a ti y solo se encargó de cuidarte. Me importa una mierda con quien te enredes Jungkook siempre y cuando no te hagan daño, siempre que no te lastimes.

— Con Taehyung es solo sexo igual.

— ¿Me estás tomando el pelo? Sabes que son situaciones muy diferentes entre follarte cien o un millón y follarte al esposo de tu padre. Te follas a mi pareja y te corto u miembro para enterrársela de verdad en su íntima cavidad. Ese soy yo, si papá... — Jin calló procurando recomponerse. — Jungkookie...

— Perdón, hyung, no volverá a suceder, no iré más a tu apartamento.

— ¿De verdad crees que esa es la parte que me importa, el hecho de que utilizaste mi apartamento?

— Hyung, ¿desde cuándo te interesa tanto el bienestar de nuestro padre cuando siempre has querido enterrarlo vivo?

— Es que no se trata de él, Jungkook, se trata de ti y las consecuencias que esto puede desencadenar con él. Porque el señor Jeon Dongun es un padre, pero también un hombre, un ser humano. Aunque yo esté feliz de que alguien le haga lo que él le hizo a mi madre, no puedo permitir que en eso te veas inmiscuido tú. Me gusto o no, es nuestro padre, nuestra familia, ustedes, a diferencia de él y yo, han tenido una buena relación aunque no sea perfecta. Él es una persona, un animal como todos los humanos y, un animal herido, es peligroso, Jungkook. Hasta la persona más noble puede reaccionar de un modo impredecible cuando se da cuenta de que lo han usado, jugado con ella y peor si es de quien más uno quiere.

— Sería una mierda, sí, pero tampoco es como si nos fuera a matar, por favor. — Espetó algo incómodo Jungkook y Jin solo pudo callar, negando ante sus palabras.

— ¿Qué tan bien conoces a nuestro padre? ¿Crees que él llegó hasta donde está sin hacer nada sucio?

— Incluso se casó por conveniencia, claro que puede haber hecho algo sucio y aunque no lo respaldo, tampoco es que sea un matón. Mira, a ti nunca te he mentido, hyung, no con cosas verdaderamente importantes. Sé que todo esto es jodido y créeme si te digo que lo he intentado evitar, pero simplemente no pude.

— Jungkook, cuando uno de verdad quiere evitarlo algo, hace de tripas corazón aunque el mundo y la vida se le vaya en ello.

Sus defensas habían comenzado a bajar, mirándolo con dolor en su pecho mientras decía aquello que él había experimentado desde que era un adolescente y se dio cuente de los sentimientos poco fraternales albergados por él. Lo ha evitado y deseado que su vida se vaya de las manos antes que permitir que algo tan infame ocurra porque sabe que no está bien, no es correcto. Sí, él hace muchísimas cosas distantes de estar bien, pero existían límites que no debían de cruzarse.

— Taehyung me gustó desde la primera vez que mis ojos se posaron en él, esa noche de la que obtuviste fotos, dije que quería ese hombre para mí aunque fuera temporalmente. Pensé que todo sería simple, un boom boom ciao, pero no, terminé pasando todo un fin de semana con él. Valoré incluso la idea de ir a buscarlo al otro lado del planeta cuando creía que se iría para Inglaterra aunque sabes perfectamente como terminó. En esa boda decidí que lo sacaría de mi vida y costó, pero lo logré de algún modo porque después de mucho un día lo miré y no me producía nada. En ese proceso me terminé enamorando de Jae, sí, fue lo mejor que me pasó en la vida y aún me odio por perderlo de una forma tan estúpida y ruin. Pero Taehyung volvió a abrirse paso en mi vida. Yo... No te pido que me apoyes, sé que lo que estoy haciendo está mal, luché contra eso porque me parecía despreciable, pero...

— Pero un día te despiertas, te miras al espejo y te golpea la realización de que te has acostumbrado, puedes soportar mejor toda la mierda con la que vienes batallando. Ya no se siente tan mal lo que haces y luego... — Jin cierra los ojos y lo mira tranquilo. — De repente todo eso que considera y sabes que es incorrecto se siente jodidamente bien, es lo que te hace respirar otra vez y sonreír. Todas las pequeñas cosas con las que luchas para intentar poner todas las piezas en su lugar y arreglarlo dejan de preocuparte porque ya no es por el beneficio de tu propia consciencia. Lo único que te retienen son los demás, porque peleaste tanto por cambiar que aunque lo odies decides que ya no lo puedes combatir más. Entonces ya no quieres cambiar, solo te aferras al último hilo de tu cordura para tratar de no lastimar a las personas que te importan, que amas.

Por un segundo, Jungkook sintió algo extraño recorrerlo, un nudo en su garganta formándose mientras escuchaba a su hermano hablar con una lucidez tal que parecía hablar de su persona de un modo que lo inquietaba. ¿Qué podría su hermano, el perfecto Jeon Seokjin guardar que fuera tan infame como para decir esas palabras?

— Hyung...

— Jungkook, ¿sabes lo que más me importa en este mundo? — El menor miró a su hermano seriamente, asintiendo. — Mi hija y tú. Mientras ustedes dos sean felices yo podría condenarme. Si tú eres feliz, aunque yo no esté de acuerdo, lucharé, pero terminaré apoyándote porque siempre has sido lo más importante en mi vida. Con esto te quiero decir una cosa, mira bien el paso que vayas a dar, porque mi amor por ti puede ser casi ciego, entre el mundo y las dos personas más importantes para mí, sabes a quiénes voy a escoger porque no soy un jodido héroe. De hecho, estoy más cerca del villano que azota al supuesto villano. Puede ser Taehyung o nuestro propio padre, si alguno te hace daño, yo seré implacable. Así que trata de no ponerte en una situación donde alguno te lastime, porque les haré pagar cruelmente.

— Hyung...

— Es un simple aviso. Diviértete, vive, sé feliz, pero que yo no me entere de que alguien te está haciendo daño porque ahora, no solo haré que tus compañeros de clase suspendan, sean castigados o golpeados por sus padres, expulsados de las escuelas, etcétera, etcétera... Ahora haré mucho más que eso y me importará una mierda los reclamos hacia mí. Quieres follar con Taehyung, te pondré el puto condón si quieres, ahora, que a mis oídos no llegue la noticia de que te está jodiendo la vida porque él dejará de tener una. — Terminó de decir dirigiéndose hacia la puerta. — Ten un buen viaje, me llamas al aterrizar y no olvides traerle algún presente a tu sobrina.

Seokjin abandonó la oficina dejando a Jungkook contrariado y con muchos recuerdos de su infancia o adolescencia. Cuando Jin se volvió violento con todos aquellos que lo dañaban hasta que su padre fue puesto en escena. Ahí su hermano comenzó a cambiar y pronto, le tenían más miedo al Jin callado que a aquel que arremetía contra cualquiera utilizando la fuerza física. Sabía que el mayor a veces podía ser un poco sobreprotector, pero del modo en que le habló esa noche con una mirada tan fija, su seriedad, algo en el timbre de sus palabras lo había dejado inquieto.

+++

Estupefacto, incrédulo, confundido... Hoseok escuchaba atentamente todo lo que Taehyung le contaba mientras ambos bebían una copa de vino en la sala de su pequeño apartamento. Aprovechando que su esposo se encontraba viajando por negocios, su mejor amigo decidió pasar la noche en su casa, como siempre cuando salieron de la empresa lo escuchó llamar a Dongun, el pelirrojo incluso lo saludó también por la cámara, pero le parecía mentira lo visto en el salón de prácticas.

Cuando el peligris se sentó a explicarle cómo se había dado todo, sus dudas simplemente se afianzaron. Naturalmente, no era él quien debía tener las cosas claras, pero todavía le parecían extrañas algunas cosas. El actuar de su amigo ya la conocía, juzgarlo, no lo hacía tampoco a pesar de no estar de acuerdo con muchas cosas. Para él, como amigo, Taehyung valía más que su peso en oro, era como su hermano, como tal lo querría siempre en las buenas, malas y en las peores.

— ¿Jungkook aceptó así sin más después de tanto tiempo? — Indagó mirando la amplia sonrisa del menor. — ¿Solo porque sí? De buenas a primeras te vio y dijo bueno, ya dejemos de postergarlo, comencemos a follar.

— Es un buen resumen, pero estoy seguro de que no se fue de la noche a la mañana. Sí, admito que es o fue un poquito incómodo en los años que no permitió ningún avance mientras estaba tras los huesos de ese tipo que fue su pareja, pero nunca le fui indiferente. Aunque se lo haya negado mentalmente, siempre ha existido atracción entre los dos, no diré más porque bueno, Jimin me ha hecho ver algunas cosas, pero siempre le he gustado. Era solo cuestión de tiempo.

— Si tú lo dices... — Hoseok se encogió de hombros sirviendo las dos últimas copas que podía dado que la botella estaba casi terminada. Si bien Jungkook le dijo que todo era confidencial, Taehyung había estado escuchando antes de dignarse a entrar, le preguntó ya sabiendo la respuesta y como siempre, su mejor amigo no le pudo ocultar nada, decidiendo así que tenían muchos motivos por los cuales celebrar. — Te llaman. — Musitó señalando con sus labios el teléfono de Taehyung que se había prendido.

— No es una llamada, es Seojoonie mandándome interminables mensajes. Quedamos en que ayer nos veríamos porque me iba a dar un regalo por mi debut en la pantalla grande, pero no le iba a decir no a Jungkook cuando había estado esperando por una oportunidad desde hace tanto. La pasamos genial, solos él y yo sin el resto del mundo existiendo. Ya veré a Seojoon en otra ocasión, él entenderá que he estado ocupado.

— ¿Vas a seguir viéndolo?

— ¿Por qué no lo haría? — Hoseok lo miró por varios segundos, pero luego negó encogiéndose de hombros.

— Pensé que como estabas con Jungkook las cosas cambiarían entre ustedes.

— Jungkook no es mi pareja, es una aventura con un poco más de preferencias, pero seguimos sin ser nada. Ambos tenemos eso perfectamente claros, aquí mi esposo es Dongun y solo a él le debo un respeto que le doy a mi modo. Procuro siempre ser un esposo ejemplar que no le falla en ningún ámbito personal, ahora, cuando él no está o me siento saturada, busco mi propia forma de relajación y esparcimiento.

— Me dijiste que una de sus condiciones fue la exclusividad, Tae. ¿Le ofreciste exclusividad cuando no se la vas a dar? No es muy honesto de tu parte, ya estás haciendo las cosas mal, no las hagas peor.

— Ay, por favor, Hobi. Ni siquiera somos ya amantes, estamos comenzando a serlo y como es él, puede que mañana llegue diciéndome que volvió a follar con ese Jaehyun u otro, porque Jae se vio demasiado decidido a alejarlo, ya tiene novio y hasta ahora no se ha vuelto a acercar a Jungkook. Además, a mi modo sí le daré exclusividad. Por ahora solo me divierto y estoy con él o Dongun cuando regrese. Ni siquiera sé si él en verdad está solo conmigo, una cosa es lo que dice y otra es lo que hace.

— No todos son como tú, Tae. — Algo molesto, el peligris dejó de lado su copa para mirarlo. — Lo que quise decir fue...

— Sé lo que quisiste decir y tienes razón, nadie es como yo porque soy único. Jungkook ahora mismo decidió simplemente aceptarme y yo automáticamente debo dejar toda mi vida por él cuando ni siquiera es mi novio. Eso hay que ganárselo y todavía no ha pasado. Con todo y eso, aquí me ves, estando solo con él, pero eso no significa que él es el rey de la monarquía que pondrá todo en su lugar con solo presentarse. — Suspiró echándose hacia atrás para recostarse al mueble en el que estaba sentado. — Me hubiese alejado de yo haberle dicho esto en ese momento y yo no cometería ese error. Una verdad moderada. Jimin sin querer me hizo caer en cuenta de algo, Jungkook se deja llevar mejor cuando hay una posibilidad de algo serio, porque follar puede hacerlo con muchos. Yo puedo darle eso que él quiere, pero sin olvidar lo que quiero yo. Ahora mismo, él es todo lo que quiero, por eso puedo darle esa exclusividad que pide, porque no me cuesta.

— Yo solo digo que eso puede salírsete de las manos. Estamos hablando de dos personas que como seres vivos sienten y padecen. Hay emociones aunque no exista el amor, sentimientos que a cada uno le hace ir al otro. Si se sentaron a hablar y quedaron en algo, por respeto, si ya están haciendo las cosas mal, deben hacerlo bien. Es como si dos ladrones armaran un plan para robar un banco, si uno de ellos comienza a hacer las cosas por su cuenta, puede salirles el tiro por la culata y terminarían fallando. Es peligroso, pero como bien dices, tú sabrás lo que haces.

Sí, era peligroso y por eso Taehyung no quería dejarse arrastrar por la marea, podía terminar muy profundo y llegaría el momento en que sus pulmones se quedarían sin aire, tal vez por la fuerza de las olas terminara chocando contra algo y perdiendo el conocimiento, pero el resumen sería la muerte, se ahogaría en su propio terreno y era algo que no podía permitir. No perdería todo a cambio de nada, de un placer que al final era efímero.

¿Todo el mundo bien? 🥰
LORED

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