VI Entrevista de aullidos

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Era de mañana en Paititi. Como estaba acostumbrado, Jaguaret se había despertado temprano. Sin embargo, no había entrenado como siempre lo hacía. En su lugar, se encontraba observando Paititi desde una colina, confuso en su interior al respecto de lo que había vivido hasta el momento.

Estaba realmente indeciso si verdaderamente darse una oportunidad con la ciudad, o irse cuando todo acabara, acordándose de cómo había sido su vida en Cusco en recuerdos fugaces tanto buenos como malos. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de Makonde en el lugar al caminar detrás suyo.

-Supuse que estarías aquí-Dijo Makonde.

-Siguió mi olor verdad-Dijo Jaguaret.

-No. Cuando necesitamos pensar, los runapuma nos alejamos voluntariamente a la naturaleza. Aunque, si, seguí tu olor también-Dijo Makonde.

-Descuide, pronto iré a que me entrene-Dijo Jaguaret.

-No vine por eso en realidad-Dijo Makonde preocupado-Sé que algo te sucede.

-No es nada. Cosas mías-Dijo Jaguaret.

-Estás en una lucha interna por permanecer o irte una vez se arregle lo de las criaturas ¿Verdad?-Dijo Makonde.

Dando un suspiro, el joven runapuma finalmente se dio la vuelta para ver a su mayor-Solo estoy pensando un poco. Eso es todo-Expreso para continuar su vista.

-Quizá sea algo de lo que necesite hablar-Dijo Makonde.

Pensándolo, sabiendo que, si tenía algo que expresar, prefirió no hacerlo, al menos por el momento-No.

-Si necesitas hablar, puedes hacerlo conmigo o Pauline. No es bueno guardarse cosas.

-Gracias.

-¿Realmente es hermoso no?-Dijo Makonde también contemplando el horizonte a lado de su alumno.

-Viví años sin imaginar que mi especie pudiera tener un espacio casi exclusivo para ellos-Dijo Jaguaret.

-Los runapuma y casi todas las criaturas de la región valoramos mucho lo que nos da la Pachamama-Dijo Makonde.

-Realmente se nota a simple vista-Dijo Jaguaret-¿Cómo lograron crearla?

-Por medio de mucho esfuerzo y dedicación día y noche continuamente. Te dejare pensando sobre lo que quieres para el futuro. Es bastante normal preguntarse eso, a tu edad también me paso si realmente tenía que dirigir la ciudad o no cuando me escogieron chamán guía. Solo no dejes que te absorba-Dijo Makonde retirándose, dejándolo solo para que continuará despejando su mente.

En su camerino en un canal de televisión ubicado en el oeste de la ciudad, tras un duro día de trabajo, la periodista y reportera Elizabeth Meier, de mirada lobezca acompañada de piel morena clara con cabello negro ondulado, y vestida de falda negra, camisa azul oscuro, tacones y chaqueta ejecutiva roja, terminaba de arreglarse frente a un tocador, adornado de unas curiosas flores que no parecían ninguna conocida a su lado izquierdo, como un folder a su lado derecho. Mientras se retocaba, escuchaba atentamente como los dueños de la tienda que Jaguaret había salvado del asalto daban su testimonio a la prensa en cómo les había salvado la vida. Terminando sus retoques, su joven camarógrafo entro por la puerta.

-Excelente reportaje como siempre jefa. Les encanta a los ejecutivos-Le dijo levantándole el dedo pulgar.

-Perfecto. Gracias por ayudarme nuevamente. Ya puedes irte a casa, no hay más que hacer-Respondió mirándolo en un tono calmado de voz rasposa.

Despidiéndose de la mujer, Elizabeth se observó al espejo, mostrándose como tenía dos colmillos un poco grandes que salían de su boca.

-Es hora de mostrar la existencia la principal amenaza de esta ciudad para mis planes. Y sé perfectamente que me hará el favor sin saberlo-Expreso Elizabeth revisando su folder, habiendo dentro una representación artística del jaguar gigante del Cusco, muy fiel a su apariencia de vigilante.

Esa noche del mismo día, habiéndose posicionado el jaguar y la pishtaco encima de la catedral de la Plaza de Armas del Cusco, Jaguaret sintió sus sentidos alerta cuando escucho que alguien estaba en problemas cerca de allí.

En una calle turística cercana, la gente corría, como una rata de color blanco entre sus pies, tras presenciar un asalto armado a Meier junto a su equipo camarógrafo. Los asaltantes los sometieron en el suelo a punta de pistola. Sabiendo que llegaría la policía pronto por el gran escándalo, extrajeron los equipos de audio y sonido que dejarían en su propia furgoneta de antena rota. Sin saberlo, al estar el líder del asalto amenazando a la reportera con su arma, se dio la vuelta para observar con horror como sus compañeros yacían sumamente lastimados en la calle. Asustado, apunto su arma a todas las direcciones en su nerviosismo, siendo dejado sin aire por Jaguaret en el estómago antes de siquiera ver que o quien lo había atacado.

Con los enemigos neutralizados, asegurándose primero que el perímetro era seguro, Pauline libero dentro de la furgoneta a los rehenes. Asustados sus asistentes por presenciarlos, Elizabeth mantuvo la calma al presenciarlos.

-Guau, era cierto lo que decían, el Jaguar gigante del Cusco-Dijo Elizabeth asombrada al verlos delante suyo.

-Gracias por notarlo-Respondió Jaguaret.

-No es nada-Dijo Pauline.

-No sabía que tenías una compañera-Dijo Elizabeth.

-No es de otra forma-Dijo Jaguaret.

-Agradezco mucho que me salvaran la vida. La verdad, no sé qué me hubieran hecho esos tipos de no ser por ustedes-Dijo Elizabeth posicionado sus manos como si orara.

-Deberías ser menos arriesgada-Dijo Jaguaret.

-Soy Elizabeth Meier, por cierto, una de las mejores periodistas y reporteras de la región-Dijo Elizabeth con mucho orgullo.

-Bien por usted-Dijo Pauline.

-No queremos nada de entrevistas así que adiós-Dijo Jaguaret.

A punto de retirarse, la reportera los detuvo, curiosamente cuando ya estaban un poco lejos-¡Esperen! ¡Puedo hacer por ustedes que una entrevista!

Preguntándose como los alcanzo tan rápido, Jaguaret solo respondió-No me interesa ningún reportaje acerca de mí.

-Y de mí tampoco-Complemento Pauline.

-Puedo hacer mucho para mejorar su imagen-Dijo Elizabeth.

-Igual no me interesa-Dijo Jaguaret.

-Se ciertas cosas de lo que buscan-Dijo Elizabeth.

Escuchar esas palabras no solo detuvo su avance, sino que hizo que enfocaran su atención en ella.

-¿Qué sabe de esas cosas?-Pregunto Pauline.

-Mucho más de lo que ustedes saben. Intente contactar con el jaguar antes, pero nunca me dio la oportunidad de hacerlo.

Guardando silencio, pensaron en lo dicho. Sin embargo, un instinto de desconfianza se despertó en Pauline, al ser realmente muy extraño que una periodista supiera sobre eso cuando los runapuma habían sido mayoría de sus víctimas.

-Les daré mi tarjeta-Elizabeth entregó su tarjeta en una de las manos de Jaguaret-Si me necesita para algo llámenme.

No diciendo una palabra, Jaguaret procedió a guardar la tarjeta en uno de sus bolsillos del pantalón para retirarse del lugar-Lo pensaré-Fue lo último que pronuncio antes de retirarse ambos, dándole una seria mirada la pishtaco a la reportera.

-¿Lo pensarás?-Pregunto Pauline.

-¿Qué tiene?-Dijo Jaguaret.

-No lo sé. No me da confianza esa mujer. Siento que su tipo de rostro ya lo vi antes-Dijo Pauline intrigada pensando en esa mujer, teniendo la sensación interna que realmente había visto su tipo de rostro en alguna parte.

-Eh oído sobre ella al escuchar su voz en las noticias-Dijo Jaguaret.

-Tiene algo que no me gusta-Dijo Pauline.

Entrenando con Makonde en otra sala, esta vez acompañado de Olusegun y Alisha simulando una batalla, Jaguaret no podía evitar pensar en la propuesta que le había hecho Meier. No habiendo obtenido ninguna pista hasta ahora al respecto de las criaturas, se puso a pensar en que quizá la ayuda de una reportera profesional como ella podría ser la solución al problema. En medio de sus pensamientos, su distracción fue captada por su amauta.

-¡Jaguaret!-Grito Makonde.

-¿Qué?-Dijo Jaguaret saliendo de sus pensamientos.

-¿Estás prestando atención a lo que estoy diciendo?-Pregunto Makonde con una ceja levantada.

-Si, claro que si...-Respondió Jaguaret tratando de disimular que prestaba atención.

-Parecía que estabas pensando en otra cosa-Dijo Makonde.

-Solo estoy un poco cansado de no obtener ninguna pista respecto a las bestias-Dijo Jaguaret.

-Es normal sentirse así cuando no se consigue algo, pero uno debe estar concentrado siempre en lo que hace en el momento-Dijo Makonde.

-Lo siento amauta. No volverá a suceder-Dijo Jaguaret.

Cerca, cuidando las plantas de los jardines al ser uno de sus pasatiempos cuando no había problemas en la ciudad, y mucho menos en la superficie, Pauline empezó a preguntarse qué ocurría para que el jaguar este en ese curioso estado, no habiéndolo visto antes de esa manera. Realizando cerca una actividad de remoción de estructuras antiguas del palacio gracias a la magia, la pareja nigeriana-india también veía rara su actitud tan poco concentrada. Pensándolo, Pauline no evitaba relacionar esa actitud con lo último que había sucedido con cierta periodista.

En la noche, sentada en uno de sus sofás dentro de su departamento, Meier escribía algo en su laptop mientras que con otra trituraba las mismas flores de su tocador con dos rocas. Sintiendo el olor del jaguar ya presente, sonrió para su gusto personal, disimulando que la había asustado con su presencia.

-Necesito su ayuda.

Tras explicarle la situación con las criaturas, la reportera inmediatamente conto todo lo que sabía. Expreso que desde hace tiempo atrás las estaba investigando tras los primeros y pocos ataques a delincuentes, y que, para su esperanza, había encontrado al parecer el origen de dichas cosas.

De vuelta en Paititi, Jaguaret fue interrogado por su amauta y compañeros tras su última salida inesperada.

-¿Dónde estabas?-Pregunto Makonde molesto de brazos cruzados.

-Estábamos muy preocupados por ti-Dijo Pauline.

-¿No habrás vuelto a hacer la misma tontería que sucedió con Vidria?-Dijo Olusegun.

-Claro que no. De hecho, tengo noticias al respecto de esas cosas-Dijo Jaguaret.

-¿Qué?-Dijeron los tres confundidos por esas palabras.

Relato todo lo que Meier le había dicho, disparándose más las alarmas de la pishtaco.

-¿¡Qué hiciste que!?-Dijeron Pauline y Makonde.

-Como escucharon. Al fin tenemos una pista sobre la procedencia de esas cosas-Dijo Jaguaret.

-¿Y le das tu confianza, así como así?-Pregunto Makonde.

-Es una extraña. Ni siquiera sabes que intenciones tendrá contigo-Dijo Alisha.

-¿En serio no te parece raro que sepa sobre esas cosas tan minuciosamente?-Pregunto Makonde.

-Esto es en serio Jaguaret. Aléjate de esa tipa-Dijo Olusegun.

-¿No ven que es nuestra última oportunidad de resolver esto?-Dijo Jaguaret.

-¿Y tú no ves que te están tomando el pelo?-Dijo Pauline.

-No seguiré hablando de esto-Jaguaret les dio la espalda, caminando rumbo hacia su habitación, dejándolos pensativos como mirándose uno al otro.

En la tarde del día siguiente, Jaguaret volvió a reunirse con Elizabeth en su departamento. Le explico que esas cosas habían sido creadas gracias a la tecnología de un poderoso chip hecho por una empresa telefónica con colaboración extranjera, tan poderoso que podría hacer funcionar cualquier máquina. Relacionándolo en su mente con la gran máquina que vio junto a Pauline cuando las siguieron hasta el hospital abandonado, no dudo ni un segundo en colaborar para extraer el chip de su empresa.

Una vez en el edificio, esperándolo Elizabeth debajo con su furgoneta, Jaguaret se infiltro al entrar por una rejilla de arriba gracias a su complexión felina, dándole la reportera indicaciones y guía por un micrófono en una de sus orejas. Aunque la tarea se complicó un poco por la gran cantidad de cámaras de seguridad de la sede, pudo extraer el chip para entregarlo en manos de la reportera, diciendo solamente que lo mandaría a analizar con un experto en tecnología de su confianza, y que pronto le daría nuevas noticias.

Por su parte, bajo orden de Makonde, como por naturalmente saber que había algo bastante raro en el asunto, Pauline junto a Olusegun y se infiltraron en la sede del canal donde trabajaba, recorriendo un pasillo en busca de su camerino.

-Algo raro definitivamente pasa con esa reportera-Dijo Olusegun.

-Si. Es raro que justo ahora alguien no relacionado al mundo de lo sobrenatural sepa sobre esas cosas-Respondió Pauline.

-Shh-Indicando Alisha con su dedo-Bajen la voz.

Encontrando finalmente el camerino de Meier, los chicos se asomaron abriendo lentamente la puerta, viéndola arreglarse el pelo.

-Hasta ahora todo parece normal-Dijo Olusegun en voz baja.

-Sigamos prestando atención-Susurro Pauline.

De solo estar cerca, Pauline creyó saber de qué se trataba la reportera en realidad. Fue en un momento inesperado cuando notaron los grandes colmillos de su boca reflejados en el espejo para su impresión, junto a sus garras que uso para acomodarse su poco enredado cabello, aprovechando la oportunidad para sacarle fotos silenciosamente con sus celulares. Notando que había intrusos en el lugar, a gran velocidad abrió la puerta, no encontrando a nadie, volviendo a lo suyo rápidamente.

Ya fuera de la estación en plena calle, repasaron lo visto.

-¿Una lobizona? Con razón me parecía raro todo esto-Dijo Pauline.

-Tengo entendido que es un pariente cercano de los licántropos-Dijo Alisha.

-Son sus descendientes en América en realidad-Dijo Pauline.

-Debemos informarle a Jaguaret-Dijo Olusegun.

De vuelta en Paititi, tras terminar de revisar primero lo visto en la biblioteca, en su hogar, sabiendo que criatura era en realidad Elizabeth Meier, trataban de convencer a Jaguaret que lo estaba engañando al mostrarle las fotos. Pese a eso, el runapuma se negaba a creerles.

-No sigan con eso por favor.

-Es la verdad. La vimos claramente. Ella no es humana-Dijo Pauline.

-Que gran argumento ahora para desacreditar a alguien. Siendo lobizona es entendible porque quiere ayudar-Dijo Jaguaret.

-Te están engañando Jaguaret ¿Por qué no te das cuenta?-Dijo Pauline.

-¡Ustedes son las que no se dan cuenta que nos está ayudando indirectamente, pero lo único que hacen es espiarla y poner en duda sus intenciones con polémicas tontas!-Expreso Jaguaret molesto.

-¿Sabes qué? ¡Haz lo que quieras imbécil!-Dijo Pauline retirándose molesta de la sala de estar, acompañándola pronto Olusegun y Alisha también molestos.

-Mejor-Dijo Jaguaret dirigiéndose molesto a su cuarto, cerrando abruptamente su puerta para apoyarse en ella.

-¿Por qué siempre algunas personas me dicen lo que debo hacer como si no supiera lo que hago?

Pese a su molestia, no podía evitar igualmente sentirse mal por lo ocurrido.

Pasaron unos tres días desde la última vez que se vio con la reportera. No hablándose con sus compañeros, trato de contactarla llamándola varias veces, pero nunca respondía, diciendo que grabara un mensaje de voz o que el teléfono no existía. En un principio pensó que era porque estaba ocupada en sus asuntos, creyendo que pronto le daría nueva información extraída de tal chip. Sin embargo, al cuarto día las sospechas empezaban a asomarse.

Buscando sacarse las dudas, Jaguaret fue a su departamento, encontrándolo casi vacío para su sorpresa. Inspeccionando el lugar, no encontró ni una sola señal de la presencia de la reportera, quedando intrigado como confundido. No fue hasta que, movilizándose para procesar todo lo visto, que observo en las pantallas de televisores a la venta en una tienda de electrodomésticos a los mismos ladrones que neutralizo al conocerla. Estaban actuando en una obra de teatro televisada ambientada en la época colonial en una escena de batalla contra los independentistas.

-Te tomaron el pelo Jaguaret...-Dando un gruñido, furioso se desplazó entre los edificios para buscar a la lobizona que lo había engañado muy descaradamente.

Recorriendo las carreteras manejando su furgoneta, Meier sonreía plácidamente, no sabiendo que Jaguaret y Pauline estaban detrás suyo buscándola.

-Esa desgraciada. Me las pagara cuando la encuentre-Dijo Jaguaret.

-Aún me debes una disculpa, como a Olusegun y Alisha-Dijo Pauline.

-Hablamos de eso luego-Dijo Jaguaret.

Viendo los autos que pasaban, no podía identificar cuál de todos era por haber algunas furgonetas también, complicándosele la tarea por el olor mezclado de varias personas.

Recordando Pauline que dicha furgoneta tenía una antena rota en su tejado, finalmente la localizaron. En su interior, Meier hablaba por celular.

-Sin duda esto nos quitara un enorme peso de encima.

-Funcionara. Saben que nunca eh roto mis promesas-Dijo Elizabeth.

Sin perder tiempo, con pistolas con silenciador, Pauline reventó las llantas del auto, perdiendo rápidamente el control la reportera del vehículo. Abriendo Jaguaret con sus garras el del auto, Meier ataco desenvainando sus garras, agujereando el vehículo al buscar dañarlo. Saltando hacia un callejón, la reportera intento atropellarlos, dando un gran salto sobre un edificio cercano. Estacionándose forzadamente, Elizabeth bajo de la furgoneta.

-De todos modos, sabía que tarde o temprano me descubrirían-Dijo Elizabeth sonriéndoles cínicamente-Aunque son igual de fastidiosos que mis seis hermanos en Paraguay.

-Mejor dinos qué demonios planeas hacer con ese chip, Madam Wolf-Dijo Jaguaret.

-Tienes buen gusto en poner nombres. Porque no vienen y lo averiguan-Dijo ahora Madam Wolf llamándolos provocativamente con un dedo para luchar.

Velozmente, se lanzaron al ataque. Esquivando sus ataques como saltando al otro edificio, chocando sus garras como espadas, Jaguaret ataco con su rugido a lo lejos, mandándola directo a su furgoneta.

-Alguien necesita lecciones de ética periodística-Dijo Pauline apuntándole con sus pistolas.

-Yo tambien hago eso-Dijo Elizabeth.

Abriendo su boca, lanzo un potente rugido, moviendo todos los edificios cercanos, haciendo pensar a sus residentes como transeúntes cercanos que se trataba de un temblor. Evadiéndolo justo a tiempo, dejando una gran marca en la pared detrás, Jaguaret se lanzó hacia ella, que se lo quitó de encima fácilmente, no sin antes asestarle un zarpazo en la boca.

-Nada mal. Aunque es un poco cruel que golpees a una mujer-Dijo Elizabeth fingiendo dolor y lástima al abrazarse a sí misma, amarrándola Pauline con cuerdas desprendidas de bolas.

-No soy políticamente correcto-Dijo Jaguaret.

Sin ningún esfuerzo, Madam Wolf rompió su amarre para sorpresa de sus atacantes. Seguidamente, Jaguaret empezó a sentir un gran dolor de cabeza, hiendo Pauline a socorrerlo. Este era ocasionado por ella usando su propio celular que saco de uno de sus bolsillos.

-¿Duele verdad?-Pregunto Madam Wolf.

-¿¡Qué es eso!?-Pregunto Jaguaret adolorido, tanto que estaba tapándose sus orejas.

-Ondas sónicas. Una de las debilidades de un runapuma-Dijo Pauline.

-¡Con razón desde niño no soporto dolores fuertes!-Dijo Jaguaret.

Viendo su distracción, les asesto una patada en el estómago a cada uno, mandándolos para atrás con el aire bajo. Notando que sus enemigos no se levantarían por ahora, con su rugido voló por los aires la furgoneta, ocasionando una explosión al estrellarse contra el suelo, escapando rápidamente entre el humo por los edificios cercanos, dejándolos entre sus escombros.

Disipando el humo con sus manos, vieron posicionados sobre un edificio a sus compañeros.

-Ya sé que van a decir. Pero por favor, resérvenselo luego-Dijo Jaguaret.

-Estoy de acuerdo-Respondió Pauline.

-Vinimos no solo para saber dónde estaban, sino para decirte que planea nuestra lobizona-Respondió Alisha.

-Y no les gustara, como a toda Paititi...-Dijo Olusegun.

Mientras, en una torre televisiva de gran altura, la reportera alistaba todo su equipo para su futura transmisión, instalando el chip en lo alto, las chicos explicaron que lo que le había mandado a robar sin saberlo era el TZ-9, un super chip hecho como una colaboración entre el Cusco y Japón cuya función principal era desencriptar transmisiones subterráneas, principalmente para usarlo en guerras y/o para localizar terroristas escondidos bajo tierra en países en conflicto armado.

-Un momento. Con ese nivel de tecnología podría fácilmente...-Dijo Jaguaret asustado por lo que suponía podría hacer con esa cosa.

-Localizar Paititi muy fácilmente-Respondió Pauline.

-¡Dejemos de hablar! Hay que detenerla antes que lo haga-Dijo Jaguaret.

-Sospecho que debe estar en un solo sitio-Dijo Alisha.

En la torre del canal de televisión, la lobizona empezó a transmitir por las redes sociales, diciendo que si llegaba a quince mil seguidores rebelaría la locación de un mítico lugar. Sin dudarlo, sus seguidores empezaron a llegar, rápidamente compartiendo la transmisión para su alegría.

Revisando su laptop, rápidamente tlaqueo un rápido movimiento del jaguar y compañía, mandándolos directo al suelo, posicionándose frente a ellos.

-Alguien no pensó que también tengo olfato agudo.

Fulminándola con la mirada al levantarse junto a sus compañeros, Jaguaret se posiciono frente a ella para luchar nuevamente.

-¿Qué tenemos aquí? ¿Un runapuma, una pishtaco, un adze y una raksasi? Sí que es noticia su inusual y rara unión.

-Quiero la revancha, Madam Wolf-Dijo Jaguaret seriamente.

-Perfecto. Iniciemos el round 2-Expreso Madam Wolf llamándolo a pelear con un dedo.

-Con gusto te cerrare el hocico de loba-Dijo Jaguaret.

Alisha y Olusegun desplegaron ataques mágicos desprendidos de sus manos, no causando ningún impacto en la reportera.

-No le paso nada...-Dijo Olusegun perplejo.

-¿En serio creyeron que no tendría protección anti-magia?

-Parece estar cubriéndola un campo anti-magia o un tipo similar-Dijo Alisha.

-Me encargó de ella. Ustedes saquen el chip-Dijo Jaguaret.

Rápidamente se lanzó al ataque, complicándosele mucho a Jaguaret asestarle un golpe por su gran velocidad de movimiento y agilidad en el aire casi a la par, moviéndose como un lobo por el bosque persiguiendo a su presa. Aprovechando la distracción de la lobizona, Pauline le asesto uno de sus cuchillos en la pantalla de su laptop, arruinándola de paso.

-Tontos. Mi celular también transmite-Dijo Madam Wolf a lo lejos, continuando su pelea mano a mano, o garra a garra mejor dicho, con Jaguaret.

Pauline ataco cuerpo a cuerpo, esquivándola sin mucho esfuerzo a la par que luchaba contra Jaguaret. Disparo otra ráfaga contra la punta de la torre, tampoco dando ningún efecto para sorpresa de los involucrados.

-Será difícil quitarle el celular-Dijo Alisha.

-Quitemos el chip. Es la única solución-Pronuncio Pauline-Cúbranme.

-Con gusto-Respondió Olusegun.

-Seré tus ojos-Complemento Alisha.

Subiendo a la torre, los chicos trataban de quitar el chip, complicándoseles por estar cubierto por una especie de energía protectora.

-Yo también se de magia y hechicería-Respondió la lobizona a la distancia, continuando luchando contra el jaguar sin ningún problema, mandándolo hacia la torre tras un fuerte rugido similar al de un lobo, pero un poco más grave, tambaleándola un poco dificultándole el agarre a sus compañeros.

Levantándose un poco adolorido, Jaguaret justo a tiempo esquivo otro rugido suyo. Aunque este impacto en la torre, a toda marcha lo dirigió directo hacia Jaguaret, contraatacando con lo mismo, no dando señal ninguna de ceder alguno al chocar a gran fuerza sus ataques, envolviéndose en una explosión que alcanzo a ambos, moviendo nuevamente la torre para incomodidad del trio.

Sonriendo en victoria, la lobizona se acercó, solo para darse cuenta de que no estaba, siendo demasiado tarde cuando lo sintió detrás, dándole un fuerte golpe que la mando directo al suelo, escurriendo un poco de sangre de su nariz. Una guerra de rugidos se desató desde ese momento mientras se movían por el lugar, compartiendo golpes como mordidas y zarpazos de por medio, como si de una lucha entre un jaguar y un lobo se tratara.

-Que sutil Jaguaret. Eres mejor rival de lo que pensaba.

-Qué pena que no diga lo mismo de ti.

Corrió directamente hacia la torre, revisando brevemente su celular para observar que ya tenía siete mil seguidores, siguiéndola Jaguaret detrás. En la torre, las chicos aun no encontraban forma de sacar el chip, topándose justo con la lobizona intentando morderlos, intercambiando golpes con la hechicera y raksasi con mucha afinidad, tratando Pauline de sacar el chip pese al dolor que le causaba meter sus manos en el campo mágico, dejándoles ciertas heridas en el cuerpo con sus garras. Soltando un rugido con el que mando a volar a los tres hacia el suelo, activando los hechiceros un suelo de energía debajo suyo que lentamente bajo hacia abajo. Jaguaret llego a la cima, intercambiando más golpes y zarpazos, casi haciéndola caer abajo.

Tratando de entender cómo funcionaba el campo mágico del chip, Olusegun y Alisha no tuvieron de otra que hacer un conjuro desactivador al notar que el campo venia de unas flores extrañas al recordar sus conocimientos en magia y hechicería. Escoltándolos Pauline de vuelta a la cima aprovechando su distracción de con Jaguaret. Viendo que no funcionaba el combate cuerpo a cuerpo al estar casi igualados, como observando que estaba a punto de sacar su celular para activar nuevamente sus ondas sonoras, en un arriesgado como rápido movimiento en el aire, sorprendiendo a la lobizona, logro arrebatárselo en el momento exacto que apretaría la aplicación, tumbándola directo al suelo para cogerla seguidamente de su chaqueta.

-No será tu reportaje del año.-Dijo Jaguaret.

-¿Y quién dijo que buscaba eso?-Dijo Madam Wolf.

Sin imaginarlo, se quitó la chaqueta por debajo, dándole un golpe al estómago. Mientras tanto, los seguidores de la reportera seguían llegando, esperando que pronto rebelara lo que prometió, impacientándose con el tiempo.

-Siempre traigo repuestos-Dijo Madam Wolf sacando otro celular con el que activo la misma onda sonora, causando nuevamente dolor en el jaguar, cayendo de la torre apenas sujetándose, acercándose sonriendo al verlo en ese estado.

-Di adiós Jaguaret-Dijo Madam Wolf.

-No. Tú dirás adiós-Dijo Jaguaret a pesar del dolor que sentía en sus oídos.

Rápidamente cogió su pie, jalándola directamente hacia él, cayéndose los tapones de oídos que usaba en sus orejas. Forcejeando en el aire, continuando dándose golpes, zarpazos y mordidas continuas, como rugiéndose mutuamente en sus rostros, Pauline vio que dejo su celular accidentalmente, usándolo en su contra desde allí para dañarla con su propia arma. Dando chillidos de dolor, eso no lo detuvo para seguir la batalla, empezando a superarla, impactaron violentamente contra el suelo, causando un gran desplegué de polvo que cegó la vista. Por su lado, Olusegun y Alisha finalmente consiguieron sacar y destruir el chip de la torre, cortando toda transmisión para colera suya que se levantaba lentamente solo para darse cuenta de que era tarde, su plan había sido detenido. En las redes, todos sus seguidores dejaron de seguirla rápidamente al no cumplir lo prometido, cuando solo le faltaba un seguidor.

-¡No! ¡Estúpidos, lo han estropeado!-Dijo molesta Madam Wolf.

Viendo su estado furioso, intentando subir de prisa a la torre para desquitarse con el trio, en un rápido movimiento, Jaguaret logro amarrarle la cintura con varios cables sueltos producto de la pelea, dándose cuenta muy tarde cuando su inmovilizado y lastimado cuerpo cayo directo al suelo violentamente, rematándola de varios golpes contra la torre, hasta dejarla aparentemente inconsciente.

Reuniéndose en el suelo, vieron como la culpable se había escapado tras romper sus ataduras.

-Será un secreto entre nosotros-Dijo Alisha.

-Estoy de acuerdo-Respondió Jaguaret.

Al otro día en Paititi, Jaguaret nuevamente no se había presentado a seguir su entrenamiento con Makonde, estando recluido en su cuarto sin ganas de hacer nada. Preocupados, como sabiendo que le sucedía, Pauline y amigos fueron para ver cómo estaba. Cerca de la puerta de su cuarto, Pauline la golpeo en busca de respuesta de su compañero.

-Oye, manchas ¿Estás bien?-Pregunto Pauline preocupada.

-Entre-Dijo Jaguaret bastante desanimado recostado en su cama, viéndolo así sus allegados al pasar.

-Hola ¿Cómo estás?-Pregunto Pauline tomando asiento a su lado, acompañándola en pie Olusegun y Alisha.

-Hola Pauline-Respondió Jaguaret sin mirarlos por la vergüenza interna que sentía.

-Oye, sentimos si fuimos un poco rudos en informarte sobre las verdaderas intenciones de Wolf-Dijo Olusegun.

-Tienes también que admitir que eres muy terco-Dijo Alisha.

-No, ustedes hicieron bien, fue todo mi culpa. Casi puse en peligro a toda una ciudad. Tenía tantas ganas de dar por finalizado este caso-Dijo Jaguaret.

-Supo manipularte bien-Dijo Alisha.

-No fue todo tu culpa, caíste en su red solamente-Dijo Olusegun.

-También entiendo que extrañes tu vieja vida en Cusco-Dijo Pauline.

-No fue por eso. Me gusta realmente este sitio. Fue mi sentido de la justicia lo que me cegó-Dijo Jaguaret.

Sin esperarlo, la pishtaco coloco una de sus manos en su hombro. El solo sentir su mano con la suya juntas le hizo ver que, además que no había rencores, lo estaban apoyando para volver a ponerse en pie.

-No eres el único que ha cometido errores graves-Dijo Alisha.

-Mi amor por ella hizo que mi padre me considerará traidor a mi clan vudú-Dijo Olusegun refiriéndose a su relación con la raksasi.

-Lo mismo sucedió conmigo-Dijo Alisha.

-Dudo que eso sea peor de lo que yo hice-Dijo Jaguaret.

-Oye, anímate. Al menos el problema ya se solucionó-Dijo Pauline dándole ánimos.

Pensándolo mejor, Jaguaret entendió que tenían razón. Si bien había tenido parte de culpa, al menos no había pasado a mayores-Es cierto. Es hora de levantarse y seguir adelante.

-Entonces ¿Nos acompañas?-Pregunto Olusegn.

-Con mucho gusto-Dijo Jaguaret sonriéndoles.

Sonriéndole, el jaguar finalmente se puso de pie, sonriendo listo para seguir mejorando en sus habilidades, y como persona, día tras día, acompañando a sus compañeros hacia afuera.

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