Capítulo 75

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— Creo que eso sería todo por hoy. — Cerrando el portafolio que contenía la renovación de aquel contrato, Jungkook suspiró tranquilo, aceptando la sonrisa preocupada que el contrario le daba. — No tienes que preocuparte por nada, Jae. Yo no estaré físicamente en la empresa, pero no cambiará nada. Vendré al país de vez en cuando y sabes que siempre estaré disponible para ti.

— Ya lo sé, pero no es eso lo que me preocupa. Estoy feliz porque hayas decidido finalmente hacer ese viaje que tantas veces has pospuesto. Es bueno alejarse de todo y de todos en muchas ocasiones, yo lo hice en el pasado, me sirvió de mucho la verdad. Sin embargo, luces decidido, pero no parece que quieras alejarte de verdad.

— Quiero alejarme de Corea del Sur durante algún tiempo, pero primero tengo que arreglar varias cosas. — Estaba preocupado por Seokjin, su padre no había vuelto a intercambiar palabras con él ni siquiera profesionalmente, en las últimas reuniones, únicamente había visto a su abogado.

— ¿Cuándo planeas viajar?

— Dentro de dos semanas como mucho. Dejó aquí todo en orden y podré viajar tranquilo. ¿Qué hay de ti?

— Me estaré tomando una pausa prolongada de tres meses, cesaré todas mis actividades hasta entonces. Usaré ese tiempo para trabajar en mi próximo disco sin demasiado estrés y ya sabes... — Sonrió haciendo que el otro pelinegro le devolviera una sonrisa cómplice. — Como les conté a ti y a Hoseok, creo que me daré esta oportunidad con Seojoon. — Escuchar ese nombre hizo que Jungkook mirara furtivamente hacia algún lugar en la oficina. — Lo único que me frenaba era el saber que justamente él haya sido amante de Taehyung, creo que fue como recordar todo de golpe. El lado positivo es que él sabe lo que quiere y yo también. Nunca imaginé que un pequeño accidente en el elevador mientras él iba hacia casa de Jimin entrelazara nuestros caminos. Por ahora nos estamos conociendo sin prisas.

— Me alegro por ambos... — Musitó Jungkook viendo todas las notificaciones que comenzaban a entrarle al teléfono. — No puede ser...

— ¿Qué sucede?

— ¡Mierda! — Exclamó Jungkook tomando su teléfono y su saco. — Lo siento, Jaehyun, pero debo irme, estamos en contacto.

+++

Revivir algo que del mismo mató con sus manos no era ni sería una tarea sencilla, Taehyung lo sabía. Había escuchado la advertencia de su esposo, no se había atrevido a buscarlo porque, sinceramente, tenía miedo de lo que pudiese ocurrir. Todavía tenía esa borrosa imagen de Wooshik en su mente, no sabía si fue real o producto de su imaginación, pero algo le decía que ese cuerpo sin vida que identificó como Choi Wooshik, era realmente de aquel que una vez fue su amigo.

Entonces, buscar al hombre que desde que lo conoció siempre estuvo ahí para él, no era algo que se atrevería a hacer. Deseaba llamarlo, que le dijera que todo estaba bien y mandaría a recogerlo con alguno de sus hombres. Tal vez montarse en un avión y dejar a todos atrás, irse a unas vacaciones sin fecha de retorno volvía a parecerle una idea atractiva.

Ver el camino y aun así sentirse perdido sin saber qué hacer. Avanzar hacia adelante, darse la vuelta, regresar por donde vino, simplemente caminar hacia cualquier otra dirección sin rumbo fijo o sentarse de piernas cruzadas y no moverse hasta que el sol disecara su cuerpo o la falta de agua y comida lo convirtiera en un manjar para los buitres o cualquier otro animal, Taehyung no sabía qué dirección tomar.

Cuando vio a Hoseok esa mañana quiso pretender que todo seguía igual, que ellos eran los mejores amigos de siempre. Dos personas que habían compartido tanto y se conocían tan bien, estuvieron actuando como dos extraños. Una desconocida familiaridad que le permitía estar, pero no quedarse cómodamente. Desayunaron en silencio e iniciaron una conversación bastante trivial, pero nada pasó de ahí. Nada era o sería del mismo modo que alguna vez fue y tenía que aceptar el hecho de que, quizás, jamás volvería a serlo.

Tenía que aceptarlo, con Hoseok, Dongun o Jungkook, nunca volvería a tener la misma relación que una vez experimentó y estaba bien. Podía volver a estar solo, sin el refugio y cariño incondicional que le ofrecía el hombre con el que se casó, sin la pasión, la tranquilidad y esa rara felicidad que le hacía sonreír y querer fundirse en la piel de Jungkook.

Por algún motivo se había hecho a la idea, pero era difícil...

— ¿No vas a ir a la empresa? — Taehyung preguntaba viendo a Hoseok luciendo ropa deportiva. — ¿Desde cuándo haces ejercicios?

— En realidad voy a visitar a varios bailarines en un festival callejero que tendrá lugar hoy. Estoy encargado de hacer nuevas captaciones, aprovecharé recargar mi energía, hace algún tiempo que no bailo libremente, así que hoy pienso disfrutarlo.

— Ah... — Taehyung lo observó sonreír, ese simple gesto le hizo sentir una leve calma en su pecho porque esa era una imagen del pelirrojo con la cual estaba más familiarizado. — Ten un buen día, hyung.

— ¿Tienes dónde quedarte? Puedes regresar aquí si lo necesitas, yo dejaré lista la habitación antes de irme.

— Hyung... — No era necesario, mientras conseguía un nuevo lugar para quedarse podía seguir utilizando la casa que Jungkook compró. Había perdido mucho al separarse de su esposo, pero obtuvo sus propias ganancias, guardó gran parte de todo lo que recibió porque no tuvo necesidad de gastarlo. Sinceramente, podría vivir algunos años sin preocuparse de nada, no estaba completamente en la calle. — Gracias.

— Sí, solo ten cuidado y por favor, no traigas a nadie sin avisarme.

— No tenía pensado traer a nadie. — Era cierto, lo último que pasaba por su mente en ese momento era llevar a alguien ahí.

Su mente continuaba pensando en formas de recuperar algunas cosas, comenzando por la renovación de contrato que Jeon's Entertainment se había negado a hacer. Reconocía que en otro momento su prioridad sería dejar su mente en blanco, envuelto en sábanas que escondiesen un poco de placer y calor humano. Agotar su cuerpo hasta que el sudor bañara su piel, hasta que su pesero doliera o sus piernas se adormecieran, hasta que la liberación sirviera como un catalizador para su mente. De hecho, cuando todo explotó y buscó a Seojoon, buscaba justamente eso, no llorar y, en cambio, ahogar sus penas en sexo.

No encontrarse con él, pasar tiempo a solas y conectando con sus emociones de un modo en que detestaba le hizo sumergirse en un estado pocas veces antes sentido. El sexo desapareció de su cabeza y en ella, solamente daban vueltas ideas para poder resolver sus problemas. Culpar a Hoseok por pensar que haría lo que justamente siempre hacía, no era viable, ni razonable, así que no discutió ni rebatió la sospechosa mirada que recibía.

— Iré a la compañía, necesito arreglar lo de mi contrato, pasaré por el banco y luego intentaré encontrarme con candidato para ser mi abogado. Hasta ahora siempre he usado los de Dongun, algo me dice que necesitaré uno pronto y más vale que sea bueno. ¿Nos vemos más tarde? — Un asentimiento por parte del bailarín le hizo sonreír una vez más. — Nos vemos, entonces.

Mientras el peligris se dirigía a la que por mucho tiempo fue su agencia, pudo sentir varios ojos sobre él, siguiéndole mientras se dirigía al auto. Sabía que algo iba mal, pero qué exactamente, no tenía ni idea.

Cuando el artista salió de su cochera dirigirse al interior del edificio de Jeon's Entertainment, volvió a sentir el peso de las miradas, pero esta vez, logró divisar a los paparazzi siguiendo cada uno de sus movimientos. Sabía que pasaba algo, pero no podía precisarlo y a cada segundo que pasaba, la incertidumbre en su interior incrementaba.

¿Podrían finalmente haber descubierto su matrimonio con Dongun? De alguna manera, siempre estuvo preparado para eso. Revelar que tenía relaciones sentimentales con personas de su mismo sexo y que, además, se había casado con uno de los hombres más poderosos de Corea del Sur no suponía un gran problema para él. Al menos así fue en el pasado, aunque los medios y las personas quisieran enterrarlo, haciéndole perder su carrera, sabía que le quedaría su esposo. Esa era la gran diferencia con ese repentino presente, su futuro volvía a ser más incierto de lo esperado.

Al llegar a la entrada del edificio a un paso precipitado, un enjambre de periodistas y fotógrafos se abalanzó sobre él, gritándole preguntas, apuntándole con sus micrófonos y cámaras.

— ¿Es cierto que es gay? — Le gritó un periodista.

Dudó un momento y luego asintió. Nunca había ocultado su sexualidad, pero tampoco se había enfrentado tan públicamente a ella. Cuando los periodistas hacían preguntas, muchas veces buscaban simplemente colocar anzuelos que extrajeran palabras que sirviera para tergiversar hechos y crear historias. Otras veces, ya conocían toda la verdad, tenían evidencia y luchaban por una aceptación pública que les catapultara su exclusiva. En muy pocas ocasiones buscaban la verdad, pero se nutrían de la misma cuando les convenía.

— ¿Son ciertos los rumores de que su madre era prostituta? — Le preguntó otro periodista, colocándole un micrófono en la cara.

Fue al escuchar esta pregunta que todo el cuerpo de Taehyung se paralizó. Todos sus archivos habían sido sellados y eliminados por Dongun poco después de que le contara su pasado. Quien fuera su esposo se encargó personalmente de ir borrando los rastros de aquel doloroso pasado. Pocas personas tenían conocimiento de la verdad, Dongun no acudiría a los medios para revelar algo así, Hoseok tampoco, pero el señor Jung, su padre...

Ese hombre era capaz de todo por unos cuantos billetes, por eso no había accedido a reunirse con él. Sin embargo, esperaba que guardara esa información para seguir sacando provecho y no venderla una única vez a la prensa.

Nunca pensó verse envuelto en preguntas acusatorias con respecto al pasado real de su madre. ¿Sabían cómo fue su final, todo lo que hizo? ¿Qué tanto conocían de la mujer que le dio a luz?

Al artista se le hizo un nudo en la garganta. Siempre se había avergonzado del pasado de su madre, pero no por él, por ella misma. Había intentado mantenerlo oculto a la opinión pública, pero ahora parecía que su secreto había salido a la luz.

— No quiero hablar de eso, — espetó intentando abrirse paso entre la multitud.

— ¿Son ciertos los rumores sobre su padre y su pasado? — ¿Su padre? ¿Quién demonios era su padre? — ¿Por qué no dijo que era hijo del empresario Kim Minjong? ¿Qué se siente ser el hijo extramatrimonial que tuvo del empresario Kim junto a una prostituta?

— ¿Q-Qué? — Taehyung, quien había estado cubriendo su rostro de los flashes y las cámaras, dejó de moverse.

— ¿Conoce al señor John Suh? — Escuchar el nombre de su primera pareja y prometido entre todas las preguntas que le lanzaban, ya ni siquiera le sorprendía. — ¿Y qué hay de las acusaciones de engañar a tu novio? — Intervino aquel periodista que lo veía casi con júbilo mientras le indicaba a su acompañante que acercara más la cámara.

Una vez más, Kim Taehyung sintió que el corazón se le aceleraba mientras trataba de procesar el aluvión de preguntas. Sus ojos estaban picando, su cabeza doliendo y el aire no llegaba a sus pulmones. Sabía que su vida personal siempre podría convertirse en un tema de interés para los medios de comunicación, pero esto era diferente. Se trataba de un ataque sin cuartel contra su carácter y su reputación.

¿Qué demonios estaba pasando?

¿Cómo habían obtenido toda esa información?

¿Por qué le habían hecho esa encerrona entre tantos periodistas de emisoras diferentes?

Eso no era lo primordial en ese momento, necesitaba salir de ahí. Con todo ese escándalo, pedir o luchar por la renovación de un contrato sería una guerra perdida. No tenía respaldo alguno. Por ello, respiró hondo, cuadró los hombros y trató de mantener la compostura. Seguro, intentó avanzar de regreso a su vehículo, pero los periodistas no cejaron en su empeño. Siguieron acosándole con preguntas, tratando de sacarle de quicio.

Finalmente, el artista se hartó. Giró sobre sus talones y se dirigió hacia su coche, empujando deliberadamente a todo aquel que se cruzara en su camino, ignorando los gritos y abucheos de la prensa.

Cuando se sentó en el asiento del conductor y cerró la puerta, sintió una sensación de alivio momentáneo, puesto que su cuerpo estaba comenzando a temblar sin contención. Sabía que el escándalo estaba lejos de terminar, pero por el momento podía escapar de las miradas indiscretas del público y la prensa.

Sintiéndose abrumado y expuesto, sin el temple necesario para conducir una larga distancia, echó a andar el auto únicamente para estacionarlo pocos kilómetros después en medio de un descampado.

¿El asesino de su madre había estado diciendo la verdad? ¿Chungha y él compartían el mismo padre? ¿Qué clase de locura era esa?

Debía de haber algún tipo de error porque nada encajaba. Comprendía que Minjong se casase del mismo modo en que lo hizo Dongun, para mantener las apariencias. Sin embargo, teniendo conocimiento de que ellos dos fueron amantes y que Minjong era gay, ¿qué sentido tenía que él fuese a enredarse con una prostituta?

¿Qué carajo importaba eso? Ese hombre podría ser bisexual o tener otros pasatiempos, era absurdo buscarle una respuesta lógica.

¿Era cierto que ese sujeto era su padre?

¿Fue un cliente más de su madre o tuvieron algún tipo de relación?

¿Dongun había tenido conocimiento de todo eso? ¿Acaso importaba si lo supo todo ese tiempo o no? ¿Supo de su existencia y nacimiento? ¿No le importó tener un hijo bastardo?

¿Cómo lidiaba con todo lo que estaba pasando?

Ya no tenía el respaldo de Dongun, él se hacía cargo de que a él no lo molestasen. Si tenía duda de algo, necesitaba resolver algo, bastaba con pedirlo, pero ya había soltado su mano.

Era extraño, porque en un momento así pensaba en Dongun para que le resolviese los problemas, pero también venía a la mente su hijo. Pensaba en Jungkook, en lo mucho que deseaba ignorarlos. Todo lo que deseaba era ver esa sonrisa ladeada, esos brazos abriéndose para darle la bienvenida y fundirlo en un abrazo calmo mientras su cabeza era besada. En esos momentos en que su mundo estaba colapsando y en su mente batallaban tantas cosas, había un solo lugar y una única persona que Taehyung quería ver.

— ¡Maldita sea! — Exclamó Taehyung golpeando el volante del automóvil. — Justo en estos momentos en que tantas cosas suceden por qué únicamente puedo pensar en ti. — Se preguntaba a sí mismo, visualizando la imagen de Jeon Jungkook detrás de sus cerrados párpados. — Jodido Jeon Jungkook.

+++

La mezcla de sentimientos convergiendo al mismo tiempo tenía a Jungkook debatiéndose entre qué decisión tomar, qué palabras utilizar. Llevaba días desde la última vez que vio a su hermano, estaba consciente de que, tal vez, él estaba pasando por un proceso que no podía forzar.

Consciente de cuánto luchó por guardar los sentimientos albergados por tantos años. Después de enterarse, Jungkook también había luchado por comprenderlo y aceptarlo, más allá de todo, era su hermano, su prioridad era ayudarlo, hacerle saber que no lo aborrecía o lo repudiaría por algo que no buscó, explotó o forzó.

Por eso le había dado tiempo, porque para Seokjin, todo había ocurrido fuera de su tiempo, se vio forzado a develar lo que con tanto esmero ocultó. Sin embargo, lo que estaba haciendo no le parecía bien. Le bastó una llamada que le avisara sobre la información que había sido filtrada a la prensa, información que involucraba a Kim Taehyung, alguien que, para el público, todavía formaba parte de Jeon's Entertainment.

— ¿Dónde está Seokjin? — El pelinegro observaba a su cuñada, sentada y con una sonrisa en sus labios mientras miraba las noticias. En ese momento, el rostro de Kim Minjong parecía encabezar todos los titulares junto a Taehyung.

— Eso es algo que me gustaría saber también. Comprendí su frustración y le di luz verde, pero no debió proceder de ese modo. Existían mejores formas de revelar todo. Lo único bueno es que el precio de las acciones de nuestra empresa se irá por el suelo y podré comprarlas definitivamente. Sin embargo, esto podría ser contraproducente por un largo rato.

Achicando los ojos, Jungkook procesó esas palabras. Sus mandíbulas se tensaron en respuesta porque ahora comprendía todo.

— ¿Están utilizando a Taehyung para poder vencerle a tu padre? ¿Qué mierda creen que están haciendo?

— ¿Por qué tan a la defensiva? — Chungha echó su cabello hacia atrás antes de fijar la mirada en él. — Según tengo entendido, ya estabas al tanto de todo, sabías que Taehyung y yo somos hermanos. Sí, lo necesitaba para desacreditar a mi padre públicamente, se ha cuidado tanto a través de los años que no he podido demostrar que era un hijo de puta. No hablo únicamente de las infidelidades hacia mi madre porque, a diferencia de tus padres, los míos no hicieron ningún pacto. Él utilizó a mi madre, la enamoró y le fue infiel con varias personas, incluyendo esa mujer. Se acostó con la madre de Taehyung únicamente para poder llegar a tu madre, sabiendo que ellas eran amantes, ¿y todo para qué? Por ambicioso y celoso, porque quería quedarse con la fortuna de mi madre y el amor de tu padre. No me iba a quedar cruzada de brazos, sabiendo que ese infeliz seguía gozando de todo tan tranquilo.

— Les dije que dejaran a Taehyung fuera de eso, ¡él no tiene la culpa de lo que sus padres hicieron! — La frustración en su voz no se camuflaba, era palpable al punto de él mismo notarlo. Buscando calmarse, respiró profundamente.

Las historias eran tan diferentes y similares a la vez. Sus vidas sin querer se habían enredado incluso antes de conocerse, sus madres fueron amantes, amigas de cierto modo y también compañeras de trabajo. Sus padres no fueron distantes, también eran socios y fueron amantes. Han quedado envueltos en amores infames que no debieron tener lugar.

La culpa continuaba filtrándose de la mano de la preocupación. Taehyung ya debía haber visto las noticias, sabría que tuvo por esposo al que un día fue el amante de su propio padre. Un hombre que jamás lo quiso en su vida, que no se preocupó por su nacimiento y mucho menos por su crecimiento. Alguien que mandó a asesinar a su madre y lo dejó huérfano, en la calle y experimentando penurias que ningún infante debería presenciar.

— ¿Qué sentirá mi padre al ver como pierde toda la fortuna robada a su esposa, a la misma que hizo sufrir hasta el último día de su vida? ¿Qué crees que dirá el mundo cuando comiencen a escarbar y se den cuenta de que para silenciar a la prostituta que se follaba, mandó a contratar a un delincuente? Es incluso divertido que esa mujer le diera un hijo y que, años más tarde, ese mismo hijo se quedara con el hombre que tanto ama o con el cual está obsesionado, ya ni sé, es la misma porquería a fin de cuentas.

Escuchar todo eso que había estado queriendo olvidar, le recordaba toda esa suciedad de la que su hermano siempre lo quiso apartar. Vivió por tantos años ignorando todo lo que sucedía a su alrededor, que por momentos se le dificultaba entenderlo o aceptarlo. Mantenerse ignorante en muchas ocasiones podría ser considerado como una bendición. No obstante, eso era el equivalente a vivir dentro de una burbuja, al explotar, las consecuencias serían más dolorosas.

— De todas formas, no te preocupes, yo agregué el seguro que me pediste. No pienso darle a Taehyung un centavo de lo que le perteneció a mi madre, en cambio, todo aquello que le pertenezca a nuestro padre, se lo entregaré cuando me digas o yo estime conveniente que él lo necesita.

— Yo... Ya no tengo nada que ver con Taehyung, no creo que deba intervenir en...

— Ay por Dios. Te dices y contradices, viniste reclamando, pero ahora dices que no intervendrás y no tienes nada que ver con él. Ya decídete, eres idéntico a tu hermano.

Como si lo hubiesen mandado a llamar con un conjuro, Kim Seokjin hizo acto de presencia acompañado por su padre y Yoongi. Todo el lugar se sumió en un profundo silencio, Jin quiso echar a correr, Jungkook no estaba muy diferente al volver a ver a su padre frente a él y, este último, se tensó por completo en su lugar.

— Hablaremos de esos negocios que quieres hacer en otro momento. — Murmuró el señor Jeon volteándose hacia la salida. — Que tengan un buen día.

— ¡Papá! — Jungkook llamó logrando que su padre se detuviera por varios segundos. — Pa...

— Tú también ten un buen día, Jungkook. — Le interrumpió su frase y se alejó sin siquiera mirar atrás.

Chungha vio la preocupación de Yoongi mientras este observaba a los hermanos. Era notable el desconcierto y temor dibujado en el rostro de Seokjin, quería huir, pero hasta el final, él tendría que mostrarse fuerte frente a su hermano menor, darle seguridad, protegerlo incluso de sus propios pensamientos.

— Yoon, acompáñame, hay algo que deseo mostrarte. — Kim Chanmi caminó hacia el pelinegro que la miraba confundido.

— Disimulas mal, es obvio que quieres dejarlos solos para que conversen, pero no sé si en este momento, esa sea una buena idea.

— A veces ser lógicos y críticos, sin tener un filtro entre la cabeza y la lengua, no es positivo. — Comentó ella tirando de su brazo para dejar a los hermanos Jeon finalmente solos.

Se hizo el silencio, uno cargado y bullicioso que se cortaba con cada respiro. Jin, llenándose del valor que frente a todos siempre lo caracterizaba, caminó hacia el asiento que había estado ocupando su mujer. Jungkook le siguió, sentándose a pocos metros de él, buscando en su mente las palabras apropiadas para abordar el tema.

— ¿Cómo has estado? — Fue el mayor el primero en romper el silencio, evidenciando la preocupación latente por su bienestar.

— Podría decirse que bien considerando todas las circunstancias, sin embargo, me gustaría saber de ti, ¿cómo has estado tú, hyung? No he tenido noticias de tu parte desde aquel día, sé que estás intentando buscar la mejor forma de enfrentar esto, pero esconderse no es la solución.

— Ese es un asunto que no me gustaría tratar ahora, Jungkook.

— ¿Cuándo? — Seokjin relamió sus labios, dejando escapar una sonrisa que poco tenía de alegre y ambos lo sabían. — Hyung...

— Jungkook, ¿qué es eso que deseas discutir conmigo?

— Ahí vamos otra vez, esquivando los problemas y las conversaciones, como si yo no tuviese ya la edad suficiente para entender tus inquietudes, para saber diferenciar cada cosa de este mundo en el cual vivimos. — Peinándose su negra cabellera, se puso de pie y arrastró la silla para quedar más cerca de su hermano. — Hyung, ahora mismo estamos hablando de todo lo que yo quiero discutir contigo. Porque si seguimos buscando el momento ideal, jamás lo encontraremos, siempre sucede algo, aparecen nuevas ideas o cambian las perspectivas de los hechos. Si no es por el humor, es por un tercero o porque simplemente no lo afrontamos.

— ¿Qué es lo que tanto deseas afrontar?

— Son muchas cosas, pero para comenzar, me gustaría hablar sobre los sentimientos que escondes en tu pecho, sobre el amor que sientes por mí y no precisamente como hermanos.

La mirada de Seokjin se fijó en él, sus ojos picaban y perdían la batalla contra unas lágrimas que bruscamente secó. No esperaba que su hermano actuara de ese modo, estuvo preparado toda una vida para la repulsión, ese asco de saber que la persona que siempre lo cuidó, a quien admiró como hermano y casi padre, había albergado sentimientos románticos e incestuosos por él. Existían un sin fin de reacciones que podían desencadenar el conocimiento de ese secreto que por tantos años guardó, ese que se añejaba y fortalecía con los años en vez de deteriorarse y extinguirse.

Rabia, gritos, golpes, amenazas, silencio total, ignorancia, desaparición incluso, esas eran las reacciones que había estado esperando desde mucho antes de aquel día.

La calma que emanaba de Jungkook en ese momento, sus gestos, su frente relajada y sus ojos vacilantes dejaban traslúcidos muchos de sus pensamientos. Era evidente que había tenido tiempo para procesar la idea, para prepararse y, aun así, le parecía inaudito.

Esa no era la mirada de alguien que descubrió todo dos semanas atrás, no, lucía como si hubiese tenido conocimiento de esto desde antes de ese encuentro con Kim Taehyung. Desde el día en el cual él creyó se había liberado un secreto que dañaría enormemente a su hermano, haciéndolo pasar por una mierda de tormento que le hubiese gustado evitar eternamente.

— Esos sentimientos no son relevantes, no han afectado tu vida y me encargaré de que eso no cambie en el futuro. Puedes estar tranquilo, Jungkook. Puedo alejarme de ti, comprendo si tampoco deseas dirigirme la palabra. Lo único que te puedo jurar es que... — Su voz flaqueó, el sollozo que se escapaba de su garganta evidenciaba el llanto que tanto estuvo controlando. — Todos estos años yo he hecho hasta lo imposible por tratar estos infames sentimientos, quiero verte únicamente como mi hermanito, p-pero...

— No lo puedes controlar, no pudiste hacerlo y no te estoy culpando por ello, hyung. Te mentiría si dijera que no me sorprendí, que me costó comprender cómo eso era posible, si en realidad me amabas como hombre o si se trataba de una confusión. No obstante, más allá de los resultados, de las respuestas a mis preguntas, tuve una cosa clara y lo mucho que significas para mí. Porque sobre todas las cosas eres mi hermano, me has querido y has sacrificado todo tu vida por mí, porque sé que he sido tu prioridad desde que tengo memoria y no me alcanzaría el tiempo para agradecerte.

— Jungkook...

— Yo también te amo, hyung, como un hermano, padre, como un amigo e incluso la madre que no tuve oportunidad de conocer correctamente. Éramos tan niños cuando ella dejó nuestro lado que en muchas ocasiones ni siquiera la recuerdo. Papá intentó lo mejor que pudo ser un buen padre para nosotros, pero ambos sabemos que ha tenido muchas fallas, también ha estado ausente de mil maneras. La única persona que incondicionalmente ha estado ahí velando por mi seguridad, mis sentimientos y mi persona, has sido tú, hyung. Si quería conversar contigo y que aceptaras esto, no era para cuestionarte o señalarte, buscaba que te liberaras para así, juntos, poder encontrar una solución.

Seokjin no sabía qué decir, o más bien, no podía hablar porque parecía haberse quedado sin voz. Por primera vez, lloraba abiertamente frente a su hermano sin poderlo ocultar, sin enmascarar lo que le ocurría con trabajo o cualquier otro tema. Por primera vez, su hermano hablaba sobre algo que calló por más de una década y que cada día le comía un pedacito de alma.

— Yo he estado yendo al psicólogo, comencé cuando supe de tus sentimientos porque necesitaba una guía que me ayudase a comprenderte no solo a ti, sino a mí mismo también, todo lo que esa confesión repercutió en mi persona. Sigo sin tener todas las respuestas, sería mentira decirte lo contrario. No me ha ayudado a entenderlo todo, no me ha dado respuestas mágicas ni ha hecho que toda la incertidumbre por nuestro futuro desaparezca, pero sí me ha servido para liberarme, para conversar y sacar de mi interior todo lo que guardo, yo mismo me he respondido muchas de las preguntas que me abatían. Sé que seguramente lo has intentado por tu cuenta, que no hay una solución tangible para esto. Sin embargo, aunque no podamos remediarlo por completo, tal vez nos enseñe como vivir los dos con esta verdad.

— Jungkookie, y-yo ya he intentado todo, consultas, terapias más profundas, tratamientos, he sido internado e incluso he intentado acabar con esta miserable vida que ahora te está causando este gran dolor, pero no pude detenerlo. No sé si lo haré en algún momento. Yo... — Sus palabras se vieron cortadas por un abrazo inesperado.

Justo ahí, lloró, maldición, lloraron los dos, pero no se separaron. Fue un momento diferente a esos que a través de sus vidas ellos habían experimentado. Seokjin estaba acostumbrado a sostener a Jungkook, era más que una obligación, el bienestar de su hermano era una extensión del suyo propio. Incluso cuando él no se sentía bien, ver a Jungkook feliz realmente lo llenaba de júbilo y dicha.

Pasaron muchos años antes de él poder sentir algo similar por cualquier otra persona, por Yoongi, por su hija e incluso por su esposa, aunque a esta no la amase, aunque no sintiera romántica y emocionalmente una cuarta parte de lo que amorosamente sentía por Yoongi o Jungkook, ella era una persona hasta cierto punto, muy importante en su vida.

El pelinegro no estaba acostumbrado a ser él quien reconfortase a Seokjin, incluso en ese instante, Seokjin continuaba preocupado por sus lágrimas, secándolas como si fuese un gran pecado verlo llorar.

— No me importa si no puedes superarlo del todo. — Musitó en su abrazo. — únicamente quiero que esto no sea un obstáculo en nuestra relación, que ambos estemos bien o al menos, procuremos estar lo mejor posible emocional y mentalmente. Nos acostumbraremos a vivir con esto y si los dos ponemos de nuestra parte, tengo confianza en que lo lograremos, hyung.

— Jungk-

— Jin hyung, — interrumpió — no me daré por vencido. No podemos darnos por vencido con alguien únicamente porque la situación no sea ideal. Las mejores relaciones no son aquellas que no experimentan problemas. Son las mejores porque a pesar de los inconvenientes, las personas involucradas se preocupan lo suficiente por la otra como para encontrar la manera de hacer que funcione. Confío en ti y confío en mí mismo, hyung, sé que podemos superar esto juntos siempre y cuando no me alejes.

Ocultando su sonrisa y secando sus lágrimas con una elegancia que arrancó una sonrisa del menor, Seokjin se acomodó en su asiento y lo alejó. Inhaló, exhaló y suspiró profundamente antes de volverlo a mirar.

— ¿A partir de cuándo deberíamos comenzar a asistir a esas terapias en conjunto?

— Cuando estés listo, hyung. — Seokjin asintió procurando volver a su ideal compostura.

— Organizaré mi agenda y te dejaré saber.

— Me parece genial. — Sonrió por varios segundos, una vez más, buscando la forma de pasar al siguiente tema.

— ¿Qué sucede? ¿Hay otra cosa que deseas discutir conmigo? — Sí, su hermano mayor lo conocía bien. — Dijiste que ese era el primer tema que querías tocar, ¿cierto? ¿Cuál era el otro?

— Kim Taehyung. — Jin rodó los ojos, pero Jungkook no cedió. — Ya noona me confirmó que fuiste tú quien filtró toda esa información a la prensa, hyung. ¿Por qué?

— ¿Por qué no? — Jungkook parpadeó por unos segundos, relamiéndose sus labios frente al frío semblante que había tomado el mayor, le recordaba a su padre. — Creí que estarías agradecido, ¿tú no querías hacerlo pagar por jugar contigo y traicionarte?

Era cierto, justamente eso era lo que él quería, vengarse de Taehyung, hacerle perder absolutamente todo por atreverse a jugar con su persona. Porque él podía comprender cuando un gusto o un amor no era suficiente o personalizado a una única persona. Porque pudo entender la situación en la que ambos estaban, lo jodida que era y lo mucho que ambos perdían si su padre se enteraba de todo por su cuenta o por su propia boca como él pensó hacer.

Ahora, no era fácil aceptar que después de ser sincero, depositar su confianza y permitirle tener la libertad de irse o quedarse bajo un acuerdo mutuo, Taehyung le metiera e hiciera justamente todo lo contrario a lo acordado. Los dos tenían la culpa de involucrarse en una relación infame e incorrecta porque le estaban mintiendo a Dongun, su padre. No obstante, entre todas las cosas incorrectas, al menos había sinceridad, fue lo único que exigió, sinceridad y exclusividad más allá de su esposo.

Las relaciones se construye sobre un acuerdo mutuo, el consentimiento, respeto, la voluntad para mantener los compromisos y las promesas mutuas. Una comunicación eficiente que iba más allá de simplemente hablar y decir lo que uno quiere, sino, escuchar también lo que los demás tienen para decir. Lo primordial siempre es conocer los límites, establecerlos, respetarlos. Si después de llegar a un acuerdo uno de los involucrados lo rompe sin renegociarlo o hablarlo, esa acción se convierte en una violación a sus acuerdos, rompiendo esa sensación de seguridad emocional y confianza depositada.

Justamente eso era lo que más le afectaba a Jungkook, que de una manera consciente y repetitiva, Taehyung egoístamente le mintiera y jugara con él. Escribiéndole que lo extrañaba para llegar y verlo cenando con uno de sus amantes. Que a cada oportunidad, se fuese a envolver en brazos de otros, reclamándole una exclusividad que él mismo no daba. Se sintió como un imbécil que, a pesar de conocer la manera en la cual ellos se conocieron, creyó que con él, Taehyung sería diferente. Porque lo veía, sabía que su padre era hasta cierto punto importante para él, se casaron con un propósito, pero ellos dos, al menos para él, tenían una relación completamente diferente.

Por mentirle y reírse de ello, por jugar con sus emociones y sentimientos de una manera deliberada, por eso quiso vengarse de Taehyung, hacerle experimentar el infierno en la tierra. Sin embargo, hablando con Hoseok, viendo a su alrededor y recordando todas las cosas que él atesoraba, se dio cuenta de que estaba demasiado cansado para gastar más energía en Taehyung. No quería ser el hámster atrapado en una jaula que corría interminablemente en un círculo de odio que no lo llevaría a ninguna parte.

¿Cuántos años habían pasado sin que ellos llegasen a algún lado?

Llegó el momento de decir basta y no solo a la relación, incluía todo lo que alguna vez los involucró a ellos dos.

— No tenías que involucrarte de esa manera, hyung.

— Yo te lo advertí, Jungkook, se lo dije a él también. Si se atrevía a jugar contigo, a hacerte sufrir, no me temblaría el pulso para verlo caer. ¿Qué hizo? Justamente lo que le advertí que no hiciera. A ti también te lo advertí, no me importa cuánto quieras defenderlo, pero ese imbécil solamente se merece perder todo por lo que ha luchado. Simplemente, le di por donde más le dolía porque matarlo no iba a ser suficiente, lo quiero ver arrastrándose y pidiéndote perdón.

Jungkook suspiró al escucharlo, no le gustaba ver ese lado de su hermano y tampoco le agradaba saber que el receptor de toda esa rabia fuese Kim Taehyung. No importaba si sus caminos no volvía a cruzarse, lo quiso sinceramente y, mismo si por su cabeza también pasó hacerlo sufrir, lastimarlo a él, era como disparar al aire y que la bala regresara a su propia cabeza.

— ¿No te pusiste a pensar que todo eso al final también podría repercutir en nosotros? La prensa y las personas no se quedarán tranquilas, querrán investigar más y saber cada detalle. Filtraste sus infidelidades, su vida privada, toda su historia, incluyendo la identidad de su verdadero padre. — Seokjin se limitó a encogerse de hombros. — Ni siquiera nuestro padre llegó a ese extremo, podríamos vernos envuelto.

— Sé hacer las cosas, Jungkook, no va a salpicarnos.

— Hyung, detén todo eso.

— Ya no puedo detener lo que ha sido filtrado. Me importa una mierda que haya intentado joderme a mí, pero se metió contigo y eso no se lo pienso perdonar. Utilizarme a mí para dañarte a ti fue...

— Hyung. — Jungkook caminó hacia él, sentándose en el escritorio para evitar que lo ignorase. — No merece la pena que sigas haciendo esto, olvídate de Taehyung de ahora en más. Seguir en este te convertirá...

— En la persona nefasta que soy. — Le interrumpió esta vez. — Lo sabes, Jungkook, ya ves que soy un asco de persona y estoy cansado de luchar contra eso. Tienes miles de razones para dejar de ser mi hermano, si así lo quieres, lo respetaré. La única cosa que me interesa y espero es que alcances la felicidad, ya sea solo o con alguien que de verdad te ame, que te valore y respete.

— Ya hablamos, sé que dices muchas cosas de boca para fuera y no pienso discutir contigo sobre ello. — Levantó su mentón serio, pero dejando en evidencia que no estaba molesto con él. — Sé el motivo para que actuaras así, pero no hagas nada más. Gracias, por hasta hoy velar por mí, hyung, pero no vuelva a hacer nada que me involucre sin consultármelo. No te metas más con Kim Taehyung. Quiero que esta sea la última vez que yo tenga que pedirte esto, déjalo en paz y concéntrate en ti. — Jin lo observó, sus mandíbulas estaban tensadas, pero se limitó a asentir. — Gracias, hyung.

Finalmente levantándose y siendo acompañado hasta la puerta por su hermano, Jungkook se preparó para despedirse.

— Yo no voy a estar viviendo aquí, pero vendré regularmente, tú y yo tenemos cosas que hacer. — Una vez más, Seokjin asintió. — ¿Quedamos un día de esta semana para estar todos juntos? Pienso escribirle también a Jimin y a Namjoon, quiero que todos estén conmigo. Quiero que vengas.

— Ahí estaré. — Su voz sonaba poco convincente, pero al ver el rostro del menor se obligó a elevar las comisuras de su boca. — Lo prometo.

+++

Corea del Sur parecía estar revuelta con las noticias protagonizadas por Taehyung y también Kim Minjong, su padre. No habían pasado ni siquiera cuarenta y ocho horas desde que se supo todo, pero a cada momento que pasaba escalaba más. La fiscalía, que se había estado afilando los dientes durante años, pudo comenzar una investigación oficial en contra de Kim Minjong por la muerte de la madre de Taehyung, pero también por su difunta esposa. A eso se le sumaban otras investigaciones paralelas por evasión de impuestos y fraude empresarial. Chanmi se había encargado de hacerles llegar toda la evidencia que había estado recopilando y era muy poco probable que pudiera salir bien librado de eso.

En Jeon's Entertainment, cada día los periodistas se sentaban a esperar por alguna declaración por parte de la compañía o Taehyung. Ya habían declarado que él no formaba más parte de la empresa, que su contrato venció y no fue renovado, algo que no fue propiciado por los escándalos como estaban queriendo hacer ver. En el edificio de Hoseok, también había varios periodistas rondando, después de todo, esa era la única dirección de carácter público, la única que pudo ser filtrada.

Nadie parecía tener idea del paradero de Taehyung y, quienes se lo imaginaba, tampoco se atrevieron a buscarlo. Dongun lo pensó, pero decidió no intervenir, no tenía que ocuparse de Taehyung, él podía hacerlo solo. Hoseok, quien era la otra persona con una idea de donde su mejor amigo podría estar, sabía que si se movía tendría una cola que lo seguiría hasta el lugar, algo que sería contraproducente para el peligris que le pidió unos días solo.

Existía un tercero que, desde que todo ocurrió, no había podido concentrarse en sus propias obligaciones. Alguien que, cuando fue a recoger sus pertenencias de la casa que pensaba poner a la venta, se encontró con un hombre que apenas le podía sostener la mirada.

En esa casa que fue testigo de tantos encuentros y travesuras, Taehyung se había estado refugiando. Ese era el único lugar a donde podía ir y donde se sentía seguro, solo, pero a la vez acompañado de recuerdos. Sin embargo, no pensó que vería a Jungkook aparecer con una maleta. Él había estado yendo en su pijama de la cocina al salón principal cuando la puerta se abrió y el pelinegro apareció en su campo de visión.

Durante varios segundos, Jungkook no dijo nada, fue como si el mundo se detuviera por última vez, para permitirles contemplarse durante escasos segundos sin preocupación alguna. Fue unmomento efímero que terminó cuando, preocupado, Jungkook miró minuciosamente a su alrededor antes de terminar de entrar y cerrar la puerta.

— Kook. — Taehyung se apresuró a hablar, pero las palabras en su cerebro no se organizaban correctamente. — Es decir, Jungkook, lo siento. Sé que no debería estar aquí, pero no tenía otro lugar y...

— Está bien, no hay problema con eso. — Mencionó dejando la maleta a un lado, repasando lentamente todo el entorno. Algunas botellas de vino vacías estaban amontonadas en una bolsa cerca de la entrada, varios recipientes de ramen también adornaban la mesa del salón, eso sin contar las cortinas cerradas y el edredón que descansaba en el sofá. — Puedes estar aquí el tiempo que necesites.

— G-Gracias... — Taehyung no comprendía cómo Jungkook podía verlo en su casa y no decirle nada.

Habían expuesto públicamente toda su vida, las cosas que había hecho con fotografías y videos. No había forma en que él no notase que muchos de ellos fueron cuando ellos estaban juntos. Esperaba que lo atacara de cierto modo, pero simplemente se mantenía serio y algo distante. En una esquina del sofá que tantas veces compartieron juntos, Jungkook tomó asiento en silencio y él lo siguió poco después, sentándose en el lado opuesto, con todo un mar invisible de por medio.

— ¿Cómo te encuentras? — La pregunta a Taehyung le tomó por sorpresa, mirando torpemente los dedos nerviosos de sus propias manos.

— Estoy bien. — No lo estaba, ambos lo sabían y, en el fondo, Taehyung guardaba la tonta esperanza de que el contrario insistiera un poco más. Cada vez que en el pesado notaba que él no se encontraba bien, aunque no le hiciese muchas preguntas, siempre buscó la forma de confortarlo. Ahora, era diferente, se limitó a asentir en su lugar. — Gracias por preguntar. ¿Tú, cómo estás?

— Bien, bien... — Mencionó elevando su mirada, notando los hinchados y rojos ojos del mayor. — He visto las noticias.

— Sí, supongo que tú y medio país. — Rio con torpeza, extendiéndole la botella que acababa de abrir en la cocina. — Voy por una copa.

— No es necesario. — Taehyung volvió a sentarse, sintiéndose incómodo junto a alguien que siempre le hizo sentir cómodo. — Sobre lo que se filtró a la prensa, me gustaría decirte que no tuve nada que ver con eso. La empresa tampoco pudo contener el impacto y, para limitar las repercusiones, tuvimos que afirmar que ya no eres parte de Jeon's Entertainment.

— Jamás pensé que fueses tú el que hizo eso.

— Pensé en hacer algo similar, estuve cegado por mi rabia durante algún tiempo, pero supongo que pensarlo y hacerlo son dos cosas diferentes. No es agradable ver todo lo que se dice o publica sobre tu persona en estos momentos.

Taehyung asintió, no había querido ver las noticias o las redes sociales. La gente hacía leña del árbol caído y él, por muchas razones, sería un tema demasiado candente durante algún tiempo. Todavía no había organizado sus ideas, no sabía muy bien lo que iba a hacer, pero aislarse durante algunos días le parecía lo mejor.

— Yo... Discúlpame, Jungkook.

— Tú y yo, al menos yo, fui como una de esas personas envueltas en una adicción a sus parejas, al sentimiento que estos evocan. Me sentí mal conmigo mismo por seguir guardando sentimientos a pesar de sentirme traicionado. Llegué a pensar en como la gente que conoce mi pasado podría juzgarme, verme como un estúpido por seguir amando a la persona que me ha causado tanto dolor. Me ha costado un poco oponerme a esta idea, pero me di cuenta de algo. Terminar una la relación puede parecer rápido y fácil porque las personas pueden fingir que están bien y que el problema ha desaparecido. Sin embargo, cuando abandonan la relación, se quedan con el dolor y la pena sin poder lidiar u olvidar, alargando el proceso de manera indefinida. ¿Por qué? Porque aunque parezca que el dolor viene de la pareja y lo que esta hizo, la realidad es que viene de nuestro interior.

Taehyung quería acercarse, abrazarlo, pero su cuerpo estaba pegado en ese asiento.

— Yo ya no tengo nada que disculparte a ti, Taehyung. Me disculpo a mí mismo por permitirme sentir sin control, por invertir más tiempo del necesario en lo que sea que tú y yo hayamos tenido. Me disculpo conmigo mismo por haber permitido que me afectaras tanto y llegara a tal magnitud. — Musitó tranquilo, regalándole una sonrisa. — Así que no te preocupes, aunque nunca más nos volvamos a ver, a pesar de todo lo malo que el dolor me hizo desear en mi mente, yo deseo que seas feliz. Espero que puedas salir de esto y en el futuro, encontrar a alguien que te importe lo suficiente como para respetarlo y quererlo.

— Jungkook, sé que puede no parecerlo, pero...

— Tae, no me digas que sí me quisiste o que me amaste, porque eso ahora es irrelevante. De verdad, no estoy enfadado. Tal vez debería estarlo, pero no lo estoy, ya pasé por ese proceso. Ahora solo siento dolor, mucho dolor. Pensé que podía imaginar cuánto dolería esto, pero me equivoqué. — Quizá, si alguien lo escuchara le recriminaría por revelar sus sentimientos, pero sentía que era necesario para finalmente cerrar ese vicioso círculo. — A veces, cuando te miro, siento que estoy contemplando una estrella lejana y hermosa. Es deslumbrante, pero la luz es de hace decenas de miles de años. Puede que la estrella ya ni siquiera exista. Sin embargo, a veces esa luz me parece más real que nada. Porque es el recuerdo de los buenos momentos, lo que me alimenta, lo que fue y no volverá. Quiero guardar los restos de esa estrella por alguna luna, recordarlo como un amor lunar que no estaba destinado a vivir en la tierra.

El silencio que embargó el salón fue profundo, parecía que cualquiera de los dos lo rompería en algún momento, como si eso fuese únicamente una pausa que le abriría el paso a muchas palabras no dichas. No obstante, ninguno abrió su boca y permanecieron sumidos en ese pulcro silencio que tambaleó cuando el llanto de Taehyung se hizo evidente.

Jungkook se puso de pie para ir a la habitación y recoger las pocas cosas que le hacían falta o que no quería dejar en ese lugar. Lo guardó todo en la maleta y tras un escueto adiós cuando regresó a la planta baja, se encaminó hacia la puerta.

— Me hiciste feliz, Jungkook. — El pelinegro detuvo sus movimientos justo antes de abrir la puerta, permaneció callado y sin voltearse, escuchando sus palabras. — Yo también quise hacerte feliz.

A pesar de las cortinas que ocultaban su belleza, el sol se ponía, proyectando un cálido resplandor sobre el suelo del salón. Taehyung todavía tenía lágrimas en los ojos, el corazón oprimido por un dolor que él luchó por evitar, uno que no deseó volver a experimentar, pero que de todas formas lo había alcanzado. El hombre en quien su mirada se posaba permanecía en silencio, con la mirada gacha mientras sostenía la puerta.

— Ya sé que lo he dicho muchas veces, pero si de algo sirve, quiero repetirlo... Lo siento, — susurró por fin, con la voz cargada de una emoción opaca y triste. — Sé que te he hecho daño y no merezco tu perdón.

Jungkook negó con la cabeza, incapaz de hablar mientras las lágrimas corrían por su rostro. Contra todos los pronósticos, a ese hombre que una vez vio en su bar, lo había amado con todo su corazón, pero su infidelidad, las mentiras, el juego, todo se había unido para destrozar los bonitos sentimientos que un día sin más comenzó a albergar por él.

— Ojalá pudiera volver atrás en el tiempo, — continuó el peligris, con la voz quebrada. — Ojalá pudiera borrar todos mis errores y empezar de nuevo. Pero sé que no puedo. Todo lo que puedo hacer es pedirte perdón y esperar que algún día encuentres en tu corazón la forma de perdonarme.

Filtrando las palabras para que permanecieran en su cabeza, pero no buscasen la forma de llegar a su corazón y hacerlo titubear, Jungkook respiró hondo. Sabía que no podía continuar con lo que sea que una vez tuvieron, por mucho que lo hubiese querido, por mucho que lo hubiese amado. La confianza se había roto y no veía el camino a seguir. Tenían que sepultar ese amor infame.

— Ya te dije, Tae, ya no tengo nada que disculparte, pero si necesitas oírlo para seguir adelante, te lo diré. Te perdono, — le dijo suavemente, volteándose para mirarle a los ojos. — Aunque sé que este perdón es puramente racional — negó con la cabeza, con la cara llena de lágrimas. — No puedo perdonarte con todo mi corazón porque todavía sigo perdonándome a mí mismo. — Su voz temblorosa logró continuar la frase. — Ahora mismo no. Quizá algún día, pero ahora no. Hasta no sanar internamente, hasta no encontrar paz conmigo mismo y recordarme mi propia valía, el amor a mi persona que dejé escapar auspiciado por estos sentimientos, no puedo decir que te perdono con todo mi corazón, Taehyung.

El mayor sintió que se le hacía un nudo mayor en la garganta al darse cuenta de lo que había perdido. Pese a su renuencia, a no creer que eso que sentía por el pelinegro fuese ese estúpido y maldito sentimiento llamado amor, él había amado a ese pelinegro más de lo que siquiera imaginó, pero sus acciones lo habían destruido todo.

— Lo entiendo, — espetó, su voz apenas audible. — Siempre te tendré en un lugar muy especial. Lo siento por todo y gracias, por darme la oportunidad de experimentar esto, por brindarme tantos momentos felices.

Con el corazón encogido, los dos hombres se despidieron con una última mirada silenciosa. Allí, en esa casa que solía ser testigo de sonrisas y gemidos placenteros, Taehyung permaneció parado, viendo cómo el otro se alejaba, con el corazón roto, al darse cuenta de que había perdido a la única persona que le causaba ese tipo de sentimientos. No el cariño, tranquilidad y protección que siempre recibía de su esposo, no la liberación corporal, la compañía física y el escape mental que el sexo con otros hombres le brindaban.

No, Jungkook realmente le importaba, más que eso, podía decir que a él lo amaba. Porque no había una única cosa que señalar. Jungkook fue placer, fue compañía, diversión y mucho sexo, fue adrenalina, aventura, pero también apoyo, tranquilidad, protección y cariño. Él fue libertad, fue infancia, pero también adultez. Jungkook volvió a enlazar las venas que hacían funcionar a su corazón, puso en trance a su cerebro, fue alegría y fue dicha. Jeon Jungkook fue alma y no lo notó hasta que fue partida, adiós y despedida. Una despedida dolorosa, pero que sabía, era necesaria para que ambos sanaran y siguieran adelante.

¡Hola por aquí! Nuevamente, ha pasado poco más de un mes desde la última actualización. No voy a explicarles todos los motivos por los cuales no pude estar por aquí, pero sí quiero decirles que los extrañé mucho. Espero que la espera no se haya hecho eternna y que hayan podido disfrutar de este capítulo.

Esta vez, quiero darle un agradecimiento a YAYAKOOKTAE por haber sido la beta de este capítulo. Usualmente, no utilizo lectores beta, pero mi escacez de tiempo, todas las historias que debo escribir y, lo que se me dificultan los finales, pues he decidido hacer algunos cambios. Veamos cómo sale todo.

LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro