X Doble recompensa

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Observando atentamente por una de sus pantallas como sus enemigos se movilizaban conjuntamente en una noche de patrulla, el ente creador de las criaturas sin apartar la vista pensaba en como ambos se habían hecho más fuertes conforme paso el tiempo desde la última vez que desplego a sus criaturas, fijándose más que nada en el primero, tomando notas una de sus criaturas con un lapicero y hojas.

-Sin duda se han vuelto mucho más fuertes que antes. Es hora de hacer el trabajo sucio ¿No creen mis niños?

Las criaturas solo respondieron con un rugido tenue.

-Qué bueno que conozco a la indicada para la tarea.

En Río de Janeiro, una de las ciudades más grandes como importantes de Brasil, en unas favelas, unos traficantes de droga se encontraban en una fiesta con mujeres y alcohol en todos lados, siendo observados a lo lejos por medio de binoculares por una mujer de pelo negro, ojos verdes, tez canela y vestida de bibidi blanco y jean gris viejo con zapatillas desgastadas de color café, como equipada con un cinturón de herramientas de combate, comunicándose por medio de su celular con un contacto.

-¿Estás segura de hacer esto?

-No es algo que este fuera de mi alcance.

-No lo sé De Mon. Ese traficante es bastante peligroso ¿No has oído lo que les hace a las mujeres que secuestra?

-No, pero tampoco me interesa.

-Atrozia por favor. Mátalo a distancia. No arriesgues tu vida por tu orgullo familiar.

-Los De Mon siempre combatimos de frente, no nos ocultamos a jugar el escondite como niños-Le dijo rompiendo con facilidad el rifle de francotirador que tenía a un lado-Tenme listo el dinero cuando nos veamos-Colgó, moviendo un poco los hombros antes de salir a la acción al disparar un lanzacabos hacia una columna del lugar, deslizándose lentamente, no escuchando el impacto del objeto ni notando nadie su presencia por el alto volumen de la fiesta.

En la fiesta, las cosas se salieron un poco de control. El objetivo de la caza recompensas metió mano en la entrepierna de una joven que inmediatamente reclamó al hombre, reaccionando violentamente empujándola a su lado para besarla contra su voluntad, no haciendo nada los demás presentes en la fiesta que continuaron en lo suyo, tomándolo como algo normal. El forzamiento termino con la gran patada en el rostro que De Mon le pego al objetivo, sorprendiendo a todos los presentes.

-¡Pero quién diablos te crees que eres maldita puta!-Dijo molesto tocándose su nariz bañada en sangre.

Debido a su gran físico y figura, los invitados masculinos se concentraron más en ello que en lo que sucedía con el organizador de la fiesta, tocándose sus partes íntimas en señal de excitación.

-Que buen y gran culo ¿Cuánto cobras mujer?-Pregunto uno queriendo llamar su atención para satisfacer sus deseos carnales.

De solo acercarse uno, la mujer no dudo en clavarle un cuchillo que saco rápidamente de su cinturón en la entrepierna, soltando un gran grito de dolor, dejando impactados a todos los presentes.

-¡Que siguen mirando idiotas, maten, violen y torturen a la puta, no necesariamente en ese orden!-Ordeno adolorido el jefe a sus hombres.

Desplegando cuchillos como pistolas, no expresando miedo o temor alguno con lo que veía, en simples movimientos al usar solamente sus manos, la caza recompensas aniquilo con suma facilidad y rapidez a todos los presentes armados de la fiesta para terror de su organizador, incluso desgarrándoles el cuello con sus propios cuchillos como disparándoles con sus propias pistolas, dejando únicamente vivas a las menores de edad que probablemente hubieran sido traídas contra su voluntad o por necesidad. Asustado, el hombre huyo de su hogar, corriendo calle abajo entre las demás favelas hasta llegar a un auto viejo que intento arrancar tras romper sus vidrios, poniéndose mucho más nervioso al ver como tal mujer avanzaba lentamente hacia el apuntándole con un arma.

-Adiós idiota-Dijo apuntándole con tal pistola.

-¡No espera, puedo pagarte mejor, solo deja...!-Su oración no pudo acabarse al ya tener en su frente alojada una bala de la caza recompensas, cayendo su cadáver al suelo para alegría de su ejecutora.

Tras cobrar su recompensa en una favela, supervisando que todos sus reales, la moneda brasileña, de paga estuvieran en buen estado como completos sin faltar ni uno solo, retirándose, la mujer recibió una llamada que contesto rápidamente.

-Si es una promoción de internet o cable no me interesa.

-No querida De Mon. Soy yo.

-¿En serio? Supongo que quieres cobrar el favor que te hice aquella ocasión.

-Correcto. Y estoy seguro de que te gustara.

-Relátame.

Habiéndole contado a lujo de detalle, emocionada como una niña pequeña ante un nuevo juguete o regalo, De Mon alisto un gran arsenal de cacería que metió en varias maletas tras una cena barata de papas fritas en sartén. Tomó una ducha fría en su viejo baño, vistiéndose tras secarse con ropa de cuero negra y roja en forma de chaqueta, jean y polo, como si se trata de una ocasión muy especial para ella. Por último, se pintó la boca con un rojo reluciente oscuro frente a su espejo, al que dio una gran sonrisa.

-¡Sabia que esta ocasión llegaría a tarde o temprano! ¡Al fin cazaré a un ejemplar del criptido rey de los Andes y la Amazonia!

Antes de cargar sus dos grandes maletas, cogió una especie de pistola con cañón giratorio, disparando rápidas ráfagas como si fuera en realidad una metralleta hacia su blanco puesto al fondo de su hogar; un dibujo imprimido de una representación de un runapuma, destruyéndolo en varios pedazos de papel al solo contacto.

La caza recompensas se retiró de su hogar tras la última acción, dejando destrozada la imagen en el suelo.

En Paititi, Makonde observaba a Jaguaret entrenar, estando realmente feliz de su gran progreso desde su llegada. Sin embargo, le preocupaba un poco su integridad, principalmente por el cariño que había desarrollado hacia su alumno.

-Amauta ¿Le pasa algo?-Preguntó Jaguaret.

-No. Solo pensaba en cosas secundarias. Nada importante.

-Parecía lo contrario, sin ofender.

-No importa eso. Me alegra mucho el progreso que has tenido Jaguaret. De hecho, en realidad quería hablar algo muy importante contigo.

-¿Algo muy importante?

En su cocina, Makonde comenzó a hablar-Escucha Jaguaret, no vengo a presionarte sobre lo que te dije de los concejales. Solo quería, advertirte de tener cuidado si aceptas.

-Aún estaba pensándolo de hecho ¿Querías decirme algo más?

-No, solo eso.

-Yo más bien si quería preguntarle algo.

-Dime Jaguaret.

-¿Existe una verdadera habilidad especial runapuma?

Esa pregunta lo puso nervioso, como si recordará algún hecho pasado de suma gravedad, aunque supo disimularla-No...no existe... ¿Por qué preguntas eso?

-Qué curioso. Hace unos días estaba en la biblioteca con los chicos, y me dio a saber sobre algo al respecto de nuestra especie que no me ha dicho. De hecho, no había mucho información sobre él salvo una pequeña mención. El runapuma oscuro.

Con solo escuchar ese nombre, los nervios a la vista se notaron en el runapuma mayor.

-¿El runapuma oscuro?

-¿Dije algo malo?

-No hablamos mucho de eso. Es solo una vieja leyenda a la que tememos muchísimo todos aquí.

-Lo siento, no era mi intención.

-No tranquilo. Tu curiosidad es normal. Te contaré sobre él, pero no digas que yo te lo dije.

-Lo prometo.

-Dicen que el primer runapuma existente, el fundador de Paititi, es el único que pudo alcanzarla, pero no existen evidencias de ello. Su poder fue tan destructivo que no solo se destruyó a sí mismo, sino que todo arraso con todo a su paso. Era un poder tan grande que rivalizaba incluso con las mismas deidades incas-Relatando la historia, Jaguaret no pudo evitar notar su nerviosismo y cierto sudor en su rostro.

-No sabía que tenían sus propios mitos.

-Jajaja-soltó una risa disimulada-Podrías intentar alcanzarlo, pero te lo advierto, dicen que consume el alma si no se sabe controlar, además, nadie sabe cómo se alcanza actualmente.

-No pretendo eso. Solo quería que me contestara. De todos modos, gracias-Dijo retirándose. Viendo que se había ido, Makonde solo pudo suspirar nervioso, limpiándose con una mano el sudor que corría por su frente.

En la habitación de Olusegun y Alisha, finalmente tenían más información descubierta al respecto del extraño líquido verde, habiendo llamado a Jaguaret, Pauline y Makonde para rebelar su descubrimiento.

-Bien chicos. ¿Qué novedades tienen para nosotros?-Dijo Pauline.

-Muy bien. Presten atención-Dijo Alisha mostrando una muestra del líquido verde en un recipiente de vidrio, poseyendo otras muestras separadas en su mesa de estar.

-Su composición, es, como decirlo, bastante rara como inusual-Dijo Olusegun.

-¿Inusual? ¿A qué se refieren?-Pregunto Jaguaret.

-Está compuesto de diversos materiales químicos-Dijo Alisha.

-Algo normal, y tengo entendido en varios compuesto de ese tipo-Dijo Pauline.

-No solo contiene los básicos como agua, cloruro de sodio o dióxido de carbono, sino varios que no estarían presentes en uno normal-Dijo Olusegun.

-¿Es posible siquiera mezclar todo eso en un solo liquido?-Pregunto Jaguaret.

-Al parecer, quien creo esto de una manera u otra, lo hizo posible-Dijo Alisha.

-¿Qué elementos químicos inusuales posee exactamente?-Pregunto Pauline.

-Les sorprenderá realmente. De momento, no hemos logrado descubrir que otros compuestos tendrá en su composición, pero, hasta ahora, contiene oro, plata, aluminio y cobre.

-¿En serio? Me pregunto cómo habrá hecho su creador para –Dijo Makonde, siendo las primeras palabras que pronunciaba de un largo rato de estar callado desde que la pareja los llamo, llamando la atención de Jaguaret.

-Aún hay que hacerle más estudios para sacar una conclusión mucho más adecuada-Dijo Alisha.

-Pero lo bueno es que al menos sabemos parte de su composición-Dijo Olusegun.

-Aún queda una duda que resolver ¿Qué tipo de persona crearía algo así y para qué?-Dijo Jaguaret.

-Como el hecho en que si estaremos más cerca de descubrir quién está detrás de las criaturas-Complemento Pauline.

Mientras tanto, en un largo viaje de avión comercial, momento que De Mon aprovecho para leer un libro que había comprado en una librería mucho antes para entretenerse, no habiéndole leído antes por su ocupado trabajo ilegal. El libro trataba sobre bestias mitológicas persas, fascinándole la figura del Mantícora al estar compuesto de diferentes animales como leones, águilas, caballos, serpientes, etc., imaginando que una criatura así sería un rival formidable para cualquiera. Posteriormente, por cortesía del avión, vio la conocida película 101 dálmatas, una de sus cintas preferidas, no por los animales protagónicos, sino por su antagonista, la malvada Cruella de Vil, una gran figura de inspiración para ella, siendo todas las escenas donde aparecía de sus favoritas, lamentando únicamente que no hubiera ganado al final.

Aterrizando el avión en el Aeropuerto Internacional Teniente Alejandro Velasco Astete de Cusco, De Mon finalmente había llegado a la Ciudad Imperial. Recogiendo sus maletas tras que los inspectores de aduanas las inspeccionaran por rayos X, no detectando sus armas ni equipo al poseer una recubierta especial que impedía aquello, camino hacia la salida, llamando la atención de todos por su figura, tomando un taxi. Se instaló en un hotel en el centro de la ciudad, dándole un montón de billetes al dueño en su mostrador para su enorme sorpresa, dándole la llave de su cuarto. Subiendo los escalones al segundo piso, llego a su cuarto y cerró la puerta fuertemente en señal de no ser molestada.

Descargando su amplio arsenal, acomodándolo bajo su cama como en los estantes pequeños de la habitación, la caza recompensas continúo practicando su tiro al blanco con su inusual pistola, ahora con silenciador para no alertar a los demás huéspedes. Pensó en las mil y un formas en la que mataría a su objetivo, imaginándolo igualmente en diversas formas, haciéndola sonreír. Su gran fantasía fue interrumpida por alguien tocando a su puerta para su molestia.

-¿¡Que quiere!?-Dijo ella molesta para asombro del dueño que había tocado la puerta.

-Disculpe señorita...¿De Mon?...¿En serio así se apellida?...solo quería saber que comida como cena quería que le traiga....es...cortesía del hotel....

-Cenare afuera idiota, gracias-Dijo De Mon sin más con cara de pocos amigos, cerrando violentamente la puerta, retirándose el asustado dueño lentamente.

Alistándose para su pronto trabajo que tenía pendiente, saco una especie de mando de una de sus maletas, empezando a armarlo cuidadosamente-Pronto será la hora de la caza-Dijo la cazadora sonriendo ampliamente armando su aparato.

Patrullando otra noche, tanto para asegurarse que la ciudad estuviera sin ningún peligro de gravedad, como en busca nuevamente del rastro de las criaturas, Jaguaret y Pauline tuvieron una conversación movilizándose.

-¿Qué te dijo Makonde sobre el runapuma oscuro?

-Lo mismo que tú. Que es una leyenda urbana.

-Siempre me ha intrigado esa leyenda, sobre todo si fue real, aunque, tampoco descarto que solo sea un mito para asustar.

-Menciono que solo el fundador pudo alcanzar ese estado. Pero, también lo vi bastante nervioso al contarme sobre eso, como si, fuera algo bastante malo.

-Algunas leyendas son tan duraderas que pueden causar miedo por generaciones.

-¿Tienen criptidos propios también?-Pregunto Jaguaret.

-Si. Deberías leer el bestiario de la biblioteca-Respondió Pauline.

-Me pregunto qué bestias estarán descritas.

-Cosas que ni tu padre en forma de leyenda o cuento te conto seguro.

-¿Qué tipo de persona crees que haya creado ese líquido verde extraño?-Pregunto Jaguaret.

-Opino que lo creo un verdadero loco de remate-Dijo Pauline.

-Me leíste la mente-Dijo Jaguaret.

Alertándose sus sentidos que algo ocurría muy cerca, observaron a lo lejos a cinco ladrones entrando a un súper mercado tras forzar la puerta. Sin pensarlo dos veces, se lanzaron al ataque rápidamente. No fue de mucha dificultad vencerlos al solo traer pistolas y manoplas oxidadas. Sin embargo, notaron que había algo extraño en ellos. No mostraban ninguna expresión conocida, ni siquiera cuando los golpearon, siendo casi como robots.

-No fue tan difícil-Dijo Jaguaret solo para ver junto a Pauline como los ladrones desaparecieron partícula por partícula sin dejar ningún rastro.

Asombrados, el runapuma no sabía exactamente qué había pasado, pero Pauline si sospechaba de lo que había pasado, trayéndole ciertos recuerdos incomodos. Lo que ninguno sabía era que de lejos habían estado siendo observados por Atrozia con binoculares, habiendo desaparecido a los falsos ladrones al solo apretar un botón de una especie de mando.

-No solo es un runapuma, viene con cierta pishtaco con la que tengo muchas cuentas pendientes-Sonriendo, sacó su celular para hacer una llamada-Como no mencionaste que eran dos, quiero el doble de paga-Expreso sonriendo.

Al día siguiente, en un mercado de Paititi al ayudarlo a hacer unas compras, el dúo le contó a Makonde lo visto la noche anterior.

-¿Están seguros de lo que vieron?-Pregunto Makonde pensando en todo lo relatado por ambos.

-Si. Los ladrones no tenían expresión-Respondió Jaguaret-Y desaparecieron de la nada. Pensé que podría ser el Profesor Máscara, pero el usaba magia, no tecnología.

-Esto es malo, muy malo-Expreso Pauline, notando Jaguaret la preocupación en su rostro, como si de algo muy terrible le estuvieran hablando.

-Pauline ¿Estás bien? ¿Por qué dice eso?

-Es una de las muchas maneras en la que Atrozia De Mon estudia a sus objetivos. Pone una carnada, y de ahí los rastrea hasta dar con él.

-¿Atrozia De Mon?-Pregunto Jaguaret.

-Es la mayor caza recompensas de la región, y experta cazadora de criptidos-Dijo Makonde.

-Vaya nombre nada sugestivo...-Respondió Jaguaret en claro sarcasmo.

-No es un chiste. Es una verdadera amenaza para nosotros-Dijo Pauline.

-Adivinaré porque lo hace ¿Dinero verdad?

-No solo por eso. Realmente disfruta de su trabajo. Es un ser cruel y sádico que le gusta la cacería sin importar el objetivo, sobre todo si se obsesiona con él. Disecar es otro de sus pasatiempos. Es de esas personas con las que no puedes razonar por más argumentos que le des-Dijo Pauline con suma preocupación en su rostro, siendo la primera vez que Jaguaret la veía de ese modo, no creyendo que la estuviera viendo así por la gran calma que siempre guardaba.

-Pero, supongo que alguien debió contratarla. La pregunta ahora es quién es ese alguien-Dijo Jaguaret tratando de ser deductivo al respecto de su nueva enemiga.

-Eso no importa ahora. Escúchame bien, una vez que Atrozia pone su ojo en un objetivo, no descansara hasta que lo cumpla. Por eso te pido que huyamos si volvemos a sospechar que estamos cerca de ella, por favor.

-Es verdad lo que dice Pauline. Por favor, no la subestimes si la encuentras. Si te confías, te matara sin dudarlo.

Esas palabras dejaron pensativo al jaguar, principalmente en quien o que pudo poner en conocimiento su existencia a la caza recompensas, no pudiendo haberse enterado de su existencia de la nada, a menos que alguien chismoso o con mucho tiempo libre se lo hubiera contado, o lo hubiera escuchado por casualidad ella.

Más tarde el mismo día, a lo lejos, por medio de binoculares, De Mon los observaba en movimiento-Ahí están. Que agilidad. Que destreza. Verdaderos objetivos para reclamar mucho dinero.

Movilizándose por los edificios, la caza recompensas siguió al dúo sin saberlo. Notando el preocupado rostro de su compañera, Jaguaret metió tema de conversación para tratar de animarla.

-Oye, supongo que para que te consideraran mayor tuviste que...-Dijo Jaguaret.

-Pasar un ritual como tú, sí. Y no, no me circuncidaron-Dijo Pauline.

-Ja-ja-ja. Que graciosa-Dijo Jaguaret aplaudiendo lenta como sarcásticamente en el aire para retomar su andar después-Imagino que luchaste contra Makonde.

-Si. Tras eso acepto enseñarme. Un gran sujeto sin duda. Ha sido como un padre para mi desde entonces-Dijo Pauline.

Esas últimas palabras suyas dejaron ciertas dudas en Jaguaret. Por curiosidad decidió preguntarle respecto a lo sucedido la noche anterior-¿Por qué te aterra tanto De Mon?

La pishtaco no respondió inicialmente, guardando silencio unos segundos antes de dar una respuesta-Es bastante complicado la verdad...

No contestándole, Jaguaret solo se limitó a decir-Parece que guardas mucha historia con ella.

Aumentando la preocupación en su rostro, Pauline dijo-Regresemos a Paititi por favor. No me siento segura con ella afuera.

-Tranquila, inme...-No termino lo que iba a decir al sentir el peligro cerca.

A lo lejos, teniendo listo su rifle de francotirador, De Mon dio el primer disparo. Esquivándolo por poco y justo a tiempo el runapuma, la bala se dividió en dos en pleno aire, maniobrando su cuerpo para esquivar la otra bala desprendida ante la atónita mirada de su compañera.

Viendo su presencia, tuvieron que esquivar más disparos dobles disparados de su rifle, antes de movilizarse al edificio donde De Mon estaba, siendo para Jaguaret su primer encuentro cara a cara, no siendo, por desgracia, el mismo caso para Pauline. El jaguar no podía evitar sentir cierto aura realmente maligno en la mujer, como si fuera el diablo realmente.

-Atrozia De Mon supongo-Dijo Jaguaret presenciándola seriamente sin temor alguno en su rostro.

-Vaya. Has oído hablar de mí-Respondió De Mon apuntándole con el arma-Supongo que además de la prueba que les coloque la otra noche, ella te habrá contado-Complemento refiriéndose a Pauline, que tras nombrar su nombre cambio su rostro de preocupado a serio con un pequeño gruñido, dividiendo su rifle en dos para apuntarles respectivamente.

-De Mon-Dijo Pauline seriamente sin dejarla de observarla atentamente a cualquier movimiento inesperado que diera.

-Gusto en verte de nuevo, pishtaco-Dijo De Mon-Por el momento, no tengo nada en contra de ti, así que si lo deseas puedes irte, pero si te quedas para protegerlo, ahí también serás parte de mi cacería.

Apretando fuertemente sus puños, Pauline no dijo nada, producto del miedo interno que la paralizaba.

-Si me quieres a mí, adelante-Expreso Jaguaret en posición de batalla.

-Quería escuchar eso antes de tu ejecución-Respondió De Mon sacando un gran cuchillo de combate de un compartimiento de su traje.

Con rápidos movimientos portando dos grandes cuchillos, De Mon se lanzó al ataque. Esquivándola Jaguaret por el lugar antes que le quitara un cuchillo, lanzándolo a otro edificio vacío antes que la cazadora se lanzara contra él, cayendo la vacío. Pese a sus ganas de querer luchar, Pauline se quedó paralizada sin hacer nada.

-¿Quién te contrato en primer lugar?-Pregunto Jaguaret.

-Sácamelo a puñetazos. Pero no será posible. No luches ni respires más. Un verdadero objetivo hace eso cuando ve que ya no tiene salida.

-Ya lo veremos.

Balanceando su cuerpo, la estrello contra una ventana para sorpresa de un limpiador dentro del sitio, continuando cayendo a gran altura.

-No se librarán fácil de mí.

-También me dijeron eso de ti.

Quitándosela Jaguaret de encima, De Mon se estrelló contra dos edificios, cayendo al vacío antes que la sostuviera del cuello.

-Guau. Admito que estoy impresionada en mucho tiempo. Ninguna persona o criatura me dio pelea de este modo-Dijo Atrozia con una mano en su quijada, analizando la situación ocurrida.

-No soy ninguna bestia. Soy un ser pensante como tú-Respondió Jaguaret.

Zafándose del agarre, Atrozia volvió a quedar frente a frente ante él.

-De Mon siempre equilibra su fuerza y mide a sus adversarios-Dijo lanzando una especie de boomerang que el jaguar esquivo, pese a la extraña habilidad de dividirse en varios más, destruyéndolos sin mayor problema para su sorpresa.

-Más parece que alguien fallo muchas veces. Y también ha visto mucho Van Hellsing.

Molesta, la cazadora lanzo una especie de atrapadora, que también se dividió en dos en momento de ser lanzada, a los brazos y piernas del runapuma, dejándolo inmóvil por más que se movió por el lugar para esquivarlos al tener infrarrojos. Forcejeando para liberarse, la cazadora preparo dardos tranquilizantes.

-Admito que te informaste bien de mi fuerza superior al humano promedio-Dijo Jaguaret aun forcejeando para liberarse de sus ataduras.

-Claro que sí. Por eso también te disparare dardos con veneno directo de Vietnam del Sur.

A punto de disparar por medio de una caña de bambú, queriendo Pauline intervenir en ver en peligro a su amigo, sin importarle sus propios temores con la cazadora, Jaguaret mando a volar el arma a lo lejos con una pulsación salida de su dedo para gran sorpresa de De Mon.

-¿Pero...qué...fue eso?-Dijo la cazadora realmente asombrada por lo que había visto, no pudiendo creer que un runapuma pudiera expulsar algo similar a electricidad de su cuerpo.

-Qué bueno que esta vez me funciono-Dijo Jaguaret usando su bioelectricidad para liberarse, procediendo a atacarla con energía salida de sus palmas. Incluso apuntándole directamente, De Mon realmente era ágil para esquivar los ataques en todo momento.

De Mon volvió a atacar cuerpo a cuerpo, ahora con una lanza doble. Cayendo el jaguar en un callejón al contrarrestar sus ataques, Atrozia como si nada moviéndose por los edificios bajo hacia la dirección actual de su objetivo, continuando la batalla ahora en plena calle desértica, lanzando su lanza doble directo al rostro de Jaguaret, logrando rozarlo.

-De acuerdo. Para ser humana es más peligrosa que Matadero-Dijo el runapuma tocando su rostro, sintiendo la pequeña herida de la que brotaba un poco de sangre.

Continuando la batalla, la caza recompensas lo empujó hacia un auto estacionado, contraatacando él con lo mismo para seguidamente lanzarla hacia otro auto estacionado. Molesta, De Mon continúo atacando solo para que Jaguaret esquivara todos sus hábiles movimientos sin mayor problema.

-A diferencia de otros, yo no me contengo tanto con humanos-Dijo Jaguaret plantándole un golpe directo al rostro, desorientándola como haciendo que sangrara de la nariz y boca.

-Admito que eres excelente peleadora, pero no al nivel de una criatura sobrenatural como tanto decían. Parece que exageraron tu leyenda-Gruñendo la cazadora, le lanzó un cuchillo doble, cortándolos con facilidad en pleno aire-Parece que exageraron tu leyenda.

-¡No! ¡Esto no puede estar pasándome a mí!-Dijo De Mon sin poder creer que no estaba cazando a su objetivo como siempre había hecho hasta ese momento.

-Ya está pasando-Dijo Jaguaret.

Asustada como sorprendida, la caza recompensas desplego un perdigón de humo justo cuando Jaguaret iba a atacarla, desapareciendo de su vista. Sin más que hacer ahí, Jaguaret regreso donde se encontraba Pauline.

-Pauline ¿Estás bien?-Dijo preguntándole por su bienestar con cara de preocupación.

-¿Qué acaba de pasar?-Pregunto ella sin poder creer lo que había sucedido.

-Tranquila, esa loca ya no está aquí, aunque, admito que era fuerte para el estándar humano-Dijo Jaguaret.

-Lo sé, por eso me aterra hasta el día de hoy-Dijo Pauline.

-¿Qué te hizo para que le tengas tanto miedo?-Pregunto Jaguaret en busca de una respuesta que la pishtaco aún no le dio por preferir guardar silencio. Aunque quería una respuesta, sabía que ahora no era el momento de ella, prefiriendo confortarla-Mejor regresamos a Paititi ¿Si?-Dijo agarrándole los hombros, respondiendo ella afirmativamente moviendo la cabeza.

Una hora después, De Mon revisaba el lugar de la pelea, fijándose en la sangre de Jaguaret derramada en el suelo, gruñendo en colera.

-Nadie hace quedar en ridículo a Atrozia De Mon-Expreso para seguidamente clavar con mucha furia su lanza peculiar en el lugar de la sangre caída.

Horas más tarde, en la oscura guarida de su contratador, De Mon caminaba en una especie de laboratorio, observando el lugar arriba abajo, manteniéndose alerta al no saber que podría ocultarse entre la oscuridad de ese lugar. Hacer eso le funciono cuando fue atacada en grupo por las abominaciones del lugar. Sin mostrar temor, la caza recompensas elimino con facilidad a mayoría de los monstruos a base de puro disparo, estando detrás de ella su creador habiendo observado toda la acción

-¿Terminaste de maltratar a mis hijos?-Pregunto calmada pero molesta la figura con los brazos detrás, ocultándose los monstruos sobrevivientes detrás de él, como si se tratara de niños pequeños refugiándose con su padre para que los protegiera al haber visto algo terrorífico o incómodo.

-Veo que seguiste con tus locos experimentos hasta perfeccionarlos.

-Mostraste tus grandes habilidades con mis hijos, pero no con dos objetivos simples-Dijo la figura con los brazos cruzados.

-Medí sus habilidades como siempre lo hago, pero nunca dijiste que el runapuma tuviera alguna habilidad especial. De haber sido así, ya estaría muerto.

-Se por qué viniste. Y si quieres una respuesta rápida, estoy dispuesto a ofrecerte lo mejor en cuanto a mejorar tu fuerza, agilidad y resistencia.

-No es por el dinero. Ya es más personal-Menciono disparándole a una criatura que trató herida de levantarse, solo para ser rematada cruelmente.

-No te gusto la humillación dada. Te comprendo. Hace tiempo me hicieron lo mismo, aunque en circunstancias muy diferentes...

-Dame lo que sabes que vine a pedirte, no me interesa escuchar tu pasado.

-De acuerdo. Pero te pagare solo la mitad si consigues eliminarlo.

-Como mencione, estoy haciendo una excepción por esta vez, por el maldito runapuma, y por una pishtaco que me debe una.

-Antes de ello ¿Ya decidiste que quieres ser?

-Sí, lo tengo en mi mente desde que vine aquí, pero, que sea una versión local-Dijo sonriendo malvadamente.

Transcurridos unos minutos, De Mon se encontraba en el interior de una especie de capsula vieja pero servible, dentro de una especie de cuarto de pruebas. Su jefe monitoreaba la acción con varias máquinas acompañado de sus creaciones tras un vidrio como zona segura.

-No es esa clase de transformación como un licántropo o un nahual. No podrás regresar a tu forma humana.

-No me importa convertirme en un monstruo mientras sirva.

-Dolerá un poco y sentirás que el cuerpo te podría estallar. Pero esperemos que sea lo normal.

-Pregunte si serviría Frankenstein.

-Para una persona como tú sí, si puedes soportar el dolor.

-Hazlo entonces. Atrozia De Mon está dispuesta a todo para cumplir con su trabajo.

Accionando un botón, dos apéndices robóticos salieron de los costados izquierdo y derecho de la habitación, inyectando en sus brazos una especie de líquido verdoso que no le causo ningún dolor, cerrándose la capsula, midiendo su presión y signos vitales la figura, accionando otros botones para llevar a cabo el experimento.

En principio, De Mon no manifestó ningún cambio corporal ni mental, permaneciendo tranquila los primeros segundos. Todo cambio de repente cuando sintió lo mismo que le dijo la figura. El dolor no solo era insoportable, sino que realmente sentía que explotaría como una bomba en cualquier momento. Su cuerpo empezó a temblar fuertemente, blanqueándose sus ojos y sentidos al mínimo, no importándole a su contratador y menos a sus criaturas que seguían observando la escena sin hacer nada. Cuando su presión llego a cero, estando clínicamente muerta, recién la figura hablo.

-Bueno. Podía pasar. Que suerte que tengo más contactos para...

Sin esperarlo, De Mon abrió los ojos abruptamente, rompiendo con facilidad la capsula, emitiendo un rugido agudo, haciendo estallar las luces del lugar, dejándolo a oscuras, asustando a las criaturas que se refugiaron tras su creador. En su cuerpo empezó a salirle pelo marrón claro, llenándose de manchas oscuras. De sus costados izquierdo y derecho brotaron grandes alas negras con plumas en forma de cuchillo, rompiendo su chaqueta y polo adyacentes. Los dedos de sus manos se transformaron en garras retractiles, mientras sus pies tomaron la forma de las patas de un cóndor con grandes garras que desgarraron su calzado. Su rostro tomo la apariencia de un jaguar, surgiendo de su boca grandes colmillos de serpiente, y detrás una cola similar en apariencia a tal animal. Finalizando la transformación, brotaron dos grandes cuernos de su frente.

Para su felicidad, aunque no la expresara en su oscuro rostro, la figura solo aplaudió lenta y calmadamente su exitoso experimento que ahora observaba delante suyo.

-Te acostumbraste más rápido de lo que imagine De Mon.

-De Mon se fue...llámame...Mantícora...

La otra noche, cayendo lluvia con truenos sobre Paititi, aún con suma curiosidad, como preocupación, y respetando la privacidad de su compañera en no querer hablarle sobre el tema, aunque si pasando tiempo con ella para intentar reconfortarla, al respecto de Pauline y su inexplicable temor a la caza recompensas, Jaguaret le pregunto primero a Olusegun y Alisha, a los cuales de paso estaba ayudando pasándoles los ingredientes para la elaboración de una pócima como pasatiempo suyo en su habitación. Esperando el momento adecuado, soltó su pregunta-

-¿Qué le paso a Pauline con De Mon?

-¿Por qué lo dices?-Pregunto Olusegun.

-Tuvimos un encuentro con ella la otra noche, y para nada se veía bien. La verdad la cazadora no fue mayor problema para mí, aunque admito que si lo hubiera sido de no contar con mi bioelectricidad.

-Bueno, tampoco ha hablado mucho con nosotros sobre ese quisquilloso tema. Ocurrió después que nos separamos-Respondió Olusegun mezclando algunos componentes dados por su compañero.

-Pero si sabemos que no fue nada bueno para que la perturbe tanto, y honestamente preferimos no perturbarla-Dijo Alisha haciendo lo mismo con otros componentes.

-¿Ustedes tuvieron algún encuentro con De Mon?

-Honestamente no, y lo dudamos alguna vez-Dijo Alisha.

-¿Por qué?

-Incluso ella sabe que no tiene capacidad por más habilidad que tenga contra seres que manipulan magia.

No satisfecho con esas respuestas, al ser como un padre para ella, Jaguaret sabía que quizá Makonde podría darle lo que quería escuchar al respecto. Terminando de ayudarlos, busco a su amauta en varias de las salas donde habían entrenado, no teniendo ningún resultado. Intento en preguntarle a varios paititianos, obteniendo el mismo resultado; absolutamente nadie lo había visto ese día. Caminando en círculos por la Sala de Veredictos preguntándose donde podría estar, la persona en la que justo pensaba se presentó al darse la vuelta en su caminata.

-¿Jaguaret? No esperaba realmente verte aquí.

-Perdón amauta. No quería incomodarlo.

-Nunca me incomoda tu presencia, pero presiento que quieres resolver una duda.

-Sí, es sobre Pauline y su temor hacia Atrozia De Mon. Intente preguntárselo yo mismo, pero no quiere hablar sobre eso.

-Imaginaba que tarde o temprano preguntarías por ello. Está bien, te lo diré, pero por favor, no le digas a Pauline ni a nadie que yo te lo conté.

-Prometido.

Asegurándose que nadie estuviera cerca, Makonde empezó a relatar la historia que unía a su alumna con la caza recompensas más temida de la región. Tiempo atrás, Pauline estaba en una misión en solitario respecto a identificar una serie de asesinatos espantosos relacionados a Muqui, duendes andinos famosos por dirigir las minas de Paititi en el exterior, como de ser guardianes de varios minerales valiosos alejados de los codiciosos, de los cuales claramente De Mon era culpable. Habiéndole seguido el rastro hasta un hogar Muqui, Pauline quedo sorprendida como asqueada en su totalidad en observar oculta entre la maleza como, sin ninguna piedad, remordimiento, ni compasión, De Mon estaba descuartizando vivo a un Muqui, duendes mineros bastante adinerados, suponiendo temerosamente que había hecho lo mismo con su esposa e hijos anteriormente. Aunque se lanzó al ataque al salir del shock que le causo ver esas crudas imágenes, espantando a la cazadora por la sorpresa dada, no pudo salvar la vida de aquel Muqui.

Saliendo de lo impresionado que había quedado por la crudeza de la historia, principalmente la crueldad de De Mon, Jaguaret pronuncio-Lo entiendo todo ahora. Debe ser muy complicado para ella hablar sobre un tema así de delicado.

-Eh intentado ayudarla con eso, pero...se niega a hablarlo simplemente.

-Por experiencia, sé que ver algo así es difícil de olvidar.

-Te recomendaría que te quedes dentro de Paititi un tiempo para evitar que De Mon intente cazarte.

-Lo tendré en cuenta-(Que bueno que no se enteró que ya tuve una batalla con ella)-Por cierto-Observando la ventana-Recién me doy cuenta que está lloviendo aquí ¿Cómo es posible eso?

-Espejos especiales como transparentes puestos cuidadosa como ocultamente bajo la tierra lejana a la ciudad.

-Ósea, que lo pase afuera...

-Si. Ayudan a reflejar el clima exterior, claro, salvo huaicos, meteoritos y asteroides caídos.

Minutos después, guardando silencio movilizándose por Paititi para aclarar su cabeza, Jaguaret pensaba en lo dicho por su amauta. Sin embargo, pese a su duda resuelta respecto al miedo de su amiga, otra le surgió producto del encuentro con el llamado chamán líder; en donde estaba Makonde exactamente para que nadie supiera su ubicación. Atrapado en sus pensamientos, no pudo reaccionar al inesperadamente ser rasguñado en el pecho, causándole un ardor equivalente a una tortura larga. Cayendo al vacío antes de equilibrarse apoyándose sobre una pared, observo frente a frente a la criatura que lo había lastimado.

-¿¡Pero qué!?-Dijo Jaguaret asombrado por la bestia que veía en frente.

-Ya no me recuerdas. Mejor. Por qué será lo último que verás.

-¿Atrozia?

-Ya no. Llámenme Mantícora.

Lanzándose como un animal salvaje hacia su presa, la mutada caza recompensas ataco violentamente al runapuma, y aunque este evadió su ataque, supo cogerlo en pleno aire para zarandearlo como si fuera un costal de papas.

-Ahora estamos en el mismo nivel Jaguaret.

Cayendo encima de un edificio, Jaguaret aún no sabía que pensar de la nueva apariencia de su enemiga.

-¿¡Pero, quién rayos te hizo eso!?-Expreso poniéndose en pie.

-No tengo por qué decirlo. Digamos que tome medidas muy drásticas después de la humillación que me diste.

-¡Estás loca! ¿¡En serio dejaste que te hicieran eso!?

-Claro que sí. Ahora trepo, salto y rugo más que un jaguar-Expreso cogiendo en pleno aire sus piernas cuando esquivo su gran rugido-Tengo la fuerza de un taruca-Continuo zarandeándolo de un lado a otro-¡Y el veneno de una serpiente junto a la velocidad de un cóndor!-Termino su oración arrojándolo hacia un vidrio, cayendo violentamente dentro de un museo de criptidos extintos recreados en cera.

Poniéndose en pie, Mantícora volvió a atacar, cayendo sobre una exhibición de seres que habían sido en un pasado remoto similar a los runapumas pero más salvajes y bestias, destruyendo las figuras en el proceso.

-No sé qué es peor. Si está chiflada está muy obsesionada conmigo, si fue capaz de desfigurar su propio cuerpo solo para darme caza, o cómo demonios encontró Paititi...

-Antes tus habilidades y fuerza te daban ventaja. Pero ahora estoy a un nivel superior. Ahora si serás mío.

-Al menos se acabaron las armas raras.

-Siento solo tu miedo hacia mí ahora.

-O quizá otra cosa en realidad.

Desenvainando sus propias garras, ataco al runapuma, dándole mucha dificultad para esquivar sus ataques por su gran velocidad, cortándolo en pleno aire con las filosas plumas de sus alas. Pese a que en un determinado momento Jaguaret logro agarrarla por las muñecas gracias a su bioelectricidad, Mantícora supo manejar la energía para estamparlo con gran fuerza hacia la exhibición de un ser similar a un león negro con púas en la melena, que quedó reducido a escombros. Justo a tiempo en pie, logro asestarle un fuerte rugido en el rostro que la mando dos habitaciones atrás, quebrantando en el proceso dos representaciones; una de un vidriante con su cuerpo literalmente hecho de vidrio, y la otra de un ser similar a un tiburón de cuerpo largo con largos bigotes.

En rápida respuesta, Mantícora impacto tres veces con sus propios rugidos a Jaguaret a la distancia, a la vez que lo persiguió por el lugar, escupiéndole veneno de serpiente por sus colmillos, logrando asestarle en una pierna, causando que sea arrojado en la vitrina de una criatura parecida a un antílope pero con un cuello largo de jirafa, y en vez de cabeza poseía puros tentáculos saliendo del cuello. Aturdido, y sin poder reaccionar, Mantícora estaba listo para rematarlo, de no ser por la inesperada aparición de Pauline que la golpeo con los dientes y cuello de la figura tras arrancarla de su lugar.

Desapareciendo de su vista, la pishtaco ayudo al runapuma a ponerse en pie, revisándolo para ver que estuviera bien.

-Sí que tardaste-Dijo Jaguaret con picardía hacia su amiga.

-Lo siento. Ya no importa como entro, lo que importa es mantenerla alejada de los demás.

En pie, buscaron por el lugar en busca de un rastro de la cazadora, si es que así ahora podían llamarla.

-Guau, al fin regreso la otra persona que también quería ver aquí-Dijo Mantícora en algún lugar del museo en referencia a Pauline.

-Podrás atormentarme a mí todo lo que quieras, pero no a la ciudad y gente que amo-Respondió Pauline seriamente, compartiendo miradas con Mantícora.

-Como sea, mejor en cuanto lastime a más gente de aquí-Dijo Atrozia.

Sin esperarlo, agarrando sus cabezas desde arriba, Mantícora los arrojo directo a la calle, estrellándose contra un camión de basura que justo recogía el gran bote de desperdicios adyacente gracias a manos robóticas. Saliendo del museo, les arrojo más veneno que supieron esquivar justo a tiempo, impactando en una pared. Compartiendo golpes en pleno aire, llevaron la pelea a un parque cercano.

Nuevamente desapareciendo de su vista, se posicionaron encima de un árbol para pensar cómo podían hacerle frente.

-Odio admitirlo, pero lo que sea que le hayan hecho realmente mejoro sus atributos.

-¿Alguna idea como vencerla?

Atacados nuevamente por sorpresa al salir Mantícora debajo del árbol, golpeándolos cayendo entre dos árboles sin hacer nada para poder defenderse. Para distraerla mientras pensaban en algo, Jaguaret desplego varias copias, destruyéndolas ella con facilidad para seguidamente golpear al verdadero con sus manos y contra los arboles cercanos.

-Ese truco no te servirá. Puedo oler quien es el verdadero.

No sabiendo que hacer, notaron que algo le pasaba a la quimera artificial de tanto movilizarse en batalla. Se le veía más agitada y transpirando que al principio.

Cuando los ataco nuevamente, pese a aun ser veloz, su movimiento se redujo considerablemente, siendo más fácil asestarle golpes, bloquear o esquivar directamente sus ataques alrededor del parque, siendo ahora el único problema esquivar su veneno, quedando atascada en medio de dos ramas cruzadas de árboles en el proceso.

-Notaste eso. Está más lenta-Dijo Jaguaret observando a Mantícora cansada a lo lejos desde el árbol donde estaba posado junto a Pauline.

-Y cansada por lo que observo-Dijo Pauline ojeando a lo lejos.

-Tranquila, ya se lo que paso entre De Mon y tú en el pasado. Si no quieres luchar contra ella está bien. Ya tengo una idea de cómo hacerle frente, espero no equivocarme.

-Espera que vas a...-Dijo la pishtaco tratando de detenerlo, zafándosele de las manos.

Movilizándose hacia Mantícora, que seguía descansando transpirando incesantemente, Jaguaret pensó-Creo que es lo que pasa. No soy científico, pero parece que los genes que le brindan de fuerza y habilidad de los animales que tiene en su cuerpo consumen demasiado sus fuerzas al no estar acostumbrada a ellas. Tendré que agotarla al extremo.

En medio de sus pensamientos, esquivo un nuevo ataque suyo, dándole un fuerte puñetazo seguido de una descarga bioelectrica.

Llevando la pelea hacia los árboles, no siendo tonta sabiendo que sus capacidades habían disminuido, Mantícora atacó con su veneno. Moviéndose Jaguaret esquivándolo, prosiguió atacando con su bioelectricidad, quemándole el cuerpo como ácido.

Moviéndose por encima del parque, Pauline tomo iniciativa al distraerla cuerpo a cuerpo, siéndole más sencillo en bloquear como esquivar sus ataques como en contraatacar, mientras Jaguaret continuaba aventándole su energía, además de grandes rugidos. El plan de Jaguaret, pese a haber agotado toda su energía eléctrica, encontrándose realmente cansado, resulto exitoso cuando, dando más muestras de agotamiento, finalmente la monstruosa caza recompensas, gracias a sus grandes cuernos, quedo atrapada en medio de enormes ramas entre dos árboles al intentar alcanzarlos, estando tan cansada que ya no podía ni disparar veneno.

-Ya no eres tan bravucona ahora-Dijo Pauline acercándose a su prisión natural.

-Ni crean que su tontería de hacer que me agote les funcionara.

-Ya está funcionando-Dijo Pauline para seguidamente y sin reparos, arremeter a golpes a la monstruosidad, desfogando finalmente toda la frustración que le había causado tantos años, además de ser una forma de venganza por esa familia Muqui que no pudo salvar, haciendo muy poco la monstruosidad para defenderse al casi ya no responderle el cuerpo. Sin más fuerza, Mantícora cayó finalmente lastimada al suelo, causando un pequeño estruendo.

-Debiste primero...aprender a cómo manejar...tus habilidades Mantícora-Dijo Jaguaret agitado recuperando poco a poco el aliento tras su gran esfuerzo físico, y posiblemente hasta psicológico.

Acercándose a ella, y aunque agotado como agitado, Jaguaret la cogió de su rota camiseta para interrogarla.

-¿Quién te hizo eso? Queremos respuestas-Exigió Jaguaret mirándola seriamente a los ojos.

-Jajaja, será mejor que me maten, porque no pienso hablar.

-No será necesario. Con todo ese castigo basta-Dijo Pauline.

-Habla de una vez-Dijo Jaguaret amenazándola, abriendo su boca para lanzarle un enorme rugido en su cara si no respondía lo que buscaban.

-Bueno...solo sé que lo llaman el alquimista...no se su identidad ni nada más...solo me contrato para deshacerme de ti...

-¿El alquimista?-Respondió Jaguaret, recordando inmediatamente a la figura que había visto en el hospital abandonado junto a Pauline antes de su entrada a Paititi.

-¿Dónde está su guarida?-Interrogo Pauline.

-Averígüenlo ustedes tarados...

Prestándole atención a la llegada de los guardias de la ciudad, al voltear vieron que la abominación ya no estaba. Solo suspiraron y se retiraron sin más que hacer en el sitio, hablando sobre su reciente descubrimiento en el camino al palacio.

-¿Cómo estás tras expulsar toda tu bioelectricidad?-Pregunto Pauline preocupada por el estado de su amigo al haber sido testigo del esfuerzo enorme que hizo para derrotar a Mantícora, al menos por ahora.

-Recuperándome, ya la siento fluir nuevamente en mi cuerpo...-Respondió Jaguaret ya más compuesto.

-Lamento no haberte dicho mi pasado con Atrozia. Prometo ser más abierta contigo como tú lo hiciste conmigo-Dijo Pauline.

-No te preocupes. Entendí que era muy complicado para ti el hablar sobre eso-Dijo Jaguaret.

-Un alquimista...justo como teorizaron Alisha y Olusegun-Dijo Pauline.

-¿Será alguien real o un invento suyo para despistarnos?-Pregunto al aire Jaguaret.

-Por la manera en que lo dijo parecía muy real-Dijo Jaguaret.

-Quien diría que gracias a esa loca al fin tenemos una pista sobre las criaturas-Dijo Pauline.

-El alquimista, sea quien sea, nos declaró la guerra, pero vamos a ganarla-Dijo Jaguaret.

-Cuenta conmigo. Hay que contárselo a los demás.

Habiendo observado todos los acontecimientos en sus pantallas, la figura no estaba nada feliz con lo ocurrido entre De Mon y su objetivo.

-Debí imaginar que podía fallar. Ambos son más astutos de lo que pensé.

Dándole un rugido de respuesta sus criaturas, la figura empezó a caminar de un lado a otro, como si estuviera pensando en su siguiente movimiento, observando su andar sus criaturas atentamente.

-No hay problema. Ya estamos listos para hacerles frente de todos modos mis niños. Como dicen, si quieres hacer algo bien, tienes que hacerlo tú mismo. Y más aún cuando al fin se encontró lo que tanto buscaba-Dijo caminando. Inmediatamente, extendió una mano trajo un periódico que estaba en una mesa, estando en primera página el descubrimiento de una especie de roca extraña en una mina de Tacna-Es hora de que salgan nuevamente niños. Diviértanse mucho en la superficie.

Dando todos sus monstruos un gran rugido, ahora eran no muchos, sino miles, cubriendo casi todo el lugar, desplegándose rectando hacia la superficie muy ansiosamente.

-Yo me encargo de lo mío.

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