Capítulo 7

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— ¡Buenos días, padre! — Saludó Seokjin más alegre de lo que todos esperaron. — Padrastro, buenos días. — Todo el cuerpo de Taehyung se tensó frente a este nombramiento.

Sentía que esas palabras le estaban dando urticaria, quería arrancarse todo el cuerpo y salir de allí. No obstante, presencias insoportables había resistido toda su vida. Estaba consciente de que los hijos de su pareja no lo iban a dejar del todo en paz, por lo que esto era la menor de sus preocupaciones, si no estuviese Jungkook que manejaba una información que podría causarle problemas, todo sería perfecto, tal cual creyó que sucedería. Le sonrió levantando su mano para llamar a la señora Uhm sorprendiendo a un castaño que se irritó al ver con la familiaridad con que una semana después de su llegada, este mostraba.

— Por favor, agregue el desayuno del mayor de mis nuevos hijos, debe salir a trabajar pronto. — Musitó con falsa cordialidad, inclinándose para besar a su pareja sin recato.

Cuando se separaron sin un chasquido que el menor hizo a propósito, le limpió los labios con el pulgar y luego le regaló una sonrisa a un Seokjin que se limitó a elevar ambas comisuras en su dirección. Sin embargo, por primera en una semana, Jungkook también estaba entrando al comedor, pero al ver la escena, continuó su camino.

— No te preocupes, se acostumbrará. — Habló el señor Jeon y Taehyung asintió permitiendo que este acariciara su mano. — Por cierto, debemos encontrarnos con el abogado esta tarde, mandaré por ti alrededor de las tres. No se puede estar tarde, así que a esa hora, listo para irte.

— Así será. — Asintió.

— ¿Abogado? — Inquirió Jin divertido. — Supongo que decidió después de todo firmar un acuerdo prenupcial.

— No tiene nada que ver con eso. Si no el traspaso de poder y algunas propiedades en vida que nada tiene que ver con aquello destinado a ustedes dos. — Los labios de Taehyung se resecaron lo por ansiedad y emoción, evitando levantar su rostro para que no se le notara de exceso de felicidad.

— Padre, su prometido lo puede dejar en la quiebra.

— Después de todo, el dinero está hecho para gastarse en lo necesario o en aquello que nos hace feliz o da placer, como mi niño a mí. — Sonrió acariciando la mano del peligris. — Si te preocupa tu dinero no te preocupes, lo que te corresponde de mi parte, lo tendrás junto con todo lo que heredaste de tu madre, eso sin contar todo lo que has logrado por tu cuenta. No tendrás problemas financieros en tu vida al no ser que te vuelvas adicto al juego y pierdas todo.

— ¿En serio piensa que se trata solo del jodido dinero? Bueno, supongo que siempre lo fue, desde el día en que aceptó casarse con mi madre, ¿cierto? Desde ese día hasta el que se fue...

— Jin...

— Tranquilo, no me voy a interponer, aunque sea ruidoso, al final nunca lo he hecho, ¿cierto? — Colocó la servilleta con elegancia y se levantó para salir.

— L-Lo siento...— Se disculpó Taehyung sintiéndose un poco mal.

— No, esto entre Jin y yo no tiene nada que ver contigo. Supongo que aún me guarda muchos resentimientos por mi difunta esposa. — Se relamió los labios y limpió con una servilleta. — Yo me tengo que ir a trabajar, aquí tienes por si necesitas hacer algo. — Musitó besando su frente y dejando una tarjeta de crédito sobre la mesa. — Tienes un chofer a tu disposición por si quieres salir o hacer lo que quieras, solo asegúrate de estar aquí a las tres o avísame si estás en otro lado porque te mandaré a buscar con otra persona. ¿De acuerdo? — Taehyung asintió con una sonrisa.

— ¿Podría utilizar esta tarjeta para pasarle parte de lo que le debo a Hoseok? — Preguntó con cautela, viendo al mayor sonreír.

— Claro, es tuya esa cuenta y está vinculada a tu teléfono para hacer transacciones, si se necesita verificación alguna, te contactarán, solo debes tener tu teléfono o identificación cerca. — Volvió a inclinarse para darle un beso casto en los labios. — Gracias, mi niño hermoso. — Le sonrió y acarició sus mejillas. — Quedas en nuestra casa.

En cuanto el mayor se retiró, lo primero que hizo fue pagarle la renta atrasada que a Hoseok le quedaba con algo extra por separado a él y a Wooshik. Después de hacer esto, se sintió menos pesado, mordió el pedazo de plástico que tenía en su mano y subió rápidamente a su habitación, sin querer mirar en el camino todas las fotos que llenaban ese lugar y por momento le hacían sentir algo incómodo.

Esa noche, mientras analizaban algunos documentos juntos, los hermanos Jeon volvieron a ser testigo de las noches de lujurias de su padre. Por algún motivo, todo se sentía más alto, debido a esto se pararon para salir al pasillo, viendo que la puerta de la habitación continua había quedado abierta. No era de extrañar, por el modo en que subieron como adolescentes chocando contra todo, evidenciaban la desesperación y ansiedad que traían. No era de extrañar que en su apuro no cerraran la puerta.

Los hermanos se miraron incómodos, Seokjin iba a acercarse para ser él quien la cerrase. Sin embargo, por alguna retorcida razón, Jungkook también se acercó, quedando un poco en trance cuando notó que en realidad era Taehyung quien siempre tomaba el papel de activo en su intimidad. Molesto, el mayor de los hermanos se acercó y trancó la puerta con fuerza para dejarles saber que habían sido vistos, que ambos querían sacarse los ojos para borrar lo que vieron.

— Tus hijos... — Musitó Taehyung deteniendo todo movimiento, saliendo de su interior para sentarse a un lado.

De todas las cosas incómodas de su vida, esa sin lugar a duda podía ubicarse en el top tres. Él sintió que había cerrado la puerta con la pierna cuando entró, pero al parecer se había equivocado y debido a esto estaba pasando por un momento hasta cierto punto humillante.

— Maldición... — Se cubrió Dongun con una de las sábanas para mirarlo. — Siento que estés pasando por situaciones tan molestas desde que te mudaste aquí conmigo. Volveré a buscar un lugar privado para nosotros, quizás en Euphoria...

— No, en Euphoria no. — Se apresuró a decirle porque ahí seguía trabajando su ex pareja.

Terminó con Seojoon diciéndole que se iba del país para no hacerlo sentir mal, si se aparecía allí con el presidente y era visto, sería fatal, muchas cosas que no le convenían podrían suceder. Jungkook era una cadena a arrastrar más que suficiente. Cuando pasara al menos un mes, un tiempo prudente para decir cualquier excusa de ser necesaria, entonces andaría sin problemas por todos lados, una vez casado y con su futuro asegurado, podría permitirse relajar.

— ¿Deseas algún lugar especial? ¿Quieres que compre otro apartamento para nosotros?

— No es necesario que hagas ese gasto de dinero, solamente deberíamos tener cuidado y de ser posible, mudarnos de esta habitación. — Comentó acariciando su mentón.

— ¿No te gusta? Es la más grande de la casa, se construyó para que sea la habitación principal.

— Eso quiere decir que incluso tu difunta esposa durmió aquí. — Frotó su rostro con incomodidad, con razón Seokjin y Jungkook estaban tan incómodos. — Es hermosa, pero preferiría que una vez que nos casemos, empecemos de cero en una habitación diferente que no sea en el cuarto continuo a tus hijos. Por privacidad y respeto, no quiero que nos vuelvan a ver o siquiera nos escuchen, Dongun.

— Ya son hombres adultos.

— Aun así, siguen siendo tus hijos. Si quieres que tu relación mejore con ellos, deberías poner de tu parte también. Algo bueno sería que nos cambiáramos de habitación. — Se inclinó para besarlo. — Piensa en ello.

— Lo que tú quieras mi niño hermoso. — Musitó sobre él para abrazarlo. — ¿Cuán rápido podrías estar activo para mí? — El menor rio aún sintiéndose un poco incómodo. — ¿No quieres?

— Más bien, no tengo muchos deseos después de lo ocurrido.

— De acuerdo, entonces vayamos a dormir. — El peligris asintió dejándose abrazar, mirando hacia la puerta, intentando escuchar la habitación de al lado sin éxito. Nunca estuvo en sus planes que algo así sucediera y por alguna razón, la incomodidad con Jungkook solamente aumentaba. — Eres perfecto y amo que seas mío. — Susurró contra el cuello del menor que se limitó a cerrar sus ojos mientras se cubrían con las sábanas.

Seokjin estaba más calmado de lo que el menor esperaba, después de regresar a la habitación de Jungkook, tomó los papeles como si nada hubiese sucedido. El contrario no lo comprendía, a veces el manejo de su control le molestaba demasiado. Como si su sangre hirviera, el calor que lo azotó le hizo quitarse la ropa, desnudarse para ir hacia el baño mientras dejaba a su hermano atrás luchando para mirar en otra dirección.

— Ya no usas pañales, no estoy obligado a estarte viendo. — Protestó negando, mirando los papeles y pensando en lo dicho por Yoongi.

Ahora no estaba muy seguro de que la molestia de Jungkook fuera únicamente por las decisiones de su padre, por lo ocurrido una semana atrás. Había estado observándolo y, aunque era evidente que el amor estaba fuera de la ecuación, no podía decir lo mismo del gusto. Para comenzar, no fue una noche, debió gustarle demasiado como para no despacharlo tras un buen orgasmo.

Eso era lo que más le preocupaba porque la mente y el corazón de las personas funcionaban de extrañas maneras. Teniendo a ese sujeto ahí, era una fruta prohibida que tarde o temprano podría morder y si esto sucedía, las cosas podrían salirse de control. Por mucho que se dijera, aquello que estaba mal hacer, lo prohibido, podría tornarse en el mayor placer, uno peligroso. Eran cosas malas que se sentían bien y constantemente las personas caían en ese pozo en el que no quería ver a su hermano.

Padre e hijo enfrentados por un mismo hombre que no valía la pena, no era algo que quisiera ver. No le importaba la decisión que tomara su papá, pero no dejaría que su hermanito fuera por ese camino, Taehyung no era digno de él.

— Sabes... — La voz de Jungkook lo sorprendió, mas no se inmutó. — Pareces demasiado calmado con esta situación. Incluso vista a nuestro padre ser follado por Taehyung y sigues como si nada.

— Bueno, está con un hombre, no me sorprende que sea follado. Es adulto y sabe lo que hachee escogió a su pareja, se le debe respetar. Además, no es como si Taehyung hubiese estado conmigo como para molestarme tanto por su intimidad. — Lo miró de soslayo, viéndolo tensar su mandíbula mientras frotaba su cabello con la toalla. — ¿Qué tan importante fue lo que pasó entre ustedes dos?

— ¿Qué? — Preguntó antes de comenzar a reírse, negando con su corazón latiéndole con fuerza. — ¿Estás hablando en serio? ¿Qué pude haber tenido yo con ese tipo, deja de bromear?

— Sabes que mis bromas son pocas, más cuando toco asuntos serios o importantes. — Dejó los documentos de lado y lo miró. — ¿Qué tan importante fue lo que pasó entre ustedes dos? Yo no me meto nunca en tus relaciones o vida porque es tu privacidad, pero esto es diferente, así que no me trates como un idiota y respóndeme con la verdad.

— Hyung, no sé de qué... — Calló cuando el mayor le lanzó un teléfono repleto de imágenes de Taehyung y él. Desde el club que también pertenecía a Jungkook, hasta su edificio. — ¿Me estás siguiendo?

— No seas imbécil, sé que no lo eres. No te sigo, mandé a investigar a la ficha esa con la que follaste. Con su nombre y, sabiendo los lugares en donde estuvo, fue bien sencillo. Se encontraron en el club que te regalé por tu cumpleaños hace cinco años, fueron a tu apartamento y tuvieron un fin de semana movido, demasiado doméstico y romántico para ti o cualquiera. Lo acababas de conocer, pero incluso pasaron todo el fin de semana junto con cine, spa, restaurantes y centros de juegos.

— Eres mi hermano mayor, pero no debo darte explicaciones de lo que hago con mi vida. — Espetó mirando la foto en donde reían abrazados en el club, deslizó su dedo viendo sus besos, decidiendo borrar absolutamente todas las fotos.

— Hay copias de esas fotos. — Mencionó con desinterés. — ¿Qué crees que opine tu padre si ve estas fotos?

— Wow, definitivamente eres su hijo cuando quieres salirte con la tuya. — Espetó lanzándole el aparato que Jin cogió con calma para guardar en su bolsillo. — Fue una aventura de un fin de semana, como si me hubiese ido de viaje y enredado con alguien por ese tiempo. Eso es todo.

— Compraste entradas para el tu cine preferido, tus restaurantes preferidos, pediste comida en tu lugar predilecto y no solo lo mantuviste una noche en tu apartamento en lugar de un hotel, sino que fue durante todo un fin de semana. Antes de que pienses en decirme que has llevado a otros ahí, piensa mejor tus palabras. Rechazaste durante meses tratar con el director de London College of Fashion, una escuela que coincidentemente que trabaja junto con la LMA, centros que aceptaron a ese tipo para formar parte del alumnado.

— Oh, es cierto que fue aceptado en esa escuela. Pensé que solo había sido una mentira. — Se encogió de hombros con desinterés.

— No, es verdad que fue aceptado, tu padre personalmente envió su currículum y se encargó de varias cosas, solo que él al parecer si tiene talento. Sin embargo, prefirió asegurar su boda que superarse. — Comentó buscando otra cosa en su teléfono. — Ahí tienes un resumen de tu nuevo padrastro.

— No es gracioso. — No quería mirar, pero la curiosidad fue más fuerte.

Taehyung quedó huérfano a los doce años cuando su madre fue asesinada, desde entonces pasó a vivir en un orfanato hasta que cumplió los dieciocho años. Una edad en Corea donde no se es adulto ni niño. Desde entonces tuvo varios trabajos medio tiempo, cero relaciones hasta que cumplió veintiún año. Tuvo tres relaciones después de la primera, pero no había mucha información sobre estas. A los veinticuatro comenzó a tener encuentros esporádicos, pero estos ya parecían ser bastante premeditados, no eran en lugares cualquiera o personas cualquiera, al menos no la mayoría de las veces.

Pudo ver que efectivamente frecuentaba a su padre desde hace un año y vio su última relación, la primera en casi cuatro años. Según lo que leyó, un trabajador de su hotel, esto evidenciaba que tuvo cierto acceso y conocimiento por lo que no era de extrañar de que en algún momento diera con padre.

— Es imposible que mi papá no sepa todo esto.

— Los hombres enamorados nos volvemos estúpidos. — Respondió Seokjin aceptando su móvil. — Puede que lo sepa, pero también hay una gran posibilidad de que desconozca algunas cosas, incluyendo que tú te enredaste con su amante y futuro esposo.

— ¿Qué piensas hacer con esto? ¿Para qué lo mandaste a investigar siquiera? — Se sentó con calma en la cama.

— Porque yo no soy ustedes, me gusta saber a quién me enfrento o con quién me enredo, nunca se es demasiado precavido. Era imposible no mandar a investigar al tipo que se folló a mi hermano y padre. No sé qué vaya a hacer con esto, por ahora simplemente lo guardaré.

— Podrías ponerle fin a la boda con esto. — El mayor asintió mirándolo, frunciendo un poco el ceño.

— Lo sé, solo que por ahora no sé qué sea más beneficioso para mí. Todavía quedan tres semanas para que se casen, pensaré a cabalidad sobre mis siguientes movimientos. — Se acercó y agitó su cabello. — Eres mi hermano, eres mi todo y soy capaz de hacer absolutamente cualquier cosa con tal de protegerte, incluso las peores cosas. No me importa nada siempre y cuando pueda defenderte.

— No me gusta que hables así, te parees demasiado a mi papá.

— Soy su hijo después de todo. — Sonrió perdiéndose en su mirada varios segundos. — Ya es tarde, sécate bien y vete a dormir, ya hablaremos mañana.

El menor asintió, viendo a Seokjin abandonar su cuarto en silencio, esbelto y con elegancia. Había muchas cosas en su cabeza en ese momento, todo lo que estaba pasando de alguna forma le estaba pasando la cuenta aun cuando creyó que si quería, no le afectaría. Agitando levemente su cabeza, se alejó para regresar a su baño y así secarse el cabello con el secador.

Ya en su propia habitación, Jin permaneció sentado y con sus ojos cerrados durante un buen rato, alejando absolutamente todos los pensamientos de su cabeza sin éxito. Entró a tomar una ducha, cuidó su cuerpo con algunas lociones y luego se dirigió a su vestidor. Pantalón azul oscuro, camisa gris con un cinturón negro del mismo color que los lustrados zapatos que escogió. Peinó su cabello completamente hacia atrás, se puso su reloj y tras tomar la llave de su automóvil, salió de la mansión en silencio.

A diferencia de su hermano, él no conducía con música, prefería el silencio, este le permitía pensar, concentrarse. Estacionándose en Euphoria Hotel, miró su aspecto una última vez y avanzó hacia el ascensor que lo llevaría hasta el Jeon Penthouse Suite que muy pocos se permitían pagar. Tenía un costo de más de 63 000 000 de Wones, aproximadamente 63 000 dólares. Sin embargo, él no tenía que pagar por una habitación en su propio hotel.

Cuando abrió la puerta, se encontró con el ambiente tal cual lo esperado. Completamente sumido en la oscuridad a excepción de algunas luces rojas. Pudo escuchar el sonido de los zapatos que se acercaban a él, divisó la silueta del hombre que aguardaba y esto le hizo ladear una sonrisa.

Le gustaba cuando todo era como él lo pedía, su acompañante estaba elegantemente vestido de negro tal cual él siempre demandaba. Pantalón, camisa, absolutamente todo, incluyendo el cabello y el collar en su cuello.

— ¿Mascota o amo? — Habló el hombre que ahora miraba a Seokjin con seriedad.

— Amo.

¡Hola por aquí! Espero que les haya gustado el capítulo, nos vemos en el próximo.

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