Capítulo 62

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El deber llamó a Jungkook muy temprano en la mañana, se vio obligado a ponerse una camisa a pesar de seguir en calzoncillos únicamente para atender a una llamada importante proveniente de Nueva Zelanda. Leyó el mensaje del equipo de distribución pues al parecer, los envíos internacionales llegaban dañados o de plano no llegaban y esos inconvenientes generaban muchas pérdidas. Quizás era bueno que Taehyung fuera estar en el extranjero por dos semanas porque de ese modo podría concentrarse apropiadamente.

Preparando un desayuno rápido se movió por toda la cocina y al finalizar subió a su habitación, encontrándose con Taehyung aferrado al cuerpo de un Hobi que dormía acurrucado en la esquina de la cama. La imagen le sacó una sonrisa porque cuando dormían juntos, Taehyung tenía la manía de siempre abrazarlo y, las pocas veces que lo alejó por calor o incomodidad, de alguna forma Taehyung terminaba abrazando a las almohadas.

— Bebé... — Llamó al peligris con un suave beso en su mejilla. — Hay que levantarse, no puedes perder tu vuelo. — Taehyung parecía renuente a levantarse a pesar de intentarlo, sus ojos se cerraban y sus labios se abultaban en total desacuerdo al pedido del pelinegro. — Vamos, si quieres que te lleve y no quieres tener problemas ya tienes que levantarte. — Agregó un poco más serio esta vez, dándole una suave nalgada junto con un fuerte apretón en su trasero. — El desayuno ya está listo. — Dando la vuelta alrededor de su cama se inclinó para despertar al pelirrojo con solo un sutil movimiento de hombros. — Hobi, hay que levantarse ya, se está haciendo tarde, no les dará tiempo a desayunar si siguen tardando.

El mayor de todos se incorporó rápidamente aunque sus ojos no se abrían por completo y la maraña de cabellos revueltos lo hacían lucir gracioso. Se levantó de la cama y salió de la habitación arrastrando los pies mientras Taehyung seguía acostado en la cama.

— Oye, de verdad tienes que levantarte ya.

— No quiero, únicamente deseo quedarme aquí en la cama abrazado contigo hasta mediodía. — Definitivamente, esa era una oferta tentadora que hizo a Jungkook sonreír y acostarse justo en el lado que había estado durmiendo Hoseok y no el ocupado por él detrás de Taehyung toda la noche.

— A mí también me gustaría, pero ambos tenemos muchos compromisos que cumplir. Te llevaré al aeropuerto y si deseas te recogeré también cuando regreses, ¿qué te parece? — Con un asentimiento el mayor lo abrazó, girando sus cuerpos para quedar sobre él. — No es momento.

— ¿Ya tomaste una ducha?

— Lo haré después de desayunar, por eso necesito que te muevas y bajemos rápido. — El peligris sonrió de un modo que ya Jungkook conocía. — Tae...

— Puedo desayunar en el avión o en el aeropuerto mientras espero, no es que sea complemente necesario en estos momentos. ¿Qué tal si nos lo saltamos juntos y tomamos esa ducha? — Jungkook negó con una sonrisa, abrazando el torso de Taehyung para poder atraerlo y darle un beso mientras la otra mano acariciaba su trasero. — Supongo que esto es una respuesta positiva.

Ya Hoseok se presentía que ellos no bajarían a desayunar y la idea le hizo reír. Por un momento esperó sentirse raro esa mañana, temía que cuando la excitación y los restos de alcohol desaparecieran él se encontrara perdido en la desesperación. No era así, no tenía un repentino deseo por su mejor amigo, nada había cambiado y lo mismo ocurría con Jungkook. Esa noche de diversión no dejó secuelas como él temía porque después de tanto tiempo sin siquiera besar a otra persona no sería muy difícil terminar gustando un poco más de lo debido aunque fuera de manera efímera. Por suerte ninguno de esos dos despertaba algo diferente en él y eso hacía todo más sencillo.

No hubo tensiones o incomodidad esa mañana, todos parecían tener bien claro sus pensamientos y sentimientos, afrontando todo con gran madurez. Hoseok los acompañó al aeropuerto, hablaron de trabajo, todas las cosas que tenían que hacer y otras cosas triviales. Cuando Jungkook vio a Taehyung vestido y listo para salir no pudo ocultar su sonrisa, la misma que en esos momentos volvía a asomarse en su rostro porque le gustaba ver a Taehyung llevando el kimono moderno que le regaló tiempo atrás.

— Yo mejor permaneceré en el auto. — Mencionó Jungkook mientras señalaba al exterior del vehículo, varios sujetos sosteniendo sus cámaras de manera disimulada mostraba que había periodistas o paparazzis listos para la cacería.

Taehyung no creía que fuese por él, sí era mucho más reconocido, tenía una fama moderada, pero no creía que se tomaran el trabajo de ir hasta el aeropuerto por él. Lo más probable fuera que anduvieran a la espera de alguien más, pero definitivamente no dudarían en fotografiarlo si lo veían. Por suerte, Jungkook conducía de sus autos el más modesto, si hubiese andado en algún deportivo o simplemente uno más elegante definitivamente hubiera llamado la atención. La situación les hacía volver a estar consciente del mundo en el que se desenvolvían y lo expuesto que podrían quedar frente al mundo e incluso Jeon Dongun si no se cuidaban bien.

— No podré bajar, así que dame un beso aquí. — Avisó el pelinegro atrayendo al mayor para un beso lánguido y extenso. — Cuando aterrices llámame.

— Lo haré.

— Somi te arregló una buena estadía, pero si hay algún problema que tu manager se comunique con ella o tú puedes hacerlo directamente, se encargará de todo.

— Somi es tu asistente, no la mía, pero gracias por el ofrecimiento. — Respondió Taehyung acercándose para darle un último beso y luego inclinarse para despedirse también de su mejor amigo. — A ti también te escribiré, procura no responderme horas más tarde.

— No prometo nada. — Ambos rieron, despidiéndose con sonrisas que disminuyeron una vez que Taehyung puso un pie fuera del vehículo y algunos flashes perdidos se reflejaron en sus ventanas. Eso era obra de algún novato que se olvidó de desactivarlo seguramente.

+++

Él siempre se consideró un hombre prudente cuando de cosas importantes se trataba, inteligente, práctico y lo suficientemente frío como para afrontar cualquier problema sin importar el resultado del mismo. Lo negativo lo volvía a positivo, sabía cómo sacar lo mejor a conveniencia de cada situación desventajosa y eso fue algo que le enseñó a sus hijos desde muy temprana edad.

La vida jamás sería sencilla y aunque él pudiera ofrecerle económicamente todo lo que necesitaban, había otras tantas que debían conseguir por su cuenta, por eso los protegió y enseñó a su manera. Se consideraba un hombre imperfecto que cometió muchos errores a lo largo de su vida, algunos con enseñanzas más fuertes que otras, con dolores más fuertes que otros. En ese instante, Dongun estaba temiendo el haber cometido un nuevo error, pero esta vez, con su esposo.

Siempre confió en Taehyung, sabía que era un chico ambicioso al cual le gustaba vivir bien y se lo aplaudía, la conformidad volvía a las personas mediocres porque no buscaban un mejor porvenir. Sí, luchaban día a día, pero se conformaban con lo que tenían y nunca saldrían de ese pozo sin fondo. Le gustaba la astucia del menor, había estado con prostitutas, personas oportunistas, incluso se casó con una mujer que lo que buscaba era dinero y a cambio él tendría una coartada pública y libertad.

Sabía lo que era una persona puramente interesada en el dinero y Taehyung, aunque se acercó a él por esa razón, no permaneció a su lado solo por eso. La primera vez que en uno de sus encuentros el menor sin más rompió en llanto mientras bebían en un jacuzzi y le contaba su vida, supo que aquello era no solo un intento por causarle lástima. Su esposo realmente estaba confiando en él, algo de su persona lo hacía sentir lo suficientemente cómodo como para abrirse. Fueron claros desde el comienzo, él le ofreció a Taehyung ser su compañía a cambio de buenas sumas de dinero si lo que necesitaba era un hombre que lo mantuviese, pero el menor no quiso. Prefirió ser su pareja y consecuentemente se comportó como tal.

Miraba siempre más allá de lo evidente, dudaba de todo y no presuponía nada. Una de las claves era no vacilar y juzgar tanto a las situaciones como personas con total confianza, pero algo estaba cambiando. Siempre ignoró las palabras de sus hijos referentes a Taehyung, más a Seokjin porque sabía lo venenosas que podrían llegar a ser sus palabras, pero hubo algo en aquella última "advertencia" que ahora comenzaba a mortificarlo. No lo gustaba sentirse así, mortificado con algo porque eso significaba que no estaba tranquilo, confiado, seguro.

Desconfiar del hombre que él tomó por esposo no era algo que quería porque cuando las dudas empezaban era difícil detenerlas. Frotando su tabique Dogun se recostó en su silla, desviando la mirada hasta la fotografía de su boda. Volviéndose a incorporar le dio varias hojeadas al informe que Seokjin le había entregado, ¿debía realizar uno propio? No habría marcha atrás si decidía investigar a su esposo, no podría sentirse cómodo a su lado saben que lo tenía siguiendo. Si obtenía resultados positivos o negativos, él no se sentiría bien.

— ¿Puedo mandar a investigar a la persona que amo? ¿Debo mandarte a seguir o no, Taehyung? No estoy seguro de querer encontrar algo, pero estoy comenzando a sentir dudas y esto no me gusta...

+++

Los primeros días en Tokio no fueron para Taehyung tan increíble como se lo esperaba, de hecho, fue bastante tranquilo al punto de ser casi aburrido. Se divirtió a su manera paseando la ciudad solo para luego hablar ya fuera con su esposo o Hoseok, a veces también hablaba con Jungkook, mas el menor se encontraba tan ocupado con su trabajo que sus llamadas eran bastante cortas.

Cuando trabajaba se sentía un más entretenido, le encantaba estar frente a las cámaras. Filmar comerciales, entrevistas, participación en dos programas de variedades, sesiones de fotos, entre esas actividades pasó su primera semana. La segunda no fue muy diferente, se repetía casi lo mismo, nada de programas de variedades, pero sí varios eventos que le levantaron por completo el ánimo.

¿Una sorpresa no tan grata? Encontrarse con su expareja en uno de esos eventos y luego encontrarlo en su hotel, descubriendo así que se hospedaba en el mismo sitio. Fue fácil pretender que la presencia de Johnny no existía en su vida, así fue desde que le lloró por última vez hacía muchos años atrás.

Una de esas noches solitarias en el hotel, pasada ya la media noche, Taehyung marcó el teléfono de Jungkook porque extrañaba un poco su voz. En los últimos dos días intercambiaron únicamente algunos escuetos mensajes de texto. Al primer intento no obtuvo respuesta alguna y deseó volver a llamarle creyendo que tal vez ya se encontraba dormido, no obstante en el mismo momento que iba a presionar su nombre en la lista de llamadas apareció otra que le hizo sonreír.

— ¿Dormido? — Indagó Taehyung caminando por su suite mientras escuchaba a Jungkook exhalar con cansancio. — ¿Todo bien?

— Sí, estoy en la oficina.

— ¿Todavía? — Confundido volvió a comprobar la hora para confirmar que las manecillas de reloj avisaban que era la una de la madrugada. — ¿Por qué no estás en casa?

— Tuve varias reuniones en la mañana, luego estuve trabajando con Seokjin, ya que en unos días debe viajar al exterior y necesitábamos concretar algunas cosas. Entre una cosa se nos hizo tarde, él se fue hace una hora, pero yo todavía tenía que hacer. ¿Qué hay de ti, bebé? ¿Cómo fue tu día?

— Hoy fue un poco más tranquilo, algunas pruebas de vestuario aquí y allá, ajustes de último momento, nada importante aunque emocionante. Mañana temprano tampoco tengo mucho que hacer. Ya en la tarde es que deberé prepararme para mi gran debut en las pasarelas de la semana de la moda nipona. No puedo creer que estaré en el Rakuten Fashion Week de Tokio.

— Yo sí me lo creo, eres excelente. Además esta será una muy buena oportunidad para ti profesionalmente.

— Para ti también, le generaré números a tu empresa. ¿Qué me darás cuando me convierta en la estrella principal de Jeon's Entertaiment?

— No puedo negar que el éxito de mis artistas es un éxito para todos y este se les regresa. Aquí lo que es bueno para uno al final termina siendo bueno para todos. — Sonrió dejando de lado todo lo que hacía para tomarse un descanso. — Tienes todavía un largo camino por recorrer si quieres convertirte en la estrella de mi compañía, esa es una posición que Jimin y Jaehyun comparten, están en constante competencia aún sin quererlo.

— Estás cometiendo un error en subestimarme, Jeon, voy a convertirme en tu ingreso principal, desbancaré a quienes llevan la corona.

— Vaya, pensé que te llevabas bien con Jimin, de hecho, demasiado bien. — Por un segundo se hizo el silencio, Jungkook no supo por qué mencionó eso en ese instante y el mayor sintió algo extraño en su voz que le hizo preguntarse si Jungkook podría tener alguna sospecha de lo sucedido entre ambos.

— Con Jimin me llevo excelente, podemos ser amigos y competir amigablemente, ahora, en cuanto a otras personas, no lo sé. — Negando con su cabeza a pesar de no poder ser visto por el mayor, Jungkook rio. — Deja de reírte.

— No me estoy riendo, mejor dime algo, ¿qué estás haciendo tú?

— Generalmente, esta es hora de mi masturbación y en el último tiempo eres el modelo de mis fantasías. Pensé hacerte una llamada y quizás dejar que no solamente mi mente trabajara sola. Ayer no pude tocarme y hoy un poco de estimulación auditiva me vendría genial.

— Confirmo que eres una basurita bien lasciva. — Rió exhalando un poco más relajado de nada más escuchar al mayor. — Entonces cuéntame, ¿te tocaste pensando en mí? No creo que hayas podido consentirte como lo hago yo, debes tener todavía mucho acumulado en esos preciosos testículos.

¿Esas palabras eran suficiente para que alguien como Taehyung sintiera su miembro sublevarse? Con la vista recorrió su propio cuerpo hasta descubrir esa evidente carpa que se levantaba debajo de su bata. Al parecer, sí, la voz de Jungkook causaba es tipo de efecto también por teléfono. Podría ser porque llevaba más de una semana sin tener sexo, más de un día sin masturbarse y encima de todo eso había llamado a Jungkook expresamente para eso, era obvio que su cuerpo reaccionara.

