VIII El mago misterioso

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La noche oscura ceñía la ciudad como casi siempre. Encontrándose desértica la calle aledaña al gran Museo de Historia de la ciudad, ubicado en pleno centro de la misma. En su interior, los guardias de seguridad hacían su trabajo de vigilar que todo estuviera en orden y sin ningún problema dentro del gran lugar, patrullando con linternas unos mientras que otros se encontraban en la sala de control de seguridad, observando todo lo que aconteciera por cámaras, a la vez que comían para pasar el rato sin aburrirse.

En la sala de momias, permanecía una nueva, y curiosa momia, de aspecto muy bien conservado más que muchas otras descubiertas. En posición fetal, había sido hallada reciente como accidentalmente en Machu Picchu, encontrándose en el lugar para ser expuesta al público al día siguiente. En otra sala también se encontraba una extraña roca de textura suave y color de estela. Su origen era desconocido para los científicos, tanto nacionales como extranjeros, que no habían podido descifrar que era o de que periodo databa. Las otras salas se mantenían igual con lo que contenían según lo que se indicara, sin cambios o actividad.

En la sala de control, ingresando un guardia tras patrullar como parte de su deber, no pudo evitar notar algo raro en sus compañeros tras que no le respondieran el saludo, reinando un silencio inquietante.

-¿Compañeros, se encuentran bien?

Acercándose para ver que sucedía con sus compañeros de trabajo, el guardia vio con sus propios ojos junto a sus también atónitos compañeros ante las cámaras de seguridad, como varios objetos de diversas culturas desaparecían lentamente, como si algo o alguien se los estuviera tragando de la nada.

Tras soltar gritos de pánico, los guardias reaccionaron, alertando a sus compañeros por micrófonos.

-¡Atención, de algún modo están robando objetos del museo en casi todas las salas, seguir al ladrón o ladrones!

-¡Llamaré a la policía!-Apretando los botones de un teléfono cercano.

El resto de los guardias reviso todas las salas del museo de arriba a abajo, no encontrando ni una sola señal que una puerta, ventana o ventilación hubiera sido forzada por alguien o algo, y menos señales que algo o alguien se hubiera infiltrado en el lugar. Del mismo modo, no se encontró a nadie escondido en el museo como algunas veces solía pasar. Revisando las cintas de las cámaras de seguridad los encargados de la vigilancia grabada, repitiendo el horror visto ante sus ojos, no hubo nuevamente indicio que alguien hubiera entrado o salido del lugar.

Siguiendo buscando los demás guardias por todo el museo, presenciaron atentamente en la sala de joyas como una especie de fantasma parecía estar robando joyas incaicas, que solo flotaban ante sus aterrados ojos.

-¡Dios bendito, un fantasma está robando el museo!-Exclamo muy asustado uno de los guardias.

-¡Que tonterías dices!-Dijo ingresando otro guardia acompañado de otro.

-¡Véanlo ustedes mismos!

Los guardias que ingresaron presenciaron el mismo horror al ver como las joyas salían como si fueran trasparentes de sus estantes. Aun así, se llenaron de valor como pudieron, alistando sus pistolas, ingresaron a la sala, no sabiendo que podían esperar ante el inusual hecho. Recorriendo el lugar silenciosamente, los guardias fueron atacados de la nada por lanzones monolíticos de la cultura Chavín que iban como cuchillos, casi impactando en ellos de no ser por agacharse justo a tiempo, clavándose algunos en la pared por el impacto mientras otros cayeron directo al suelo.

Al llegar otros de sus compañeros como refuerzos para socorrerlos, solo encontraron a los guardias testigos temblando completamente aterrados en el suelo.

La mañana siguiente en Paititi, aún en proceso de terminar de dominar como entender su electricidad, a la que Pauline bajo su aprobación llamo bioelectricidad para identificarla más, el jaguar se encontraba con Makonde en otra sala; la Sala del Chamanismo. Meditando con los ojos cerrados como sentado con las manos juntas, estaba aprendiendo una habilidad que ya había visto con anterioridad en su amauta, la de duplicarse a sí mismo. Bajo instrucciones del chamán, esa habilidad fue en cierto modo más fácil hacerla, pero el más difícil en mantenerla.

-Nada mal tus cinco copias Jaguaret. Pero aun debes aprender a mantenerlas el tiempo que quieras-Dijo Makonde observando sus copias, que desaparecieron rápidamente.

Suspirando, Jaguaret abrió los ojos, y dijo-¿Y cómo puedo lograr eso?

-Debes mandarles ordenes por tu mente que es lo que quieren que hagas una vez estén hechas-Dijo Makonde.

-¿Cómo es posible que pueda hacer esto en primer lugar?-Pregunto Jaguaret.

-Al tener mucha relación con la naturaleza, los runapuma tenemos una energía interior que nos ayuda en momentos de necesidad en combate al sanar heridas y regenerar miembros-Respondió Makonde.

-Eso explica por qué sano rápidamente.

-Esa misma energía también nos ayuda en proyectar la ilusión de multiplicarnos indefinidamente, aunque, no se debe abusar de ella por que debilita al cuerpo-Dijo Makonde.

-No me diga que tendré que aprender chamanería-Dijo Jaguaret.

-Claro que no. Desde el principio identifique que eras un guerrero por naturaleza-Dijo Makonde-A menos que, desees aprender.

-Jajaja. No gracias ¿A usted cuanto tiempo le tomo dominar esto?-Pregunto Jaguaret.

-5 años-Dijo Makonde.

-Guau. Bastante tiempo...-Dijo Jaguaret, un poco preocupado por quizá demorar más de lo debido.

-Pero tú eres más joven. Quizá lo logres en menos tiempo-Dijo Makonde.

-Eso espero.

-Por cierto, no habiendo tenido tiempo para pregúntate antes ¿Cómo va la investigación respecto a esas cosas y su origen?

-Mal. No tenemos ni una pista cercana de su origen o rastro siquiera. Hemos revisado todas las construcciones coloniales de la ciudad y no hemos encontrado ni una sola cosa similar a esa gran máquina que las armaba.

-¿Y tu relación con Pauline?

-Estamos en mejores términos.

-Qué bueno escuchar eso. A propósito ¿Por qué le tenías desconfianza en primer lugar?

Aunque sabía la respuesta, prefirió no expresarlo por el momento al no sentirse listo aún para decirlo-Dejemos de hablar de ella y sigamos con el entrenamiento, amauta.

Transcurrido el tiempo de entrenar, los compañeros salieron a explorar Paititi, sobre todo por propuesta de Olusegun y Alisha, sabiendo de la búsqueda infructuosa del dúo.

-Imagino que debe ser pesado su deber-Dijo Olusegn.

-No tienes ni idea como es seguir un caso sin ninguna pista a la vista-Dijo Jaguaret.

-Lo peor es que esas cosas no se han vuelto a presentar para su desdicha-Dijo Alisha.

-Ni sabemos dónde podrían refugiarse. Lo peor es que ni hay rastros que seguir-Dijo Pauline.

-Lo único que sabemos es que alguien las creo, pero no sabemos el por qué o para qué-Dijo Jaguaret.

-Por lo que nos han contado con anterioridad, sospechamos que podrían tratarse de criaturas hechas a base de ingeniería genética-Dijo Olusegun.

-Pero combinada con alquimia, sobre todo por la fusión de diversos miembros de diferentes especies animales-Complemento Alisha.

-¿Alquimia con ingeniería genética? Lo dudo, solo alguien muy chiflado haría eso a mí parecer-Dijo Jaguaret.

-Todo es posible en la vida. Quizá el sospechoso sea una especie de alquimista del que aún no saben nada-Respondió Alisha.

-¿Un alquimista?-Pregunto Pauline-No creo. Hace mucho tiempo ya no hay tantos.

-Bueno, la última vez que alguien le dio vida a un cuerpo armado, fue cierto científico en Alemania-Dijo Olusegun.

-Del que se sabe mucho aquí, por cierto-Respondió Pauline.

-Lo bueno es que la alquimia también se puede invertir-Dijo Alisha.

Pensando Jaguaret en esas palabras, estando cerca de un puesto de periódicos, les llamó la atención un anuncio pegado sobre la presentación de un mago en el teatro que sería esa misma noche. De solo verlo, trajo ciertos recuerdos incomodos en Olusegun y Alisha.

-No puede ser posible...-Dijo Olusegun impactado por reconocer a la figura del anuncio.

-¿Qué rayos hace aquí?-Pregunto Alisha temerosa, como si hubiera visto al mismo diablo delante suyo.

-Chicos ¿Sucede algo?-Pregunto Jaguaret al notar las miradas impactadas de sus compañeros.

-Es él-Pronuncio Olusegun señalando el anuncio.

-¿Quién?-Pregunto Jaguaret.

-El Profesor Máscara...-Dijo Alisha.

-¿Profesor Máscara?-Pregunto Pauline de brazos cruzados.

-Su presencia nunca trae nada bueno a donde va...-Dijo Olusegun.

-Pero ¿Quién es exactamente?-Pregunto Jaguaret.

-Uno de los más viles y embusteros loa vudú que existen-Dijo Olusegun.

-Como de los más malignos también. No por nada es el amauta del engaño-Dijo Alisha.

-Pero ¿Qué hace aquí exactamente?-Dijo Jaguaret.

-No lo sé, y no quiero saberlo-Dijo Olusegun.

-Yo menos. Tuve suficiente de él allá-Dijo Alisha.

-¿De qué están hablando exactamente?-Pregunto Jaguaret.

Sin responder nada más, la pareja se alejó muy asustada. No terminando de entender lo que le ocurría a ambos, el runapuma y la pishtaco sabían que solo había una manera de averiguar quien era ese tal Profesor Máscara; ir al teatro donde se presentaría esa misma noche.

Ya de noche, en el teatro donde daría lugar la presentación, Jaguaret y Pauline esperaban junto al resto del público sentado la presentación del nombrado mago.

-¿Y bien? ¿Dónde está el mago?-Pregunto Jaguaret.

-No creo que nos haya dejado plantados ¿O sí?-Dijo Pauline.

-10 minutos han pasado y no se presenta-Dijo Jaguaret.

-Quizá se le olvidaron sus trucos-Dijo Pauline tratando de romper el serio ambiente que se había creado en la sala.

-Jajaja. O a lo mejor se dio cuenta que la magia no era lo suyo y...-El jaguar fue interrumpido por un fuerte estruendo, presenciando los presentes la aparición de un espeso humo junto a una ronca como tétrica voz de fondo, asustando a una rata blanca con una palomita en la boca que rápidamente huyo a su agujero.

-No teman señores. Sé que mi presentación es inquietante, pero créanme, es parte del show.

El humo se disipo, presentando a una alta figura de piel oscura enmascarada de manera similar a una calavera, no moviendo sus labios, sobresaliendo sus rastas de color negro. Vestía un traje elegante negro con camisa blanca sin corbata, acompañándolo una especie de bastón en forma de calavera de ojos rojos. Tal apariencia impresiono como asusto al público, salvo al jaguar.

-Yo soy el Profesor Máscara, y los impresionare con mis grandes habilidades. No hay truco que no pueda hacer, o que pueda zafarse como pasar desapercibido por mí.

-Otro charlatán barato-Susurro Jaguaret mirando entre ceja y ceja al mago.

El show del Profesor Máscara no solo cumplió con las expectativas de sus espectadores, sino que literalmente los dejo literalmente con la boca abierta con sus grandes dones, incluso hizo que el propio Jaguaret se retractara en privado de lo dicho. El mago vudú dio un gran espectáculo bizarro sacado de la más oscura e inquietante pesadilla al poder desprender su esqueleto de su cuerpo como si nada y hacer que hablara separado de su cuerpo como una versión bizarra de un ventrílocuo y su muñeco, usar sus huesos como malabares al también poder sacarlos de su cuerpo sin dolor a la vista, como sin que se cayera todo su cuerpo por la falta de huesos, siguiendo con sus ojos y órganos internos. Sin mover las manos podía mover sus cartas tarot, como a personas y objetos sin ningún esfuerzo, junto a muchas otras habilidades que superaban la imaginación de los espectadores, como hacer que la gente hablara con seres queridos ya fallecidos. Pese a todo eso, su principal habilidad fue la de ver la fortuna de muchas de las personas que se ofrecieron como voluntarios, concediendo en mayoría de los casos lo que más deseaban. Sin embargo, esto propiamente empezó a asustar un poco a Jaguaret y compañía, retirándose del teatro sin que el resto de público lo notara.

Las grandes habilidades mostradas del mago vudú hicieron mella en la mente del runapuma. Pero lo que realmente lo impacto fue ver como en varias ocasiones del bizarro espectáculo el loa lo miraba de reojo, sea de manera normal como lo haría una persona común, o hasta un ser sobrenatural, con alguien conocido, a pasar a hacerlo de maneras realmente grotescas, como con su cabeza partida en dos, dejando ver su cerebro y demás órganos, junto a observarlo de cabeza al posicionar y enredar su cuerpo de manera contornista. Eso le llevo a preguntarse si quizá habría escuchado sobre él, aunque aún no podría adelantarse o sacar conclusiones apresuradas.

Más tarde en los jardines, Jaguaret seguía tratando de dominar la nueva habilidad de duplicarse como en mantener sus copias, aun complicándosele un poco.

-Admiro realmente el esfuerzo que le pones a todo-Pronuncio Pauline entrando al lugar.

-Créeme que es realmente complicado.

-Oye, disculpa por la pregunta que te hice respecto a tu familia. No era mi intención hacerte sentir mal.

-No te preocupes.

-¿Hay algo que realmente quieras contar?

-Makonde también me hizo esa pregunta.

-Realmente algo te ocurre. Y muy grave que no deja que lo expreses.

Guardando silencio unos segundos, Jaguaret cambio el tema-¿Qué opinas de nuestro nuevo amigo?

-Respecto a él, es raro que se haya presentado justo cuando ocurre esto-Dijo Pauline mostrándole en su celular una noticia sobre el robo en el museo en Cusco, destacando como desaparecieron realmente de la nada.

-Su magia es demasiado fascinante como oscura para pasarla desapercibida.

-¿Notaste como adivino con suma precisión cada deseo de la gente? Fue estremecedor como perturbador-Dijo Pauline.

-Más me impresiono como hacia cosas tan bizarras.

-Según Olusegun, eso solo se consigue con magia sumamente oscura-Dijo Pauline.

-Por cierto ¿Cómo están ambos?

-Un poco mejor, pero aún no quieren hablar sobre lo que saben respecto al loa.

-Honestamente, al principio pensaba que era un simple charlatán, pero habiendo analizado bien sus habilidades, veo que es más que un estafador del montón.

-Investigue un poco en la biblioteca. Realmente es un loa vudú. Un sacerdote de esa religión de Haití y África occidental.

-Yo digo que vallamos a la escena del crimen para ver que nos oculta nuestro mago.

-¿Para buscar pistas que nadie más encontró? Te apoyo Jaguaret-Sonriéndole Pauline, correspondiendo tímidamente su compañero.

Esa misma noche, se infiltraron en el museo, ahora resguardado por la policía dentro y fuera. Sabiendo que la policía lo custodiaría de arriba abajo por el inusual robo, tuvieron sumo cuidado como teniendo que guardar silencio para no meterse en problemas con los nuevos guardias.

Habiendo explorado cada una de las áreas de arriba abajo, fijándose especialmente en detalles pequeños que cualquiera pasaría por alto, ambos no encontraron ninguna prueba incriminatoria que diera al Profesor Máscara como el culpable del robo, estando ambos en la última sala que no habían revisado; la sala de las representaciones realistas de los incas.

-Si no encontramos algo en esta sala la investigación no llevará a nada.

-Sé que no es el momento para confesarlo, pero, me encanta nuestra cultura. Tiene algo fascinante que no sé cómo explicar.

-Es bueno escuchar algo así de alguien que no es humano.

-Lo dice el señor que tampoco lo es.

-Lo fui, o al menos eso creí.

La conversación finalizo estrepitosamente al sentir el jaguar un peligro que no podía localizar.

-Sucede algo verdad...

-No estamos solos...

Dieron un reojo al lugar, no encontrando ninguna señal que le diera la razón. Creyendo que había sido una falsa alarma, sin saberlo, las estatuas que representaban a los incas lentamente abrieron los ojos. Rápidamente empuñaron sus armas complementarias para lanzarse al ataque de los sorprendidos. El jaguar intento despegar su bioelectricidad, no respondiéndole al no haberla dominado del todo aún.

Aunque un poco lentos en su andar, las catorce estatuas supieron darle batalla al dúo pese a sus habilidades superiores, en gran parte debido a su alta resistencia física como fuerza bruta, además de poseer la habilidad de reconstruirse varias veces al volver a moldearse al ser dañados, e incluso volver a pegar partes desprendidas de su cuerpo.

No fue hasta que el runapuma y la pishtaco cambiaron el ritmo de la batalla al desprender todas las partes de las estatuas y el observar como una parte cortada ya no funcionaba si caía en un cuerpo incorrecto, las unieron con otras que no correspondían a sus cuerpos, no pudiendo volverse a ponerse en pie, quedando destruidos en el suelo.

-Nunca imagine que pelearía con los incas-Dijo Pauline.

-Si tu no lo imaginaste, yo menos-Dijo Jaguaret.

-Pero ¿Qué acaba de pasar exactamente?-Pregunto Jaguaret.

-Algo externo les dio vida. Es lo más seguro-Respondió Pauline.

-Oye espera ¿Y eso?-Jaguaret noto un polvo de tono grisáceo oscuro parecido a carbón quemado proveniente de las estatuas, acercándose a su posición con suma curiosidad.

-Parece una especie de ¿Polvo?-Dijo Pauline cogiéndolo en su mano para mirarlo con atención.

Escuchando la voz de los policías, se retiraron rápidamente, no sin antes llevarse una muestra del extraño descubrimiento consigo gracias a Pauline al guardarlo cuidadosamente en una pequeña bolsa de investigación que saco de su cinturón.

Suponiendo que el nigeriano y la india no querrían saber al respecto de su hallazgo por su probable involucración con el loa vudú, llevaron la muestra a la única persona que sabían que los podría ayudar, Makonde.

-Si, realmente es una especie de polvo mágico que no había visto. Lo sé por sus propiedades examinadas-Dijo Makonde examinando el polvo ayudándose de su chamanería al hacerlo levitar delante de los ojos de los presentes.

-Eso quiere decir que el Profesor Máscara si puede ser el responsable del robo-Dijo Jaguaret.

-Que recuerde, no vimos que usara ningún polvo en ninguna de sus habilidades en la presentación-Dijo Pauline.

-O quizá lo puso para distraer a quien quiera que intente investigar el crimen-Dijo Makonde.

-Podría ser del mismo modo ¿De qué tipo es el polvo mágico?-Pregunto Jaguaret.

-Supongo que, si nuestro mago es el culpable, quizá el polvo venga de Haití, pero no estoy seguro, tendré que examinarlo más tiempo y cuidadosamente para llegar a una conclusión.

-Aun así, gracias por su ayuda, amauta-Dijo Pauline.

-Es un placer. Una cosa más, tengan mucho cuidado, los loa vudú, especialmente los malos, saben jugar muy bien con los sentimientos de las personas. Si se lo topan, tengan mucho cuidado con sus emociones-Dijo Makonde.

Se retiraron tomando en cuenta el consejo del chamán líder.

Al otro día, haciendo el Profesor Máscara una inesperada aparición pública en la Plaza principal de Paititi, donde les leyó nuevamente la fortuna a los interesados, como en adivinar y poder conceder lo que más deseaban. Presenciándolo Jaguaret desde casa por la televisión por uno de los canales de la ciudad, no podía evitar la desconfianza en el mago vudú. Aun así, no deseando verlo más, Jaguaret cambió de canal, enterándose que había ocurrido otro robo inusual, esta vez dentro de la propia Paititi en su museo de historia, y curiosamente, de una manera muy similar a la ocurrida en el museo de historia.

Tras avisarle a Pauline, se dirigieron al lugar de los recientes hechos, notando a primera vista que los runapumas que custodiaban el área estaban corriendo despavoridos hacia las salidas, como si algo o alguien los hubiera asustado muchísimo, no notando la presencia de ambos por tal estado.

-¿Pero ¿qué sucede?-Pregunto al aire Jaguaret.

-Nada bueno al parecer-Dijo Pauline.

Avanzando por el lugar, Jaguaret y Pauline en persona pudieron notar como todos los objetos e exhibiciones que representaban momentos de la historia de la ciudad habían desaparecido.

-No quedo ni uno solo-Dijo Pauline.

-Esto tiene que definitivamente ser obra...-Dijo Jaguaret que no termino su oración al ser interrumpido por la persona que menos esperaban allí.

-¿Mía? Ya era hora de que lo dijeras desde que vieron mi show en el teatro-Dijo el Profesor Máscara con voz omnipresente.

Escuchar esa voz salida de la nada provoco que el dúo se pusiera bastante alerta, moviéndose en círculos esperando cualquier tipo de ataque.

-Qué bueno que al fin están donde estoy antes que me retirara. Me preguntaba cuando lo estarían, Jaguaret y Pauline.

-¿Cómo sabes nuestros nombres?-Pregunto Jaguaret.

-Me subestiman mortales.

-¿Sabías que vendríamos?-Pregunto Pauline.

-¡Sal de donde estés y confróntanos!-Exclamo Jaguaret.

La única respuesta que recibieron fueron un montón de cuchillos salidos de arriba en dirección suya como si estuviera lloviendo dentro del lugar, esquivándolos por poco impactando violentamente contra el suelo.

-Sabemos que tú eres el responsable, Profesor Máscara-Dijo Jaguaret.

-No dude en que me descubrirían. Sus especies han sido muy hábiles rastreando e intuyendo.

-¡Sal de una vez y déjate de juegos!-Exclamo Pauline.

-Quisiera jugar un poco más si no les importa.

De la nada, aparecieron seres similares al concepto tradicional de zombie de color grisáceo, abalanzándoseles vorazmente, que en simples movimientos los elimino con rapidez.

-¡Ya basta, preséntate!-Exclamo Jaguaret.

-Pero si eh estado detrás de ustedes todo este tiempo-Escuchando esas palabras, se dieron la vuelta para observar al Profesor Máscara apoyado en su bastón calavera, fumando un gran puro negro, expulsando a su vez humo de su boca pese a no abrirla en ningún momento.

El runapuma y la pishtaco se lanzaron al ataque, solo para resbalarse y estrellarse contra una pared, quedando enredados, habiendo sido una ilusión.

-Nos engañó con el truco más abarato de todos-Dijo Pauline tratando de zafarse de Jaguaret, que hacia lo mismo.

-Pensé que lo sabrían. Ahora se abre el telón-Respondió cínicamente el mago sentado en una silla en pleno aire, moviendo cartas tarot sin mover las manos siquiera mientras tomaba el té tranquilamente con la taza moviéndose hacia su boca.

-Sabíamos que tú estabas detrás de todo esto-Dijo Jaguaret señalándolo con el dedo

-¿Quien más lo estaría?

Molesto por su gran cinismo, gruñendo, Jaguaret intento atacarlo con bioelectricidad, no despegándose de su cuerpo por más que la ocasión lo necesitara.

-Otra vez no-Expreso sin poder creer que su habilidad única le volviera a fallar.

El mago desapareció para aparecer ahora de pie delante suyo, asestándoles una fuerte patada en el pecho que los mando hacia la pared de atrás, dejando grandes marcas en ella.

-¿Pero qué...?-Pregunto Jaguaret al aire atónito como adolorido por lo que acababa de pasar, colocándose en pie.

-¿Qué...rayos?-También Pauline se preguntó adolorida poniéndose en pie.

-Pura fuerza bruta. Mi magia es muy superior a todas las habilidades de fuerza.

Reponiéndose, de un tajo el jaguar creyó haberle cortado la cabeza al mago al verla caer rodando por el suelo. Sin embargo, sintió algo raro, o, mejor dicho, bastante extraño, en sus garras, sintiéndolas más suaves y acolchonadas. Gran su sorpresa fue junto a la de su compañera, pegando un grito al instante al ver que sus manos se habían convertido en acolchonadas, mientras el loa seguía con su cabeza en su lugar riéndose burlescamente. Lo peor era que su falsa cabeza aplaudía con sus dientes como si de un espectáculo digno se tratara.

-Eso sí que es perturbador...-Dijo Pauline impactada realmente con sus ojos amplios.

-Puedo hacer esto todo el día.

-Me toca-Dijo Pauline sacando sus pistolas, disparándole rápidas ráfagas, atravesándolo las balas como si nada. Cuando intento con metralletas, sintió en sus dedos como se convirtieron en goma como si simples juguetes fueran.

-Buena puntería, pero mucha falta de precisión.

-A ver si escapas de esto-Abriendo su boca, Jaguaret lanzo un gran rugido al Profesor Máscara, que solo desaparecía y aparecía en otro lugar cuando estaba a punto de impactarle.

-Guau. Realmente será difícil hacerle un daño-Dijo Pauline sacando conclusiones al ver los poderes de su nuevo enemigo.

-¿Ya se cansaron de hacer estupideces? Soy un mago, no fantasma.

-¡Claro que no máscara!-Dijo Jaguaret junto a Pauline intentando golpearlo nuevamente, solo para que el mago abra un portal que los arrojo directamente de arriba hacia abajo.

-Esto aún no termina-Pronuncio Pauline levantándose un poco adolorida.

-El telón terminara cuando desaparezcan-Dijo el Profesor Máscara, agitando su bastón.

-Te lo creeré cuando suceda-Atacó nuevamente Jaguaret en veloces movimientos, que el Profesor Máscara detuvo en el aire para doblar sus manos hacia abajo para que chocara contra el suelo.

-Fue divertido estar con ustedes, pero tengo más cosas que encontrar para mi colección-Dijo el Profesor Máscara agitando nuevamente su bastón.

No esperándolo, fueron encerrados en lo que parecía ser una especie de coraza salida del suelo. Tratando de moverla físicamente, sin éxito, Jaguaret empezó a golpearla con sus pies, notando que se desquebrajaba un poco, continúo golpeándola, colaborando Pauline para ayudar, finalmente liberándose para sorpresa del mago.

-Tienen ambos realmente una voluntad de hierro, sobre todo tu Jaguaret. Dime ¿Qué deseas más en el mundo?

Aprovechando su baja guardia, Jaguaret cogió de la camisa al Profesor Máscara contra la pared.

-Yo realizo aquí las preguntas genio ¿¡Que rayos buscas con todo lo robado!?

-Que puedo decir. Soy un coleccionista de objetos valiosos.

-¿Y por eso robas cosas valiosas con tu magia? ¿¡Solo para coleccionarlas!?

-Como dije, soy un coleccionista, y estaré dispuesto a hacer lo que sea por obtener lo que quiero-Tras pronunciar eso, el mago desapareció tras una cortina de denso humo negro, no pudiendo sentirlo por ninguna parte, dejándolos confundidos al respecto de sus intenciones. Al menos, las manos de Jaguaret, y armas de Pauline regresaron a la normalidad.

De regreso en Paititi, en la Sala de Reuniones, Makonde finalmente había descubierto que era el polvo encontrado, estando a punto de mostrarles su descubrimiento a sus alumnos.

-Me costó identificar el polvo, pero finalmente sé de qué se trata. Polvo de zombie haitiano-Dijo él mostrando en el aire todo lo que contenía dicho polvo para ser elaborado, siendo el principal ingrediente un cadáver fresco.

-¿Polvo de zombie haitiano?-Preguntaron ambos.

-Mayoría de los magos vudú aun lo usan para transformar a personas en zombies como para revivir a cadáveres para que les sirvan como sirvientes, o mejor dicho, esclavos.

-Pero no vimos eso con el Profesor Máscara, además ni se ha reportado cosas raras en cementerios-Dijo Pauline.

-No solo sirve para traer vida o convertir en esclavo a cualquier especie, también tiene propiedades mágicas que usadas pueden ser fascinantes como mortales. Es peligroso realmente.

-Claro, eso explica lo del teatro como nuestra primera batalla-Dijo Jaguaret.

-Pero no vimos nada de polvo en esas ocasiones-Dijo Pauline.

-Probablemente lo concentre antes de lanzar sus poderes. Pero tengo entendido que siempre queda algún rezago, por más pequeño que sea.

-Eso explica todo-Dijo Pauline.

-Ahora sabemos cómo obtiene sus poderes para detenerlo-Dijo Jaguaret.

-Vayan con cuidado. La magia vudú realmente es peligrosa como engañosa. Si los manipula al máximo, les ganara sin siquiera mover un dedo.

-Lo tendremos en cuenta. Gracias amauta-Agradeció Jaguaret.

Ahora poseyendo más información sobre su reciente enemigo, antes de ir a buscar al mago vudú, primero sabían que debían de tener a Olusegun y Alisha de su lado por la gran ventaja que les daba al combatir magia con magia. Era hora de que les dijeran que había pasado entre ellos y el visitante inusual.

Encontrándolos practicando sus habilidades mágicas en su habitación, Jaguaret y Pauline procedieron a hablar.

-Necesitamos realmente su ayuda-Dijo Jaguaret.

-Por favor no...-Dijo Olusegun esquivando el tema.

-Por favor, chicos, no pueden vivir así toda la vida-Dijo Pauline.

-Realmente no saben con quien se están metiendo-Dijo Alisha.

-¿En serio fue tan terrible lo que les hizo que no pueden ni verlo?-Pregunto Jaguaret.

La pareja solo dio un suspiro-Tiene mucho que ver con mi antigua vida en Nigeria-Dijo Olusegun.

-¿Tu antigua vida?-Pregunto Jaguaret.

-Era del Nanchon más grande e importante de África. Nanchon es el equivalente a un clan o grupo según los adze vudú-Dijo Pauline.

-El rebelo nuestra relación a su padre, Baraki-Dijo Alisha-Como al mío, el rey de los raksasa.

-Tras eso nos acusaron de traición por mezclarnos y nos expulsaron-Dijo Olusegun.

-Lo forzaron a abandonar su clan, y a mí, mi reino-Dijo Alisha cabizbaja de recordar lo sucedido, realmente extrañando su antiguo hogar.

-Ah, era eso. Entiendo. Pero no creo que eso sea razón para que dejen que los intimide, pero ¿Por qué lo hizo?-Dijo Jaguaret.

-Siempre le ha gustado meter las narices donde no le incumbe. Fue muy complicado para nosotros después que nos fuimos de Paititi-Dijo Alisha.

-Ni siquiera me deja ver a mi hermano menor, Baraka-Dijo Olusegun.

-Amigos, ahora sé que es muy personal para ustedes, pero no dejen que eso los altere-Dijo Pauline.

-Esta es su oportunidad no solo para enfrentar el pasado, sino para hacerle pagar por arruinarles la vida. Sé que es difícil para ustedes, pero deben intentarlo-Dijo Jaguaret poniendo sus manos en un hombro de la pareja al ubicarse en el centro en un intento de darles ánimos, uniéndose Pauline sosteniendo sus manos acompañados de su sonrisa.

Pensándolo la pareja, concluyeron que sus amigos como compañeros tenían razón. Ahora era el momento de hacer pagar a ese infeliz de cómo les había arruinado la vida.

Con Olusegun y Alisha convencidos de enfrentar sus temores pasados, los cuatro salieron a buscar al mago en el único sitio donde estaría, su camerino en el teatro.

-Para ser un camerino luce muy vacío-Dijo Jaguaret.

-Con su poder no creo que necesite muchas cosas-Dijo Pauline.

-Siempre ha tenido una extraña fascinación por las culturas míticas de todo el mundo-Dijo Alisha observando con los demás sus diversas estatus de dioses y criaturas griegas, japonesas, chinas, aztecas, mayas, africanas, y de muchas otras culturas conocidas de la tierra, como otras de realidades y mundos desconocidos al no identificar de que país o continente podrían ser.

-Una muy inquietante-Complemento Olusegun-Tengan cuidado. Es muy persuasivo y astuto.

-Y sabe jugar muy bien con las emociones y mentes de las personas-Dijo Alisha.

Explorando, encontraron en una mesa una extraña caja de color negro-Tengan cuidado, no sabemos que puede habernos puesto como sorpresa-Dijo Olusegun-Pauline la abrió cuidadosamente para ver que contenía, saliendo un montón de palomas negras que rápidamente desaparecieron para su susto.

Continuaron recorriendo el resto del teatro, no encontrando nada llamativo hasta que en el escenario vieron al Profesor Máscara de espaldas tocando una melodía clásica en un gran piano. Acercándose silenciosamente, Jaguaret cogió a la figura solo para ver que era un maniquí de un jarjacha vestido con la ropa del mago, dejándolo caer al suelo. Retrocediendo un poco ahora en guardia al saber que su enemigo estaba más cerca de lo que creían, sin verlo venir, un portal surgido del suelo se los tragó, llevándolos a una especie de mundo oscuro de arena y montes grisáceos con la luna como única luz.

-¿Dónde estamos?-Pregunto Pauline levantándose viendo el lugar inusual donde se encontraban ahora.

-Tranquilos. Es una dimensión de bolsillo-Dijo Olusegun.

-¿Dimensión de bolsillo?-Pregunto Jaguaret.

-Es un lugar fuera del tiempo y el espacio creado por magos y hechiceros para diversas funciones-Respondió Olusegun.

-Muy común entre magos y hechiceros de todo tipo, como el sueño de muchos aprendices de magia novatos. Pueden ser infinitas como múltiples-Dijo Alisha.

-¿Pueden usar las suyas?-Pregunto Pauline.

-No. Una vez dentro de una dimensión de bolsillo no se puede activar otra-Dijo Alisha.

-¡Ya estamos cansados de tus tonterías profesor!-Exclamo Jaguaret.

-¿Qué es lo que más deseas Jaguaret?-Pregunto al aire nuevamente.

Esa pregunta nuevamente hecha hizo eco en su cabeza-¿Qué quieres decir con eso?-Pregunto el runapuma intrigado por hacerle de nuevo la inusual pregunta.

-Sé que quieres que estén de vuelta. Hagamos un trato, te cumplo tu deseo, y prometo devolver lo robado y alejarme-Dijo el Profesor Máscara apareciendo tras una cortina de denso humo negro que puso en alerta a sus compañeros, en especial a los que destruyo su vida.

Recordando lo dicho por Makonde, Pauline intervino para evitar que su compañero haga alguna tontería-¡No lo hagas, es claramente una trampa! ¡Recuerda lo que Makonde nos dijo al respecto!

-¡Es verdad! Solo está jugando contigo-Dijo Olusegun.

-Yo puedo hacer que estén de vuelta fácilmente, solo pídemelo y lo cumpliré de un solo chistar. Sé que es lo que más deseas en el mundo desde su muerte-Pronuncio nuevamente el mago vudú.

-¡ignóralo, solo quiere engañarte!-Dijo Alisha.

-Vaya, vaya, al fin veo de nuevo a los amantes inusuales. Jajaja-Dijo el Profesor Máscara en claro signo de burla hacia Olusegun y Alisha-Aún recuerdo las caras de sus padres cuando se enteraron.

-No es un gusto verte de nuevo embustero-Dijo Olusegun.

-Que mal. Para mi si lo es-Dijo el mago-Realmente es triste ver como aún extrañan a sus familias allá en sus tierras lejanas pese a como los trataron. Yo no lo hubiera permitido.

-¡No nos intimidaras más con eso!-Dijo Olusegun.

-¡No lo engañaras con tus tonterías!-Dijo Alisha.

-Eso dices tu. Pero aún no sabemos que quiere él...-Dijo el mago posando su mirada en Jaguaret, que seguía sin responder al encontrarse como paralizado por todo lo que estaba ocurriendo.

Confundida su mente, Jaguaret recordaba lo que su amauta le dijo al respecto, a la vez que escuchaba lo que sus compañeros decían que era una trampa, y aunque había visto realmente los poderes del mago respecto a cumplir deseos, sabía que algo andaba mal tras sus intenciones.

-¡No vas a jugar conmigo como con esas personas!-Exclamo Jaguaret saliendo de su trance involuntario.

-Que mal, tenía muchas ganas de resucitar gente este día-Dijo el Profesor Máscara juntando su cuerpo en su cabeza para flotar en el cielo en una versión gigante de su propia cabeza, atacando con energía salida de sus ojos.

Habiendo evitado el ataque, tentáculos debajo de sus pies los sostuvieron, pasando a atrapar todo su cuerpo, llevándolos directo a la gran boca del mago. Lanzando energía de sus ojos Olusegun y Alisha, se libraron justo a tiempo antes de ser devorados, causándole un atoro a la gran cabeza que la hizo desaparecer.

Desprendiéndose humo, el grupo justo a tiempo vio venir un tren a toda velocidad.

-Realmente es poderoso, pero tiene que tener una debilidad-Dijo Jaguaret.

-No caigan en sus juegos. Eso es lo que quiere-Dijo Alisha.

La raksasi tenía razón al ver como el tren los atravesó simplemente, habiendo sido una simple ilusión para confundirlos.

El Profesor Máscara con los brazos cruzados apareció delante-A ver si logran conseguirlo-Dijo apareciendo unas figuras semejantes a guerreros de diversas artes marciales del mundo. Pese a la dificultad que en cierta manera le dieron al grupo por sus movimientos tan fluidos, sus golpes asestados lograron destruirlos con facilidad.

Viendo que no sería fácil someterlos como pensó inicialmente, el mago desplego un gran campo de energía que los encerró con un dullahan irlandés, un zorro de nueve colas, un gran dragón chino y un Gashadokuro japonés.

-Créanme. Mis criaturas tienen mucha hambre-Dijo el mago con los brazos cruzados desde fuera del círculo de energía.

-Tranquilos amigos. Parecerán fuertes, pero de un ataque o dos pueden ser eliminados-Dijo Olusegun.

-Nos encargamos del dragón y el esqueleto gigante, ustedes encárguense del jinete sin cabeza y el zorro-Dijo Olusegun a lado de Alisha.

-Confiamos en ustedes-Dijo Jaguaret, asentando Pauline con la cabeza.

Frente a frente al dragón, lanzándose rápidamente al ataque, de un solo ataque mágico, Olusegun y Alisha lo deshicieron. Por su lado, Jaguaret y Pauline casi fueron alcanzados por la espada del dullahan, eliminándolo tras cortarlo en dos usando sus garras y cuchillos. Armándose el Gashadokuro, atacando con sus grandes garras esqueléticas, Alisha supo colgarse de su brazo derecho para patear su calavera, seguidamente arrancándole Olusegun los brazos, pegando un grito de dolor para desaparecer luego. Finalmente, el runapuma y la pishtaco eliminaron al zorro de nueve colas al cortárselas de un solo salto, desapareciendo finalmente el oscuro campo de fuerza.

-Saben, estaba pensando abrir un parque de diversiones en base a esto. Sin duda tendría bastante clientela-Dijo el Profesor Máscara no inmutado por lo ocurrido.

-Te lo canceláremos antes que pase a desarrollarse-Dijo Jaguaret.

Aparecieron más Profesor Máscara por todo el lugar, cayendo varios del explotando al contacto. Aunque trataron de llevar la pelea al aire, los diversos magos los cogieron de las piernas para hacerlos caer al suelo. Sin más opción, lucharon contra los Profesor Máscara en el desértico lugar. Aunque no era difícil destruirlos, su gran cantidad y número exagerado complicaron las cosas, obligándolos a ocultarse en una especie de cueva subterránea hecha de rocas, no sin antes notar Jaguaret un oscuro lugar al que todavía no habían ido.

-Amigos, esto no funcionara con sus grandes poderes-Dijo Pauline.

-Tenemos que bloquear o contrarrestar de algún modo sus hechizos para quitarle su polvo. Seguro lo debe estar guardando en la parte oscura de este loco sitio-Dijo Jaguaret.

-¿Polvo?-Pregunto Alisha.

-¿Cuál polvo?-Pregunto Olusegun.

-Le llevamos a Makonde una muestra del polvo que usa para conjurar todo esto-Dijo Pauline.

-¿Hablan de polvo de zombie haitiano? Mi padre lo prohibió por lo peligroso que era-Dijo Olusegun.

-Ese mismo-Respondió Jaguaret.

-Tengo una idea. Usemos tu capacidad de dividirte-Dijo Pauline.

-No estoy seguro, no eh tenido tiempo para perfeccionarla con todo esto.

-Sé que puedes hacerlo. Y debes hacerlo. Nuestras vidas están en riesgo.

-No lo creo. Aún no sé cómo mantenerlas más de unos segundos.

-Quizá funcione lo de pensar en que quieres que hagan tus copias antes de hacerlas-Dijo Alisha-Funcionan en mi caso.

-¿Pueden hacer eso?-Pregunto Jaguaret.

-Claro. Por algo somos magos. Pero él sabe eso, pero de ti, no se lo esperaría-Dijo Olusegun.

Nunca habiendo pensado antes eso, decidió acatar el plan. Mientras tanto, el Profesor Máscara había vuelto a ser uno solo para continuar buscándolos por el extraño lugar.

-Por favor, salgan ya. No hay lugar en mi dimensión de bolsillo donde puedan ocultarse para siempre. La conozco de arriba abajo como unos naipes.

-Está bien-Respondió Jaguaret saliendo del escondite con las manos arriba-Nos descubriste. Ya nos tienes. Y tienes razón, no tenemos a donde ir.

-¿Aún quieres que te cumpla lo que más deseas?

-No. Prefiero morir en ese caso.

-Si insistes-Dijo el mago lanzándole un ataque directo que lo vaporizo sin dejar rastro-Que mal, pensé que darías más batalla.

-Esto aún no termina-El mago volteo para ver a Jaguaret nuevamente delante suyo, quedando un poco sorprendido de verlo nuevamente al creer que lo había aniquilado-¿¡Pero que rayos!?

-No eres el único capaz de generar ilusiones-Dijo Olusegun acompañado de Alisha junto a sus respectivas copias múltiples, además de las propias de Jaguaret.

El mago volvió a atacar, complicándosele mucho por todos los Jaguaret, Olusegun y Alisha que había en el lugar, principalmente por la manera conjunta en que lo atacaban.

-Vamos, no sé cuánto tiempo pueda mantenerlas aún, y no creo que lo distraiga mucho-Dijo Jaguaret movilizándose junto a Pauline rumbo a la caja con la plena distracción.

Por más que el Profesor Máscara atacara y eliminara a las copias, salían muchas más a complicarle la tarea pese a también generar copias para intentar igualar la situación, desatándose una batalla de cuerpo a cuerpo como con ataques de magia variados donde copias se eliminaban unas a otras.

-Admito que ambos se han vuelto más poderosos desde la última vez. Se ve que el exilio les hizo mucho bien a ambos, y así se atreven a odiarme aún-Dijo el Profesor Máscara con falsas lágrimas cayendo de uno de los rostros de una de sus copias antes de ser eliminada por Olusegun.

-Antes tus fanfarronerías nos aterraban, pero ahora tenemos valor para hacerte frente cuando quieras-Dijo Alisha por una de sus copias mientras destruía varias del mago vudú.

-Ya no nos ocultaremos ni escaparemos en donde estés-Complemento Olusegun también por una de sus copias, destruyendo varias del profesor a su paso.

-Es un verdadero gusto escuchar eso realmente. Ahora continuemos nuestra pelea-Expreso el Profesor Máscara por medio de todas sus copias, saliendo más para lanzarse al ataque como un gran enjambre de avispas negras enojadas.

Por su parte, Jaguaret y Pauline se encontraban cerca de la caja tras haber atravesado diversas cuchillas que salían del suelo en su camino hacia la ubicación, la cual estaba protegida por una especie de campo de fuerza.

-Estoy empezando a odiar los campos de fuerza-Dijo Jaguaret.

Saliendo energía disparada, el dúo la esquivo, cogiendo Jaguaret una gran roca estrellándola contra el campo, notando como empezaba a desquebrajarse.

-Eso me da una idea-Dijo Jaguaret.

-Te sigo hasta el final manchas-Dijo Pauline.

Cuidándose de los ataques, sabiendo que el rugido del jaguar lo alertaría, lanzaron rocas al campo hasta romperlo, dejando descubierta la caja. Se apresuraron para abrirla de no ser porque el Profesor Máscara los alejo de un ataque al aparecer delante de ambos, quedando Jaguaret herido, atendiéndolo Pauline, llegando Olusegun y Alisha a la escena.

-¿En serio pensaron que dejaría mi principal fuente descubierta? Y no crean que por que recién me entero de que los runapuma también pueden hacer eso caí en su juego. Debieron esforzarse más.

-No. Solo quería fastidiarte-Dijo Jaguaret.

Desapareciendo el Jaguaret que atendía, Pauline vio a lo lejos que el verdadero ya tenía la caja entre sus manos, finalmente abriéndola para soltar todo el polvo en el aire ante el grito desesperado del mago vudú, cayendo al suelo sumamente debilitado, o, eso hacía creer.

-Se acabó Profesor Máscara-Dijo Jaguaret acercándose a él acompañado de los demás.

-Te encerraré donde te mereces-Dijo Olusegun cargando un ataque.

-Ya no engañaras a más personas-Dijo Alisha haciendo lo mismo.

Lanzaron el ataque para encerrarlo en una dimensión de bolsillo tipo carcelaria como se reflejaba por un portal hecho por ambos. Sin embargo, pese a que el mago vudú estaba fuera de combate de rodillas en el suelo, un campo de fuerza a su alrededor que no notaron desvió su ataque con el que se pretendía arrastrarlo hacia allá. Solo se puso de pie como si nada hubiera pasado para su sorpresa, sacudiendo el polvo de su traje antes de pronunciar unas palabras-No importa, de todos modos, todos esos objetos no eran lo que quería en mi búsqueda por un objeto realmente poderoso para conquistar regiones. Además, vine también por una cosa en específico-Dijo el mago.

Desconcertados por esas palabras, Jaguaret pregunto-¿Qué cosa?

-Ustedes son los buscadores de la verdad. Averígüenlo-Con un simple movimiento de dedos, el mago desapareció de su vista antes que Jaguaret y Pauline lograron atinarle un golpe. Todo volvió todo a la normalidad en el teatro, a excepción de uno de los zapatos del Profesor Máscara que prefirió dejar en el lugar. Revisándolo, Olusegun se dio cuenta de un muy extraño líquido verde en su planta. De solo verlo, Jaguaret y Pauline lo reconocieron como uno muy similar al que habían visto que daba vida a las criaturas. Los hechos les hicieron preguntarse si realmente ese polvo era la fuente del poder del mago, o si les había visto la cara sin saberlo, como a que se refería con un objeto poderoso.

Más tarde, en el palacio, un boletín informativo de la superficie dio la noticia de la inesperada devolución de todo lo robado, apareciendo nuevamente como por arte de magia para sorpresa de las autoridades, periodistas y demás involucrados que seguían de cerca el caso. Habiendo realizado unos pequeños análisis al extraño liquido verde en su habitación, el adze y la raksasi no sabían exactamente de qué compuesto podría tratarse, pidiéndole a Makonde un poco más de tiempo para llegar a una conclusión más acertada. El rostro que el chamán líder puso cuando vio el líquido llamo bastante la atención de Jaguaret, siendo la primera vez que lo veía impresionado de tal manera.

Pese a la buena noticia que la pishtaco y el jaguar veían, algo aun rondaba por la mente del segundo.

-Esa aventura sí que fue toda una locura literal. Esperemos que el Profesor Máscara no fastidie una temporada ¿Verdad Jaguaret?-Dijo Pauline, notando como había estado muy callado, ni siquiera haciendo algún comentario sarcástico como solía hacer.

No respondió nada, continuando su camino para incertidumbre de su compañera.

-¿Te pasa algo?

-No. Acompáñame, quiero decirte algo.

Sin saber a qué se refería, Pauline lo acompaño hasta su habitación, abriendo la puerta, observándolo de pie dando la espalda.

-¿Qué querías decirme?

Jaguaret tomo asiento en su cama, tomando aire para expresar lo que quería desde hace tiempo-Recuerdas tu pregunta sobre si tuve familia...especialmente por lo sucedido ahora...

-Sí, pero que tiene que...

-Mucho que ver. La verdad, si tuve familia, pero me la arrebataron...

Reino el silencio, incomodándose mucho la situación. Sabiendo ahora más sobre el pasado de su compañero, la pishtaco tomo valor para preguntarle-¿Qué pasó exactamente?

-¿¡Te quieres burlar de mi verdad!?-Impento Jaguaret agresivamente hacia ella.

-¡No quiero burlarme de ti, solo quiero entender que es lo que te pasa!-Dijo Pauline.

Tras unos nuevos segundos de silencio, cabizbajo el jaguar, lentamente levanto su cabeza para expresar lo que había estado guardando mucho tiempo-¡Fueron asesinados por tu especie!-Expreso agresivamente mostrando su verdadero rostro de runapuma señalándola con el dedo.

-¿¡Qué!?-Expreso ella realmente sorprendida por esas palabras inesperadas.

-Como escuchaste, ahora solo quiero olvidarlo-Dijo Jaguaret dándole la espalda.

Sucediendo un nuevo silencio incómodo, ahora sabiendo por que el runapuma le había guardado cierta distancia, solo procedió a preguntar-¿Cómo ocurrió?

-Viví con mis padres como si fuéramos humanos como cualquier otro, hasta que ese suceso pasó. Lo peor es que ni siquiera sé que o quienes lo hicieron, fuera de que fueron pishtacos, por ver sus cuerpos seco en el suelo...-Expreso Jaguaret intentando no recordar el suceso que lo marco de por vida.

Escuchando esas palabras, Pauline pudo al fin comprender el por qué había tenido en un principio esa actitud con ella-¿Cómo eran ellos?

-Mis padres eran los mejores del mundo. Siempre me escuchaban y atendían así estuvieran muy ocupados-Dijo sacando de uno de sus bolsillos de chaqueta una arrugada foto de ellos con él de bebe como humanos, de raza negra ambos, entregándosela a Pauline. La pishtaco no pudo evitar conmoverse por la ternura que le causo la imagen, sobretodo el ver a su compañero de bebe-La última vez que los vi con vida fue después de una pelea que tuvimos. Me rebelaron lo que éramos en realidad. Salí a la calle a calmarme para procesarlo-Lágrimas ya empezaban a salir de su rostro, notándolo la pishtaco pese al intento del runapuma por ocultarlo-Cuando regrese, además de estar quemado mi hogar, vi sus cuerpos como ya dije...

Recordando lo sucedido en su mente, chasqueo un poco su cabeza para tratar de olvidar esas imágenes tan crudas que lo incomodaban tanto, no evitando derramar más lágrimas por no haber podido hacer nada para evitarlo.

Comprendiendo su dolor, Pauline siguió escuchando lo que narraba Jaguaret.

-Debí quedarme para intentar hacer algo. Su muerte fue mi culpa-Dijo él poniendo sus manos en sus rostro s para tratar de disimular su llanto.

Sin esperarlo, la mujer puso su mano en su hombro como gesto de apoyo al haber tomado asiento a su lado-No fue tu culpa lo que paso con tus padres. Eso hubiera pasado tarde o temprano. Eras solo un cachorro. Seguro también te hubieran asesinado de haber estado allí-Dijo Pauline.

Jaguaret no respondió, guardando silencio unos segundos, hasta que tomó nuevamente la palabra-Créeme que antes de aceptar mi nombre runapuma hice muchas cosas de las que no estoy orgulloso. Por eso mismo es porque entreno tanto y lucho contra todo lo maligno que aterre mi tierra. No quiero que nadie más pasé por lo que yo pasé. Tras eso me dedique a buscar a los malditos que lo hicieron, pero desistí cuando vi que no daba resultados-Dijo Jaguaret ya no ocultando sus lágrimas de su rostro.

-No te preocupes, comprendo todo. La verdad, y siendo honesta, tampoco lo eh tenido fácil-Dijo Pauline.

-¿De verdad?-Pregunto Jaguaret un poco más tranquilo tras expresar lo que sentía.

-Si. En realidad, no nací aquí-Dijo Pauline.

-¿¡No naciste aquí!?-Pregunto sorprendido Jaguaret.

-No. Nací afuera. Vine aquí producto de lo que ocurre en mi país-Dijo Pauline.

-No me digas que también a ustedes los ha afectado-Dijo Jaguaret.

-Aunque no lo creas. Si. Eh residido dos años ya. No sabes todas las malas miradas que pase, y más siendo una pishtaco que no es como lo acostumbrado-Dijo Pauline.

Sin haberse imaginado antes que la vida de su compañera fue difícil como la suya, quizá no al mismo nivel, pero sí que había pasado malas cosas, Jaguaret dijo-Oh, nunca lo sospeche de ti honestamente en ningún sentido. Somos iguales en muchas cosas, incluyendo parte de nuestra vida.

-Te pido una disculpa por lo que los pishtacos le hicieron a tu familia. No tuvieron por qué hacerlo.

-No, eso no fue tu culpa. Tu no controlas eso como me dijiste tiempo atrás. La verdad, no solo vine a Paititi por lo que ocurre. Ya había escuchado de ella antes por mis padres en historias que me contaban antes que me rebelaran que era en realidad. Sus últimas palabras fueron eso, busca a Paititi, pero nunca supe cómo encontrarla por más que buscara. Siempre tuve deseo de verla por mí mismo. De hecho, una de las razones por las que me quede, es porque tú me recuerdas mucho a mi madre pese al odio inicial que te tenía, pero eh visto que no eres igual a ellos, como cualquier gente de cualquier raza en el mundo.

Sonriéndole por el comentario, se miraron fijamente a los ojos unos segundos, dándose un abrazo mutuo sincero.

-Gracias por abrirte conmigo Jaguaret-Dijo Pauline.

-Lo mismo digo, Pauline-Dijo Jaguaret.

-Déjalos ir Jaguaret. No les gustaría verte así-Dijo Pauline.

Sin más, el imponente Jaguaret para el Cusco, se soltó a llorar como un niño pequeño al recordar a su amada esposa perdida, consolándolo Pauline como una madre a un niño pequeño al volver a abrazarlo.

-Estarían orgullosos de ti por todo lo que has logrado hasta ahora.

-Aún los extraño mucho...

-Lo entiendo. Tranquilo.

Terminando de llorar luego de un rato, recupero la compostura, realmente sintiéndose como alguien nuevo tras dejar ir finalmente lo que tanto lo había atormentado como dado fuerza todos esos años, no pensando en que lo cobijaría la misma especie que le quito a los seres que más amaba-Quiero empezar de nuevo contigo. Me porte muy mal realmente cuando nos conocimos.

-Me parece bien. No tengo rencores-Dijo Pauline sonriéndole, notando por primera vez que su manera de sonreír era realmente hermosa.

-¿Amigos?-Dijo Jaguaret ofreciéndole la mano.

-¡Amigos!-Dijo ella correspondiendo su mano con su alegría de siempre.

Su apretón de manos acompañado de sinceras sonrisas simbolizo el inicio de su nueva amistad que ahora realmente empezaría a construirse.

-Oye, Paititi tiene muy buenos psicólogos. Si quieres puedo llevarte.

-Por supuesto. Gracias Pauline.

En su guarida, la figura misteriosa, estirando sus manos como si no tuvieran fin o límite, revisaba su maligna construcción que seguían ensamblando sus creaciones. Encendida, pese a su construcción intermedia, coloco en compartimientos tres piedras iluminadas de diversos colores inusuales como fuera de la imaginación de un simple humano. Una vez que coloco la última, noto para su asombro como una parecía chuparle una pequeña parte de su energía.

-Interesante efecto secundario-Expresoponiendo sus dedos derechos en su boca en señal de pensar-Debo ser máscuidadoso-Dijo alejándose un poco de la piedra, dejando a cargo que suscriaturas las acomodarán como debían.

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