Como vainilla en el café [YuGyeom x YoungJae]

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El día comienza para YoungJae cuando su alarma suena a las 8:00 a.m, se levantará un tanto perezoso, pero encontrará energía al leer sus pequeñas notas donde ha escrito frases que lo motivan y desde luego, estará completamente motivado para ir al trabajo después del desayuno. Estudió gastronomía y ahora es un chef repostero que tiene un empleo en un hotel con servicio de catering, YoungJae se encarga de hacer las masas y dulces, muy de vez en cuando ayuda a hacer pasteles sólo cuando el chef pastelero está con el tiempo contado, más allá de eso no se entromete en esa área porque lo suyo también es pesado.

Desde luego, sabe preparar buenos platillos, pero por algo decidió irse por la repostería. Bien, quizás su gusto por las cosas dulces haya influido, pero si no fuera bueno haciendo lo que hace entonces no habría tenido sentido. Así que se prepara algo ligero como unos huevos revueltos con pan tostado, pero siempre se detendrá en la cafetería que queda a una esquina del hotel y comprará dos buñuelos o lo que sea que se le antoje ese día junto con una malteada de fresa o un caramel macchiato. Luego llegará hasta su locker, guardará todas sus cosas -que no son muchas- e irá hasta su lugar en la cocina. Tiene un ayudante que llega a la misma hora que él, así que entre los dos comienzan a trabajar con las órdenes del día a menos que alguien haya contratado el servicio de catering, entonces tendrán que hacer demasiados postres.

A la hora del almuerzo irá hasta donde su amigo Jackson -el segundo chef o le sous chef- para compartir el almuerzo que se ha encargado de preparar, harán bromas y hablarán como siempre, como el tipo usualmente está muy ocupado no pasarán más de 40 minutos para que regrese a su puesto, dejando a YoungJae con tiempo de sobra para ir hacia donde el chef pastelero. Probablemente todos piensen que desea ser su aprendiz, lo cual no estaría mal tomando en cuenta que es un grandioso pastelero, pero en realidad va por Jong Suk, el ayudante del pastelero que empezó a gustarle desde el verano pasado.

Ellos hablaban de vez en cuando, pero no fue hasta esa fecha que se acercaron y quizás por su forma de ser o por su bonito rostro, YoungJae comenzó a fantasear con él. Vamos, quién no lo haría, es alto, guapo y divertido, aunque a veces... A veces tiende a ser demasiado malvado e indiferente ante YoungJae, porque él sabe que le gusta y se aprovecha de eso, Jackson y su asistente BamBam se lo han dicho. Malvado porque juega con sus sentimientos, a veces se le insinúa de forma directa, otras veces será sutil y eso no hace más que confundirlo. Ellos se besaron un par de ocasiones tanto dentro como fuera del trabajo, no han llegado más allá de eso, a él le gustaría, pero no da el paso restante porque sabe cómo es Jong Suk en el fondo. Coqueto con todo el mundo, descarado, un tipo que piensa que por ser guapo lo tendrá a su disposición.

No está del todo equivocado, eso es lo que le duele más. No ser nada ante sus ojos, sentirse patético consigo mismo y muy poca cosa. YoungJae sabe que no luce como la clase de persona por la cual la gente se sentirá atraída; usa gafas redondas, ropa que no llama la atención y su estructura corporal no incita al deseo. Ha estado acudiendo al gimnasio tres días a la semana y ya logró bajar unos cuántos kilos, pero parece que no los suficientes porque Jong Suk no lo ve de la misma manera en la que ve a Hwasa o Taemin.

Una vez que su descanso acaba camina de nuevo hasta su puesto y continúa con lo suyo hasta que su turno acabe alrededor de las 6:30 o incluso más tarde si se lleva a cabo un gran evento ese día. Regresará a casa en autobús porque el subterráneo lo sofoca y los taxis son caros. No es que no pueda pagarlos, gana bastante bien, él prefiere ahorrar tanto como pueda para abrir su propio negocio. Mientras eso pase no le molesta tener que ir en transporte público. Cuando por fin llegue a su departamento lo primero que hará será tomar una merecida ducha, cenará algo no tan pesado -algunas veces tendrá antojo de comida chatarra o dulces, pero no importa porque lo bajará cuando vaya al gimnasio. Se cepillará los dientes, terminará la serie que esté viendo en ese momento, perderá tiempo en redes sociales hasta que le de sueño. Su mente le jugará una broma pesada al estar pensado en Jong Suk, así será hasta que duerma por fin.

Y todo seguirá un patrón similar cuando despierte.

.

.

-Buen día, chef. -saluda BamBam. - ¿Qué es lo que trae ahí?

-Tenía muchas ganas de comer cupcakes de zanahoria, así que los compré. Fui hasta el otro lado de la ciudad por ellos.

-¿Al lado de ese restaurante caro donde trabaja su amigo?

-Sí, hasta ahí.

-¡Eso queda muy lejos!- BamBam se apoya contra los lockers y lo mira con detalle. Ya sabe lo que vendrá a continuación. -Hoy vino sin gafas y trajo un atuendo distinto. ¿Irá a algún lado después del trabajo?

-Saldré con unos amigos.

-Me alegro, chef. Ya era hora de que rompiera su rutina.

YoungJae le dice lo mismo a Jackson, se ha enterado cuando el tailandés se les unió en el almuerzo. Si alguno de los dos supiera que irá a un bar con Jong Suk.

Esa noche se siente entusiasmado, es la primera vez que Jong Suk le dice que se ve bien con lo que viste, así que crece una ilusión diminuta en su pecho. Bebieron muy poco, el ambiente no es lo suyo, pero lo soporta por estar con el chico que le gusta. Pronto el sitio se llena, quizás porque es viernes. Jong Suk se ofrece a ir por bebidas hasta la barra así que él espera con paciencia, decide contestar mensajes en lo que regresa, echa un vistazo rápido y responde de los menos relevantes hasta los que más importancia tienen, el último es de JinYoung.

"Dijiste que ibas a compartir los cupcakes con Jackson, hablé con él y no lo mencionó. Así que mentiste. Eran para ese tipejo, ¿cierto?"

"¿De quién hablas?"

"De ese que se aprovecha. Jackson mencionó que no lo soporta".

"De acuerdo, lo admito. Se los regalé. ¿Qué tiene?"

"Lo sabes bien."

"No me des el mismo sermón que BamBam y Jackson, por favor. Estoy pasando un rato agradable."

"¿Una cita?"

"Sí. Una cita por fin."

"Ya era hora. Dime, ¿es guapo?"

"Demasiado."

JinYoung termina por marcarle, así que de pronto ya está preguntándole qué hacer para que la cita no salga mal.

-¿Crees que después vayan a... Ya sabes. ¿Irse en el mismo taxi hacia el depa de alguno y hacer el viejo mete saca?'

YoungJae aguantó las ganas de reírse por la frase de su amigo. Como le gustaba la naranja mecánica usaba muchas referencias y palabras del nadsat que sólo él comprendía porque lo obligó a leer el libro y ver la película. -No lo sé, tal vez. Siendo honesto tengo un poco de vergüenza.

-¿Por qué?- podía imaginarse las cejas fruncidas de su amigo. -Tú también eres guapo, así que vas a tomarte un trago de lo más fuerte que tengan y te divertirás. Esta noche hay coito porque sí.

JinYoung continuó con sus frases divertidas para distraerlo y como venía haciendo desde unos meses atrás, mencionó a uno de sus amigos, ese que siempre preguntaba por una cita con él. "Si las cosas no funcionan con éste siempre puedes salir con mi amigo". Al repostero le dio ganas de ir al baño, por lo tanto, se despidió de él y le prometió mandarle un mensaje al dia siguiente para mantenerlo al tanto. Se puso de pie y difícilmente se abrió paso entre las personas. Cuando dobló por el pasillo divisó a Jong Suk besándose con una mujer esbelta.

"¿Tienes compañía?" preguntó la mujer.

"No, no tengo. ¿Quieres ser mi compañía e ir a otra parte?"

Caminó deprisa hasta el baño e ingresó en un cubículo. Vació su vejiga y salió para lavarse muy bien las manos, como su trabajo implicaba tocar los ingredientes tenía esa maña. Por suerte no había nadie más, se permitió llorar un poco porque nuevamente se sentía como basura, porque en todo el rato que permaneció dentro no recibió un mensaje de él preguntándo dónde estaba o mínimo diciéndole con descaro que se iría con otra persona, y porque además "Tengo mala suerte para el amor". Se lavó los rastros en su rostro y se dijo a sí mismo:

Es suficiente.

Recordó la frase de JinYoung y armándose del valor que carecía salió directo a la barra, pidió un trago de lo más fuerte y se lo tomó de golpe. Recibió atención por eso y no sabe cómo, pero acabó en una competencia de tragos que ganó. Recibió tragos de otras personas que no declinó por más que su lado racional le decía que no, debía aceptarlos tan a la ligera, cuando la cabeza empezó a darle vueltas salió para tomar aire fresco. Pensó que debía irse a casa antes de que el alcohol le pegara con más potencia.

-Hey, ¿estás bien?- un tipo alto se acercó a preguntar.

-Sí, no es nada.

-Te vi adentro. Sí que tienes aguante.

-En realidad no, mañana amaneceré muerto.

El alto le sonrió divertido. -¿Entonces se acabó la fiesta?

-Para mí sí. No sé si la tuya igual.

-Es igual, acabó. -YoungJae se distrajo rápido viendo si no pasaba un taxi vacío, pero ninguno estaba disponible. Volteó a ver al hombre de cabello castaño cuando le escuchó carraspear.

-¿No vas a casa?- preguntó al verle mover uno de sus pies con sutileza.

-No, yo quería ver si aceptas ir por algo.-el hombre alto mencionó medio cabizbajo y con las manos en los bolsillos. -¿No-no tienes hambre?

-Ahora que lo mencionas, sí tengo.

-Entonces... ¿Vamos?

Fue así como acabó por comer banderillas en un puesto callejero con un extraño cerca de la una y media de la mañana. Habló fluidamente con él y como ya tenía algo en el estómago se le quitó el malestar, pero necesitaba algo fuerte si quería estar sobrio por completo. El chico del bar le preguntó si quería un café, no se negó.

-¿Fuiste solo?

-Llegué con alguien pensando que se iba a quedar conmigo y luego nos iríamos juntos, pero lo perdí de vista y se enredó con alguien más. Ese idiota. -de pronto YoungJae se enojó al recordar a Jong Suk. -Ojalá y el pene no le funcione de ahora en adelante.

-¿Llevan saliendo mucho?

-No, eso es lo peor. Sólo jugaba con mis sentimientos.

-Entonces se lo merece.

YoungJae simplemente asintió. Tembló cuando el frío viento le dio en la cara, cerró por completo su chaqueta. -¿Está muy lejos donde vamos?

-No, son dos esquinas más.

-Ya ubico este sitio. No sabía que había una cafetería por aquí.

-Siendo honesto planeaba preparártelo yo mismo. Vamos a mi casa.

-Oh, ya veo.

En su mente sólo pudo escuchar la voz de su conciencia que casualmente se parecía a la de JinYoung. "Si el tipo te quiere destrozar, destrózalo antes de que tenga la oportunidad".

-Me han dicho que preparo buenos cafés.

-Ya veremos si es cierto o si te mintieron.

El chico le sonríe y por un instante YoungJae se tranquiliza, cuando entran a la casa y ve un perro pequeño que es demasiado adorable, así que baja la guardia porque si este guapo hombre fuera un loco asesino difícilmente tendría una mascota, o eso es lo que ha aprendido de los datos que JinYoung le ha dado sobre asesinos. No sabe qué le interesa tanto del tema, debió estudiar criminología o algo parecido en lugar de contaduría.

El lugar es acogedor, decide tomar asiento mientras ve al alto preparar café y acomodar dos tazas. Fue bueno que lo hiciera frente a sus ojos, secretamente se fijó en qué le ponía, pudo dejar atrás la idea de que corría peligro cuando le vio colocar lo mismo a su taza y beber.

-¿Y bien? ¿Te gusta?

YoungJae le dio un sorbo y lo alejó enseguida. -Está cargado.

-Necesitas algo cargado para que se te baje el alcohol.

-Créeme con eso fue suficiente. -YoungJae bebió un poco de agua que el castaño le ofreció, muy amable de su parte, y luego agregó para no hacerlo sentir mal. -Lo siento, no me gusta lo amargo.

-¿Quieres algo dulce? Lo puedo hacer.

-Está bien.

Minutos después le entregó algo distinto y en esta ocasión sus ojos brillaron con entusiasmo.

-¿Te gustó?

-¡Sí, el caramel macchiato es mi favorito! ¿Cómo aprendiste a hacer uno tan bueno?

-Trabajo en una cafetería.

-Oh, entonces tiene sentido.

La verdad es que lo disfrutó bastante, el café y la charla. El hombre no era aburrido, tampoco intenso, podría decirse que era dulce. Visualizó en su mente un letrero en grande que decía "cuidado", él suele tener debilidad por las cosas dulces -pues claro, es repostero-, y la última persona que le dio esa falsa impresión fue ese idiota que trabaja con él. Entonces recordó que tendría que verlo el lunes y todos los días siguientes en el hotel, se sintió cansado de sólo pensar cómo lidiar con él y sus sentimientos.

-¿Qué ocurre? De pronto estás callado.

-Recordé que ese malnacido trabaja conmigo. No sé cómo voy a soportar verle la cara.

-Podrías darle un puñetazo a la hora de salida, estás en tu derecho. Se sentirá avergonzado cuando vaya a trabajar al día siguiente y culpable por lo que hizo. Debe tener nublados los sentidos si no vio lo que se perdía.

En esta ocasión el castaño lo observa diferente, su lado seductor salió a flote y fue como si se tratara de un león hambriento. Sintió escalofríos en su espalda y calor en el cuello y mejillas. Su sangre corrió con rapidez cuando se acercó para estar a su lado.

-No creo que sientas frío ahora. -dijo tocando su mejilla. -Aquí adentro es caliente.

"Oh, vaya que lo es".

-¿Cómo te llamas?- con su pregunta logró distraerlo.

-¿No te he dicho mi nombre? Lo siento, supongo que ahora mis sentidos se nublan por ti. -con lentitud guio sus manos a los bordes de la mesa, encerrando a YoungJae que todavía estaba sentado. En esa posición se percibía tan vulnerable como una verdadera presa, indefenso ante ese fuego en sus ojos bordeados de espesas pestañas. -Soy Kim YuGyeom.

-Soy Choi YoungJae.

"YoungJae".

Ese susurro contra su oreja le hizo estremecer sin poder evitarlo, tuvo que cerrar lo ojos, estaba experimentado muchas emociones al mismo tiempo.

-Podría terminar aquí, pero si quieres lo podemos extender.

-¿Cuánto más?

-Hasta donde me permitas llegar.

Casi terminó como caramelo fundido debido a las caricias del castaño que dejó de ser un extraño, ahora tenía nombre. Su respiración le hacía cosquillas en el cuello y sus labios húmedos encendían su lado salvaje. De pronto quiso que lo besara demandando control, le apretara con las manos cuanta piel tuviera a disposición y lo empujara con fuerza sobre la mesa.

-Hiciste un buen café.

-¿Puedo tomar mi recompensa?

-Sí, hazlo.

.

.

Entre sábanas oscuras despertó desorientado, pero estaba tan cómodo que casi se quedó dormido de nuevo, el sutil movimiento sobre su estómago le hizo abrir los ojos.

"Lo hiciste con un hombre que conociste la misma noche. Qué atrevido y voraz eres, YoungJae."

Estaba pensando si debía disfrutar de la comodidad de la cama y la calidez que el cuerpo de YuGyeom le proporcionaba, pero su teléfono arruinó el momento. Contestó tan rápido como pudo, lo cual no fue tan rápido como hubiera querido ya que primero tuvo que ubicar sus jeans.

"YoungJae, necesito que me cubras hoy. Prometo que te lo voy a compensar. Porfa, porfa, porfa, porfa".

Go Won había llamado, era la chica que trabajaba en los turnos de los fines de semana. No pudo negarse, ella siempre le hechaba la mano cuando estaban faltos de manos en algunas ocasiones por los eventos.

-¿No te quedas a desayunar?- YuGyeom se había despertado apenas puso un pie fuera de la cama.

-Lo siento, tengo que cubrir a una compañera y ya voy tarde.

-¿Quieres que te lleve?

-¿Tienes auto?

-No, pero tengo una moto.

Jamás pensó que viviría para esa experiencia, ir montado en una moto enorme por las calles fue increíble. Después de bañarse con rapidez y tomar una manzana que YuGyeom le ofreció comenzó a rebobinar la noche anterior, en todo el camino estuvo con la cara contra la espalda del castaño. Al parecer se tomó muy en serio eso de destrozarlo, ya que las imágenes vívidas lo indican. ¡Se moría de la vergüenza! El YoungJae seguro desapareció con la salida del sol.

-Gracias por haberme traído. -murmuró tímido, por los recuerdos recientes y por no saber si era debido decir adiós o cambiarlo por un hasta luego. ¿Qué se le dice a un hombre que conociste la noche anterior y con quien compartiste algo más que besos calientes?

-¿A qué hora acabas?

YoungJae parpadeó confundido, pero respondió luego de unos segundos en silencio. -A la una.

-No huyas, vendré para llevarte a almorzar.

Como prometió, YuGyeom fue por él, llegó antes de que acabara el turno, por lo que no habría podido huir aun si hubiera querido. Lo llevó de nuevo a su casa y le prestó ropa. YoungJae se encontraba aturdido por su comportamiento. La persona que le gustaba era indiferente así que las atenciones de este hombre eran demasiado para que su cerebro pudiera procesar.

Estuvieron fuera por horas hasta que al atardecer YuGyeom se ofreció a llevarlo a su casa, sólo que antes debía ir por unas cosas a la suya, iba a aprovechar el viaje para llevárselas a un amigo.

-Siéntete libre de hacer lo que quieras, creo que tardaré un poco.

YoungJae le tomó la palabra y se dirigió a su recámara, lo primero que vio fue que había cambiado la sobrecama y las sábanas, no recuerda con exactitud si eran de color negro o azul, sólo sabe que eran oscuras porque las salpicaduras blancas resaltaban. Una ola de calor subió a su cara tras recordarlo, prefirió observar la ventana con sus cortinas de color gris, que ahora era el mismo color que la cama. Se sentó en el borde, pero como era tan suave decidió echarse por completo. Las sábanas limpias tenían un olor agradable, era uno de esos suavizantes sutiles combinado con el perfume del hombre. Delicioso.

Cerró los ojos disfrutándolo y su intención original no había sido esa, pero acabó durmiendo una siesta de lo más buena que tuvo en mucho tiempo. Fue el mismo YuGyeom quien lo despertó con toques en su mejilla y susurrando su nombre, de nuevo, "YoungJae" se oía espléndido cuando lo decía de esa forma. Suave y sexy al mismo tiempo.

-Mhh... ¿Dormí mucho?

-Sólo veinte minutos. ¿Estás agotado?- YuGyeom le acarició el cabello y YoungJae se hundió más en el cómodo colchón. Una sonrisa se le pintó enseguida, sus manos eran tan suaves.

-Supongo que lo estaba antes, pero ahora no. Esa siesta estuvo de maravilla.

-Apuesto que lo estuvo. -YuGyeom se recostó también y rodeó su cuerpo con los brazos. Dejó reposar su rostro en el pecho contrario y YoungJae sonrió cuando sus besos empezaron a hacerle cosquillas. -¿Sabes? No es tan urgente que lleve las cosas. ¿No te gustaría quedarte un rato más y...

-¿Y?

-¿Y repetir lo de anoche?- los dedos largos de Kim hurgaron el borde de su pantalón hasta que consiguió desabrocharlos. Murmuró un ups, como si no hubiera sido su intensión y su risa coqueta retumbó por todo el cuerpo del repostero, siendo así que dejó de pensar en otra cosa que no fuera en esos dedos habilidosos y sus labios juguetones dejando rastros en su cuello. -A mí me encantaría repetirlo.

-Sí, no es mala idea.

La respiración se tornó desacompasada cuando bajó sus pantalones y ropa interior, todo él se amoldó perfectamente a su mano y al pecho tras su espalda. Cerró los ojos y disfrutó de sus toques calientes sin desespero, ambos saboreaban bien el momento. Antes de que su orgasmo comenzara a formarse, YuGyeom se detuvo.

-Casi lo olvido. -se puso de pie con prisa y cerró la puerta. -Mi hijo está chiquito, podría traumarse si nos ve. -regresó a su lugar en la cama, esta vez acostado boca arriba. -Ahora sí, ven sobre mí. Quiero verte arriba, te ves increíble en esa posición. -le hizo caso, sin siquiera quitarse alguna prenda pasó las piernas a los lados de su cadera y se sentó.

Por un momento dudó, no quería aplastarlo, era consciente de su cuerpo para nada esbelto, sin embargo, la noche anterior no significó un problema para el hombre que apretaba sus muslos con fuerza y soltaba jadeos cortos. Con la lujuria de aquél momento no se preocupó por mostrarse como vino al mundo, ahora, la lujuria está haciendo de las suyas una vez más, por fortuna. A YoungJae no le importa en estos instantes su aspecto, no cuando está sintiendo mucho placer.

-Sí sigues... Harás que termine en mis pantalones.- dijo con voz ofuscada por su propio deleite.

-Me gustaría ver si es posible. -YoungJae se inclinó y besó a YuGyeom, sonrió entre besos cuando lo escuchó soltar gemidos cortos que le sirvieron de incentivo. No tardó mucho para que también se encontrara en la misma situación. -¿Puedo?

YuGyeom ni siquiera pudo responder, sólo asintió envuelto en calor placentero que se formaba en su vientre ante los perfectos movimientos de YoungJae, dejándose a merced del chico. Cuando sintió la pelvis contraria sacudirse y el espléndido cuerpo de Kim tensarse supo que había logrado hacerlo acabar con sus pantalones puestos, él obtuvo su placer tras el fuerte agarre del hombre.

Estuvieron sin moverse unos segundos para recomponerse momentáneamente, porque las posiciones cambiaron enseguida y estando ahora YoungJae boca abajo supo que esto no acabaría en un santiamén. Ahora sí, las prendas volaron.

-Espera. -musitó con pena por cómo de ansioso lo estaba tocando y mordiendo. No negará que le gusta demasiado, pero hay algo que lo inquieta.

-¿Qué pasa? ¿Estoy siendo muy rudo?- la preocupación se hizo evidente en su tono de voz y se lamentó por ello. ¿Por qué es jodidamente encantador?

-No es eso. Yo sólo no quiero manchar tus sábanas de nuevo. -dijo contra la almohada.

El alto soltó una pequeña carcajada y abrazó a YoungJae por la espalda, cuidando no dejarse caer por completo. -No te preocupes. Tengo un par más que están limpias, podemos ensuciar esas también, no me importa. -dejó besos sobre la tinta en su piel y YoungJae sintió su estómago flaquear cuando continuó hablando. -No esperaba que tuvieras tatuajes, eso te hace más sexy de lo que ya eres. Cuando te vi anoche casi me haces perder la cabeza.

YoungJae sonrió, había pensado lo mismo cuando vio que no era el único con tinta en la piel. Esos tatuajes en el pálido cuerpo del alto deberían ser ilegales.

Para cuando el sol se ocultó por completo ellos ya habían salido de la casa de Kim. Tomó las cosas que iba a pasarle a su amigo, pero dejaría a YoungJae en su edificio antes de tomar otra ruta. Cuando YoungJae se bajó y le extendió el casco estaba atestado de preguntas que le surgieron en el trayecto.

¿Y ahora qué?

Quizás se disguste si él le dice hasta nunca, pero por otra parte... YoungJae está confundido. ¿Acaso YuGyeom quiere más o sólo deseaba un rato de juegos?

-La pasamos muy bien. ¿No lo crees?

-Sí. Mucho.- concordó.

-No quiero verme muy intenso ni nada, pero me preguntaba si tú... Tendrías libre el martes.

-Ese día trabajo.

-¿Qué hay del jueves?

-También. Trabajo toda la semana.

-¿Saldrás otra vez el viernes?

-No, no lo creo. Usualmente no voy a esos lugares. Fue algo fuera de mi rutina.

Desvió la mirada hacia otro lado, se estaba sintiendo muy nervioso.

-¿Ocurre algo?- YuGyeom cuestionó tras verle inquieto.

-Me gustó estar contigo, hace mucho que no experimentaba algo así. También me gustaría verte otra vez, pero en estos momentos estoy confundido. La persona que me gustaba es totalmente diferente a tí, de hecho, ninguno de los poco con los que he salido fue como tú. Por eso mi mente no está quieta. Es algo desconocido, por eso no sé qué es lo que debo hacer o decir.

-Entiendo. -YuGyeom suspiró, pero no se mostró indignado como pensó que podría reaccionar, en lugar sonrió calmo. -Te daré espacio, cuanto necesites. -se inclinó, lo sostuvo de la cintura y le dio un beso, pero no en los labios, sino en la mejilla. Quizás sintió decepción por no dar una última probada a esos labios, pero no podía quejarse tanto, el hombre dijo darle espacio y lo hizo desde ya.

La gran aventura de fin de semana de YoungJae terminó, obviamente tenía qué. En los siguientes días estuvo pensando acerca de lo que para él era un verdadero desastre; su vida amorosa. Se sentía decaído cada vez que veía a Jong Suk, esta vez porque recordaba lo patético que fue y por cómo el idiota osó jugar con él, ni siquiera se disculpó ni nada. Un poco triste, pero más enojado que nada, tuvo que cerrar ese capítulo de su vida. Ya no fue tan seguido hasta donde el chef pastelero, pero continuó yendo porque ningún idiota iba a detenerlo, le seguían gustando las enseñanzas del chef. Hablaba sólo lo necesario con Jong Suk, ya no le entusiasmaba pasar sus últimos minutos de descanso inmerso en una conversación que no iba a ninguna parte, no obstante, no encontraba necesario evitarlo, sería más trabajoso para YoungJae.

Sus tres amigos festejaron por el tan esperado día en que pudo abrir los ojos, pero estaban contrariados con su actitud. Había dejado atrás una atracción que lo dañaba y eso estaba bien, pero seguía decaído. Y todo debido a un chico alto con tatuajes.

YoungJae estuvo pensando arduamente si debía permitirse andar con alguien, si debía permitirse sentir atracción por alguien más en tan poco tiempo, si debía dar paso a otras emociones más fuertes. Al final quiso intentarlo, ya estaba más que dispuesto a salir de nuevo con YuGyeom.

Pero este no se volvió a aparecer en los siguientes dos meses. Y a ninguno se le ocurrió pedir el número del otro.

Ese fue el golpe bajo que lo tenía al borde. Había sido tan dulce, tan amable y respetuoso. Le había creído cuando le dio a entender que ansiaba seguir viéndolo. Parece que se equivocó de nuevo. Al final tuvo que contar a sus amigos sobre su aventura, después de todo no dejaban de molestar a cada rato con sus preguntas.

-Ya, ya. Quita esa cara. Perdió su oportunidad, no tienes por qué sentirte tan desinflado por él. -le animó BamBam. -¿Por qué no nos acompaña? Saldremos algunos del trabajo, nada de lugares locos.

-No tengo ganas.

Su rutina volvió a ser la misma tras el fin de su aventura, de la casa al trabajo y viceversa. No estaba interesado en desviarse por un tiempo.

-Será sólo un ratito. Anda, chef.

Le envío un mensaje a JinYoung diciendo que su charla semanal tendría que esperar, pero claro, Park no lo permitió. Dijo que lo vería en cierto lugar cercano al restaurante donde sus compañeros iban a comer. De repente, Jong Suk llegó a donde todos se encontraban. Ya no era incómodo, ahora le daba igual, sin embargo, se estuvo sintiendo inquieto por la mirada de éste, podía sentirla por instantes cuando nadie más se percataba, quitando eso, todo fue tranquilo y tan sólo una hora después ya estaba caminando con BamBam al sitio donde fue citado por Park.

-¿Qué te parece un café mientras esperamos a JinYoung?

-No está mal.

Fue un alivio que estuviera cerca. Quiso voltear los ojos cuando vio que algunos compañeros de trabajo entraban a ordenar cafés para llevar. Y sí, entre ellos el idiota.

-No esperaba encontrarte aquí. -mencionó el tipo, se había separado de los demás y aprovechó que BamBam fue a ordenar para ocupar su lugar en la mesa. -Hey, cuando salimos la última vez no te encontré por ningún lado.

-Bueno, encontré alguien con quien pasarla bien.

Las facciones del tipo cambiaron. Podía ver que estaba molesto. ¿Y aún así tiene el descaro?

-No me lo esperaba de ti. Luces como si no rompieras un plato, aunque eso es lo que atrae sobre ti. ¿Qué te parece si salimos después? Podríamos ir a un lugar con menos gente y menos ruidoso.

-No, tengo planes con amigos.

-¿Qué planes puedes tener que sean más importantes que estar solos tú y yo?

-No es de tu incumbencia.

Lo vio bufar y cruzarse de brazos. YoungJae estuvo a punto de ponerse de pie y dejarlo ahí, pero entonces pasó algo.

-Buenas noches. ¿Quisieran algo para ordenar?

YoungJae se encontró con la mirada de YuGyeom. Sintió temor por encontrar desprecio en ella o que fingiera no conocerlo. A pesar de que no sabía cómo lo iría a tomar, YoungJae estuvo contento de verlo.

-YuGyeom.

-Hey, guapo.

Al instante un sonrisa se le formó. Seguía siendo el mismo chico de la sonrisa brillante y mirada dulce, que en esos instantes lo veía emocionado.

-Será algo dulce, ¿no es así?- YoungJae asintió. -El capuchino de vainilla está bueno, por si quieres probarlo.

-Está bien.

De inmediato bajó la mirada. ¿Por qué ahora estaba actuando de esa forma? ¿Acaso no había deseado verlo todo ese tiempo?

-¿Pedirás algo?- le dijo a Jong Suk, usó un tono contrario a cómo le hablaba a Jae. Bastante seco.

-Nada.

-¡YoungJae!- JinYoung llegó corriendo y se sentó al frente. Miró con una ceja alzada a Jong Suk que estaba en un duelo de miradas con Kim. -Lamento llegar tarde. El tráfico me atrasó. Ya sabes, YuGyeom, lo de siempre.

-Enseguida, JinYoung.

YoungJae lo vio irse detrás de la barra y cuando fue capaz de reaccionar observó a su amigo con los ojos desorbitados.

-¿Lo conoces?

-Claro. Es el amigo del que siempre te hablo, el que te quería presentar.

Oh, Dios. Sospechaba con ímpetu que fue el amigo a quien YuGyeom le entregó aquellas cosas una vez que lo dejó en la entrada de su edificio.

-¿Por qué no deja de mirar por aquí?- preguntó su compañero de trabajo con los brazos cruzados.

-Porque le gusta YoungJae, tarado. Vamos, Jae. Acepta salir con él, sólo una vez. Te prometo que te agradará, lo conozco y sé que podrían congeniar.

-¿Por qué debería salir con él?- cuestionó el ayudante con petulencia. YoungJae tenía muchas ganas de echarlo, pero no quería llamar la atención de todos. Además, si JinYoung se enteraba de quién se trata sería capaz de hacerlo trizas con sus insultos.

-Es carismático, alto, económicamente estable, divertido, tiene una moto y es el más guapo de aquí.

-Como sea.- murmuró Jong Suk poniéndose de pie, no podía soportar que otro fuera más guapo que él. YoungJae suspiró de alivio. -Suerte con tu conquista de aquella noche.

Un silencio se formó con su partida que no duró demasiado. Park comenzó con las preguntas. -¿A qué se refirió con lo último?

No dijo nada, en ese momento YuGyeom llegó con los cafés.

-Aquí tienen. Que lo disfruten.

JinYoung comenzó a reírse una vez que Kim estuvo lo suficiente lejos.

-Qué cursi.

-¿Eh?

-Te puso un corazón en el café.

No podía evitarlo, cada cierto tiempo miraba hacia él y en casi todos los intentos Kim le devolvió sonrisas ladinas. JinYoung se encontraba divertido por la evidente coquetería. BamBam se les unió aludiendo que los del trabajo no lo dejaron escapar antes.

-¿Recuerdan al tipo del que les hablé?

-¿Con el que tuviste tu aventura?- dijo BamBam mordiendo un croissant.

-Sí, ese. Bueno... Fue YuGyeom.

JinYoung casi escupe su bebida, estuvo tosiendo largos segundos, cuando dejó de estar en peligro de ahogarse miró a YoungJae como si hubiera dicho algo digno de la expresión impactada que tenía.

-No puede ser. ¿Por qué no mencionaste antes su nombre?

-No creí que fuera relevante.

-¿Quién es YuGyeom?-BamBam preguntó.

-El barista alto.

-¿Dónde está? No lo veo.

YoungJae deseó desaparecer cuando las repentinas risas y comentarios en voz alta empezaron a llamar la atención de los demás. Sé sintió más expuesto y apenado cuando BamBam hizo una video llamada con Jackson para mostrarle al motivo de sus suspiros. ¿YuGyeom se dio cuenta? Desde luego, no fueron para nada disimulados.

Gracias al cielo dejaron a un lado el tema y se pusieron a chismosear sobre otras cosas que atrajeron su atención, por lo que se vio salvado de seguir enviando miraditas y recibirlas. Antes de partir para sus casas decidieron ordenar cafés para llevar y YoungJae aprovechó para ir a lavarse las manos. Al salir del sanitario encontró al barista recargado contra la pared, a una distancia prudente.

-Hola, Jae.

-Hola.

Vaciló un instante, pero el hombre castaño tomó valor para hablarle. -En todo este tiempo supuse que habías tomado una decisión, pero en vista de las circunstancias, pensé que lo mejor era ser directo contigo y por eso estoy aquí. Además, no quiero continuar con la ilusión de que vas a llamar si ya has decido no salir conmigo.

-¿Llamar? Pero... No me diste tu número. -musitó desorientado.

-Lo hice. Lo coloqué en uno de tus bolsillos.

-Usualmente no coloco nada dentro de mis bolsillos, así que no los reviso cuando los mando a la lavandería.

-Oh, cielos. -YuGyeom se cubrió el rostro, pudo ver un tono rojo en su piel cuando descubrió parte de su cara. -Entonces, todo este tiempo debiste pensar que sólo jugué contigo.

-Sí, fue algo así. Si te consuela, te diré que realmente esperaba que algún día aparecieras. Por cierto, ¿por qué no le mencionaste nada a JinYoung?

-Creí que te iba a incomodar o te enojarías, así que no lo hice.

-Pudiste pedirle mi número.

-Nunca quiso dármelo. Y comprendo, tú tienes que acceder antes, pero nunca aceptabas mis peticiones para salir.

-Bueno, yo... Yo... ¿Lo siento?

-No pasa nada. Esa noche ya lo recompensó. - YuGyeom se acercó, con cuidado acarició un costado de su rostro y... Ah, ¿por qué este hombre es tan dulce y seductor al mismo tiempo? ¿Acaso es real? Se atrevió a decir lo que resguardaba con tanta firmeza. Lo dejó con el pulso desbocado e hizo despertar a las entusiastas mariposas dentro de su pecho. -Realmente me gustas. ¿Considerarías salir una vez más conmigo?

Aceptó sin duda. Cuando él fue hasta sus amigos y YuGyeom detrás de la barra - ambos con expresiones tímidas- JinYoung les envió una mirada cómplice.

-YoungJae. -YuGyeom le llamó antes de darse la vuelta. -Ten, esta vez no lo pierdas. -dicho esto pegó un post it a su café con su número escrito.

No lo hizo, se encargó de guardarlo bastante bien.

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El día comienza para YoungJae a las 8:00 de la mañana. Tomará su teléfono para apagar la alarma y sonreirá tras leer los mensajes del castaño. Aparte de las frases motivadoras pegadas en la pared también se encuentran sus polaroids con YuGyeom, por lo que irá contento al trabajo en aquél lugar que siempre deseó. Ahora es el jefe, tiene tres empleados y BamBam es uno de ellos. Jackson hizo un berrinche cuando dejaron de trabajar en el hotel, así que para no estar solo también renunció y encontró trabajo en el restaurante donde JinYoung también trabaja. Park dice que es molestoso algunas veces, pero el enojo se le quita después de que el chico le llena el estómago con buena comida.

YoungJae estará más que satisfecho de hacer sus propias creaciones, las cuales se venden tan bien desde el primer día que abrió las puertas de su bonita y acogedora repostería. Hará turnos con BamBam hasta las seis, si tienen pedidos especiales tendrán que trabajar horas extra, pero para ellos ya no es tan pesado como solía ser. Se dividen el trabajo de limpiar y cuando sale se encuentra a un hombre alto esperándolo en su moto. JinYoung tuvo razón, congeniaron muy bien, tanto como la vainilla en los cafés que Kim suele prepararle.

Salen de paseo casi todos los fines de semana y llevan a Dalkyum consigo porque es un hijo mimado, siempre procuran cerrar la puerta para que no los vea siendo tan íntimos. Son una pareja azucarada, pero no de esas que provocan náuseas. Tienen la cantidad perfecta en su relación consolidada. A pesar de que comparten tiempo se dan su espacio, por lo que todavía no viven juntos, aunque YoungJae sospecha que YuGyeom está a nada de sacar el tema, se queda a dormir seguido en su departamento. No le molesta, de hecho le encanta.

Irse a dormir entre sus brazos, despertar con YuGyeom entre los suyos porque en algún punto de la noche habrán cambiado de posición. Tener noches de películas y series acompañado, comer comida chatarra sin tanta culpa porque alguien más está comiendo con él, y tiene tanta suerte de que sea ese alguien al que no le importa si sube de peso o vuelve a bajar con el ejercicio, si usa pijamas gran parte del día, si usa gafas redondas o ríe escandalosamente.

Ama su nueva rutina, porque a pesar de que repetirá ciertas cosas todos los días, YuGyeom siempre saldrá con pequeñas sorpresas que harán a YoungJae pensar:

"No tuve mala suerte, sólo no había encontrado al indicado."

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Para Hhoney0307

Por haber esperado.

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