Corriendo un poco la tela blanca y afelpada que lo cubría, Taehyung dejó su pene al descubierto para tomar una foto de este con la ciudad de fondo. Por la hora solamente se podían ver algunas luces a través de las grandes ventanas, pero con la iluminación del cuarto y los decorativos piercings parecía una majestuosa obra de arte. Los labios de Jungkook se perdieron entre sus labios cuando la vio, resopló bajo y luego sonrió, colocando su mano sobre su pantalón para presionarlo. Ahí, donde su bulto se marcaba colocó su mano de venas marcadas y tomó una foto que cogiera parte de su escritorio también.

— Ese lugar me trae muy buenos recuerdos. — Murmuró Taehyung contra su teléfono luego de observar detenidamente esa sublevación de carne. — Hay un morbo exquisito en solo escucharse y no poder verte ni siquiera por videollamada, la imaginación es un arma muy poderosa y creo que me he vuelto a enamorar de la mía.

— Estoy totalmente de acuerdo, — sonrió del otro lado de la línea y Taehyung pudo escucharlo.

— ¿Qué has hecho?

— He estado tan ocupado que desde que te fuiste ni siquiera he podido masturbarme.

— ¿En serio? Dime qué has extrañado de mí, mis besos, mi trasero, mi polla...

— Todo tú y no se diga nada de tus gemidos... — Susurró acariciándose.

— Y yo he extrañado una cosa. — Pausó por un breve momento sus palabras para tirar una foto de sus clavículas y enviársela. — Tener este sitio llenito de tu leche, mi piel la añora.

— Sucio bebé... — Gimió bajo apretando fuertemente su eje. — Tengo mis testículos con muchas cosas acumuladas que quiero verter ahí ahora mismo. ¿Qué hay de ti?

— Supongo que... Se debe haber acumulado mucho ahí abajo, ¿eh? — Taehyung era un problema serio para él, había eliminado su concentración con una simple llamada. En verdad deseaba tenerlo ahí en ese momento. — Mientras te distraes con esa preciosa vista de un nocturno Tokio, me acercaría a ti por detrás, te abrazaría para besar tu cuello y luego... Luego posaría mi nariz sobre tu nuca para poder aspirar tu fragancia. Puedo visualizar perfectamente esa enferma y perversa expresión de tu rostro cuando te calientas y gimes bajo. Con solo ver esa expresión me invaden unas terribles ganas de besarte.

— Bésame... Deja que nuestras lenguas se unan para someterse mutuamente. — No estaban cerca o haciéndolo de verdad, pero todo se sentía tan real. Su corazón latía de prisa, podía sentir el pulso dentro de su mano mientras la desplazaba hacia arriba y abajo en su propio miembro. — Estoy seguro de que ahora luces demasiado atractivo para tu propio bien con tu corbata, las mangas de tu camisa recogidas hasta tus codos como sueles colocarlas cuando trabajas.

— Me vas conociendo muy bien. Quiero que muerdas tus labios y abras un poco más tu bata.

— Mmmm, ya...

— Tu pecho descubierto y tus pezones listos para ser devorados. Me encanta ver como se van endureciendo bajo mis roces, mis pulgares frotándolos, mi respiración acompañándolos hasta que mi lengua decida unirse.

— Sí, eso se siente muy bien...

— Toca tus pezones para mí, Tae. Un único dedo, no los pellizques, limítate a frotarlo con la yema, como cuando yo te provoco.

— Ufff, que malo eres, me encantas. — Cerró sus ojos haciendo caso a las directrices de Jungkook.

— ¿Ya están duros? Apuesto todo a que lucen deliciosos. — Eran sus dedos, pero Taehyung podía sentir la lengua del menor lamerlo. — Desearía poder pasar mi lengua lentamente sobre ellos y saborearlos. — Sí, definitivamente estaban conectados a pesar de la distancia. — Quiero morderlo, acariciar tus hermosas clavículas mientras mi lengua implacable rodea la punta de esos botoncitos tuyos.

— ¿Botoncitos? — Taehyung rió bajo, pero le gustaba al lugar donde su mente estaba yendo. — Ugh... Estoy completamente estremecido.

— ¿Se siente bien o debo chuparlos más fuerte?

— Más fuerte. — Respondió apretando sus pezones imaginando que eran los dientes de su hijastro o alguna de sus succiones.

— A estas alturas tu rostro debe estar mostrando esa perversa expresión que siempre me enloquece. Vuelve a tocar tu pene, bebé. Dime cómo está.

— Jodidamente duro, Kook. — Sentía como si con solo esos toques y sus palabras fuera a explotar en cualquier momento.

— ¿No estás mojándote? Me encanta ver cuando de tu pene comienza a brotar presemen, es como si llorara por mi atención.

— Está justo como te gusta, viscoso, embarrándome.

— Mi mano debería ser la que te estuviera tocando ahora, ensuciándote con tu propio lubricante, mi pulgar estimulando tu glande. — Taehyung imitó los gestos que Jungkook describía, consintiéndose a sí mismo como si el pelinegro lo hiciera.

— Si supieras las ganas que tengo de frotar mi pene entra el tuyo, yo ando goteando como un loco en este momento. ¿Sabes lo rico que se sentiría en este momento? Caliente, pero haciéndonos estremecer por las inexistentes brisas, la fricción escalando de intensidad mientras sujeto nuestras pollas con mi mano para mantenerlos bien juntitos.

— Ah... Kook... Mmm...

— No te corras todavía, bebé, espera a que me acerque a ti y mejor dedícate a besarme, así yo me encargo de sacar del medio la tela de tu albornoz. Ver como quedas completamente desnudo ante mi vista.

— Estoy desnudo para ti, papi, ¿qué vas a hacerme ahora?

— Solo de imaginarte me quedo sin aliento, mi basurita. Me apetece cargarte e incrustarte contra esa enorme ventana de cristal para que las luces de Tokio sean testigo de nuestro encuentro. Seguro hay algún pervertido o una pervertida mirándonos a lo lejos, deseando tocar lo que exclusivamente nosotros dos podemos. ¿Te imaginas se nos viera un periodista? Eso sería un peligroso, pero excitante titular para las revistas. El empresario Jeon Jungkook y el actor Kim Taehyung perdidos en el romance más salvaje, sexy y sensual en el país Nipón. Tu cara distorsionada, mis manos afincadas en tus caderas, yo entrando lentamente en ti.

— Mmmm, CEO Jeon... Detente...

— Dudo que fuésemos capaz de detenernos en estos momentos aunque tuviéramos una lluvia de flashes sobre nosotros. Entraría en ti de una sola estocada, hasta lo más profundo de tu interior.

— Mierda.

— Cuando hago eso tratas de controlar tus gemidos algunas veces y otras gritas, pero siempre me aprietas tan exquisito que toda mi piel se eriza cuando lentamente comienzo a retroceder. Justo antes de que la punta salga del todo, vuelvo a introducirlo hasta que mi pelvis choque con tu piel.

Esa era una sensación que el peligris conocía perfectamente. Ser sostenido fuertemente por esa mano tatuada, sintiendo el calor de su piel contra la suya y su interior lleno, estirándose, deseoso por pedir más, pero buscando acostumbrarse a la intromisión. Estremecerse sin poner resistencia, entregándose a él y al vaivén de sus caderas. Cada embestida acercándolo más al clímax, esos empujes que le hacen luchar para mantenerse en su lugar mientras Jungkook lo toma por detrás.

Maldición, la mano de Taehyung parecía tener vida propia o más bien estar embrujada. Un hechizo que llevaba nombre y apellido.

— Kook, papi, vente conmigo, estoy muy cerca.

— Estoy cambiando a videollamada, acéptala. — ¿Justo ahora? Maldiciendo Taehyung buscó el teléfono que había dejado caer cerca de él para poderse tocar bien. Aceptó la videollamada de Jungkook y mierda si casi no murió ante la vista. — ¿Te gusta el ángulo, bebé?

— Me encanta. — Jungkook había acomodado su teléfono en algún sitio debajo de su escritorio, seguramente en alguna gaveta porque parecía estar mirando hacia arriba a su erección en primer plano y más allá el rostro de un Jungkook enloquecido. — Que bien te ves.

Taehyung quitó una de las almohadas para ubicarla a un costado y recostar su celular, de este modo, le daba una buena vista al menor de lo que hacía y de todo su torso superior hasta su rostro.

— Ahora sí, bebé, vente... Mierda. — Los dos agilizaron sus movimientos, intentando igualar el ritmo aún a distancia. Pudieron sentir ese cúmulo de sensaciones electrizantes elevarse hasta hacerlos eyacular en sus manos. — Mierda.

Se hizo el silencio, los dos cerraron sus ojos por poco tiempo para normalizar sus respiraciones. Sus ojos buscaron las pantallas de sus teléfonos y ahí se contemplaron, esa era una imagen que ambos disfrutaban. Jungkook se corrió en su silla tomando de algún lugar unas toallas húmedas mientras que Taehyung se levantó desnudo y sin soltar su miembro para dirigirse al baño.

— Ese es un precioso culo. — Habló Jungkook viéndolo alejarse. — ¿Vas a dormir ya, bebé? Debes descansar, ahora tendrías que estar un poco más relajado.

— Sí, estoy mucho más relajado y listo para dormir. — Respondió ya de regreso en la cama. — ¿Te llamo mañana? — El pelinegro asintió con una sonrisa. — Entonces hasta mañana, Kook.

— Hasta mañana, Tae.

+++

Incómodo...

Jimin estaba sentado en el sofá de su apartamento viendo a su padre y hermano mayor sometiendo a Namjoon a un exhaustivo escrutinio. Lo cierto era que no esperaba a su familia ahí ese día. Había logrado tener un día libre en medio de sus promociones y en sus planes estaba encontrarse con Namjoon y con suerte, lograr ir más allá de los agonizantes besos que se habían dado últimamente. Eran pareja, pero el mayor lo tenía bajo un proceso de adaptación, como si estuviera en un período de prueba.

Kim Namjoon conocía su alto libido y ese apetito sexual que constantemente tenía, pero quería ver cuánto aguantaría Jimin sin sexo de por medio. Tal vez una parte un poco insegura de él esperaba que como siempre, Jimin se fuera con cualquiera para calmar sus ganas, para sorpresa de ambos, el menor había aguantado bastante. Se habían besado, incluso calentado con una que otra caricia, mas cuando todo parecía escalar de niveles, Kim ponía un punto final a sus actividades.

Justo esa tarde, Park se encontraba acostado en el sofá utilizando el ancho y fuerte pecho de su novio para descansar mientras le pedía ayuda con la letra de una canción que estaba componiendo. A modo de celebración por poder salir de ese pequeño bloqueo que lo abatía, se giró para perderse en sus brazos y labios. Sin embargo, todo se vio interrumpido cuando escucharon el sonido del timbre.

Fue obvio que se trataba de un conocido porque de lo contrario la seguridad del edificio lo hubiese llamado para que autorizara el paso de su invitado. Creyó que sería Jungkook o incluso Jaehyun porque ambos eran sus vecinos. Grande fue su sorpresa cuando al abrir la puerta se encontró con Park Jijoon y Seojoon.

Ahora estaban ahí, Namjoon sin saber hacia qué sitio mirar o qué hacer consigo mismo. Seojoon desinteresado observando su teléfono, pero mirando de vez en cuando a Namjoon. Era su padre quien más incómodo hacía todo. Buscando cortar esa batalla de miradas, se acercó para entregarle algunas bebidas que de nada sirvieron.

— ¿Podrías llevarte a tu padre? — Masculló contra el oído de su hermano una vez que este se le acercó a la cocina.

— Quisiera, pero como siempre lo ignoras, provocaste esta situación. Yo no quiero estar aquí, ahora, ¿quién puede sacarlo de tu apartamento ahora que vio a tu acompañante? — Con un suspiro Jimin negó cansado porque sabía que su hermano tenía razón.

— ¿Vino a algo más que verme la cara?

— No lo sé, se apareció en mi departamento porque sabía que hoy tenía libre y sin más me dijo: vamos a ver a tu hermano. Eso fue todo. — Buscando en los estantes algo para servirles Jimin continuaba resoplando. — ¿Finalmente lograste que Namjoon te hiciera caso? Tenías los labios hinchados cuando llegué y él una sombra de saliva en el borde de los suyos. Dos más dos, Jimin bateando un home run. — Empujando a Seojoon, Jimin finalmente sonrió.

— Algo así.

— No sé si es muy bueno o muy tonto como para enredarse contigo.

— No seas imbécil, hyung.

— Jimin, ¿a quién quieres engañar? No eres hombre de relaciones.

— Soy hombre de Namjoon y eso es suficiente para querer estar en una relación con él. Ahora comienza a preocuparte por tu propia vida y olvida la mía.

— Namjoon es un buen tipo.

— Lo sé, de lo contrario no estaría dando este paso con él. — Park Seojoon observó a Jimin durante algunos segundos notando la veracidad de sus palabras, la seriedad que emanaba de su persona, algo muy diferente a lo que el por siempre risueño y despreocupado Jimin mostraba.

— Me alegro por ti, entonces. — Sonreía viendo a su hermano imitarlo. — Por cierto, ¿qué has sabido de tu amigo?

— ¿Mi amigo? — Por un momento Jimin pareció no entender, mas pronto cayó en cuenta de quién se trataba. — Ah, hablas de Taehyung. — Seojoon asintió y Jimin no supo exactamente qué decirle. — Supongo que está bien, hace poco más de una semana no tengo noticias suyas, sólo sé que está viajando en estos momentos, anda por Japón.

— Eso ya lo sé, me dijo que estaría ausente unas semanas, pero hace casi tres que no lo veo. La última vez que fue a mi casa estuvo un poco extraño, quizás tú...

— No. — Lo interrumpió Jimin. — No intentes utilizarme para saber de él y mucho menos para ayudarte a estar en contacto. Hyung, no quiero que tomes a mal lo que voy a decir, nunca me he metido en tu vida y no comenzaré a hacerlo ahora, pero creo que mereces algo mejor.

— ¿Opinas que tu amigo no es bueno para mí?

— Yo no he dicho eso, ¿pero en serio me vas a decir que nunca te has cuestionado la relación de ustedes? Está casado, hyung. No es que no sea bueno para ti, es que no mereces estar a la espera de una llamada para que te utilicen como un jodido consolador. Eres maduro, inteligente, atractivo, laboralmente también tienes ahora una buena posición dentro del hotel y continúas superándote. ¿Sabes cuántas personas estarían felices de tenerte en su vida? ¿Cuántos pueden ofrecerte completo lo que Taehyung te ofrece a medias?

Seojoon mordió su labio superior sin poder responderle. En el pasado se decepcionó de Taehyung en más de una ocasión, quiso hacer una vida con él. Su relación terminó y aunque intentó no lo olvidó, volverlo a encontrar en Londres se sintió como una señal. Enterarse de sus engaños ciertamente fue un choque muy fuerte, por eso se alejó. Sin embargo, parecía tener cierta debilidad por él, cada vez que Taehyung lo buscaba, no podía simplemente decirle que no.

— Es complicado, Jimin.

— Solo espero que si alguien más llega a tu vida sepas abrirle la puerta y no lo mantengas esperando afuera solo por Taehyung. Permítete conocer cosas diferentes. Tae es increíble y créeme, lo sé. Tiene algo que atrae y no es solo su atractivo físico, su carácter, el... — No podía decirle a su hermano que el sexo también, no consideraba necesario contarle esa parte de su amistad. — El simple hecho de existir atrae a todos como sol a los planetas. Sin embargo, a largo plazo, dudo que eso sea suficiente para ti. No quiero que termines mal.

— No te preocupes, de cierta forma lo comprendo, pero yo le gusto. Si no quisiera estar conmigo no hubiésemos sido novios todos esos meses.

— ¿Quieres decir los meses en donde te engañaba con su esposo? — Con una mirada firme, Seojoon se dio la vuelta dejando a su hermano menor detrás. — Pueden ir comiendo esto y si desean, se pueden quedar a cenar, considero que es una buena manera para que vayan conociendo a Namjoon.

— Ya conocemos a Namjoon, Jimin.

— Lo han conocido como mi amigo durante todos estos años, ahora lo harán como mi novio. Él y yo estamos en una relación, papá.

— Así es, Jimin y yo somos novios, espero que vea con buenos ojos nuestra relación. — Agregó Namjoon entrelazando su mano con la de Jimin.

— No sé si pueda verla alguna vez con buenos ojos, pero mi opinión aquí es irrelevante si ustedes decidieron estar juntos. Son hombres adultos y yo no tengo derecho a entrometerme.

— Efectivamente. — Afirmó Jimin serio, rodeando la cintura de Namjoon. — Nam, ¿quieres ir a ponerte algo más cómodo? Toma un baño la comida estará aquí dentro de una hora más o menos, quizás un poco más. — El mayor asintió, aceptando un beso del rubio antes de alejarse bajo la mirada de los Park. — No me gustó el tono con el cual le hablaste a mi pareja. Sí, eres mi papá, uno ausente en mis primeros años debido a que tu esposa no podía saber que te acostaste con tu compañera de trabajo, pero no intentes ejercer ahora un papel que no mereces. Haber ayudado a engendrarme no te da derecho a inmiscuirte de más en mi vida. Cuida lo que dices.

— Jimin... — Seojoon lo llamó, pero el nombrado simplemente se alejó hacia su habitación.

— Pónganse cómodos.

— Déjalo, hijo... — Habló el mayor sosteniendo el brazo del mayor de sus hijos para invitarlo a sentar. — Ya lo conocemos, déjalo en paz.

Pese a la tensión inicial, según entraba la noche todos se sentían un poco más cómodos. Cenaron tranquilos entre conversaciones triviales. Jijoon se marchó poco después, pero Jimin invitó a su hermano a quedarse durante un rato más en el que lo vio compartir animadamente con Namjoon.

— Por fin solos. — Exhaló Jimin dejándose caer en el sofá cerca de Namjoon. — Nos robaron varias horas de privacidad.

— A mí me gustó compartir con tu familia. — Lo abrazó para besar su cabeza, logrando que Jimin se relajara casi inmediatamente. — Mi hermana muere por verte, ya le dije que estamos en una relación, pero no me cree. Supongo que su lado de fanática es más poderoso que el de hermana. — Con un pequeño puchero acercó más al menor que se giró con una sonrisa para besarlo.

— Mi cuñada hermosa, estoy seguro de que solo te molesta y ama que estemos juntos. ¿No recuerdas la carta que escribiste sin querer entregarme y que ella en secreto me dio?

— No me recuerdes esos penosos días, todavía me da vergüenza. Solía escribir todo lo que sentía, pero no estabas supuesto a leer eso.

— Tan lindo. — Sonrió Jimin inclinándose para un nuevo beso que interrumpió un poco después.

— ¿Ocurre algo?

— No sé, estoy un poco preocupado por Seojoon aunque no debería. A decir verdad, estoy preocupado por mi hermano y Jungkook.

— ¿Por qué estás preocupado por Seojoon?

No podía decirle que Taehyung también estaba con su hermano y eso le preocupaba. La diferencia entre Seojoon y él era que desde un inicio él sabía qué tipo de sentimientos no mezclar con Taehyung, ambos se vieron como un gratificante sexo y nada más. No obstante, su hyung estaba más que enamorado de Taehyung. Para rematar, el hombre que Seojoon amaba no solo estaba casado y fue su amante en el pasado, sino que él estaba seguro de que volvía a tener algo con Jungkook. Si hablaba le haría daño sin querer a muchas personas, a su vez, su silencio también le remordía su consciencia.

— Sí, creo que debería encontrarse una buena pareja.

— Cada persona tiene su tiempo, ya encontrará una pareja cuando lo estime conveniente. No es motivo para que estés preocupado. — Sin responderle, Jimin le regaló un asentimiento. — ¿Y Jungkook? — Jimin se hizo el desentendido por un momento. — ¿Por qué estás preocupado por él?

— Bueno, resulta ser que le dije una pequeña mentira a Jungkook. — El mayor abrió los ojos y Jimin mordió su labio como si hubiese hecho algo muy malo. — No estoy seguro, pero por la conversación que tuvimos en su oficina la otra vez, me pareció ver que Taehyung y él seguían teniendo algo. Yo sé que por años no pasó nada entre ellos, pero no estoy muy seguro de que ahora se mantengan alejados. Le dije que hacía más de cuatro meses que me acosté con Taehyung la última vez, pero bueno, sabes que no es así. Lo vi tan desesperado por saber que le dije una cifra cualquiera tanteando las aguas. No sé, su interés activó alguna especie de alarma en mí y no quise convertirme en un problema entre ellos.

— Repito lo que te dije de tu hermano, ellos son hombres adultos y sabrán lo que hacen, tú no debes inmiscuirse en eso. No estás seguro de nada, así que lo mejor es mantenerte al margen. — Jimin asentía cuando el sonido de su teléfono le hizo levantarse de su asiento.

— Oh, nuestro amigo Sincheng se acordó de los que viven de este lado del mundo. — Se rió Jimin yendo hacia Namjoon para que también saludara a su amigo. — ¿Estás en alguna fiesta?

— No, bueno, no exactamente, es un evento. La empresa de mi padre está patrocinando la Rakuten Fashion Week, así que vine a modo de representación, ya sabes. — Habló el sujeto se movía frente a su pantalla. — ¿Me ves?

— Sí, te veo perfectamente.

— ¿No ibas a venir? Fuiste invitado.

— Tenía otros compromisos que atender, además quería descansar un poco con Namjoon. — Respondió refugiándose en los brazos del mayor.

— Cierto, ustedes dos finalmente están de luna de miel. Todavía no me han contado bien todo, pero supongo que ya nos pondremos al día. Después de Japón regresaré a China, pero luego iré a Corea del Sur para ver a mis amigos, hace muchos meses no nos vemos.

— ¿Meses? Llevas más de un año sin venir. — Recriminó Namjoon con una risa.

— Sí, tienes razón. Quería avisarles porque acabo de tomar la decisión, intenté llamar a Kookie, pero no pude comunicarme con él. — Mencionó Sincheng volteando su cámara para enseñarle a Jimin uno de los diseños que se mostraban en grandes pantallas. — Lo vi y pensé en ti, te lo compré, puedes darme las gracias luego.

— ¿Qué hay de mí? — Preguntó Namjoon.

— No he visto nada que grite Namjoon, pero prometo llevarte también un presente, no te me pongas celoso. Ya me voy, pero si hablan con Kookie primero que yo avísenle que necesito que libere al menos un día en su agenda para que se pueda reunir con nosotros.

— Se lo diremos. — Respondió Namjoon viendo como la imagen parecía haberse quedado quieta, a pesar de ver un leve movimiento de personas detrás.

— Hablando de Kookie, ¿saben a quién acabo de ver? A su padrastro y ligue de una noche. — Se burlaba Sincheng volviendo a girar la cámara para enseñarles a Taehyung. — Por lo que veo parece estar muy bien acompañado. — Mencionó al verlo riendo junto a otro hombre que tenía la mano alrededor de su cintura. — ¿Conocen al tipo?

— No. — Avisó Jimin dándole una mirada de reojo a su pareja. — Deja de andar como paparazzi y disfruta el evento, espero mi nuevo conjunto pronto. No vayas a molestar a Jungkook esta noche ni molestarlo con nada referente a Taehyung, por favor.

— ¿Por qué?

— ¿Ya olvidaste su reacción la última vez?

— Bueno, como digas, ya me voy porque esto se está volviendo un poco ruidoso, nos vemos pronto.

La videollamada terminó después de las palabras de Sincheng, Jimin colocó su teléfono a un lado y suspiró mirando a Namjoon.

— No conozco al tipo con quien andaba Taehyung.

— Yo sí, es John Suh, el exnovio de Taehyung. — Respondió Namjoon atrayendo a Jimin para un beso, cansado de hablar o escuchar sobre otras personas.

— ¿Cómo sabes que es su exnovio?

— Jungkook me lo comentó una vez después del primer estreno Taehyung hace un buen tiempo atrás. Estábamos en la oficina y me preguntó por él, andaba investigándolo por un negocio supuestamente. ¿Seguiremos hablando de otras personas? Porque la verdad es que no me apetece.

— ¿Y qué te apetece? — Respondió Jimin sentándose a horcajadas sobre él. — ¿Hasta cuándo me tendrás en abstinencia?

— Solamente un poquito más. — Se burló el mayor tomándolo por la cintura para girarlo y fundirse en un beso profundo. — Yo también estoy llegando a mi límite, así que pronto levantaré el velo de control que he colocado sobre nosotros.

Hola por aquí, seguimos con capítulos que superan los 6k, pensar que de este hubiese sacado dos. 😂 Espero que se encuentren bien y ya saben, que les haya gustado el capítulo.
LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro