Capítulo 72

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Las premoniciones, ese sexto sentido que funcionaba de diferente manera, avisando de situaciones que podían ocurrir, rara vez abandonaban a Seokjin. De algún modo esa mañana despertó antes de que sonara su alarma, no fue nada grata la sensación que lo recorrió al ver el mensaje del hombre que oficialmente era su padrastro y de alguna manera también su cuñado, aunque no debería llamarlo así.

Un desayuno tranquilo junto a Yoongi, Chungha y su hija sirvió para bajar un poco sus defensas y estado de alerta, sin embargo, no fue suficiente para permanecer tranquilo. Sentado en el asiento trasero de su vehículo con su pareja al volante, Seokjin se encontraba intentando comunicarse con su padre sin éxito alguno. Al llamar a la empresa de Jeon Dongun para atrasar la reunión organizada para la mañana, pudo saber que su padre no se había presentado a trabajar y canceló todas sus actividades ese día.

Si algo conocía él, era la casi obsesión que tenía su padre con el trabajo. Justo la noche anterior habían hablado, era demasiado raro que de un momento a otro cancelara todas las actividades, incluyendo su reunión. No veía ninguna noticia, algún indicio que le insinuara el motivo para tan repentina decisión, el hecho de no encontrar ninguno lo mantenía en ascuas. ¿Por qué exactamente? No lo sabía, pero algo se sentía extraño.

Conociendo las cosas que hacía Jungkook con Taehyung, la rutina llevada por él mismo desde que entró en el mundo de los negocios para ganarle o al menos incomodar a Dongun en su propio terreno, Jin tenía siempre o casi siempre, una idea de lo que estaba haciendo su progenitor. No quería que le hiciera daño a las únicas personas importantes para él.

Ahora, si bien la relación con su padre no es perfecta y dista de serlo, está consciente de que el señor Jeon jamás haría deliberadamente algo que los dañara. Confiaba en él, pero no confiaba en un hombre herido, si llegaba a enterarse de lo que sucedía entre el menor de sus hijos y esposo, una desgracia podía ocurrir. Porque no importaba qué, Dongun le ponía una mano encima a su hermano, lo lastimaba o le jodía la vida y él no se tentaría el corazón para ir contra él.

No le importaba la mejoría en su relación, ciega y cruelmente estaría del lado de su hermanito, aunque él también hubiese querido arrancarle la cabeza por dejarse envolver por Taehyung. Quizás era algo hereditario la estupidez del señor que unió su vida junto a la de alguien que bien podría ser su hijo. No discriminaba la diferencia de edad, realmente creía en el amor de muchas personas, aunque él mismo no lo entendiese, pero solamente había que darle un vistazo a Taehyung antes de que se casaran para saber que no valía la pena unirse a ese individuo en matrimonio.

— ¿Te respondió? — La voz de Yoongi sacó a Seokjin de sus cavilaciones.

— Todavía, él jamás apagaría el teléfono, pero mis llamadas están yendo directamente a su buzón, no sé qué podía estar haciendo mi padre como para cancelar nuestra reunión y ni siquiera escribirme para informarme de ello. — Dejando su teléfono de lado, sonrió levemente al ver el rostro de Yoongi evidenciando preocupación, compartiendo incluso el sentimiento de la angustia con él. Estaba agradecido por tenerlo a su lado y lo único que deseaba era verlo feliz, pleno. — No te preocupes, ya se comunicará conmigo más tarde.

— Por cierto, ¿le escribiste o llamaste a Jungkookie?

— No, ¿para qué? — Respondió posando su mirada en el paisaje urbano por el cual transitaban.

— Pensé que le dirías que Taehyung te llamó.

— ¿Por qué lo haría? Me llamó a mí, no a él. Ahora que sabe el tipo de persona que es Taehyung y que decidió mantenerse distante, hay que hacer lo posible para que se mantenga lejos.

— Tampoco es que Taehyung sea un monstruo. Sí, no es alguien con el cual tener una relación o con quien se deba compartir sentimientos tan profundos como los que logra despertar en otra gente. Sin embargo, yo no lo considero tan mala persona.

— ¿Tan mala persona? — Volvió a preguntar Jeon Seokjin mientras enarcaba una ceja en dirección del menor. — ¿Hoy es un día en el cual despertaste y decidiste morir? — Su pregunta fue seria, pero el pelinegro que conducía se limitó a reír. — Aquí nadie es perfecto, puedo comenzar por mí para dar el ejemplo de ello. Sin embargo, jamás he querido lastimar o dañar a alguien deliberadamente, cuando le hago daño a alguien es porque se lo buscó. No me voy a excusar por ello.

Fue un ardor imaginario, pero las muñecas de Seokjin ardieron recordando todas las veces en las cuales estas fueron cortadas buscando un alivio, un escape de ese mundo. Su cuello también ardía, como si sintiera la cuerda que acabó con la vida de su madre buscando acabar con la suya también. No podía respirar, por eso con prontitud se deshizo de su corbata y exhaló entre temblores ansiosos.

— ¿Sabes lo peligroso que pueden ser los daños emocionales o mentales, Min? Pueden llegar a ser tan letales como los de un arma. Pueden hundir a las personas en una miseria eterna que es difícil tratar, ya sea con fármacos, terapias, todo aquello que supuestamente puede mitigar los malestares.

Yoongi guardó silencio, su risa ahora había desaparecido y no quería entablar ese debate con Seokjin. No en ese momento que tan exaltado se veía. Al parecer, el mayor se encontraba al borde del colapso y cualquier cosa que dijera sería utilizada en su contra. Podía ver por el retrovisor que Seokjin no estaba guardando la compostura que lo caracterizaba, esa era una razón válida para guardar silencio.

— Las personas lo han normalizado, pero dejando de lado las infidelidades, la manipulación emocional ha llevado a personas a cometer los actos más atroces contra otros y contra ellos mismos. Es cierto que, en su mayoría, las personas entran en una relación por su propio pie, pero tú y yo sabemos que no es fácil salir de la misma manera. Cada ser humano es diferente, las vivencias vividas desde que se nace hasta que se llega a la adultez pueden hacer que unos tengan la coraza fuerte, lamentablemente, otros no corren con la misma suerte e incluso una mala mirada los desestabiliza todo un día o incluso más.

— No podemos ir por el mundo pensando en cómo miramos a cada persona. A veces lo que para nosotros es una mirada normal, para otros puede parecer severa. La culpa sobre cómo ellos reaccionan a nuestro actuar no puede caer siempre sobre nosotros mismos. — Musitó centrando su vista en el semáforo que cambiaba de color, permitiéndole reanudar su marcha.

— Tienes razón, en parte, porque tampoco podemos ir por el mundo con cero responsabilidad afectiva hacia todos. — Iba a decir algo más, pero sus palabras quedaron inconclusas al ver como Yoongi se estacionaba frente a su apartamento.

Pudo divisar el automóvil de Taehyung evidenciando su presencia en la residencia. La familiaridad que sus encuentros pasados le otorgaron, le permitieron tratar aquel sitio como si fuera suyo. Una falta de respeto a ojos de Seokjin, ese sujeto no tenía derecho de introducir el código de su apartamento y entrar sin previo avisa cuando no tuvo autorización para ello. No la obtuvo de él, no la obtuvo de Jungkook, ¿cómo entraba a su residencia así sin más?

Lo intentaba, Seokjin había aprendido a soportar y vivir con el hombre que legalmente era su padrastro, pero la realidad era que lo detestaba, por alguna razón, el nombre y la presencia de Kim Taehyung le incomodaba.

— El mayor de mis hijastros ha llegado a casa. — La alegre voz de Taehyung le dio la bienvenida en cuanto puso un pie adentro del apartamento. Sabía lo que causaba en Jin y no le importaba porque ese sentimiento era mutuo.

— Abstengámonos de hipocresías, Kim. Mejor vayamos al tema que nos concierne, ¿cuál es la razón para esta reunión? — Tomando asiento en el sofá, Seokjin observaba como el menor colocaba sobre la mesa su teléfono para después acercarse y tomar asiento justo frente a él.

— Hoy te he invitado a conversar porque deseaba limar algunas asperezas entre nosotros. Desde que nos conocimos, nuestra relación ha sido precaria y casi nula. Nos hemos visto obligados a convivir juntos e interactuar, pero no es un secreto para nadie que nos hemos detestado hasta el tuétano. — Con tranquilidad, Taehyung elevó sutilmente sus comisuras. — Estoy casado con tu padre, un hombre que sin pedir nada a cambio ha estado para mí desde el día en que nos conocimos. Es alguien que pudo cultivar un cariño y querer casi único por mi parte.

— ¿Eso qué tiene que ver conmigo?

— Mucho, pero preferiría que me dejases terminar. — Manteniendo su semblante apacible, el mayor le cedió la palabra. — Lo quiero a él, pero también quiero a tu hermano y no puedo renunciar a ninguno. Sé que es difícil de creer, pero es la realidad, los quiero a ambos en mi vida, pero continuamente me dificultas las cosas. Es por eso que, por última vez, deseo pedirte que te hagas a un lado completamente. — Esta última oración fue dicha con total seriedad, no quedaba rastro de amabilidad o sonrisa en el rostro del peligris.

— ¿Me hiciste venir aquí para discutir lo mismo que conversamos en mi casa ayer en la noche y tantas veces antes? — Seokjin lo miró con seriedad entrecerrando sus ojos. — Comprendo que tengas un culo altruista que ofrece su servicio a muchas personas en las que se incluyen mi padre, Jungkook, Park Seojoon, Jimin, Suh Johnny y otras tantas personas.

Al escuchar aquella lista, Taehyung se tensó por completo, preguntándose cuánto sabía Jin de su vía. Era una persona que con su palabra podía joder muchas cosas, por ello, la mejor forma para enfrentarse a él era neutralizarlo, hacer que su palabra no valiese absolutamente nada frente a aquellos que lo escuchasen.

— Sin embargo, Taehyung, tu labor para mantener unido el mundo a base de sexo, no me interesa. Lo único que siempre he hecho y haré, será proteger a mi familia, a Jungkook. No me interesa entremeterme en tu vida siempre y cuando no jodas la mía o la de aquellos a quienes aprecio. Has jugado hasta ahora sin preocupaciones, pero no puedes tener al padre y al hijo a la misma vez. Si tú hubieses estado únicamente con mi progenitor o solo con Jungkook, aunque no me agradases, no tendría problemas con ello. Aquí la cuestión es que has jugado con los dos, le has mentido a los dos, le has sido infiel, a los dos. Porque incluso soportando que hubieras estado con ellos dos simultáneamente, a ellos también los engañaste. Lo que es peor, jugaste con los puros sentimientos de ambos.

— Pobrecitos ellos, pobrecito, tú, ¿cierto? — Sonrió Taehyung frente a sus palabras. — No creo que seas el más indicado para darme clases de moral, Jean Seokjin. Le fuiste infiel a tu esposa con tu asistente mucho antes de que abrieran su relación. Aunque bueno, eso está arreglado y es un problema del pasado. Hablando del presente, no eres el más idóneo para sermonearme cuando durante años has engañado tanto a tu padre como a Jungkook. Dime algo, ¿qué crees que dañe y lastime más a tu preciosa familia? ¿Una esporádica infidelidad mía o el hecho de que tú tengas un amor incestuoso por tu hermano menor? ¿Sabe Jungkook que follas con tu pareja pretendiendo que es él? ¿Tiene la más remota idea que cada vez que te corres el semen que expulsas está bautizado por tus cochinos pensamientos? Porque, aquí entre nos, cuñadito, lo tuyo es más despreciable y enfermizo.

Son varias las etapas por las que pasa una persona cuando intenta controlar sus palabras, acciones e impulsos. Seokjin durante toda su vida había aprendido a dominar su persona porque sabía que podía convertirse en una explosión mortal incluso para sí mismo. Cada cosa que hacía repercutía en su familia, en la sociedad donde vivían. Como su madre le dijo, durante muchos años fue una viva copia de su padre y no había nadie mejor que Jeon Dongun para camuflar su verdadero sentir. No obstante, nada podía ser perfecto y Seokjin tenía un punto sensible que Taehyung había acabado de tocar.

Los puños de la camisa de Seokjin fueron liberados, la tela fue corrida hasta varios centímetros por encima de sus codos. Con una calma aplastante, el mayor se puso de pie, caminando los escasos pasos que lo separaban de su padrastro. No hubo aviso, tampoco vacilación, antes de que Taehyung pudiese percatarse de sus intenciones su rostro fue fuertemente golpeado. Una, dos, tres veces el puño del mayor colisionó con su rostro para luego agarrar sus grises cabellos con excesiva fuerza y levantarlo del asiento.

— Te lo advertí mil veces, ven contra mí, pero no se te ocurra usar nada que dañe a mi hermano. — Su rostro se había desfigurado de la rabia acumulada. El agarre en Taehyung se afianzaba aún más, obligándolo a arrodillarse frente a él. — ¿Te ríes? — Preguntó viendo la sonrisa burlesca del menor. Elevó una vez más su brazo, pero antes de poder descenderlo para volverlo a golpear, su brazo fue detenido en el aire por un agarre completamente inesperado. — ¿J-Jungkook?

— Hyung, suéltalo. — Fue todo lo que dijo el nombrado, manteniéndole la mirada fija a su hermano mayor. — ¡Suéltalo! — Espetó más fuerte sin llegar a alzar por completo su voz.

— ¿Qué haces aquí? — El nerviosismo en Seokjin no pudo ser ocultado a pesar de intentarlo, su mirada se movía entre su hermanito y el peligris que se levantaba con una sonrisa en su rostro.

— Ah, eso te lo puedo responder yo. — Habló finalmente Taehyung, pudo defenderse, pero no hubiese sentido el mismo regocijo que lo recorría en ese momento donde el pánico se adueñaba del rostro de Seokjin. — Yo invité a tu hermano a nuestra armoniosa reunión, pero como se le hizo algo tarde, tuve que llamarlo para que se mantuviera al día. De esta manera, Jungkook ha podido formar parte de esta agradable plática.

Los ojos del mayor de los Jeon se ensancharon al escuchar esas apalabras. Su mirada se desvió hacia la mesa en donde Taehyung había dejado su número de teléfono, luego se volteó para enfrentar la mirada del peligris, dando varios pasos hacia atrás cuando su vista finalmente se posó sobre Jungkook. Todo su cuerpo le había dejado de responder, sus piernas flaquearon y el aire que inhalaba era insuficiente.

¿Jungkook había escuchado toda la conversación?

Eso no era posible, llevaba casi desde sus dieciséis años guardando ese secreto en lo más profundo de su ser, su hermano no podía haberse enterado de esa forma. No, Jungkook no podía saberlo nunca. El miedo que siempre enfrentó se estaba adueñando de su mente por completo y no podía controlarlo.

— Ahora ya puedes contarle a tu hermano lo mucho que lo has deseado sexualmente, como te imagina follándotelo o siendo follado por él. ¿Por qué no le cuentas los juegos de roles con su nombre, esos que a Yoongi y a ti les gusta tanto? — El brazo de Taehyung fue presionado con fuerza por parte del pelinegro que lo miraba furioso.

— ¡Cállate! — Le gritó al peligris.

— ¿Por qué debería? Estoy contándote todas las cosas amorosas que tu hermano guarda en su pecho, te estoy poniendo al día de ese amor incestuoso que has ignorado por años. Porque comprendo que jamás pensaste que tu hermano te amara de esa forma tan sucia, ¿verdad, bebé?

Jungkook se giró para enfrentarlo, pero ese pequeño momento le sirvió a Seokjin para huir de aquel lugar que colapsaba sobre él. Estaba asustado, por primera vez en su vida no sabía qué demonios hacer, todo control y raciocinio había desaparecido en un parpadeo.

— ¿Qué mierda estás haciendo? — Preguntó Jungkook enojado. — ¿Para esto me mandaste a buscar? ¿Era esto lo que querías causar, que mi hermano colapsara utilizándome a mí? ¿Qué tan jodidamente egoísta puedes ser como para hacer esto?

— ¿No ves mi rostro golpeado? Estoy cansado de vivir bajo el yugo opresor de tu hermano que nunca ha querido que esté contigo. Ha buscado cada medio necesario para mantenernos lejos, mi amor. — Sus manos se estiraron para sostener su rostro, pero Jungkook se alejó de su tacto, bajando sus manos con fuerza.

— No te atrevas a tocarme, Taehyung.

— Kook... — El mayor lo miró confundido, estudiando su reacción. Ahora se percataba de algo, Jungkook no estaba sorprendido, nada de lo dicho parecía ser una sorpresa para él, como si ya hubiese tenido conocimiento de todo. — ¿Lo sabías? ¿Sabías que tu hermano estaba enamorado de ti y todo lo que hace con Yoongi?

— Desde que te conozco has hecho muchas cosas bajas, Taehyung. ¿Pero esto? Intentando crear una brecha entre mi hermano y yo sin saber por todo lo que él ha pasado estos años, por lo que he pasado yo, únicamente porque no te dejan hacer todo lo que te sale de los testículos, es ruin. Estabas buscando quebrar la relación que yo tengo con mi hermano, pero ese hombre me ha brindado su vida y amor desde que nací. A diferencia de ti, alguien que solamente ha jugado con mis sentimientos desde el comienzo y a quien no le importo una mierda. Porque si solamente me quisieras un poco, no hubieses hecho todo este circo sabiendo lo mucho que eso podría haberme dañado.

— No puedo creer que tú-

— Eres una basura de persona, Kim Taehyung. — Jungkook lo interrumpió, secándose las lágrimas que la furia había revelado. — Me arrepiento del puto día en que nuestros caminos se cruzaron y yo puse mis ojos en ti. No sabes querer, mucho menos amar o respetar. Eres dañino y corrosivo para todo el que te conoce, para todo aquel que te deja entrar en su vida y corazón.

— Lo que escuchaste, lo que tu hermano dijo por teléfono, no fue realmente así, sí, tuve algo que ver con Jimin y Johnny es mi exnovio, lo sabes, pero yo no he querido dañarte o serte infiel. Yo...

— ¡Cállate de una puta vez! Lo único que sale de esa boca sucia son mentiras, una detrás de otra. Eres tan jodidamente, repugnante, Taehyung, que has logrado que incluso me deteste a mí mismo por haberme fijado en ti. — Fue lo último que dijo, tenía tantas cosas que su rabia y dolor querían verbalizar, que si les daba rienda suelta no terminaría pronto.

Ahora, lo único importante era poder encontrar a su hermano. Junto a su psicólogo había estado pensando en la mejor forma de afrontar el hecho de que su hermano tuviese esa clase de sentimientos por él, estaba trabajando en sí mismo para poderle ofrecer una mejor ayuda y apoyo a su hermano, pero las acciones de Taehyung habían enviado por la borda cualquier plan premeditado.

— Jungkook. — El peligris lo llamó, siguiéndolo al exterior de la casa sin posibilidad de alcanzarlo. — ¡Jungkook!

Había salido corriendo detrás del pelinegro, pero sus pasos se detuvieron en el momento en el cual lo vio acercarse a un vehículo que ya tenía chofer. Hoseok había ido ahí con él, Taehyung lo había mandado a buscar, pero no fue solo. No estaba seguro de cómo procesar eso. ¿Por qué estaba el pelirrojo con él? ¿Realmente estaban en una estúpida relación?

A pasos apresurados, Taehyung se volteó para entrar a la casa en búsqueda de su teléfono, ignorando que su teléfono estaba pinchado. Cada llamada que había hecho, incluyendo esa en donde Jungkook volvió a escuchar la confesión de Jin, fue escuchada por un Dongun que a varios kilómetros de distancia se encontraba en trance. Por primera vez escuchó qué era eso que el mayor de sus hijos había ocultado con tanto esmero durante todos esos años, ese secreto que lo había llevado a atentar contra su vida en más de una ocasión. Había confirmado una vez más las infidelidades de su esposo, como todos estaban al tanto de todo menos él. Alguien que siempre cuidó cada detalle de su vida y sus allegados había fallado en todo. Como esposo, pero, más importante, como padre.

Ya con todas sus pertenencias, Taehyung abandonó el apartamento de Seokjin y se dirigió a su vehículo, siendo interceptado por un grupo de seis hombres. Por un momento se asustó, pero al reconocer a algunos de ellos sabiendo que trabajaban para su marido, se tranquilizó. No obstante, cuando esto se acercaron para garrarlo, el miedo volvió a recorrerlo, intentó liberarse, golpearlos, pero varios golpes lograron que él perdiera toda su fuerza y consciencia al caer al suelo.

Para el momento en el que abrió los ojos nuevamente estaba mareado y confundido. Todo a su alrededor se veía borroso, pero cuando finalmente sus pupilas se enfocaron, gritó completamente aterrorizado. Frente a él, guindando de unas vigas del techo, se encontraba el cuerpo sin vida de Choi Wooshik. No comprendía nada, se removía e intentaba liberar de la silla en donde fue confinado sin éxito alguno.

— ¡Ayuda! — Gritaba completamente desesperado. — ¡Auxilio! — Gritó una vez más, viendo algunas puertas abrirse para darle paso a los mismos hombres que lo habían atacado. Pocos segundos más tarde, una figura más familiar apareció en su campo de visión. Lo conocía y a su vez le parecía que estaba viendo a un hombre completamente diferente, no al esposo amoroso que había encontrado en Jeon Dongun todos esos años.

🎉🎄¡Feliz Navidad!🎄🎉

Ya estamos terminando esta historia, me hubiese encantado terminarla antes de finalizar el año. No sé si lo logre, pero todavía me quedan algunos días. Esperemos que pueda regresar pronto y darle un buen cierre a esta historia.

LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro